Si aquí yo de nuevo. No se van a librar de mi tan fácilmente ja, ja, ja, ja. ¬¬u. Ok. Aquí les traigo el tercer capi. Un cortito capi, pero algo es algo no?. Ahora comprendo a la pobre
Ari Driger, con tantas fiestas y salidas. T_T, creeme te comprendo. Ok, ok, lo de siempre estos chicos guapos no me pertenecen, ni como la historia original, solo los frutos de esta mi mente activa.

*****~~~~~Ever after~~~~~*****

Capítulo III

En las orillas del bosque resuenan pasos lentos y pesados, una visión en donde predomina el blanco se detiene en un claro despejado, varios hombres salen del carruaje y bajan de sus camellos, como por arte de magia se levantan tiendas de campaña igual de blancas. Un rubio sale del carruaje blanco.

-Valla, si que es hermoso y diferente- Dice Quatre al tiempo que su hálito se ve debido al frío y se frota los brazos con sus manos tratando de abrazarse.

-Tome príncipe, hace algo de frío- el hombre le da una manta café para que pueda cubrirse.

-Muchas gracias Jazam, me gustaría salir ahora mismo a conocer el pueblo.-

-Príncipe, primero tendrá que vestirse adecuadamente si piensa salir de incógnito- dice otro hombre acercándole un vestuario mas sencillo pero abrigador.

-Tienes razón- el chico le dedica una sonrisa mientras entra a una de las tiendas.

*****~~~~~

Las campanas de la iglesia resuenan por los rincones del pueblo hasta llegar a las colinas impulsadas por el eco que retumba en las montañas lejanas. Las palomas son asustadas por el estruendo y vuelan en dirección al viento.

Todos los peregrinos marchan en procesión hasta la iglesia, uno a uno van llegando ricos y pobres, esta peregrinación incluía por supuesto a los nobles que no estaban en el pueblo.

Era domingo, día obligatorio de ir a la iglesia. Una carroza se detiene frente a ella y tres damas salen de ella.

-Bien cariño, ya sabes lo que tienes que hacer?- Lady se acerca a Reelena susurrándole esto al oído.

-Pero madre, no sería más fácil si lo hiciera hasta que termine el oficio?-

-¿De qué están hablando madre?- pregunta Hilde al escuchar las palabras de Reelena.-

-Hilde, no es nada que te importe.- le contesta groseramente su hermana.

*****~~~~~

-¿A dónde vas Duo?-

-A buscar trufas Marie, a Lady se le antojaron para la cena y será mejor que le lleve suficientes-

-Esta mañana estaba de muy buen humor-

-Lo sé, y eso me aterra más que verla de malas.-

-Duo no seas exagerado, toma llévate este cerdo, es el que parece tener mejor olfato.-

-Si, y no me esperes, me tardaré-

-Bien cariño pero cuídate-

La mujer anciana le da la cuerda que sujetaba a un lechón negro. Duo caminaba distraídamente por el bosque observando los movimientos del pequeño cerdo que cada vez que olfateaba una trufa hacía un ruido o se sentaba sobre el lugar, así Duo podía escarbar y sacar lo que buscaba, pero de hacerlo se ensuciaba tanto las manos que tenía que limpiarse en su ropa y algunas veces tratando de limpiarse el sudor de la frente se manchaba el rostro a parte del hollín que ya tenía.

-Necesito un buen baño, y creo que tu también amiguito- Duo se dirige hacia el cerdito y este hace un ruido de descontento arrancándole una carcajada que resonó por el bosque- Ja, ja, ja Está bien, está bien, si no quieres no, pero yo si me voy a dar un chapuzón, no te muevas de aquí.-

Si el cerdo hubiera podido hablar le hubiera dicho "como quieres que me mueva si me dejaste atado al árbol":

Duo caminó hasta el lago mientras se quitaba la camisa, traía puesta sus botas, se quedó mirando por un momento el lago y se estiró dando un largo bostezo.

-Mejor no me desato la trenza, si no para que se me seque el cabello está difícil.-

Duo solo se quitó las botas y se metió de un salto al agua, estaba un poco fría y el ambiente no era tan caluroso como hubiese pedido, pero Duo ya estaba acostumbrado a bañarse en condiciones peores así que no le importó mucho.

*****~~~~~

El galope tranquilo de un corcel se oye ligeramente en el bosque, el jinete solo contempla el camino, hasta llegar al lago.

El príncipe desmonta y deja al caballo amarrado en uno de los árboles cercanos a la orilla del lago. Tenía que pensar en muchas cosas, en estos momentos necesitaba despejar su mente. Se paró en las orillas y tomó algunas rocas planas que se encontraban bajo sus pies. Y se puso a hacer "patitos" en el lago, le gustaba hacer eso, cuando era niño Trowa y él competían para ver quién hacía más, la mayoría de las veces Trowa ganaba, pero Heero se desquitaba ganándole en arquería. Eso si, igualaban sus capacidades cuando practicaban con las espadas.

~~

Duo estaba calmado, flotando en el agua mientras tenía cerrados los ojos, se sumergió por un momento. Cuando salió a flote sintió como algo filoso rasguñaba su piel haciéndole una pequeña cortada en la mejilla, un pequeño grito salió de su garganta para inmediatamente después llevar una mano a su rostro para tocarse la mejilla.

Trató de ver quién era y fijó su vista en los ojos azules que tanto le gustaba ver, estaba ahí parado en la orilla del lago, lo estaba mirando sin moverse.

