Buaaaaaa. Chicas y chicos del club… No había querido decir nada, pero éste será el último capítulo de RUBIO FUEGO. Snif! Todo tiene un principio y un final y éste ha llegado, no se puede extender más... Gracias a todas las personas que estuvieron al pendiente; aún y cuando me tardaba mucho en actualizar. Estuvimos juntas (os) más de un año ¡que aguante! Se los agradezco.

No me resta más que decir que esperen también el final de Corre pero no grites (Que ya estoy a punto de subir) y Dragón de mala fé (creo un par de capis más, no sé).Bien, no me gustan las despedidas largas. Todavía les estaré dando lata con las otras historias que tengo en slasheaven y que no tengo colgadas aquí. MUAJAJA, no se salvarán tan fácil de mí.

Weno, pues a leer. Espero que les guste.

Hasta pronto.


CAPITULO 17

FINAL


Harry ha de haberse decepcionado completamente de mí. Por supuesto que sí… Fui; No, soy un completo asco ¡Demonios! He desperdiciado casi toda mi vida en hacer estupideces… Aberraciones. He sido un parásito de la comunidad mágica y del mundo muggle también… Soy un asesino. No merezco tener la dicha de tener a alguien como el a mi lado y mucho menos ser el padre de dos inocentes criaturas… ¡Maldita sea¿Qué clase de…padre voy a ser¡Qué clase de compañero voy a ser para Harry! El me defendió contra viento y marea de las acusaciones de la comadreja; pero el pecoso tenía razón… Ni pudriéndome en una celda apestosa en Azkaban pagaría por todos mis pecados…

Si tan solo pudiese retroceder el tiempo y enderezar el camino… Posible, pero improbable. Yo mismo me puse la etiqueta. Rayos… ¡Y ahora voy a tener la dicha de ser padre¡No lo merezco!

Draco descargó su furia, dando un puntapié sobre el sillón más cercano, en la salita de estar. Estaba furioso consigo mismo. Fue entonces que Dumbledore hizo acto de aparición con una bandeja de plata repleta de panecillos y una jarra humeante que flotaba a un lado suyo. Draco le dio la espalda; no le gustaba ser observado mientras hacia rabietas.

Traje algo de comer ¿gustas?

No tengo apetito. Gracias de cualquier modo.

Debes comer, tienes el estómago completamente vacío. ¿Cómo quieres recuperarte de todas tus heridas sin probar alimento? Anda, ven acompáñame…

Más de fuerzas que de ganas; se sentó justo al lado del poderoso mago. Tomó un pan y le dio un mordisco pequeño. En verdad que no le apetecía comer nada. Estaba deprimido y lo menos que pensaba era en comer. Por un día sin hacerlo no iba a morirse.

He estado pensando Draco, y tengo una propuesta que hacerte- Dijo Dumbledore sin dejar se observar al rubio detenidamente- Ahora que van a rehacer su vida, necesitarán una entrada extra… Me refiero a que necesitarás un empleo. Te conozco muy bien y no dejarás que Harry se haga cargo de todo y menos en su estado. Eres muy orgulloso…

Draco dejó escapar un resoplido. Efectivamente lo conocía muy bien.

Te ofrezco un empleo en Hogwarts. ¿Qué te parece?

El pedazo de pan que iba pasando por su garganta se atoró y le hizo toser en repetidas ocasiones.

¿De qué habla¿Un empleo en el colegio? No puede ser… -Dumbledore le acercó un vaso de leche y Draco apuró un trago-.

Claro que puede ser; solo es cuestión de que te decidas. Yo no le veo el mayor problema. Como cada año, tengo una vacante en el puesto de DCAO. Nadie dura más allá de 365 días… ¿Me pregunto porqué será? De cualquier manera, alguien como tú, con los conocimientos que posees, sería de mucha utilidad en el colegio.

¿Para que enseñar a los alumnos Defensa? Ya no hay nadie a quien temer… Y sabe a lo que me refiero. Además ¿Quién querría mandar a sus hijos a estudiar a Hogwarts, estando yo ahí? Lo tacharían de paranoico. No los culparía… Sigo y seguiré siendo un Malfoy… Un mortífago.

