Capítulo II: "Dudas y Rencor"

Kagome estaba bastante deprimida después de lo que había presenciado la noche anterior. Aunque estaba confundida con la visión que había tenido, no podía explicar el haber regresado al Sengoku a través del árbol sagrado, pero lo que más la desconcertaba, y también más lastimaba, era el haber presenciado aquella conversación entre Inuyasha y la sacerdotisa Kikyo. Le lastimaba las palabras dichas por el hanyou, su deseo de volverse humano para estar con ella.

.Inuyasha es un maldito... - Se decía una y otra vez tendida en la cama con unas pronunciadas ojeras que demostraban que no había descansado. Qué frustrante. Sentirse completamente engañada... ¿porqué Inuyasha le había mentido de una manera tan descarada todo este tiempo¿Porqué no fue sincero y le había dicho que quería la perla para poder estar al lado de su amada Kikyo? Tal vez así el dolor no hubiera dañado tanto... ¿hubiera lastimado igual? Tal vez sí... lastimaba saber por él o por los demás, que él seguía enamorado de su antiguo amor.

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.Argggg¿Porqué Kagome no regresa¿No dijo que sólo iba a dar un examen y luego volvería? Hoy debía volver y aún no lo ha hecho!

.Tranquilo Inuyasha, tal vez la señorita Kagome tuvo algún imprevisto- Dijo el monje Miroku.

.Inuyasha... a propósito... ¿dónde estabas anoche? Desperté y tú no estabas.- Dijo Shippo mirándolo con inocencia. El hanyou sintió una punzada en el corazón. Odiaba ser sorprendido en asuntos personales. ¿Cómo iba a decirles que sintió la presencia sobrenatural de Kikyo y corrió para verla? Sabía que nadie del grupo aprobaba su "relación" con la sacerdotisa.

.Eso... a ti no te importa. Iré a buscar a esa tonta a su época.- Dijo enojado dejando a todos un poco sorprendidos.

Corrió velozmente hasta llegar al pozo. Sí, había tenido un encuentro furtivo con Kikyo y eso le pesaba en la conciencia. ¿Porqué sentía que engañaba a Kagome cada vez que hablaba con Kikyo? Tal vez porque sabía que eso lastimaba a la chica. Culpa. Un miserable sentimiento heredado por su parte humana y no quería tenerlo. Suspiró pesadamente comprendiendo que los sentimientos nunca serían borrados o eliminados de su alma. Tal vez lo mejor sería recompensar de alguna manera a Kagome y así evitar que el sentimiento de culpa lo siguiera lastimando. Sonrió satisfecho al ver unas bellas flores silvestres no muy lejos del pozo y escogió las más bonitas hasta hacer un pequeño ramillete, que luego llevó a la otra época.

Caminó por el patio del templo y todo estaba tranquilo. Tal vez sería prudente darle la sorpresa a la chica en su habitación mientras ella volvía de la escuela. Cuando abrió la ventana se sorprendió de verla tendida en la cama con la almohada en la cabeza.

.¿Kagome?- Preguntó él sorprendido. La chica entonces se quedó paralizada. Sintió la voz del hanyou y no pudo evitar sentir una ola de rabia y rencor contra él. Se quedó quieta, sin deseos de mirarle la cara. El chico esperó a que ella se descubriera pero como esperó en vano, caminó enojado hasta ella y le arrebató el almohadón.

.Tonta¿No dijiste que volverías hoy¿Porqué aún estas aquí?- Dijo enojado, sin aún poder ver la cara de ella.

.Vete... fuera de mi alcoba.- Dijo ella apenas. Inuyasha se acercó más a ella aún con el ramillete de flores en sus manos sin entender bien lo que había escuchado.

.¿Que¿Qué dijiste?- Dijo al tiempo que le tomaba el hombro y la obligaba a mirarlo. Ella sólo golpeó su mano y se levantó de la cama, mirándolo con odio. Inuyasha vio sus ojos enrojecidos e hinchados.

