Nota: los personajes y los nombre son propiedad del profesor Tolkien y sus herederos. Volví a escribir esta historia que la había dejado hace ya bastante tiempo, supongo que algún día tenía que terminarla por si a alguien todavía le interesa.

Porque los elfos no deben volar 6

-Esto es muy divertido –dijo Elladan –Pero comienzo a tener hambre.

-Yo también –dijo Amras –volvamos, no vaya a ser que comiencen a almorzar sin nosotros.

-Sabes como aterrizar? –preguntó Elladan.

No había pensado en eso –dijo Amras –Pero supongo que Curufin sabe, vamos volando a casa y le preguntamos.

Buena idea, así no tendremos que caminar.

Tan pronto como les fue posible Elrond, Thranduil y Gandalf llegaron a la casa de los hijos de Feanor, el primero en llegar fue Thranduil que se bajó inmediatamente de su caballo y comenzó a llamar a su hijo.

-Legolas! Legolas! donde estás responde.

-calma Thranduil, no consigues nada gritando –dijo Elrond.

-tal vez tú no consigas nada, pero yo tengo que encontrar a Legolas –dijo el antiguo rey de Mirkwood con sincera preocupación –tú no lo viste alejarse por los cielos. Legolas!

-Es sospechoso, que no hay nadie aquí? –dijo Mithrandir –supuse que aun los hijos de Feanor saldrían con tanto alboroto.

Elrond se acercó a la casa y vio una nota rápida pegada en la puerta.

'Amras, tuvimos que salir de salir de casa por asuntos urgentes en Valinor, cuida de Elladan, volveremos pronto, firma Maglor'

-no hay nadie en casa –dijo Gandalf

-Y Legolas? dice donde está Legolas?

-Que tiene que ver Elladan e todo esto? –se preguntó Elrond sin saber que su duda sería muy pronto absuelta.

Raudo por el cielo, venían bajando Amras y Elladan.

Elrond, Thranduil y Mithrandir tuvieron que poner cuerpo a tierra para evitar ser golpeados por la máquina voladora que tuvo un aparatoso aterrizaje. Elrond fue el primero en levantar su cabeza y ver en medio del polvo levantado a uno de sus hijos sobre aquel artefacto que daba visos de haberse estrellado

-Elladan! Baja de ahí!

-hola papá –dijo Elladan –también viniste a ver el magnifico aparato volador de Maedhros y sus hermanos?

-Eso quiere decir que te subiste por voluntad propia?

-Y Legolas? donde está Legolas? no lo habrás hecho caer por el camino?

-Legolas no vino con nosotros –dijo Amras –él ya sabe como volar. Por cierto donde está.

Gandalf le alcanzó la nota de Maglor, pero Amras estaba más preocupado por otra cosa.

-Y tu barba? –dijo observando de cerca el rostro de Mithrandir –nunca vi un Maia sin barba, es la nueva moda?

-Lo que me faltaba –bufó el peregrino gris –otro elfo sin sentido común.

-que conoces a varios? –preguntó Amras distraído leyendo la nota –bueno ya que mis hermanos tardarán, será mejor almorzar sin ellos, vienen con nosotros?

-que no te interesa a que fueron tus hermanos hasta Valinor? –preguntó extrañado Thranduil –Debe ser algo serio, para que se hayan marchado repentinamente

-no es la primera vez –dijo Amras –en lo que regresan podemos ir de paseo en la máquina de Curufin.

-estás loco! –dijo Mithrandir –me verás bailar en ropa interior en los pasillos de Mandos, como decía Legolas antes que subirme a esa descocada máquina tuya.

-Para ser un Maia eres muy cascarrabias –le dijo Amras –Pero si esa es tu decisión te tomaré la palabra, y sea que si acaso me pides luego subir a mi artefacto volador, bailarás como tú dices en ropa interior en los pasillos de Mandos, aunque te advierto que es algo frío.

-Seré tu testigo –dijo Thranduil olvidando momentáneamente sus problemas –Elrond también.

