Nota: Los personajes y lugares son parte de la obra del buen profesor Tolkien, ya es el último capítulo de esta historia, espero que les haya gustado leerla tanto como a mí me gustó escribirla. Les agradezco a todos sus reviews.

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Porque los elfos no deben volar 12

Gandalf se acercó lentamente al centro de la plaza, todavía en silencio, era seguido de cerca por miradas escrutadoras de elfos, maiar y valar, se detuvo cuando llegó al lado de Legolas.

-Así que fue por eso –dijo Manwe y su semblante cambió completamente, ya no era serio y preocupado, pero se podía ver el gran esfuerzo que hacía para no echarse a reír delante de todos –fue por eso que te despediste de tu barba!

-Ja ja ja ja ja ja! –todos los valar, incluso Namo rieron juntos

-Eonwe jamás nos dijo porque habías decidido cortarte las barbas, ja ja ja ja! –dijo Tulkas

-creíamos que se trataba de una nueva moda que tratabas de imponer –dijo Ulmo.

-Cuál? La de barbillas afeitadas y sombreros puntiagudos? –le siguió la corriente Lorien –eso sería estupendo para la primavera!

-dinos que nos traerás? –preguntó Este

-Podríamos vestir camisas con flores bordadas! –Orome no quería perderse de la diversión

-Le diré a Vairie que empiece con los bordados –dijo Mandos sin poder contenerse más

-Yabanna puede darle los diseños –Aule dijo casi sin aire de tanto reír.

-Te verás bien Mithrandir!-dijo la esposa de Aule –prefieres margaritas o rosas?

-Ves lo que provocas Greenleaf! -dijo Gandalf –me has convertido en el hazmerreír de todos los valar

-No te desquites con Legolas, no es su culpa que hagas apuestas siempre que creas tener la razón –defendió Thranduil a su hijo.

-lo que me recuerda –dijo Amras –que hay de nuestra apuesta?

-Cuál apuesta? –dijo Mithrandir

-La que hiciste conmigo antes de venir.

-Silenció –cortó Galadriel a Telvo -no hemos venido aquí a hablar de tontas apuestas sino a que los hijos de Feanor sean enjuiciados y castigados!

-ah sí, el juicio –dijo Manwe todavía sonriendo –quedan todos libres de cualquier culpa o sospecha

-como que libres –dijo Galadriel indignada –pero si ustedes mismos vieron que lo que dije era verdad, los malvados hijos de Feanor construyeron su máquina voladora para recuperar el Silmaril...

-De eso no tienes pruebas –dijo Kurvo.

-Como puedes demostrarlo –dijo Turko.

-Pues lo vi en mi espejo –afirmó Galadriel

-Otra vez con lo mismo –dijo Mandos enojado –a ver tú Nelyafinwë dime querías tu recuperar el Silmaril?

-yo? Para nada –dijo tajantemente Maedhros.

-Eso es suficiente para mí -dijo Mandos

Pero cómo, si fue él mismo que incluso se llevó los Silmarili que Eonwe recuperó de Morgoth...

-Y luego los puso a buen recaudo –dijo Mandos –por eso los liberé de mis pasillos, porque, el juramento terminó esa vez.

-a que se refiere? –preguntó Legolas con algo de curiosidad

-A que los hijos de Feanaro juraron recuperar los Silmarili de quien fuera, y así lo hicieron, lo que hagan con ellos después es su problema –dijo Mandos encogiéndose de hombros.

-Pero no he terminado –dijo Nerwen viendo perdida su batalla –ellos abandonaron su confinamiento en Formenos, te vi Caranthir y Elrond y Gandalf también. Diles Elrond!

-Pues es cierto –dijo Elrond tímidamente –vimos Caranthir volando.

-Y luego le echó encima a Galadriel una rana muy fea -dijo Thranduil contento–me acuerdo perfectamente de ese día

-Así que volando? –dijo Aule –está claro entonces, la prohibición decía que no debían poner un pie fuera de Formenos, Y Caranthir vino volando no caminando, no hay cargos en su contra.

-Pero yo...

-Lo siento pequeña –dijo Orome –otro día charlamos, ahora tenemos que marcharnos

Y así los calar uno a uno se fue yendo del lugar dejando a Galadriel sola en medio de la plaza.

Por su parte Celeborn y los gemelos examinaban de cerca la máquina de los hijos de Feanor.

-Y puedes avanzar grandes distancias en muy poco tiempo –dijo Elladan

-Enserio? –dijo Celeborn mirando con dirección a Galadriel –creo que puede sernos útil ahora, su abuela no anda de muy buen humor, sabes conducir esta cosa?

