Capítulo 4. ¿Callejón sin salida?
Lily y Marife volvieron al campo de entrenamiento, tal y como lo prometieron. Misaki sonrió al ver a Marife y se acercó a saludarla. Lily temía que Wakabayashi hiciera lo propio con ella, pero Matsuyama se le adelantó al guardameta.
Buenas tardes, señorita Lily.- la saludó.
Buenas tardes, señor Matsuyama.- respondió ella, con una sonrisa agradecida.
¿Ya pensó en mi proposición?
Pues... La verdad, no...
No lo pienses demasiado...
No lo haré.- Lily sonrió.- Me parece que aceptaré tu oferta. Solo necesito saber el lugar y la hora...
La hora la decides tú. El lugar lo decido yo.- respondió Matsuyama.
¿Te parece bien esta misma tarde, después de que termine mi turno de mi nuevo trabajo como mesera del Pía Carrot?
¿Eres mesera del Pía Carrot? Creo que iré a comer allí muy seguido...
Lily se puso muy roja y soltó una pequeña carcajada.
Muy bien. ¿A qué hora sales?.- inquirió Matsuyama.
A las cinco.
Allí estaré.
Lily se despidió de Matsuyama y se puso a buscar a Marife, pero Wakabayashi le cerró el paso.
¿Qué crees que haces?.- le cuestionó él.
Eso mismo te pregunto yo, déjame pasar.- dijo Lily, en un tono poco amable.
Matsuyama tiene novia.
Él me dijo que ya no.
Él ama a Yoshiko tanto como ella lo ama a él.
¿Y tú que sabes? ¿Eres su consejero matrimonial o algo así?
Soy amigo de ambos y con eso basta.
Pues si de verdad eres amigo de Matsuyama deja de querer arreglarle la vida.
Lily empujó a Wakabayashi y se marchó en busca de Marife. Estaba más que molesta por la intromisión de Wakabayashi. ¿A él que rayos le importaba si salía con Matsuyama o no? Y si la dichosa Yoshiko amaba tanto a Matsuyama... ¿Por qué lo dejo ir?
¿Qué te dijeron ese par de bombones?.- le preguntó Marife, con un guiño.
¿Cuál par de bombones? Yo solo vi uno, el otro es más amargo que un limón.- refunfuñó Lily, mandándole una mirada de odio a Wakabayashi.
No lo soportas, ¿verdad?
No lo puedo ver ni en pintura. ¡Que lástima que sea mi trabajo el seguirle los pasos!
Pues, si me permites que te lo diga...
¿Qué cosa?
Creo que tú no le eres del todo indiferente...
¡No digas babosadas, Marife! Acuérdate que fue su novia la que nos contrató.
¿Y eso qué tiene? El hecho de que esté a dieta no significa que no pueda ver el menú...
Tú y tus frases locas... .- Lily miró a su amiga con cara de: hello con tu hello...
El entrenamiento transcurrió sin problemas. Lily se retiró temprano para empezar su trabajo en el Pía Carrot. Marife decidió quedarse a ver jugar a Taro un ratito más. Al poco rato, Yoshiko Yamaoka llegó hasta las instalaciones de la selección, aunque tuvo problemas para que la dejaran pasar.
Lo sentimos, señorita, solo los reporteros pueden entrar.- le decían los guardias de seguridad.
¡Pero mi hermano está allá adentro! ¿Por qué no puedo pasar a verlo?.- protestaba Yoshiko.
Lo sentimos mucho...
Ella viene conmigo, ¿no podrían dejarla pasar?.- les preguntó Marife a los guardias.
¿Es pariente suya?
No, es mi asistente. ¿Por qué llegas hasta esta hora?.- le recriminó Marife a Yoshiko, al tiempo que le guiñaba un ojo con complicidad.
Perdóneme, es que había mucho tráfico...
¿No es muy joven para ser su asistente? ¿Y por qué dijo antes que su hermano estaba adentro?.- inquirió uno de los guardias.
¿Qué acaso no ha escuchado hablar de las chicas estudiantes que trabajan en su tiempo libre para pagar su educación?.- replicó Marife.- Y es hermana de Misaki Taro, así que no mintió en eso.
¿Es hermana del señor Misaki? ¿Y por qué no lo aclaró antes?
Yoshiko y Marife elevaron sus ojos al cielo.
