Que onda niños y niñas, aquí está el segundo capítulo, espero que les guste
y que perdonen que no ponga las respuestas de los reviews. Pero les prometo
que los tendré en el último capítulo.
*****~~~~~Ever After~~~~~*****
Capítulo II
Una chica de cabello negro y ojos azules está sentada en un pequeño sillón cerca de la ventana la cuál da a una verde colina y en su punta están los árboles de la orilla del bosque, su vista está perdida en este bosque y sueña con el joven chino que esa misma madrugada se habían llevado, pareciera que sale de la colina y baja por ella corriendo hacia la casa, seguido por Duo. "¿Qué?, ¿Duo?, no, es una chica, pero, el es Wufei, si, es Wufei!! Y Duo!!!"
Hilde sale de su ensimismamiento al ver que no es solo una alucinación, en realidad Wufei y Duo corren hacia la casa. No pierde mas tiempo y baja las escaleras apresuradamente casi tropezándose con su vestido, al llegar abajo abre estrepitosamente la puerta azotándola y corre hasta dónde los dos chicos parecen no haberla visto.
-¡¡Wufei no seas tramposo tu traes pantalón, y corres más rápido, a ver trata de correr con vestido!!- Duo le grita a su amigo chino mientras este corre hacia atrás burlándose de él.
-¡No te quejes Maxwell yo que culpa tengo de tus extraños hábitos.....!! ¡pero que demo...auch!- Wufei es interrumpido ya que siente que algo lo tumba al pasto, Duo por la velocidad a la que iba no se detiene y sigue de largo llegando a tocar la pared de la casa, pero luego reacciona y corre de nuevo hacia dónde está Wufei con Hilde sobre él.
-Te gané Wu- Duo le sonrío al verlo totalmente sonrojado y con la vista en Hilde la cuál se escondía en su pecho llorando.-
-Cierra la boca Maxwell,... oye, Hilde, ...¿estás bien?- Wufei está desconcertado y nota que Hilde ya no lleva el cabello largo- ¿Qué te pasó?- acaricia su cabeza y Hilde levanta su rostro y se inca a un lado de Duo el cuál también se agacha.
-Me, me corté el cabello- Dice Hilde con la voz entre cortada-
-Valla otro de tus berrinches no es cierto?- Wufei le toma la barbilla y la hace mirarlo- Si que tienes carácter- y le dedica una pequeña sonrisa la cuál Hilde corresponde- y Bien ¿Cómo de deberé llamar ahora? ¿Sir Hilde? O ¿caballero Hilde?-
Hilde ríe un poco forzada y le jala la pequeña coleta de Wufei mientras este hace muecas de dolor.
-Ya verás de lo que es capaz este caballero- inmediatamente Wufei se hecha a correr mientras es seguido por Hilde y Duo los observa con una sonrisa- ¡No huyas cobarde!!!-
-¡Hey Wufei, te toca despertar mañana a Reelena!- Wufei sigue corriendo pero alcanza a oír su reclamo.
-Maxwell eso es trampa!!!!, usaste a tu hermana como arma secreta lo sé!!!!!-
-Calla Wufei y ya no corras!!!-
Duo los deja que sigan corriendo y este se encamina hacia su pequeña choza en la cuál se cambia de nuevo, y se dispone a ir a la mansión a buscar a Silvia y devolverle el vestido. Al llegar ahí la encuentra en la cocina cortando algunas zanahorias.
-Silvia aquí está tu vestido, muchas gracias- Le dice Duo con una sonrisa extendiéndole la ropa
-Y Wufei?, donde está?- Silvia lo observa dejando de picar la verdura.
-Está siendo perseguido por Hilde, que ya parece que recuperó su buen humor.-Duo toma una manzana del frutero- Tombvia mno rgrsa mfi madñrastña?.- Trata de decir Duo mientras se sienta en una silla y muerde la manzana.-
-¿Qué dices?-
-Que si todavía no llega mi madrastra?- Duo se pasa el trozo de manzana y comienza a balancearse en su silla.
-¡¡Duo!!!- un grito se oye del interior de la casa al tiempo que Duo cae de la silla con la manzana en la boca-
-Eso responde tu pregunta?- Dice Silvia picando de nuevo las zanahorias-
-Ya voy!- Duo sale hacia el comedor en donde supuso que estaba Lady.
Al llegar ve a Lady, Reelena y Hilde, esta última a lado de Wufei.
-¿Se puede saber que hace él aquí?-interroga Lady señalando al chino.
-Él, yo, llegó esta mañana dijo que el rey había liberado a varios esclavos debido a que, a que...- Duo estaba nervioso y mira a Wufei y a Hilde esperando que lo ayudasen.
-A que mañana el rey enviará varios barcos a España para que traigan chocolate y no puede enviar más de tres galeones así que tuvo que liberarlos para que no ocuparan espacio.- Interrumpió Hilde haciendo que Duo soltase el aire que contenía en los pulmones.
Lady solo ve a Hilde como si la inspeccionara y nota que sus vestidos están sucios.
-¿Estuviste revolcándote en la tierra o que?, si sigues así, terminaré por creer que tengo un hijo en vez de hija. Y en cuanto a ti- Lady fija su vista en Wufei- vete a matar un pollo para la merienda-
-Si mi Lady- Wufei se retira dedicándole una última mirada a Hilde.
-Puedes retirarte Duo, ayúdale a Silvia a preparar la cena-
-Como ordenes madrastra-
Cuando Duo se hubo retirado las tres mujeres se sientan en la mesa mientras esperan la cena.
-Reelena cariño, mañana el príncipe Heero entrenará para el torneo de el sábado y como siempre será abierto al público, tenemos que estar mañana ahí, y tendrás que dar otra de tus maravillosas actuaciones frente a él. Necesitamos acercarnos lo más posible a la familia real. Y ya tengo a un pequeño espía que nos ayudará con eso... y en cuanto a ti Hilde, te tendrás que poner uno de los tocados que ya se que no te gusta usar, pero lo tendrás que hacer, entendido?-
-Si madre-
Un rato después entra Silvia con la comida y sale de la habitación par dejarlas comiendo. No le agradaba escuchar las intrigas ni los chismes que Reelena y su madre hablaban en los cuales las demás cortesanas siempre eran la comidilla.
*****~~~~~
El ruido de los grillos que llenaban la noche fue sustituido en pocas horas por los cantos matutinos de los pájaros y los graznidos de los cuervos. Como cada mañana El pasto verde del valle estaba lleno de rocío y las ovejas corrían por estos mientras un joven trenzado las arrea.
Una anciana se acerca hasta la colina para poder gritarle a Duo que guía a las ovejas hasta los pastizales.
-Duo!, Duo cariño ya vámonos!- grita la anciana mientras Duo corre hasta el lugar en donde se encuentra.
-Ya voy Marie-
-Vámonos antes de que la señora se despierte ya sabes que se enoja si nos encuentra todavía en la huerta.- la anciana limpia con su delantal la cara de Duo que está manchada de un polvo negro grisáceo.- Duo lávate esa cara, un caballero no debe anda así de desaliñado.-
-Pero Marie solo voy a vender además no soy un caballero ese derecho ya no es mío.- Dice Duo tratándose de librar de Marie que sigue limpiando su rostro.
-Tienes razón Duo, no eres un caballero, eres un Conde y eso si te pertenece por derecho.-
-No, mejor me quedo de campesino antes que aceptar todas esas responsabilidades.-
El joven camina a un lado de la anciana mientras Silvia los espera ya en el umbral de la huerta mientras toma las riendas de los caballos que acarrean las carretas con la mercancía.
*****~~~~~
Los jardines de palacio son tan bastos y extensos que podrían llegar a confundirse con parte del bosque. Sin embargo dentro de estos jardines están los laberintos de hierbas en donde a la reina le gusta pasar su tiempo acompañada de sus damas de honor. Pero ahora todo está silencio a excepción de los ruidos que hacen los pájaros. Uno de estos sale volando de un árbol al mismo tiempo que una flecha se incrusta justo en el centro de un tiro al blanco hecho con paja y madera. La neblina de la mañana deja entrever una silueta de un hombre el cuál trae un arco. El muchacho saca la flecha y de nuevo se aleja. La niebla se dispersa dejando ver al príncipe Heero apuntando de nuevo a su objetivo pero esta vez desde una distancia mayor. Otro muchacho ligeramente más alto que él se le acerca.
-Heero deberías traer más flechas, así no tendrías que ir por ella cada vez que tires-
-Hn- solo responde Heero al tiempo que la flecha es lanzada y de nuevo acierta en el blanco.-
-No dormiste verdad?,- pregunta Trowa al heredero.
-Hn-
-Te la pasaste pensando en ella?-
-Si ya lo sabes entonces por que me lo preguntas-
-Solo quiero asegurarme de que me estés escuchando. Y ya que no lo niegas. ..Dentro de una hora empezará la verdadera práctica y me temo que serás el centro de atención.-
-Debería importarme?-
-El rumor de que tu matrimonio con el príncipe se ha disuelto ha llamado la atención de varias cortesanas las cuales mueren por ser tu esposa.-
-Mueren por ser reinas-
-Tal vez la encuentres. Claro está, si hoy viene.-
-Ella ya tiene a alguien.- dice Heero mientras se acerca a recoger de nuevo la flecha y es seguido por Trowa.
-Es por lo del esclavo?-
-Si. Estaba dispuesta a ir en su lugar. No por cualquier persona se hace eso a menos que sean..-
-¿Amigos?- cuestionó Trowa y Heero movió la cabeza como negativa-
-Novios.-
-Heero no puedes llegar a esas conclusiones tan rápido-
-El es solo un criado, y ella es noble dime que más puede ser sino amor-
-Heero.- Trowa se aleja del lugar en donde está Heero pero le dice antes de irse- Solo recuerda que no todo es lo que aparenta ser.
Heero se solamente voltea a verlo. "eso lo se".
*****~~~~~
-Rápido niñas que se nos hace tarde!!. Ese Wufei es un inútil, ¿Ya está todo listo?.-Dice una apurada Lady mientras se pone un guante y abre la puerta.-
-Espera madre!!, no encuentro mi zapatilla!!!, aaaaahhhyyyyy!!!!!, ¡¡¡en dónde demonios está mi zapatilla!!! ¡¡¡Silvia búscala!!- Reelena está histérica y hace un berrinche tirando todos los vestidos que ya antes se había probado y estaban regados por la habitación.-
-Señorita la tengo.- Silvia se la entrega y Reelena se la arrebata y corre mientras trata de ponérsela. Al llegar a la puerta su madre la espera y Hilde sale tras de ellas.
-Hilde ponte tu tocado.- Lady le acomoda un velo con algo que parece una corona de tela en el frente, azul claro al igual que su vestido.
-Si madre.-
Las tres suben al carruaje que las espera y de inmediato sale a toda velocidad en dirección a palacio.
Cuando llegan notan la gran cantidad de gente que está a la expectativa de los guardias y otros nobles que entrenan pero sobre todo del príncipe el cuál estaba a un lado de Trowa. El campo de entrenamiento se asemejaba a un pequeño valle con pasto verde recortado mínimamente y los tiros al blanco a cierta distancia finalizando el camino. Por cada vez que Heero acertaba al centro solamente se oían varios gritos de las mujeres que lo rodeaban. Trowa vigilaba que no dijera nada ya que sabía que al príncipe le irritaban tales muestras de cómo decirlo "afecto"?.
En la última demostración las chicas gritaron antes de que Heero lanzara la flecha y eso lo desconcentró haciéndolo fallar y lanzarla muy lejos del blanco. Heero solo extendió la mano para que le dieran otra flecha pero uno de los criados que se las estaba dando le indicó que ya no había. Este se dispuso a ir, pero Heero se le adelantó y se encaminó hacia donde se suponía estaba la flecha.
Se llevó una sorpresa al encontrar Reelena con la flecha en la mano.
*****~~~~~
-Cinco monedas, solo cinco!-
-Son las mejores gallinas de la región-
-Llévese una docena por una moneda de bronce.-
-Señorita acérquese son las telas mas finas de oriente, le vendrán muy bien.-
Los gritos de los comerciantes se dejan oír por el mercado, como todos los días la muchedumbre se reúne vendiendo y comprando los productos ya sean traídos de tierras exóticas, o cultivados en las granjas de la región. De entre ellos una chica rubia negocia con una señora, de repente voltea y le grita a un chico trenzado el cuál le lanza una cesta de frutas rojas y esta se los da a la señora mientras recibe a cambio una bolsita en la cual parece haber dinero.
-Duo ¿cuántas cajas de uvas nos quedan?- pregunta Silvia dándole la bolsa a Duo.
-Solo nos faltan por vender cuatro cajas, todavía tenemos siete de manzanas y diez de moras silvestres. Los huevos no son problema un hombre los ha venido a apartar todos.-
-Duo necesitamos vender todo si no, no quedará dinero para comprar semillas para la próxima temporada.-
-No te preocupes Silvia, las venderemos- Duo sonríe mientras ve como Marie le habla a Silvia y esta se aleja.-
-Si tu quieres puedo comprar todo lo que te falta y tal vez... mas que eso- la voz de un hombre que bien conocía Duo lo deja petrificado al escucharla tras de él.