~~

Tal parece que todo lo relacionado con el trenzado era cosa de magia. En esos momentos Heero pensaba en él y al igual que su caballo, como si lo hubiesen invocado en esos momentos apareció frente a él, tomándolo por sorpresa, ya había arrojado una roca y esta le pasó rozando el rostro al joven. No había duda, el que estaba frente a él era un hombre. Lo que lo enfureció fue que al verlo a medio vestir se sonrojó furiosamente, se quedó estático viéndolo fijamente.

Trató de conservarse inmutable cuando vio al trenzado acercársele, también estaba sorprendido, cuando llegó hasta donde estaba él hizo reverencia. Heero vio como los labios del chico se movían pero sus oídos no captaban algún sonido que saliera de él.

Esos labios lo dejaron hipnotizado y si estos se combinaban con el casi irreal brillo del cuerpo de Duo formaban una ilusión de un ángel. Heero no tuvo tiempo de disolver esos pensamientos cuando vio que su propia mano se acercaba hasta el rostro de Duo. No pudo detenerse.

Duo calló en ese mismo instante, su piel se erizó al sentir la mano de Heero sobre su mejilla, dejó escapar un suspiro inaudible para Heero pero lo suficientemente fuerte como para salir de su desasosiego. Oyó la voz de Heero.

-¿Le hice mucho daño?-

Duo no contestó inmediatamente, disfrutaba tanto del contacto del príncipe que no quería que dejara de hacerlo pero quitó su mano.

-No, no. Solamente fue un rasguño.- lo único que pudo hacer fue sonreírle mientras cerraba sus violetas ojos.

-No tiene frío?-

-No, ya estoy acostumbrado, pero por aquí traigo mi camisa,- Duo se alejó un poco y cuando regresó a lado de Heero ya traía las botas puestas y se venía colocando la camisa.

-¿En dónde están sus sirvientes?-

-Esteeee... les di el día libre.- una sonrisita nerviosa se escapa mientras se rasca detrás de la cabeza con una mano y una gota de sudor pasa por su rostro.

-El día libre ha?-

-Sip, ¿usted no se aburre de ser servido todo el tiempo?-

-Jamás me había tomado el tiempo para pensarlo, pero en realidad me da igual.-

-Pues yo si me cansaría de que me sirvieran todo el tiempo, no tendía tiempo para mi mismo.-

-Milliardo, usted tiene unas ideas bastante revolucionarias.-

-¿Lo cree?-

-Usted es el primero que conozco que les da el día libre a los sirvientes, y le recuerdo que se les paga para eso.-

-Ellos también necesitan un día para si mismos, ... a.. a... achú- un estornudo, tal vez había exagerado cuando dijo que no tenía frío. Bueno por lo menos no estaba temblando.

-Pensé que no tenía frío.-

-Y no lo tengo, es solo un aire.-

-No sabía que la nobleza de Zanq gustase bañarse en condiciones inhóspitas-

-Pues a mi me gusta, reconozco que no es común pero siempre me han gustado las cosas simples y naturales, te hacen sentir libre.- dice Duo como si eso fuera un sueño al tiempo que se sienta recargándose en el tronco de un árbol mira al cielo y cierra los ojos disfrutando de la brisa matutina que sopla secando su cuerpo.

-Usted también se siente oprimido?-

-¿Perdón?- abre los ojos y ve que Heero se sienta a un lado de él con un casi imperceptible perfil apesumbrado.

-Es difícil ser heredero al trono de un gran país, todos esperan lo mejor de ti.-

-Eso es cierto. Pero no tiene que complacer a todos su majestad.-

-¿Cómo puedo hacer eso?, un pueblo es el país y un país es el pueblo, eso es el todo y para que prospere tengo que complacerlos.-

-Sé que después de lo que le voy a decir, .. tal vez ya no quiera hablarme, pero quiero que me escuche.-

Heero abrió los ojos al oír estas palabras, no le importaba lo que dijera el joven a su lado, no quería dejar de hablarle, se golpeó mentalmente por pensar en eso, fue cuando el trenzado comenzó a hablar.

-Estoy totalmente de acuerdo en que el pueblo conforma el país, y el pueblo somos todos nosotros, incluyéndolo a usted... Cada uno de nosotros somos diferentes, y cada uno de nosotros tenemos diferentes ideas. Si usted toma una decisión le aseguro que habrá más de un inconforme. Si sus decisiones son las correctas entonces los que estarán inconformes serán los ladrones, los zánganos, la gente que no le guste trabajar. Además, su majestad necesitaría estar recubierto en un baño de oro para caerle bien a todos.- Terminó Duo observando las reacciones del príncipe, el cuál solo lo vio con agrado.

-Como pudo pensar que dejaría de hablarle por eso Milliardo. Tal vez me sirva de algo.-

-Tal vez?-

-Lo que dice es muy cierto. Lo que tal vez no logre hacer es tomar buenas decisiones, se tiene que ser muy valiente tanto como para declararlas como para afrontarlas. Y la valentía se adquiere superando pruebas y obstáculos y siempre saliendo victorioso.- su rostro estaba un poco más cansado y cerró los ojos recargando su cabeza en el tronco.

-Una vez, alguien me dijo, que la valentía no se reconoce por que tanto has luchado ni por que tanto hayas conquistado. La valentía es solamente escuchar a vuestro corazón, que lo que él te dicte siempre será lo correcto- la voz de Duo suena tranquilizadora y apacible como si tratara de consolar al príncipe el cuál está cansado mentalmente.

