He is My Brother's Friend
Serie: Beyblade
Pairings: Kai/Takao, Kai/Rei (posible)
Disclaimer: Beyblade no me pertenece bla, bla, bla bla... Odio esto
Advertencia: Esto es AU (Universo Alterno) y contiene YAOI, relaciones homosexuales, Slash, M/M, H/H. Si no les gusta, mejor no lo lean
Nota: Este es mi primer FF de Beyblade y sobre todo mi primer FF YAOI, no le pido que sean blandos conmigo, pero sí les pido que no esperen mucho. Otra cosa, tal vez al terminar de leerlo piensen que no sirvo para el Kai/Takao, pero déjenme aclaro: Me considero una super fan del Kai/Rei, no sé que me sucedió, pero de pronto quise escribir este FF. Una última cosa¡Dejen reviews!
He is My Brother's Friend
Capítulo 4: Primera Noche
Oh, gran Kami-sama¿qué he hecho yo para merecer semejante castigo¿acaso ser un chico aplicado, estudioso y además de eso sencillo y para nada presuntuoso es un pecado?... de acuerdo, tal vez no soy todas esas cosas, pero tampoco me considero un chico TAN malvado. De vez en cuando –siempre- hago "algunas" bromas y fastidio a "algunas" personas (Traducción de "algunas" en el Diccionario de la Real Dinastía Kinomiya: bastantes) pero eso no es suficiente para que me etiqueten de demonio y me manden a cumplir una tortura tal como dormir bajo el mismo techo que Hiwatari, a unos cuantos metros de él. Eso era lo más cercano al infierno para mí. (N/A: Para ti, por que para mí...ejem, sigamos)
Lo peor de todo: mientras más avanzaba el reloj, más sueño me daba.
En ese momento estaba viendo supuestamente la televisión, aunque viendo nada realmente. A esas alturas los párpados se me hacían pesados y se cerraban contra mi voluntad.
"Vamos, Takao" me auto apoyé con voz adormilada "Ese infomercial está bien interesante, no sabes cuando necesitaras llamar a Madame Karime para que arregle tus abundantes problemas amorosos"
Lancé un largo bostezo, no pudiendo ocultar mi cansancio. Resignado –y dormido- apagué el televisor y me dirigí a la habitación que YO debería estar ocupando para tomar un futón. Entré y fui directamente por la dichosa cosa que, comparándola con mi suave camita, era una roca. Traté de no mirar a mi hermanito –quien pude notar, estaba tirado cómodamente en MI cama llenándola con sus gérmenes- para que mis instintos asesinos no salieran a flote. Y es que¿quién sabe, un día uno puede amanecer calvo y eso era mucho más viable cuando uno adora su melena... ejem 99, como decía, tomé el futón y me dirigí al lugar de mis pesadillas: el dojo
Entré tratando de no hacer ni el más mínimo ruidito, si Hiwatari ya estaba dormido, mejor que se quedara así. Registré cada rincón de la habitación para localizar el lugar de reposo del chico, ubicándolo justo a lado de la puerta, osease, a lado de mí. Me alejé, buscando el lugar más retirado de la bestia para pasar la noche.
Como estaba más dormido que despierto, fue comprensible que al tratar de quitarme los pantalones, terminara compartiendo un dulce beso con el suelo, armando un tremendo escándalo en el proceso. Aún con los pantalones enredados en las piernas, me puse en guardia al instante, buscando con la mirada el lugar en donde estaba el témpano de hielo. Por fortuna, el chico seguía dormido –o eso parecía- y no se había movido un centímetro de su posición. Terminé de sacarme los pantalones y di un suspiro de alivio al tiempo que me deshacía de la chaqueta y de mi amada e inseparable gorra. Por alguna razón que yo desconocía, el sueño que minutos antes me consumía, se había disipado por completo.
Acomodé el futón en el suelo y me recosté por si al sueño le daba por regresar. Y hubiese regresado de no ser porque a menos de cinco minutos de haberme acostado, escuché movimiento a unos metros de mí (entiéndase: Hiwatari despierto). Me congelé en mi lugar, le daba la espalda al chico y fingir estar dormido sería pan comido...
"¿Harás tanto ruido todas las noches?" preguntó con fastidio, aunque el sueño se notaba en su voz
Me corrijo. Misión "fingiendo-estar-dormido-para-que-Hiwatari-no-moleste": fallida.