Duo se voltea con desgano para ver a un hombre alto, apuesto, de cabello avellanado y ricamente vestido el cuál se acerca hasta llegar muy cerca de él.
-No necesita tanta comida Mi señor Traize- Duo le dedica una sonrisa forzada al hombre.
-Tu mismo acabas de decir que necesitas vender todo mi querido Duo, y a estas horas dudo mucho que lo hagas.-
Duo se voltea y toma una canasta y se la ofrece.
-Nueces?,- Duo le enseña la canasta y trata de alejarse pero Traize lo acorrala y le toma la barbilla agachándose.
-Bien sabes que te quiero en mi castillo niño. Y no descansaré hasta que descanses en mi lecho.-
-¡Que quieres aquí cara de cuervo!- Un muchacho de cabello negro se acerca hasta Traize interponiendo unos pesados sacos de tigo entre Traize y Duo.
-Te importa?, interrumpes mocoso.- Dice con desgano mientras agita su mano perezosamente.
-Yo no interrumpo nada, y si no viene a comprar mejor lárguese!-
Traize alza una ceja y le lanza a Duo un saco de terciopelo.
-Toma bonito, por toda la mercancía que te falta vender, y no te molestes en dármela, no la necesito.-
Traize camina altaneramente abriéndose paso entre las mujeres que venden cerca del puesto de donde se encuentra Duo.
-Llegas tarde amigo, ¿Cómo te fue con Reelena?-
-Aagggg, ni me lo recuerdes, se me pone la piel de gallina de solo pensarlo. Primero la desperté un poco tarde, su madre estaba histérica, pero eso no fue lo peor, cuando se levantó te juro que veía a la misma medusa, con ese cabello enredado y su carácter, brrr
-Vamos, es tu imaginación, pensé que no le tenías miedo a nada, ¿recuerdas cuando éramos niños?, la vez que fuimos a las tumbas de tus abuelos
-Yo le temo más a los vivos que a los muertos, y eso deberías saberlo, oye y ese que quería.-
-Lo mismo de siempre-
-Que? te intentó besar esta vez?-
-Si y como siempre trató de convencerme de que me fuera con él- Duo carga la canasta de nueces y la acomoda en otro lugar.
-Vamos amigo no te desanimes, ¿Qué tal si en verdad te quiere?, aunque debo admitir que me caería mejor una purga que hablar por dos segundos con él-
-Eso ni pensarlo, no me voy a alejar de ustedes, son mi familia y no los pienso dejar.-
-Hay Duo, pero deberías dejar que alguien te quiera- Le dice Silvia que se acerca con unas gallinas y las pone en el piso.
-No lo creo Silvia, ya no más Traize solo me quiere para su colección.-
-No seas obstinado, vives bajo la sombra del recuerdo de Miliardo y eso no es justo para ti ni para la persona a la que vas a amar.- Silvia le pone la mano en el hombro para tratar de reconfortarlo, pero Duo retira la mano gentilmente.
-Ya no seas tan apático, acompáñame a mover estas gallinas- Wufei recarga un codo en el hombro de Duo mientras se lo lleva.
No muy lejos de ahí una caravana pequeña de guardias escoltan al príncipe y a su especial compañía.
Adelante venía Heero con Reelena y directamente tras de ellos Lady y Hilde. Caminaban por los puestos y parece que adelante iba una interesante conversación, claro si se le puede llamar conversación al que una persona se hable y se conteste a si misma.
-Entonces eso es lo que yo opino, ¿y usted que me dice su alteza?.- Termina su oración Reelena y voltea a ver a Heero.
-Mi opinión no importa demasiado, son solamente conjeturas mi lady- contesta Heero sin mucho interés.
-Noto su majestad que no le gusta hablar mucho-
-Cómo lo notó?- nótese el sarcasmo.
Uno de los guardias le acerca Heero un recipiente con barras cafés cortadas irregularmente.
-Gusta?- Heero le ofrece a Reelena de lo que trae el recipiente.
-Me encantaría su alteza.- Reelena toma una barrita y se la lleva a la boca.- Esto sabe muy diferente, jamás lo había probado.-
-Se llama chocolate, los monjes españoles nos lo mandan por cajas.-
Mientras tanto Hilde se trata de acercar para tomar una barra que el príncipe les ofrecía a ella y a su madre.
-Ni se te ocurra- la detiene Lady
-Dice los monjes españoles?, los mandan traer por barco?- Reelena le pregunta a Heero viendo a su hermana la cuál abre los ojos al escuchar esto.
-La ruta más corta es por mar-
-¿Y es cierto que enviaron tres galeones ayer por más de este exquisito manjar?-
-Siempre se mandan tres galeones a España-
-Por eso no mandaron a los esclavos ayer?, para liberar espacio?.-
Heero sospechando que algo trama la rubia decide seguirle la corriente- Si, ayer liberamos a todos los esclavos, necesitamos espacio para traer el chocolate-
Heero no sabía de la que había salvado a Hilde, por lo cuál esta le estuvo agradecida en secreto.
-Su majestad- interrumpe Lady- por este lado se encuentran nuestros sirvientes, le gustaría ir a conocer nuestro puesto?-
-La sigo mi lady-
-Como verá tenemos de todo y por supuesto de la mejor calidad-
Silvia al ver que los guardias se acercan con el príncipe y sus señoras tira la canasta que estaba cargando al igual que Marie casi se recarga en la fruta tirándola. Duo se encontraba de espaldas y traía una gallina pero cuando se voltea se encuentra directamente frente a unos ojos azul cobalto que ya se le estaban haciendo familiares, fue tal su sorpresa y a la vez horror de volverlo a ver que soltó la gallina frente a él creándose una revuelta ya que la gallina cayó en los brazos de Heero, este se recargó en uno de los palos que sostenían un techo de tela tirando la fruta que quedaba de paso.
Duo huyó del lugar a toda prisa, no quería arriesgarse a que lo reconociera. Ya cuando Heero se hubo recuperado trató de enfocar a la persona que vio antes de que eso pasara, o por lo menos a la persona que creyó ver.
-¿Pero qué intentan hacer?!, ¡¿matar al príncipe de un susto!?- grita Lady mientras esta también se recupera del espanto.
-¿Cuántas personas había aquí?- pregunta Heero a Silvia y Marie.
-Solo Silvia, yo, y la gallina mi señor- contesta Marie.
Heero sigue tratando de encontrar a la persona que quería, pero solo consigue ver a un chico de cabello negro y rasgos orientales.
-Tú- susurra Heero, pero no le da más tiempo de nada ya que Reelena lo toma del brazo y lo encamina para que salgan de ahí.-
-Su alteza, pero que desagradable incidente, le pido mis más sinceras disculpas, por favor sígame-
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A varios kilómetros de la región una caravana extraña cruza un valle entre desierto y oasis. Un elefante encabeza esta tropa seguido por varios caballos y camellos, un carruaje blanco es el centro de esta caravana.
-Rashid, entonces ya no me tengo que casar con él?- un rubio angelical le pregunta a uno de sus lacayos con cierto aire de esperanza en sus palabras.
-A mi parecer no su majestad, pero no esté tan seguro de ello, si el príncipe Heero no elige esposa en una semana, entonces el matrimonio se llevará a cabo.-
-Ya veo, pero por favor Rashid, prométeme que no le dirás a nadie que ya llegamos a Francia, no quiero que me reconozcan. Pasaré de incógnito.-
-Podría saber por que su alteza?-
-Me gustaría conocer la ciudad- le dedica una sonrisa cerrando los ojos- y si fuese como príncipe lo mas seguro es que no salga de palacio. Yo lo que quiero es ver a la gente, el pueblo, sus bosques de los cuales me han hablado tanto, quiero conocer el frío húmedo. ¿Me entiendes?-
-Será como desee majestad, instalaremos un campamento en el bosque, después de todo nosotros tenemos sangre beduina, se nos hará fácil.-
-Tienes razón-
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-Uff!! De la que me salvé.- Duo se tira en uno de los grandes montones de paja que había acomodados en el pasto seco.- no pensé que el príncipe pudiera ir al mercado, sobre todo con Reelena y Lady, valla esa si que fue una sorpresa.
Duo se acomoda escondiéndose entre la paja tratando de dormir mientras el sol está en su cúspide. Pero cuando apenas estaba conciliando el sueño, siente un golpecito en la parte posterior de la cabeza.
-Auch!, ¿Quién hizo eso?!, Wu, que haces aquí, deberías estar en el mercado?- otro golpe en el mismo lugar se le da como respuesta
-Lo mismo te pregunto Maxwell, por tu culpa Lady casi dice que hemos venido directamente del infierno, la hubieras visto. Pero le enseñamos la bolsa de monedas y pareciera que todo lo que nos dijo se convirtió mágicamente en palabras cariñosas-
-Entonces no te fue tan mal, no te quejes, auch! Y ahora por que fue eso-
-Porque el príncipe me vio, y tal parece que me reconoció-
-Y?-
-¿Cómo que y?, si me reconoció debió de haber recordado a la cortesana de ayer, y déjame decirte que le llamaste mucho la atención, se supone que no debería de reconocerte, por eso saliste huyendo-
-Es cierto, pero no pasó nada, es lo bueno- Duo se vuelve a acostar en la paja sin prestar atención y como Wufei no ve mas remedio lo imita acostándose también.
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La mañana cayó de nuevo era sábado y el día del torneo en el palacio se presentó. Al igual que el día anterior, La madrastra y las hermanastras de Duo se fueron a palacio para ver la competencia.
Así que la mansión estaba sola, bueno por lo menos sin nadie que molestara. Duo se quedó dormido en la paja y cuando despertó, Wufei ya no estaba. Se estiró perezosamente y bostezó. Nota una sombra que le tapa la luz del sol y levanta la vista para ver a Wufei con un arco y varias flechas en las manos.
-¿Para qué traes esto Wufei?-
-Tendrás que competir en el palacio, ya te traje el arco de mi padre y unas flechas que había en tu cabaña-
-¿Qué yo que?- Duo menea la cabeza sin entender todavía.
-Solo necesitamos ropa presentable y ya estás listo.-
-¿Y para qué quieres que lo haga?-
-Habrá una recompensa y eso dinero me servirá para, para..... me servirá!, y ya no preguntes, ganarás ese dinero-
-¿Y que, solo por tu linda cara voy a hacerlo?-
-Pues ... si.-
-uuuyyyyy!!, bueno, solo por que eres mi amigo- deja de hablar mientras parece que recuerda algo- Pero no se te olvida ..algo.- estas últimas palabras las recalca
-¿Qué? el príncipe? Na, ya pensé en eso, estará tan ocupado tratando de desaparecer de las doncellas que no tendrá tiempo de fijarse en la cortesana.-
-¿Y por que piensas que la estará buscando?-
-Creeme yo estuve ahí, y por un segundo creí que te habías olvidado de mi ya que tú y el príncipe se miraban... extraño-
-(totalmente rojo) bien, bien lo haré solamente si prometes que te vas a callar-
-Oye y la ropa?-
-Tomaré alguna que le haya pertenecido a mi padre, ven vamos a la casa... (Suspiro) y yo que tenía planeado dormir sin gritos llamándome.-
Ya en la mansión Duo esculca en un baúl del que fuera el cuarto de su padre. Hay varios atuendos que Duo le enseña a Wufei pero a este no parece importarle.
-Ya Maxwell escoge uno, ese me gusta.-
Duo toma un traje rojo de terciopelo y con un peto de tela dura con varias incrustaciones y cadenas doradas que van desde la orilla del peto hasta su hombro, un pantalón blanco y unas botas negras que llegaban hasta sus rodillas completaban el atuendo.
-Bueno vístete que se nos hace tarde-
-¿Y cómo piensas que lleguemos, he?-
-Tú te llevas a Bruno y yo tomo cualquier otro corcel.-
-No juegues Wu amigo, si lo llegasen a ver Lady o Reelena estamos muertos.-
-No, tú estarás muerto, yo me esconderé o trataré de pasar desapercibido y escondo los caballos, no te preocupes te cuidaré, si puedo.-
-Sigue sin gustarme tu plan, por lo menos dime para qué quieres el dinero. Vamos dime.-
-Te lo diré cuando llegue el momento, vámonos ya Maxwell!-
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Colores, risas y trompetas son las cosas que mas predominan en palacio, los estandartes con el escudo de la familia real adornan los cielos. La comida está en flamantes mesas que parecieran no terminar. Pero la atracción principal son los arqueros que competían por una bolsa de dos libras repleta de monedas de oro.
-Sigo sin saber por qué tengo que competir.- Un fastidiado Heero platica con Trowa mientras afila una punta de flecha.
-Tu padre dijo que para que convivieras con alguna damisela-
-Hn, no tengo deseos de hacerlo.-
-Bien entonces cuando ganes podrás retirarte, .....Si puedes, claro está-
-¿Te estás dando por vencido?-
-Heero ni siquiera voy a competir, se supone que estoy cuidando que no te acosen.-
-No me hagas decírtelo-
-No te atreverías-
Heero lo ve y está a punto de abrir la boca pero Trowa toma un arco y se pone en la línea de lanzamiento.
