Ohayo gozaimasu! n.n toy feliiiiz! je, no pregunten por qué. Es simplemente uno de esos días donde uno se siente feliz sin saber por qué.
Am... Ah, la verdad es que ya no se me ocurría qué escribir, pero me falta matar al tipo ese xDD ¬¬ se tiene que morir de todas maneras. No dejaré que viva xD
Wenup, así que yo les dejo el sexto capi n.n
Y éste capi está dedicado a Aome-RL
n.n Nos vemos en el msn amigui n.n
6 cap. Con sangre de oro...
Cálido... Le encantaba esa sensación. Por primera vez se sentía... protegido. Respiró profundamente, llevando hasta su nariz un delicioso olor a rosas... rosas...
¿¿Rosas?
Hiei abrió de golpe los ojos y guió su mirada carmesí a las hermosas esmeraldas de Kurama. Se quedó mirándolo un rato, mientras el youko le dirigía una tierna sonrisa y se miró a sí mismo. Con sus brazos rodeaba la cintura del youko. El youko tenía una mano sobre su cabeza. Ah... ¿cómo había podido dormir así¡Seguro que ra muy incómodo para el zorro! Se soltó lentamente, sin atreverse a mirarle a los ojos... Justo como el día en que...
- Buen día.
-...
Hiei quería responder al saludo, pero sentía que si abría la boca, el corazón de le iba a salir. Se aventuró a mirarle a los ojos, y se perdió largo rato en la mirada verde y brillante del zorro, sintiendo las caricias sobre su cabello...
Escuchó el suave golpeteo de la lluvia contra la ventana. Era de día, sí, pero lloviznaba levemente.
- Kurama...
?Hmm?
-... ¿Te parece que... soy digno de tí-preguntó Hiei sentándose con las piernas cruzadas, alejándose de Kurama. El zorro frunció el entrecejo y lo observó unos segundos.
¿A qué viene esa pregunta?
- No me contestes con otra pregunta, Kurama -pidió Hiei. Levantó la mirada -. ¿No crees que estoy sucio¿Por qué...?
Hiei abrió mucho los ojos cuando Kurama pasó el dorso de su mano sobre su mejilla, haciendo que un agradable escalofrío recorriera su cuerpo.
¿Por qué estarías sucio, Hiei?
- Es que yo...
- No -dijo Kurama mirándolo seriamente -. No fue tu culpa. De ninguna manera debes sentirte sucio -luego sonrió -. Eres muy valioso, debes tener eso presente siempre.
Hiei pestañeó y se puso de pie. No comprendía muy bien nada. Se sentía aturdido. Le había encantado la noche anterior. Besar a alguien a quien quieres... amas... es muchisimo mejor que ser besado a la fuerza. Era, con mucha diferencia, la mejor experiencia que había tenido jamás.
Kurama se levantó y puso una mano sobre el hombro del koorime.
¿Te encuentras bien, Hiei?
- No sé... -contestó el youkai. Luego volteó a ver a Kurama -. Todo esto es muy extraño. No parece real... Yo...
- ¿Sigues recordándolo, eh-dijo Kurama mirándolo a los ojos.
- No es algo fácil de olvidar -respondió Hiei secamente. En realidad, todo ésto... el zorro y él... Le parecía imposible.
Kurama lo miró preocupado y le abrazó por detrás.
- Lo superarás -le aseguró Kurama. Luego lo soltó y sonrió.
¿Qué quieres hoy para desayunar?
Hiei se había quedado dormido después de almorzar y cual fue su sorpresa al despertar y no ver al zorro. Quizá había salido o era muy bueno jugando al escondite.
Bostezó y fue hacia la cocina, se había despertado con hambre.
- Maldición, si iba a salir debía habermelo dicho -se quejó Hiei en voz baja. Luego pensó... ¿Por qué tendría que habérmelo dicho¿qué soy de él¿ ¿Por qué tendría que exigirle nada? Después de todo... Después de todo fui yo quien decidió venir y quedarme a su lado... A su lado...
Bajó la vista. Kurama debía de haber ido a aquel instituto ningen llamado 'Universidad'. Hiei se sentía culpable por ésto. Él estaba haciendo que el zorro perdiera clases por su culpa.
Sintió una mano podarse sobre su hombro y casi salta del susto.
- Lo siento... -se disculpó Kurama -. No quise asustarte...
- Yo...
Kurama le dedicó una dulce sonrisa.
- Estaba fuera, despidiendo a mi madre.
- Hn...
-...Hiei...
