Advertencia: La misma mierda de siempre: Malas palabras, chistes de doble sentido y yaoi (un chiqui, porque no sé mucho de eso. Cualquier voluntario/a a instruirme, mandar mail con currículum).
La hermana de Heero
By: Nadesiko Takase
Capítulo seis:
Entrega especial para Wufei Chang
Los meses pasaron y Sally cambió tanto debido al embarazo que Wufei estaba asustado. Sus cambios de humor eran constates y asustadores. Sus antojos de lo más bizarros, como por ejemplo, helado con camarones. Sin mencionar que ya estaba en el noveno mes de embarazo, su vientre estaba por reventar y su humor era insoportable. Y todo se lo debía pagar Wufei, por ser el padre.
¡TU!. – le gritó Sally furiosa, señalándolo con el dedo recriminatoriamente. Wufei puso cara de circunstancia y se señaló a sí mismo con el dedo índice.
¿Yo?.
¡Sí, TU!. Tú me hiciste esto. – le gritó, poniendo las manos en su vientre. Debido a que el bebé ya estaba completamente desarrollado y listo para nacer, Sally sufría mucha incomodidad debido al tamaño y peso de niño. – ¡Espera a que nazca el niño y me las pagarás!. ¡Te voy a embarazar a ti, a ver si te gusta!.
Wufei soltó un bufido. Él no era una onna. Él no podía embarazarse.
Pero la expresión resuelta de Sally le hizo dudar. O.O Por las dudas, se cuidaba la espalda.
Se fue a la sala donde estaba Quatre preparando la cena. Iba todos los días a ayudar a Wufei con las cosas de la casa, ya que a esas alturas, las cosas se le escapaban de las manos a nuestro amigo Wu, que estaba muy ocupado cuidando a su "adorable" esposa (N/A: Así es, consiguió que se casara con él. Solo necesitó adormecerla y hacerle firmar los papeles. O.o)
(N/A: Aunque si me lo hubiera pedido a mí, no habría tenido que pasar por tantos problemas)(N/W: Pero a ti yo no te quiero, eres muy problemática)(N/A: ¬¬ ¡Calla insensato!. O te embarazo.)( N/W: O.O).
¡Aaarg!. ¡No puedo creer que mi pobre hijo esté ahí dentro!. – exclamó, completamente neurotíco. - ¡Pobre criatura!
Quatre lo miró divertido mientras revolvía la salsa para la cena.
Wufei, tienes que entender que Sally se siente muy incómoda ahora. Piensa lo que es tener que cargar con otra persona dentro de ti todo el tiempo.
Ya no puedo esperar a tener a mi hijo en mis brazos. Lo entrenaré desde el principio para que sea un fuerte guerrero como su padre.
Quatre sonrió. No quería recordarle a Wufei que también era posible que su hijo fuese también una hija.
En eso se oye que Sally llama a Wufei desde el cuarto, pero con una voz entusiasta, lo que probablemente indicaba un nuevo antojo estrambótico. El chino se crispó solo de recordar que había que tenido que conducir tres horas para conseguir el último antojo de Sally: una torta de fresas que se hacían en un local pequeño en otra ciudad.
Creo que te llama. – le dijo a Quatre, a ver si conseguía hacer pasar a su bonachón amigo por tonto.
Pero el árabe sonrió y negó con la cabeza. Wufei soltó un suspiro y se acercó temeroso al cuarto en el que su esposa reposaba. Al cruzar el umbral y verla recostada descansando, se quedó sin aliento, pues la encontraba absolutamente hermosa. Nunca la había visto tan bella como en ese momento. Un extraño sentimiento lo llenó por dentro, se apoderó de él.
¿Necesitas algo?.
Sally lo miró con una gran sonrisa en el rostro. Tenía una mano apoyada en su abultado vientre y con la otra le hizo un gesto para que se sentara a su lado en la cama.
Pon tu mano aquí. – le dijo, tomando la mano de su marido y poniéndola en su vientre. Wufei pegó un respingo cuando sintió algo patear. Su corazón se llenó de alegría.
¡Ese es mi niño!. Va a ser un gran guerrero. – aseguró orgulloso.
Recuerda que también puede ser una niña. – le repitió por décima quinta vez en la semana. Pero Wufei estaba tan emocionado, que ignoraba por completo lo que ella le decía.
O un niño.
Sí, tal vez. Pero también puede ser una...