-Nunca te falla he Heero?-
-Hn-
~~
-Ya Maxwell bájate del caballo que ya comenzaron.-
-No me apresures Wufei, estoy muy nervioso-
-Por el torneo, o por alguien mas.-
-Pues por las dos cosas...-
-Me parece que confundes las cosas, o mejor dicho, los sentimientos.-
-No te andes con rodeos y dime de una vez que piensas-
-Son nervios por que el príncipe te descubra y te castigue? O por que te descubra y no lo haga?-..
-No lo sé! No sé!, mejor hay que apresurarnos mientras mas rápido ocurran las cosas más rápido me libraré de ellas.
-Maxwell trata de actuar lo más normalmente posible.-
-Sabes que yo siempre soy natural.-
Los dos caminan con las correas de los caballos en las manos mientras uno de los guardias se les acerca dándoles la bienvenida y tomando las riendas para llevarse los caballos a los establos.
-Caballero, Es este su mozo que lo ayudará en la competencia?- cuestiona el guardia.
-Mozo?, eh?, a si, yo soy un caballero, si lo soy, y él me va a ayudar.-
Cuando se hubieron alejado del escolta Wufei suelta una sonora carcajada.
-Tienes razón Maxwell, eres naturalmente ridículo, ja, ja, ja, ja-
-Ja, ja, ja que gracioso- Duo no podía pensar bien en estos mementos y solo esperaba que sus nervios no lo traicionaran.- me preocupa Bruno, no le gusta estar encerrado.-
-Ya Maxwell no le pasará nada.-
~~
-Madre no alcanzo a ver nada, hay mucha gente, auch! Me pisaron.- Reelena trata de abrirse paso entre la gente pero es en vano ya que habían llegado un poco tarde y no encontrando lugar se tuvieron que conformar con ver desde el suelo y no en las gradas.
-Ya hija, verás que encontraré la forma, Hilde venos a buscar una copa de agua, estoy agotada.-
-Pero, madre.-
-Tú no quisiste traer a Silvia, según tú le querías dar un""día libre"" que tonterías, anda niña apresúrate.-
Hilde se aleja hacia las enormes mesas y busca unas copas en las cuales pudiera servirles el agua, pero sin saber por que, alza la vista y al hacerlo nota a la distancia a Wufei y a su hermano Duo.
-Duo?, Wufei?- Hilde se acerca hasta encontrarse con ellos- Ustedes dos, se puede saber que hacen aquí?!-
-Este, eee, yo, nosotros, vinimos. Vinimosalconcursodearquería.- Dice Duo esperando un jalón de cabello por parte de Hilde cerrando los ojos.-
-¿Qué tu que?, para qué?, quieres el dinero?-
-Yo no Wufmbfff...- Wufei le tapa la boca-
-Duo dice que el no quiere el dinero para gastarlo en cualquier tontería, lo quiere para la granja- Wufei espera que Hilde le creyera, si lo llegase a descubrir estaría perdido.
-Mmmm, bien, si es para la finca entonces, te estaré apoyando Duo.-
-Mejor no Hilde, si mi madrastra o Reelena se enteran de que vine, y aún más, que vine con las ropas de mi padre, no me salvo de una buena paliza.-
-Está bien, cuidaré de que no se acerquen mucho hasta ti, solo cuídense.-
Duo y Wufei observan a Hilde que se arrima a la mesa par servir agua en dos copas.
-Wu, por que no quieres que Hilde se entere?-
-Es para un asunto que muy pronto se volverá familiar-
-.....- La cara de Duo es sencillamente de ¿?.
-Duo, me temo que eres demasiado inocente.-
Los dos se acercan hasta los puestos de los arqueros, por suerte quedaba un último puesto justo a la orilla de la fila, Un niño se les acerca con un pergamino en una mano y una pluma de águila que en la punta estaba empapada de tinta en la otra.
-Disculpe mi señor, sería tan amable de darme su nombre?- le pregunta el niño a Duo.
-Mi, mi nombre?, soy .... Yo soy "piensa, piensa", Mi nombre es Milliardo Peacecraft Duque de Zanq.-
-Ajá, ... muchas gracias caballero- el niño dice acabando de anotar su nombre y dirigiéndose al arquero que está a un lado de ellos preguntándole lo mismo.
-Maxwell, ¿estás loco? Le diste el nombre de un ....!!- Wufei no acaba de decir su oración al voltear a ver a Duo quién toma su arco y lo mira con cierta melancolía.
-Muerto...- acaba la frase Duo.- lo sé, pero, quería hacerlo. Milliardo siempre amó la arquería, él mismo me enseñó. Era el mejor arquero.-
-Oye amigo no era mi intención-
-No te preocupes Wu, ya todo eso quedó en el pasado, "si en el pasado"- Duo recupera su cálida sonrisa aunque Wufei sabe que en el fondo de esa sonrisa Duo llora.
~~
Cuando el niño llega hasta donde está Heero, piensa pasarse de largo ya que todo el mundo conoce el nombre del príncipe heredero del reino. Pero Heero lo detiene.
-¿Qué es lo que tienes anotado?-
-Su majestad, es solo la lista de los competidores pero no hace falta anotar su nombre, vea- el niño le enseña la lista Heero la recorre rápidamente y se fija en el primero de esta, "Milliardo Peacecraft"- "parece que ya había escuchado ese nombre", de dijo a si mismo antes de que el niño retirase la lista para seguir con su camino.-
~~
Las trompetas tocan tres veces para anunciarles a los competidores que deben prepararse. Dos veces tocan cuando tienen que tensar el hilo de su arco. Y un toque al final para que suelten la flecha. En el primer intento muy pocos fallaron, y los que lo hicieron iban siendo descalificados. El nivel de la competencia iba subiendo conforme la distancia se hacía mayor. Uno a uno fueron saliendo hasta que solo quedaban diez. Esta vez los diez tenían dos oportunidades para acertar al blanco. Heero no se molestaba en observar a los demás competidores, lo único que tenía que hacer era concentrarse.
Por ahora lo único que pasa por la cabeza de Duo es un cierto par de ojos cobalto que lo tenían intrigado desde hace apenas un par de días, aunque a su parecer le había parecido una eternidad.
Siete de los competidores salieron después de fallar sus dos intentos, al sonido de la trompeta solamente tres flechas fueron insertadas en el blanco. Solamente quedaban tres, Duo, Trowa y Heero. En el primer intento ninguno de los tres falló, pero algo diferente sucedió en la segunda oportunidad.
Trowa se concentró en el blanco, una ráfaga de viento sopló de lado izquierdo, cuando se cubrió ese lado se le ocurrió voltear a ver a su contrincante que estaba a su mano izquierda. Observó detenidamente al caballero junto a él, aunque sabía que nunca lo había visto, pero al que reconoció de inmediato fue al otro chico junto a él. Cabello negro al igual que sus ojos, rasgos orientales. No había duda era el esclavo que hace unos días la chica liberó. "¿la chica?, entonces, será ella?. No el es un hombre, tendrá una hermana?." Trowa estaba sumergido en sus pensamientos cuando oyó de improvisto la trompeta así que no le dio tiempo de fijar bien la vista y falló en su segundo intento. Un poco asombrado se retira dejando ahora a solo dos competidores, Duo y Heero.
-Sigo sin ver nada madre- Reelena se queja tratando de estirar el cuello para divisar algo mas que los sombreros y las cabezas de la gente frente a ella.
-Reelena con que veamos al príncipe es más que suficiente- Lady trata de calmarla mientras imita a su hija y también se para de puntillas.
Hilde se escabulle entre la multitud agachándose y empujando a los demás, a ella no le importaba ensuciarse un poco siempre y cuando pudiera ver si Duo era el otro competidor. Al poco rato llegó hasta el frente y pudo comprobarlo. Duo se veía no solo asustado, aterrorizado. A pesar de su carisma las multitudes lo aterraban, pero había algo mas que lo hacía ponerse nervioso. Sería la emoción de verse en la final contra el príncipe?.
~~
-"Bien Duo concéntrate, tienes que ganar ese dinero" "respira hondo"- se dice a si mismo Duo y fija su vista en el blanco.
Heero hace lo mismo no le daba mucha importancia a su rival ya que tenía plena confianza en que ganaría, y si no lo hacía entonces no era gran pérdida. Estiró el hilo del arco y esperó la señal para dejar ir la flecha.
La trompeta sonó al tiempo que las dos saetas asestaban en el centro del blanco.
Un gruñido de fastidio salió por parte de Heero, ahora lo que más quería era que todo terminara rápido.
Preparó su última flecha y esperaba que en realidad esta si fuese la última ya que no tenía deseos de seguir con este juego. Fue entonces cuando sucedió. Heero pareció escuchar una voz familiar a un lado suyo, sonaba enérgica. No le hubiera dado importancia si no es porque la voz se hizo más audible y un tono de familiaridad le desconcertó, se supone que solo deberían estar un mozo y su amo. Acaso había alguien más?.
-No puedes fallar esta ¿me entiendes?- Le dice Wufei a Duo levantando la voz.
-Si hombre, no te ofusques que no pienso fallar, con el príncipe o no a un lado.-
Heero preparó su arco listo para clavar de nuevo en el centro la flecha pero no pudo resistir la tentación de voltear, al tiempo que lo hizo la trompeta sonó. Quedó aturdido por lo que vio. La chica que hace dos días había visto estaba a un lado de él, su largo cabello sujeto en una trenza y sosteniendo el arco el cuál ya había soltado la flecha, Heero había leído antes los libros y textos griegos de su padre, entre ellos se encontraba la leyenda de Artemisa, o Diana como les gustaba llamarle a los romanos. Se le vino a la mente la imagen de la joven encarnada por Artemisa, con su larga trenza y el arco. No se dio cuanta de a que hora soltó la flecha, pero supo que no había dado en el blanco.
-¡Ya tenemos al ganador!- anunció un trovador mientras la multitud aplaudía.
~~
-Madre, por qué aplauden?!- Reelena dice mientras baja las cabezas de la gente que está delante de ellas ignorando sus quejas.
-Vamos cariño ya vi a mi pequeño espía, no importa si no lo vez hoy, mañana te aseguro que podrás platicar con él- Lady se aleja seguida por Reelena. Un joven guardia las espera alejado de la gente.
-¿Y Hilde, madre?-
-Déjala, después la buscaremos, es mejor que no se entere. O si no le remorderá la conciencia.-
~~
-¡El ganador es el Duque Milliardo Peacecraft de la provincia de Zanq!- los vítores y aplausos vuelven a oírse mientras un rojo Duo sonríe.
Heero no le da mucha importancia a lo que dice el anunciador, el solamente se pierde en la figura del joven a su lado. Trata de convencerse de que es mujer, oye la voz del chino que está a su lado, y lo felicita. Tal vez, si el joven junto a él era hombre el chino es su amigo. Tal vez Trowa si tenía razón. Pero por que le daba tango gusto el saber que eran amigos,? ¡seguía siendo hombre!, borró esos pensamientos de su cabeza y se dirigió hacia ellos.
-Maxwell!, no sabes el gran favor que me haz hecho!!-
-Hey, hey, hey no fue gratis, tendrás que hacer mis labores por un mes Wu.-
Heero estaba por llegar a ellos cuando su madre entra a felicitarlo.
-Hijo, muy bien hecho, pero creo que te faltó un poco de concentración al final, después iré a felicitar al Duque, ahora ven que te toca entregar el premio.-
Duo volteó a ver a la reina que traía al príncipe del brazo, después observó al rey que estaba en una grada sentado en su trono mientras hacía señas de que guardasen silencio.
-¡Me complace en presentarles querido pueblo al ganador de esta justa de arquería, el Duque Milliardo Peacecraft de la provincia de Zanq!- anuncia el rey frente a Duo y la gente vuelve a aplaudir, Duo reconoce entre la gente a Hilde y la saluda mientras ella corresponde.
Heero sostiene la bolsa de monedas de oro que le ha dado su madre, y mira hacia el trenzado y el chino que están frente al rey, Wufei está inclinado mientras Duo hace reverencia.
-¡Y ahora su premio, una bolsa que pesa dos libras llena de monedas de oro, a manos de mi hijo, el príncipe Heero!- un nuevo griterío aparece mientras Heero se acerca hacia Duo que ve al rey, y luego al piso, el cuál parece muy interesante ya que no le quita la vista.
Al oír el nombre del príncipe Duo agacha la cabeza, tenía esperanzas de no verlo pero parece que lo haría y no había escapatoria. Tuvo que levantar la vista cuando notó un par de botas pararse frente a él, evitó mirarlo directamente a la cara, los brazos del príncipe le extendían la el saco y Duo lo tomó haciendo reverencia, pero sin mirarlo a los ojos todavía. La situación se puso más tensa cuando el príncipe habló.
