NdYune-ô: Bienvenido al capi decisivo de mi fic. Siento que nadie lo lee, tengo cero apoyo, le escribo al viento, pero qué me importa. No pienso abandonar XD. Me gusta ésta historia, así que seguiré aunque la gente me envíe reviews diciéndome que lo pare pq apesta, juajuajua.

Misión 7: "Victoria"

Kaoru contemplaba el vacío sobre el sofàmientras Battousai bebía, como siempre su leche sentado a la mesa, con expresión pacífica. Ella había estado pensando en el último tiempo, y estaba algo asustada, puesto que consideraba que aquel inexplicable deseo de tenerlo siempre cerca, que para éstos instantes ya se estaba transformando en necesidad, no era normal. Había empezado llamándole la atención, luego odiándolo, luego teniéndole una ilógica confianza y simpatía, luego volviéndolo a odiar y ahora... ahora sentía un golpazo en el pecho cada vez que se levantaba y lo veía sonreír y dar un "Buenos días" para ella, se sentía muy feliz durante sus largas conversaciones cuando no había nada que hacer, y le tenía una confianza increíble, sin contar el hecho de que el cariño que le tenía era exagerado para conocerlo tan poco. ¿Podría ser que ella... sintiera algo por él...?

.-Dios!

Exclamó ella, tapándose la cara con las manos para esconder el rubor de sus mejillas. ¡Rayos¡Parecía cierto! Ja... Ella enamorada (o algo que se le parecía). Tsubame-san y Okita-kun jamás lo creerían. Kenshin se asustó levemente al sentir el grito, pues estaba muy relajado, y miró a Kaoru con extrañeza.

.-Sucede algo, Kaoru-dono?

Kaoru enrojeció aún más.

.-No, no es nada, jejeje... -"Dios, ojala hubiera muerto cuando pude a manos del tipo de pelo plomo... no estaría pasando por ésto" pensó ella con fastidio.

Volvió el silencio. Kenshin regresó a su leche (la tomaba desesperantemente lento) con los ojos cerrados y total calma. Seguramente era otra de las peculiaridades de su pequeña Kaoru, así que solo rió y no le dio importancia. Kaoru pensaba y razonaba en su mente, sabiendo que Battousai jamás sentiría algo por ella. Pero su naturaleza emprendedora y directa le impedía ocultar la conclusión a la que había llegado. Siempre decía lo que sentía o pensaba, aún si tenía consecuencias negativas. Unos veinte minutos después, Kaoru una vez más rompió el silencio.

.-Shinta-san... ¿alguna vez se ha enamorado-Preguntó ella con total naturalidad.

Kenshin en tanto oyó esas palabras escupió toda la leche que tenía en la boca, y comenzó a toser frenéticamente, como si se hubiera ahogado. Kaoru rió de su reacción.

.-Cough, cough, cough... Po... por qué me lo pregunta-Preguntó él, secando el piso, algo ruborizado.

.-Pues... pues... -Kaoru volvió a enrojecer violentamente- pues porque... creo que... siento... por ti... yo... creo que siento algo por t...

Golpearon fuertemente a la puerta, interrumpiendo a la chica. Ella dio un suspiro y Kenshin, confundido, ilusionado y algo preocupado, se acercó a la puerta. Nuevamente era Shôgo. Kenshin se acercó y abrió la puerta tal como la otra vez, sin dejar que Kaoru viese algo.

.-Vengo por lo de la misión nueva. Debes venir conmigo de inmediato. -Dijo Shôgo tan frío como siempre.

.-Pero... y la chica... -preguntó Kenshin, más que preocupado.

.-Si te preocupa que escape, descuida, no lo hará.

Shôgo abrió la puerta completamente, empujando a Kenshin, y con una velocidad admirable lanzó un dardo hacia la sorprendida Kaoru, quien en tanto llegó el proyectil a su cuello, cayó al piso. Kenshin vio la escena y un terror lo inundó nuevamente. Su primera reacción era correr a ver cómo estaba su Kaoru, pero Shôgo estaba ahí, así que no podía.

