Capi eleven: Reconciliaciones y los Malfoy.
-¡Ahhh! ¡Dejadme respirar! ¡Por favor Moonie!... ¡tú aún estuviste ayer conmigo!
-Tienes razón.- se disculpó el hombre lobo, dejándole vía libre al otro para estrujar al muchacho.
-¡Ya está bien, Snuffles! Yo también te había echado de menos, pero esto es demasiado... ¡necesito respirar!
-¡Hermione!-gritó Remus.
-¡Noo!-exclamó a su vez la chica, corriendo para esconderse detrás de Dumbledore... realmente una mala idea.
-¡Ya la pillé, Remus!- exclamó el anciano mientras Hermione se abatía indefensa entre los inesperadamente fuertes brazos del director.
-¡A mí también me visteis ayer!- gimió la muchacha
-¡Él sí, pero yo no!-gritó Sirius, dejando caer a su ahijado y abrazando a Hermione con fuerza
Mientras Hermione desaparecía entre túnicas, barba blanca y brazos peludos, Dalia y Alexia sonrieron y ayudaron a Harry a levantarse.
-¿Cómo estás, chico? Ya me han contado lo que le ocurrió a Potter y Lily... lo siento mucho, de verdad... -dijo Alexia, rápidamente, casi sin tomar aire.
Harry asintió suavemente. Dalia, siguiendo su tranquilidad habitual, sólo inclinó la cabeza a modo de saludo.
-¿Cómo va el verano, señor Potter?-preguntó una muy demasiado risueña profesora McGonagall.
-Creo que "es una pesadilla" se le queda corto. Más bien... "traumático"
McGonagall se rió y asintió. De modo que ella también sabía lo que había pasado con Hermione. Vaya, como siempre, él era el último en descubrir las cosas. Seguro que hasta Ron lo sabía... bueno, tal vez Ron no.
Hermione aún no había logrado reaparecer de entre los magos cuando los dos anfitriones entraron en el salón, uno desde la cocina con Simon en brazos, el otro desde las escaleras del piso de arriba.
Dalia y Alexia se turnaron para saludar con sus peculiares métodos a su amiga y a Snape, luego Sarah se acercó a los dos merodeadores para saludarles. Hermione observó todo el ritual risueña.
-¿Cuándo podré utilizar yo las contraseñas?-preguntó en voz alta. Dalia la miró fijamente, sonriendo también.
-Ya tienes 17 años, ¿no?-preguntó Alexia. Hermione asintió.-Entonces no veo ningún motivo para que no las uses.
-¡Eh!-protestó Snape- ¡que sólo es una niña!
Harry le miró incrédulo... ¿con que derecho decidía ÉL eso? Pero nadie más se dio cuenta.
-Sabes que no lo es, Severus-musitó Sarah suavemente.-En Septiembre cumplirá 18 años... de todos modos yo tampoco estoy de acuerdo con que... uséis la contraseña en cada clase. No lo creo necesario y... ¿qué diría el director de que una alumna esté besando a un profesor continuamente?
-Yo no digo nada- murmuró Dumbledore desde el fondo, sonriendo y provocando que todos se riesen también.
-Además sería muy incómodo.-murmuró Dalia.-no solo con Severus, Hermione, también lo tendrías que hacer conmigo, y un par de besos no matan a nadie...
-Yo no estaría tan seguro-murmuró Harry.
-¿Qué quieres decir?-preguntó Remus.
-Que me temo que como Ron vea a Hermione besando a... el profesor Snape... puede darle un ataque.
Todos se rieron. Harry no. No pretendía ser una broma.
-... Pero sacar la varita cada vez que entres en mi clase y repetir la maldita frasecita puede ser una tortura mortal-prosiguió Dalia- además de innecesaria.
Hermione asintió.
-Tampoco pretendía ir por los pasillos besando a mis profesores-rió la chica- sólo saber si yo también puedo saludar así.
-Por supuesto-exclamó Alexia- Bueno... todavía tenemos que decirte nuestros apodos, y decidir el tuyo, pero hay tiempo para eso... ahora, vayamos a cenar, ¿si?
-¿Puedo hacer una pregunta?-dijo Harry tímidamente.
-¡Ya la has hecho!-dijeron todos a la vez, divertidos...
-Je, je... muy graciosos...-murmuró Harry- lo que yo quiero saber es bastante evidente.
Harry se dio la vuelta, mirando a Hermione fijamente.
-Hermione Granger... ¡¡¿¿desde cuando tienes 17 años!!??
Hermione le miró asombrada y algo sonriente ante semejante arranque.
-¿No se lo contaste?-preguntó McGonagall algo sorprendida.
-No vi la necesidad.- contestó Hermione encogiéndose de hombros.-Verás, Harry... cuando utilicé el giratiempo en tercero, viví unos cuantos meses de más... ministerio calculó que fueron aproximadamente 24 meses... dos años, de modo que en el próximo curso, en lugar de cumplir 16 años como nuestros compañeros, cumpliré 18.
Harry se quedó boquiabierto.
-Entonces... eres una adulta... ¡terminarás Hogwarts con 20 años!
-En cuanto a lo primero... en teoría, sí. En cuanto a lo segundo... bueno, podría presentarme en Diciembre a los TIMO y en Junio a los EXTASIS, pero prefiero seguir el curso normal... con vosotros. Legalmente soy adulta, Harry, por eso pude hacer magia antes.
-Respecto a eso, jovencita...-exclamó Sirius, pasando un brazo por los hombros de la chica alegremente- viendo la... cara que se le ha quedado a Severus... ¿cuándo nos harás un masaje de esos a Moonie y a mí?
El salón cayó bajo un extraño silencio. Sirius les miró extrañado, Harry también... ¿qué tenía de malo lo que había dicho su padrino? Hermione estaba colorada, y las tres Musas miraban a Sirius enfadadas.
