Capítulo once. Tontos y locos.
La noticia de que Lily y Matsuyama se habían besado se corrió como reguero de pólvora por todo el campamento japonés, principalmente a que más de uno vio a Yoshiko llorar desconsoladamente. Y gracias a esto, el beso que Wakabayashi le robó a Lily pasó más que desapercibido, para gran alivio de éste.
Sin embargo, Taro y Marife sospechaban que algo había ocurrido, ya que se dieron cuenta de cuando Lily abandonó las instalaciones hecha una furia y no había motivo por el cual Lily pudiera haberse molestado porque Matsuyama la besó, más porque ya todos sabían que había sido un beso más que apasionado...
Uhm, igual y Wakabayashi fue a reclamarle ese beso a Lily... .- comentó Marife, como quien no quiere la cosa.
¿Y por qué habría de hacer eso?.- cuestionó Taro.
¡Oh, vamos! No me digas que no has notado que tu amigo anda por las nubes, gracias a Lily...
Bueno, sí lo había notado pero... .- Taro se quedó pensativo por unos momentos.- La verdad es que nunca he visto a Wakabayashi celoso, yo pensé que no lo era... Nunca se ha encelado de los pretendientes de Marie...
Eso se debe a que no la quiere.- sentenció Marife.- Cuando encelas a alguien es porque lo amas y temes perderlo... Por ese motivo Azumi es tan celosa contigo...
¿Y tú como sabes que ella me cela mucho?.- Misaki volteó a ver a la chica, muy sorprendido.
¡Ahhh!.- Marife se llevó una mano a la boca.- Es que... Bueno... Se rumora que...
¿Qué se rumora?
Pues que tienes problemas porque ella cree que tú le eres infiel...
¿Dónde escuchaste esa información?.- Taro la miró, poniéndose extremadamente serio.
Bueno, pues... Me parece que tu hermana me... .- Marife comenzó a tartamudear.
No metas a Yoshiko en esto.- Misaki la interrumpió, enojado.- La conozco perfectamente y sé muy bien que ella no es la clase de persona que platique de esas cosas con cualquiera. No sé en donde escuchas semejantes cosas, pero te voy a pedir que dejes de repetir ese montón de patrañas.
Misaki miró a Marife con una mezcla de indignación y frialdad antes de alejarse, muy enojado, dejando a la chica sumamente triste.
"Buena la hice... ", pensó Marife, apesadumbrada.
Lily, mientras tanto, se paseaba de aquí para allá por todo Tokio. No tenía un rumbo fijo, simplemente salió del departamento y dejó que sus pies la llevaran a donde ellos quisieran. En su mente se repetían una y otra vez, hasta el cansancio, las palabras que Hades le había dicho: "Estás enojada porque no quieres reconocer que ese beso te gustó". Obviamente, no se refería al beso que le había dado Matsuyama, sino al que le dio Wakabayashi. Lily estaba furiosa con Matsuyama por haberla metido en un lío, con Yoshiko por aparecerse cuando no debía, por Wakabayashi por besarla a la fuerza, con Hades por recalcar lo que era tan obvio pero más que nada estaba furiosa consigo misma porque no quería reconocer que su amigo tenía razón...
El beso que se dio con Matsuyama había sido intenso. Había estado lleno de fuego y pasión, pero su efecto fue el mismo que el de la llama de un fósforo: se consumió sin dejar huella. En cambio, el beso que Wakabayashi le robó estuvo lleno de ternura y suavidad, Lily nunca se hubiera imaginado que alguien tan ardiente como Genzo pudiera besar de una manera tan dulce. El efecto de ese beso fue mucho más lento y profundo, y por lo tanto, más duradero. No lo quería reconocer, pero a Lily le hubiera gustado mucho el haberse quedado en esos fuertes brazos y perderse para siempre en esos labios...
"¿Por qué? ¿Por qué?", se cuestionaba Lily cada vez, "¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti, Genzo Wakabayashi?".
Lo veía en todas partes, en la sonrisa de cada niño, en la mirada de sabiduría de cada anciano, en cada canción que tocaba la radio... Wakabayashi estaba presente, a cada paso que Lily daba... Ella, por fin, había caído también presa de su encanto...
¡Lily!.- gritó de pronto una voz femenina, muy conocida por ella...
Sarah, su hermana menor, por fin la había encontrado.
¡Sarah!.- Lily fingió sorprenderse.- ¿Qué haces aquí?
¡No sabes cuánto tiempo te he estado buscando!.- Sarah lloraba, enojada, abrazando fuertemente a su hermana.- ¡Hemos estado terriblemente preocupados por ti! ¡Cuatro años sin saber de ti! ¡Cuatro años! ¿Por qué te marchaste así, sin decirnos nada?
Te lo dije aquella vez, Sylvita, tenía un asunto muy urgente que arreglar... .- Lily se zafó con suavidad del abrazo de su hermana menor.
¡Pero ni una carta! ¡Ni un mensaje! ¡Pudiste habernos avisado que estabas bien, de vez en cuando! ¡Mamá ha estado preocupadísima por ti!
