Capítulo 3. Un pequeño secreto.

Taro y Azumi paseaban por uno de los parques más populares de Tokio, tomados de la mano. Era un claro día de primavera, los cerezos no tardarían en florecer.

¿Y qué hubo de nuevo en tu día, Tarito?.- inquirió Azumi.

Pues una reportera fue al entrenamiento a entrevistarme.- contestó él.

¿En verdad?

Sí.

¿Cómo se llamaba?.- preguntó ella, algo celosa.

Marife Takeuchi.

Al escuchar el nombre, Azumi se tranquilizó. "Debe ser la detective a quien contraté", pensó. Pero de cualquier manera no le hizo gracia la noticia.

¿Y es linda?.- preguntó, provocativamente.

Sí, claro que lo es, pero no tanto como tú...

Misaki nunca mentía y eso era algo que Azumi siempre apreciaba en él. Ella besó fugazmente a su novio en la boca, procurando no molestarse por el hecho de que Marife Takenoushi andaba rondando a su novio, aun así fuera para cumplir con el trabajo que ella le encargó.

Mientras tanto, Genzo y Marie tomaban un café en el conocidísimo restaurante "Pía Carrot". Para quienes no lo saben, la característica de este lugar es que todos los camareros son jóvenes y muy atractivos. Marie le lanzaba miradas asesinas a todas las chicas, quienes no dejaban de sonreírle a Genzo cada vez que pasaban.

No sé por qué insististe en venir a este lugar, si siempre te pones como una loca celosa cada vez que comemos aquí.- comentó Genzo, algo enfurruñado.

¿De qué hablas?.- le respondió Marie, en el mismo tono.

Si bien que sabes, no se me puede acercar ninguna mujer porque inmediatamente te pones en un plan inaguantable.

Eso no pasaría si tú dejaras de coquetearles a todas...

¡Yo no les coqueteo! Solo trato de ser amable...

Mira tú...

Lo único que falta es que contrates a un detective privado para seguir mis pasos...

¡No digas idioteces!.- Marie se paró muy ofendida de su asiento y se marchó del restaurante.

Genzo suspiró, pero no se levantó a seguirla. Ya sabía que cuando se ponía en ese plan era imposible contentarla. Ya después le mandaría un ramo de rosas.

De pronto, al lugar entró una muchacha que se le hizo muy conocida...

Lily entró al restaurante, con el fin de solicitar empleo. Según la información proporcionada por Marie, Wakabayashi era visitante asiduo del lugar y la propia Marie sospechaba que él la engañaba con una de las meseras, así que lo mejor sería que Lily se infiltrara en el restaurante para confirmar estos rumores. No le costó trabajo conseguir empleo, ya que su belleza y su figura la hacían una candidata perfecta, además de que el dueño estaba interesado por saber qué efecto tendría en sus clientes japoneses una chica latina como ella. Lily salió satisfecha del restaurante, al día siguiente empezaría su turno y pronto se dedicaría a averiguar si había alguna otra chica detrás del famoso y cotizado portero japonés. "Aunque no entiendo qué es lo que le ven al tipo", pensó, "Es un verdadero estúpido".

¡Eh, Shiozaki!.- gritó Wakabayashi, quien había salido del restaurante tras ella.

Como ése no era su apellido, Lily tardó un par de segundos en reaccionar.

Wakabayashi.- dijo ella, con poco agrado.- ¿Qué haces por aquí?

Lo mismo te iba a preguntar yo... ¿No te apetece comer en el más famoso restaurante de todo Japón?

No entré a comer, entré a pedir trabajo.

¡Ahhh! ¿No me digas que tu trabajo como reportera ya no te da suficiente para subsistir?

Lily se aguantó las ganas de responderle como quería.

Pues algo así.- le dio la razón.- Necesito más ingresos si deseo pagarme mi viaje de vuelta a mi país...

¿A tú país?

Sí, no habrás pensado que soy japonesa, ¿o sí? No tengo las facciones, ni el nombre...

Shiozaki es un apellido japonés.- señaló Genzo.

Ah, sí, pero me refería a mi nombre, no a mi apellido...

Claro. ¿Y de qué país provienen tú y la chica Takeuchi?

De México.

¿Y por qué deseas regresar?

¿Acaso es esto un interrogatorio o qué?.- protestó Lily, molesta por los embates del guardameta.

Solo quiero hacer plática...

Qué lindo. Pues la verdad es que no te importa, pero debo regresar a buscar a mi hermana.

¿Tu hermana?

Sí, hace unos cuantos años me enteré de que tengo una hermana perdida en alguna parte del mundo y deseo encontrarla.- Lily se puso de pronto muy triste.

Ven, te invito un café y una buena rebanada de pastel de zanahoria.- Wakabayashi recalcó su invitación con una suave sonrisa.- Parece que necesitas hablar con alguien...

Lily detestaba a Genzo, pero ni loca habría rechazado una rebanada gratis de pastel de zanahoria acompañado de una buena taza de café. Eran dos cosas que le encantaban.