-De todas las cosas horribles...-comenzó Dalia.
-...que podías decir, Black,...-prosiguió Alexia, al borde de las lágrimas.
-... se te ocurrió la peor.-finalizó Sarah.
-Oh... vamos... ella es ahora una de vosotras, ¿no?
Hermione se sacudió el brazo de Sirius de los hombros, y se alejó de él todo lo posible. Acabando sospechosamente lo suficientemente cerca de Remus y Snape como para que ambos la abrazasen protectivamente. Harry frunció el ceño.
Dalia, Sarah y Alexia, unidas en una pequeña piña miraban boquiabiertas a Sirius. Dumbledore y McGonagall permanecían aparte, jugando con el pequeño Simon. De pronto, Alexia no pudo contener ya las lágrimas y Sarah trató de consolarla. Dalia, al ver como estaba su amiga reaccionó de un modo inesperado en una mujer tan callada y tranquila.
-¡BESTIA INSENSATA! ¡NO HAY QUIEN TE SOPORTE! ¡SABES PERFECTAMENTE EL... ESFUERZO QUE TENEMOS QUE HACER PARA IGNORAR TODO LO QUE... HA OCURRIDO, PARA CONVIVIR EN UNA PAZ RELATIVA!... Y TÚ... BESTIA INMUNDA... ¿PRETENDES HACER CON HERMIONE LO QUE LE HICISTE A ALEX, A TODO NUESTRO GRUPO?
-Era una broma...-susurró Sirius, con la cabeza gacha.
-¿UNA BROMA? ¿NUNCA LO HARÍAS? ¡¡PUES EXPLÍCAME PORQUÉ ESTÁ LLORANDO ALEX!!... Si lo hiciste una vez, Sirius Black... ¿que nos garantiza que no lo harás de nuevo?- susurró finalmente Dalia, con un hilo de voz y con lágrimas de frustración cayendo por sus mejillas de porcelana. Definitivamente era en esos momentos cuando esa mujer estaba más hermosa. Y Harry no fue el único en notarlo.
Sirius alzó la vista y miró a su antigua novia. Sin poder evitarlo se abalanzó sobre ella abrazándola fuertemente.
-Estoy tan arrepentido, Dal... lo lamento, de verdad... lamento el daño que le hice a Alex, los problemas que he ocasionado a todo el grupo... echo de menos a James... y a Lily... pero sobretodo me arrepiento de haberte herido... jamás debí hacerlo... y una vez hecho debí ir a tu lado y pedirte perdón... no espero que ahora me lo des... ni siquiera creo que me lo merezca... sólo se que necesito poder mirarte a los ojos y sentir que... no me odies... no te voy a pedir que me quieras de nuevo porque no tengo derecho a ti, pero... por favor, no me odies.
Dalia cerró los ojos, abrazando a Sirius con fuerza.
-No soy yo quien tiene que perdonarte... mi corazón ya lo hizo hace tiempo. No se puede odiar a alguien cuando se le quiere con tanta fuerza...
Dalia se separó de Sirius y retrocedió un paso.
-Es Alex quien te tiene que perdonar. Sabes las normas de las Musas. Una Hermana está ante cualquier otra cosa. Si tu la hieres, me hieres a mí...
Alexia se separó de Sarah y puso una mano en el hombro de Dalia
-Yo también le he perdonado, Virtus... Lenise y yo le hemos perdonado hace mucho tiempo... ¿verdad?
Alexia se giró hacia Sarah, quien asintió suavemente.
-Gratia tiene razón, Soror... mereces se feliz. Siempre has sido... tan virtuosa como debes, pero ahora tienes que pensar en ti misma. Por una vez.
Dalia dudó unos segundos. Luego, muy lentamente se acercó a Sirius y le abrazó con fuerza, alzando la cabeza para besarle dulcemente. Al cabo de unos segundos, rompieron el suave beso y el fuerte abrazo. Despacio, el agachó la cabeza para besar su frente antes de que ella la levantase para rozar sus labios.
Dalia se apartó y Sarah y Alexia repitieron el gesto. Luego todos miraron para Hermione, quien desprendiéndose de los brazos de sus profesores imitó el gesto de las otras mujeres. Lo extraño para Harry en la escena de su mejor amiga besando a su padrino fue precisamente el hecho de que no sintió que fuese extraño.
Y en aquel mismo momento Harry se dio cuenta de cual era la verdadera función de las contraseñas: era el símbolo que les unía a todos, en sus semejanzas y diferencias los hacía únicos con defectos y virtudes.
Hermione se giró hacia las tres Musas.
-Virtus-murmuró, mirando para Dalia- Lenise-repitió, esta vez hacia Sarah- Gratia-sonrió finalmente hacia Alex.
-Mater sapiens.
Repitieron las tres mujeres a un tiempo. Hermione alzó las cejas.
-Así lo habría querido Ruber...- murmuró Alexia - Así se hará. Mater.
Hermione asintió.
Harry, que no solo había acertado a entender que Virtus, Lenise y Gratia era el apodo de las Musas. También se daba cuenta de que Mater Sapiens en latín significaba Madre Sabia, y se preguntaba porqué Hermione tenía un apodo tan extraño. Y sobre todo, qué tenía que ver Ruber en eso... o mas importante... quien demonios era Ruber.
-Con permiso-comentó Snape apartando a una de las absortas mujeres y acercándose a Sirius. Se remangó el brazo derecho de la túnica y le dio un puñetazo a Sirius en toda la cara.
-¡Eh!-exclamó Sirius, cayéndose al suelo, más por la sorpresa que por que el golpe fuese muy fuerte- ¡Se supone que el golpe es de mentira!
