¿Hay un después?
POR: malia-evans
DEDICADO A: a Mary, y a Olga. Os kiero mucho guapas! Y a ti, Carlos, ojalá compartas lo que yo siento por ti.
DISCLAIMER: ninguno de estos personajes son míos, sino que pertenecen a J.K. Rowling y Warner Bross, a excepción de Christine Benoitte y Jacqueline Simons, y otros personajes que no aparecen en la saga de HP.
"Dejé de amar, perdí la capacidad de captar sentimientos ajenos¿Y ahora, después de tanto tiempo, tienes el coraje de venir a pedirme perdón? O tienes valor o eres idiota."
Capítulo 4: Una navidad ¿única?
Nos quedamos en…
Realmente, no es que le importase que corriesen por dentro de casa. Lo que si le molestaba, es que ese inútil que hacía llamarse Potter, hubiese tenido la cara dura de invitar a la gente a SU casa por todo el morro, eso claro, Remus era la excepción. Y encima, había tenido el valor de tutearla.
Entre la gran multitud de gente que había esa tarde en las concurridas calles de Paris, una joven pelirroja caminaba a toda prisa hacía unos grandes almacenes. Estaban a dos semanas de Navidad, y ella todavía no había comprado los regalos. Bien era sabido, que durante sus cuatro años de "ocultamiento" no había celebrado la Navidad, pero a estas alturas era prácticamente imposible inventarse una mentira lo suficientemente creíble para no pasar las fiestas en compañía. Lo tenía asumido, esas fiestas Christine, Remus y Sirius, estarían invitados a la cena de Nochebuena.
Pronto llegó a los almacenes, y una vez allí se quedó en blanco. No tenía la menor idea de que podía regalarles… A Remus, lo tenía claro, libros. Pero¿a Christine y Sirius? Eran demasiado complejos.
Entró a una tienda de moda y le preguntó a la dependienta:
- Perdone¿tiene mini faldas de colección?
La chica rió con ganas, pero al ver la cara de su clienta comprendió que iba en serio.
- Eh.. Sí- le respondió, entró al almacén de la tienda y salió con una caja- Estás son todas las que tenemos, todos los colores y todos los tejidos…
Lily las miró bien, demasiado largas pero aceptables.
- Bueno, y ¿botas altas?
¿De qué color- preguntó la dependienta.
- Todos los que tenga, por favor.
La muchacha se sorprendió, por las pintas de esa mujer no parecía tener suficiente dinero como para pagar todo lo que pedía. Ha de quedar claro, que iba con unos tejanos muy anchos y un simple jersey de cuello vuelto de color marrón oscuro, y el pelo… tanto correr se lo había revuelto de manera sorprendente.
Pocos minutos después volvió al mostrador, y le mostró botas altas, de todos y cada uno de los tonos existentes, desde blanco crudo, hasta negro azabache.
- Esto bastar�- supuso la pelirroja¿Cuánto es?
La joven fue a caja, contó todo y le dijo:
- 768 euros, señorita.
Lily puso cara de espanto, y la dependienta sonrió, se imaginaba que no podría pagar aquello, pero…
¡Que barato- anunció Lily- Pensé que sería más caro- Sacó el monedero y le pagó, fue entonces cuando la joven dependienta pudo ver su identificación nacional. Embajadora. Normal que pudiese pagar.
Después de esa inusual compra, se dirigió rápidamente a la planta de lencería masculina. Tenía la sensación que si le regalaba ropa a Sirius, al igual que a Christine, él sería feliz.
Horas después, y cargando miles de bolsas, la joven pelirroja, por fin pudo salir de los grandes almacenes.
Llegó a casa a eso de las diez de la noche, pensó que sus guardaespaldas, estarían durmiendo, menudos vagos… Así que entró con el mayor sigilo posible.
¡Se puede saber de donde vienes- le gritaron desde el final del pasillo
- No es de tu incumbencia, Potter
- Evans, haber cuando lo entenderás- se tranquilizó un poco el moreno- Estamos aquí para protegerte, no para que desaparezcas y tan tranquila.
- Puede- admitió- Pero sería más útil que pusieran a alguien para que me protegiese de ti- y se alejó dejando al auror pasmado- No me molesten, tengo trabajo- añadió al subir las escaleras.
Una vez en su habitación guardó todo lo que había comprado, y se sentó en su escritorio. Tenía mucho que escribir.
Toda la tarde había pasado y Lily todavía no había acabado de escribir las invitaciones para la cena de Navidad. Al acabarla la leyó:
"¿Qué tal amiga?