.-Qué le hiciste?.! .-Preguntó al borde de la ira.

.-Es sólo tranquilizante, llorón. La mantendrá aquí hasta que vuelvas.

Kaoru miraba a Kenshin desde el piso con angustia, y estiraba su mano como intentando alcanzarlo. Kenshin la miró acongojado y en sus labios se pronunció un "Perdóneme" inaudible, mientras él esperaba que Kaoru lo entendiera. No pasaron más de cinco segundos para que la chica perdiera la conciencia. Kenshin y Shôgo salieron por la puerta y se dirigieron, ya camuflados, hacia su blanco desconocido.

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La chica despertó confundida y con dolor de cabeza, en el piso de su casa de verano. No sabía qué horas eran ya, pero a través de la ventana el cielo se veía oscuro y sombrío, al igual que la casa, y la lluvia entristecía aún más el paisaje, como en aquellas novelas de casas encantadas.

Se puso de pie con dificultad, y luego de encender un par de luces se dirigió a la cocina para beber un vaso de agua y aliviar un poco su horrible sed. No quería pensar en el por qué de lo ocurrido. Había captado el mensaje de Kenshin y supuso que sólo debía confiar en él. Ya se estaba sintiendo mejor, cuando llamaron a la puerta. Kaoru sonrió esperanzada, seguro era su Shinta-san y él le explicaría qué había pasado.

Sin embargo, al abrir la puerta se encontró con un hombre alto, de cabellos largos y negros, muy pálido y de ojos de un verde oscuro muy bonito. Vestía una boina también verde, una camisa blanca, y una chaqueta sin mangas y pantalones del mismo verde que el resto de su ropa. Se veía muy elegante descartando el hecho de que estaba empapado, como si fuera un hombre de la alta sociedad. Se quedó mirando a Kaoru en su traje usual de Kendo, en un minuto de silencio.

.-Sí? .-Preguntó Kaoru por fin.

.-Lo siento, señorita... mi nombre es Ellias Hackman, perdí mi avión de regreso a Inglaterra y cuando volvía al hotel donde alojaba me perdí yo... por favor¿Tiene algún lugar donde pueda pasar la noche? Le daré lo que quiera de lo que tengo... por favor...

Kaoru vio la ropa mojada del hombre, los anteojos rojos que colgaban del bolsillo de su chaqueta, y la angosta pero larga maleta que traía, y sintió pena casi inmediata por el extranjero, sorprendiéndose a sí misma. No creía que fuera problema tener a alguien más en la casa...

.-Mmm... Está bien, pase. Hace mucho frío, podría enfermarse. Me llamo Kaoru, por cierto.

.¡Muchas gracias, señorita! No sabe cuánto se lo agradezco. -El hombre abrazó a Kaoru amablemente con una gran sonrisa y se apartó de inmediato, al notar que estaba mojando las ropas de la chica.- Oh, Lo siento mucho, intentaré no ser una molestia ¡se lo juro!

.-Jejeje, no es nada... venga conmigo, le mostraré su habitación y ropa seca.

Una vez cambiado de ropa e instalado, Kaoru y el extranjero conversaron por largo rato de cualquier cosa que se les venía a la cabeza, mientras pasaba los minutos sentados junto al fuego de la chimenea principal. La lluvia está muy fuerte, así que Kaoru estaba feliz de tener a alguien con quien pasar la tormenta, aunque obviamente hubiera preferida a Shinta-san, pero él estaba fuera por alguna razón...

Ellias Hackman era un novelista inglés de no mucho éxito a quien habían invitado a una exposición de arte urbano, pero que había tenido un accidente en el camino al aeropuerto cuando iba a volver, y había perdido su vuelo. No conocía a casi nadie en Japón aparte de sus primos en Kyoto y se le había acabado el dinero, así que vería si podía vender algunas de sus obras en la calle para conseguir dinero y viajar a Kyoto, para que lo ayudaran. Kaoru le ofreció dinero, pero él lo rechazó terminantemente. Decía que suficiente era con haber aceptado a un desconocido en su casa para pasar la noche. Kaoru se paró con rapidez y exclamó sonriente:

.-Bien, está decidido. Te quedarás aquí el tiempo que necesites, "Hakuman"-kun.