-¿Duque de Zanq?-
-Si, su majestad.-
-Para ser un duque debería saber que es una falta de respeto contestarle a la realeza y no alzar el rostro- Heero solo lo hacía para que Duo subiera la cara y así poder mirarlo.
-Lo.... Lamento su majestad, no volverá a pasar- dice Duo mientras levanta el rostro lentamente y volverse a quedar petrificado con unos ojos azules que lo observan meticulosamente, lo cuál no ayudó a que se le bajaran los nervios.
No podía equivocarse, la mirada transparente que ya había visto lo volvió a cautivar, esta vez se le notaba preocupada, esos rasgos no son comunes, tez blanca, ojos violeta y cabello sumamente largo, tenía que ser ella, e ¿el?, tal vez se había disfrazado de hombre para poder competir, o que tal si es un hombre y se disfrazó de mujer, todo esto lo alcanzó a razonar Heero en fracción de segundos antes de reaccionar ante la voz de su padre.
-¡Y ahora, la comida y bebida no se hacen esperar!. ¡Mis fieles súbditos, que comience la fiesta!-
Cuando el rey acabó de decir esto los danzantes y músicos comenzaron a tocar, los bufones entretenían a unos niños cerca de sus madres. Había traga fuego y unas chicas de rasgos orientales que balanceaban platos sobre unos palos mientras se sostenían en un pie.
Duo había bajado la vista de nuevo, y le dio la bolsa a Wufei quién la colgó en su cinturón. Agradeció al príncipe y se dispuso a irse, pero este se puso frente a él para no dejarlo pasar. Wufei que estaba a un lado de ellos le susurró algo a Duo.
-Su majestad, me informan que debemos retirarnos- Trató de decir Duo pero el príncipe habló antes de que acabara su oración.
-Sería tan amable de acompañarme por un momento caballero?- Heero sabía que el chino le había dicho algo a Duo y no era precisamente asuntos importantes – y en cuanto a su sirviente, le parece que se una a la celebración?-
Wufei no tuvo mas remedio que caminar hacia la fiesta, aunque la idea no le pareció tan desagradable ya que Hilde lo esperaba cerca de las mesas del banquete. Heero le mostró el camino a Duo levantando su mano, Duo seguía encontrando fascinante el piso ya que no levantaba la vista.
-Dígame señor, ¿cómo es que jamás lo había visto?- cuestionó Heero.
-Su alteza es la primera vez que vengo al reino en algún asunto de la realeza.- fue lo único que supo decir Duo, solo esperaba que Milliardo en realidad no hubiera venido ya antes.
-Creí que había visitado el reino desde ya hace dos años-
-(Duo tragó saliva antes de responder)- Perdone mi atrevimiento pero creo que el que vino fue mi hermano Zechs, el es rubio y ojos azules. Lo digo por si no lo recuerda.- uf, buena jugada, tal vez Milliardo si había venido y él era de esa complexión, si Heero lo recordaba entonces no dudaría.
-Ya veo, tal vez si me he confundido. Pero Milliardo usted se ve muy joven, siempre creí que era mayor que yo- Dice Heero con un tono de incredulidad.
-Yo tengo dieciséis años y mi hermano tiene veinte.- Bueno eso no era mentira, si Milliardo viviera tendría veinte años.
Heero se paró un momento y lo miró con cierta diversión en el rostro.
-Solamente tiene dieciséis años?. Me va a decir que un joven tres años menor que yo me ha ganado?. Había oído de que uno de los hijos del Conde de Zanq era un gran arquero, pero siempre creí que era el hijo mayor.
-("Si Milliardo era el mejor arquero") Pues no me gusta presumir, je, je- Dice Duo sonriendo con una pequeña gotita de sudor resbalándosele.-
-¿Qué le parece una revancha?-
Duo abre los ojos sorprendido y de nuevo vuelve a sonreír.- Por supuesto majestad.-
-Bien, pero será en el bosque, no me gustan los lugares concurridos. ¿Trae su caballo?-
Como si hubieran invocado al susodicho un caballo negro sale corriendo en dirección hacia ellos, tras de él vienen tres guardias y más atrás varios caballos corren en todas direcciones, algunos alejándose al bosque y otros directamente al campo de arquería. Duo se lleva una mano a la cabeza y abre los ojos entre sus dedos como si no quisiera ver, mientras da un suspiro largo y resignado. El caballo se detiene frente a Duo y pareciera saludarlo, Duo se acerca y lo acaricia.
-No te pudiste haber esperado?. ¿Qué hago contigo? (suspiro).-
-Me doy cuenta que si lo trajo. Aunque me parece familiar.-
-El, el caballo pertenece a mis primas, me quedo con ellas.- si le dieran una moneda de oro por cada mentira que había dicho ese día no hubiera tenido que competir para ganarse el dinero.
-Si, este caballo tiene su personalidad.- Heero recuerda como el caballo lo llevó hacia el sirviente sin su permiso y se detuvo sin que le hubiera dado ninguna instrucción.
-Creo que por eso no lo han vendido, Bruno es especial.- Duo le da ligeros golpes al caballo mientras este relincha complacido.
-Iré por uno a la caballeriza, aunque dudo que quede alguno.-
Heero y Duo se dirigen hacia los establos en los que algunos de los guardias traen de regreso a los caballos prófugos, Heero toma uno café con una hermosa mancha en la frente en forma de estrella alargada.
Montan a sus caballos y Heero se adelanta, Duo lo sigue pensativo, no había mencionado nada todavía lo cuál le dio una falsa tranquilidad.
Heero se detiene en un pequeño valle que tiene árboles aislados y cada uno de ellos con marcas blancas.
-Aquí solía entrenar- dijo Heero hacia el viento casi inaudible.
-Es muy bello- Dijo Duo mientras desmontaba.
-En esos árboles hay marcas, usted decida desde qué distancia le gustaría lanzar-
-Su majestad usted me ha pedido la revancha, usted elija.-
-Bien que le parece a cincuenta pasos-
-Me parece bien, ¿Dos de tres?-
-Mjá.-
Los dos dan cincuenta pasos desde los árboles, cuando se detienen cada quién fija la vista en un blanco, y lanzan la flecha, no importaba si era al mismo tiempo o no, lo que importaba era acertar y los dos lo hacen. En la segunda ronda vuelven acertar solamente queda un tiro.
-Creo Milliardo que tendremos que alejarnos mas para decidir quién será al vencedor-
-¿Setenta pasos?-
Los dos caminan veinte pasos mas, vuelven a enfocar la vista pero a Duo se le hace un poco más difícil mirar hacia si objetivo, la vista ya no es tan clara así que duda un poco al tirar la jara, cuando la suelta no está seguro de si le ha dado en el blanco o no así que él y Heero se acercan a los árboles para ver cuál ha sido el resultado. A Duo le falló por unos cuantos centímetros y no logró atinar, volteó a ver el árbol a un lado el cuál tenía incrustada la saeta justo en el centro y Heero estaba recargado en el árbol.
-Su majestad usted es el vencedor de esta revancha- Dice Duo con una sonrisa.- no tuvo problemas, ¿podría saber cuál fue la causa por la que se desconcentró en la competencia?.
Heero lo observó con detenimiento, ¿cómo le diría qué el era la causa por que se había distraído?
-Por culpa de una visión- se limitó a decir.
-¿Cómo?-
-¿Conoce a Artemisa?-
-Solo a la diosa de la caza, si es esa la que usted conoce.-
-Exacto, la vi parada justo a un lado de mi- Heero trataba de darle a entender que había sido él. Pero Duo lo veía confundido, ¿a caso había alguien tan inocente?
Hubo un silencio por largo rato, y Heero lo rompió.
-¿Confía usted mucho en su sirviente?- dice Heero al tiempo que cierra los ojos pero sigue recargado.
-¿Wufei?-
-Si ese es el nombre del sirviente que estaba a un lado suyo.-
-Sí, y me atrevo a decir que daría su vida por salvar la mía-
Heero lo volteó a ver con cierto desagrado pero con una interrogante.
-¿Confiaría usted su vida a alguna otra persona?-
-Bueno no a cualquiera, tiene que ser una persona en la cuál yo confíe. Pero dígame su majestad, ¿a qué viene la pregunta?.-
-Milliardo usted le dio el premio a su criado, ¿no teme que se lo robe?-
-Na, Wufei es una persona muy honrada y antes de hacer eso se cortaría las manos.- Duo se sienta en la base del árbol frente a él.
-Aprecia al joven.- vuelve a cerrar los ojos, como si estuviera atando cabos o resolviendo un problema.
-Como un hermano.- afirmó Duo.
-Sigo sin entender, usted es noble y él sirviente..-pero no lo acaba de decir.
-Eso no tiene nada que ver, Wufei es mi amigo antes que mi sirviente y puede llegar a ser tan noble como ustedes los de la realeza..- Duo se tapa la boca ya abre los ojos al darse cuenta de lo que dijo, sonrojándose al tiempo que ve a Heero.
Heero ya había visto ese sonrojo antes, no había duda la persona que había visto ese día estaba junto a él, pero había una duda, ¿es hombre o mujer?, cuando la vio con el vestido puesto era una fina dama y ahora que lo ve con el elegante traje parece un caballero apuesto. Tal parece que su color favorito es el rojo ya que las dos vestimentas son del mismo color.
-Yo, no...lo siento su majestad. Será mejor que me retire.- Duo se sonrojó al ver que Heero se acercaba a él.
-Milliardo, ¿dónde está viviendo?-
-Con mi prima su majestad.- trata de escabullirse Duo mientras camina a paso acelerado y le chifla a Bruno, al tiempo el caballo galopa hasta él.
-¿Y quienes son sus primas?- insiste Heero
-En realidad tengo que irme su majestad- sin más Duo monta a Bruno y se aleja antes de que Heero logre montar a su corcel.
Cuando Duo ya estaba muy lejos Heero se sentó de nuevo en el árbol. "tengo que averiguar mas de él" Heero se dio cuenta de lo que había pensado y agitó la cabeza tratando de quitarse esas ideas.
*****~~~~~
-¿¡En dónde se metió Maxwell!?-
-Calma Wufei, ya llegará.-
-Oye que no regresas con tu madre y tu hermana?-
-Prefiero caminar, lo más seguro es que ellas ya estén en camino a la casa-
-Se nota que se preocupan por ti-
-Se preocuparían más por mí si estuviera a punto de casarme con algún marqués o duque.-
-¡¿Cómo que con un duque?!¡¿Marqués?!- le reclama Wufei
-Cálmate Wufei, no pienso casarme con ningún noble, no son divertidos.-
-¿Qué?, necesitas a alguien con quién jugar carreras, porque tal parece que se te está haciendo costumbre ensuciarte- dice Wufei agarrando parte del vestido sucio de Hilde.
-No juegues, además no me importaría casarme con algún campesino siempre y cuando pueda jugar carreras con él- Hilde se aleja mientras dice esto con un toque un tanto coqueto en su voz dejando a Wufei sonrojado.
******~~~~~
-O, oh Bruno-
Duo baja del caballo mientras se dirige hasta el interior de la casa, de lejos vio el carruaje de su madrastra e intentó llegar más rápido que ella. Entró, subió a la habitación de su padre y se cambió de ropa, cuando bajó Lady y Reelena iban llegando.
-¿Hilde no ha llegado?- le preguntó Lady a Duo quién venía bajando las escaleras.
-No lo sé.-
-Deberías saberlo, estuviste aquí todo el día.-
-Fui al campo madrastra, solamente vine, a... a arreglar sus cuartos.-
-Avísame cuando llegue-
-Si madrastra.-
Duo sale dejando a Lady y a Reelena.
-Madre, ¿tú crees que funcione?-
-Reelena esto no lo dudaría ni el más incrédulo. Su majestad es demasiado noble, nos creerá.- Lady saca de un saco un pequeño paquete envuelto en un pañuelo blanco, pero no lo desató, lo volvió a guardar.
-No puedo esperar hasta mañana-
*****~~~~~
-Heero!-
Heero solo volteó a ver a Trowa quién le seguía, así que se detuvo.
-¿En dónde estabas?-
-Ganando la revancha.-
-Tiene que ver con el duque?-
-Hn.-
-Sabes algo?, esta mañana vi a la cortesana de hace dos días-
-No juegues conmigo-
-Sabes que no me gusta jugar. Heero tu no eres tonto y sé que tu también viste a esa persona.-
-La vi-
-Estoy seguro que son la misma persona-
-Dices que al duque le gusta vestirse de mujer?-
-Digo que deberías pensar bien lo que haces. No te importa que sea hombre?.-
-Claro que me importa-
-Sigue dando lo mismo, entonces te casarás con el príncipe.-
-Hn.-
-No me digas que Reelena es otra opción-
-Es solo una niña antipática-
-¿Qué piensas hacer?-
-No lo sé-
*****~~~~~
Bien bien, las cartas bomba dejémoslas hasta el final, gracias por leer este capítulo, y espero que sigan leyendo los demás, disculpen si no pongo nada más, en estos momentos estoy viendo el final de El sexto sentido y como que me siento un poco depre, son las doce de la noche en punto y sigo pegada a la compu, como sea, se portan bien y si no lo hacen pues me invitan ^_^. See ya.
