Reviews! nOn:

ALLY: Wee xDDD Me alegra que te esté gustando TT... Gracias a mí por mi fic, no. Gracias a ti por leerlo y dejar tus comentarios ;O;.

ANNELL: xD bueno, el primer review te lo contesté mediante reviews :3. Ahora te contesto el segundo:
Por ahora no pienso cambiar de instituto xD ya que aquí tengo hasta 2º de Bachiller también :3 pero si por alguna casualidad surge un imprevisto veré lo que pasa xDD. Lo del blog me recordó que te dejé allá un mensaje, porque no queria abusar de los rewievs... Bueno, como ya pongo este nuevo capítulo, te digo por aquí, porque me da esa sensación de que no pudiste leer mi posdata xD: Es que por internet me resulta más dificil hacer una quedada... así que me gustaría tener tu número de teléfono o móvil para poder quedar con más calma y avisarte por si surge algo xD, porque poder, puedo ir a Las Palmas, pero me tienen que llevar o mi padre o mis hermanos, y a veces surgen imprevistos x.x.. Quiero conocertee! xOX

SUZUKA: ¿Tantas personas piensan que escribo bien? O.o -Da saltos de contenta- Waa TT me siento con muchas ganas de escribir! Grax grax xOx! Y pues, respondiendo a tus preguntas y a tu petición, aquí está el siguiente capítulo de este yaoi con contenido lemon n.ñUu pero aún no hay en este capítulo... Me lo reservo para el último xDU. Lo de "qué pasará" te dejo descubrirlo a ti sola ;3. Espero que te guste.

ANNELL: (Again xD) Tranquila Annell, pondré esa parte entre un aviso con letras bien grandes y muchos asteriscos... (eso ya lo contesté xD, pero recalco).
De aquí a que yo escriba yuri creo que faltará mucho xDU es que normalmente cuento las historias como si me pasara algo parecido a mí... si escribiera yuri quizas me sentiría muy... ¿Cómo decirlo...? Lesbiana .-.Uu No lo sé xDu, pero para desahogarme con una relación homosexual prefiero hacerlo entre dos chicos, ya que al menos queda lejos de mi punto de vista o mis sentimientos n.ñU. Al menos me alegra que toleres que escriba de este género xD.
Ooosh... realmente me siento halagada entre tantos piropos TTu... (Por cierto, también yo odio a esos tipos que van pegándole codazos a todo el mundo para no tener que apartarse de su ruta --u). Hahahaha xDDDDD cuando nos conozcamos prometo escuchar todos tus traumas psicológicos y te cuento yo los míos... seguro que en más de uno coincidimos, mirando la lista que pusiste luego xDD.
¿Alguno de esos deseos se te cumplió:3 Espero que el de conocerme pueda realizarse pronto . también yo quiero eso xD.

CHOCOLANA: Salut, Chocolana! Seeeh, yaoi º-º
Mmm... ¿Te enredas? Entonces intentaré hacer la lectura con menos nudos para que no te enredes tanto xD... Si fundamos un club de fans de Kou/Kou te invito entonces xD me siento feliz de propagar por todo el mundo esta pareja y hacer nuevos fans de ella xP. Waa, y siento la tardanza... Ya queda poquito para que veais el final xD a ver si no me demoro tanto n.n. Au revoir!

Acerca de la historia:
Weeeeeh! Por fin el quinto capítulo n0n. Ia saben... Recordando el capítulo anterior...
Pues ambos hermanos estan peleados, y uno de ellos aún no sabe por qué. Se autoinsulta e intenta por todos los medios averguar qué es lo que pasa entre él y su hermano.
Algo le sorprende, pero más se sorprende Kouichi al no esperar una determinada reacción por parte de su hermano... ¿Qué era ese algo¿Cuál sería esa reacción?... Pues para averiguar, lean :3 y espero que les guste. Este es uno de mis capítulos preferidos, más la primera parte xDD muahahaha... Espero que les guste tanto como a mí n.n.


Mentira verdadera


Capítulo 5. Puertas entreabiertas.

Le veía entrar y hacía como que hablaba con otra persona. Le veía salir y esperarme en la puerta. En vano...
En un momento extresante dejé de mantener la cuenta de todas las veces que me esperó y yo no acudí... En un momento extresante dejé la cuenta de todas las veces que esquivé su mirada... Era justo eso: él entró en mi vida, pero a diferencia, no sale de ella... No puedo hacerlo... no puedo hacerlo por más mal que me haga...