Heero seguía con los ojos cerrados arrullándose con la suave voz de Duo, le relajaba seguir los tonos de su vocablo. Y le preguntó sin abrir los ojos.

-¿Cómo sabe si lo que dicte su corazón es correcto Milliardo?-

-El nunca se equivoca.-Duo también cierra los ojos y sonríe, pasa sus brazos por detrás de su cabeza y da un respiro hondo.

-Joven Milliardo..-

-Solo dígame Milliardo, Su majestad-

-Milliardo... ¿le gusta leer?-

-Me encanta, ¿Fue una afirmación o fue una pregunta?-

-Fue una afirmación Milliardo, sus ideas denotan que es una persona de cultura, y créame no cualquier noble sabe tanto-

-Por favor me gusta que me tuteen, como usted me habla me siento mayor o viejo.-

-¿Conoces el monasterio de los jesuitas?.-

-Si, está cerca de las ruinas-

-¿Te gustaría ir mañana conmigo, sé que tienen una extensa colección de libros y pergaminos?-

Duo, lo observó parpadeando varias veces antes de asentir y sonreírle.

-Te esperaré allá.-

-¿A qué hora su majestad?-

-Estaré todo el día con ellos, no importa a que hora llegues.-

-Entonces mañana nos veremos príncipe.-

Duo se para del árbol, y se sacude las hojas de sus ropas al tiempo que se aleja y se pierde entre los árboles. Heero abre los ojos para solo murmurar un ligero "hasta mañana Milliardo".

*****~~~~~

La ceremonia acabó y la gente salía de la iglesia, la reina salió primero que todos, Lady y Reelena estaban justo detrás de ella y de el rey.

-Ahora cariño, ahora o nunca.- Le dice Lady a Reelena mientras esta se acerca a paso apresurado hacia la reina.

-Disculpe, Su Majestad- habla con una fingida dulce voz antes de que la reina suba a su carruaje.

-Si mi niña?- la reina la ve con una adorable sonrisa.

-Se le ha caído esto.- Reelena se inclina y le muestra una hermosísima joya de rubíes y diamantes.

-¡Oh por Dios mi niña!, ni siquiera recuerdo a qué hora me lo puse, se me debió de haber caído. Eres muy honrada criatura...-

-Sólo hago lo que me dicta la conciencia- no cabe duda, Reelena es una excelente actriz.

-Claro, claro. ¿No les gustaría a tu madre y a tu hermana tomar el té conmigo?-

-Por supuesto su majestad a mi madre y a mi nos encantaría, por desgracia mi hermana tiene que ir para su preparación a la confirmación y tendrá que ir al convento.

-En ese caso no hay que descuidar la educación religiosa, suban niña, suban.-

La reina las invita a subir, Lady decide que Hilde valla a la casa, no la necesitaba.

*****~~~~~

-¡Hilde!, ¡¿Qué demonios estás haciendo sola?! ¿¡por qué viniste solo con el chofer!?-

-Mi madre y Reelena tienen una "afortunada" cita con la reina.-

-Y esa no es excusa-

-¡¿Qué no es excusa?!, tienes razón, esa no es excusa pero deberías decírselo a mi madre!!!!- A Hilde se le alcanzaban a salir las lágrimas de los ojos mientras le gritaba a Wufei.- ¡O debería decir de mi tutora?!!!, ni siquiera se preocupa por si llego bien, o por si necesito algo!!!, para ella sólo existe Reelena!!!, el que yo sea la menor... -sollozo- no le da derecho a...- llora libremente.

Wufei observa paralizado la escena, Hilde lloraba pero por cosas a veces muy tristes, cuando su mascota se perdió en el bosque, o cuando mataron al cabrito que tanto le gustaba. Cuando era niña lloraba cuando se caía. Pero no por esto, no era justo lo que Lady le estaba haciendo a su hija, mas bien, no parecían madre e hija. Ella la trataba como si Hilde fuera una especie de mascota que tenía que alimentar y vestir por obligación.

Wufei se sintió tan impotente, Hilde tenía toda la razón para llorar así que no pudo mas que abrazarla y dejar que esta se descargara su ira y dolor. Y la oyó entre sus sollozos.

-¿Por qué mi madre me odia tanto?, siempre trato de complacerla en todo, pero... tal parece que nunca es suficiente.-

-No digas eso, estoy seguro de que tu madre si te quiere, es solo que tal vez como ahora está tan ocupada con Reelena que no te pone atención.-

-¿¡Ahora!?, siempre está ocupada por Reelena!!!, siempre lo estuvo y lo estará!!-

-Hilde, no necesitas que ella te quiera, por mucho que sea tu madre,...cuando la gente que te aprecia te ama.- al decir esto un leve sonrojo aparece en sus mejillas.

