Capítulo cinco. La cita.
Lily se dio muchísima prisa para estar lista. En el baño de los empleados cambió su diminuto y provocativo traje de mesera por una minifalda beige y un suéter verde. Matsuyama le sonrió al verla.
Te ves muy linda.- le dijo.
Muchas gracias. Tu te ves guapísimo.
Y era verdad. En circunstancias normales, Lily nunca le habría prestado atención a Matsuyama, pues, aunque el chico era muy atractivo, no era su tipo de hombre.
Matsuyama la llevó a pasear por el jardín Ueno, en cuyo recinto se encuentran el Museo Nacional, el Museo de las Ciencias y la Galería de Arte. Lily estaba maravillada con tanto esplendor.
Este sitio es realmente increíble.- murmuró ella.
Me alegra que te guste.- Matsuyama sonrió.- Pero te he notado algo distante... ¿Estás bien?
Lily no había podido dejar de pensar en las palabras de Genzo. ¿Realmente se estaba metiendo en un callejón sin salida?
Hay algo que me gustaría preguntarte.- murmuró Lily.- Wakabayashi me dijo algo hace rato...
Uhm, me preguntaba qué rayos estaba haciendo él ahí... .- Matsuyama habló con molestia.
Me contó algo acerca de ti y de... Yoshiko...
Déjame adivinar: te dijo que ella se marchó a Europa a proseguir sus estudios, ¿verdad?
¡Ah! Algo así...
Pues no le hagas caso. Esas son patrañas.- ahora Matsuyama estaba muy enojado.- ¿Quieres saber lo que en verdad pasó?
Sólo si deseas contármelo...
El muy infeliz me engañó con ella.
¿Cómo?.- Lily se esperaba cualquier cosa, menos eso.
Sí. Sabía que Yoshiko iba a irse a Europa, hiciera lo que hiciera, así que iba a decirle que estaba dispuesto a esperarla todo el tiempo que fuera necesario... Pero cuando llegué a su casa, ella estaba en brazos de Wakabayashi.
Lily se sorprendió muchísimo al sentir la desilusión y la tristeza invadir su corazón al escuchar esta noticia.
¿En verdad?.- musitó Lily, casi sin aliento.
Sí. Se estaban besando.- Matsuyama apretaba los puños.- Cuando los descubrí me di la vuelta y me marché, ignorando las súplicas estúpidas de Yoshiko. Ignoré incluso todas sus llamadas y los mensajes que me dejó en mi correo de voz.
¿Y Wakabayashi qué dijo?
Me dijo que ese beso había sido producto de un estúpido error. Supuestamente esa noche él había peleado con Marie Schneider y fue a casa de Yoshiko en busca de consuelo... Vaya consuelo...
Qué idiota... .- murmuró Lily.- Entonces, él sí engañó a Marie con otra...
Pero en fin.- Matsuyama suspiró.- No seguiré pensando en el pasado. Ahora, solo deseo ver hacia el futuro.
Al decir esto, tomó las manos de Lily y las apretó con suavidad.
Desde que te vi me gustaste muchísimo.- le confesó.- No sabes cuánto me gustaría el llegar a conocerte mejor...
Lily sonrió. A ella también le encantaría conocer mejor a Matsuyama...
Wakabayashi se paseaba como león enjaulado en la sala de reuniones del equipo japonés. Nunca, jamás lo iba a reconocer, pero había una pequeña situación que lo tenía particularmente molesto...
Wakabayashi, ¿quieres dejar de hacer eso?.- le pidió Misaki.- Alteras mis nervios.
Qué me importa.- murmuró Genzo, como respuesta.
Uhm, andas de mal humor... ¿Qué te pasó ahora? ¿Volviste a pelear con Marie?
No, y eso me recuerda que está enojada conmigo desde ayer...
Y por lo visto eso te tiene sin cuidado...
Pues ya no sé qué más hacer. Sin importar lo que haga y lo que diga, ella se enoja por cualquier cosa...
