Capi thirteen: Situaciones extrañas

A la mañana siguiente Harry intentó bostezar, pero no pudo... porque tenía un pie en la boca.

Intentó gritar de asco y levantarse de golpe, pero no podía. Alguien se había aferrado a los pantalones de su pijama, Un brazo le presionaba contra el colchón, y el dueño del pie impedía cualquier movimiento del lado derecho de su cuerpo. Siguiendo la trayectoria de aquella pierna bronceada, descubrió tela rosa, y comprendió que afortunadamente el pie pertenecía a Hermione. De cualquier modo el brazo que le atrapaba era de Malfoy, que al mismo tiempo tenía la cara apoyada en las pantorrillas de Harry y la nariz frente al pecho de la chica. Rodeaba con un brazo la pierna derecha de Harry, y con el otro la cintura de Hermione, que había colocado una pierna alrededor de Draco y la otra en la boca de Harry... dándole una vistas privilegiadas... sí, era lila.

Decidido a no intentar averiguar donde estaba sus propios brazos (los de Hermione desaparecían misteriosamente donde terminaba la tela rosa y comenzaban la azul y la verde) Harry comprendió que la forma más rápida de salir de allí debajo era morder el pie de Hermione.

-¡Ah!- gritó la chica, dando un salto en la cama -¿qué pasa?- murmuró, frotándose la cabeza- ¿dónde estoy? ¿qué hacéis vosotros dos en mi cama?... Harry... ¡¿porqué me has mordido el pie?!

-Hum... ¿os despertáis siempre a gritos en Gryffindor?- gruñó Draco -¿qué pasa, Potter?... ¿se duerme mejor al revés?

Fue entonces cuando Harry comprendió que había sido él quien se había metido allí debajo, porque tenía los pies en la almohada de Hermione. Qué curioso... era la postura más rara en la que había dormido nunca... y sin embargo había dormido como nunca...

-¿Ya estáis despiertos?- gruñó Snape, abriendo la puerta, reprimiendo un bostezo y extrañamente ataviado con un pijama blanco...-¿habéis dormido bien?

Snape se frotó los ojos, los abrió y... se echó a reír como Harry no le había visto nunca: con toda la boca abierta, carcajadas que resonaban por toda la habitación, y casi doblado a la mitad.

-¡Ya veo que tenéis sueños muy activos? ¿Intentabas matar a Voldemort metiéndole un pie en la boca, Hermione? ¿Draco? ¿De verdad crees que podrás vencer al Mal con un abrazo? Has visto demasiado Winnie de Pooh...

Sorprendentemente, Draco se puso de un desconcertante tono rosado...¿¿¡¡Draco Malfoy veía a ese oso patético??!! Harry miró a Draco fijamente, pero el chico no le devolvió la mirada, simplemente se tapó con las mantas de la cama de Hermione.

-¿Tienes algo más que decirnos, Severus?- preguntó Hermione, calmadamente. Snape, intuyendo que esa era la calma que precede a la tormenta, decidió intentar dejar de reír... sin demasiado éxito.

-El desayuno estará listo... ¡hip!... en cinco minutos...¡hip!... no debería reírme... ¡hip!...siempre me pasa lo mismo... ¡hip, hip!

Snape huyó al pasillo, con su ataque de hipo resonando en la lejanía. Draco murmuró algo de "el justo castigo para los que se ríen de males ajenos".

Y Harry se preguntó en qué clase de dimensión paralela había caído, que todo era TAN diferente.

Draco, y su tono sarcástico, le devolvieron a la realidad.

-¿Qué tal se duerme ahí abajo, Potter?- preguntó, con una sonrisa torcida- mis vistas eran bastante buenas... ¿y las tuyas?

Harry se planteó un segundo la posibilidad de defender el honor de su amiga y desafiar a duelo al rubio, pero visto lo ocurrido la noche anterior... y al recordar que era inútil intentar defender a Hermione de nada... le siguió el juego.