-Hermione. Sarah. Lily...-murmuró Snape, secamente.
Remus le tendió el brazo a su amigo y él lo cogió, poniéndose en pie. En un rápido movimiento, el hombre lobo le dejó el ojo izquierdo a juego con el derecho al pobre Sirius, que de nuevo cayó sentado en el suelo.
-¡Au! ¿y eso porqué, hermano?
-Dalia. Alexia... No lo vuelvas a hacer... o no volverá a ser "de mentira"... hermano...
Padfoot miró boquiabierto a su amigo y luego a Harry-
-¿Qué? ¿Tu no me pegas? No se... por ser el peor padrino de la historia, o algo así.
-Sinceramente... ni siquiera consigo entender porqué te pegan ellos.
Pero ya nadie le hacía caso a Harry. El chico volvía a tener esa sensación de ser invisible...
Dumbledore dejó al niño en brazos de McGongall (a pesar de la evidente protesta del bebé) ,para ayudar a Sirius a ponerse en pie. Alzó el brazo y... preparado para recibir otro golpe, el pobre Sirius se encogió, pero el director sólo le pasó una mano por el pelo, tranquilizadoramente.
-Vamos, hijo... reconoce que hace tiempo que te lo merecías...
-Eh... director... ¿puedo terminar de vengarme?-preguntó Snape, sonriendo maliciosamente.
-Evidentemente no... no es momento para discusiones personales, Severus.
-Además -dijo Sirius, tocándose con cuidado uno de los amoratados ojos.- lo que te hicimos en el colegio quedó pagado con lo que tú le hiciste a Moonie...
Snape avanzó hacia Sirius, pero Remus le sujetó por el brazo.
-De eso nada, Padfoot. Yo nunca participé en vuestras... cacerías. Yo no quiero vengarme de Severus por lo que ocurrió en el colegio. Comprendo porqué lo hizo... por mucho que me duela, y le perdono si él me perdona por no defenderle de vosotros. Dime, Severus... en esta noche que está plagada de reconciliaciones... ¿podremos ser amigos?
Snape le miró fijamente por un momento. Un momento en el que todos tuvieron la certeza de que diría que no. Luego, muy despacito una sonrisilla de victoria se extendió por su rostro y para sorpresa de todos, cogió la mano extendida de Remus.
-Amigos, Lupin.
-¿Podrías llamarme Moonie?
-No- repuso el profesor, secamente, pero aún con la sonrisa.-y como me llames "Sevvie" o algo parecido te juro que te dejo la cara como a tu "hermano"...
-De acuerdo... llámame Remus, al menos.-Snape asintió.-¿Severus?- Snape asintió de nuevo.-Definitivamente suena mucho mejor con tu consentimiento.
Todos se rieron.
Dumbledore extendió los brazos poniendo las manos sobre los hombros de Sirius y Snape.
-Quizá sea mucho pedir, pero... ¿porqué no lo intentáis, muchachos?
-Lo siento mucho, director...-dijo Snape.
-...pero es imposible...-continuó Sirius.
-...él es un Gryffindor...
-...y él un Slytherin...
-...con Remus es distinto...
-...Malfoy y él siempre amortiguaron nuestras peleas..
-... pero todavía recuerdo como Potter..
-... y yo íbamos tras él...
-...juntos... y yo era dos años más joven, mucho más pequeño...
-... y débil...
-...¿lo ve? Aún por encima siempre encuentra el modo de fastidiarme... como ahora intentando demostrar que yo era débil...
-... simplemente no nos entendemos.-remataron al unísono.
Al instante todos los presentes se echaron a reír a carcajadas. Incluso Simon, que había estado sorprendentemente tranquilo durante toda la noche. Tal vez había notado que estaba pasando algo importante.
-De acuerdo- consiguió decir Dumbledore al cabo de un rato- ... por lo pronto estáis de acuerdo en cómo, cuanto y porqué os odiáis... es un comienzo. Y ahora... ¿podremos cenar?
-Aún falta un invitado.-sonrió Snape maliciosamente. De algún modo aquella sonrisa hizo que todos se estremeciesen. Quizá porque dos segundos después se oyó el timbre y Snape fue a abrir la puerta.
McGongall se acercó a Sirius y le cogió por una oreja.
-Broma o no, señor Black, como le vuelva ver acercarse a mi alumna más de lo estrictamente necesario le cortaré eso que le sobre... ¡y no estoy hablando de la oreja!
-Glup...-murmuró Harry- ahora se porqué no debo meterme con nadie cuando no puedan quitarme puntos de Gryffindor.
Todos se echaron a reír de nuevo... y fueron interrumpidos por una voz fría.
-Buenas noches... ¿molestamos?
Preguntó Lucius Malfoy, una mano en el hombro de se hijo Draco, en la otra su bastón-varita. Detrás de ellos Severus Snape volvía a tener aquella sonrisa siniestra.
-Lucius también se quedará a cenar, Sarah... no hay ningún problema, ¿verdad?
Sarah le miró fríamente, pero negó con la cabeza.
-Vaya... vaya...-murmuró Lucius, repasando con la vista a todos los presentes.- Reunión...
Snape cogió a Draco del brazo y lo llevó hasta Alexia, quien le sonrió dulcemente. Harry vio claramente como la cara estirada del rubio se torcía exactamente en el mismo gesto que el de Ron cuando miraba a una veela y no pudo evitar una risita.
-Quiero que conozcas a Draco, Alex... ¿recuerdas que te hablé de él?... está a punto de comenzar el quinto...
Harry apartó la atención de Snape y su alumno favorito para centrarla en Lucius, que paseaba su vista de persona a persona con los ojos muy abiertos, dándole la horrible sensación a Harry de que estaba memorizando caras.