Siempre hay almas perdidas Draco. No faltará quien quiera pasarse de listo. Y tú ya no eres más un mortífago. El amor te ha transformado. Sé que hacer cambiar de opinión a la comunidad mágica, será todo un reto, pero eres valiente y sé que no te inhibes fácilmente. Es por eso que necesito a alguien como tú, como profesor. ¿Entonces que me dices, aceptas mi propuesta?

Déjeme pensarlo cuidadosamente, si no le molesta. Por el momento tengo la cabeza llena de mierda. Disculpe la expresión pero es la verdad.- Otro panecillo más-. Creo que por lo pronto me dedicaré a disfrutar de mi familia y si acaso llegase a aceptar su oferta, con gusto se lo haré saber. Er, bueno, si es que Harry no me deja antes de…

Está bien, respetaré tu decisión, sabré esperar. Y… Descuida, nada malo pasará con Harry. El te ama… Bien, creo que ya es hora de que me retire a dormir. Este cuerpo senil ya no aguanta más por el día de hoy. Que pases buenas noches Draco. -Unas palmaditas en el hombro y Dumbledore desapareció por la puerta-.

Esa noche, el rubio no durmió… Sino que pasó toda la noche de pié, mirando la oscuridad a través de la ventana.


El abrió perezosamente los ojos e inmediatamente buscó con la mano, la presencia de un cuerpo cálido junto al suyo. Pero no había nadie… Se levantó de inmediato y buscó por todos los rincones de la habitación, una hermosa cabellera dorada, pero al parecer estaba solo. Conociendo a Draco, como le conocía, estaba seguro de que no habría querido molestarle y había ido a dormir a otra parte. Entonces comenzó a recordar lo que había sucedido unas horas antes; aún le daban náuseas aquellos momentos, pero trató de olvidar todo por su propio bienestar; tanto físico como psicológico… Nada de lo que había visto tendría que afectarle en un futuro Lo olvidaría para siempre...

Un aroma dulzón llegó hasta su nariz. Al girar hacia su derecha, pudo apreciar una bella rosa blanca, dentro de un jarrón de cristal; estaba recién cortada. Y al lado de ésta, una pequeña notita que decía: "Buenos días amor… Perdóname" con la letra pulcra e inconfundible de Draco. Tomó aquel pedazo de vida y volvió a olerlo… Más tarde la besó al igual que la nota.

El reloj de pared le indicó que había llegado el medio día ¡Era tan tarde! Y el todavía en la cama. Así que era hora de ir a tomar un baño, que buena falta le hacía; se sentía terriblemente sucio. Su aseo personal le llevó mas allá de media hora, bañarse con un brazo enyesado conllevaba sus dificultades y ni que decir se vestirse, (misteriosamente había aparecido ropa de su talla en el closet) toda una faena. Pero al final logró salir del aprieto.

Cuando estuvo listo bajó las escaleras, rumbo a lo que parecía ser la sala principal; nunca había estado en casa de Dumbledore y no sabía hacia dónde dirigirse. Para su fortuna, un elfo doméstico apareció ante el; y cuando estuvo satisfecho de darle las buenas tardes, por lo menos diez veces, le indicó hacia donde estaba el comedor y de inmediato desapareció, no sin antes advertirle que se le serviría su almuerzo a la brevedad.

La pregunta ahora era¿Dónde estaba Draco¿Y dónde estaba Dimitri? No había ido a verle para despertarle, como solía hacer.

Buscó por toda la planta baja, en la biblioteca, en todas partes; hasta que dio con la salida hacia el jardín… Ahí estaban esos dos… Jugando a la guerra con pistolas de agua. Era el niño quien se estaba aprovechando del mayor. Draco no estaba acostumbrado a utilizar "artefactos" muggles y el rapaz –que era todo un experto- Ya lo tenía escurriendo de agua de pies a cabeza.