-Hum... Lilas.

Draco se echó a reír de un modo bastante similar a cómo lo había hecho Snape minutos atrás. Hermione recolectó todo el orgullo y autocontrol que poseía, cogió la ropa en el baúl y salió de la habitación.

-¿De qué color serán hoy?- preguntó el rubio, en tono soñador.

-No se te ocurra intentar averiguarlo- advirtió Harry.

Draco simplemente agitó la cabeza con una sonrisa malvada.

-Draco... ¿puedo preguntarte algo?- dijo Harry mientras buscaba algo en el baúl medianamente decente para vestirse.

-Depende.- contestó el otro, todavía dando otra vuelta en la cama de Hermione y mirando a Harry de reojo.

-¿Por qué te metes tanto con nosotros en la escuela? Creo que nunca te hicimos nada...

Draco se incorporó de golpe.

-¿¡Que nunca me hicisteis nada?! Oye Potter... la vida como Niño de Oro debe ser maravillosa... tus problemas radican en salvar el culo cada vez que termina el curso.... los míos están en mantener el ojo abierto todas las noches por si a uno de mis adorables compañeros de habitación se les da por practicar algunos hechizos básicos.... la verdad es que si no fuese por Crabbe y Goyle hace tiempo que me habrían aplastado, ¿sabes? Y aún por encima nada más llegar a la escuela, el chico más popular de la escuela me manda a la mierda cuando le ofrezco mi amistad... ¿no te has preguntado nunca qué habría pasado si aquella tarde hubieses cogido mi mano?

Harry miraba a Draco boquiabierto.

-¿Te has preguntado alguna vez que se siente al ver morir a alguien que odias, pero que sabes que es un buen tío? ¿qué simplemente sabes que le tienes envidia? ¿qué te dices una y otra vez que deberías ser tu el que murió y no él?- murmuró Harry, cortantemente.

Draco se dejó caer de espaldas en la cama y se tapó la cabeza con la almohada.

-No empieces otra vez el maldito sonsonete de "Cedric era tan bueno..." Vale, era un tío legal, y un excelente jugador de quidditch, pero... ¡ahora estamos en guerra! Va a morir mucha mas gente, mucho más justa que ese tipo... si te echas a llorar cada vez que muere uno, tal vez deberías pasarle esa maldita cicatriz a otra persona.

-¡Ojalá pudiese!- gritó Harry- ¿Cómo hay que haceroslo entender? ¡¡Yo no quiero esta cicatriz!! Yo quiero a mis padres de vuelta, a Voldemort muerto y mi mundo tranquilo...-susurró Harry. Draco le miró a los ojos.

-Entonces no deberías estar en Gryffindor.- declaró- tú tenías que estar en Slytherin, como mucho en Hufflepuff... los Gryffindor son unos héroes patéticos que sólo quieren llamar la atención.

-Te equivocas- gruñó Harry. Pero no tenía nada para contradecirle. Draco puso los ojos en blanco.

-¿Porqué crees que Granger y Weasley te siguen a esas aventuras suicidas? Ellos no son arrastrados como tú... sólo quieren atención.

-¿Sabes? En el fondo me das pena, Malfoy. Con esas palabras acabas de demostrarme que no tienes amigos. Amigos de verdad, me refiero.

Draco le miró con odio... pero esta vez era él quien no tenía argumentos para contradecirle... salvo uno quizá.

-Sí tengo amigos. Amigos que morirían por mí... y yo por ellos. Te los presentaré, si quieres. Después de todo, viven aquí mismo, en Hogsmeade. Seguro que no serán de tu gusto... no son perfectos estudiantes para Hogwarts, y los pocos que pueden ir allá, son de Slytherin, pero te llevarás una gran sorpresa....

-Estaré encantado- contestó Harry, desafiante.- ¿Vas a quedarte todo el día?