.Qué... ¿qué pasó?- Preguntó asustado, creyendo que la chica tenía alguna clase de problema.

.No me pasó nada.- Respondió ella fría y cortante, mientras lo miraba con rabia.

.¿Cómo que no pasa nada?- Dijo él preocupado- Estabas llorando... - se acercó a ella y le tendió la mano con el ramillete de flores- yo... te traía esto... - dijo y sintió un leve calor en las mejillas. Ella lo miró sin expresión, tomó las flores y luego las arrojó al suelo.

.¡No quiero esta basura!

Inuyasha sintió que la rabia iba acrecentado poco a poco.

.Oye tonta, qué te pasa! Estas loca!- Gritó.

.Fuera de aquí Inuyasha... no quiero verte, fuera!- Gritó ella al tiempo que se abalanzaba hacia él para empujarlo de la habitación. El hanyou, aún desconcertado y también un poco enojado sólo atinó a sujetarle firmemente las muñecas, mientras veía con algo de incredulidad el arrebato de la chica. Kagome se sintió completamente inmovilizada con las manos de él fuertemente sobre sus muñecas y lo miró tristemente, ya más controlada.

.Me... lastimas...

El hanyou la miró y la soltó rápidamente, mientras la veía que se sobaba las muñecas.

.Lo siento Kagome...

Eso ella no se lo esperaba. Ella era la que lo estaba lastimando y era él quien pedía disculpas. Aquellas palabras de disculpas del chico fueron como el detonante para salir de su angustia y sufrimiento. Lo miró y no supo que decir. Bajó la vista sin saber qué decir y todo se quedó en silencio. Inuyasha, desconcertado, no sabía qué hacer. No sabía que era lo que estaba sucediendo con ella.

.Vienes... a buscarme ¿verdad?- Preguntó al fin, sin levantar la vista del suelo.

.Dijiste que volverías hoy... – Respondió él en un murmullo, dudando un poco. Vio el rostro de ella que se volteaba hacia el lugar en que las flores se encontraban tiradas, en un rincón de la habitación.

.Si... si... hoy... - Dijo ella para sí misma, mientras se secaba los ojos con la manga de la blusa y sin decir una sola palabra tomó la mochila que estaba sobre el escritorio y se la puso al hombro.

.Ya vámonos.- Dijo ella, mientras salía de la habitación. Inuyasha se quedó paralizado, sin entender qué era todo lo que había sucedido... pero lo averiguaría, sabía que algo malo le había sucedió a Kagome y que en parte era su culpa ¿qué demonios había hecho ahora!

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Ninguno de los dos volvió a hablar en el camino. Tampoco lo hicieron delante del grupo y sus amigos entendieron que algo había sucedido con ellos, aunque ninguno se atrevía a preguntar la razón de esta nueva pelea. Se quedaron unos días en la aldea de la anciana Kaede, puesto que Sango tuvo un imprevisto resfriado que los obligó a permanecer a su lado, ayudándola y cuidándola.

.Será mejor, que vayan ustedes, cof, cof, no se preocupes por mí.- Les decía la chica, apenada en parte por sentir que gracias a su debilidad el grupo tendría que permanecer estancado en la aldea.

.Claro que no Sango- Le dijo Kagome. – No nos iremos sin ti... además... además... - Dijo la chica dudando un poco y luego mirando el suelo.

.¿Además que?

.Nada, no es nada.

.Te refieres... ¿a Inuyasha?- Dijo Sango apenas.- ¿No quieres estar a solas con él?

Kagome levantó la vista y la miró sorprendida, había dado en el corazón de sus sentimientos.

.No quiero estar a su lado... sólo él y yo... no quiero... - Dijo ella apenas.

.¿Porqué?- Preguntó ella con inocencia.

.Porque no soporto estar a su lado... no soporto ser una molestia para él todo el tiempo.- Respondió seriamente, al tiempo que se ponía de pie y se disponía a salir de la cabaña.

.Kagome... - La chica se volteó a mirarla- Todo se solucionará... siempre sucede lo mismo con ustedes, luego se reconcilian.