-Lo se, pero no es la gente que yo quisiera que me amara, Duo me quiere, Marie y Silvia, algunos de los demás sirvientes me aprecian, algunas amigas de la infancia, pero nadie me ama Wufei, ese es un sentimiento muy fuerte es diferente al querer o estimar.-

-Yo si te amo Hilde.- El silencio se hizo, ya ni siquiera los sollozos de Hilde se escuchaban, un rojo furioso se apoderó del rostro de los dos, Hilde no quería voltearlo a ver a los ojos, ya que seguía acurrucada en su pecho.-por favor, respóndeme.-

-.....- tenía que pensarlo, pero lo sabía, ella también lo quería, no... lo amaba, por eso sacrificó su cabello, por él, lo había cuidado y cepillado todos los días porque era una de las pocas cosas que su madre le idolatraba casi imperceptiblemente, y recuerda que cuando su padre vivía, su cabello también era negro, su padre, el Conde Scheibeker, si supera que estaba enamorada de un campesino la apoyaría en todo hasta que llegasen a casarse. Si lo amaba- Yo también... te amo Wufei.-

Eso era todo, ya lo habían dicho. Wufei ahora estaba viendo a una hermosa mujer frente a él, la misma que unos años atrás molestaba arrojándole sapos y ardillas a su vestido. Le jalaba el cabello sabiendo que tanto le gustaba. Pero lo hacía para llamar su atención, porque desde niños ella le gustó, y le gustó mas al conocer a su hermana, la rubia desabrida como le había dicho una vez.

-Ejem... ¿interrumpo?- Duo llega y los ve abrazados y sumamente rojos.

Hilde y Wufei se separan muy apenados, Duo solo los ve con una sonrisa.

-Creo que me perdí de algo... o mas bien... de mucho, por favor prosigan que yo no tengo ninguna objeción.-

Duo se aleja con las manos tras la cabeza y de reojo ve como Hilde le toma el brazo a Wufei mientras caminan juntos.

*****~~~~~

-O si, totalmente de acuerdo su majestad, ja, ja, ja, ja- Lady se ríe de los comentarios de la reina como todo una dama.- Podría preguntarle algo?-

-Lo que usted guste Lady, siempre y cuando no sea una pregunta indecorosa.- la jovial reina siempre tiene un comentario ameno.

-¿Es cierto que el matrimonio del príncipe se ha disuelto?-

-Si, siii. Mi esposo ha decidido darle a Heero una semana para que escoja a su esposa, o esposo.-

-Esposo?, el príncipe Heero tiene preferencia por los hombres?-

-En realidad no lo se, pero no me molestaría. Al principio Heero se molestó tanto por su matrimonio con un hombre que escapó por una semana, lo encontraron y escapó hace pocos días de nuevo, él es muy serio y tranquilo pero a veces hace las cosas por impulso-

-Ya veo, ya veo.- Lady da un sorbo a la pequeña copita que contenía te- entonces las damas son de su predilección.-

-Tampoco sabría decirle Lady, jamás se ha mostrado interesado en ninguna chica o chico.-

-Bueno, solo falta esperar su elección en el baile.-

-Si, pero lo que mi hijo elija estará bien.-

*****~~~~~

Trowa patrullaba por los jardines de palacio, estos eran tan bastos que casi no se notaba la línea divisoria entre el bosque y ellos, a menudo le gustaba hacerlo solo, para disfrutar la tranquilidad de estos. Le pareció haber oído algo por los arbustos, como una animal grande, tal vez un ciervo o un jabalí. Preparó su espada, por si era esta última opción, pero la desechó al oír un ruido parecido pero esta vez en los árboles, cuando menos lo esperó vio una sombra azul marino caer de uno de los árboles, e inmediatamente correr en dirección a los jardines de palacio.

Trowa no perdió mas tiempo y lo siguió, la persona delante de él era veloz, sabía que no lo iba a alcanzar solo corriendo, se colgó de una rama mientras seguía corriendo, saltó entre unas ramas hasta que cayó frente al joven haciendo que este se detuviera, sacó su espada y le apuntó con ella. El joven vestía túnicas azul marino y azul claro, los ojos tras un velo se veían un poco aturdidos al ver la espada, todos los tonos de azul se unen ene ese chico, ya que sus ojos son aqua.

Se quedó parado observando a Trowa, no quería pelear, pero Trowa comenzó el ataque, el chico solo lo esquivó, pero cuando el de ojos verdes tiró otro ataque, desenfundó su espada, era de las que usan los árabes, un poco mas ancha de la parte de arriba y se iba haciendo mas angosta mas abajo. Y detuvo el segundo golpe, así se la pasaron varios golpes después, solo que el único que los recibía era Quatre, no tenía la más mínima intención de atacarlo. A pesar de que su espada era más grande Trowa igualaba en fuerza y en repetidas ocasiones llegó a empujarlo cuando sus espadas chocaban, en un rápido movimiento Trowa le quitó la espada a Quatre dejándolo acorralado entre el árbol y su cuerpo, sus respiraciones estaban agitadas debido al esfuerzo, Trowa le quitó el velo a Quatre y dejó ver su rubia cabellera y sus hermosos ojos aqua. Si Trowa batallaba para respirar, en estos momentos no se preocupaba por eso, el rubio frente a él le había quitado el aliento. Se quedaron mirando durante varios segundos antes de que el mismo Trowa se separara del niño.

-¿Qué haces aquí?- preguntó recuperándose de su sorpresa.

-Yo... voy al pueblo.-

-No lo creo, estos terrenos van directamente al palacio. Tu no eres de aquí.-

-No, soy árabe-

-¿Y qué tiene que hacer un árabe en Francia?-

-Soy,....un, soy sirviente del príncipe Quatre, me ha mandado a comprar unas frutas de la región-

-¿El príncipe se encuentra aquí?-

-No!, ... bueno, en realidad yo vengo para ver como van las cosas con respecto al matrimonio del príncipe. Y mientras quería probar la fruta de la región.-

-Ya veo.- no supo por qué, ni para qué, pero lo dijo- si quieres puedo llevarte al pueblo y ahí escogerás lo que quieras.-

El rubio le sonrió asintiendo mientras recogía su espada y la guardaba de nuevo en su funda.