-Sí... odio preguntar esto, pero... la túnica Malfoy no es para estar en Hogsmeade... ¿podrías prestarme ropa? Solo será para hoy...

Harry le miró fijamente. Por supuesto que le iba a prestar la ropa, pero si podía sacar algo de provecho, mejor que mejor...

-Con una condición.- declaró. Draco le miró.- Tienes que contestar con toda la verdad que puedas a una pregunta, ¿de acuerdo?

Draco no era idiota. Sabía que eso no tenía nada que ver con la ropa, y se imaginaba lo que le iba a preguntar. Pero de todos modos asintió.

-A ver... he aprendido lo suficiente en estos días como para no preguntarte si eres bueno o malo, porque no hay un lado bueno y otro malo, pero... ¿de qué lado estás? ¿A quien eres leal?

Draco respiró profundamente.

-En principio... a mí mismo. Yo no soy uno de vosotros, un Niño de Oro... pero tengo claro que tampoco soy un mortífago, nunca podría. También soy leal a mi padre y a Severus.

Harry alzó una ceja... eso era casi un contrasentido.

-Se lo que estás pensando. Y no es así. Mi padre es una buena persona. Se equivocó en algún momento del camino, y es demasiado orgulloso para admitirlo. Pero quiere a tío Severus como si realmente fuese su hermano. Hasta ahora nunca se ha visto obligado a elegir, pero se que si tuviera que hacerlo... elegir entre su reputación y Severus... elegiría a Severus. No tengo ninguna duda... ¿porqué crees que Voldemort ha aceptado a Severus de nuevo? Esta a prueba, y bajo la palabra de papá. Al mismo tiempo... ¿porqué crees que nunca tuvieron pruebas claras de papá? Porque Severus le protege. siempre que ha habido pruebas evidentes sobre mi padre, Severus ha cargado con ellas. Supongo que es la forma Slytherin de esa amistad de la que tu tanto alardeabas. Puede que no sea muy ortodoxo, pero nos mantiene vivos.

Harry estaba pensativo. Sabía que todo el discurso iba en contra de todas sus creencias, pero de algún modo, creía que tenía sentido. Tal vez no todo es blanco y negro después de todo.

-Entonces... ¿porqué? ¿porqué has pasado todo este tiempo peleando con nosotros si simplemente podías ignorarnos?

-Tú empezaste la batalla con aquel menosprecio en nuestro primer curso. Ante la escuela simplemente no puedo fingir que no me ofendiste. Granger y Weasley simplemente están en el camino. Nunca había creído lo que le decía a Granger, ¿sabes? No creo en la "limpieza de sangre", de hecho es lo único de lo que discuten Severus y papá. Papá si cree que es peligroso dejar que los muggles sepan de nosotros, que se casen con nosotros. Yo creo que toda esa idea es muy apropiada para los tiempos que surgió... los tiempos de Salazar Slytherin y las cazas de brujas.

-He oído esa excusa antes, y es una estupidez. No quemaban verdaderas brujas entonces, nos lo dijeron en nuestro primer curso.

Draco sonrió tristemente.

-La historia la escriben los que ganan. Entonces ganó Gryffindor, y decidió que la mejor protección es la ignorancia. Si hubiese ganado Ravenclaw sabrías que una bruja de nueve años no puede congelar las llamas... ¡ni siquiera tienen varitas! Hubo veranos en los que perdían casi a la mitad de los alumnos que deberían acudir al siguiente curso... pero olvídate un momento de eso... ¿confiarías en unos seres capaces de quemar vivos a sus propios hijos sólo porque "creen" que son más poderosos? Porque muchas veces esos niños ni siquiera tenían poderes...

Harry se estremeció. Tenía la ligera sospecha de que cuando volviese ese curso a la escuela el Sombrero Seleccionador gritaría que él tenía que estar en Slytherin.... y lo peor es que no estaba seguro de que estuviese equivocado.