Kurama lo miró con tristeza y lo rodeó con sus brazos, mientras Hiei se dejaba llevar por aquel cálido abrazo. Se preguntaba si aquello continuaba siendo una amistad. Talvez una amistad en otra fase... No sabía qué era...
Kurama lo soltò lentamente y le miró a los ojos. Esa expresión de inocencia característica sólo de Hiei. Talvez estaba haciendo las cosas mal. Talvez Hiei no estaba siquiera preparado.
¿Cómo saberlo? Hiei había pasado por tantas cosas horribles... Y él le ofrecía tan de pronto que iniciaran una relación... Talvez... Talvez no era correcto. No tan pronto.
Aunque al parecer... Hiei no estaba en desacuerdo. Se había prendado con tanta fuerza del zorro que le era imposible moverse. Lo que necesitaba Hiei era cariño. Hm... Algo de comprensión y unas cuantas sonrisas.
Y por supuesto, helado y una despensa repleta de comida.
Hiei tomó aire y se soltó del zorro. Se puso de pie y se cruzó de brazos.
¿sucede algo-preguntó Kurama mientras se ponía de pie.
- No -respondió Hiei mirando a otro lado -. Sólo que... es extraño ¿no?
¿A qué te refieres?
- No sé... a todo... y a nada en particular -respondió Hiei sentándose en la cama con las piernas cruzadas.
Kurama ladeó un poco la cabeza y parpadeó.
- Quieres decir... tù y yo...
- Ajá...
¿Te incomoda...?
- No -respondió Hiei. Luego sonrió. Una de las pocas sonrisas que sólo veía Kurama -. Sólo te comentaba... que es extraño.
Kurama sonrió confundido.
- Si tú lo dices...
Hiei suspiró. Supuso que no había sido buena idea decirle aquello. Pero...
Kurama bostezó y se recostó en la cama con un libro. Se sentó recostando la espalda en la pared que daba a la cabecera de la cama. Miró a Hiei de reojo, que estaba entretenido mirando la calculadora.
Sonrió para sí al escuchar las ligeras exclamaciones del youkai ante los sonidos de la calculadora. y al aumento de 'esas-cosas-extrañas-que-parecen-números-cuadrados'.
Kurama seguía leyendo el libro, pero Hiei ya se había aburrido de la calculadora. Bostezó y se sentó junto al zorro.
¿qué lees-preguntó como un niño pequeño al ver a su padre leer el periódico.
- Sobre Derechos y leyes. Tengo examen mañana -dijo Kurama sonriendo.
- Oh... ¿Y en qué trabajarás entonces, zorro?
- Aún no decido si la abogacía o diplomacia -dijo Kurama sonriendo a su amigo.
Hiei levantó una ceja y luego sonrió.
- Estúpidos trabajos ningen.
Pasaron el resto de la tarde en silencio. La ventana cerrada con la constante lluvia golpeando contra el cristal y dos tazas de chocolate caliente, galletas, pasteles y cosas dulces que le encantaban al youkai.
- Hagamos algo -propuso Hiei ya harto de ver leer al zorro -. Voy a morirme de aburrimiento.
- Bueno... ¿qué quieres hacer entonces-preguntó Kurama sonriendo y dejando a un lado el libro.
- No sé, por eso te lo propongo -dijo Hiei.
Ambos se quedaron mirándose durante unos momentos, como pensando en qué hacer. Y la verdad¡qué iban a hacer dentro de la casa del zorro cuando estaba su madre ahí? No tenían mucho de donde escoger.
¡Ya sé qué podemos hace-er-cantó Kurama sonriendo.
¿ah sí-dijo Hiei mirándolo cuestionante -. ¿qué?
Kurama sonrió tiernamente a su acompañante y cogió su rostro con ambas manos, admirando cómo las mejillas del youkai se ponían adorablemente rojas. Y su mirada... No había rastro de aquella mirada fría y de miedo. En vez de eso, una mirada completamente inocente casi hacía que se arrepintiera.
Acercó su rostro al de Hiei y apoyó su frente en la de él.
El pobre youkai de fuego casi estaba temblando de lo nervioso que estaba. Pero sintió que algo cálido se deslizaba dentro de su estómago. No era ni parecido a ciertas mariposas que había sentido momentos antes.
Acercó lentamente y con timidez sus labios a los del zorro, haciéndolo retroceder y acorralándolo contra la pared que daba a la cama. Era extraño, pero era agradable. Sentirse querido y necesitado por alguien a quien conocía desde hacía tanto. Profundizar en aquella inquebrantable y gran amistad que existía entre los dos. Pero... sentía que algo faltaba. Quería... Se sonrojó ante el hecho de pensarlo. Simplemente nunca había pensado algo tan... No... Pero aún así... Quería probar la piel del zorro, sentir su sabor... La piel suave de su amigo, tentativa y agradable al tacto.