-Peleas bien-

-Uh,?.... gracias- un leve sonrojo lo adorna .

-Debes de esconder eso entre tu túnica, si no eres guardia espantarás a los campesinos con tu espada.-

-Bien, disculpa...¿Cuál es tu nombre?-

-Trowa, y cuál es el tuyo?-

No había pensado en eso, qué nombre, Ali?, Rashid?, Abdul? – Amani- dijo.

-Entonces Amani espero no volver a tener que volver a pelear contigo. ¿eres guardia real o algo parecido?-

-No, solo soy un amigo cercano...-

-¿Un amigo sirviente?-

-Bueno es que, se podría decir que lo conozco muy de cerca, y le hago favores-

Está bien, esas palabras ya eran extrañas, obviamente Quatre no tiene la menor idea de lo que a Trowa le pareció.

-Así que muy cercano al príncipe-

-Por decirlo así-

-¿Cómo es el?-

-Físicamente?-

-Eso no importa tanto, su personalidad.-

-Por qué le gustaría saberlo?-

-El príncipe Heero se casará con él si no tiene ningún prospecto para esposa, o ... esposo.-

-¿Te importa tanto el príncipe Heero?-

-El también es mi amigo, desde niños nos conocemos.-

-No soy el indicado para decirte como es él-

-Tu mismo acabas de decir que eres su amigo.-

-(nervioso), pues, sí, y por eso, ya que es mi amigo diría todo lo bueno de él.-

-Aún los amigos tienen quejas de ellos mismos.-

-Bueno es que yo.. eee.... Lo quiero mucho, si, es todo.-

Por qué quería conocer más del rubio, por qué lo acosa tanto, se acaban de conocer, es más sin darse cuenta se están tuteando el uno al otro, la empatía entre ellos tal parece que es natural.

*****~~~~~

Caída la noche el tranquilo pueblo se deja caer en el velo del sueño, Lady y Reelena llegaron sumamente contentas, se encerraron en el cuarto de Lady a hablar durante toda la tarde, hasta se les olvidó cenar, lo cuál molestó a Duo, tuvo que ensuciarse para buscar las trufas de Lady y la ingrata ni siquiera había cenado. Aunque después recordó su encintro con el príncipe y una nueva sonrisa se dibujó en su rostro, se había ido a la cama pensando en él.

No imaginaba por qué estando con él se sentía bien, le agradaba el muchacho aunque fuera un poco callado, tal vez si era por eso, porque eran diferentes.

Se asustó de repente al pensar lo que sentía, le gustaba estar con Wufei, hacerlo reír y había quedado bien en claro que eran amigos solamente. De eso no había duda, ya que cuando hablaba con el príncipe era una manera diferente de ver las cosas, le gustaba verlo hablar, su cabello al mecerse con el viento y sobre todo el no poder despegarse de su mirada fría y penetrante.

Un sentimiento comenzó a surgir de nuevo, ya lo había tenido y solamente una vez una vez...

*****~~~~~

"-¡Ya déjenme en paz!!!-

Un muchacho de larga trenza corre por los bosques y es perseguido por dos muchachos mas grandes que él.

-Ven acá, ya verás lo que te pasa por dejarnos en ridículo!!!!!-

-¡¡¡NO tengo la culpa de que sean tan inútiles!!!-

Duo llega hasta el borde de un barranco y no puede escapar, trató de escalar en vano, uno de los chicos le dio un golpe en el estómago haciéndolo escupir sangre, mientras el otro le golpeaba la espalda y Duo cayó sobre sus rodillas, el primer muchacho lo tomó del cuello alzándolo y por poco lo asfixia de no ser por que lo soltó cuando ya lo tenía en el aire dejándolo caer pesadamente de nuevo en el suelo, el segundo chico se alejó un poco, tal vez para tomar vuelo y darle un certero golpe en el rostro, así que se limitó a esperar a recibir el golpe cuando cerró los ojos, pero sólo escucho el galope de un caballo que se detuvo frente a él y la voz de un hombre.

-Déjenlo tranquilo-

Duo abrió los ojos para mirar al joven que estaba de espaldas a él, mientras habla empuña su espada pero sin desenfundarla. Los dos chicos huyen al ver su espada, Duo se levanta agarrando su estómago, eso le dejaría un gran moretón. Oyó los pasos del muchacho que lo había ayudado, se acercaban a él. Ahora tenía que hacer lo que el código decía, o por lo menos lo que las leyes mencionaban. Si un noble llegase salvarle la vida a un siervo ahora este noble sería su dueño.

Duo ni siquiera vio su rostro y se inclinó pero sintió unos brazos que lo tomaban fuertemente de los hombros y unas manos subir su camisa. Se asustó al sentir las manos sobre su estómago y después una punzada de dolor cuando la mano hizo presión en su golpe. Por primera vez fijó su vista en el rostro del joven, ojos azules, muy hermosos por cierto. Tez blanca y cabello rubio casi blanco lo traía largo, su ropa era elegante, botas largas, negras. Una chaqueta roja con hombreras doradas y pantalón blanco. El chico era bastante guapo y las mejillas de Duo tomaron un ligero color rojo.