-Y sin embargo todo eso es agua pasada. Los mismos muggles nos ayudan. Acusan de loco a cualquiera que escape a los controles del ministerio y lo encierran. Esa es la verdad que me ha enseñado Severus. La verdad que mi padre se niega a ver.

Hermione tosió para atraer la atención de los chicos. Harry no sabía cuanto tiempo llevaba allí.

-¿Es verdad lo que dice Severus de los mortífagos? ¿Qué secuestran muggles y los torturan?

Draco agachó la cabeza.

-Sí... y es mejor que no sepas lo que le hacen a las hijas de muggles... suelen ser Hufflepuffs, demasiado tímidas e inocentes... les encanta eso. A decir verdad es una de las pocas cosas que realmente disgusta a mi padre de todo eso. Y lo acepta porque es consciente de que si esas muchachas se diesen cuenta de su verdadero potencial...

Harry miró a uno y a otro alternativamente. De pronto se daba cuenta del peligro que corría Hermione. Y no sólo por ser su amiga, o hija de muggles. Sino por ser una Gryffindor. ¿Quién iba a decirlo?

Los tres adolescentes permanecían silenciosos. Draco y Hermione en la cama de ella, posiblemente pensando en los horrores que Lucius y Snape habían presenciado. Harry junto a su baúl, con la ropa elegida en el regazo.

-Potter- dijo Draco de repente- ¿me prestas la ropa? Quiero ducharme.

Harry asintió, recordando que ese era el motivo por el que Malfoy había accedido a hablar con él, en primer lugar.

Buscó en el baúl más ropa que le sirviese a alguien de menos de 80 kilos. Finalmente, y con una sonrisilla, encontró una camiseta de los Chudley Cannons que a Ron se le había quedado pequeña, más unos vaqueros medianamente servibles, que le pasó al rubio.

Draco miró las prendas con desconfianza.

-Esto... ¿no será de Ronnie Comadreja, Afiliado a los Perdedores?- gruñó. Hermione no pudo evitar una sonrisa que Harry contempló atónito... tal vez porque él mismo estaba teniendo problemas para no reírse. Aún sonriendo la chica salió de la habitación, musitando algo de que iba a ver si podía ayudar a Sarah.

-Aunque así fuese...- musitó Harry - ¿qué te importa? Sólo vas a llevarla un día.

Draco se encogió de hombros, como diciendo... "Tienes razón". Harry se dio la vuelta, listo para salir de la habitación.

-¡Potter!- gritó Draco. Harry volvió a meter la cabeza en la habitación.

-Una última cosa... una sola palabra de esto a alguien y...

-Tranquilo. También yo tengo interés en que nadie sepa tus lealtades o las de Snape.

-¡No me refiero a eso! Ni tú serías tan imbécil... Me refiero a todo esto- dijo, abarcando todo lo que podía de la habitación con los brazos.- y díselo a Her... la SangreSucia... yo NUNCA he intentado ver su ropa interior... yo NUNCA he llevado ropa Weasley... yo NUNCA he hablado contigo sin insultarte, y sobretodo... yo ¡NUNCA! He visto a Winnie de Pooh. ¿está claro?

Harry estalló en carcajadas y Draco le tiró la almohada. Harry la esquivó fácilmente y salió de la habitación.

*****

Cuando Harry bajó a desayunar poco después, se encontró una escena a la que debería haberse acostumbrado, pero que seguía pareciéndole tan irreal como el primer día.

Sarah, de pie junto a la cocina canturreaba algo, mientras Simon estrujaba, pletórico a su gatito Zarpa. Y en una esquina, casi invisibles, Snape y Hermione. Se miraban a los ojos, y la estudiante escuchaba al profesor con el respetuoso silencio que Harry había presenciado tantas veces. Que extraño resultaba en aquella luminosa cocina.

Harry suspiró en voz alta y Sarah se giró, pero ni Snape ni Hermione se movieron de su lugar.