¡Ja! ¡Ni me la menciones! ¡Por su culpa es que estoy aquí!
¿Qué dices? ¿Por qué mamá es la culpable de que te hayas ido? Te aseguro que ella es la que menos sabe el motivo de tu partida...
¡Cómo no! .- Lily habló con sarcasmo.- Si ella lo sabe mejor que nadie... ¡Todos estos años me ha ocultado que nuestro padre no es mi verdadero padre y que yo tengo otra hermana!
Sarah quedó en estado de shock. Eso no se lo esperaba...
Pero... ¿Qué... qué es lo que dices?.- Sarah tartamudeó.- Debe... Debe ser un error, no digas esas cosas...
¡Es la verdad, Sarah!.- gritó Lily.- La pura verdad. ¿Por qué no regresas a México y se lo preguntas directamente? A ver si se atreve a negártelo... A mí no me lo pudo negar la noche en la que me fui, cuando le fui a preguntar si era cierto...
Pero... No puede ser... Regresemos las dos a México, por favor, y aclaremos esto.- suplicó Sarah.- Por favor.
Lo siento, Sylvita, pero no puedo irme hasta que no averigüe quién es mi verdadero padre y mi otra hermana...
Sarah miró a su hermana por unos instantes. La conocía de sobra y sabía bien que cuando a ella se le metía una idea en la cabeza, era imposible convencerla de que hiciera lo contrario... Suspiró.
De acuerdo.- dijo.- No te pediré que regreses conmigo a México, no ahora, pero sí te voy a suplicar que me permitas estar a tu lado, ayudándote. Eres mi hermana mayor y sabes que te adoro muchísimo, aunque estoy muy enojada porque te fuiste sin despedirte.
Gracias, Sylvita.- Lily sonrió, al tiempo que abrazaba a su hermana.- Yo también te quiero muchísimo...
Ambas chicas se abrazaron por largo rato, muy felices por estar juntas otra vez.
Y, por cierto, cambiando de tema... .- habló Lily, después de un rato.- Necesito que también me ayudes a guardar el secreto de otra cosa...
(Nota de la autora: ¡Gracias por estar conmigo, Sarah! )
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Los días pasaron. Yoshiko Fujisawa había decidido quedarse en Japón, después de mucho insistir por parte de Wakabayashi. Él le decía que tarde o temprano Matsuyama recapacitaría y volvería a pedirle a ella que fuera su novia. Sin embargo, pareciera que Matsuyama estaba más que dispuesto a llevarle la contraria, pues a los pocos días del episodio de los besos prohibidos le pidió a Lily que fuera su novia, en un audaz movimiento que dejó pasmado a Wakabayashi. Yoshiko pasó muchas noches en vela, llorando y mordiendo la almohada de la rabia y los celos que sentía por ver a su Hikaru con otra chica. Genzo, por su parte, no se decidió a terminar con Marie Schneider para no darle la satisfacción a Lily, pero él también recibía su cuota de celos cada vez que veía a la pareja pasearse tomada de la mano.
A Matsuyama en verdad parecía gustarle Lily y a ella sí le gustaba él, pero Lily en el fondo sabía que ellos no estaban hechos para estar juntos. A pesar de lo mucho que Hikaru se esforzaba por hacerla feliz, Lily sabía que él seguía queriendo a Yoshiko...
Una tarde, Marie le pidió a Genzo que la llevara a comer al Pía Carrot. Éste aceptó, obviamente porque sabía que allí se encontraría a Lily y quizás sería ella la mesera que los atendiera. De ser así, él aprovecharía la oportunidad para desquitarse de las veces que ella provocó sus celos al abrazar a Matsuyama en su presencia. Sin embargo, se llevó tremenda sorpresa al darse cuenta de que, efectivamente, Lily estaba en el Pía Carrot, pero no como mesera sino como una clienta más. No se había dado cuenta de que era su día libre y, debido a que trabajaba en el restaurante, el dueño del lugar les había reservado a ella y a Matsuyama una de las mejores mesas, ubicada precisamente enfrente de la de Genzo y Marie.
Esa noche, como siempre, Lily se veía preciosa. Llevaba un conjunto negro de pantalón strech a la cadera y una blusa de tirantes gris perla que dejaba su vientre plano al descubierto, y su largo cabello estaba recogido en una cola de caballo. De vez en cuando, ella provocaba a Genzo hablándole a Matsuyama al oído. Wakabayashi pensó que a esa chica le gustaba jugar con fuego y, de ser así, terminaría por quemarse...
Oye.- dijo Marie, como quien no quiere la cosa.- ¿Ése de allá no es tu compañero Matsuyama?
Sí.- respondió Genzo, vagamente.
¿Y quién será ella?.- volvió a preguntar, fingiendo demencia.- ¿Su nueva novia? No sabía que había terminado con la dulce chica que fue su manager en la secundaria... ¿Cómo se llamaba? En fin, su nueva pareja es realmente muy linda, ¿no crees?
