Nota: es gracias al profesor Tolkien y su magnifica obra que podemos escribir fics con sus personajes tan lindos, lo digo como muestra de agradecimiento y respeto, pero sobretodo para que no me demanden por eso de los derechos de autor y esas cosas
Porque los elfos no deben volar 8
-Estás seguro! –fueron las palabras que dijeron al mismo tiempo Thranduil y Elrond. Era ya el atardecer del día siguiente, al parecer el vino que Amras les dio fue muy fuerte para ellos, y según dijo Telvo sólo les dio una tercera parte de lo que su padre necesitaba para conciliar el sueño, tal vez era porque el fuego de su espíritu ardía más fuerte.
-Si no me crees aquí está la nota que trajeron que dice que todos los implicados deberán asistir al juicio en contra de Maedhros y sus hermanos en Taniquetil, si no asisto me declaran rebelde y ya sabes lo que les pasa a los elfos rebeldes –dijo Elladan.
-Como yendo a caballo no los alcanzaremos –dijo Amras –pensamos que la única forma de llegar a tiempo es en la máquina voladora.
-No es mala idea –dijo Gandalf, que creyó tener oportunidad de verse libre de las discusiones entre estos dos elfos –deberías acompañarlo para ver que esté bien
-No permitiré que Elladan vuelva a subirse a esa cosa entiendes? –dijo Elrond –por qué se llevaron a Elrohir, si estuviera aquí ya me lo habría llevado a casa, él no se mete en problemas como Legolas.
-Si se lo llevaron a él también seguro es por algo –dijo Thranduil –o te olvidas ya que vimos a Elladan volando sobre nuestras cabezas.
-Elrohir es un testigo –dijo Elladan –como yo, por eso debo ir con ellos.
-claro que irás –dijo Olorin –y ustedes también deberían ir, ya que ustedes vieron como son de peligrosos estos vuelos sin autorización de los valar.
-Como que nosotros deberíamos ir? –dijo Thranduil –no nos convocaron.
-La nota dice bien claro que convocan a todos los implicados, hasta donde sé sus hijos son los que estaban volando por Aman.
-Pero no podemos ir –dijo Elrond –No puedo ir, Celebrian me matará si me ve implicado en un juicio, nada menos que ante los valar.
-Tranquilízate Peredhil –dijo Thranduil –se ve que no hay más remedio, lo dice claro el papel, todos los implicados tenemos que ir, y eso te incluye a ti Mithrandir.
-Que! estás loco! –exclamó Gandalf.
-Dice bien claro en la nota –leyó Thranduil –todos los implicados, si tú no hubieras hecho esa estúpida apuesta con Legolas nada de esto hubiera pasado.
Los tres comenzaron a discutir entre ellos, argumentando diferentes motivos por los que debían ser los otros y no ellos los que estaban obligados a asistir al juicio de los Valar.
Gandalf miró alrededor, no había escapatoria, una vez más estaba envuelto entre los problemas de los elfos, miró a Amras quien sólo se encogió de hombros y salió de la habitación.
-Entonces tendré que arreglar la nave para cinco personas, supongo que puede hacerse –dijo Saliendo de la habitación dejando desconcertados a los elfos y el Maia –vienes Elladan?
Elladan salió con Telvo y sólo cuando estuvieron afuera habló.
-no creí que vendrían también –dijo Elladan –pero creí que sin una nota no me dejarían ir a Taniquetil.
-Lo sé, debo decirte que me sorprende tu habilidad para imitar la letra de Finrod –dijo Amras tan tranquilo como siempre –tal vez sea lo mejor, imagina, si logramos convencerlos de que no es tan malo volar como ellos creen, creo que podremos tener aliados en el juicio.
-Tienes razón –dijo Elladan –crees que podremos terminar a tiempo?
-Curufin no es el único con habilidades –dijo Telvo –Todos nosotros sabemos usar bien las herramientas.
La incesante marcha tomó frutos cuando la comitiva de elfos divisó Taniquetil a lo lejos, ya estaban cerca de la residencia de los Valar, los primeros que los vieron llegar fueron los elfos vanyar que asomaron sus doradas cabezas por las puertas de sus moradas cuando los otros elfos, en su gran mayoría noldor, pasaban raudos por sus calles.
Los murmullos en la ciudad de los vanyar se acrecentaba a medida que la comitiva se acercaba a Taniquetil, donde según decían alguno de los rumores, el mismo Manwe estaba esperando junto con Varda, su esposa.
-Dicen que son los hijos del Espíritu de Fuego –comentó un elfo vanya.
-Serán juzgados nuevamente? –preguntó otro.
-Que fue lo que hicieron esta vez? –decía otro.
-Creo que casi matan a un elfo gris –dijo Caranthir detrás de estos conversadores elfos vanyar –por poco y lo logran, pero siempre hay una segunda oportunidad.
-Carnistir! No te retrases! –le gritó Maedhros que ya estaba sobre su caballo.
Fingon a su lado de pie, ya que su caballo todavía estaba en el abrevadero junto con los caballos de otros elfos de la comitiva.
Morifinwe no tuvo de otra más que hacer caso de su hermano mayor, después de todo, no necesitaban más problemas, aunque disfrutaba y de gran manera el asustar así a los elfos vanyar, estos últimos casi habían saltado cuando lo escucharon, y es que la fama que tenían los hijos de Feanor, era a veces aprovechada por Caranthir y sus hermanos para jugar bromas a elfos más inocentes.
Por su parte Galadriel estaba impaciente, de haber sido por ella no hubieran hecho esta parada tan innecesaria, que de no haber sido por Finrod, que prácticamente tuvo que detener al caballo de Artanis, no hubiera accedido a permitir este breve descanso.
-Vamos de una vez! –urgió Nerwen
-Cual es el apuro? –le dijo Maglor –hasta donde sé, Manwe Sulimo no irá a ninguna parte, no creo que le moleste esperar un poco.
-Deberías mejor preocuparte por lo que le vas a decir –le dijo Findarato –no es bueno molestar así a los Valar por trivialidades.
-no son trivialidades –dijo ofendida Galadriel –el que a ti no te importe que los hijos del Espíritu de Fuego rompan su palabra y abandonen su confinamiento es tu problema, pero yo no permitiré que ellos vayan y vengan a por donde les plazca.
Nerwen azuzó a su caballo y reinició la marcha, mientras Finrod suspiraba.
-Donde está Celeborn para controlarla.