¡Es un niño!. – afirmó totalmente convencido, levantando la mano derecha. – Esa patada solo la da un guerrero Chang.
Pero si es mujer también puede ser una guerrera... – polemizó Sally, para poner a su marido contra la espada y la pared. Observó de reojo como se comenzaba a inquietar... No aguantaría mucho...
¡Bah!. Las mujeres son débiles. – soltó al fin. Sally ya se lo esperaba.
Me gustaría ver a un hombre cargar con una pelota de playa 24 horas al día, hincharse, vomitar todo lo que come y soportar a un compañero insensible ¬¬
O.O Vaya. Hoy sí que las hormonas hicieron estragos en ti¿no?.
¬¬ ...
¬¬ ...
Tráeme otra torta de fresas, maldito chauvinista.
Después de ayudar a Wufei y a Sally en la casa, Quatre salió a cenar con Trowa para pasar tiempo de "amigos", como habían prometido hacerlo luego de reconciliarse de la pelea anual.
¿Como le está yendo a Wufei con todo?. – preguntó Trowa antes de tomar un sorbo de vino.
Mmm... Creo que para ser Wufei, lo está manejando muy bien. Ya leyó varios libros sobre paternidad, está cuidando muy bien de Sally, trata de ser más sensible y lleva el trabajo de la oficina a la casa para poder estar con ella. – soltó un suspiro de ensueño al terminar. Trowa levantó una ceja... Ya se imaginaba lo que estaba pensando Quatre, y eso le ponía un poco celoso. Ese Wufei era peligroso.
¡Ejem!. – se aclaró la garganta ruidosamente. Quatre lo miró extrañado.
¿Pasa algo?.
No... Nada. Solo pensaba en Heero. Lo he notado muy raro desde que se fueron su hermana y Duo. – cambió de tema.
Ah, si. Es que tuvo una fuerte pelea con Nijan y a raíz de ésta, ella se marchó para realizar un viaje que ya tenía planeado, y Duo la acompañó. Aparentemente sigue en esa etapa de "autodescubrimiento".(N/A: Eso me suena a "me toco"... Cada cuánto será que Duo "ahorca al pequeño Duo") (N/D: Ni tan "pequeño"... Y se llama "El General") (N/A: siiii, Duo. Ya todas lo conocen ó.o Eres un fácil)
Mmm... Desde que lo conocí que se está autodescubrimiento. Ya debería haber descubierto todo lo que había por descubrir a estas alturas. – exteriorizó desconfiado. Conociendo a Duo, sus planes eran más que solo "autodescubrirse".
Ja, ja Trowa, no seas malo. – tomó un sorbo de agua. – Pero yo también noté a Heero muy raro, y siento que está triste.
Además, creo que también está muy molesto con Maxwell por haberse fugado con su hermana. – señaló algo divertido Trowa ante la situación.
Ese Duo siempre encontraba la forma de complicarlo todo, al igual que Nijan. Habría que esterilizar a ambos para evitar que se reprodujeran.
Ja, ja. Si, yo también lo creo.
Siguieron comiendo un rato en silencio.
¿Sabes donde están ahora?. – interrogó Trowa. La curiosidad era un rasgo poco común en él.
Sí. Están en la Tierra, pero recientemente visitaron la colonia origen de Duo. Tal parece que la están pasando muy bien. Me comunico con Duo ocasionalmente y me cuenta de los planes que tienen.
Continuaron comiendo en silencio. Entre bocado y bocado, Trowa lo observaba comer sonriente como siempre. Era extraño como esa persona podía estar siempre alegre, siempre con una sonrisa en los labios. Eso era lo que más le llamaba la atención de Quatre.
Después de cenar fueron al teatro y luego, a caminar por el parque bajo la luna plateada. Ya era entrada la noche y hacía bastante frío, así que tomaban chá caliente para mantenerse en calor mientras conversaban. Finalmente, luego de haber hablado sin para por largo rato, hubo un prolongado silencio en el que solo se oían sus pasos en la acera que rodeaba el parque.
Hay algo que quieres decirme. – le afirmó Quatre. Había notado a Trowa raro toda la noche y ya quería saber que le pasaba.
Si, de hecho hay algo que quiero pedirte. – tardó un momento en formular lo que iba a decir, así que cuando finalmente habló, Quatre le prestó mucha atención. – Quiero que nos mudemos juntos a una casa, solos.