Viendo a Draco reír y divertirse de aquel modo, hizo que una lágrima se escapara del ojo de Harry. Pero ésta vez no era de tristeza, sino de felicidad y orgullo. Al parecer esos dos iban a llevarse bien; otro carga menos, aunque faltaba lo más difícil. Explicarle al niño lo de su embarazo. Y todo lo demás… "La magia". Aunque Dimitri no era tan tontuelo. Ya se habría dado cuenta de algunas cosas; viviendo en casa de Dumbledore era difícil que cualquier detalle, por más insignificante que pudiese ser, pasara desapercibido.

Entonces tomó la decisión de acercarse.

Empezaron sin mi… ¿Se les hace justo? –Dijo el moreno una vez que estuvo cerca.

Draco y Dimitri dejaron de jugar. Y el rubio apreció que Harry llevaba la rosa entre sus manos. ¿Estaría desilusionado de el¿Lo habría perdonado?

Tío Draco dijo que te dejara descansar-se apresuró a decir el niño- Tenía razón, además tú no ibas a poder jugar con un brazo roto. Iba a ser muy aburrido. Voy ganado el juego. Ya le he dado muchos disparos con la pistola y el sólo me ha alcanzado dos veces, es medio lento pero puede mejorar.

Harry rió a carcajadas.

¿Oíste Draco? Eres muy lento… Para ciertas cosas. –Aclaró de inmediato y le sonrió seductoramente-.

Lo que pasa es que Dimitri es un aprovechado. No quiso darme ventaja. Pero una vez que le tome gracia al juguete, se las verá conmigo y no voy a tener piedad. –Más disparos de agua, y Harry se quitó de en medio.

¿Dónde está Dumbledore? –Preguntó Harry.

Dijo que debía arreglar un asunto urgente, no dijo qué ni con quién. Ya sabes cómo es de misterioso.

¿Sabes si volverá temprano?

No lo sé… Puede ser que sí, puede ser que no. ¿Te urge hablar con el?

Algo, me urge hablar de "eso" con El. Discretamente se señaló el estómago.

Ahhhh, ya están hablando de cosas de grandes. Mejor me voy a cazar hormigas, en ésta casa hay muchas… Dame mi pistola.-Le dijo a Draco- Te daré la revancha mas tarde si quieres… Papá, háblame en cuanto esté lista la comida, esta misión me dará hambre. Estaré por ahí. No me molesten a menos que sea para comer.

Dimitri estaba apunto de correr, cuando Harry lo detuvo.

¿No se te está olvida algo jovencito?

Mmm ¿Qué?

No me has dado el beso de los buenos días. –Harry infló su mejilla.

¡Ah era eso, yo creía que era algo más importante! ¡Smack! –Listo, ahora sí me voy. Estoy perdiendo mucho tiempo. –Como todo un chiquillo se perdió en un dos por tres, tras una enredadera de bugambilias.

Tiene su carácter.- Dijo Draco sonriente.

Y que lo digas… Se parece a su padre ¿No crees?- Draco bajó la mirada, ser el padre del chico en aquellas circunstancias no le enorgullecía.

Vamos amor, no te pongas serio. El moreno se aproximó hacia el rubio y lo tomó discretamente de la mano.

Harry¿haz pensado acerca de lo que viste en el pensa…?

Shhh, ya no se hable más del asunto. Este tema quedará enterrado para siempre. No me importa lo que hayas hecho; eran otras circunstancias. Todos cometemos errores. Y aún más en la adolescencia. No quiero decir que lo que vi, haya estado correcto, pero si yo hubiese estado en tu lugar, tal vez hubiese reaccionado igual.

Pero es que…

¡Ya! Asunto concluido… Fin de la discusión.

Gracias Harry. Nunca sabré como pagarte todo lo que haz hecho por mí. –Draco abrazó muy emocionado a Harry, mojándolo un poco.

Opss, lo siento, no recordé que estoy completamente escurriendo.

¡Plop!

Señor Potter, su almuerzo ya está servido… Señor Potter. –El elfo había vuelto a aparecer y hacía muchas caravanas exageradas. Su puntiaguda nariz casi tocaba el piso.