Muchas gracias por la ayuda, nuevamente.- dijo Yoshiko, una vez que la dejaron pasar.
No hay de qué.- Marife le guiñó un ojo.- Supongo que vienes a ver a tu hermano...
Sí.- dijo Yoshiko, muy contenta.
¡Yoshiko! ¿Qué estás haciendo aquí?.- gritó Misaki, sorprendido.
Vine a verte, hermanito, en vista de que ayer ni te acordaste de mí.- contestó ella.
¡Ah! Es que ayer estuve con...
Sí, sí, ya ni me digas. Estuviste con tu novia.- lo interrumpió Yoshiko, con cierto desdén.
Uhm... ¿Por qué no te agrada Azumi?
¿Quién dijo que no me agrada?
Nunca te portas bien con ella.
No soy grosera con ella.
No, pero rara vez la miras con simpatía...
Uhh, ahora hasta me tengo que cuidar de la manera en cómo miro...
Marife escuchaba todo con atención. Era obvio que a Yoshiko no le agradaba para nada Azumi. Quizás ella tenía algo que ver en la sospecha que tenía esta última de que su novio la engañaba...
Lily llegó al Pía Carrot muy puntual. Se puso su traje de mesera y se puso a caracterizar su papel. Los japoneses le lanzaban piropos que ella no entendía, ya que estaban dichos en japonés. El dueño pronto se dio cuenta de que su nueva contratación pronto sería un éxito.
Había otras cuatro chicas que trabajaban como meseras. Lily se enteró de que al menos 3 de ellas estaban enamoradas de Genzo Wakabayashi, pero había una que se le dejaba ir con todo al joven portero. Se llamaba Misa y era bastante celosa. Cada vez que veía llegar a Wakabayashi con Marie juraba que un día de éstos arrojaría a la alemana a un pozo. Lily seguía sin entender qué rayos era lo que le veían al tipo ése.
A las cuatro en punto, Wakabayashi entró con paso majestuoso al lugar. Lily se percató de ello debido a que las chicas se pusieron a saltar como locas. Misa ya había tomado un menú y se dirigía con aire provocativo a la mesa que él escogió cuando Yusuke, el capitán de meseros, la detuvo.
¿A dónde crees que vas?.- le dijo.- Esa mesa le corresponde a Lily.
Misa miró con odio a Yusuke, pero ni hablar de la mirada que le dirigió a Lily. "Ni te atrevas a coquetearle", la amenazaban esos ojos. Pero Lily no se dejó intimidar.
No sé por qué se vuelven locas por ese porterito, es un verdadero patán.- dijo Lily, con desdén, al tiempo que se dirigía hacia la mesa.
Buenas tardes, bienvenido al Pía Carrot.- saludó Lily al joven japonés.
Vaya, vaya.- Genzo sonrió.- Hola. ¡Qué sorpresa encontrarte por aquí!
Si bien que sabes que hoy empezaba a trabajar...
¿Y cómo vas a hacerle para tu cita de hoy con Matsuyama?
Eso es algo que a ti no te importa.
Eres muy poco amable conmigo, ¿lo sabías?.- Genzo clavó sus ojos en los de ella.- Algo me dice que quizás no te agrado...
¿Qué comes, que adivinas?.- Lily le sostuvo la mirada.
No entiendo por qué...
Pues la verdad... .- Lily se contuvo.- Bueno, ¿vas a ordenar o no?
Aun no he tenido tiempo de ver el menú.- contestó Genzo, mirándola de una manera muy insinuante.
"Otra vez con eso de los menús", pensó Lily, "¿Qué acaso soy un pedazo de carne o qué?".
Te dejo solo para que tengas tiempo de decidir.- dijo ella, al tiempo que se marchaba, pero Yusuke la detuvo en el camino.
¿Qué crees que haces?.- le recriminó.
¿De qué hablas?
¡Genzo Wakabayashi es uno de nuestros mejores clientes! ¡No lo dejes solo! Quédate con él.- le ordenó.
¿Pero qué...?
¡Sin pretextos!
¿Qué acaso este restaurante tiene también servicio de acompañante o qué?.- protestó Lily, indignada.- Eso no me lo dijeron ayer...
No seas mensa, no es lo que te imaginas.- la contradijo Yusuke.- Solo tienes que quedarte con él y portarte amable. Eso es todo.