¿Era eso lo que querías pedirme?. – preguntó con una gran sonrisa. - ¡Claro!. Me encantaría. – rodeó su cuello con sus brazos y acercó su rostro al de Trowa para besarlo. Luego le tomó de la mano y continuaron su recorrido, haciendo planes para el futuro.
o0o
Eran la dos y media de la madrugada, pero al bebé no le importaba la hora. Había decidido que quería atún y Sally no podía dormir porque se la pasaba viendo pecesitos nadando de un lado a otro, así que se levantó de la cama con gran dificultad, sintiéndose como una ballena anclada.
Miró a Wufei, tal cual cayó en la cama se durmió y aún estaba completamente vestido por las dudas ella tenía uno de sus locos antojos. Se le ocurrió despertarlo para que él le trajese el atún; solo para castigarlo. Pero al verlo dormir tan tranquilamente se compadeció. Lo dejaría disfrutar de las pocas noches de sueño que le quedaban, porque una vez que naciera el bebé, él tendría que levantarse de madrugada a atenderlo. Ella ya había pagado tooodos sus pecados esos nueve meses.
Fue a la cocina y se sirvió helado de chocolate. El bebé era muy caprichoso y parecía haber cambiado de opinión. (N/A: Si, culpa al bebé de su glotonería). Se sentó en el sofá, mirando la hermosa vista que le ofrecía la ventana. Se removió incómoda al sentir nuevamente unas punzadas que había estado sintiendo antes de dormir; pero eso no le quitó el hambre.
Oye¿planeas acabar con todo el abastecimiento de comida de las colonias?. – le preguntó un Wufei aún dormido que aparecía en el umbral de la sala.
Esto está delicioso¿quieres?. – le ofreció, hablando con la boca llena. Wufei alzó una ceja y negó lentamente con la cabeza. La rubia se encogió de hombros y siguió comiendo.
El chino tomó asiento a lado de ella e hizo que se apoyara en su pecho así la abrazaba mientras ella engullía a sus anchas. Sin querer volvió a quedarse dormido.
Esto está delicioso. – oyó decir a Sally.
En realidad estaba semi dormido, consiente de todo lo que pasaba a su alrededor. Así habían sido todas sus noches desde que Sally se embarazó; no había tenido una sola noche de sueño reparador. Permanecía alerta todo el tiempo porque ya era hora de que el bebé naciera. Despertó del todo cuando Sally se puso de pie para buscar mas helado.
Déjame ir a mí, tu quédate sentada.- se ofreció aún dormido.
No, ya me levanté, que es lo mas difícil. – le sonrió mientras iba hacia la cocina, caminando con una mano apoyada en la espalda.
Wufei la seguía con la mirada. Siempre tenía la impresión de que Sally podía caerse con esa panzota suya. Bostezó y se frotó los ojos para ver si finalmente despertaba del todo, cuando justo en ese momento, Sally rompió fuente y Wufei la miró horrorizado como su esposa sorpresivamente "explotó".
¡Por Nataku!. ¡Qué te pasó!. – "¡Le dije que dejara de comer tanto!".
Está bien, solo rompí fuente. – lo tranquilizó, sin parecer demasiado afectada, porque siguió sirviéndose helado. – Entonces eran contracciones esos dolores que sentía... – dijo como para sí misma. Wufei la miraba asombrado por su pasividad. Se puso de pie de un salto.
¡Pero es mucho líquido!. Maldito libro, no es nada como lo describía. ¡Y tú, deja de engullir!. Debemos ir al hospital.
¡Mmm!. En un segundo, déjame terminar con esto, está un verdadero manjar... Pero creo que le hace falta un poco de atún... – se giró hacia la heladera para buscar el atún, al mismo tiempo que Wufei se dirigía a ella con paso firme para hacer que deje de comer y llevarla al hospital.
TUM!
Pero resbaló con el líquido y cayó de espaldas, quedando inconsciente.
¿Seguro que no quieres?. – le preguntó Sally, con la cabeza metida en el refrigerador. – ¿Wufei?. – comenzó a mirar alrededor y lo vio tirado en el suelo. Se encogió de hombros y siguió comiendo. – Te amo mi cielo, pero mejor, así no me molestas.
o0o
Despertó con una cegadora luz blanca en su rostro. Levantó una mano para proteger sus ojos y trató de ponerse de pie. La cabeza le dolía y no recordaba qué había pasado. Finalmente pudo reconocer que estaba en la camilla de un hospital, y recordó que había resbalado y caído, por eso le dolía tanto la cabeza. A su mente vino Sally.