.Esta vez no Sango... dejaré medicinas para que la anciana Kaede te las administre...-

.¿Te vas?

.Volveré cuando mejores... no puedo permanecer aquí... Dile a Inuyasha, por favor, que tiene todo el derecho a verse con Kikyo y que ya no siga mintiendo.

Sango la miró sorprendida. Ah, así que la culpable de todo era la sacerdotisa Kikyo.

Kagome vio al monje Miroku junto a Inuyasha y a Shippo, dudó un poco en acercárseles, pero luego frunció el ceño y se reprochó a sí misma su infantil miedo. Caminó decididamente hacia el grupo y sin mirar al hanyou le habló firmemente al monje.

.Monje Miroku, debo irme, no soy útil aquí mientras no haya rastros de la perla o de Naraku... volveré cuando Sango haya recuperado la salud.

Todos la miraron sorprendido e Inuyasha sintió que su corazón comenzaba a latir violentamente, casi sin pensarlo, una protesta infantil salió de su boca.

.Pero Kagome, no debes irte ¿porqué te comportas así?

Kagome le lanzó una mirada de hielo.

.No quiero interrumpir tus citas a escondidas con Kikyo.- Dijo de pronto, también casi sin saber lo que había dicho impetuosamente. Miroku y Shippo se miraron sorprendidos y luego, sin decir una sola palabra se alejaron del lugar dejando a la pareja solos.

.Así... que esa era la razón... - Dijo el hanyou apenas, sintiéndose terriblemente avergonzado. Kagome, al escuchar aquellas palabras confirmó todos sus miedos. Sí, había vuelto al Sengoku a través del árbol sagrado para sólo ver aquella terrible escena que le despojaba de todas sus ilusiones.

.Será mejor que me vaya... - Dijo ella de pronto, cada vez sentía más deseos de llorar y su ser le decía que no debía hacerlo. Debía ser orgullosa y no compadecerse de sí misma. La fuerte mano de Inuyasha agarró su brazo, impidiéndole alejarse del lugar.

.Pero... qué haces... déjame... - Dijo ella disgustada.

.Escucha... sólo nos encontramos aquella noche, no sucedió nada entre ella y yo!- ¿Porqué sentía la imperiosa necesidad de hacerle saber que entre la sacerdotisa y él no había pasado nada? Hasta él mismo se sorprendió.

.Mentiroso... - Dijo ella llena de rencor- ¿Hasta cuando vas a seguir mintiendo? Basta! Yo te vi, te vi junto a ella, riendo y diciéndole que querías la perla para hacerte humano, para estar a su lado.- Gritó ella mirándolo con rabia.

.Qu... que?- Preguntó él al tiempo que le soltaba el brazo. Ella no se fue, lo miró despectivamente.

.Lo vi todo Inuyasha... no vale la pena que sigas mintiendo.

.Pero... eso sucedió... hace mucho tiempo... antes de ser sellado por ella!- Gritó él sorprendido. Entonces Kagome comprendió. Recordó que la visión demostraba un lugar de día, que la pareja no la había visto y que además había sido todo a través del árbol.

.Fue... fueron tus recuerdos, entonces... - Musitó ella tristemente.

El hanyou la miró también tristemente. Ella había sido capaz de descubrir su pasado, sus promesas apasionadas hacia la sacerdotisa ¿porqué el destino estaba siendo tan cruel al mostrarle a ella una escena que lo avergonzaba?

.Esa noche... vi a Kikyo... es cierto y recordamos aquellos días... tú pudiste verlo, no sé porque... pero lo mejor sería que jamás lo hubieras visto. – Dijo él seriamente, mirándola directamente a los ojos.

.Yo... yo quiero volver a mi casa... no puedo estar junto a ti... vete con Kikyo... vete y cumple tu promesa... - Dijo ella adolorida, mientras le daba la espalda y se dirigía al pozo, perdiéndose al fin a través de el. Inuyasha se quedó de pie, incapaz de seguirla, ella lo había dejado, y ya nada sería igual...

Continuará...