Capítulo VII: "Luna de miel interrumpida".
El hanyou no durmió aquella terrible noche. Cada estremecimiento de la muchacha le causaba pánico, a pesar de que sabía que el antídoto contra el veneno funcionaba, no podía dejar de preocuparse por ella. Al final, los pequeños rayos del alba comenzaron a alumbrar aquel desolado paraje, dejando ver en el cielo, matices anaranjados y rojizos, igual que un atardecer. Pero el hanyou no estaba para admirar el paisaje. Aliviado, en parte, se dio cuenta que Kagome ya dormía más tranquilamente. Miró su cara y pudo notar que su rostro se encontraba más relajado. Llevó su mano a la frente de ella y una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios al comprobar que ya no tenía fiebre. La dejó descansar sobre la arena mientras él se levantaba y recibía feliz el sol de la mañana, al tiempo que se quitaba la parte superior de su haori y se lo colocaba a la chica para que la abrigase. Caminó después hasta la orilla del mar, arremangó sus mangas y comenzó a sacar algunos peces del agua. Fácil maniobra para él, que debía sobrevivir solo en un medio ambiente hostil.
Kagome abrió lentamente los ojos para ver una gran fogata cerca de ella.
.Al fin has despertado.- Dijo él hanyou alegremente.- Sabía que esa medicina daría resultado.
.¿Que... qué ha pasado? – Preguntó ella al tiempo que se incorporaba lentamente y se tocaba la frente. unos frutos venenos.
.¿De... verdad?- Dijo Kagome, sintiéndose débil y tendiéndose nuevamente en el suelo. Inuyasha, de pie a su lado, se sentó cerca de ella.
.¿Te encuentras bien?- Preguntó preocupado.
.Si... lo estoy... sólo que me siento... débil... ¿acaso tuve fiebre?
.Mucha.
.Ya veo... - Ella bajó la vista y permanecieron callados algunos segundos, luego levantó su mirada y lo vio directo a sus ambarinos ojos.- Debiste cuidarme... gracias.
El hanyou esbozó una pequeña sonrisa un poco avergonzado.
.Ah... no fue nada... además... además... no iba a dejarte sola... lo sabes.
Kagome lo miró con pena.
.No, no lo sé.- Dijo firmemente.
.¿No me crees?- Dijo Inuyasha sorprendido.
.Sí, te creo... pero no... ¿estabamos enojados?... creí que eras un rencoroso.
.Eso no significa nada, Kagome. Estabas en peligro ¿crees que no haría nada para salvarte?
Kagome lo miró adolorida.
.Perdóname... - Dijo la chica casi poniéndose a llorar.
.Pero... ¿porqué?- Preguntó él sorprendido.
.Porque... porque... lo dudé... sí... yo... no sé... creí que no te importaba.
.¿Importarme¿Porqué dices eso?
Kagome giró la cabeza y cerró los ojos.
.Yo... yo... sólo pensaba en lo importante que era para ti Kikyo, en lo importante de ese juramento para convertirte en humano, dejar todo lo que eres, por ella.
.Ya te dije que eso fue hace mucho tiempo, Kagome.
.Y yo no puedo dejar de pensar en ello. Me ha hecho mal saberlo, no quisiera haberlo visto nunca. Nunca. ¿Porqué tuve que ver tus recuerdos?
Inuyasha no dijo nada, pero aquello lo lastimaba enormemente también.
.Kagome... - dijo el chico levemente.
Ella se giró nuevamente y lo miró.
.Lamento haberte dicho eso... acerca de... ese chico.
Ella sonrió un poco, relajada.
.Si me perdonas... la bofetada en la cara.
.He recibido muchas palizas en mi vida, pero tu bofetada ha sido lo que más me ha dolido.- Dijo Inuyasha con un tono de voz demasiado juguetón, nuevo en él, al tiempo que se llevaba la mano a la mejilla. Kagome rió levemente.
.Somos unos tontos.
.Si- Dijo él apenas.- ¿quieres que te traiga agua?- Preguntó preocupado.
Kagome levantó una ceja interrogativa.
.Tengo sed pero... ¿cómo vas a traerme agua?
.Eso déjamelo a mí. – Le dijo firmemente, que Kagome no dudó que le traería agua en lo que sea. Él partió y ella cerró los ojos unos momentos.
.Aquí esta!- Dijo alegremente. Kagome abrió los ojos y claro, él hanyou había traído agua en una conchita de mar. Ella sonrió satisfecha y bebió apenas.
Así pasaron gran parte de la tarde, ella acostada sobre la arena, con su haori y él a su lado, conversando y riendo de mil cosas. Cuando el atardecer cayó sobre ellos, Kagome se incorporó lentamente.
.Estoy sofocada. La arena me esta quemando.- Se quejó.