¡SALLY!. – exclamó sobresaltado al recordar que había roto la fuente. ¿Donde estaba?. ¿Cómo había llegado ahí?. Miró en todas direcciones en busca de respuestas.
¡Hola Wufei!. Muchas felicidades, me alegro mucho por ti.
¡Quatre!. ¿Qué haces aquí?. ¿Y Sally?. ¿Está bien?. ¡Habla, con un demonio!. – gritó histérico, zarandeando al chico con fuerzas.
. Calma, calma. Todo está bien. Los doctores están con ella ahora, parece que todo va bien. Despertaste muy pronto.
¿Cómo llegamos aquí?.
Quatre le pasó un vaso con agua y una aspirina. Eso le dijo la enfermera que hiciera tan pronto se despertara.
Sally me llamó camino al hospital pidiéndome que fuese a buscarte a ti a la casa y te llevase al hospital. Ella vino conduciendo sola. ¡Es toda una joya, esa esposa tuya!. Allá en casa, ella se habría ganado el derecho de ser esposa única ñ.ñ
(N/A: Jojojojojo . No creo que a algunas nos moleste ser una de las esposas de Q-chan... Total, siempre lo compartimos con Trowa.) (N/T: QUE/ó ) (N/A: Como si no supieras que todo el mundo viola a tu Quatre...)
Debido a la situación en la que se encontraba, a Wufei no se le ocurría por qué los árabes tomaban mas de una esposa. "Dos mujeres embarazadas al mismo tiempo... terrorífico", pensó recordando todo el dolor y sufrimiento que padeció por culpa de Sally esos meses. Tomó el agua de un trago, evitando ver a Quatre. Se había puesto rojo por la vergüenza. Su mujer había ido sola al hospital a tener al bebé porque él se había desmayado.
Esto queda entre nosotros. – advirtió en tono amenazante, mirando hacia otro lado. Quatre sonrió y asintió.
Trowa y Heero están por llegar. Les dije el nombre del hospital antes de salir.
Por primera vez Wufei se percató que Quatre estaba con los pantalones a rayas de sus pijamas, una remera blanca, zapatos deportivos y un abrigo.
Oye...
¿Dime?.
Gracias...
¡No hay de qué!.
Llevaban esperando una hora cuando Heero y Trowa llegaron al hospital todos bañaditos y adecuadamente vestidos, en contraste con Quatre y Wufei. Éste último caminaba de un lado a otro gritándole a cada médico o enfermera que pasara a su lado, preguntando por Sally. Nadie quería decirle nada, lo que lo ponía más nervioso.
¡Maldición!. ¡Ya no aguanto estar aquí sin hacer nada!. – soltó de muy mal genio Wufei, golpeando una pared.
Tranquilo, que así no ayudas a Sally. – le aconsejó Trowa, en su típico tono apacible.
Claro, él estaba muy tranquilo, recostado contra la pared y con los ojos cerrados. Ya quería verlo a él cuando su hijo fuese a nacer. Entonces se vengaría. ¡VENGANZA!. Hacía mucho que no tenía una buena venganza... Ya comenzaba a extrañarlas. (N/A: O.o ¿Nani?. ¿Q-man puede tener bebés?.
sonrisa pervertida Supongo que si Tro-chan hace bien su trabajo, sí. 9.9)
Si te preocupa tanto¿por qué no entraste con ella a la sala de partos cuando llegaron?. – inquirió Heero, que estaba sentado de piernas cruzadas leyendo un libro.
Wufei volvió a ponerse notablemente rojo, pero no contestó.
Pasó el tiempo. Dos horas desde que llegaron y todavía nada.
Trowa fue a buscar algo de comer, y como no volvía, Quatre lo fue a buscar.
Sí, claro. A Wufei le crispaba que otros se divirtieran mientras él estaba perdiendo la cabeza.
Una enfermera llegó para decirle que habían algunas complicaciones con el parto porque el bebé no estaba en posición.
¿Pero estarán bien?. – preguntó Wufei, notablemente preocupado, y aunque no lo demostraba, muy asustado por la noticia.