-No señor, no quiero volver a meterme en esos problemas, ya suficiente tuve con los sermones de Celebrian por tu culpa –Elrond dijo rápidamente –además todavía no encontramos a nuestros hijos.

-Deben estar con Maedhros –dijo Amras –no pueden estar en mejores manos, no debes preocuparte, Maedhros sabe bien lo que hace. Mientras entremos a la casa y comamos algo.

Amras entró en su casa seguido de Elladan.

-Vamos padre, señor Thranduil, seguro volverán para el anochecer –dijo Elladan –Si algo malo le hubiera pasado a mi hermano, yo sería el primero en saberlo.

-En eso tiene razón –dijo Elrond –aunque no deja de ser extraño.

-que cosa? –preguntó Thranduil

-Es la primera vez que Elladan y Elrohir se separan.

-tenía que pasar –dijo Gandalf –tú tuviste que separarte eventualmente de Elros.

-Quieres decir que uno de ellos tomará el camino de los hombre? –dijo preocupado Elrond.

-es probable –dijo Thranduil haciendo sentir mal al Peredhil, y es que Elrond sintió mucho su separación de Elros –perderá a uno de ellos eventualmente

-A este paso no será antes de que tu hijo visite a Mandos y sus recintos –dijo Gandalf con muy poco tacto

Thranduil calló, ya no quería bromear con este asunto, porque sabía bien que era muy posible si Legolas insistía en hacer amistad con los hijos de Feanor, que definitivamente no eran una buena influencia, su mirada se apagó y hasta sus cabellos perdieron algo de su dorado.

-tranquilo –le dijo Elrond –es como dice Elladan, si están con Maedhros no hay nada que temer, él sabe lo que hace.

-Sinceramente no sé lo que hago –dijo Maedhros montando al lado de Fingon –como fue que mis hermanos lograran engañarme.

-No te culpes Russandol –le dijo Findekano –hay cosas que se salen de nuestro control.

-He debido saber que algo tramaban cuando invitaron a Legolas –dijo Maedhros.

-Legolas es aquel muchacho que está con Celebrimbor? –preguntó Fingon.

-Es uno de los nueve, partió con los medianos para destruir el anillo único –dijo Finrod.

-Hay algo que no sepas primo? –le dijo Fingon el valiente

-No sé como hacer que Galadriel deje de comportarse como un varón –dijo Finrod –creí que cuando se casara las cosas serían más normales, pero supongo que por eso papá le puso Nerwen.

-siempre tuve mis dudas respecto a eso –dijo Caranthir que los había estado escuchando en silencio –dime algo primo Findarato, Angarato por qué no vino?

-Dijo literalmente que prefería quedarse en casa a escuchar tu horrible voz –dijo Finrod –no lo tomes a mal primo, pero a veces eres insoportable.

-si yo me he portado bien –dijo Caranthir solemne, aunque luego de ver el ceño fruncido de Maedhros añadió –últimamente, digo, no me dirán que traté mal a Legolas, de hecho él parece haberme tomado cariño.

Fingon, Finrod y Maedhros lo miraron fijamente.

-si no me creen, puedo preguntarle si acaso he hecho algo en su contra.

-No hace falta –dijo Fingon

además por lo que sé Legolas no es un buen parámetro –dijo Finrod –Es amigo hasta de los enanos, es natural que tú le agrades

-me estás comparando con un enano? –refunfuñó Morifinwe

-Yo no he dicho eso, pero tu afición por las joyas es muy parecida

Caranthir abrió la boca un par de veces sin emitir sonido alguno, vaya que le molestaba que le ganen en un duelo de palabras, algo que ultimadamente se hacía muy común, hasta que finalmente dijo

-Por lo menos yo no le tengo miedo a los lobos

y con un respingo de nariz Caranthir se adelantó con Celegorm y Curufin, mientras a la vanguardia Galadriel y los demás llevaban prisa por llegar a Valinor para que juzguen a Maedhros y sus hermanos.