Enseguida voy. ¿Me acompañas?

Con gusto…

¡Ah! pero antes, quítate esa camisa. No querrás pescar una pulmonía –Harry desabotonó la camisa y se la entregó al elfo.- ¡Listo!

Era la primera vez que Harry observaba a Draco descubierto de la cintura para arriba. Se veía tan atractivo, y luego ese cabello mojado pegado a su piel. Todo un Dios griego. De haber estado en otro lugar, se hubiese ensañado con esas tetillas rozadas por horas y horas, pero ya habría tiempo, tal vez esa noche…

Creo que el señor Malfoy necesitará una camisa nueva-

Le dijo al elfo doméstico y este enseguida desapareció- Y Harry volvió su vista hacia el cuerpo musculoso y bien formado que tenía delante de el. Por instinto pasó su mano por todo el contorno del abdomen; suave y pausadamente… Draco por su parte cerró los ojos, era tan placentero ese roce tan ligero; que no pudo evitar soltar un quejidito de placer que alertó a Harry. No era el momento, ni lugar adecuados para ese tipo de caricias.

Er, Se me enfriará la comida… Y tú tendrás la culpa.

S-Si, creo que tienes razón, vamos… Mi hijo necesita comer. No quiero que nazca flaco y paliducho como cierta persona que estoy viendo.

¡Oye…¿Qué insinúas?

Harry pasó su mano por al cintura de Draco y subió su mano por la espalda… ¡Algo raro había en ella! Y Draco se tensó, apartándola de inmediato.

¿Espera, que tienes ahí?

No es nada Harry, son solo… Cosas.

¡Quiero ver! Anda date la vuelta.

¡No¿Para que? Vamos al comedor, se te enfría la comida.

No moveré un pié de aquí hasta que me hayas dejado ver tu espalda. Y lo digo en serio Draco Malfoy. D-A-T-E L-A V-U-E-L-T-A.

El rubio ya no tuvo palabras para contestar. Y con todo el pesar del mundo tuvo que obedecer. Harry se llevó una mano a la boca. Toda la espalda de Draco estaba marcada. Mas allá del enorme tatuaje de Dragón, estaban también unas marcas horrorosas. Presumiblemente había recibido su buena cuota de azotes.

¡Por Dios¿Quién te hizo semejante cosa?

Olvídalo Harry. Ya pasó, ya no me duelen.- Ya no me toques por favor, no quiero que te manches las manos con mis pecados… Esas marcas estuvieron bien otorgadas, te lo aseguro.

¿Fue Bellatrix? –Draco asintió- ¡Espero que esa maldita se esté retorciendo en los infiernos! Maldita… Mil veces maldita.

Tranquilo, en tu estado no debes alterarte, te puede hacer daño. Ahora…, Tú mismo dijiste que debíamos dejar el pasado atrás. Y "ellas" ya son parte del pasado. Por favor. Haz de cuenta que no existen. Al igual que esa maldita marca que llevo en mi brazo.

Esta vez fue Draco quien abrazó al ojiverde con todas sus fuerzas.

Ya buscaremos una forma de quitarla Draco. De eso me encargo yo, te lo prometo. Si mi horrenda marca desapareció, la tuya también podrá hacerlo.

Lo veremos, por ahora no me roba el sueño; ahora sí, te acompaño al comedor. –Draco le hizo una pequeña caricia juguetona, al cabello revuelto de Harry.


El resto del día transcurrió de lo más normal. Salvo lo gritos del pequeño Dimitri que no paraba de jugar ¡El chiquillo era incansable! Tanto, que "sus padres" terminaron agotados. Y hasta que el chico se cansó y subió a su cuarto a dormir (Dieron gracias a Merlín por ello) optaron por una partida de ajedrez. Para no variar, Harry perdió… Eran esos momentos cuando más extrañaba al que alguna vez fue su amigo inseparable. Ron Weasley…

Sería el destino; sería la casualidad… Pero Dumbledore llegó a casa con un invitado especial. Un muchacho alto, pelirrojo y con la cara cubierta de pecas. Harry no supo como reaccionar al principio. Aún estaba apenado por haberle hecho frente en San Mungo; y no podía apartar de su mente la cara de decepción de su amigo. Para su fortuna fue este quien dio el primer paso. El niño que vivió se levantó de su asiento.