Esperemos que si, señor Chang. – le contestó la mujer, que tenía una expresión muy amable a pesar de que Wufei ya le había gritado dos veces con anterioridad. – No se preocupe. La médica que está con ella es una de las mejores. – dijo para tranquilizarlo antes de marcharse. (N/A: Sí, soy feminista, por eso puse a una mujer de doctora ¬¬. ¿Algún problema?)
No puedo creer que me esté pasando esto a mí. – alegó, dejándose caer en el sofá de la sala de espera. Heero lo miró ceñudo.
¿Cómo que no?. Con todo lo que follaban, si no salía embarazada sería contra las leyes de la naturaleza, de la física, de la química...
Ya cállate Heero ¬¬.
Hablando de follar... – dijo al ver que Trowa y Quatre volvían muuy sonrientes y despeinados los dos. - ¿Dónde se habían metido, par de turros?.
Los dos interpelados enrojecieron notablemente.
Este... Fuimos a desayunar. – replicó Quatre, pasándose los dedos por el cabello para arreglarlo un poco.
Ay, sí tu. Ni que hubiéramos nacido ayer. Trowa, por lo menos moléstate en cerrarte la bragueta después de hacer sus chanchadas¿quieres?.
(N/A: O.O Waw, Heerito si que está de mal humor. Si en este fic él fuese gay, diría que Duito no le está dando como Dios manda) (N/A2: Y ahora arderé en el fuego del Infierno por toda la eternidad por haber metido a Dios en ésto).
¿Me trajeron algo de comer, al menos?. – preguntó Wufei de mal grado.
Trowa y Quatre intercambiaron una mirada cómplice y sonrieron, enrojeciéndose.
Créeme, Wufei. Tú no querrás desayunar lo que estos dos. – zumbó Heero.
En ese momento, la médica que atenía el parto de Sally llegó a la sala de esperas.
¿Señor Chang?.
Soy yo. – dijo, poniéndose de pie.
Me alegra que ya esté bien. – le sonrió. Towa y Heero fruncieron el ceño sin entender. – El parto fue todo un éxito. Tanto madre como bebé están muy bien. Felicitaciones, es padre de una niña de tres kilos y medio, sana y fuerte.
¡QUE!. ¡UNA DEBIL NIÑA!. – soltó Wufei incrédulo. La médica sonrió.
Le puedo garantizar que de débil no tiene nada. Pude ir a verla si lo desea. Ahora me retiro.
¡Felicidades Wufei!. Ya eres padre. – sostuvo Quatre alegremente.
Eso, felicidades. – secundó Trowa, con su voz tan emotiva como siempre. – ¿No estás feliz?.
¬¬
¿Por qué al menos no vas a verla?. Y si no te gusta, la devuelves. (N/A: O.o ¿Heero haciendo bromas?. Creo que antes de seguir, mejor me voy a dormir unas horitas. Nunca mezclen barbitúricos con gaseosa.)
Wufei fue a la habitación de Sally. Al entrar la vio acostada en la cama, muy pálida y se la notaba igualmente cansada, pero aún así tenía una gran sonrisa, y cargaba a la niña en brazos.
¿Cómo estás?. – le besó la frente y luego miró a la bebé.
Era muy, MUY pequeña. Más pequeña de lo que creyó que eran los recién nacidos. "Jamás será un guerrero Chang", pensó al verla cubierta en la mantita. Estaba toda rosada y arrugada. A Wufei le recordó a un Bull Dog. Tenía los ojos cerrados y movía las manos si coordinación frente a su rostro.
Así que eras tú la que tenía todos esos antojos¿eh?. – le dijo no muy emocionado. La bebé reaccionó al escuchar su voz. – Mira, reconoció mi voz. – soltó, súbitamente interesado.
Sally sabía muy bien que se hacía el duro y que pronto estaría loco por su hija.
¿Quieres cargarla?
No... ¿Y si la rompo?.
Haremos otra. – bromeó Sally, encogiéndose de hombros. Wufei la miró molesto, hasta que estalló:
¡Sally, me diste una débil mujer como heredero!. – se quejó. - Quiero el divorcio. - Sally rodó los ojos.
Ya cárgala y deja el berrinche. – sin mucho entusiasmo cargó con sumo cuidado el bulto rosado que Sally le pasaba. La miró fijamente unos instantes, sin siquiera moverse.