Nuevamente en el restaurante, Lily se comió la mitad del pastel antes de comenzar a contar su historia. Era un secreto que ni siquiera se lo había contado a Marife, pero unos cuatro años atrás, cuando Lily aun trabajaba por su cuenta, estuvo investigando a un ginecólogo el cual era acusado de sobornar y engatusar a sus pacientes para que durmieran con él. La acusación era falsa y Lily fue quien se encargó de demostrárselo a todo el mundo. Cosas del destino, el ginecólogo era el mismo doctor que atendió el nacimiento de Lily y, agradecido por haberlo salvado de la cárcel, le reveló a la muchacha que su madre le había ocultado algo muy importante todo el tiempo. El doctor no quiso especificar mucho las cosas debido al secreto sagrado que prohíbe a los médicos revelar secretos de sus pacientes, pero le dio a entender a Lily que ella tenía una hermana a quien no conocía. Esto había atormentado a Lily desde entonces, pero no tuvo el valor para confrontar a su madre, así que huyó de su casa para poder buscar a su hermana perdida.

Todo esto se lo contó a Genzo, omitiendo, por supuesto, el hecho de que ella era detective privado y la manera en cómo encontró al ginecólogo.

Y por eso deseo regresar.- finalizó Lily.- Ya pasé cuatro años en Japón, sin éxito alguno. Es hora de que vuelva a México a seguir buscando allá.

¿Y por qué viniste a buscar a tu hermana a Japón?.- inquirió Genzo.

Después de ciertas investigaciones que hice... Que hizo una amiga mía.- Lily se corrigió inmediatamente, esperando que Genzo no lo hubiese notado.- Me enteré de que mi hermana podría estar viviendo aquí, por eso vine, pero por más que busqué, no logré encontrarle el rastro.- explicó Lily, sorbiendo el café.- En vez de eso, conocí a Marife, así que no me arrepiento de haber venido.

Veo que ambas se llevan muy bien...

Somos muy unidas, las mejores amigas.- Lily sonrió.- Y como trabajamos juntas...

Ya veo... ¿Y ella no te ha ayudado a buscar a tu hermana?

No, nunca le he contado nada sobre esto.

¿Por qué razón? ¿No que son las mejores amigas?

No lo sé. Quizás se deba a que es algo muy personal...

Wakabayashi aprovechó el momento de silencio para inspeccionar a Lily. Era una chica lindísima, dueña de unos sorprendentes y fascinantes ojos negros, los cuales siempre expresaban su estado de ánimo. Y tenía el cabello largo. Él nunca se lo había dicho a Marie, pero no le gustaba que una chica tuviese el cabello corto, como lo traía ella. A él siempre le habían fascinado las cabelleras largas y abundantes, como la de Lily. La chica ni siquiera notó que él la inspeccionaba. Su mente estaba sumida en una maraña de recuerdos y pensamientos...

Por favor, hermana, no te vayas.- le suplicaba Sarah, acongojada.- ¿Qué es lo que te molesta? Sea lo que sea, lo resolveremos juntas.

Perdóname por favor, Sylvita.- contestó Lily.- Pero esto es algo que debo de resolver yo sola...

Shiozaki, ¿te sientes bien?.- preguntó Wakabayashi, algo preocupado.

¿Eh? Claro que estoy bien.- Lily se sorprendió un poco al verse regresada a la realidad.- Solo recordaba...

¿Estás segura?

Sí.

¿Podríamos pedir la cuenta para ver cuánto debo?

No debes nada, te dije que yo te invitaría.

¡Ahh! Muchas gracias... Debo retirarme entonces...

Te acompaño.

No, muchas gracias, prefiero irme sola.

Lily se despidió con una sonrisa y salió del restaurante a toda prisa. No importaba que se hubiera portado amable, Wakabayashi le seguía cayendo muy mal...

Marife, por su parte, había ido a buscar sus propias fuentes de información. Su próxima meta era Yoshiko Yamaoka, la media hermana de Misaki. Fue hasta la preparatoria en donde ella estudiaba y se dedicó a observarla a ella y a sus amigas durante la clase de deportes. Yoshiko era una niña tímida, pero a pesar de eso mostraba una seguridad y confianza que no iban del todo con su manera de ser. "Igual que Taro", pensó Marife. Al pensar en él, a la chica le entraron unas terribles ganas de volver a ver su cara de niño inocente. "Contrólate, Marife. Concéntrate en tu trabajo".

Al salir de la escuela, Yoshiko pronto se separó de sus amigas y se dirigió hacia su hogar; Marife la siguió. En el camino, un perro bulldog intentó atacar a Yoshiko, pero Marife rápidamente se interpuso y lo corrió amenazándolo con un palo.

¡Fuera de aquí!.- le gritó al can, el cual se marchó gruñendo y ladrando.

Muchas gracias.- dijo Yoshiko, algo temerosa y muy agradecida.

No hay de qué.- Marife sonrió.- ¿Tu eres la hermana de Taro Misaki, verdad?

La media hermana.- corrigió Yoshiko, con una sonrisa.

Es lo mismo.- Marife también sonrió.

Y fíjate que es raro, normalmente él viene por mí a la escuela, pero de seguro que hoy salió con su novia.- Yoshiko hizo una mueca de disgusto cuando dijo esto último.

¿No te agrada su novia?

No mucho, realmente, pero en fin, eso es algo en lo que yo no me debo de meter... Además, por mí mejor, Taro es demasiado protector...

Y que lo digas, yo tengo un hermano mayor y sé lo fastidiosos que pueden ser cuando tratan de protegerte...

Marife y Yoshiko comenzaron a caminar al tiempo que platicaban acerca de sus respectivos hermanos. A Marife le agradó mucho Yoshiko y viceversa. Quien sabe, quizás podían llegar a ser muy buenas amigas...