Buenas noches Harry; Buenas noches… Malfoy. –Aún había resentimiento en el tono de voz. No era para menos. El odio seguía latente.

Buenas noches- Contestó la pareja.

Bueno yo… Quería saber como seguías Harry; pero al verte supongo que debes sentirte mucho mejor. Me alegra. ¿Cómo va… ese brazo?

Supongo que va bien; no me duele.

Los dejaré a solas, para que puedan platicar mejor- Draco hizo el intento por salir y dejar al dúo, pero...

No, espera, Malfoy. Quédate. Lo que tengo que decir, les concierne a ambos. Por favor, tomen asiento. También usted profesor Dumbledore. No les robaré mucho tiempo.

Por un momento el silencio reinó. El ambiente estaba tenso ¿De que querría hablar Ron? Al juzgar por la mirada brillante de Albus, el ya lo sabía. Pero le encantaba ver la reacción de los demás. Uno de sus tantos defectos seniles.

Te escuchamos Ron- Contestó Harry al ver que el pelirrojo comenzaba a dudar. No era bueno para los discursos y menos enfrente de un Malfoy. El apellido lo ponía nervioso y de mal humor.

No les voy a quitar mucho el tiempo… Iré al grano. Debo confesar que nunca me creía capaz de decir lo que van a escuchar; pero el tiempo pasa y las personas cambian. Un vivo ejemplo… Tú Draco.

El rubio respingó. Nunca en la vida, le había llamado por su nombre. Mas no dijo nada, no era buena educación interrumpir y menos al pecoso. Con suerte y se le olvidaba el discurso que tenía en mente, y le echaba a perder sus cinco minutos de razonamiento.

Todavía queda mucho odio y rencor dentro de mí, lo acepto. Pero estoy dispuesto a olvidarlo. No es sano vivir con ese sentimiento toda la vida. Pondré todo de mi parte, lo juro. Y lo haré, porque llevo en mis espaldas el gran peso de ser el líder de los aurores. Aprovecharé mi puesto para enseñar a mis subalternos algo más que la palabra "odio" y "muerte" Ahora que voy a ser padre, me he dado cuenta de muchas cosas… No podré ser un buen ejemplo para mi hijo si no agrego en mi vocabulario, las palabras tolerancia y comprensión.

Confieso que cuando me enteré de tu… Amor hacia Draco, creí odiarte Harry. Siento mucho si te ofende lo que te digo, pero así fue. No podía creer que mi gran amigo, el amigo de toda mi vida, pudiera tener amoríos con alguien como Draco Malfoy. El rival más odiado de la escuela. Pero ahora he descubierto que bajo esa coraza hay un corazón… Un corazón duro, pero que está dispuesto a amarte.

Harry ya tenía un nudo en la garganta, A recientes fechas le daban ganas de llorar por cualquier cosa.

…Y estoy seguro que daría la vida por defender a sus hijos. Si Draco no me mires así. Sé que… Dimitri es tu hijo biológico. Bien por el pequeño. Ahora tendrá a dos magos poderosos para protegerle. Aunque espero y que les quede bien claro; que le hagan saber al niño su verdadero origen, es lo único que pido.

Ten por seguro que lo haremos a su debido tiempo… Ron. –Dijo Draco seriamente. Y Harry estaba ya limpiándose los ojos con la manga de su ropa. Dumbledore, como siempre degustaba un delicioso caramelo. Satisfecho de todo lo que estaba escuchando.

El pelirrojo sonrió. Las cosas iban marchando bien.

De hoy en adelante cuentan con Hermione y conmigo para lo que necesiten. Desafortunadamente solo nosotros dos. Ya saben que las cosas no andan bien con mi familia. Y mi padre se abstiene de decir cualquier cosa que haga enojar a mi madre; que sigue necia con que quiere que el niño viva en la madriguera. Aquí comienza el segundo punto de mi plática… ¡Váyanse de aquí lo más rápido que puedan!