Sally... – susurró, como hipnotizado. - ¡Está muy fea! T.T. – externó llorando un río. – Está toda arrugada y rosada, y ni abre los ojos... – se quejó, comenzando a mecer al bebé sin darse cuenta. - ¡ONNA! ¬¬ Quiero el divorcio. Ya te lo he dicho y te lo repito... ¡Mira!. Para el colmo está rota. ¿Qué las mujeres no pueden hacer nada bien?. ¡Es el último hijo que tengo contigo!.
¡Es HIJA, Wufei Chang!. Tienes una NIÑA. – Sally enfatizó con calma las palabras "hija" y "niña", soltando un suspiro de agotamiento.
Wufei frunció el ceño aún más, iba a contestar algo, pero fue interrumpido:
¡Buenos días Sally!. Muchas felicidades. – Quatre entraba acompañado de Trowa y Heero.
Muchas gracias, Quatre. Y gracias por el otro asunto...
¡Ni lo menciones!. Déjame ver para quién estuve cocinando todo este tiempo, Wufei. – pidió, tomando a la bebé en brazos.
Quédatela si quieres, te la regalo. Está muy fea. – ofreció muy amablemente, metiendo las manos en los bolsillos al mismo tiempo que miraba al techo y silbaba desentendido.
¡WUFEI!. ¬¬ – le reprendió Sally, comenzando a ponerse nerviosa.
Y tú guarda silencio, que voy a pedir la prueba de paternidad. Estoy comenzando a sospechar que yo no era el único al que le pedías trabajar horas extras, mujer infiel ¬¬.
Todos: u.uUUU
Todos los bebés son feos cuando nacen. – alegó Quatre, sonriendo mientras mecía al bebé con toda naturalidad. Trowa lo miraba encantado.
(N/A: Me pregunto que está pasando por su cabecilla...)
Sí. – secundó Heero. – Recuerdo que cuando nació Nijan era roja y toda arrugada, y ahora no está tan mal.
Quedó muy bien, de echo. – aseguró Duo Maxwell, asomándose por la puerta con su típica gran sonrisa que iluminaba ciudades enteras. - ¡Buenos días a todos, y muchas felicidades a la radiante madre!. – le entregó a Sally un ramo de flores amarillas muy bonitas y le dio un beso en el cachete.
Muchas gracias, Duo.
¿Y tú que diablos haces aquí?. – le preguntó Wufei, mientras se saludaban con un abrazo y una sonrisa.
Recibí un mensaje de Quatre esta madrugada diciendo que Wufei sería padre y como estaba visitando L2 dije que no me podía perder este gran acontecimiento y me vine para acá. En realidad vengo de una farra espectacular, no se imaginan todo lo que...
Bueno, nos alegramos mucho por ti, ahora cállate. – le interrumpió Wufei, extrañando todo aquello.
Eres un gruñón. – se inclinó sobre la niña que Quatre cargaba y comenzó a hablarle de esa manera que todos hablamos automáticamente cuando vemos un bebé O.o - ¿Verdad que si?. Tu padre es un gran gruñón y mal humorado, si lo es, si lo es. ¿Segura que eres de ese feo?. Tu eres muy bonita.
Tengo mis dudas... – rezongó el padre, cruzado de brazos. – Te la cambio por aquella katana que trajiste de China.
Nuh ¬¬... si mi katana es mucho más bonita. Y me costó cara... Tú puedes hacer cientos de ese bultito de ahí... – replicó Duo. Sally le dedicó una mirada asesina.
Ya basta. – sentenció Trowa. Tomó a la bebé y se la puso a Wufei en los brazos. – Ahora mírala y dime que nos estás loco por ella.
De mala gana, Wufei la miró atentamente. Ya se había dormido y lucía adorable con su carita arrugada y su lenguita rosada entre sus labios. Wufei comenzó a sentir una gran ternura por ese individuo que estaba cargando. Era tan pequeño e indefenso, necesitaba de él para que lo cuidase y lo mantuviera con vida. Sin darse cuenta comenzó a mecerla y a hablarle como deficiente mental (N/W: ¿Como Duo?.)(N/D: ¬¬ )
No eres tan horripilante después de todo¿verdad?. Eres una cosita arrugada y rosada. Puede ser que me quede contigo después de todo...
Sally: u.uU
La bebé despertó de nuevo al oír la conocida voz de su padre y comenzó a mover las manos. Tomó el dedo de su progenitor con fuerza, como queriendo castigarlo por todos los insultos hacia su pequeña persona.