-Señora Snape... es un placer asistir a una cena suya... tengo entendido que es una gran cocinera.-exclamó de pronto.
-Usted siempre tan galante, señor Malfoy- replicó Sarah, aunque su voz no dejaba nada claro que realmente estuviese complacida.
-Director Dumbledore... Profesora McGonagall... es un placer, como siempre.
McGonagall asintió, mirándole con desprecio.
-El placer, Lucius es que aceptases asistir a una cena tan... familiar como ésta. Me alegra mucho, de verdad. Saber que todavía conservas ciertas... similitudes con la raza humana.-sonrió el anciano Dumbledore.
-Ah... pero por supuesto... no dejaría a mi hijo... "disfrutar" solo de vuestra grata compañía.
Lucius le dio la espalda a Dumbledore.
-El siempre ilustre amigo y compañero Remus Lupin...¿cómo está tu problema mensual?
-Puntual, como siempre-replicó Lupin, dándole la espalda para hablar con McGonagall. Lucius murmuró algo sobre la mala educación de los Gryffindor.
-Dalia Fletcher... la florcilla más bonita del curso del pequeño Severus, ¿eh?... tan hermosa como siempre.-Lucius cogió y besó la mano de Dalia, mientras ella sonreía elegantemente.
-Y aquí tenemos a la alegre y vivaracha Alexia Figg... otra florcilla. Lástima que sea "tan" Hufflepuff... El señor Black, como no... asesino o inocente, que mas da. La cuestión es crear problema, ¿no?
Sirius miró a Lucius desconfiadamente. Y Harry tuvo la sensación de que pensaba exactamente lo mismo que él... ¿cuánto tardarían los Malfoy en llamar a los dementores?
-Dígame, Black... ¿cómo está? ¿Replanteándose la oferta del sombrero? Conforme pasan los años me convenzo más y más de que darías un buen Slytherin.
-Y yo sigo pensando que si usases ese bonito pelo de plástico para fregar la sangre de las mazmorras de tu mansión te quedaría más auténtico... "viejo amigo"...
-Como no... los modales de todo buen Gryffindor. Y en sustitución de la tercera florcilla hermosa del grupo del pequeño Severus... la señorita Hermione Granger, por supuesto... ya veo que los años pasan para todos...- murmuró mientras repasaba a Hermione de arriba a bajo de un modo realmente desagradable.-le sienta muy bien el giratiempo, Hermione.
-Prefiero señorita Granger, señor Malfoy... estoy muy orgullosa de mis padres.-comentó Hermione ácidamente.
-Hum... tan cabezota como nuestra estimada pelirroja... y orgullosa... bueno, al menos también conserva sus buenos modales... bastante impropio de una Gryffindor, para ser sincero. Y finalmente... Potter, como no. El benjamín de la Armada Invencible y su Arma Secreta... que se puede decir sobre él que no se sepa ya... ¿qué se siente al ser la única esperanza de toda una civilización con sólo quince años?
A Harry, tan tremenda declaración de principios de parte de un Malfoy le sentó como un jarro de agua fría en el Polo Norte.
-Bueno... yo no soy Arma de nadie, eso puedo asegurarlo. Y en cuanto a lo de esperanza... creo que hay muchas cosas mucho más importantes que decidan nuestras destinos que lo que yo haga o deje de hacer.
Lucius asintió suavemente... ¿complacido?
-Ya lo veremos.-murmuró.-pero al menos carece de la presunción de su papaíto. Una suerte, Potter... para todos.
Un sonoro gemido por parte de Simon interrumpió todas las conversaciones.
-Supongo que el pequeño acaba de decidir que es hora de cenar- sonrió Sarah, alzando al niño en brazos.
Y por enésima vez, Harry sintió que Simon sabía en qué momentos tenía que intervenir.
***Continuará***
Aquí estoy yo, en lugar de estudiar para mi último examen, desde luego, pero que irresponsable que soy... (¡y aún insisten en mandarme a Ravenclaw!)
Veamos... creo que no hay ninguna escena extraída de ningún lugar... Pero si encontráis algo, decídmelo, por favor, estaré encantada de anunciarlo.
En cuanto a las palabras en latín... por aquí viene una traducción un tanto rara... me ayudó mi profe favorito, al que le dedico el capitulo (¡Va para ti, José, que eres el mejor! No, no soy pelota... es un profesor, no mi profesor...) pero en fin...
Lenise significa suave, a quienes ya la conozcan reconocerán que es el apodo perfecto para Sarah. Virtus, virtud, para Dalia... ella es una mujer virtuosa; después de todo renunció al amor de su vida porque le hacía daño a su amiga... a ver cuantas aquí podemos decir lo mismo. Gratia, gracia, para Alexia... me refiero no solo a sus encantos físicos, sino también a los encantos de su alma que parecen conquistar tanto o más que los físicos. Mater Sapiens, como dijo Harry, madre sabia... lo de sabia todos sabéis que a Hermione le va al pelo... lo de madre... en fin, ya lo veréis. Ruber... solo puedo decir que significa rojo... je, je, je... Soror es hermana en latín y todas las Musas la usarán mucho. También os habréis dado cuenta de que casi todos los apodos están en masculino. La razón es que para las Musas no existe género (y la verdad, quedaba mucho mas cool Ruber que Rubra)
En respuesta a los reviews:
Silvara Waylan: No se que tiene de raro que un hombre lobo sea peludo, je, je, je... Aquel era corto, y este debe ser el mas largo que he escrito... ¡es que ya tengo ganas de acabar y aún me falta mucho! Me ser Spanish... o sease española. En concreto de un pueblo de Pontevedra.
Perverted you: je, je, je... me mola el nick. bueno, ya tiene aquí mas, happy?
Hasta la semana... ¡y a ver si Gen y Diel dan señales de vida o las declararé oficialmente muertas!