Se separó lentamente del zorro sin dejar de besar toda la línea desde su mentón hasta su cuello, el cual lamió suavemente, disfrutando su agradable sabor y textura, besando sus cuerdas vocales y mordiendo suavemente aquel lugar. Kurama dejó escapar un suave gemido. El youkai se detuvo repentinamente y miró a Kurama, quien le devolvía la mirada algo sorprendido y confuso.
¿Sucede algo-preguntó Hiei mirándolo con preocupación -. ¿Te hice daño?
- Eh...? Oh no, en lo absoluto, Hiei. Todo lo contrario -dijo Kurama sonriendo comprensivamente.
¿Entonces por qué hiciste ese sonido...?
¿Shuuichi-preguntó desde afuera la madre de Kurama, haciendo que ambos muchachos casi sufrieran de un paro cardíaco y Hiei cayera de la cama totalmente asustado y aturdido -. Shuuichi, baja a cenar, la comida está lista.
Shiori bajó sin siquiera pensar que había interrumpido un momento demasiado especial en la vida de su hijo.
Hiei pestañeó dos veces antes de volverse de pie y apoyarse contra la pared.
¿Me esperas? Subiré en un momento -dijo Kurama sonriendo.
- Haz lo que quieras -respondió el youkai cerrando los ojos. Y se hubiera mantenido así si Kurama no le hubiese dado, fugazmente, un beso en el cuello. Hiei sintió un extraño calor invadir todo su cuerpo y terminar en cara, en la cual ya no se distinguían los ojos del resto.
Kurama salió y le dedicó una última sonrisa.
Hiei tomó aire y se sentó en la cama. Miró por la ventana, aún llovía y seguramente estaba haciendo frío. Como aquella noche...
Hiei sacudió la cabeza para alejar aquello de su mente, ahora que empezaba a sentirse feliz. No podía arruinarlo con algo como eso. No ahora. Nunca.
Se llevó la mano a la frente, sintiendo un dolor punzante e insoportable.
Abre la ventana
Como si estuviese hipnotizado, Hiei obedeció y abrió la ventana, apenas sintiendo el frío y las gotas que empezaban a caer en su cuerpo
La katana... busca tu katana...
Hiei cogió rápidamente la katana y la ajustó torpemente en el pantalón que Kurama le había dado.
Ahora... ven
Hiei subió al marco de la ventana, apenas consciente que la puerta de la habitación del zorro había sido abierta.
- Hiei... ¿Hiei, qué estás haciendo-exclamó Kurama yendo rápidamente hacia su amigo.
Ven...
Hiei hizo caso omiso de la pregunta de Kurama y saltó. Parecía saber perfectamente a dónde ir.
¡Hiei!
Kurama saltó también, siguiéndolo. ¿Hasta dónde pretendía ir aquel demonio de fuego?
Hiei corría a tal velocidad, y la lluvia junto con la neblina era tan espesa que Kurama empezaba a tener problemas para seguir a Hiei.
En cuanto al youkai... Era como si le hubiesen vaciado el cerebro, aunque sabía a la perfección que no era su voluntad la que predominaba sobre sus movimientos. Todo el trayecto tuvo intenciones de detenerse e irse con Kurama, pero su cuerpo no quiso hacerle caso.
Estás cerca... Sólo un poco más...
Hiei sentía que aquella voz era conocida... Ya la había escuchado en algún lugar, estaba seguro de ello. Sin embargo, la curiosidad pudieron más que la voluntad sobre su consciencia y terminó por acceder completamente hacia donde llamaba la voz. Vagamente se daba cuenta que se estaba adentrando en un bosque. La lluvia no parecía sacarlo de su ensimismamiento. Se abría paso a través de matorrales y grandes malezas.
Había llegado a un claro rodeado de árboles. Al parecer no había nadie. Hasta que empezó a escuchar algunas risas.
Kurama había llegado también, retirándose el cabello de la cara y recuperando el aliento. Hiei se había detenido, cogiendo con fuerza la katana y mirando al frente, en algún punto de la nada.
- Hiei...
El jaganshi reaccionó a la voz de Kurama y volteó, mirándolo fijamente.
¿qué rayos estamos haciendo aquí, Kurama?
- No lo sé... ¿qué sucedió? Saliste por la ventana y...
Un rayo hizo que ambos centraran su atención al centro del claro, donde tres figuras se aparecieron, sonriendo.
Hiei dejó escapar un grito ahogado.
Eran ellos.