En ese momento, el corazón de Wufei se hinchó de orgullo y amor hasta el punto de sentir que iba a explotar. Se percató que amaba a ese pequeño ser mas que a nada en el mundo, sin importar lo que fuese.
Ya no quiero un hijo. Tú eres todo lo que necesito ahora. – le dijo en voz baja a su hija para que los demás no lo escucharan y se mofaran. Pero sí lo hicieron, aunque en lugar de burlarse, sonrieron felices. Ese bebé provocaba una extraña sensación de unidad.
¿Y cómo la vas a llamar?. – preguntó Duo, sacando a relucir el tema del nombre. Wufei la miró proféticamente y la elevó en el aire:
NATAKU O.o
Todos: O.O
NO SUEÑES. – denegó Sally terminantemente.
Está bienMeryan.
Menos. No le pondremos a mi hija el nombre de tu ex esposa.
¿Tonces? ¬¬
Heero se acercó a la niña y la tomó en brazos. A la mente le vinieron muchos recuerdos de su infancia, sobre todo de Nijan, cuando esta llegó a casa del hospital. Eran muy parecidas. (N/A: Todos los bebés lo son, Hee-chan). Recordó cuando lo dejaron cargar a su hermanita nueva, él la comenzó a mecer con suavidad como hacía ahora con la hija de Wufei. Comenzó a extrañarla... Pero no tenía caso, no la volvería a ver. Él mismo le había dicho que se marchara y que ya no volviera.
Miró a la bebé fijamente mientras la mecía de un lado a otro. Era algo absolutamente perfecto. Una palabra le vino a la mente, y sin darse cuanta la dijo en un susurro:
Kirei...
¡Eso es!. – saltó Duo, haciendo que Heero pegara un respingo. – Que se llame Kirei.
Maxwell, tú y tus ocurrencias ¬¬ . Ese no es un nombre. – le dijo Wufei.
A mí me gusta ñ.ñ. – admitió Sally.
Tú no tienes voz ni voto. Nos divorciaremos y yo me quedo con la niña.
O.O
A mí me gusta. – concordó Trowa. – Creo que es un nombre muy bonito para una niña.
Sí, lo es. – asintió Quatre.
¡Pero es que son ciegos!. Sería demasiada ironía llamarla Kirei. – acuñó Wufei
Ay, Wufei. Los bebés crecen y cambian. Además yo no la veo taaaan fea como dices. – insistió Quatre.
Yo quería un nombre tradicional chino T.T
Al diablo. Yo la parí, y digo que se llamará Kirei.- finalizó Sally con la discusión.
Heero levantó al bebé en el aire al estilo Rey León.
Kirei Chang Po
Pobre niña u.u – murmuró Duo, ladeando la cabeza en sentido negativo.
Continuará... (están advertidos)
Notas de la autora: Bue, espero que les esté gustando el capi, estamos por terminar, así que siéntase libres de dejar reviews con sus críticas y comentarios así soy más feliz .
Hasta ahora fueron malitos y me tacañearon con los comentarios T.T Pero de verdad, muchas gracias a las personas que se molestaron en escribirme, toy feliz ; ;
Juny Tao: Y por qué lloras, tonces, sis?
Nadesiko: Parte poque toy feliz, parte porque es un efecto secundario de...
Juny Tao: ¬¬ Bueno, mi manis es medio complicada... Pero dejen sus comentario para hacerla más feliz! (Porque lo loca no e le saca ¬¬)
Nadesiko: Junyyyyyy!. Toy viendo triple otra vez!. Y eso que ni estoy borrasha...
Juny Tao: Tonces dónde tá mi botella de tequila? O.ó
Muchas gracias a mi sis Juny por apoyarme en todo y decir que las batrofias que escribo son buenas.
Himperion: Ja, ja, ja. De verdad te pareció decente el capi 5?. Waw, creo que me estoy volviendo menos tarada... NAAAA!. Eso ya no me lo sacan. Muchas gracias por tus comentarios ácidos, me suben el ánimo. Aunque no entendí lo del cianuro... Insinúas que soy mala escritora?.A ver si me escribes un mail para charlar un chiqui... Prometo que trataré de mantener la perversión al nivel de los primeros capítulos. Este me salió más o menos igual de pervert, no crees?.
Besos a todos los lectores!. No se pierdan el capi siete, en donde culmina la historia y trae un eplílogo!