Iremione
-¡Ahhh! ¡Dejadme respirar! ¡Por favor Moonie!... ¡tú aún estuviste ayer conmigo!
-Tienes razón.- se disculpó el hombre lobo, dejándole vía libre al otro para estrujar al muchacho.
-¡Ya está bien, Snuffles! Yo también te había echado de menos, pero esto es demasiado... ¡necesito respirar!
-¡Hermione!-gritó Remus.
-¡Noo!-exclamó a su vez la chica, corriendo para esconderse detrás de Dumbledore... realmente una mala idea.
-¡Ya la pillé, Remus!- exclamó el anciano mientras Hermione se abatía indefensa entre los inesperadamente fuertes brazos del director.
-¡A mí también me visteis ayer!- gimió la muchacha
-¡Él sí, pero yo no!-gritó Sirius, dejando caer a su ahijado y abrazando a Hermione con fuerza
Mientras Hermione desaparecía entre túnicas, barba blanca y brazos peludos, Dalia y Alexia sonrieron y ayudaron a Harry a levantarse.
-¿Cómo estás, chico? Ya me han contado lo que le ocurrió a Potter y Lily... lo siento mucho, de verdad... -dijo Alexia, rápidamente, casi sin tomar aire.
Harry asintió suavemente. Dalia, siguiendo su tranquilidad habitual, sólo inclinó la cabeza a modo de saludo.
-¿Cómo va el verano, señor Potter?-preguntó una muy demasiado risueña profesora McGonagall.
-Creo que "es una pesadilla" se le queda corto. Más bien... "traumático"
McGonagall se rió y asintió. De modo que ella también sabía lo que había pasado con Hermione. Vaya, como siempre, él era el último en descubrir las cosas. Seguro que hasta Ron lo sabía... bueno, tal vez Ron no.
Hermione aún no había logrado reaparecer de entre los magos cuando los dos anfitriones entraron en el salón, uno desde la cocina con Simon en brazos, el otro desde las escaleras del piso de arriba.
Dalia y Alexia se turnaron para saludar con sus peculiares métodos a su amiga y a Snape, luego Sarah se acercó a los dos merodeadores para saludarles. Hermione observó todo el ritual risueña.
-¿Cuándo podré utilizar yo las contraseñas?-preguntó en voz alta. Dalia la miró fijamente, sonriendo también.
-Ya tienes 17 años, ¿no?-preguntó Alexia. Hermione asintió.-Entonces no veo ningún motivo para que no las uses.
-¡Eh!-protestó Snape- ¡que sólo es una niña!
Harry le miró incrédulo... ¿con que derecho decidía ÉL eso? Pero nadie más se dio cuenta.
-Sabes que no lo es, Severus-musitó Sarah suavemente.-En Septiembre cumplirá 18 años... de todos modos yo tampoco estoy de acuerdo con que... uséis la contraseña en cada clase. No lo creo necesario y... ¿qué diría el director de que una alumna esté besando a un profesor continuamente?
-Yo no digo nada- murmuró Dumbledore desde el fondo, sonriendo y provocando que todos se riesen también.
-Además sería muy incómodo.-murmuró Dalia.-no solo con Severus, Hermione, también lo tendrías que hacer conmigo, y un par de besos no matan a nadie...
-Yo no estaría tan seguro-murmuró Harry.
-¿Qué quieres decir?-preguntó Remus.
-Que me temo que como Ron vea a Hermione besando a... el profesor Snape... puede darle un ataque.
Todos se rieron. Harry no. No pretendía ser una broma.
-... Pero sacar la varita cada vez que entres en mi clase y repetir la maldita frasecita puede ser una tortura mortal-prosiguió Dalia- además de innecesaria.
Hermione asintió.
-Tampoco pretendía ir por los pasillos besando a mis profesores-rió la chica- sólo saber si yo también puedo saludar así.
-Por supuesto-exclamó Alexia- Bueno... todavía tenemos que decirte nuestros apodos, y decidir el tuyo, pero hay tiempo para eso... ahora, vayamos a cenar, ¿si?
-¿Puedo hacer una pregunta?-dijo Harry tímidamente.
-¡Ya la has hecho!-dijeron todos a la vez, divertidos...
-Je, je... muy graciosos...-murmuró Harry- lo que yo quiero saber es bastante evidente.
Harry se dio la vuelta, mirando a Hermione fijamente.
-Hermione Granger... ¡¡¿¿desde cuando tienes 17 años!!??
Hermione le miró asombrada y algo sonriente ante semejante arranque.
-¿No se lo contaste?-preguntó McGonagall algo sorprendida.
-No vi la necesidad.- contestó Hermione encogiéndose de hombros.-Verás, Harry... cuando utilicé el giratiempo en tercero, viví unos cuantos meses de más... ministerio calculó que fueron aproximadamente 24 meses... dos años, de modo que en el próximo curso, en lugar de cumplir 16 años como nuestros compañeros, cumpliré 18.
Harry se quedó boquiabierto.
-Entonces... eres una adulta... ¡terminarás Hogwarts con 20 años!
-En cuanto a lo primero... en teoría, sí. En cuanto a lo segundo... bueno, podría presentarme en Diciembre a los TIMO y en Junio a los EXTASIS, pero prefiero seguir el curso normal... con vosotros. Legalmente soy adulta, Harry, por eso pude hacer magia antes.
-Respecto a eso, jovencita...-exclamó Sirius, pasando un brazo por los hombros de la chica alegremente- viendo la... cara que se le ha quedado a Severus... ¿cuándo nos harás un masaje de esos a Moonie y a mí?
El salón cayó bajo un extraño silencio. Sirius les miró extrañado, Harry también... ¿qué tenía de malo lo que había dicho su padrino? Hermione estaba colorada, y las tres Musas miraban a Sirius enfadadas.