Mujeres.- Misaki suspiró.- ¿Por qué serán tan celosas y desconfiadas?
No tengo ni idea, pero me tiene sin cuidado.
O sea que de plano ya no te interesa si Marie se enoja contigo o no por culpa de otra mujer...
Pues la verdad, no.
Dichoso tú. Yo paso las de Caín para tener a Azumi feliz...
Porque quieres, ya debería de saber que tú nunca la engañarías con nadie... Aunque haya muchas chicas detrás de ti, tú jamás le harías caso a ninguna.
Eso quizás no sea del todo cierto...
Genzo detuvo bruscamente su paseíto para mirar a Taro con sorpresa.
No me digas que... .- Genzo arqueó una ceja.- Naaa, no creo que te atrevas...
Si te he de ser sincero, hay una chica que me causa una sensación extraña cada vez que la veo...
¡Ja! ¿Marife Takeuchi?
¿Cómo supiste?.- ahora Taro era el sorprendido.
Eres más transparente que el agua.- se burló Genzo.- Nomás basta ver cómo la miras cada vez que ella llega...
Pues me parece que es la misma mirada que tú le lanzas a Shiozaki cuando se aparece frente a ti...
Ni me la menciones, esa mujer me va a volver loco.
Jaja, no me digas que te has topado con la horma de tu zapato.
Es impredecible, es respondona, es voluble y me trata muy mal, pero no sé por qué mientras más mal me trata más deseos tengo de estar con ella.
Jajaja, tal vez sea cierto lo que dicen acerca de que los hombres somos como el chicle: "Mientras más los pisas, más se pegan al zapato".
Jajaja. ¿Tú dónde escuchaste eso?
Me lo dijo Marife en la mañana... Cuando hablábamos de ti y de Lily...
Vaya, no me digas que somos tan interesante tema de conversación...
Solo comentábamos el hecho de que se ven muy bien juntos, eso es todo.- Misaki sonrió a manera de disculpa.
Wakabayashi ya no respondió. En esos momentos recordó que Lily estaba en compañía de Matsuyama. No lo quería reconocer, pero eso en verdad lo enfurecía.
Marife estudiaba en el departamento de su hermano Hades lo que había logrado averiguar hasta entonces. Taro Misaki era un joven futbolista muy acosado por las chicas, pero al parecer él no le había hecho caso a ninguna desde que comenzó a andar con Azumi Hayakawa. Era bastante obvio que Misaki era el ejemplo del novio perfecto: atento, amable, cariñoso, incapaz de engañar a su novia con otra chica. Marife no entendía qué era lo que había hecho que Azumi desconfiara tanto de él al grado de contratar a un detective privado, pero su instinto le decía que quizás Yoshiko Yamaoka tuviera algo que ver en el asunto...
¿Qué tanto haces, hermanita?.- le cuestionó Hades.
Trabajo.- Marife inmediatamente cerró su carpeta.
Ey, tranquila, no pretendo inmiscuirme en tus cosas... No seas paranoica.- gruñó Hades.
Ya conoces el secreto profesional de... .- comenzó a decir Marife.
Sí, sí, ya sé, el derecho que tienen tus clientes de mantener sus asuntos en secreto.- la interrumpió Hades.- Pero yo opino que cualquiera que contrate a un investigador privado para seguir a otra persona merece que su caso sea publicado en el periódico.
Marife lo miró con cara de: hello con tu hello...
¿Y Lily? ¿A qué hora va a regresar?.- preguntó Hades, algo preocupado.
Me parece que dijo que alrededor de las diez.- contestó Marife, vagamente.- Tiene una cita.
¿UNA CITA?.- gritó Hades.- ¿Pero cómo...? ¿Con quién? ¿Cuándo?
Tranquilízate, hermanito, Lily ya es lo suficientemente grandecita como para cuidarse sola...
Sí pero... Apenas acaba de llegar a Tokio, esta ciudad es enorme y está llena de pervertidos depravados que...