-Tiene suerte, no te rompió ninguna costilla pero dejará moretón.-

-Lo sé-

-No tienes por que apenarte,- el chico le sonríe amablemente- déjame curarte.-

-No, no, yo puedo solo!.-

-¿Seguro?-

-Si!-

-Dime tu nombre-

-Maxwell, Duo-

-Bien Duo, ¿por qué te perseguían?-

-Ba!, son unos malos perdedores, ni siquiera saben como sostener el arco- dijo Duo con un gesto de fingido enojo.

Milliardo se limitó a reírse haciendo que el sonrojo de Duo se hiciera más notorio.

-¡No se ría!-

-Lo siento Duo, - Milliardo recarga su rostro en el dorso de su mano- pero me pareció adorable la forma en que te sonrojaste. Como ahora.-

-....., Di, disculpe, pero ¿Conoce lo que dicen las leyes respecto a lo que acaba de hacer?-

-¿Ahuyentar a los que abusan de los demás?-

-A, salvarle la vida a un sirviente.-

-Las conozco.-

-Entonces, ¿quiere que vaya caminando a un lado de su caballo?-

-Duo, a mi no me gusta tener sirvientes. A mi me gusta tener amigos, además, si tu ya tienes un amo, no tengo derecho a quitárselo.-

-Bueno, entonces, muchas gracias eee.-

-Mi nombre es Milliardo Peacecraft-

-Mi señor Milliardo yo no se como pagarle...-

-Milliardo, dime así solamente, te lo dije me gusta tener amigos.-

-Me está diciendo que lo llame por su nombre?, pero es inapropiado.-

-Duo,..-

-Está bien, está bien Milliardo, pués.-

-En realidad si hay una cosa con la que me puedes pagar, mañana ven a este mismo lugar.-

Duo se paró con la ayuda del rubio.

-Una última cosa Duo, ¿cuántos años tienes?-

-Catorce ¿y tú?-

-Dieciocho-

-¿Por qué lo preguntas?-

-Me pareció que eras demasiado joven pero eres muy lindo y me he dado cuenta que tienes buen corazón-

-¿Demasiado joven para que?-

-Hasta mañana Duo.-

-Dime.-

-Hasta mañana-

Duo se va un poco pensativo y con ciertas dudas sobre todo en el corazón. El es un hombre, pero sentía como su corazón explotaba cada vez que le decía algo o cuando sonreía."

*****~~~~~

Hace mucho tiempo que Duo no soñaba en eso, esa extraña sensación lo embargaba cada vez que lo recordaba, despertar con el sentimiento de que fuiste feliz y ahora ya no lo eres tanto.

Despertó con una felicidad un tanto amarga, hizo las labores de la mañana y cuando estaba arreando la paja para los caballos.

-El príncipe, se me olvidó!- Duo entra corriendo a la casa y sube rápidamente las escaleras tropezándose varias veces, entró a la habitación de su padre y comenzó a sacar la ropa, menos mal que su madrastra había salido con su hija a una audiencia con la reina. Lo cuál a Duo sorprendió, que él supiera nada tenían que ver y no se hablaban.

No sacó a ningún caballo, se fue corriendo lo más rápido que sus piernas le dieron hasta llegar a la torre de entrada del monasterio, trató de controlar su agitada respiración debido a la carrera, los monjes pasaban de un lado a otro callados y algunos leyendo un libro, vagó por unos segundos observando maravillado la gran biblioteca, vió un libro que ya conocía bastante bien y que no se cansaría de leer jamás. El Cantar del Mio Cid, el último libro que su padre le dio, tocó sutilmente la pasta del libro que estaba acomodado en la estantería pero al oír una voz sus pensamientos fueron cortados.

-¿Lo has leído?-

-Príncipe!-

Un sonoro ssssshhhhhh salió por parte de todos los monjes que lo voltearon a ver al unísono.

-Lo siento- dice Duo en susurro- Buenas tardes su majestad-

-¿Te gusta esta historia?- mira hacia el libro

-Él si es valiente, me gusta leerlo una y otra vez-

-¿Ya tienes ese libro?-

-Mi padre me lo dio-

-Escoge cualquier libro de la biblioteca.-

-¿Cómo?-

-No hagas que me arrepienta.-

-¿Por qué?-

-Tómalo como un agradecimiento por lo de ayer-

-Pero ayer lo único que hice fue abrir la boca, todos los que me conocen dicen que siempre hablo demás, la mayoría de las veces llegan a taparme la boca cuando..- el dedo índice de Heero roza los labios de Duo haciendo que este detuviera su monólogo, sí aunque no quisiera siempre terminaba hablando solo.

-Ayer tu boca fue lo que hizo que aclarara algunas cosas. Ahora elige-

Duo observó con detenimiento cada libro de la estantería que alcanzaba a ver, porque había algunos muy altos que no podía alcanzar. Se detuvo en un libro que le llamó la atención por el título. Y cabe mencionar que estaba en una parte escondida, y como Duo es curioso hasta se paró en una silla para poder verlo.

-Rumpere Angelus- susurró Duo.-

-¿Quieres ese?-

-No creo que lo extrañen, mira hasta dónde lo tenían.-

-Está en latín.-

-Solo el título.- dice Duo al hojear el libro leyendo algunas líneas.