-¡Harry! Buenos días, cielo.. ¿tardará mucho en bajar Dragón?

-Hum.. supongo que no.. ¿Vas a trabajar hoy, Sarah?

-No. Ayer fui al Hospital y el jefe me dio permiso para tomarme un par de días más. Alguien le dijo que mi marido es profesor y nos vemos muy poco. Es un buen hombre, muy considerado. Además, estos días no hay mucho ajetreo en el Hospital. Será mucho peor dentro de un par de semanas.

-Ah... ¿necesitas que te ayude a preparar algo, Sarah?- preguntó Harry educadamente.

-Sí, te agradecería que le lavases las manos a Simon, el desayuno está casi listo. Y si puedes, compruebas que Draco no se ha ahogado en la ducha. Tiene una extraña afición por objetos muggles, y nuestra ducha levanta todas sus pasiones.. apostaría algo a que te ha pedido ropa muggle, ¿a que sí?

Harry, atónito, asintió.

-Yo podría transformarle una vieja túnica de Severus, pero así no le vale. Tiene que ser muggle "de verdad"..

-Eso no parece propio del Draco Malfoy que yo conozco..- musitó Harry- ¿Porqué tiene ese interés por los muggles?

-La verdad, no lo sé. Le conté algunas de las cosas que me pasaron en la Universidad, y se ha empeñado en que él también quiere ir allí. También conoce a muchos squibs, y comparte casi todas sus aficiones. Si te invita a jugar al fútbol (si no lo hace, no te molestes en pedírselo, son muy cerrados en ese tema) procura quedarte en su equipo. Es un ganador nato.

-¡Wow!- exclamó Harry- cuatro años en clase con él, y aprendí más en un solo día que en todo ese tiempo.

-Sí.. es un muchacho estupendo. Le gusta mucho cuidar a Simon, y es muy celoso con él.. se considera su hermano mayor. Anoche, cuando te pedí que le acostases tú, se quedó quejándose todo el tiempo. A parte de eso.. confío plenamente en él, a diferencia de su padre, él se ha ganado mi confianza a pulso. No pongas esa cara, Harry. También confío en ti. Si no, no te habría dejado cuidar de mi hijo, que para mi, es mi mayor tesoro.

Harry sonrió complacido. Snape y Hermione abandonaron su susurrada conversación en la esquina, y aunque desde donde habían estado eran plenamente visibles, Sarah les saludó como si acabasen de entrar.

-¡Severus, querido..! ¿Te importa ir a ver si ya ha llegado "El Profeta"?- Snape gruñó algo y salió de la cocina- Mater.. ¿has dormido bien? ¿No te habrá incordiado Dragón?

-No, señora Snape, se ha portado mejor de lo que esperaba

-Llámame Lenise, querida, estamos en familia.

Hermione se puso colorada por algún motivo, pero recuperó su color normal al ver entrar a Draco. Realmente su mirada amenazadora no era tan amenazadora si estaba colorada.

Cuando ya se habían sentado a desayunar, la puerta de la cocina que daba al jardín trasero, se abrió de golpe.

-¡¡¡¡¡ Ya no le aguanto más!!!!!- exclamó una muy alterada Dalia Fletcher, seguida de una muy llorosa Alexia Figg. Sarah se pudo en pie para correr al encuentro de sus amigas.

-Tiene que haber otra solución, Lenise.. No podemos seguir con él.

-¿Pero no habíais hecho las paces?- preguntó Hermione suavemente

-Le perdonamos, Mater, pero es que no aprende.. no se da cuenta de lo que hace. Tiene el mayor complejo de Peter Pan que he visto nunca- gruñó Dalia.

-Bueno..- dijo Sarah, muy suavemente- hay que entender que se ha pasado buena parte de su vida en una prisión.. es normal que no actúe como el adulto que es..