La clase había quedado en silencio, sólo roto por las voces algo lejanas que me llegaban desde el patio, 10 metros más abajo. Precisamente esperaba que él se fuera.
A mi trasera oí una puerta cerrarse, miré de reojo, para luego sentir unos segundos de silencio y seguidamente unos pasos lentos... Hice como si no hubiera oído ni visto nada... Ya que él había decidido esperarme dentro de la clase, yo saldría de ella.

Caminé unos pasos en dirección a la puerta, evitando cruzarme de frente con él. De nuevo, a un lado de mí, pude oír su dulce voz impregnada de un sentimiento que ni yo mismo puedo describir... Un sentimiento de soledad, quizás de pena o de reproche acerca de algo... no sé si podría describirlo como mi propio sentimiento...

-Kouichi... ¿me quieres decir qué purradas te pasa...?

-...

Yo me detuve por si quería preguntarme algo más. Quizás yo esperaba una disculpa, sin ninguna razón, y de nada serviría tampoco... Los segundos silenciosos se clavaban en la atmósfera y se convertían en pequeños y cortantes cristales de hielo.
Cuando percibí que no diría nada más, volví a adelantarme hacia la puerta y agarré el manillar. Tiré levemente de ella para abrirla, pero el brazo de Kouji me lo impedía volviendo a cerrarla.

-¿Me lo vas a decir...?

Supiré, cesé en mis intentos de escapar y me di la vuelta para mirarlo fijamente, pero aún sin decir nada. Sus ojos azules recorrieron mi rostro en un par de movimientos milimétricos. Ambos permanecimos cara a cara, lo suficientemente cerca como para no poder oír nada más que nuestras respiraciones.

-Por favor...-suplicó

No varié apenas mi raro sentimiento, pero si noté como algo más de pena se mezclaba dentro de esa masa compacta en mi cerebro... Kouji pareció desistir; inclinó la cabeza, suspiró y apartó la mano de la puerta para permitirme pasar.
Esos mismos ojos azules que antes me miraban con seriedad, ahora brillaban con la luz de los fluorescentes. Él se apartó y me hizo un gesto con la mano y la cabeza para darme a entender que podía irme.
Me giré y me dispuse a salir, pero Kouji, hasta ese momento sereno, no pudo reprimir su impulso de gritar, y soltó de dentro todo lo que pensaba... todo lo que sentía... como un dragón escupiendo el fuego almacenado en su gran bocaza.

-¡Kouichi, por favor!. ¡No aguanto esto por más tiempo!. ¡Dime qué pasa!. ¡Qué te he hecho!... ¡Ya sin saberlo te pido perdón!-decía a voz en grito- ¡Perdón por ser tan insistente, por ser tan egoísta... Perdón por estar aquí, por ser un imbécil, tan mal hermano...!. ¡Por ser peor aún como amigo...!

-No sigas...

-¡... por ser un gilipollas, por decir cosas sin sentido, por dar malos consejos, por ignorar al resto de las personas, por estar nada más que molestándote con mi presencia, por hacer estupideces...!

-Por favor, no sigas...

-¡Por no saberme callar... Por orgulloso, por...!

Las lágrimas que hacían brillar sus ojos aún no se iban de su rostro. Muchas de ellas ya habían dado un brinco hasta sus mejillas y otras habían ido a parar más lejos.
Lo odiaba... odiaba sus palabras, odiaba todo lo que oía. Nada más que insultos, mal usados, en la persona equivocada... y ninguno de ellos se acercaba a lo que realmente pasaba...

Él había estallado. Y después lo hice yo;
Dejé caer la maleta al suelo y me adelanté hasta él... Hasta sus labios... Para hacer callar sus ásperas palabras intenté ahogarlas con mi saliva... Como nunca, como siempre, me dejé llevar y dejé que las cosas fueran lo que el futuro quería que fueran. Llevé mis manos hasta sus mejillas y cerré los ojos para abrirlos unos segundos después, dejando que mi boca se satisfajera.
Su reacción no fue inmediata. Me separé de él y abandoné todo contacto físico. Cuando volví a mirarlo, con las mejillas encendidas de vergüenza y esperando la tempestad, él había cesado sus gritos y sus insultos y también había cerrado los ojos...
Cuando volvió en sí, nuestras miradas se cruzaron en otra milésima de segundo, y momentos después sentí sus manos templadas sobre mis brazos desnudos, haciéndome retroceder hasta darme contra la puerta en la parte superior de la espalda. Recosté la cabeza sobre la misma puerta y de manera instintiva, volví a rozar sus mejillas con mis manos.