El extranjero sonrió con la cabeza baja, procurando no ser visto. "Victoria", murmuró, en un rostro que no reflejaba nada más que malicia.

.-E... en serio? está segura?

.-Sí, sí, no creo que a Shinta-san le moleste tener a alguien más en la casa, es muy generoso... -Dijo Kaoru sin la más mínima señal de sospecha.

Al escuchar ese nombre, Hackman volvió a sonreír de forma extraña.

.-Muchas gracias, señorita Kaoru! Le prometo ser útil, no seré una carga-El joven abrazó nuevamente a la chica lleno de alegría. Kaoru se sintió algo avergonzada, no estaba acostumbrada a ese trato, y notó que el joven era muy delgado, pero a la vez increíblemente musculoso.

En ese momento, Kenshin se acercaba apresurado a la casa. Había tenido que asesinar ese día, como no hacía hace tiempo, así que rogaba que Kaoru no hubiera visto las noticias, pues, de momento al menos, no quería que ella lo supiera.

Había estado pensando en ella toda la tarde, preguntándose, preocupado, si estaría bien después del proyectil que Shôgo le había lanzado, si seguiría durmiendo cuando llegara, y, si era así, si se resfriaría por estar en el piso sin abrigos por tanto tiempo en una noche como ésta. Cada paso que lo acercaba a la casa de verano le aumentaba la felicidad. Las luces estaban prendidas; su pequeña estaba despierta.

Abrió por fin la puerta, sonriendo, y vio a Kaoru abrazada con aquel desconocido. Su sonrisa se borró de inmediato.

.-Oh, hola Shin-kun-Exclamó ella alegremente, separándose de Ellias con naturalidad.

.-Buenas noches, señor -Dijo el desconocido con una reverencia y aquella sonrisa maliciosa en el rostro, que a Kenshin no le agradó en lo absoluto.

.-Hola Kaoru-dono... buenas noches... ¿Quién es usted-Preguntó Kenshin con desconfianza.

.-Ah, él es Ellias Hakuman-san, es de Inglaterra. Tuvo unos problemas con su vuelo de regreso y decidí dejar que se quedara por un tiempo, porque no tiene a dónde ir. No creo que te moleste¿o sí?

.-Para nada...

.-Es tarde, será mejor que vayamos a dormir -Sugirió Hackman. Kenshin pareció molesto con la sugerencia.

.-Mmm... sí, creo que tienes razón, Hakuman-kun. Mañana habrá tiempo para explicaciones. ¡Buenas noches-Coincidió Kaoru, y fue la primera en retirarse, pues aún le dolía la cabeza.

El extranjero llegó a la habitación que Kaoru le había dado, y una vez trancada la puerta, se sentó y suspiró. Su cabeza empezó a dar vueltas, mientras comenzaba a sentir el sonar de una flauta dentro de su mente. Sabía que era ella, y que intentaba entrar en sus pensamientos una vez más. Se puso la mano sobre la nuca, y con un breve pero fuerte movimiento, los cabellos largos y negros quedaron sobre la cama, y posteriormente, las lentillas verdes estuvieron guardadas en su velador. Se acostó en la cama boca ariba, y la voz melodiosa de quien intentaba entrar en su mente, por fin consiguió traspasar los confusos pensamientos de su hermano, y se hizo audible.

.-Enishi-kun.. ¿Cómo te fue-Dijo la melancólica voz femenina entre melódicos acordes de flauta.

.-Tomoe... misión cumplida.

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NdYune-ô: Hi there, éste fue el capi decisivo, pero no me importa realmente si me inflan o no, he decidido seguir aunque lo escriba para mis voces internas, pq escribir es mi hobby, no algo que hago para obtener algo a cambio. Así que gracias a ti si lees ésto, pq igual el apoyo siempre es bienvenido nn.

Yune-ô
12:49 24-02-2005