*****~~~~~Ever After~~~~~*****
Capítulo II
Una chica de cabello negro y ojos azules está sentada en un pequeño sillón cerca de la ventana la cuál da a una verde colina y en su punta están los árboles de la orilla del bosque, su vista está perdida en este bosque y sueña con el joven chino que esa misma madrugada se habían llevado, pareciera que sale de la colina y baja por ella corriendo hacia la casa, seguido por Duo. "¿Qué?, ¿Duo?, no, es una chica, pero, el es Wufei, si, es Wufei!! Y Duo!!!"
Hilde sale de su ensimismamiento al ver que no es solo una alucinación, en realidad Wufei y Duo corren hacia la casa. No pierde mas tiempo y baja las escaleras apresuradamente casi tropezándose con su vestido, al llegar abajo abre estrepitosamente la puerta azotándola y corre hasta dónde los dos chicos parecen no haberla visto.
-¡¡Wufei no seas tramposo tu traes pantalón, y corres más rápido, a ver trata de correr con vestido!!- Duo le grita a su amigo chino mientras este corre hacia atrás burlándose de él.
-¡No te quejes Maxwell yo que culpa tengo de tus extraños hábitos.....!! ¡pero que demo...auch!- Wufei es interrumpido ya que siente que algo lo tumba al pasto, Duo por la velocidad a la que iba no se detiene y sigue de largo llegando a tocar la pared de la casa, pero luego reacciona y corre de nuevo hacia dónde está Wufei con Hilde sobre él.
-Te gané Wu- Duo le sonrío al verlo totalmente sonrojado y con la vista en Hilde la cuál se escondía en su pecho llorando.-
-Cierra la boca Maxwell,... oye, Hilde, ...¿estás bien?- Wufei está desconcertado y nota que Hilde ya no lleva el cabello largo- ¿Qué te pasó?- acaricia su cabeza y Hilde levanta su rostro y se inca a un lado de Duo el cuál también se agacha.
-Me, me corté el cabello- Dice Hilde con la voz entre cortada-
-Valla otro de tus berrinches no es cierto?- Wufei le toma la barbilla y la hace mirarlo- Si que tienes carácter- y le dedica una pequeña sonrisa la cuál Hilde corresponde- y Bien ¿Cómo de deberé llamar ahora? ¿Sir Hilde? O ¿caballero Hilde?-
Hilde ríe un poco forzada y le jala la pequeña coleta de Wufei mientras este hace muecas de dolor.
-Ya verás de lo que es capaz este caballero- inmediatamente Wufei se hecha a correr mientras es seguido por Hilde y Duo los observa con una sonrisa- ¡No huyas cobarde!!!-
-¡Hey Wufei, te toca despertar mañana a Reelena!- Wufei sigue corriendo pero alcanza a oír su reclamo.
-Maxwell eso es trampa!!!!, usaste a tu hermana como arma secreta lo sé!!!!!-
-Calla Wufei y ya no corras!!!-
Duo los deja que sigan corriendo y este se encamina hacia su pequeña choza en la cuál se cambia de nuevo, y se dispone a ir a la mansión a buscar a Silvia y devolverle el vestido. Al llegar ahí la encuentra en la cocina cortando algunas zanahorias.
-Silvia aquí está tu vestido, muchas gracias- Le dice Duo con una sonrisa extendiéndole la ropa
-Y Wufei?, donde está?- Silvia lo observa dejando de picar la verdura.
-Está siendo perseguido por Hilde, que ya parece que recuperó su buen humor.-Duo toma una manzana del frutero- Tombvia mno rgrsa mfi madñrastña?.- Trata de decir Duo mientras se sienta en una silla y muerde la manzana.-
-¿Qué dices?-
-Que si todavía no llega mi madrastra?- Duo se pasa el trozo de manzana y comienza a balancearse en su silla.
-¡¡Duo!!!- un grito se oye del interior de la casa al tiempo que Duo cae de la silla con la manzana en la boca-
-Eso responde tu pregunta?- Dice Silvia picando de nuevo las zanahorias-
-Ya voy!- Duo sale hacia el comedor en donde supuso que estaba Lady.
Al llegar ve a Lady, Reelena y Hilde, esta última a lado de Wufei.
-¿Se puede saber que hace él aquí?-interroga Lady señalando al chino.
-Él, yo, llegó esta mañana dijo que el rey había liberado a varios esclavos debido a que, a que...- Duo estaba nervioso y mira a Wufei y a Hilde esperando que lo ayudasen.
-A que mañana el rey enviará varios barcos a España para que traigan chocolate y no puede enviar más de tres galeones así que tuvo que liberarlos para que no ocuparan espacio.- Interrumpió Hilde haciendo que Duo soltase el aire que contenía en los pulmones.
Lady solo ve a Hilde como si la inspeccionara y nota que sus vestidos están sucios.
-¿Estuviste revolcándote en la tierra o que?, si sigues así, terminaré por creer que tengo un hijo en vez de hija. Y en cuanto a ti- Lady fija su vista en Wufei- vete a matar un pollo para la merienda-
-Si mi Lady- Wufei se retira dedicándole una última mirada a Hilde.
-Puedes retirarte Duo, ayúdale a Silvia a preparar la cena-
-Como ordenes madrastra-
Cuando Duo se hubo retirado las tres mujeres se sientan en la mesa mientras esperan la cena.
-Reelena cariño, mañana el príncipe Heero entrenará para el torneo de el sábado y como siempre será abierto al público, tenemos que estar mañana ahí, y tendrás que dar otra de tus maravillosas actuaciones frente a él. Necesitamos acercarnos lo más posible a la familia real. Y ya tengo a un pequeño espía que nos ayudará con eso... y en cuanto a ti Hilde, te tendrás que poner uno de los tocados que ya se que no te gusta usar, pero lo tendrás que hacer, entendido?-
-Si madre-
Un rato después entra Silvia con la comida y sale de la habitación par dejarlas comiendo. No le agradaba escuchar las intrigas ni los chismes que Reelena y su madre hablaban en los cuales las demás cortesanas siempre eran la comidilla.
*****~~~~~
El ruido de los grillos que llenaban la noche fue sustituido en pocas horas por los cantos matutinos de los pájaros y los graznidos de los cuervos. Como cada mañana El pasto verde del valle estaba lleno de rocío y las ovejas corrían por estos mientras un joven trenzado las arrea.
Una anciana se acerca hasta la colina para poder gritarle a Duo que guía a las ovejas hasta los pastizales.
-Duo!, Duo cariño ya vámonos!- grita la anciana mientras Duo corre hasta el lugar en donde se encuentra.
-Ya voy Marie-
-Vámonos antes de que la señora se despierte ya sabes que se enoja si nos encuentra todavía en la huerta.- la anciana limpia con su delantal la cara de Duo que está manchada de un polvo negro grisáceo.- Duo lávate esa cara, un caballero no debe anda así de desaliñado.-
-Pero Marie solo voy a vender además no soy un caballero ese derecho ya no es mío.- Dice Duo tratándose de librar de Marie que sigue limpiando su rostro.
-Tienes razón Duo, no eres un caballero, eres un Conde y eso si te pertenece por derecho.-
-No, mejor me quedo de campesino antes que aceptar todas esas responsabilidades.-
El joven camina a un lado de la anciana mientras Silvia los espera ya en el umbral de la huerta mientras toma las riendas de los caballos que acarrean las carretas con la mercancía.
*****~~~~~
Los jardines de palacio son tan bastos y extensos que podrían llegar a confundirse con parte del bosque. Sin embargo dentro de estos jardines están los laberintos de hierbas en donde a la reina le gusta pasar su tiempo acompañada de sus damas de honor. Pero ahora todo está silencio a excepción de los ruidos que hacen los pájaros. Uno de estos sale volando de un árbol al mismo tiempo que una flecha se incrusta justo en el centro de un tiro al blanco hecho con paja y madera. La neblina de la mañana deja entrever una silueta de un hombre el cuál trae un arco. El muchacho saca la flecha y de nuevo se aleja. La niebla se dispersa dejando ver al príncipe Heero apuntando de nuevo a su objetivo pero esta vez desde una distancia mayor. Otro muchacho ligeramente más alto que él se le acerca.
-Heero deberías traer más flechas, así no tendrías que ir por ella cada vez que tires-
-Hn- solo responde Heero al tiempo que la flecha es lanzada y de nuevo acierta en el blanco.-
-No dormiste verdad?,- pregunta Trowa al heredero.
-Hn-
-Te la pasaste pensando en ella?-
-Si ya lo sabes entonces por que me lo preguntas-
-Solo quiero asegurarme de que me estés escuchando. Y ya que no lo niegas. ..Dentro de una hora empezará la verdadera práctica y me temo que serás el centro de atención.-
-Debería importarme?-
-El rumor de que tu matrimonio con el príncipe se ha disuelto ha llamado la atención de varias cortesanas las cuales mueren por ser tu esposa.-
-Mueren por ser reinas-
-Tal vez la encuentres. Claro está, si hoy viene.-
-Ella ya tiene a alguien.- dice Heero mientras se acerca a recoger de nuevo la flecha y es seguido por Trowa.
-Es por lo del esclavo?-
-Si. Estaba dispuesta a ir en su lugar. No por cualquier persona se hace eso a menos que sean..-
-¿Amigos?- cuestionó Trowa y Heero movió la cabeza como negativa-
-Novios.-
-Heero no puedes llegar a esas conclusiones tan rápido-
-El es solo un criado, y ella es noble dime que más puede ser sino amor-
-Heero.- Trowa se aleja del lugar en donde está Heero pero le dice antes de irse- Solo recuerda que no todo es lo que aparenta ser.
Heero se solamente voltea a verlo. "eso lo se".
*****~~~~~
-Rápido niñas que se nos hace tarde!!. Ese Wufei es un inútil, ¿Ya está todo listo?.-Dice una apurada Lady mientras se pone un guante y abre la puerta.-
-Espera madre!!, no encuentro mi zapatilla!!!, aaaaahhhyyyyy!!!!!, ¡¡¡en dónde demonios está mi zapatilla!!! ¡¡¡Silvia búscala!!- Reelena está histérica y hace un berrinche tirando todos los vestidos que ya antes se había probado y estaban regados por la habitación.-
-Señorita la tengo.- Silvia se la entrega y Reelena se la arrebata y corre mientras trata de ponérsela. Al llegar a la puerta su madre la espera y Hilde sale tras de ellas.
-Hilde ponte tu tocado.- Lady le acomoda un velo con algo que parece una corona de tela en el frente, azul claro al igual que su vestido.
-Si madre.-
Las tres suben al carruaje que las espera y de inmediato sale a toda velocidad en dirección a palacio.
Cuando llegan notan la gran cantidad de gente que está a la expectativa de los guardias y otros nobles que entrenan pero sobre todo del príncipe el cuál estaba a un lado de Trowa. El campo de entrenamiento se asemejaba a un pequeño valle con pasto verde recortado mínimamente y los tiros al blanco a cierta distancia finalizando el camino. Por cada vez que Heero acertaba al centro solamente se oían varios gritos de las mujeres que lo rodeaban. Trowa vigilaba que no dijera nada ya que sabía que al príncipe le irritaban tales muestras de cómo decirlo "afecto"?.
En la última demostración las chicas gritaron antes de que Heero lanzara la flecha y eso lo desconcentró haciéndolo fallar y lanzarla muy lejos del blanco. Heero solo extendió la mano para que le dieran otra flecha pero uno de los criados que se las estaba dando le indicó que ya no había. Este se dispuso a ir, pero Heero se le adelantó y se encaminó hacia donde se suponía estaba la flecha.
Se llevó una sorpresa al encontrar Reelena con la flecha en la mano.
*****~~~~~
-Cinco monedas, solo cinco!-
-Son las mejores gallinas de la región-
-Llévese una docena por una moneda de bronce.-
-Señorita acérquese son las telas mas finas de oriente, le vendrán muy bien.-
Los gritos de los comerciantes se dejan oír por el mercado, como todos los días la muchedumbre se reúne vendiendo y comprando los productos ya sean traídos de tierras exóticas, o cultivados en las granjas de la región. De entre ellos una chica rubia negocia con una señora, de repente voltea y le grita a un chico trenzado el cuál le lanza una cesta de frutas rojas y esta se los da a la señora mientras recibe a cambio una bolsita en la cual parece haber dinero.
-Duo ¿cuántas cajas de uvas nos quedan?- pregunta Silvia dándole la bolsa a Duo.
-Solo nos faltan por vender cuatro cajas, todavía tenemos siete de manzanas y diez de moras silvestres. Los huevos no son problema un hombre los ha venido a apartar todos.-
-Duo necesitamos vender todo si no, no quedará dinero para comprar semillas para la próxima temporada.-
-No te preocupes Silvia, las venderemos- Duo sonríe mientras ve como Marie le habla a Silvia y esta se aleja.-
-Si tu quieres puedo comprar todo lo que te falta y tal vez... mas que eso- la voz de un hombre que bien conocía Duo lo deja petrificado al escucharla tras de él.