Pero ¿por qué¿Por qué debemos irnos Ron?

Harry, mi madre amenaza con ir al ministerio y poner en evidencia a Draco. Sabes que es capaz de hacer un escándalo del tamaño del mundo. No es que le tema, ni que no la pueda controlar, pero sabes lo que vendría a continuación. Su seguridad estaría en peligro… La de Draco sobre todo. Sería un perseguido político… Sabes perfectamente que se te busca por varios delitos-dijo mirando al rubio-

Yo no tengo miedo Ron. Por mí que ruede el mundo.- Es el, quien tiene los problemas.

Ahora ya no estás solo. Recuérdalo. Y hablando de hombre a hombre- Se acercó a Draco y lo miró fijamente- Cuidarás bien de Harry, de Dimitri y del hijo que viene. Que no vaya a enterarme que les haz hecho pasar un mal rato porque te las verás conmigo. Harry es mi único amigo verdadero. No quiero que sufra más. Merece ser feliz y lo sabes.

Descuida Ron, eso no pasará. Nos amamos y con eso tienes garantía de que nada de eso ocurrirá. De cualquier manera gracias por tu preocupación.- Harry ya se había acercado a Draco y lo había rodeado por la cintura. Como si le diese apoyo.

Eso espero… Ahora, el último punto. Tomen… -El pecoso acercó a Harry y Draco un galeón de plata.- Es un traslador. Si alguna vez necesitan ayuda no duden en usarlo, los llevará directamente hasta mi casa.- Draco lo tomó y lo miró meticulosamente.

¿Y como funciona? Solamente lo tomamos-como ahora- y… listo?- ¿Se burlaba de Ron?

Por supuesto que no. Necesitan decir las palabras "mágicas" El profesor Dumbledore, sabe cuales son. El se las dirá.

Será un placer- El anciano ya iba por el tercer dulce.

Por mi parte es todo. Tengo que regresar a casa… O Hermione se pondrá de puntas.

Ejem… Carraspeó el anciano como si se estuviera atragantando con la golosina…

¡Oh, si, se me olvidaba una cosa más! Hermione envía esto.

De la bolsa de su chaqueta, salió una pequeña masa de estambre color amarillo. Harry lo tomó. Era una pequeña chambrita de bebé. Al juzgar por la apariencia hecha por ella misma. (La castaña todavía no dominaba el arte, pero se le agradecía)

Dile a Herm, que gracias… Está muy… Bonita. (Era mentira pero algo había que decir)

De nada… Pues que pasen buenas noches. Me despido. Díganle a Dimitri que tío Ron lo vino a ver y…

EJEM! Otra vez Dumbledore.

¿Y ahora qué? –Contestó furioso el pecoso.

Se te olvida otra cosa más muchacho… ¿Ya te estás acordando¿Qué te encargó tu esposa con especial ahínco?

¡Cierto! Que bueno que me acordó, o ya estaría oyendo sus gritos desaforados… Harry, Hermione necesita su varita.

¡Es verdad! La tendrás enseguida… ¡ACCIO VARITA! –Desde el cuarto donde reposaba Harry, salió disparada la pequeña vara de madera y llegó hasta sus manos.- Toma, dile que me fue de mucha utilidad y que me salvó la vida.

Ese era el plan. Bueno, esta vez es la vencida… Me voy. Espero verlos muy pronto, y si no es el caso, al menos déjenos saber cómo se encuentran; de vez en cuando y… Cuando nazca el bebé si no les es molesto. Harry de favor te lo pido, ya no te ausentes tanto del mundo mágico; sé que con los muggles tienes una vida hecha y que te va bien como escritor, pero recuerda que-aunque no te guste- Perteneces a dos mundos ¿de acuerdo?

De acuerdo, lo prometo, tendrás noticias mías.

Entonces que pasen buenas noches… Con permiso profesor.