Siento que haber tenido que cortar nuestra comunicación, pero debía protegerme, ahora a no debo temer, tengo a dos maravillosos aurores cuidándome. Y debo añadir que James Potter es uno de ellos ¿Ves lo contenta que estoy? Nótese el sarcasmo. No quisiera romper tus planes, pero si no tienes nada que hacer en Nochebuena, pasaré por tu casa a recogerte¿te parece a las nueve? Espero tu respuesta. Besos.
Lily
P.S También he invitado a Remus y a Sirius, espero que no te moleste."
No estaba del todo mal, así que la envió, y bajo a cenar, ya que no había probado bocado en todo el día.
En el comedor, inevitablemente tendría que volver a ver a Potter, y seguro que le echaría de nuevo la bronca por haberse ido sin avisar. Ni que fuese de porcelana.
- Ohh! La señora por fin se digna a aparecer- pronunció Potter con desagrado.
- Es que no tenía muchas ganas de verte amorcito- le respondió Lily haciendo que ante la mención de amorcito, el moreno se exaltase.- Por cierto¿dónde está Richards?
Rollo cortado.
- Su hermana enfermó y estará dos días fuera- dijo con toda naturalidad, pero sin ocultar una picara sonrisa.
- Ni lo sueñes Potter. Bastante hago con dejarte quedar en la casa- añadió con desprecio- Si por mí fuera, ni siquiera estarías aquí.
¿A qué te refieres?
- A que puedo defenderme yo solita del cerdo que quiere matarme
¿Acaso sabes quién es?
¿Cómo no iba a saberlo Potter- le respondió con el mayor sarcasmo posible
- Aggg, eres muy desagradable.
- Aprendí del mejor
¿No seré yo- preguntó un poco picado
¡Bingo!
- Bueno dejémoslo Evans- recapacitó Potter- Y dime de una buena vez quien quiere matarte.
- A ti te lo voy a decir sabandija
- Como quieras. Pero si de pronto viene un desconocido y te mata. A mi ni me mires.
- Eres más rastrero de lo que pensaba- replicó con desagrado
- Lo que tú digas
- Mira Potter- gritó- No es mi problema que el idiota de mi hermano quiera matarme- anunció, y más para ella que para Potter añadió- Maldito Lord.
Sin embargo, eso último fue escuchado por el joven auror, que se sorprendió. No esperaba que fuese Voldemort quien quisiese matar a la pelirroja. Pero mucho menos esperaba que él fuese el hermano que Remus le había dicho que tenía la pelirroja.
Quedaban 2 minutos para las nueve de la noche. Bueno, eso sería normal, si no fuese Nochebuena. Lily, sin embargo no parecía haberse dado cuenta de ese pequeño detalle. Evidentemente. Estaba dormida. Pero no por mucho tiempo, porque
¡LILLIANE MARIE EVANS! –gritó un moreno desde la puerta
La pelirroja despertó de tal manera que no pudo evitar caerse al suelo, haciendo que Potter cayese también al suelo, pero de risa.
- Potter… - dijo con una parsimonia peligrosa¿QUÉ DEMONIOS PRENTENDES! – gritó furiosa
¿Tal vez que llegases a tiempo para recoger a Benoitte? –respondió con ironía
Lily se asustó, sin pensárselo dos veces miró el reloj, y casi le da un infarto. �¡Faltaba un minuto para las nueve¡Y CHRISTINE VIVÍA EN EDIMBURGO!
Iba a cambiarse de ropa, cuando notó algo que sobraba. Sin siquiera apartar la mirada del armario murmuró
- Mejor vete si no quieres que te castre
El moreno salió de la cámara arrastrando los pies sin decir nada, aunque la pelirroja le oyó susurrar:
- Por poco…
Cinco minutos después, Potter pudo observar cómo la pelirroja bajaba a toda prisa las escaleras, así que se levantó y fue tras ella
¿Dónde crees que vas? –preguntó el moreno
- A casa de Christine, enano mental
Omitiendo el último comentario, siguió
- Ya¿y la escolta?
- La escolta se quedará en casa
- Más quisieras – le respondió- Anda, vamos o llegaremos larde.
No rechistó porque sino llegarían todavía más tarde. De modo que cuando salieron de la casa, ella sólo dijo
- Es el 7 de Oxford Street, Edimburgo
Con un simple ¡plop! desaparecieron de los jardines, para aparecer segundos más tarde frente a una modesta casita, en lo que parecían las afueras de la ciudad.
Lily se acercó a la puerta y, tras respirar bien hondo, tocó el timbre. Y salió corriendo.
Desde su escondite, Lily pudo ver como una joven de su misma edad abría la puerta, y al no ver a nadie, volvía a cerrar. Entonces notó algo a su lado, se giró y se encontró al moreno.