-Entonces vámonos, creo que a los monjes no les gusta tanto el ruido.-

*****~~~~~

Por qué sentía celos por un niño que apenas acababa de conocer?, Era lindo, pero ese era el problema, el género: masculino. El día anterior había acompañado al jovencito al pueblo, este se maravillaba por todo lo que probaba y veía. Hasta le arrancó una sonrisa, algo que hace mucho no hacía. Por qué lo había invitado de nuevo? Hay muchos porqués, y ninguna respuesta.

Esa tarde lo vio venir en un hermoso caballo blanco, lo llevaría a conocer los laberintos de palacio, como se lo prometió. Recorrieron los intrincados laberintos platicando, de sus lugares donde viven, Quatre le contaba entusiasmado sobre Arabia y Trowa dejaba impresionado Quatre con los relatos de caballeros y espadas.

-Al príncipe Quatre le encantan este tipo de historias.-

-¿Hasta eso sabes?, te gusta mucho hablar del príncipe. Dime, quiero que me contestes con la verdad.-

-De que se trata Trowa?-

Trowa se detiene y se pone frente a Quatre, dejándolo atrapado entre la maleza del laberinto y su cuerpo.

-¿Amas al príncipe Quatre? Porque si es así no me pienso interponer-

La pregunta lo tomó por sorpresa, ¿por qué creyó eso?, por que esa furia en sus ojos.

-No!!, claro que no!, jamás podría amarlo-

-Es por que es hombre?-

-El que sea hombre no me importa, es solo que..-

Para que ya no hubiera mas incógnitas, Trowa le dio un ligero beso en el labio inferior a Quatre, y lo abrazó.

-Creeme, jamás me he sentido así, y sé que te acabo de conocer ayer, pero, ... me sentía furioso al saber que el príncipe podría amarte y tú a él-

-Trowa, tengo que confesarte algo, no puedo amar al príncipe Quatre porque, yo soy el príncipe Quatre-

Esa declaración no se la esperaba, ¿eso aclaraba todo?, tal vez si, por eso sabía todo respecto a él. Pero qué hacía el príncipe aquí.

-Quatre?,- Trowa se inclinó arrodillándose ante el rubio, pero este se agachó frente a él y sonriéndole.

-Dime Quatre- lo abraza- tú también me gustas mucho, y sé que esto es una locura, ya que nos conocemos desde muy poco tiempo, pero ... algo me dice que mi destino era conocerte.-

Así se quedan por un momento, ese instante era muy cálido y reconfortante, no querían separarse.

-Tu trazas tu destino Quatre, no él a ti-

-Entonces yo elegí conocerte, y amarte.-

-No puedes decir que me amas, soy la primera persona por la que sientes algo?-

-Si-

-Entonces no sabes lo que es el verdadero amor si no has experimentado-

-Lo sé, porque te conocí, y el que nos encontremos y tengamos confianza el uno al otro tan rápido solo demuestra que lo que te digo es verdad. Te amo, porque no existe un sentimiento tan grande como ese y este mismo es el que nos puede unir.-

-No sabes como me gustaría creerte-

-Y por que no puedes hacerlo?-

-¿Qué tal si solo estás confundido?-

A toda respuesta Quatre le dio un tierno beso, superficial, seguido por otro en la punta de la nariz.

-Yo no me confundo en este tipo de cosas-

*****~~~~~

-Muchas gracias su alteza.-

-¿Por qué elegiste ese libro?-

-Es lo que me estaba preguntando. Tal vez el título.-

-Significa Ángel Roto-

-Lo sé-

Heero y Duo caminaban por una vereda llena de hojas que estaba flanqueada por árboles, la luz del sol se colaba entre las hojas formando pequeñas manchas de luz y sombra que delineaban a los viajeros.

-Veo que no trajo su corcel.-

-Preferí venir corriendo.-

-¿Corriendo?, entonces no debe de vivir tan lejos.-

-No, queda cerca del monasterio, no se hace mas de siente minutos corriendo.-

-¿Ahora me dirás en dónde vives? Y por favor no me diga que con su prima.-

- Bien entonces no vivo con mi prima.-

-Duo-

-Usted me dijo que no le dijera. Bueno, bueno, ya pues, como ya sabe vivo en estos momentos con mi prima, la mansión está en el fondo de un valle.-

-Los valles no quedan cerca del monasterio, y creo saber en dónde vive ella.-

-Lo suponía.-

-Reelena es tu prima?-

-(ligero escalofrío) si- la respuesta se le salió a modo de suspiro un tanto resignado-

-Tienes mucha resistencia Milliardo, correr de esa casa hasta el monasterio puede que te desgane por unas horas.-

-Na, ya te acostumbras, se lo dije su majestad. No se extrañe de que haga este tipo de cosas, yo soy diferente.-

-Valla que lo eres.-

Heero miró por unos segundos detenidamente el rostro de Duo, algo no le gustó, y al igual que el día anterior no pudo resistir la tentación de estirar solo unos centímetros su mano hasta que su dedo tocó el rostro de Duo. De inmediato los dos pararon de caminar.

De nuevo lo estaba tocando, otra vez esa sensación de escalofrío agradable le recorrió la espina, su corazón latió rápido como si quisiera explotar dentro de su pecho , no supo como el día anterior se había formado de valor y saludar al príncipe aún cuando este tenía su mano en la mejilla que ahora tocaba con el dedo.

-Su. . . cede algo?-

Heero deslizó delicadamente su dedo y luego pasó el pulgar rozando por varios segundos la mejilla.