-De todas las cosas horribles...-comenzó Dalia.
-...que podías decir, Black,...-prosiguió Alexia, al borde de las lágrimas.
-... se te ocurrió la peor.-finalizó Sarah.
-Oh... vamos... ella es ahora una de vosotras, ¿no?
Hermione se sacudió el brazo de Sirius de los hombros, y se alejó de él todo lo posible. Acabando sospechosamente lo suficientemente cerca de Remus y Snape como para que ambos la abrazasen protectivamente. Harry frunció el ceño.
Dalia, Sarah y Alexia, unidas en una pequeña piña miraban boquiabiertas a Sirius. Dumbledore y McGonagall permanecían aparte, jugando con el pequeño Simon. De pronto, Alexia no pudo contener ya las lágrimas y Sarah trató de consolarla. Dalia, al ver como estaba su amiga reaccionó de un modo inesperado en una mujer tan callada y tranquila.
-¡BESTIA INSENSATA! ¡NO HAY QUIEN TE SOPORTE! ¡SABES PERFECTAMENTE EL... ESFUERZO QUE TENEMOS QUE HACER PARA IGNORAR TODO LO QUE... HA OCURRIDO, PARA CONVIVIR EN UNA PAZ RELATIVA!... Y TÚ... BESTIA INMUNDA... ¿PRETENDES HACER CON HERMIONE LO QUE LE HICISTE A ALEX, A TODO NUESTRO GRUPO?
-Era una broma...-susurró Sirius, con la cabeza gacha.
-¿UNA BROMA? ¿NUNCA LO HARÍAS? ¡¡PUES EXPLÍCAME PORQUÉ ESTÁ LLORANDO ALEX!!... Si lo hiciste una vez, Sirius Black... ¿que nos garantiza que no lo harás de nuevo?- susurró finalmente Dalia, con un hilo de voz y con lágrimas de frustración cayendo por sus mejillas de porcelana. Definitivamente era en esos momentos cuando esa mujer estaba más hermosa. Y Harry no fue el único en notarlo.
Sirius alzó la vista y miró a su antigua novia. Sin poder evitarlo se abalanzó sobre ella abrazándola fuertemente.
-Estoy tan arrepentido, Dal... lo lamento, de verdad... lamento el daño que le hice a Alex, los problemas que he ocasionado a todo el grupo... echo de menos a James... y a Lily... pero sobretodo me arrepiento de haberte herido... jamás debí hacerlo... y una vez hecho debí ir a tu lado y pedirte perdón... no espero que ahora me lo des... ni siquiera creo que me lo merezca... sólo se que necesito poder mirarte a los ojos y sentir que... no me odies... no te voy a pedir que me quieras de nuevo porque no tengo derecho a ti, pero... por favor, no me odies.
Dalia cerró los ojos, abrazando a Sirius con fuerza.
-No soy yo quien tiene que perdonarte... mi corazón ya lo hizo hace tiempo. No se puede odiar a alguien cuando se le quiere con tanta fuerza...
Dalia se separó de Sirius y retrocedió un paso.
-Es Alex quien te tiene que perdonar. Sabes las normas de las Musas. Una Hermana está ante cualquier otra cosa. Si tu la hieres, me hieres a mí...
Alexia se separó de Sarah y puso una mano en el hombro de Dalia
-Yo también le he perdonado, Virtus... Lenise y yo le hemos perdonado hace mucho tiempo... ¿verdad?
Alexia se giró hacia Sarah, quien asintió suavemente.
-Gratia tiene razón, Soror... mereces se feliz. Siempre has sido... tan virtuosa como debes, pero ahora tienes que pensar en ti misma. Por una vez.
Dalia dudó unos segundos. Luego, muy lentamente se acercó a Sirius y le abrazó con fuerza, alzando la cabeza para besarle dulcemente. Al cabo de unos segundos, rompieron el suave beso y el fuerte abrazo. Despacio, el agachó la cabeza para besar su frente antes de que ella la levantase para rozar sus labios.
Dalia se apartó y Sarah y Alexia repitieron el gesto. Luego todos miraron para Hermione, quien desprendiéndose de los brazos de sus profesores imitó el gesto de las otras mujeres. Lo extraño para Harry en la escena de su mejor amiga besando a su padrino fue precisamente el hecho de que no sintió que fuese extraño.
Y en aquel mismo momento Harry se dio cuenta de cual era la verdadera función de las contraseñas: era el símbolo que les unía a todos, en sus semejanzas y diferencias los hacía únicos con defectos y virtudes.
Hermione se giró hacia las tres Musas.
-Virtus-murmuró, mirando para Dalia- Lenise-repitió, esta vez hacia Sarah- Gratia-sonrió finalmente hacia Alex.
-Mater sapiens.
Repitieron las tres mujeres a un tiempo. Hermione alzó las cejas.
-Así lo habría querido Ruber...- murmuró Alexia - Así se hará. Mater.
Hermione asintió.
Harry, que no solo había acertado a entender que Virtus, Lenise y Gratia era el apodo de las Musas. También se daba cuenta de que Mater Sapiens en latín significaba Madre Sabia, y se preguntaba porqué Hermione tenía un apodo tan extraño. Y sobre todo, qué tenía que ver Ruber en eso... o mas importante... quien demonios era Ruber.
-Con permiso-comentó Snape apartando a una de las absortas mujeres y acercándose a Sirius. Se remangó el brazo derecho de la túnica y le dio un puñetazo a Sirius en toda la cara.
-¡Eh!-exclamó Sirius, cayéndose al suelo, más por la sorpresa que por que el golpe fuese muy fuerte- ¡Se supone que el golpe es de mentira!
-Hermione. Sarah. Lily...-murmuró Snape, secamente.