- Eres más cobarde de lo que pensé- le reprochó Potter
La cara de la joven lo expresaba todo
¿Y eso a que coño viene? – preguntó fastidiada
- Tú sabrás…
- Aggg. �¡Eres insoportable! –gritó la pelirroja
- La que fue a hablar…- respondió con calma
¿Qué insinúas? – dijo un poquito, pero sólo un poquito picada
- Lo que oyes
Lily calló. Por lo que Potter pensó que esa vez había ganado él. Lástima que no reparo en que la pelirroja estaba buscando su varita en el bolso.
La joven, mientras el moreno pensaba, se acercó peligrosamente a él y, sin que éste se diese cuenta le apuntó con la varita, directa al corazón.
- Repítelo si tienes valor.
Potter se lo pensó. Sabía la destreza de la joven con la varita, pero su orgullo era mucho mayor a eso.
- Que eres una cobarde, insoportable y encima eres más fría que el hielo.
Touche.
- Ya…- terció Lily con la voz queda¡Y ACASO TIENES LA MENOR IDEA DE POR QUÉ SOY ASI, PEDAZO DE SUBNORMAL? – gritó con todas sus fuerzas¡NO¿QUÉ IBAS A SABER TÚ?
Potter se quedó sin habla. Sí sabía el por qué de su comportamiento, pero no quería admitirlo.
¡AHORA TE HAS QUEDADO SIN LENGUA- añadió¡CLARO, MEJOR CALLAR Y DEJAR QUE SE LE PASE!
Sin embargo el moreno no contestó.
¡QUIERES TENER LA DIGNIDAD DE CONTESTAR- se estaba quedando sin fuerzas y, a estas alturas debía haber desperado al barrio entero con tanto grito¡POTTER!
Le levantó la mano, iba a pegarle. Bien merecido se lo tenía. Él lo vio venir, pero sabía que lo merecía, de modo que esperó el contacto, que nunca llegó.
Abrió los ojos, y vio que no había sido golpeado porque alguien había detenido la mano de la pelirroja. Es alguien era Christine. Y le estaba mirando como si fuese una rata.
Se llevó a la joven a su casa, y luego volvió a por Potter.
- No se si debería haberla parado – sólo le dijo eso. Le ayudó a levantarse y entraron a la casa.
Potter la vio. Estaba llorando en el sofá. Iba a acercarse, pero Benoitte se lo impidió.
- Llamaré a Lupin y a Jacky- le dijo- Sirius está arriba, mejor sube y quédate con él.
Subió arriba y se encontró con su mejor amigo. Le sorprendió encontrarlo ahí, pero le sorprendió más encontrarlo riéndose de él.
¿Tengo monos en la cara?
Eso hizo que Black riera más fuerte. Potter frunció el ceño.
- Con lo que me costó convencer a Mark de que se fuera de la casa –dijo- y vas tú, y consigues que te amenace.
¿Y eso qué tiene de gracioso?
- Nada. Río por no llorar.
- Ya…- aceptó- Por cierto¿qué narices haces tú en casa de Benoitte?
Sirius se quedó blanco.
- Espero una respuesta…
- E…es…- tartamudeó- Vale¡es mi novia!
Ahora era Potter el que estaba como la luna.
- Bromeas.
- No
- Vamos Sirius – aseguró Potter- Hace dos semanas no podíais ni veros.
- Eso te crees tú.
- Bueno¿me lo explicas, o me espero a que el veritaserum esté listo?
- Será en otro momento Potter- le interrumpió Christine- Lily ya se encuentra mejor y Remus y Jacky ya han llegado.
¿Entonces nos vamos? –preguntó Sirius
¿Tú que crees? –respondió con ironía la muchacha besándolo
Potter al ver eso, no pudo evitar hacer una mueca de disgusto, que no pasó desapercibida por los ahí presentes.
- No haber saltado a Liane – repudió la joven, todavía en brazos de su novio- Te lo mereces
Dicho esto, salió de la habitación dejando a Potter con remordimientos de conciencia, y a Sirius pensando en las consecuencias de esas palabras.
Media hora más tarde, los seis jóvenes se encontraban frente a la gran mansión, aunque sólo uno de ellos, en este caso de ellas, se encontraba admirando la grandiosa casa.
Entraron en la casa, y después de que Christine acabara de inspeccionar la casa de su amiga se sentaron en la mesa dispuestos a comer. Minutos más tarde, los elfos trajeron los más diversos platos, muggles y mágicos. De todos modos, un incómodo silencio reinaba la sala.
Fue Lily la que, muy a su pesar, empezó la conversación.