"No exageres" dije al fin y me levanté, tal vez el sueño no iba a regresar
"Que tú no tengas sueño, no es mi culpa" se quejó
Estuve a punto de reprochar. No lo había volteado a ver y lo mejor hubiera sido no hacerlo. Me quedé, literalmente, sin habla... otra vez. Hiwatari estaba sentado sobre el futón, pero no fue eso lo que me cerró la garganta. El chico no tenía puesta la camiseta y la sabana que lo cubría de la cintura para abajo no me permitía ver si era sólo la camiseta lo que le faltaba... no que me importara, claro. La tenue luz de la luna me permitía ver parte de su cara y cabellos. Aún tenía esos raros triángulos en las mejilla, "¿Serán tatuados?" me pregunté. Tenía el cabello alborotado -más, si era posible- y me pareció gracioso verlo así, tanto que lamenté no tener una cámara fotográfica cerca. Sin poder evitarlo, una sutil sonrisa apareció en mi rostro.
Lo que no me pareció divertido fue la forma en la que lo vi después. Noté, a pesar de la oscuridad, que debía hacer ejercicio hasta el cansancio para mantenerse en forma. Horas antes no me había fijado en que debería tener unos brazos muy fuertes, su pecho... no, olvídenlo u-u no pienso recordarlo. El hecho es: dándome cuenta de la... forma en la que veía a Hiwatari, un furioso sonrojo se apoderó de mis mejillas y algo parecido a un escalofría me recorrió todo el cuerpo, terminando de alguna manera, en aquel punto entre mis piernas. Agradecí a todas las entidades divinas que conocía el que la luz de la luna sólo iluminara mis pies y no la cara.
"¿Qué tanto me estás viendo?" preguntó con molestia, los rubíes de sus ojos brillaban
"N-nada" la voz me temblaba, aunque después recuperé la compostura y desvié la mirada "Ni que fueras tan especial como para que yo te estuviera viendo"
El chico me miró unos segundos con el fastidio plasmado en la cara y lanzó un bufido. Se puso de pie –mostrándome que sólo vestía unos bóxers negros- y salió del dojo sin decir nada. Me encogí de hombros restándole importancia al asunto. Traté nuevamente de dormir, pero el sueño no llegaba. La manera de haber estado viendo a Hiwatari de aquella forma aún me inquietaba.
Atribuí mi pequeño desliz a las hormonas. Después de todo, tenía 15 años y el que reaccionara de esa forma a la presencia tan... física de alguien era lógico. Aún y cuando ese alguien fuera Hiwatari. Pero sin importar cuantas veces me lo repitiera, seguía intranquilo.
Traté de dormir. Apreté los ojos con fuerza, di muchas vueltas en la cama tratando de encontrar una posición cómoda, intenté incluso contar ovejitas, perros y otras cosas, pero nada funcionó. Seguía tan despierte como Max cuando tenía una sobredosis de azúcar. Enterré la cara en la almohada, siguiendo con mis intentos fallidos para conciliar el sueño. A buena hora se le había ocurrido al insomnio llegar.
Completamente resignado y aburrido por no tener nada interesante que hacer, me puse de pie y salí del dojo. Justo cuando estaba saliendo, Hiwatari entró en él y no pude evitar sonrojarme al recordar lo pasado minutos atrás. Vergonzoso. El tipo no me dirigió ni una mirada, iba con un vaso de agua en la mano.
Ma subí a una de las ramas del árbol que había en el jardín y, sin más que hacer, me puse a contemplar las estrellas. La brisa nocturna mecía los mechones de cabello que caían sobre mis ojos y no había más sonido que el de los grillos. Sería perfecto para dormir de manera tranquila, pero el sueño simplemente no me llegaba.
Se me fue el tiempo pensando en un montón de cosas –Hiwatari era parte de ese montón- hasta que por fin empecé, como había hecho antes, a cerrar los ojos sin siquiera quererlo. Sentía unas terribles ganas de dormir, así que me dirigía al dojo. Entré con la idea de dirigirme a mi futón, pero, aún estando en la puerta, me detuve y volví la mirada hacia donde se encontraba Hiwatari. Ahora sí estaba dormido,
Sin pensar en la razón, mis pies me llevaron hacia él, para quedar a su lado. Estaba recostado boca arriba y su pecho se movía la compás de la respiración. Me arrodillé a su lado y acerqué mi rostro al suyo para...