-Traías ceniza en el rostro- retira su dedo- no sabía que también te gustara dormir en el hollín.-

-Es que, anoche... hacía.. Anoche hacía mucho frío, si eso es. Por eso dormí cerca de la chimenea.-

-Un noble no debería descuidar esas cosas.-

-Desde niño odiaba cuidarme tanto, o mejor dicho, que me cuidaran tanto. Me decían lo mismo que usted acaba de decirme. Pero como siempre no hacía caso y cuando las sirvientas trataban de atraparme para que me diera un baño solo corría hasta perderme en el bosque y a menudo decía que ninguna persona de la realeza me caía bien.

-Osea que yo no soy de su agrado.-

-¡No quise decir eso!, usted me agrada su majestad, es la primera persona, bueno, a parte de mis amigos, que me soporta por más de diez minutos.-

-No veo la razón por la cuál no te soporten, eres una persona bastante interesante.-

-Gracias su majestad- Al principio Duo lo veía con asombro para después sonreírle pero no pudo ver un ligero sonrojo en el rostro del príncipe que de inmediato se borró.-

-¿Por qué tienes tanta vitalidad?-

-Usted también la tiene, es joven.-

-El que sea joven no quiere decir que viva mi vida completamente. Tú si lo haces, si tienes ganas de correr lo haces, de nadar en el río, lo haces y estoy seguro de que si tienes ganas de saltar por el risco lo harías.-

-Usted también puede hacerlo su majestad, de nada sirve ser de la realeza y tener tantos lujos si no puede hacer lo que quiere con ellos.-

-No es solo eso, como ya sabes arreglaron mi matrimonio.-

-Si, ¿está enojado por eso?-

-Ya no estoy molesto, porque me dieron una segunda oportunidad.-

-¿Segunda oportunidad?-

-Si, debo escoger a alguien para casarme con esa persona.-

-Pues hay muchas cortesanas.-

-No las conozco, no me gusta mezclarme con la gente.-

-Pero conoce a Reelena, no es cierto?-

-Si, ¿Me sugieres que la despose?- que estaba diciendo, por que lo decía, para ver las reacciones del trenzado.

-Bueno, yo no soy el indicado para decirle eso. Es usted el que se va a casar. Pero no le recomendaría que se case con mi prima. Le diría que con Hilde, pero ella ya parece tener a alguien.-

-Por que no con Reelena?-

-(pequeña gotita de sudor y sonrisa nerviosa) como todas las persona, mi primita tiene sus defectos.-

-Todos los tenemos.-

-Pero es que a ella se le notan más-

-No te llevas muy bien con ella.-

-Ni con mi tía.-

-¿Puedo preguntar por qué?-

-Eso yo tampoco lo sé, mi tía es especial y jamás he logrado averiguarlo. Pero, sáqueme de una duda su majestad, ¿Se casaría con el príncipe de no hallar a una cortesana?-

A Heero le agradaba que le preguntara con tanto interés, le gustaba que se preocupara por él, aunque preocupar es una palabra que debería sustituirse con otra más ligada a los sentimientos. Parecía que Heero lo estaba aceptando.

-No lo creo.-

-Es por que es hombre.-

-Tal vez, y porque no lo conozco-

El semblante de Duo se ensombreció ligeramente y por unos cuantos segundos.

-Creo que tengo que irme su majestad.-

-Espera- Heero le toma por el brazo- quiero hablar con tigo de nuevo, voy a ir a la casa de tu prima.-

-¡No!, mejor yo lo busco.-

-¿En dónde me vas a buscar?- una sonrisa divertida aparece en su rostro.

-Pueeeees, ... - otra sonrisa apenada aparece en Duo- mejor dígame en dónde-

-En el lago, ¿te parece?.-

-Está bien, con su permiso su majestad-

Su mirada estaba fija en el chico mientras se alejaba, sentía atracción por él, le agradaba estar con él. Incluso se había sonrojado con él. Ni con cortesana, damas de honor, ni mucho menos con hombres lo había sentido, ¿por qué el era diferente?

*****~~~~~

-Reelena, ya es un hecho, en cuanto te presentes mañana con el príncipe harás todo lo posible por pasar más tiempo con él, y como eres la única con la que ha convivido, no dudará en elegirte como esposa, y serás reina.-

Lady le decía al oído a su hija en una especie de cuchicheo seguido de una risita burlona por parte de las dos

*****~~~~~ Corto, simple, concreto, total, al fin y al cabo esta historia tiene que terminar algún día y espero que no sea tan lejano, ya que no quiero dejar de escribir.

Una disculpa a todos los admiradores de la pareja super linda de Quatre Trowa, no es mucho lo que puse, y sé que se quedaron juntos en poco tiempo pero no es imposible, (en serio lo digo por experiencia personal, tengo siente meses con mi novio y nos conocimos en una noche, al día siguiente me pidió que fuera su novia), ok, ok, es un caso en un millón, pero me gustaría creer que es común y que les pasó a la pareja 3X4.

Gomen si no les gustó, y gracias por leerlo.

Nos leemos en el próximo capi. See ya.!

Que pess niños y niñas?!, sip aquí está el cuarto capi, que dijeron, esta ya no le siguió al fic, pero oh sorpresa!!, la chamaca no salió tan irresponsable. (si como no). Okis, ya saben nada me pertenece, preguntas dudas o comentarios pónganlos en los reviews. Por mientras los dejo con este capi.