Ron, espera… Gracias por todo.- Draco que hasta entonces había estado alejado un poco de la plática, le extendió su mano. Ron tragó saliva ¿darle la mano a Draco Malfoy? Claro que sí, si todo iba a cambiar, el debía poner el ejemplo. Así que la aceptó y se dieron un fuerte apretón.

Cuidaré de Harry, no lo dudes.

No espero menos de ti. Hasta siempre…

¡PLOP! Se esfumó.

¡Esto merece un brindis! –Albus aplaudió y aparecieron dos copas de vino y un vaso de leche que era para Harry.

¡Por la felicidad que se aproxima! Salud… –Dumbledore fue el primero en hacer el brindis.

¡Por Dimitri, por Draco y por éste bebé que viene en camino! Salud… -Turno de Harry.

Porque todos los días de mi existencia tenga la dicha de perder la razón por par de ojos verdes esmeralda que me han cautivado y que me han hecho creer en el verdadero amor. Por el hijo que lleva en sus entrañas y por quien lucharé con todas mis fuerzas… Por Dimitri, por ese niño inquieto e inteligente que me robó la razón desde el primer momento en que lo vi… Y por la vida… ¡SALUD!


La noche prometida…

Fuertes brazos lo ayudaron a caminar hasta el lecho de amor. Le rodearon por la cintura y dulcemente sus labios fueron cubiertos por otros… Esos, que seguían siendo de terciopelo y que ya no eran prohibidos para los suyos. Dejó que su boca fuera explorada, hasta el más íntimo rincón… Se dejó llevar por la pasión y el deseo que inundaba su cuerpo.

Fueron retrocediendo; de espaldas hasta la cama, que los esperaba ansiosa… Ansiosa de cobijar aquellos cuerpos y de ser la muda testigo de la entrega y del amor que irradiaba por todas partes. Uno de ellos, el más alto se separó de su amante y le dejó sentado, mirándolo…

Poco a poco fue desabotonando su camisa. Botón tras botón, lento, sin prisas… Pero sin dejar de verse a los ojos. Cuando el último cedió, la prenda de vestir se resbaló de su cuerpo… Luego, sus manos buscaron ansiosas un último impedimento. Un objeto redondo, justo arriba de la cremallera…Que tampoco tardó mucho en ceder a sus encantos. El pantalón salió volando por el aire. Ahora había quedado solo con la ropa interior; pero era tanto su fuego, que la reacción no se hizo esperar y un bulto comenzó a formarse adentro de ella…

Un par de ojos se extasiaban con aquella visión etérea que le hacía vibrar por dentro… No había duda, aquel cuerpo era tan perfecto… Y sólo le pertenecía a el.

Ven, acércate…

Le obedeció, y volvieron a fundirse en un beso largo y apasionado. Las manos del cuerpo desnudo comenzaron a estrujar sus glúteos con mucha fuerza, y que le arrancaban quejidos de dolor y placer. Fue despojado de su ropa con presteza, pero sin dejar de perder ese toque de romanticismo. Ahora estaban desarmados… Con la tenue luz de una vela alumbrando su desnudez.

Voy a entregarte algo de mí… Serás el primero y el último… Voy a tener la dicha de sentirte, de sentir al amor de mi vida. Deja perderme en las mieles de tu sexo… En las mieles de tu sudor… En las llamas de tu pasión…

Tomó por la mano a su amante y lo guió hasta las sábanas blancas… El fue el primero en recostarse. Dejó su ser libre, libre para aquel explorase cuanto quisiese.

Así es como yo te imaginaba… No me equivoqué al pensar que eras como… Como un ángel caído. Un ser que no es terrenal; un ser que solo existe en los más profundos deseos de mis subconsciente… Te amo y voy a corresponder a ese preciado regalo que me ofreces. No te voy a defraudar; lo haré suave, para que disfrutes de cada caricia…

Acaríciame, mi cuerpo clama por ti… Desliza tu lengua por mi pecho… Ahhhh, si, así es…. Mmm, juega con mis tetillas, juega con mi cabello... Vuelve a besarme, soy solo tuyo…

Claro que eres todo mío… Tú fuiste hecho para mí. Así lo siento, así lo siento…

Ahhh… Me encanta como juegas con mi orgullo… Lo haces parecer tan irreal. Mmm, así mi amor, así… Hazme llegar hasta el paraíso. No me dejes caer, déjame vivir aquí por siempre junto a ti. Ahhhh…

Los minutos pasaron y la pasión también… Una cabellera platinada caía graciosa sobre sus hombros, mientras que su amor jugaba con su espalda. Acariciándola y besándole cada cicatriz, cada herida.