Remus le tendió el brazo a su amigo y él lo cogió, poniéndose en pie. En un rápido movimiento, el hombre lobo le dejó el ojo izquierdo a juego con el derecho al pobre Sirius, que de nuevo cayó sentado en el suelo.
-¡Au! ¿y eso porqué, hermano?
-Dalia. Alexia... No lo vuelvas a hacer... o no volverá a ser "de mentira"... hermano...
Padfoot miró boquiabierto a su amigo y luego a Harry-
-¿Qué? ¿Tu no me pegas? No se... por ser el peor padrino de la historia, o algo así.
-Sinceramente... ni siquiera consigo entender porqué te pegan ellos.
Pero ya nadie le hacía caso a Harry. El chico volvía a tener esa sensación de ser invisible...
Dumbledore dejó al niño en brazos de McGongall (a pesar de la evidente protesta del bebé) ,para ayudar a Sirius a ponerse en pie. Alzó el brazo y... preparado para recibir otro golpe, el pobre Sirius se encogió, pero el director sólo le pasó una mano por el pelo, tranquilizadoramente.
-Vamos, hijo... reconoce que hace tiempo que te lo merecías...
-Eh... director... ¿puedo terminar de vengarme?-preguntó Snape, sonriendo maliciosamente.
-Evidentemente no... no es momento para discusiones personales, Severus.
-Además -dijo Sirius, tocándose con cuidado uno de los amoratados ojos.- lo que te hicimos en el colegio quedó pagado con lo que tú le hiciste a Moonie...
Snape avanzó hacia Sirius, pero Remus le sujetó por el brazo.
-De eso nada, Padfoot. Yo nunca participé en vuestras... cacerías. Yo no quiero vengarme de Severus por lo que ocurrió en el colegio. Comprendo porqué lo hizo... por mucho que me duela, y le perdono si él me perdona por no defenderle de vosotros. Dime, Severus... en esta noche que está plagada de reconciliaciones... ¿podremos ser amigos?
Snape le miró fijamente por un momento. Un momento en el que todos tuvieron la certeza de que diría que no. Luego, muy despacito una sonrisilla de victoria se extendió por su rostro y para sorpresa de todos, cogió la mano extendida de Remus.
-Amigos, Lupin.
-¿Podrías llamarme Moonie?
-No- repuso el profesor, secamente, pero aún con la sonrisa.-y como me llames "Sevvie" o algo parecido te juro que te dejo la cara como a tu "hermano"...
-De acuerdo... llámame Remus, al menos.-Snape asintió.-¿Severus?- Snape asintió de nuevo.-Definitivamente suena mucho mejor con tu consentimiento.
Todos se rieron.
Dumbledore extendió los brazos poniendo las manos sobre los hombros de Sirius y Snape.
-Quizá sea mucho pedir, pero... ¿porqué no lo intentáis, muchachos?
-Lo siento mucho, director...-dijo Snape.
-...pero es imposible...-continuó Sirius.
-...él es un Gryffindor...
-...y él un Slytherin...
-...con Remus es distinto...
-...Malfoy y él siempre amortiguaron nuestras peleas..
-... pero todavía recuerdo como Potter..
-... y yo íbamos tras él...
-...juntos... y yo era dos años más joven, mucho más pequeño...
-... y débil...
-...¿lo ve? Aún por encima siempre encuentra el modo de fastidiarme... como ahora intentando demostrar que yo era débil...
-... simplemente no nos entendemos.-remataron al unísono.
Al instante todos los presentes se echaron a reír a carcajadas. Incluso Simon, que había estado sorprendentemente tranquilo durante toda la noche. Tal vez había notado que estaba pasando algo importante.
-De acuerdo- consiguió decir Dumbledore al cabo de un rato- ... por lo pronto estáis de acuerdo en cómo, cuanto y porqué os odiáis... es un comienzo. Y ahora... ¿podremos cenar?
-Aún falta un invitado.-sonrió Snape maliciosamente. De algún modo aquella sonrisa hizo que todos se estremeciesen. Quizá porque dos segundos después se oyó el timbre y Snape fue a abrir la puerta.
McGongall se acercó a Sirius y le cogió por una oreja.
-Broma o no, señor Black, como le vuelva ver acercarse a mi alumna más de lo estrictamente necesario le cortaré eso que le sobre... ¡y no estoy hablando de la oreja!
-Glup...-murmuró Harry- ahora se porqué no debo meterme con nadie cuando no puedan quitarme puntos de Gryffindor.
Todos se echaron a reír de nuevo... y fueron interrumpidos por una voz fría.
-Buenas noches... ¿molestamos?
Preguntó Lucius Malfoy, una mano en el hombro de se hijo Draco, en la otra su bastón-varita. Detrás de ellos Severus Snape volvía a tener aquella sonrisa siniestra.
-Lucius también se quedará a cenar, Sarah... no hay ningún problema, ¿verdad?
Sarah le miró fríamente, pero negó con la cabeza.
-Vaya... vaya...-murmuró Lucius, repasando con la vista a todos los presentes.- Reunión...
Snape cogió a Draco del brazo y lo llevó hasta Alexia, quien le sonrió dulcemente. Harry vio claramente como la cara estirada del rubio se torcía exactamente en el mismo gesto que el de Ron cuando miraba a una veela y no pudo evitar una risita.
-Quiero que conozcas a Draco, Alex... ¿recuerdas que te hablé de él?... está a punto de comenzar el quinto...
Harry apartó la atención de Snape y su alumno favorito para centrarla en Lucius, que paseaba su vista de persona a persona con los ojos muy abiertos, dándole la horrible sensación a Harry de que estaba memorizando caras.
-Señora Snape... es un placer asistir a una cena suya... tengo entendido que es una gran cocinera.-exclamó de pronto.