Nuestros rostros volvieron a sentirse mutuamente y también pude sentir su boca, sin pedir mucho permiso, besándome. De esos labios que momentos antes había soltado las peores palabras, también salieron los mejores besos. No sabía si sólo lo hacía por complacerme o para que lo perdonara, pero sabía que un beso algo más allá de lo inocente tampoco me hubiera dado si no hubiera algo más que una disculpa... Y desde luego que fue algo más que un inocente beso...
Abrió su boca, entrelazando sus labios con los míos... y pude sentir su propia lengua pidiéndome permiso para hacer algo más que una inocencia... En ningún momento esperé esa reacción por su parte; ambos quedamos suspendidos y patinando, luchando contra el placer o contra la vergüenza y el orgullo... Mi respiración se hizo más rápida y más corta, como si me faltara el oxígeno.

Lo que antes era un simple beso para hacerlo callar, ahora era un medio de prueba entre dos chicos adolescentes de la misma sangre que en su vida habían besado a alguien.

Con ambos pulgares sobre su cara, intentaba retirar esas gotas transparentes que lo afeaban irremediablemente. Y además de ese tacto húmedo de las lágrimas y el cálido que sentía en el interior de mi boca, también sentía sus manos que recorrían mi espalda y todo su torso y su cintura que acaloraban al chocar contra mí.
Abandoné sus labios para besar su cuello. Él se tensó notablemente y me dejó recorrer todos sus huecos. Con los dientes retiré levemente la camisa para dejar al descubierto su hombro izquierdo... y entonces paré. El dejó de tocarme al ver mi indecisión, pero no me soltó la cintura.

-Perdóname...-dije. Alguna otra palabra hubiera sobrado.

Mientras susurraba, volvió a pasear mis manos por mi cuello caliente mientras temblaba y notaba como el calor abrasaba no sólo mi cuello, sino todo mi cuerpo... Y era algo más allá de lo terrenal, más allá de lo carnal...
Bajé la vista y miré al suelo, incapaz de poder mirarlo directamente. Y así me quedé: cabizbajo, perdido, sin saber qué hacer. Con una enorme vergüenza que me hacía enrojecer. (N/A: Rima ToT).

-Kouichi, mírame...-me dijo con dulzura- Por favor, mírame...

Al ver que yo no respondía, dejó de rodearme con sus brazos y con una de las manos ya libres, me acarició las mejillas suavemente. Sus manos estaban calientes y semihúmedas.
Noté que me miraba e intentaba calmarme por medio de sus caricias para que le devolviera la mirada, pero sentía demasiado incapacitado para hacerlo... Su mano se deslizó suavemente hasta la parte inferior de mi cara y con mucha delicadeza intentó hacerme levantar la vista.
En un primer momento me resitía, pero poco a poco fui levantando la mirada. Con lentitud consiguió ponerla a su altura, y entonces se acercó, ladeó levemente la cabeza y me besó dulcemente en la mejilla.

-Yo...

-No digas nada...-me cortó mientras intentaba volver a disculparme

-Pero, pero...

Pero él ya se había estirado la chaqueta y abría la puerta con normalidad. Salió al pasillo sin prisa alguna, yo esperé en mitad de la puerta, aún sin saber qué decir o de qué manera decir algo. A escasos metros se dio la vuelta.

-Sabrás que te quiero... ¿no?

No contesté. Tampoco sabía cómo tenía que hacerlo. Mi hermano volvió a mirar al frente y siguió caminando hasta perderlo de vista. Resoplé y me apoyé en el marco de la puerta. Fui a salir, pero en su lugar fui al lado contrario de la clase, y me asomé a una de las ventanas; Kouji caminaba por la mitad del patio, a una escasa distancia de la verja que daba a la carretera, por la que no dejaban de pasar coches y más coches. Esperé allí hasta que le vi cruzarla, entonces fue cuando yo hice ese mismo recorrido hasta casa.