O sea, coquetearle...
Más o menos...
¿Y si quiere otra cosa puedo darle una bofetada?
No. Si eso sucede, que no creo que pase porque nadie se ha quejado, vienes y me lo dices y entonces yo me haré cargo.
Lily, a regañadientes, se regresó a la mesa de Wakabayashi. "Claro que nadie se ha quejado de propuestas indecorosas por parte de Wakabayashi", pensó ella, "Todas están loquitas por él".
¿Puedo tomar su orden?.- le preguntó Lily a Genzo, mostrando una de sus encantadores y dulces sonrisas.
¡Wow! ¿Y ese cambio?.- Genzo la miró un tanto sorprendido.
Mi jefe me dice que debo portarme bien contigo...
¿Y por eso me hice merecedor a una sonrisa tan hermosa? ¡Bendito tu jefe!.- él la miró embelesado.
Lily, muy en contra de sus deseos, sintió en un interior una extraña sensación de vergüenza. Estaba segura de que el rubor había subido a su rostro.
Como sea.- ella trató de mostrarse normal.- ¿Qué vas a pedir?
La especialidad de la casa.- respondió Genzo, sin dejar de mirarla.
Muy bien. ¿Algo de tomar?
Cualquier refresco que no sea de cola ni de dieta.
Muy bien, en seguida te lo traeré.
El demonio interno de Lily se revolvió en su interior. Sabía que Genzo la miraría todo el trayecto, así que se alejó moviendo las caderas de una manera muy provocativa.
Al menos veinte pares de ojos masculinos, incluidos los de Wakabayashi, la siguieron en su camino.
Pocos minutos antes de las cinco, Lily regresó a la mesa de Wakabayashi a preguntarle si se le ofrecía algo más.
Pues... No lo sé. ¿Podrías traerme el menú de nuevo para ver los postres?.- inquirió él.
Estás tratando de hacer que me retrase en mi cita con Matsuyama, ¿verdad?.- ella trataba de controlar su enojo.
¿Qué te hace pensar eso?
El hecho de que casi todos los días vienes aquí, ya debes de saberte el menú de memoria.
Mira.- Genzo la confrontó.- Date cuenta de que te vas a meter en un callejón sin salida.
¿De qué hablas?.- Lily aceptó el reto.
Matsuyama sigue enamorado de Yoshiko, y ella de él.
O me dices cómo es que sabes eso o te callas y me dejas en paz de una buena vez.
Yoshiko es mi mejor amiga.- confesó Genzo.- La conozco desde que éramos niños y se perfectamente bien que ella ha estado enamorada de Matsuyama desde el día en que lo conoció.
¿Y por qué ya no son novios?.- Lily seguía mirando al portero con desagrado.
Por un malentendido. Yoshiko se marchó a Europa a proseguir sus estudios pero Matsuyama creyó que lo hacía porque ya no deseaba estar con él.
Pues en ese caso ella debió de haberle explicado sus motivos.
No es tan fácil como crees.- la contradijo Genzo.- Cuando te enamoras tan profundamente te cuesta trabajo tratar de explicarle a esa persona tan especial el motivo por el cual debes dejarla.
Pareces experto en la materia.- se burló Lily.- ¿Eso te ha pasado con todas tus novias?
No sé de que me hablas.- replicó Genzo, secamente.- Y para que lo sepas, nunca he estado en esa situación pero sé como se debe de sentir por lo que he visto a través de Yoshiko.
¿Nunca has tenido que alejarte de la mujer a quien amas?
Más bien, creo que nunca me he enamorado en serio.- Genzo habló en voz muy baja.
Lily se sorprendió por la respuesta. Iba a decir algo cuando Hotaru, otra de las meseras, le tocó con suavidad el hombro.
Lily, te buscan.- le dijo.
Wakabayashi y Lily dirigieron sus miradas hacia la puerta. Allí estaba parado Matsuyama, un tanto sorprendido por darse cuenta de que Wakabayashi estaba allí.
Notas:
Bueno, pues en algunos restaurantes de este país tercermundista llamado México hay "servicios de acompañante", o sea, se ofrecen "señoritas" para que acompañen a los clientes durante y después de la comida... No lo quiero dejar tan explícito, así que solo diré que en definitiva no se trata de un servicio muy decente que digamos.