-Usted siempre tan galante, señor Malfoy- replicó Sarah, aunque su voz no dejaba nada claro que realmente estuviese complacida.
-Director Dumbledore... Profesora McGonagall... es un placer, como siempre.
McGonagall asintió, mirándole con desprecio.
-El placer, Lucius es que aceptases asistir a una cena tan... familiar como ésta. Me alegra mucho, de verdad. Saber que todavía conservas ciertas... similitudes con la raza humana.-sonrió el anciano Dumbledore.
-Ah... pero por supuesto... no dejaría a mi hijo... "disfrutar" solo de vuestra grata compañía.
Lucius le dio la espalda a Dumbledore.
-El siempre ilustre amigo y compañero Remus Lupin...¿cómo está tu problema mensual?
-Puntual, como siempre-replicó Lupin, dándole la espalda para hablar con McGonagall. Lucius murmuró algo sobre la mala educación de los Gryffindor.
-Dalia Fletcher... la florcilla más bonita del curso del pequeño Severus, ¿eh?... tan hermosa como siempre.-Lucius cogió y besó la mano de Dalia, mientras ella sonreía elegantemente.
-Y aquí tenemos a la alegre y vivaracha Alexia Figg... otra florcilla. Lástima que sea "tan" Hufflepuff... El señor Black, como no... asesino o inocente, que mas da. La cuestión es crear problema, ¿no?
Sirius miró a Lucius desconfiadamente. Y Harry tuvo la sensación de que pensaba exactamente lo mismo que él... ¿cuánto tardarían los Malfoy en llamar a los dementores?
-Dígame, Black... ¿cómo está? ¿Replanteándose la oferta del sombrero? Conforme pasan los años me convenzo más y más de que darías un buen Slytherin.
-Y yo sigo pensando que si usases ese bonito pelo de plástico para fregar la sangre de las mazmorras de tu mansión te quedaría más auténtico... "viejo amigo"...
-Como no... los modales de todo buen Gryffindor. Y en sustitución de la tercera florcilla hermosa del grupo del pequeño Severus... la señorita Hermione Granger, por supuesto... ya veo que los años pasan para todos...- murmuró mientras repasaba a Hermione de arriba a bajo de un modo realmente desagradable.-le sienta muy bien el giratiempo, Hermione.
-Prefiero señorita Granger, señor Malfoy... estoy muy orgullosa de mis padres.-comentó Hermione ácidamente.
-Hum... tan cabezota como nuestra estimada pelirroja... y orgullosa... bueno, al menos también conserva sus buenos modales... bastante impropio de una Gryffindor, para ser sincero. Y finalmente... Potter, como no. El benjamín de la Armada Invencible y su Arma Secreta... que se puede decir sobre él que no se sepa ya... ¿qué se siente al ser la única esperanza de toda una civilización con sólo quince años?
A Harry, tan tremenda declaración de principios de parte de un Malfoy le sentó como un jarro de agua fría en el Polo Norte.
-Bueno... yo no soy Arma de nadie, eso puedo asegurarlo. Y en cuanto a lo de esperanza... creo que hay muchas cosas mucho más importantes que decidan nuestras destinos que lo que yo haga o deje de hacer.
Lucius asintió suavemente... ¿complacido?
-Ya lo veremos.-murmuró.-pero al menos carece de la presunción de su papaíto. Una suerte, Potter... para todos.
Un sonoro gemido por parte de Simon interrumpió todas las conversaciones.
-Supongo que el pequeño acaba de decidir que es hora de cenar- sonrió Sarah, alzando al niño en brazos.
Y por enésima vez, Harry sintió que Simon sabía en qué momentos tenía que intervenir.
***Continuará***
Aquí estoy yo, en lugar de estudiar para mi último examen, desde luego, pero que irresponsable que soy... (¡y aún insisten en mandarme a Ravenclaw!)
Veamos... creo que no hay ninguna escena extraída de ningún lugar... Pero si encontráis algo, decídmelo, por favor, estaré encantada de anunciarlo.
En cuanto a las palabras en latín... por aquí viene una traducción un tanto rara... me ayudó mi profe favorito, al que le dedico el capitulo (¡Va para ti, José, que eres el mejor! No, no soy pelota... es un profesor, no mi profesor...) pero en fin...
Lenise significa suave, a quienes ya la conozcan reconocerán que es el apodo perfecto para Sarah. Virtus, virtud, para Dalia... ella es una mujer virtuosa; después de todo renunció al amor de su vida porque le hacía daño a su amiga... a ver cuantas aquí podemos decir lo mismo. Gratia, gracia, para Alexia... me refiero no solo a sus encantos físicos, sino también a los encantos de su alma que parecen conquistar tanto o más que los físicos. Mater Sapiens, como dijo Harry, madre sabia... lo de sabia todos sabéis que a Hermione le va al pelo... lo de madre... en fin, ya lo veréis. Ruber... solo puedo decir que significa rojo... je, je, je... Soror es hermana en latín y todas las Musas la usarán mucho. También os habréis dado cuenta de que casi todos los apodos están en masculino. La razón es que para las Musas no existe género (y la verdad, quedaba mucho mas cool Ruber que Rubra)
En respuesta a los reviews:
Silvara Waylan: No se que tiene de raro que un hombre lobo sea peludo, je, je, je... Aquel era corto, y este debe ser el mas largo que he escrito... ¡es que ya tengo ganas de acabar y aún me falta mucho! Me ser Spanish... o sease española. En concreto de un pueblo de Pontevedra.
Perverted you: je, je, je... me mola el nick. bueno, ya tiene aquí mas, happy?
Hasta la semana... ¡y a ver si Gen y Diel dan señales de vida o las declararé oficialmente muertas!
Iremione