... ver esos raros triángulos. Sí, definitivamente, estaban tatuados. Con el dedo índice de la mano derecha delineé uno de los triángulos tal y como hago todas las cosas: sin pensar. Su rostro se veía relajado, sin el ceño fruncido y la cara de fastidio que había traído toda la tarde. Mucho mejor.
Por la cercanía, noté una casi imperceptible sonrisa en su rostro¿con qué soñaría?
Me sobresalté cuando sus ojos se abrieron, por lo que, haciendo uso de una velocidad que ni siquiera sabía que poseía me alejé de él, enredándome a medio camino con mis propias piernas. Por segunda vez en esa noche, terminé de boca al suelo.
Me froté la mandíbula de forma enérgica, dolía mucho. Entonces recordé la razón por la que había terminado así, interrumpí mi tarea y giré la cabeza con lentitud, como si temiera que al hacerlo rápido, algo estallaría. Miré a Hiwatari de reojo y nuevamente estaba sentado en el futón. Me miraba.
Bajé la mirada, esperando su reclamo. Nada. Ninguno dijo nada, pero yo sentí su penetrante mirada en mí.
"¿Por qué haces eso?" un escalofrío recorrió mi espalda
"¿Ha-hacer q-qué?" pregunté fingiendo demencia
"Todo ese escándalo" dijo, sentí un gran alivio
"... lo siento" me disculpaba no precisamente por ese "escándalo"
Sin decir nada se volvió a recostar, me daba la espalada. Yo lo imité, pero tardé un poco en dormir, una pregunta me rondaba en la cabeza.
¿Qué me está pasando?
Al día siguiente (Sábado) lo último que quería era despertar. Estaba tan feliz soñando con Hiwatari... ¡ALTO, no piensen mal. Como decía estaba felizmente soñando las múltiples formas de asesinar a Hiwatari sin que las evidencias me señalaran a mí como principal sospechoso. Hubiera seguido tomando nota de tan buenas asesorías si no hubiese sentido aquellos molestos golpes en el estómago. Sin molestarme en abrir los ojos, di un golpe a los que fuera que me estuviese molestando en medio de tan placentero descanso.
"No molesten" dije medio dormido
Al parecer mi método fue efectivo, porque los golpes cesaron. Pero también, al parecer, la persona, animal, cosa o lo que fuera que me estuviera molestando consiguió un método efectivo para hacerme despertar, pues seis minutos después de haber cesado los golpes, sentí algo frío y líquido cayendo sobre mi lindo rostro. Sí, es lo que piensan: me lanzaron agua, y agua helada. Resignado, saqué mi banderita blanca a modo de rendición y pacíficamente cumplí el deseo de quien quiera que me hubiera lanzado el agua.
"¡Agh!... �¿Acaso no piensan!" bien, quizá eso de pacífico se rompió al momento en el que abrí la boca "¡Es sábado!... ¿No pu..."
"Cierra la boca y levántate" me interrumpió una voz que odiaría por la eternidad
"¡Oh, claro!... ¡Tenías que ser tú Sr. Hielo!" exclamé enfadado "¡Sólo tú podrías molestar a tan temprana hora en Sábado!"
"¿Temprana hora, simio?" preguntó fastidiado "Ya pasa de medio día"
"n-nU... bueno, tú sabes, es sábado... ayer demasiado trabajo en la escuela, luego Hitoshi llegó con un témpa... quiero decir, contigo" me excusé haciendo ademanes exagerados
"No me importa, Hitoshi me dijo que te despertara..." dijo
"Y tú tan servicial, gracias n-n" dije tratando de molestarlo...
"... Y no sé porque lo hice" obviamente lo logré
Hiwatari salió notablemente enfadado del dojo. Me desperecé y bostezo para después tallarme los ojos. No importaba cuan tarde era, yo aún tenía sueño. Sin preocuparme si iba en ropa interior o no, imité a Hiwatari y salí del dojo tal y como lo haría un zombie.