-Sí, y lo entendemos.. aceptaríamos que se comportase como el chico de 20 años que entró en la cárcel.. pero se comporta como el niño de 17 que dividió nuestro grupo- susurró Alexia.- ¿podemos quedarnos a desayunar?

-Adelante..- exclamó Sarah, conjurando un par de sillas más. Pero cuando ya estaban todos sentados a la mesa, entró Moonie en la cocina.

-Lamento muchísimo interrumpir, pero tengo que llevarme a nuestras stregas..

Las cuatro mujeres sentadas a la mesa le dedicaron miradas interrogativas.

-.. quiero decir, a dos de ellas. A las dos que tienen la desgracia compartida conmigo de vivir bajo el mismo techo que "el más bajo de los inmundos seres que se arrastran por este planeta" según sus propias palabras.

Snape tosió bajito, disimulando una risita.

-Está arrepentido, Alex. A veces se olvida de que ya no es un adolescente. Creo que ver a Harry le altera las neuronas..

-Y las hormonas- murmuró Hermione.

-La cuestión es que no puede evitar soltar esas tonterías de vez en cuando. Pero tú sabes.. las dos sabéis que no es lo que piensa.

-¿Y por qué no ha venido a disculparse el muy cobarde?- gruñó Dalia, no demasiado dispuesta a perdonarle

-Esa es la razón por la que os necesito.. tenemos.. "observadores" en casa.. vosotras me entendéis, y necesitamos vuestra elocuencia.

Alexia y Dalia intercambiaron una mirada al tiempo que se ponían en pie. Luego miraron a Hermione con ternura.

-Es una pena que Mater aún no esté preparada.. -murmuró Dalia, mientras caminaba hacia la puerta.

-¿Porqué? -preguntó Harry, viendo que Hermione se ponía colorada.

-Hermes era el dios de la elocuencia, según la mitología griega. Se llevaba muy bien con los Hombres y los Dioses y de hecho era su mensajero...- explicó Sarah pacientemente.

-Ah.. -dijo Harry, mirando a Hermione, que se puso aún más colorada.

Dalia ya estaba junto a la puerta, pero Alexia dudaba. Remus le tendió una mano. Alexia la cogió y, poniéndose en pie, abrazó a Lupin. Él la abrazó también. Luego movió una mano hasta su cuello. Y así, sin beso en la frente ni nada, la besó. Y no de cualquier forma, que va.. era un BESO con mayúsculas.

Harry, atónito, contempló la escena anonadado. El rostro habitualmente hermoso de Alexia había triplicado su belleza con esa ínfima gota de felicidad.. Harry dio gracias de no tener que verla nunca en un... ataque de alegría, y entendió porqué su padrino tenía tantos problemas para controlarse con ella. Y también entendió porqué de todos los chicos del mundo, Alexia Figg había elegido a Remus Lupin.. el más sencillo, tierno e inocente de todos.

Desde la puerta, Dalia suspiró suavemente, Sarah se limpió una lágrima rebelde. Hermione miraba fijamente su regazo, donde Harry pudo ver que, con toda la naturalidad del mundo, Hermione sostenía entre sus pequeñas manos, una de las largas y ágiles manos de Snape. Él miraba hacia la ventana con expresión de estar recordando algo.

-¿Como puedes soportarlo?- preguntó Alexia, muy suavemente, con su impactante mirada lila clavada en los ojos color miel de él.- ¿Como puedes..? Quiero decir.. ¡es tu amigo! ¿porqué le consientes actuar así?

Remus cogió las manos de Alexia y besó las puntas de sus dedos.

-Precisamente por eso, Alex. Porque es mi amigo. Comprendo que tú eres una mujer muy.. hermosa, por decirlo suavemente. Y él es muy.. impulsivo. En el fondo sé que para él es sólo una broma, un juego, de ese chiquillo de 17 años que quedó oculto tras el otro yo, el maduro. Oculto durante tanto tiempo y por un motivo.. me parece bastante lógico que de vez en cuando se salga.. hay que comprenderle, no rechazarle. Es el único modo de hacer que el chiquillo madure. Y para eso necesito toda mi paciencia, la tuya, y sobretodo, la de Dalia.