Quizás.- Genzo sabía que Marie estaba provocándolo para que cayera en la trampa.
¿Y por qué no los invitamos a que se unan a nuestra mesa? Será más alegre nuestra charla.- propuso Marie.
Antes de que Genzo pudiese replicar, Marie ya había invitado a la pareja a que se les unieran. Matsuyama y Lily aceptaron y a Genzo no le quedó más remedio que hacer las presentaciones correspondientes.
Hikaru Matsuyama, aunque a él ya lo conoces, y, su novia... .- recalcó Genzo, con sarcasmo.- Lily Shiozaki.
Marie Schneider. Mucho gusto.
Ambas chicas se dieron la mano, fingiendo que era la primera vez que se veían.
No sabía que tuvieras otra novia, Matsuyama.- comentó Marie, al instante.
¡Ah! Tenemos poco tiempo de salir juntos... .- respondió Matsuyama.
Disculpen.- el mesero se acercó a ellos.- Señor Matsuyama, tiene una llamada urgente.
Muchas gracias.- Matsuyama se levantó de su asiento.- Discúlpenme, por favor.
Iré al tocador, no tardo.- Marie se retiró también, dejando a Lily y a Genzo solos.
¿Qué tal te va con tu nueva conquista?.- inquirió Wakabayashi, con sarcasmo.- Veo que no pierdes el tiempo...
Mira quién habla.- gruñó Lily, en el mismo tono.- El que no pierde el tiempo es otro...
No sé sinceramente qué haces con él, bien sabes que no lo amas.
¿Ah, sí? ¿Y por qué estás tan seguro?
Porque sé que aun recuerdas el beso que te di.
¡Ja! ¡Miren al señor engreído! ¿Qué te hace pensar que aun recuerdo ese beso?
El hecho de que yo tampoco puedo dejar de pensar en él.
Genzo miró a Lily a los ojos. Ésta sintió como las mariposas revoloteaban en su estómago...
No digas idioteces.- murmuró Lily, desviando la mirada.- Ese beso no significó nada para mí, fue muy desagradable...
Y si eso es verdad, ¿por qué no puedes mirarme a los ojos y tiemblas ante mi presencia?.- la retó Genzo.
Lily se mordió los labios y no respondió. La música que los envolvió parecía estar hecha para ellos y para ese preciso instante:
Y ya no quiero seguir asíEstando con ella y pensando en ti...
¡Qué tontos, qué locos que somos tú y yo!
Estando con otros y amándonos...
¡Qué tontos, qué locos que somos tú y yo!
Estando con otros y alabándonos...
Genzo se acercó a Lily, después de asegurarse de que nadie los veía. Ella quiso hacerse para atrás, pero chocó contra la pared y ya no pudo huir. Genzo acercó sus labios muy lentamente a los de Lily y los rozó apenas, pero ambos sintieron inmediatamente una descarga eléctrica...
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Marife estaba muy triste, sentada en el suelo de su cuarto. Tenía a su alrededor sus carpetas de apuntes y de trabajo, pero no podía concentrase. No podía dejar de pensar en la mirada de frialdad que Misaki le había lanzado cuando le pidió que dejara de decir que Azumi lo celaba en extremo. Era cierto, Marife había cometido un error pero no creyó que él fuera a reaccionar así...
Lo lamento tanto.- murmuró, al tiempo que miraba con tristeza la fotografía que Azumi le había dado semanas atrás, el día en que la contrató.
Afortunadamente, Hades había salido con Alisse, así que esa noche él no estaría molestando a Marife, preguntándole a cada rato que qué le pasaba. Al poco rato, sin embargo, sonó el timbre y Marife fue a abrir la puerta, un tanto enfurruñada.
¿Tan pronto llegas?.- gruñó.- Creí que me dejarías sola más rato...
¡Cuál no fue su sorpresa al descubrir que Taro Misaki estaba allí, mirándola con cara de disculpa!
¡Ahhh! ¿Qué haces aquí?.- Marife casi se va de espaldas.
Venía... Vengo... A disculparme contigo... Por lo del otro día... .- musitó Taro.- Yo... Fui muy grosero contigo.
No.- lo contradijo Marife.- La grosera fui yo, por meterme en donde no debía...
No, es que, tú tienes razón.- Taro la miró a los ojos.- Azumi es muy celosa... No tolera que nadie se me acerque... Y la verdad, si supiera lo que estoy pensando en estos momentos tendría muchos motivos para molestarse...
¿En qué estás pensando?.- Marife se acercó un poquito más a él.
En que se siente increíblemente maravilloso el poder perderse en el brillo de tus hermosos ojos verdes...
Taro...
Ninguno de los dos lo pudo evitar. Ambos lo ansiaban con todas sus fuerzas. Taro abrazó a Marife con suavidad y la besó en los labios. Ella, simplemente, se dedicó a disfrutar de ese delicioso beso, también prohibido.
Notas:
No tengo ni idea de quién cante esa canción, pero a pesar de ser de música de banda, me encanta