Duo se voltea con desgano para ver a un hombre alto, apuesto, de cabello avellanado y ricamente vestido el cuál se acerca hasta llegar muy cerca de él.
-No necesita tanta comida Mi señor Traize- Duo le dedica una sonrisa forzada al hombre.
-Tu mismo acabas de decir que necesitas vender todo mi querido Duo, y a estas horas dudo mucho que lo hagas.-
Duo se voltea y toma una canasta y se la ofrece.
-Nueces?,- Duo le enseña la canasta y trata de alejarse pero Traize lo acorrala y le toma la barbilla agachándose.
-Bien sabes que te quiero en mi castillo niño. Y no descansaré hasta que descanses en mi lecho.-
-¡Que quieres aquí cara de cuervo!- Un muchacho de cabello negro se acerca hasta Traize interponiendo unos pesados sacos de tigo entre Traize y Duo.
-Te importa?, interrumpes mocoso.- Dice con desgano mientras agita su mano perezosamente.
-Yo no interrumpo nada, y si no viene a comprar mejor lárguese!-
Traize alza una ceja y le lanza a Duo un saco de terciopelo.
-Toma bonito, por toda la mercancía que te falta vender, y no te molestes en dármela, no la necesito.-
Traize camina altaneramente abriéndose paso entre las mujeres que venden cerca del puesto de donde se encuentra Duo.
-Llegas tarde amigo, ¿Cómo te fue con Reelena?-
-Aagggg, ni me lo recuerdes, se me pone la piel de gallina de solo pensarlo. Primero la desperté un poco tarde, su madre estaba histérica, pero eso no fue lo peor, cuando se levantó te juro que veía a la misma medusa, con ese cabello enredado y su carácter, brrr
-Vamos, es tu imaginación, pensé que no le tenías miedo a nada, ¿recuerdas cuando éramos niños?, la vez que fuimos a las tumbas de tus abuelos
-Yo le temo más a los vivos que a los muertos, y eso deberías saberlo, oye y ese que quería.-
-Lo mismo de siempre-
-Que? te intentó besar esta vez?-
-Si y como siempre trató de convencerme de que me fuera con él- Duo carga la canasta de nueces y la acomoda en otro lugar.
-Vamos amigo no te desanimes, ¿Qué tal si en verdad te quiere?, aunque debo admitir que me caería mejor una purga que hablar por dos segundos con él-
-Eso ni pensarlo, no me voy a alejar de ustedes, son mi familia y no los pienso dejar.-
-Hay Duo, pero deberías dejar que alguien te quiera- Le dice Silvia que se acerca con unas gallinas y las pone en el piso.
-No lo creo Silvia, ya no más Traize solo me quiere para su colección.-
-No seas obstinado, vives bajo la sombra del recuerdo de Miliardo y eso no es justo para ti ni para la persona a la que vas a amar.- Silvia le pone la mano en el hombro para tratar de reconfortarlo, pero Duo retira la mano gentilmente.
-Ya no seas tan apático, acompáñame a mover estas gallinas- Wufei recarga un codo en el hombro de Duo mientras se lo lleva.
No muy lejos de ahí una caravana pequeña de guardias escoltan al príncipe y a su especial compañía.
Adelante venía Heero con Reelena y directamente tras de ellos Lady y Hilde. Caminaban por los puestos y parece que adelante iba una interesante conversación, claro si se le puede llamar conversación al que una persona se hable y se conteste a si misma.
-Entonces eso es lo que yo opino, ¿y usted que me dice su alteza?.- Termina su oración Reelena y voltea a ver a Heero.
-Mi opinión no importa demasiado, son solamente conjeturas mi lady- contesta Heero sin mucho interés.
-Noto su majestad que no le gusta hablar mucho-
-Cómo lo notó?- nótese el sarcasmo.
Uno de los guardias le acerca Heero un recipiente con barras cafés cortadas irregularmente.
-Gusta?- Heero le ofrece a Reelena de lo que trae el recipiente.
-Me encantaría su alteza.- Reelena toma una barrita y se la lleva a la boca.- Esto sabe muy diferente, jamás lo había probado.-
-Se llama chocolate, los monjes españoles nos lo mandan por cajas.-
Mientras tanto Hilde se trata de acercar para tomar una barra que el príncipe les ofrecía a ella y a su madre.
-Ni se te ocurra- la detiene Lady
-Dice los monjes españoles?, los mandan traer por barco?- Reelena le pregunta a Heero viendo a su hermana la cuál abre los ojos al escuchar esto.
-La ruta más corta es por mar-
-¿Y es cierto que enviaron tres galeones ayer por más de este exquisito manjar?-
-Siempre se mandan tres galeones a España-
-Por eso no mandaron a los esclavos ayer?, para liberar espacio?.-
Heero sospechando que algo trama la rubia decide seguirle la corriente- Si, ayer liberamos a todos los esclavos, necesitamos espacio para traer el chocolate-
Heero no sabía de la que había salvado a Hilde, por lo cuál esta le estuvo agradecida en secreto.
-Su majestad- interrumpe Lady- por este lado se encuentran nuestros sirvientes, le gustaría ir a conocer nuestro puesto?-
-La sigo mi lady-
-Como verá tenemos de todo y por supuesto de la mejor calidad-
Silvia al ver que los guardias se acercan con el príncipe y sus señoras tira la canasta que estaba cargando al igual que Marie casi se recarga en la fruta tirándola. Duo se encontraba de espaldas y traía una gallina pero cuando se voltea se encuentra directamente frente a unos ojos azul cobalto que ya se le estaban haciendo familiares, fue tal su sorpresa y a la vez horror de volverlo a ver que soltó la gallina frente a él creándose una revuelta ya que la gallina cayó en los brazos de Heero, este se recargó en uno de los palos que sostenían un techo de tela tirando la fruta que quedaba de paso.
Duo huyó del lugar a toda prisa, no quería arriesgarse a que lo reconociera. Ya cuando Heero se hubo recuperado trató de enfocar a la persona que vio antes de que eso pasara, o por lo menos a la persona que creyó ver.
-¿Pero qué intentan hacer?!, ¡¿matar al príncipe de un susto!?- grita Lady mientras esta también se recupera del espanto.
-¿Cuántas personas había aquí?- pregunta Heero a Silvia y Marie.
-Solo Silvia, yo, y la gallina mi señor- contesta Marie.
Heero sigue tratando de encontrar a la persona que quería, pero solo consigue ver a un chico de cabello negro y rasgos orientales.
-Tú- susurra Heero, pero no le da más tiempo de nada ya que Reelena lo toma del brazo y lo encamina para que salgan de ahí.-
-Su alteza, pero que desagradable incidente, le pido mis más sinceras disculpas, por favor sígame-
*****~~~~
A varios kilómetros de la región una caravana extraña cruza un valle entre desierto y oasis. Un elefante encabeza esta tropa seguido por varios caballos y camellos, un carruaje blanco es el centro de esta caravana.
-Rashid, entonces ya no me tengo que casar con él?- un rubio angelical le pregunta a uno de sus lacayos con cierto aire de esperanza en sus palabras.
-A mi parecer no su majestad, pero no esté tan seguro de ello, si el príncipe Heero no elige esposa en una semana, entonces el matrimonio se llevará a cabo.-
-Ya veo, pero por favor Rashid, prométeme que no le dirás a nadie que ya llegamos a Francia, no quiero que me reconozcan. Pasaré de incógnito.-
-Podría saber por que su alteza?-
-Me gustaría conocer la ciudad- le dedica una sonrisa cerrando los ojos- y si fuese como príncipe lo mas seguro es que no salga de palacio. Yo lo que quiero es ver a la gente, el pueblo, sus bosques de los cuales me han hablado tanto, quiero conocer el frío húmedo. ¿Me entiendes?-
-Será como desee majestad, instalaremos un campamento en el bosque, después de todo nosotros tenemos sangre beduina, se nos hará fácil.-
-Tienes razón-
*****~~~~~
-Uff!! De la que me salvé.- Duo se tira en uno de los grandes montones de paja que había acomodados en el pasto seco.- no pensé que el príncipe pudiera ir al mercado, sobre todo con Reelena y Lady, valla esa si que fue una sorpresa.
Duo se acomoda escondiéndose entre la paja tratando de dormir mientras el sol está en su cúspide. Pero cuando apenas estaba conciliando el sueño, siente un golpecito en la parte posterior de la cabeza.
-Auch!, ¿Quién hizo eso?!, Wu, que haces aquí, deberías estar en el mercado?- otro golpe en el mismo lugar se le da como respuesta
-Lo mismo te pregunto Maxwell, por tu culpa Lady casi dice que hemos venido directamente del infierno, la hubieras visto. Pero le enseñamos la bolsa de monedas y pareciera que todo lo que nos dijo se convirtió mágicamente en palabras cariñosas-
-Entonces no te fue tan mal, no te quejes, auch! Y ahora por que fue eso-
-Porque el príncipe me vio, y tal parece que me reconoció-
-Y?-
-¿Cómo que y?, si me reconoció debió de haber recordado a la cortesana de ayer, y déjame decirte que le llamaste mucho la atención, se supone que no debería de reconocerte, por eso saliste huyendo-
-Es cierto, pero no pasó nada, es lo bueno- Duo se vuelve a acostar en la paja sin prestar atención y como Wufei no ve mas remedio lo imita acostándose también.
*****~~~~~
La mañana cayó de nuevo era sábado y el día del torneo en el palacio se presentó. Al igual que el día anterior, La madrastra y las hermanastras de Duo se fueron a palacio para ver la competencia.
Así que la mansión estaba sola, bueno por lo menos sin nadie que molestara. Duo se quedó dormido en la paja y cuando despertó, Wufei ya no estaba. Se estiró perezosamente y bostezó. Nota una sombra que le tapa la luz del sol y levanta la vista para ver a Wufei con un arco y varias flechas en las manos.
-¿Para qué traes esto Wufei?-
-Tendrás que competir en el palacio, ya te traje el arco de mi padre y unas flechas que había en tu cabaña-
-¿Qué yo que?- Duo menea la cabeza sin entender todavía.
-Solo necesitamos ropa presentable y ya estás listo.-
-¿Y para qué quieres que lo haga?-
-Habrá una recompensa y eso dinero me servirá para, para..... me servirá!, y ya no preguntes, ganarás ese dinero-
-¿Y que, solo por tu linda cara voy a hacerlo?-
-Pues ... si.-
-uuuyyyyy!!, bueno, solo por que eres mi amigo- deja de hablar mientras parece que recuerda algo- Pero no se te olvida ..algo.- estas últimas palabras las recalca
-¿Qué? el príncipe? Na, ya pensé en eso, estará tan ocupado tratando de desaparecer de las doncellas que no tendrá tiempo de fijarse en la cortesana.-
-¿Y por que piensas que la estará buscando?-
-Creeme yo estuve ahí, y por un segundo creí que te habías olvidado de mi ya que tú y el príncipe se miraban... extraño-
-(totalmente rojo) bien, bien lo haré solamente si prometes que te vas a callar-
-Oye y la ropa?-
-Tomaré alguna que le haya pertenecido a mi padre, ven vamos a la casa... (Suspiro) y yo que tenía planeado dormir sin gritos llamándome.-
Ya en la mansión Duo esculca en un baúl del que fuera el cuarto de su padre. Hay varios atuendos que Duo le enseña a Wufei pero a este no parece importarle.
-Ya Maxwell escoge uno, ese me gusta.-
Duo toma un traje rojo de terciopelo y con un peto de tela dura con varias incrustaciones y cadenas doradas que van desde la orilla del peto hasta su hombro, un pantalón blanco y unas botas negras que llegaban hasta sus rodillas completaban el atuendo.
-Bueno vístete que se nos hace tarde-
-¿Y cómo piensas que lleguemos, he?-
-Tú te llevas a Bruno y yo tomo cualquier otro corcel.-
-No juegues Wu amigo, si lo llegasen a ver Lady o Reelena estamos muertos.-
-No, tú estarás muerto, yo me esconderé o trataré de pasar desapercibido y escondo los caballos, no te preocupes te cuidaré, si puedo.-
-Sigue sin gustarme tu plan, por lo menos dime para qué quieres el dinero. Vamos dime.-
-Te lo diré cuando llegue el momento, vámonos ya Maxwell!-
*****~~~~~
Colores, risas y trompetas son las cosas que mas predominan en palacio, los estandartes con el escudo de la familia real adornan los cielos. La comida está en flamantes mesas que parecieran no terminar. Pero la atracción principal son los arqueros que competían por una bolsa de dos libras repleta de monedas de oro.
-Sigo sin saber por qué tengo que competir.- Un fastidiado Heero platica con Trowa mientras afila una punta de flecha.
-Tu padre dijo que para que convivieras con alguna damisela-
-Hn, no tengo deseos de hacerlo.-
-Bien entonces cuando ganes podrás retirarte, .....Si puedes, claro está-
-¿Te estás dando por vencido?-
-Heero ni siquiera voy a competir, se supone que estoy cuidando que no te acosen.-
-No me hagas decírtelo-
-No te atreverías-
Heero lo ve y está a punto de abrir la boca pero Trowa toma un arco y se pone en la línea de lanzamiento.