Bájale la espuma a tu chocolate. Lily no salió con ningún pervertido depravado, sino con Hikaru Matsuyama, uno de los miembros de la Selección. Y si lo hizo fue para salvarnos, ya que Matsuyama descubrió que somos dos investigadoras que andan detrás de Genzo Wakabayashi y Taro Misaki.
¡Ahh! ¡Pero eso es chantaje!
Naaa, le hará bien a Lily salir un rato. Ya deja de ser tan sobreprotector.- Marife lo miró con fastidio.
Es que tú sabes muy bien que Lily es como una hermana para mí y es mi deber cuidarla, igual que a ti, más porque están viviendo en mi casa...
O sea que: "mientras vivas bajo mi techo seguirás mis órdenes".- se burló Marife.
Hades aventó un cojín a la cabeza de su hermana por respuesta.
Lily se la había pasado a las mil maravillas con Matsuyama. Era un hombre muy interesante y atractivo. La había llevado a pasear por toda la ciudad y terminaron en un restaurante comiendo sushi. Congeniaron inmediatamente, aunque Lily no podía dejar de pensar en lo que Matsuyama le había revelado.
Gracias por la maravillosa noche.- le dijo ella, cuando al fin llegaron al departamento de Hades.
Gracias a ti por aceptar mi invitación.- Matsuyama sonrió.
¿Me quedaba otra salida?.- preguntó ella, en broma.- Si no aceptaba ibas a delatarnos, a mí y a Marife...
Jajaja. ¿Realmente crees que lo hubiera hecho? Eso solo fue un truco para acercarme a ti...
No seas mentiroso.- Lily se puso colorada, como siempre.
Yo nunca miento.- Matsuyama le guiñó el ojo.
¡Por fin llegas!.- gritó Hades, desde la ventana.
¿Cómo te fue en tu cita, amiga?.- gritó Marife, quien asomó su cabeza a un lado de la de Hades.
Este par de metiches... .- musitó Lily, en español.- Creo que lo mejor será que entre ya.- le dijo a Matsuyama, en japonés.
De acuerdo.- él sonrió, muy divertido.- Nos veremos pronto.
Matsuyama tomó entre sus manos el rostro de Lily y la besó en la mejilla, muy cerca de la comisura de la boca. Lily se estremeció con el beso. Se quedó parada, un tanto asombrada, viendo cómo el joven jugador se alejaba en la noche.
¿Quieres que te aventemos un balde de agua bien fría?.- le gritó Hades, quien al parecer había visto toda la escena.
O quizás prefieras un protector labial.- gritó Marife.
¡Ya cállense! ¡Dejen de ser tan metiches!.- les gritó Lily, al tiempo que les enseñaba la lengua.
Hades y Marife no podían dejar de reírse ante la mirada acusadora de su amiga.
"¡Vaya que me enteré de muchas cosas el día de hoy!", pensaba Lily, mientras entraba a su cuarto para cambiarse de ropa. "De manera que Wakabayashi engañó a Marie Schneider con la novia de Hikaru Matsuyama, quien al parecer, según palabras del propio Wakabayashi, es su amiga de toda la vida. Y además de todo eso, está Misa, la mesera del Pía Carrot que está más que loca por Wakabayashi. Marie tiene todos los motivos del mundo para dudar de la fidelidad de su novio..."
Al pensar en Wakabayashi, Lily sintió nuevamente la misma sensación extraña que experimentó en el restaurante, cuando él le dijo que tenía una sonrisa hermosa. "No quisiera reconocerlo, pero ese tipo tiene algo que te atrae", pensó, "No sé que será. Imán, carisma, qué se yo, pero de que tiene algo, tiene algo".
Lily le dio cierre a sus carpetas de anotaciones. Ya había tenido suficiente de Genzo Wakabayashi por un día.
Notas:
¡Uhh! No saben como me dolió hacer que Genzo besara a Yoshiko ´(
Ya me desquitaré, jeje P