Alexia puso ambas manos sobre el rostro de Remus.

-Te admiro, Lupus... si todos fuésemos la mitad de humanos que tú... el mundo sería un lugar mejor para vivir. Por eso te quiero... eres mi uno entre un millón. ¿Quién es el observador?

-Os lo contaré por el camino...-dijo Remus, saliendo de la cocina con las dos mujeres.

-Y todo por culpa del... hombre-perro.- gruñó Snape- no entiendo porqué se toman tantas molestias...

Draco rió suavemente, pero Hermione le silenció con una mirada. Luego miró a Snape seriamente.

-Tú. Tú, Severus, de entre todas las personas, eres quien menos debe juzgar a Sirius, y lo sabes. No creo que conozca a nadie más... lleno de defectos que tú... y sin embargo cuentas con todo nuestro apoyo... nuestra confianza...

El rostro de Snape adquirió un tono rosado y su expresión tomó un gesto de enfado.

-¡Yo tengo razones para ser como soy, Hermione!

-¡Sí! Todos sabemos tus razones... tus errores... yo sé las situaciones que te condujeron a esos mismos errores. Pero no eres el único que vivió una pesadilla. Tú la superaste a tu modo. Sirius lo hizo al modo Gryffindor... fingir "aquí no pasa nada" cuando en realidad por dentro está acumulando sufrimiento... sólo ahora vemos los resultados de ese error, pero eso no significa que no estuviese ahí antes...

-¡Black es el resultado de una adolescencia completa fingiendo ser uno de los Niños de Oro! ¡Fingiendo ser el Amigo Perfecto del Chico Perfecto...! ¿Pretendes que yo también me comportase así? ¿Qué le inculque esos valores a Draco... a Simon? Lo que ese hombre hizo cuando tenía 17 años... la facilidad con la que todo el mundo le culpó de la traición de los Potter... Sinceramente... prefiero que todos esperen lo peor de mí, al menos si cometo un error no se sentirán tan defraudados...

Hermione le miró asombrada, poniéndose en pie.

-¿Eso es lo que crees? ¿Eso es lo que haces? ¿Lo que le enseñas a Malfoy? ¿Fingir que sois... basura... sólo para no defraudar...? ¿No te das cuanta de que cuando hagas algo bueno todos sospecharán sobre tus intenciones? Como cuando querías salvarle la vida a Harry en primero...

Snape se puso en pie también, cada vez más furioso. La tensión era evidente, y mirando como Simon contemplaba la discusión, Harry se preguntó porqué no intervenía.

-¿Y tu crees que eso es malo? Si todos creen que soy el demonio, ningún crío entrometido estropeará mi misión como espía. De hecho aún me pregunto que está mal contigo... ¿porqué no tienes miedo? ¿Porqué no huyes como los demás?

Hermione estaba a punto de echarse a llorar.

-Te voy a decir algo... puede que los "críos entrometidos" no te molesten en tu... maldita misión, pero tampoco encontrarás aliados, Severus. Nunca. Ni nadie que hable a tu favor...

-Eso es un punto de vista muy Gryffindor, Granger...- comentó Draco. Hermione le miró una fracción de segundo.

-¿Y sabes porqué no huyo? ¡¡Porque yo soy una Gryffindor!! ¿esperabas que me quedase de brazos cruzados? ¿Calladita mientras observo cómo te destruyes? ¿A ti mismo y a todos los que te rodean?

Hermione salió de la cocina como un vendaval. Snape miró a todos los presentes desesperado.

-¡¡No huyas cuando me toca hablar a mí!! ¡¡Sois igualitas!! ¡¡Tú y Lily!! ¡¡Siempre dejándome con la palabra en la boca!! ¡¡HERMIONE!!- Snape dijo todo esto al tiempo que salía de la cocina, detrás de Hermione. Sus gritos continuaron resonando por toda la casa, pero ya no se entendía lo que decía.