El camino hacia el comedor ya me lo sabía de memoria, podría recorrerlo con los ojos cerrados y nada me pasaría. Y así lo hice, la parte de "podría recorrerlo con los ojos cerrados" fue cierta, llegué casi a salvo al comedor. Pero la clave está en ese casi, pues antes de entrar a la habitación, tropecé con algo... mmm, no, más bien con alguien. Supongo que no tengo que decirles el nombre de ese alguien. ¿Quién se ha dedicado a hacerme la vida una basura sin tener un día en esa casa?
"¡Oh, diablos¿Que no sabes que no debes sentarte en medio del pasillo?" pregunté
"¿Que no sabes que no debes caminar con los ojos cerrados?" preguntó sin inmutarse
"Hmf... idiota"
"Jejeje... parece que se llevan bien" dijo Hitoshi en forma nerviosa asomando la cabeza por la puerta
Desayuné... sí, desayuné al medio día, lo más rápido que pude. Aún con un pequeño –grande- vacío en mi estómago, me di una ducha rápida. Había quedado de verme con los chicos a eso de las 1:30 PM, y aunque la puntualidad no era lago que me caracterizara, esa vez quería llegar a tiempo. Aguantar los reproches de Hiromi toda la tarde era algo que no me apetecía para nada.
Ese día íbamos a escribirle una carta a Rei. A la hora de la cena Hitoshi comentó algo acerca de que le gustaría verlo y, aunque nosotros ya lo teníamos pensado, eso nos dio la idea de que entre más pronto le escribiéramos, mejor. Mi hermano se llevaría un sorpresa cuando Rei llegara, si es que tenía la oportunidad de ir, claro.
Tanto mi abuelo como Hitoshi notaron que tenía algo... bien, bastante prisa, preguntaron, pero yo me las arreglé para huir de manera cobarde para no tener que contestar sus preguntas. ¿Hiwatari?... no lo sé, tal vez tirándose a un pozo (de acuerdo, eso era lo que YO quería que hiciera)
Habíamos quedado de vernos en el parque. Cuando llegué ya todos estaba ahí.
"Hey, chicos¿me extrañaron?"
"Estoy seguro, Takao, que Hiromi hubiera sufrido de un ataque si no llegabas en cinco minutos" dijo Max
"No precisamente porque tenga ganas de verte" alegó la chica con ese "simpático" carácter que tenía respecto a lo que a mí se refería "¿Sabías que la puntualidad es importante?"
"Ay, no empieces, por dos minutos no te vas a morir"
"�¿Dos minu..."
"Chicos, mejor empecemos con la carta" interrumpió Kyo, él odiaba esos desplantes de la chica tanto como yo
"Yo apoyo al Jefe" dije inmediatamente
Empezamos con la dichosa carta. Como siempre, Hiromi se autoproclamó jefa de redacción y en cuanto tomó la pluma, se adueñó de la hoja de papel, terminando la carta ella sola en menos de cinco minutos. Aunque eso nos hubiera ahorrado mucho trabajo, decidimos escribir otra que sí tuviera algo de todos. La de Hiromi "la-chica-rosa" Tatibana tenía demasiados sentimentalismos, sin mencionar que, por alguna razón, desde el momento en el que hablaba de Hitoshi, había corazoncitos por todos lados y abundaban las líneas que empezaban con expresiones como: "Mi queridísimo Hitoshi" entre otras cosa que de sólo pensarlas, me provocan unas terribles ganas de vomitar.
Entre muchas discusiones, terminamos la carta, sólo quedaba enviarla.
"Yo insisto en que debemos decirle que verifique bien su equipaje antes de venir, en una de esas, Mao se esconde entre su ropa y no me agrada la idea de tenerla todo el día pregonando el supuesto gran romance que tiene con Rei" dije por décima vez desde que habíamos empezado la carta
"Por favor, Takao, lo más seguro es que ella también lo lea, sería grosero escribir eso" dijo Hiromi
"Mas vale prevenir que lamentar" me quejé
"Eres imposible"
"Yo también te quiero"
Así, con Hiromi gritándome hasta de lo que me iba a morir, nos dirigimos al servicio postal para enviar la carta a China, sin imaginar las cosas que la llegada de Rei desataría.
Notas finales: Bien, sé que esto no tiene contenido (al menos en la parte final) traté de agrgarle más, pero nada salió. Ya no está tan corto¿o sí?. Y esta cosa no me permite poner guiones, veremos hasta cuando tengo que conformarme con comillas
Gracias a todos por sus reviews. Sayonara!