-Nunca te falla he Heero?-
-Hn-
~~
-Ya Maxwell bájate del caballo que ya comenzaron.-
-No me apresures Wufei, estoy muy nervioso-
-Por el torneo, o por alguien mas.-
-Pues por las dos cosas...-
-Me parece que confundes las cosas, o mejor dicho, los sentimientos.-
-No te andes con rodeos y dime de una vez que piensas-
-Son nervios por que el príncipe te descubra y te castigue? O por que te descubra y no lo haga?-..
-No lo sé! No sé!, mejor hay que apresurarnos mientras mas rápido ocurran las cosas más rápido me libraré de ellas.
-Maxwell trata de actuar lo más normalmente posible.-
-Sabes que yo siempre soy natural.-
Los dos caminan con las correas de los caballos en las manos mientras uno de los guardias se les acerca dándoles la bienvenida y tomando las riendas para llevarse los caballos a los establos.
-Caballero, Es este su mozo que lo ayudará en la competencia?- cuestiona el guardia.
-Mozo?, eh?, a si, yo soy un caballero, si lo soy, y él me va a ayudar.-
Cuando se hubieron alejado del escolta Wufei suelta una sonora carcajada.
-Tienes razón Maxwell, eres naturalmente ridículo, ja, ja, ja, ja-
-Ja, ja, ja que gracioso- Duo no podía pensar bien en estos mementos y solo esperaba que sus nervios no lo traicionaran.- me preocupa Bruno, no le gusta estar encerrado.-
-Ya Maxwell no le pasará nada.-
~~
-Madre no alcanzo a ver nada, hay mucha gente, auch! Me pisaron.- Reelena trata de abrirse paso entre la gente pero es en vano ya que habían llegado un poco tarde y no encontrando lugar se tuvieron que conformar con ver desde el suelo y no en las gradas.
-Ya hija, verás que encontraré la forma, Hilde venos a buscar una copa de agua, estoy agotada.-
-Pero, madre.-
-Tú no quisiste traer a Silvia, según tú le querías dar un""día libre"" que tonterías, anda niña apresúrate.-
Hilde se aleja hacia las enormes mesas y busca unas copas en las cuales pudiera servirles el agua, pero sin saber por que, alza la vista y al hacerlo nota a la distancia a Wufei y a su hermano Duo.
-Duo?, Wufei?- Hilde se acerca hasta encontrarse con ellos- Ustedes dos, se puede saber que hacen aquí?!-
-Este, eee, yo, nosotros, vinimos. Vinimosalconcursodearquería.- Dice Duo esperando un jalón de cabello por parte de Hilde cerrando los ojos.-
-¿Qué tu que?, para qué?, quieres el dinero?-
-Yo no Wufmbfff...- Wufei le tapa la boca-
-Duo dice que el no quiere el dinero para gastarlo en cualquier tontería, lo quiere para la granja- Wufei espera que Hilde le creyera, si lo llegase a descubrir estaría perdido.
-Mmmm, bien, si es para la finca entonces, te estaré apoyando Duo.-
-Mejor no Hilde, si mi madrastra o Reelena se enteran de que vine, y aún más, que vine con las ropas de mi padre, no me salvo de una buena paliza.-
-Está bien, cuidaré de que no se acerquen mucho hasta ti, solo cuídense.-
Duo y Wufei observan a Hilde que se arrima a la mesa par servir agua en dos copas.
-Wu, por que no quieres que Hilde se entere?-
-Es para un asunto que muy pronto se volverá familiar-
-.....- La cara de Duo es sencillamente de ¿?.
-Duo, me temo que eres demasiado inocente.-
Los dos se acercan hasta los puestos de los arqueros, por suerte quedaba un último puesto justo a la orilla de la fila, Un niño se les acerca con un pergamino en una mano y una pluma de águila que en la punta estaba empapada de tinta en la otra.
-Disculpe mi señor, sería tan amable de darme su nombre?- le pregunta el niño a Duo.
-Mi, mi nombre?, soy .... Yo soy "piensa, piensa", Mi nombre es Milliardo Peacecraft Duque de Zanq.-
-Ajá, ... muchas gracias caballero- el niño dice acabando de anotar su nombre y dirigiéndose al arquero que está a un lado de ellos preguntándole lo mismo.
-Maxwell, ¿estás loco? Le diste el nombre de un ....!!- Wufei no acaba de decir su oración al voltear a ver a Duo quién toma su arco y lo mira con cierta melancolía.
-Muerto...- acaba la frase Duo.- lo sé, pero, quería hacerlo. Milliardo siempre amó la arquería, él mismo me enseñó. Era el mejor arquero.-
-Oye amigo no era mi intención-
-No te preocupes Wu, ya todo eso quedó en el pasado, "si en el pasado"- Duo recupera su cálida sonrisa aunque Wufei sabe que en el fondo de esa sonrisa Duo llora.
~~
Cuando el niño llega hasta donde está Heero, piensa pasarse de largo ya que todo el mundo conoce el nombre del príncipe heredero del reino. Pero Heero lo detiene.
-¿Qué es lo que tienes anotado?-
-Su majestad, es solo la lista de los competidores pero no hace falta anotar su nombre, vea- el niño le enseña la lista Heero la recorre rápidamente y se fija en el primero de esta, "Milliardo Peacecraft"- "parece que ya había escuchado ese nombre", de dijo a si mismo antes de que el niño retirase la lista para seguir con su camino.-
~~
Las trompetas tocan tres veces para anunciarles a los competidores que deben prepararse. Dos veces tocan cuando tienen que tensar el hilo de su arco. Y un toque al final para que suelten la flecha. En el primer intento muy pocos fallaron, y los que lo hicieron iban siendo descalificados. El nivel de la competencia iba subiendo conforme la distancia se hacía mayor. Uno a uno fueron saliendo hasta que solo quedaban diez. Esta vez los diez tenían dos oportunidades para acertar al blanco. Heero no se molestaba en observar a los demás competidores, lo único que tenía que hacer era concentrarse.
Por ahora lo único que pasa por la cabeza de Duo es un cierto par de ojos cobalto que lo tenían intrigado desde hace apenas un par de días, aunque a su parecer le había parecido una eternidad.
Siete de los competidores salieron después de fallar sus dos intentos, al sonido de la trompeta solamente tres flechas fueron insertadas en el blanco. Solamente quedaban tres, Duo, Trowa y Heero. En el primer intento ninguno de los tres falló, pero algo diferente sucedió en la segunda oportunidad.
Trowa se concentró en el blanco, una ráfaga de viento sopló de lado izquierdo, cuando se cubrió ese lado se le ocurrió voltear a ver a su contrincante que estaba a su mano izquierda. Observó detenidamente al caballero junto a él, aunque sabía que nunca lo había visto, pero al que reconoció de inmediato fue al otro chico junto a él. Cabello negro al igual que sus ojos, rasgos orientales. No había duda era el esclavo que hace unos días la chica liberó. "¿la chica?, entonces, será ella?. No el es un hombre, tendrá una hermana?." Trowa estaba sumergido en sus pensamientos cuando oyó de improvisto la trompeta así que no le dio tiempo de fijar bien la vista y falló en su segundo intento. Un poco asombrado se retira dejando ahora a solo dos competidores, Duo y Heero.
-Sigo sin ver nada madre- Reelena se queja tratando de estirar el cuello para divisar algo mas que los sombreros y las cabezas de la gente frente a ella.
-Reelena con que veamos al príncipe es más que suficiente- Lady trata de calmarla mientras imita a su hija y también se para de puntillas.
Hilde se escabulle entre la multitud agachándose y empujando a los demás, a ella no le importaba ensuciarse un poco siempre y cuando pudiera ver si Duo era el otro competidor. Al poco rato llegó hasta el frente y pudo comprobarlo. Duo se veía no solo asustado, aterrorizado. A pesar de su carisma las multitudes lo aterraban, pero había algo mas que lo hacía ponerse nervioso. Sería la emoción de verse en la final contra el príncipe?.
~~
-"Bien Duo concéntrate, tienes que ganar ese dinero" "respira hondo"- se dice a si mismo Duo y fija su vista en el blanco.
Heero hace lo mismo no le daba mucha importancia a su rival ya que tenía plena confianza en que ganaría, y si no lo hacía entonces no era gran pérdida. Estiró el hilo del arco y esperó la señal para dejar ir la flecha.
La trompeta sonó al tiempo que las dos saetas asestaban en el centro del blanco.
Un gruñido de fastidio salió por parte de Heero, ahora lo que más quería era que todo terminara rápido.
Preparó su última flecha y esperaba que en realidad esta si fuese la última ya que no tenía deseos de seguir con este juego. Fue entonces cuando sucedió. Heero pareció escuchar una voz familiar a un lado suyo, sonaba enérgica. No le hubiera dado importancia si no es porque la voz se hizo más audible y un tono de familiaridad le desconcertó, se supone que solo deberían estar un mozo y su amo. Acaso había alguien más?.
-No puedes fallar esta ¿me entiendes?- Le dice Wufei a Duo levantando la voz.
-Si hombre, no te ofusques que no pienso fallar, con el príncipe o no a un lado.-
Heero preparó su arco listo para clavar de nuevo en el centro la flecha pero no pudo resistir la tentación de voltear, al tiempo que lo hizo la trompeta sonó. Quedó aturdido por lo que vio. La chica que hace dos días había visto estaba a un lado de él, su largo cabello sujeto en una trenza y sosteniendo el arco el cuál ya había soltado la flecha, Heero había leído antes los libros y textos griegos de su padre, entre ellos se encontraba la leyenda de Artemisa, o Diana como les gustaba llamarle a los romanos. Se le vino a la mente la imagen de la joven encarnada por Artemisa, con su larga trenza y el arco. No se dio cuanta de a que hora soltó la flecha, pero supo que no había dado en el blanco.
-¡Ya tenemos al ganador!- anunció un trovador mientras la multitud aplaudía.
~~
-Madre, por qué aplauden?!- Reelena dice mientras baja las cabezas de la gente que está delante de ellas ignorando sus quejas.
-Vamos cariño ya vi a mi pequeño espía, no importa si no lo vez hoy, mañana te aseguro que podrás platicar con él- Lady se aleja seguida por Reelena. Un joven guardia las espera alejado de la gente.
-¿Y Hilde, madre?-
-Déjala, después la buscaremos, es mejor que no se entere. O si no le remorderá la conciencia.-
~~
-¡El ganador es el Duque Milliardo Peacecraft de la provincia de Zanq!- los vítores y aplausos vuelven a oírse mientras un rojo Duo sonríe.
Heero no le da mucha importancia a lo que dice el anunciador, el solamente se pierde en la figura del joven a su lado. Trata de convencerse de que es mujer, oye la voz del chino que está a su lado, y lo felicita. Tal vez, si el joven junto a él era hombre el chino es su amigo. Tal vez Trowa si tenía razón. Pero por que le daba tango gusto el saber que eran amigos,? ¡seguía siendo hombre!, borró esos pensamientos de su cabeza y se dirigió hacia ellos.
-Maxwell!, no sabes el gran favor que me haz hecho!!-
-Hey, hey, hey no fue gratis, tendrás que hacer mis labores por un mes Wu.-
Heero estaba por llegar a ellos cuando su madre entra a felicitarlo.
-Hijo, muy bien hecho, pero creo que te faltó un poco de concentración al final, después iré a felicitar al Duque, ahora ven que te toca entregar el premio.-
Duo volteó a ver a la reina que traía al príncipe del brazo, después observó al rey que estaba en una grada sentado en su trono mientras hacía señas de que guardasen silencio.
-¡Me complace en presentarles querido pueblo al ganador de esta justa de arquería, el Duque Milliardo Peacecraft de la provincia de Zanq!- anuncia el rey frente a Duo y la gente vuelve a aplaudir, Duo reconoce entre la gente a Hilde y la saluda mientras ella corresponde.
Heero sostiene la bolsa de monedas de oro que le ha dado su madre, y mira hacia el trenzado y el chino que están frente al rey, Wufei está inclinado mientras Duo hace reverencia.
-¡Y ahora su premio, una bolsa que pesa dos libras llena de monedas de oro, a manos de mi hijo, el príncipe Heero!- un nuevo griterío aparece mientras Heero se acerca hacia Duo que ve al rey, y luego al piso, el cuál parece muy interesante ya que no le quita la vista.
Al oír el nombre del príncipe Duo agacha la cabeza, tenía esperanzas de no verlo pero parece que lo haría y no había escapatoria. Tuvo que levantar la vista cuando notó un par de botas pararse frente a él, evitó mirarlo directamente a la cara, los brazos del príncipe le extendían la el saco y Duo lo tomó haciendo reverencia, pero sin mirarlo a los ojos todavía. La situación se puso más tensa cuando el príncipe habló.