-Claro que sí –dijo Elladan.

-Oye Maia –dijo Telvo –que no piensas cumplir tu promesa?

-no me molestes elfo –dijo Mithrandir –suficientes problemas se armaron gracias a la primera apuesta.

-Pero tú lo prometiste –dijo Amras

-que apuesta es esa? –dijo Eonwe

-ninguna que te interese –le contestó rápidamente Gandalf

-Pues que Bailaría en ropa interior en los pasillos de Mandos si acaso algún día subía la máquina voladora de papá –le dijo Amras –Elladan, Elrond y Thranduil son mis testigos

Elrond Thranduil y Elladan asintieron con la cabeza

-Una promesa es una promesa –dijo Eonwe

-Tú le prometiste a Ambarussa –dijo Maedhros -nosotros siempre cumplimos nuestras promesas

-Pero ustedes no entienden –dijo Gandalf –era un Balrog, en Aman!

-Querido Olorin –dijo Telvo –me dijeron que eras un experto usando los fuegos artificiales, nunca creí que caerías en esa trampa.

-Usaste mi Balrog de cartón? –dijo Turko –lo estaba guardando para Findarato, pero parece que le diste un buen uso.

-Buen uso? –refunfuñó Gandalf –malvados elfos, me las pagarán algún día

Aunque tal vez el pago llegué más pronto de lo esperado por Olorin

-Otra vez con las tontas apuestas de Mithrandir Elrond? –dijo Celebrian –eres el colmo, no puedo dejarte un momento ya te metes en problemas, no me extraña lo de la guerra del anillo, de ahora en adelante no dejaré que salgas con tus amigos...

-Es una pena –decía Thranduil disfrutando el ver a Lord Elrond en tantas dificultades y sin conocimiento o poder que pudieran librarlo, pero su sonrisa duró poco ya que...

-Thranduil! –dijo Oropher –cómo fue que permitiste que Legolas llegara hasta el mismo Mandos buscando a Feanor.

-Pero padre, no lo sabía, fue antes de que llegara.

Y por que no mandaste a Legolas solo a un viaje tan peligroso, tu deber era acompañarlo a tierras imperecederas

-No vine solo –dijo Legolas –Gimli el enano me acompañó.

-Un enano! –dijo sorprendido Oropher –y tú lo permitiste, como fue posible que mis descendientes hicieran amistad con los enanos, eso está bien para Eol, la oveja negra de la familia, no para nosotros, elfos respetables...

-que problemas –dijo Maglor –y luego hablan mal de nosotros.

-que esperabas? –dijo Caranthir –son los parientes de Angarato.

-Te oí Oscuro Finwe! –dijo Angrod que estaba con sus hermanos –esto no se queda así

Angrod y sus hermanos corrieron hacia los hijos de Feanor.

-Que dices Turko? –dijo Curufin

-que no estoy en forma –dijo Celegorm –tal vez no acabemos con ellos tan pronto

-Yo pido a Angarato –dijo Moryo

-Y yo a Aikanaro –dijo Kurvo

-No me queda más que Findarato –dijo Turko –tú Telpo encárgate de Orodreth

-que? –dijo Celebrimbor.

-si no quieres ir tú iré yo –dijo Ereinion, siguiendo a sus tíos –a la carga!

Y los hijos de Feanor fueron al encuentro de sus primos para caerse a golpes como cuando eran unos niños.

Un tiempo después los tranquilos recintos de Mandos tenían visitas poco habituales

Por suerte Mandos no dejó entrar aquí a nadie más que al Ultimo Finwe, Elrond, Thranduil y Elladan –decía Olorin en paños menores con su escasa barba que apenas aparecía gris en su barbilla.

Y así mientras Amras tocaba la flauta que Kanafinwe le había prestado, una alegre tonada que Legolas le enseñó, que a su vez fue aprendida de Peregrin Brandigamo, Gandalf el gris bailaba por los pasillos de la misma manera que Frodo bailó una vez en el cumpleaños de bilbo.

Mientras afuera una muchedumbre de elfos, Maiar y Valar se reunieron.

-JA JA JA JA JA JA! –reían en coro todos juntos.

-Es un gran invento esto del Palantir -dijo Fingon.

-Fue una gran idea enviar a Amras con un Palantir pequeño –dijo Elrohir

-Y colocar uno grande aquí afuera –dijo Elladan mientras veía en vivo y directo por medio de la enorme esfera a Olorin dando giros y saltando.

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