Su boca fue bajando hasta encontrar ese capullo, que no tardó en disfrutar. Preparándole para recibirlo. Lo fue lubricando con su saliva; hasta que consiguió introducir un dedo, sólo uno; todavía no era tiempo de más… El Dios seguía gimiendo de placer, moviendo su cadera al compás de las caricias recibidas. No había duda de que lo estaba disfrutando tanto como el…

Habían tenido que pasar ocho largos años para poder perder la cabeza y el corazón; pero la espera había valido la pena… Segundo dedo y un quejido más de dolor y de gozo… Mas tarde un tercero y ya no podía soportarlo más… Tenía que ser suyo a aquel cuerpo que voluntariamente se ofrecía… Y lo hizo.

La espalda del rubio se arqueo; sentía que se desgarraba por dentro; pero era tan placentero… Un hilillo de sangre escurrió entre los dos, pero no importaba; no iba a parar ahora ¿O si?

¡Dios, sigue, no te detengas por favor!

No… lo haré… ¿te gusta amor?

Si, hazlo más aprisa; de prisa… O terminaré antes que tú. Vamos…

Pero las súplicas llegaron a destiempo, pues el rubio se vació en la cama y el moreno le siguió, pero dentro de el. Con mucho cuidado, Harry se rodó justo a un lado de Draco, éste lo veía sonriente, satisfecho y sudoroso.

Me haz hecho tan feliz- Quitó algunos cabellos alborotados de la frente sudorosa del ojiverde.

Lo mismo digo de ti. Todavía no puedo creer que estemos juntos. Pasamos por muchas situaciones de peligro y míranos, aquí seguimos. Somos un par de suertudos.

Lo que sucede es que la vida ha querido que vivamos aquello que no pudimos disfrutar hace tiempo. No está recompensando ¿no te parece? Y no sé tú, pero yo voy a disfrutar esta oportunidad todos los días, como si fuese el último…

Buen consejo, haré lo mismo…

Ya se te cierran los ojos, descansa, que mañana será un día muy pesado.

¿Podremos repetir esto cuantas veces quiera? –preguntó Harry adormilado y Draco le sonrió.

Solo hasta que tu estómago lo permita, Debes cuidarte ¿entendido?

Ajá… Pero no tengo saciedad…

Ya, a dormir, que mañana partiremos antes de que el sol salga… Aprovecha, que será un camino largo. Necesitarás energías. El torbellino de Dimitri nos la hará ver duras.

¿A dónde nos llevarás Draco¿Queda lejos?

Ya lo verás, será un camino largo, pero te va a gustar y a Dimitri también. Ambos estarán encantados. Sobre todo el niño… Tendrá mucho espacio para correr y… Basta a dormir jovencito.

Está bien… Si tú lo dices así debe ser. Mis ojos ya no pueden mantenerse despiertos por más que intento.

Duerme, cierra los ojos ahora. Buenas noches mi amor -Beso en los labios-… Buenas noches, Harry Mr. Importante Potter.

Buenas noches Draco Malfoy… Mi rubio fuego.- Harry ya no pudo más y cayó en un profundo sueño. Con la tranquilidad reflejada en su rostro y la paz en su interior. En brazos de su amor, ya nada podía estar mal. Ahora estaba protegido.

Te amo Harry…Vas a ver que serás muy feliz a mi lado, voy a disfrutar de ustedes tres, como nunca en la vida, no te arrepentirás, ni me arrepentiré de haberte escogido, eres el amor de mi vida. -Murmuró Draco.-

Un soplido y la llama de la vela que descansaba en el buró, se extinguió para siempre.


FINAL.