Me encontraba sentado en mi mesa. Todo seguía aún en la maleta, y mientras oía risas y diálogos a mi alrededor, yo sólo miraba fijamente la pizarra enfrente de mí.
Llevaba tanto tiempo mirando la gran plancha negra, que había perdido la vista. Movía ambas manos enredando con ellas y jugaba distraídamente con los pulgares. Un chico pasó por delante de mí haciéndome perder la fijeza y la ebriedad. Seguía jugando con los dedos.

Time goes by...

Seguía jugando, seguía distraído. Seguía ausente... No estaba en donde tenía que estar.

"No es lo mismo..."

Sonó mi reloj, sonó la campana; otra sonó dentro de mi cabeza al mismo tiempo que él entraba por la puerta... Irremediablemente inconfundible pasó por el pasillo delantero sin decir nada. Pasó por el pasillo paralelo a las filas de sillas sin decir nada. Se sentó sin decir nada.


"Oír no es lo mismo que escuchar..." Oía la lección, no la escuchaba...

"Mirar no es lo mismo que observar..." Miraba la pizarra, no la observaba...

"No es lo mismo, no es lo mismo..."

No es lo mismo entender que atender... y no ni entendía, ni atendía...
No prestaba atención a lo que explicaba. Giré la cabeza para mirar hacia atrás, para mirar al responsable de mi falta de concentración, al culpable de hacerme sentir ajeno a este mundo... Lo miré en el mismo momento en el que él escondía la mirada y la dirigía a su mesa.
En varias ocasiones me giré, y en todas y cada una de aquellas veces le descubrí mirándome, pero apartando la visa al comprobar que lo observaba... Me recordaba a estas películas en las que dos novios se dirigían miradas de cómplices...


Levanté la mirada y miré hacia el mismo lugar que había estado escrutando toda la mañana. Estaba vacío.
Recorrí a prisa la clase con la mirada y miré a la puerta justo en el instante en el que él desaparecía por ella. Él tenía prisa, pero lo mío era necesidad... Corrí tras él y bajé extremadamente rápido las escaleras...
Varios alumnos se apartaron al verme correr tan deprisa. Y entonces recordé cuando, tras un deslice de mi tobillo, caí al suelo y quedé inconsciente... y llegué al Mundo de las Sombras... (N/A: En la serie, mientras Kouichi intentaba seguir a Kouji, se torcía el tobillo y se caía por las escaleras. Luego de ahí le tentó la oscuridad para convertirse luego en Duskmon).
Llegué a la calle, donde una gran multitud de estudiantes conversaban y se atropellaban para salir del centro... pero no le vi a él.


No podía estar todo un fin de semana sin verle... Kouji tenía sus cosas que hacer, y yo tenía las mías... pero no podía. ¿Y si iba a su casa a hablarle? Pero... ¿y si él no quería verme?
¿Y qué podía hacer entonces?... Seguía con mi maldita necesidad... con mi maldita angustia, mis malditos pensamientos. Seguía con mil preguntas rondándome la cabeza...
Iba hasta mi casa para poder pensar mejor... Allá me tumbaría en mi cama, mirando al techo y pensaría en qué hacer... Caminaba ahora por la acera, pero esta vez si era yo. No había mentira de por medio...

Caminaba ahora por la acera, pero esta vez si era yo. No había mentira por medio... Era Kouichi Kimura... Ningún clon ni nada de ese estilo... Me detuve en la puerta, todo estaba bien... Todo...

Levanté la vista del suelo, unas baldosas que no eran muy conocidas para mí... Miré al frente para ver un portal que no era el mío... Miré a los lados para ver una calle que no era la mía...
Nada era mío, lo único que era parte de mí era la persona que vivía en esa casa.


Fin del capítulo 5


¡Waaaah!. ¡Qué tierno! Creo que éste es uno de mis capítulos favoritos, sin duda alguna xD aunque se me haya quedado un poco cortito... Bueno, ya el próximo es el último y, espero, que el mejor de todos ellos :3
(8...) You know... Oh yeah!
Traicionado por su propia mente y sus propios sentimientos, Kouichi va a parar al portal de la casa de su hermano... Por extraños caprichos del destino, la casa queda en silencio y sola, sólo ocupada por dos hermanos, aparentemente inofensivos... Pero las cosas cambian cuando dos cosas combinadas, amor y deseo, se unen.

Bueno, les dejo con la intriga x), espero verlos muy pronto en el sexto capítulo :3 y si es dejando un review, mejor que mejor n.n.

Nãkemiin! Nire n-n