Draco miró a Harry unos segundos, tan asombrado como él. ¿Qué era lo que acababa de decir de Hermione y Lily? ¿Podía ser posible...? No... era imposible, ¿verdad?

El rubio se puso en pie y salió al jardín. Harry miró entonces para Sarah. Ella estaba pálida, paralizada, con la boca abierta y las manos sobre el mantel.

-¿Pue...?-la voz le tembló- ¿puedes recoger esto, Harry?-murmuró, más calmada, poniéndose en pie y cogiendo a Simon en brazos. El niño estaba increíblemente tranquilo, considerando la batalla que acababa de desarrollarse.

Harry asintió efusivamente, pensó que ella iría tras su marido para ayudarle a tranquilizar a Hermione, pero en lugar de salir por la puerta que daba al salón, salió por la que llevaba al jardín.

Mareado, Harry se dispuso a recoger la mesa, con un desayuno casi intacto sobre ella.

¿Qué diantres había pasado?

***Continuará***

Vaya... iba a escribir un poco más. Pero lo que viene a continuación en la historia cambia un poco de estilo, así que mejor lo dejo para el próximo capítulo. Para empezar el punto de vista comienza a saltar. Este capítulo ocurrirá sobre cosas que Harry no ve, ya que Severus y Hermione están solos en la casa. Y tengo que comentar lo que hablan porque os dará pistas para entender cosas que Harry nunca sabrá. El segundo punto, pero no el menos importante es que ese será el primer (que no el último) capitulo verdaderamente SS/HG, lo cual no descarta que el final vaya a tener otras parejas. ( A estas alturas, en que ese final ya está escrito casi me arriesgo a deciros que la pareja final es HG/... mejor no os lo digo...)

Otra cosa... Lupus, en Latín, evidentemente significa Lobo, y por si alguien no lo había notado, las Musas además de tener apodos entre ellas también los tienen para sus chicos, aunque no los usen con tanta frecuencia.

Las ideas sobre la procedencia del odio a la Sangre mezclada, proceden de Anna y su... "adorable" historia "Roman Holiday", que es una de las diosas del firmamento de los SS/HG... bueno, y la diosa de diosas del SS/HG/DM, incluso incluyendo al pobre William (nomerecíamorirsniff) Weasley... Si sois tan fanáticos como yo de este raro arte surgido de los amores imposibles que es el SS/HG, "Roman Holiday", "Letter from exile one merciful morning" (de Sphinx, también hablaré de ella, tranquilos) y la mencionadísima "Pawn to queen" son vuestras historias. Mi terceto sagrado. Y fuente inagotable de inspiración. Añádanle a las tres "Slytherin Rising" (ah... como se nota que la autora adora a Herms y Sevi. por separado, pero les adora.) y "My name is Severus", y obtendrán mis historias favoritas. (Y dirán... ¿es que no te gustan las historias en castellano? ¡¡Por supuesto que sí!! Cualquiera de Genna Potter... la chica tiene talento, Viaje a la Tierra Media me tiene fascinada, y la también mencionada Un llanto en los pasillos... ¿veis? Soy multilingüe...) Casi lo olvido: Strega significa bruja en italiano... el uso que yo le doy aquí procede que (como no) Pawn to Queen, y ya se verá el porqué.

Creo que eso es todo... a decir verdad si me enrollé tanto es porque había muy poquitos reviews... (sniff! O todos sois muy holgazanes, o definitivamente a casi nadie le gusta mi historia...) Pero ahí van las contestaciones...

Silvara Waylan: tampoco te pases que no es para tanto... oye, a lo mejor es eso... ¡no la entienden! Bueno, tendré que conformarme en el conocimiento de que soy una incomprendida. Feliz año a ti también.

Iremione