-¿Duque de Zanq?-
-Si, su majestad.-
-Para ser un duque debería saber que es una falta de respeto contestarle a la realeza y no alzar el rostro- Heero solo lo hacía para que Duo subiera la cara y así poder mirarlo.
-Lo.... Lamento su majestad, no volverá a pasar- dice Duo mientras levanta el rostro lentamente y volverse a quedar petrificado con unos ojos azules que lo observan meticulosamente, lo cuál no ayudó a que se le bajaran los nervios.
No podía equivocarse, la mirada transparente que ya había visto lo volvió a cautivar, esta vez se le notaba preocupada, esos rasgos no son comunes, tez blanca, ojos violeta y cabello sumamente largo, tenía que ser ella, e ¿el?, tal vez se había disfrazado de hombre para poder competir, o que tal si es un hombre y se disfrazó de mujer, todo esto lo alcanzó a razonar Heero en fracción de segundos antes de reaccionar ante la voz de su padre.
-¡Y ahora, la comida y bebida no se hacen esperar!. ¡Mis fieles súbditos, que comience la fiesta!-
Cuando el rey acabó de decir esto los danzantes y músicos comenzaron a tocar, los bufones entretenían a unos niños cerca de sus madres. Había traga fuego y unas chicas de rasgos orientales que balanceaban platos sobre unos palos mientras se sostenían en un pie.
Duo había bajado la vista de nuevo, y le dio la bolsa a Wufei quién la colgó en su cinturón. Agradeció al príncipe y se dispuso a irse, pero este se puso frente a él para no dejarlo pasar. Wufei que estaba a un lado de ellos le susurró algo a Duo.
-Su majestad, me informan que debemos retirarnos- Trató de decir Duo pero el príncipe habló antes de que acabara su oración.
-Sería tan amable de acompañarme por un momento caballero?- Heero sabía que el chino le había dicho algo a Duo y no era precisamente asuntos importantes – y en cuanto a su sirviente, le parece que se una a la celebración?-
Wufei no tuvo mas remedio que caminar hacia la fiesta, aunque la idea no le pareció tan desagradable ya que Hilde lo esperaba cerca de las mesas del banquete. Heero le mostró el camino a Duo levantando su mano, Duo seguía encontrando fascinante el piso ya que no levantaba la vista.
-Dígame señor, ¿cómo es que jamás lo había visto?- cuestionó Heero.
-Su alteza es la primera vez que vengo al reino en algún asunto de la realeza.- fue lo único que supo decir Duo, solo esperaba que Milliardo en realidad no hubiera venido ya antes.
-Creí que había visitado el reino desde ya hace dos años-
-(Duo tragó saliva antes de responder)- Perdone mi atrevimiento pero creo que el que vino fue mi hermano Zechs, el es rubio y ojos azules. Lo digo por si no lo recuerda.- uf, buena jugada, tal vez Milliardo si había venido y él era de esa complexión, si Heero lo recordaba entonces no dudaría.
-Ya veo, tal vez si me he confundido. Pero Milliardo usted se ve muy joven, siempre creí que era mayor que yo- Dice Heero con un tono de incredulidad.
-Yo tengo dieciséis años y mi hermano tiene veinte.- Bueno eso no era mentira, si Milliardo viviera tendría veinte años.
Heero se paró un momento y lo miró con cierta diversión en el rostro.
-Solamente tiene dieciséis años?. Me va a decir que un joven tres años menor que yo me ha ganado?. Había oído de que uno de los hijos del Conde de Zanq era un gran arquero, pero siempre creí que era el hijo mayor.
-("Si Milliardo era el mejor arquero") Pues no me gusta presumir, je, je- Dice Duo sonriendo con una pequeña gotita de sudor resbalándosele.-
-¿Qué le parece una revancha?-
Duo abre los ojos sorprendido y de nuevo vuelve a sonreír.- Por supuesto majestad.-
-Bien, pero será en el bosque, no me gustan los lugares concurridos. ¿Trae su caballo?-
Como si hubieran invocado al susodicho un caballo negro sale corriendo en dirección hacia ellos, tras de él vienen tres guardias y más atrás varios caballos corren en todas direcciones, algunos alejándose al bosque y otros directamente al campo de arquería. Duo se lleva una mano a la cabeza y abre los ojos entre sus dedos como si no quisiera ver, mientras da un suspiro largo y resignado. El caballo se detiene frente a Duo y pareciera saludarlo, Duo se acerca y lo acaricia.
-No te pudiste haber esperado?. ¿Qué hago contigo? (suspiro).-
-Me doy cuenta que si lo trajo. Aunque me parece familiar.-
-El, el caballo pertenece a mis primas, me quedo con ellas.- si le dieran una moneda de oro por cada mentira que había dicho ese día no hubiera tenido que competir para ganarse el dinero.
-Si, este caballo tiene su personalidad.- Heero recuerda como el caballo lo llevó hacia el sirviente sin su permiso y se detuvo sin que le hubiera dado ninguna instrucción.
-Creo que por eso no lo han vendido, Bruno es especial.- Duo le da ligeros golpes al caballo mientras este relincha complacido.
-Iré por uno a la caballeriza, aunque dudo que quede alguno.-
Heero y Duo se dirigen hacia los establos en los que algunos de los guardias traen de regreso a los caballos prófugos, Heero toma uno café con una hermosa mancha en la frente en forma de estrella alargada.
Montan a sus caballos y Heero se adelanta, Duo lo sigue pensativo, no había mencionado nada todavía lo cuál le dio una falsa tranquilidad.
Heero se detiene en un pequeño valle que tiene árboles aislados y cada uno de ellos con marcas blancas.
-Aquí solía entrenar- dijo Heero hacia el viento casi inaudible.
-Es muy bello- Dijo Duo mientras desmontaba.
-En esos árboles hay marcas, usted decida desde qué distancia le gustaría lanzar-
-Su majestad usted me ha pedido la revancha, usted elija.-
-Bien que le parece a cincuenta pasos-
-Me parece bien, ¿Dos de tres?-
-Mjá.-
Los dos dan cincuenta pasos desde los árboles, cuando se detienen cada quién fija la vista en un blanco, y lanzan la flecha, no importaba si era al mismo tiempo o no, lo que importaba era acertar y los dos lo hacen. En la segunda ronda vuelven acertar solamente queda un tiro.
-Creo Milliardo que tendremos que alejarnos mas para decidir quién será al vencedor-
-¿Setenta pasos?-
Los dos caminan veinte pasos mas, vuelven a enfocar la vista pero a Duo se le hace un poco más difícil mirar hacia si objetivo, la vista ya no es tan clara así que duda un poco al tirar la jara, cuando la suelta no está seguro de si le ha dado en el blanco o no así que él y Heero se acercan a los árboles para ver cuál ha sido el resultado. A Duo le falló por unos cuantos centímetros y no logró atinar, volteó a ver el árbol a un lado el cuál tenía incrustada la saeta justo en el centro y Heero estaba recargado en el árbol.
-Su majestad usted es el vencedor de esta revancha- Dice Duo con una sonrisa.- no tuvo problemas, ¿podría saber cuál fue la causa por la que se desconcentró en la competencia?.
Heero lo observó con detenimiento, ¿cómo le diría qué el era la causa por que se había distraído?
-Por culpa de una visión- se limitó a decir.
-¿Cómo?-
-¿Conoce a Artemisa?-
-Solo a la diosa de la caza, si es esa la que usted conoce.-
-Exacto, la vi parada justo a un lado de mi- Heero trataba de darle a entender que había sido él. Pero Duo lo veía confundido, ¿a caso había alguien tan inocente?
Hubo un silencio por largo rato, y Heero lo rompió.
-¿Confía usted mucho en su sirviente?- dice Heero al tiempo que cierra los ojos pero sigue recargado.
-¿Wufei?-
-Si ese es el nombre del sirviente que estaba a un lado suyo.-
-Sí, y me atrevo a decir que daría su vida por salvar la mía-
Heero lo volteó a ver con cierto desagrado pero con una interrogante.
-¿Confiaría usted su vida a alguna otra persona?-
-Bueno no a cualquiera, tiene que ser una persona en la cuál yo confíe. Pero dígame su majestad, ¿a qué viene la pregunta?.-
-Milliardo usted le dio el premio a su criado, ¿no teme que se lo robe?-
-Na, Wufei es una persona muy honrada y antes de hacer eso se cortaría las manos.- Duo se sienta en la base del árbol frente a él.
-Aprecia al joven.- vuelve a cerrar los ojos, como si estuviera atando cabos o resolviendo un problema.
-Como un hermano.- afirmó Duo.
-Sigo sin entender, usted es noble y él sirviente..-pero no lo acaba de decir.
-Eso no tiene nada que ver, Wufei es mi amigo antes que mi sirviente y puede llegar a ser tan noble como ustedes los de la realeza..- Duo se tapa la boca ya abre los ojos al darse cuenta de lo que dijo, sonrojándose al tiempo que ve a Heero.
Heero ya había visto ese sonrojo antes, no había duda la persona que había visto ese día estaba junto a él, pero había una duda, ¿es hombre o mujer?, cuando la vio con el vestido puesto era una fina dama y ahora que lo ve con el elegante traje parece un caballero apuesto. Tal parece que su color favorito es el rojo ya que las dos vestimentas son del mismo color.
-Yo, no...lo siento su majestad. Será mejor que me retire.- Duo se sonrojó al ver que Heero se acercaba a él.
-Milliardo, ¿dónde está viviendo?-
-Con mi prima su majestad.- trata de escabullirse Duo mientras camina a paso acelerado y le chifla a Bruno, al tiempo el caballo galopa hasta él.
-¿Y quienes son sus primas?- insiste Heero
-En realidad tengo que irme su majestad- sin más Duo monta a Bruno y se aleja antes de que Heero logre montar a su corcel.
Cuando Duo ya estaba muy lejos Heero se sentó de nuevo en el árbol. "tengo que averiguar mas de él" Heero se dio cuenta de lo que había pensado y agitó la cabeza tratando de quitarse esas ideas.
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-¿¡En dónde se metió Maxwell!?-
-Calma Wufei, ya llegará.-
-Oye que no regresas con tu madre y tu hermana?-
-Prefiero caminar, lo más seguro es que ellas ya estén en camino a la casa-
-Se nota que se preocupan por ti-
-Se preocuparían más por mí si estuviera a punto de casarme con algún marqués o duque.-
-¡¿Cómo que con un duque?!¡¿Marqués?!- le reclama Wufei
-Cálmate Wufei, no pienso casarme con ningún noble, no son divertidos.-
-¿Qué?, necesitas a alguien con quién jugar carreras, porque tal parece que se te está haciendo costumbre ensuciarte- dice Wufei agarrando parte del vestido sucio de Hilde.
-No juegues, además no me importaría casarme con algún campesino siempre y cuando pueda jugar carreras con él- Hilde se aleja mientras dice esto con un toque un tanto coqueto en su voz dejando a Wufei sonrojado.
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-O, oh Bruno-
Duo baja del caballo mientras se dirige hasta el interior de la casa, de lejos vio el carruaje de su madrastra e intentó llegar más rápido que ella. Entró, subió a la habitación de su padre y se cambió de ropa, cuando bajó Lady y Reelena iban llegando.
-¿Hilde no ha llegado?- le preguntó Lady a Duo quién venía bajando las escaleras.
-No lo sé.-
-Deberías saberlo, estuviste aquí todo el día.-
-Fui al campo madrastra, solamente vine, a... a arreglar sus cuartos.-
-Avísame cuando llegue-
-Si madrastra.-
Duo sale dejando a Lady y a Reelena.
-Madre, ¿tú crees que funcione?-
-Reelena esto no lo dudaría ni el más incrédulo. Su majestad es demasiado noble, nos creerá.- Lady saca de un saco un pequeño paquete envuelto en un pañuelo blanco, pero no lo desató, lo volvió a guardar.
-No puedo esperar hasta mañana-
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-Heero!-
Heero solo volteó a ver a Trowa quién le seguía, así que se detuvo.
-¿En dónde estabas?-
-Ganando la revancha.-
-Tiene que ver con el duque?-
-Hn.-
-Sabes algo?, esta mañana vi a la cortesana de hace dos días-
-No juegues conmigo-
-Sabes que no me gusta jugar. Heero tu no eres tonto y sé que tu también viste a esa persona.-
-La vi-
-Estoy seguro que son la misma persona-
-Dices que al duque le gusta vestirse de mujer?-
-Digo que deberías pensar bien lo que haces. No te importa que sea hombre?.-
-Claro que me importa-
-Sigue dando lo mismo, entonces te casarás con el príncipe.-
-Hn.-
-No me digas que Reelena es otra opción-
-Es solo una niña antipática-
-¿Qué piensas hacer?-
-No lo sé-
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Bien bien, las cartas bomba dejémoslas hasta el final, gracias por leer este capítulo, y espero que sigan leyendo los demás, disculpen si no pongo nada más, en estos momentos estoy viendo el final de El sexto sentido y como que me siento un poco depre, son las doce de la noche en punto y sigo pegada a la compu, como sea, se portan bien y si no lo hacen pues me invitan ^_^. See ya.