- Por cierto Chris –apuntó- Te sienta muy bien ese color
Lo cierto es que Christine, a pesar de ser francesa, no guardaba ninguno de los aspectos que normalmente se encuentran en uno de ellos. Llevaba el pelo teñido de un morado oscuro, y puesto que no le gustaba en absoluto llevar gafas, usaba lentillas, moradas, pero lentillas. Podría decirse que era muy atrevida, muy del estilo de Sirius.
- Gracias Lian – le agradeció su amiga con ese apodo por el que sólo la llamaba ella.
Por otro lado, Remus y Jacky estaban bastante entretenidos en una interesante plática. Jacqueline por su parte, era rubia y tenía unos apetitosos ojos color chocolate, muchos decían que eran la pareja perfecta. Y eso eran. Pareja.
Aunque lo más gracioso era ver a Sirius y a Potter. Comentando en voz baja, dejan ver que estaban tramando una broma. ¿Para quién? Ni idea.
Dos personas parecían haber notado eso, y se miraban divertidas. Sólo una habló.
- Volvamos atrás.
La otra sonrió.
Al acabar de cenar, eran cerca de las doce. Dos chicas salieron al jardín.
- Hacía tiempo que no hablábamos… -se lamentó
- No era mi intención- se disculpó la ojiverde
- Lil's, no tienes porque disculparte
- Pero…
- Pero nada. Tuviste todo el derecho a no volver a hablarles, a irte. Lo sabes.
- Aún así me siento mal –dijo la pelirroja- Os abandoné a Remus, a Sirius y a ti.
- Puede –admitió Chris- Y no hubo un día desde entonces en que no te buscase. Pero no te encontré. Aunque por lo visto- replicó admirando los extensos jardines- no te ha ido nada mal.
La mirada lastimosa de la pelirroja, hizo ver a Benoitte que ese comentario sobraba.
- Lo siento, no quise…
Dejaba mucho que desear. Ella había conseguido lo que muy pocos. Dinero, belleza y un buen trabajo. Pero le faltaba algo. Con quien compartirlo. Durante esos años, había logrado mucho, pero se había sentido muy sola.
-No es nada –replicó- Es tarde, mejor entramos ya.
Y entraron al salón. Justo en ese momento sonó la décimo segunda campanada, y Sirius y Potter no se hicieron esperar. Levantaron las varitas, e invocaron sus regalos. Parecían críos de seis años, aunque claro¿quién se resiste a abrir sus regalos de Navidad?
Tal vez fue por eso, que los demás presentes no tardaron en imitarles.
Un par de minutos más tarde, se vieron inundados por montones de regalos. Grandes y pequeños, caros y baratos, sentimentales, o materiales.
Jacky había recibido por parte de Remus, un precioso vestido hawaiano y unas sandalias a juego. Entiéndase que el mes siguiente se iban de vacaciones a Hawai. Por parte de Sirius y Christine libros de defensa. De parte de Potter, unos pendientes realmente bonitos. Lily se había abstenido de regalarle nada. Pero ella no replicó.
Remus pronto se encontró rodeado de libros. Aunque le encantaban, deseó que de vez en cuando le regalasen otras cosas. Su deseo se hizo realidad al abrir el regalo de los Marauders restantes: un enorme surtido de bromas.
Realmente Christine pudo formar una piscina de ropa, pero prefirió guardarla en el armario. Aunque disfrutó particularmente al abrir el regalo de Lily, aunque al igual que esta, opinaba que diez centímetros para una mini falda, era mucho.
Por su parte Sirius no pudo contenerse al ver tantos tangas de leopardo. Le entró tal ataque de risa que tuvieron que esperar a que se calmara para pedirle que se los probara, con la típica excusa de que si no le iban bien habría que devolverlos. No se hizo esperar.
Potter no pudo contenerse, y después de abrir los regalos de Sirius y Remus se lanzó sobre ellos y los hubiera matado por asfixia, de no ser por sus respectivas novias que los sacaron de semejante apuro. El regalo de Christine resultó ser un libro titulado: "Como ser todavía más idiota y no morir en el intento", y Jacky, al igual que Lil se "olvidaron" del regalo del moreno.
A Lily, el ser la anfitriona no le libró de recibir más regalos que cualquier otro. Sirius por lo visto, se había encargado personalmente de vaciar todos los grandes almacenes de Paris. Remus había fulminado todas las librerías de Hogsmeade, y Christine le había comprado dos billetes para ir a Venecia. Jacky y Potter por su parte, le habían hecho un regalo conjunto. ¿Cuál? Según ellos, mañana lo descubrirían.
Ahora, debían ir a dormir.
weno, weno, no es muy largo, pero no pude alargarme más. siento la tardanza, se me estropeó el ordenador. como compensación os subo tres caps seguidos, pero los demás no son tan largos. dejen reviews!y gracias a los q ya los han dejado, os kiero mucho!
kisses
malia-evans