- Nos volvemos a encontrar -dijo el chico de cabello dorado, mientras sonreía y se acercaba junto a sus otrso dos acompañantes.
Hiei dio un paso atrás instintivamente, volteando a ambos lados y ver cuál era el mejor medio para escapar.
- No lo creo -dijo el mismo ser -. ¿Por qué querrías escapar¿No querías matarme con tus propias manos?
Hiei sentía la humillación ardiéndole por dentro, pero de ninguna manera se rebajaría a hacerles caso.
El ser desvió la mirada de Hiei hacia Kurama, que todavía no entendía nada de lo que pasaba.
¿Y ese-preguntó acercándose a Kurama, que había sacado rápidamente una rosa -. ¿Tu novio?
- Cierra la boca -dijo Hiei con furia -. No te dirijas a él, no te atrevas a...
¡A qué? Estás a mi merced, Hiei¿no lo entiendes?
¿qué?
Se escucharon más risas y el ser empezó a caminar alrededor de Hiei -. Y ese -indicó señalando a Kurama -. No se podrá mover en mucho tiempo.
Hiei volteó y vio a Kurama, tratando inútilmente de ponerse de pie.
- K-kurama!
- Ah... ¿Kurama, eh? Qué interesante -dijo el ser mientras se acercaba a él.
¡¡Aléjate de él! Te lo advierto...
- No puedes hacer nada -dijo el tipo simplemente -. Ya te lo dije. Yo te controlo.
Y al siguiente instante, Hiei se retorcía en el suelo de dolor. Un dolor profundo y desgarrador en su pecho. Sentía que ardía, era tan doloroso...
- Ese jagan que tienes me fue muy útil -siguió el tipo yendo hacia él -. Con él fui capaz de traerte hasta aquí. Contigo fuera del camino, el Reikai será nuestro.
¿Conmigo fuera del camino-farfulló Hiei sin entender -. Pero yo no soy dueño del Makai.
- Pero Mukuro sí que lo es. O al menos, es una de los señores del Makai.
¿Y qué con eso?
- Por favor, Hiei, piensa un poco. ¿Quién es la persona más allegada a Mukuro? Tú¿quién es la persona con quien más anda? Tú¿quién es la persona más importante para ella?...
- No lo sé, déjame adivinar... Yo -dijo Hiei en tono sarcástico.
- Exacto. Por eso, Hiei, sacándote del camino, podríamos vencer más rápido a Mukuro. Y luego a Yomi. Es así de simple.
- Son unos idiotas.
Esto era ridículo. ¿Por qué tenían que enfrentarse a Hiei para dominar el Makai? Siempre había sabido que ra muy fuerte, cierto, pero... ¿Dueño del Makai¿Y todas esas tonterías sobre Mukuro?
Hiei volvió a sentirse coom hipnotizado.
La katana... empuña la katana...
Hiei obedeció.
Mátalo... Mátalo de una vez... Sangre... deseas sangre... quieres verlo sangrar... mátalo...
Hiei volteó hacia Kurama, con la mirada totalmente nublada. No tenía control sobre él. Y Kurama lo notó, pero no podía moverse.
¡Hiei! '¡Deténte¿qué piensas hacer?
El tipo de cabello dorado se paró justo al lado de Kurama, sonriendo maliciosamente y con total frialdad siguió emitiendo órdenes al youkai.
Mátalo...
"·Sí... eso haré... Lo mataré..."
Clava tu katana... que sangre...
- Hiei...
- matarlo... -dijo Hiei con voz apagada y profunda, alzó su katana.
¡Hiei!
¡¡¡MATALO!
Hiei clavó su katana... Se escuchó un agudo grito de dolor y risas estridentes, malévolas. Una sonrisa de satisfacción se cruzó por el rostro hipnotizado de Hiei. había cumplido su orden
Más risas se desvanecían en el oído de Hiei.
Había empezado a llover. El frío y las gotas hicieron reaccionar bruscamente al youkai. Levantó la mirada. Sintió su katana en la mano... Sangre... su katana estaba chorreando sangre...
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Holas! n.n yeeee, actualicee! T.T creo que ya tengo todos mis fics de yyh actualizados. T.T no me lo puedo creer, oh sí.
Sí, sí, los he dejado en intriga. Hm... Yo sólo espero que no me maten u.u
Ahora tengo que pensar en los sentimientos de culpabilidad de Hiei... u.ú no, creo que eso no es buena idea.
jeje, en realidad, ya tengo todo planeadoñaca ñaca
Em... Bueno, yo los dejo n.n
Espero les haya gustado el capi
REVIEWS!