.Nos iremos más hacia el interior de la selva ¿te parece? Allá esta más fresco.- Aseguró Inuyasha.
.Claro.- Kagome intentó levantarse y en eso estaba cuando en unos segundos se vio en los fuertes brazos del hanyou.
.Yo te llevaré.- Dijo él sin titubeos. Ella puso sus brazos alrededor de su cuello al tiempo que enterraba su cara en su hombro. Inuyasha caminó lentamente un buen trecho, hasta que sintieron el sonido del río. Kagome levantó la cabeza para ver que justo en ese momento estaban rodeando la pequeña laguna de verdes aguas en donde descansaba el único río de la isla.
.Inuyasha... bájame aquí- Ordenó ella en un susurro dicho cerca demasiado cerca de sus orejas que le llegó a erizar los cabellos a Inuyasha. Kagome se quedó quietamente admirando el paisaje.
.Me dan deseos de tomar un baño, estoy muy sucia.- Dijo ella pensativa.
.Pero... estas débil aún... – Protestó él.
.Necesito ayuda... ¿lo harás?- Dijo ella girándose de pronto y mirándolo suplicante. Él chico la miró sorprendido. Ella vio su cara de pánico y le sonrió. -Ya somos adultos... ayúdame¿si?- Inuyasha relajó su rostro y la miró seriamente. Ella comprendió su silencio y en ese momento se sacó la blusa con bastante esfuerzo, hasta darse cuenta que fue él quien se la quitó al final. Luego, sin preguntarle, le deslizó su falda y su ropa interior. Ella se sujetó a su brazo y caminaron lentamente adentrándose en las aguas. Cuando estas le llegaron al muslo, se sentó e hizo un improvisado moño en su pelo. – En el bolsillo de mi falda hay un pañuelo¿puedes traerlo? – Inuyasha caminó rápidamente hacia la falda para sacar el pequeño trozo de suave tela que ella llamaba "pañuelo". Luego se acercó hasta ella y comenzó a deslizarlo por sus brazos y hombros, mientras Kagome lo miraba atentamente. Cuando terminó, ella sonrió satisfecha y él le puso su haori.
.Ponte esto. – Dijo Inuyasha seriamente.
Ella lo amarró de esa forma que lo volvía loco y luego él otra vez la alzó en sus brazos y la llevó a un lugar más abrigado, entre los árboles.
.Gracias, Inuyasha.- Dijo ella al tiempo que le daba un fugaz beso en la mejilla. Inuyasha la tendió sobre la hierba y se quedaron así, uno al lado de otros, abrazados, toda la noche.
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Kagome fue la primera en despertar y sonrió al sentir que ya se encontraba con sus fuerzas recuperadas. Miró a Inuyasha que dormía como un bebé y le besó en los labios. Al tacto, él abrió lentamente sus ojos.
.Buenos días... - Dijo ella con melodiosa voz, risueña.
.Bue... buenos días- Respondió él avergonzado, mientras se incorporaba.- ¿Ya estas mejor?
.Sííí. – Aseguró ella, al tiempo que se ponía de pie.- He recuperado mis fuerzas.
.Me alegro- Dijo Inuyasha suspirando aliviado.
.¿Y mi ropa?
.Esta... esta en el río, iré a buscarla pero... - él la miró apenas y ella arqueó una ceja.-... me gusta como te ves así.
Kagome sonrió divertida.
.¿De verdad?- Preguntó sin creerlo.
Por la noche Kagome estaba sentada mientras veía Inuyasha encender la fogata.
.Pasé bastante frío por no saber cómo hacerla encender.
Inuyasha se giró de pronto.
.¿Pasaste frío?- Preguntó asombrado.- maldición, Kagome...
.¿Qué sucede?
.Arggg, tú pasaste frío mientras yo estaba al lado de una fogata!- Dijo enojado, mientras se tendía a su lado al tiempo que se llevaba las manos detrás de su nuca.- No me lo perdonaré.
.Ya pasó, Inuyasha- dijo tranquilizándolo y mirándolo de reojo.
.Kagome... aquella vez, esa noche... yo te amé... de verdad, lo hice... por que te amaba... porque... te amo.- Se incorporó nuevamente y miró a Kagome que sonreía.
.El arrepentimiento que sentí... se ve recompensado ahora, Inuyasha, porque sé que me quieres... ya no hay nada de qué arrepentirme. Perdóname¿si?
.No... no- Dijo él mientras llevaba su mano a su cara, acariciándola levemente.-... No me pidas perdón... lo entiendo, Kagome.
.Te amo- Dijo ella, mientras se acercaba a su cara y lo besaba. Él la sujetó fuertemente contra su pecho, mientras acariciaba nuevamente los tibios y dulces labios de Kagome. Sus manos recorrían lentamente su espalda, mientras sin querer dejaba escapar pequeños gruñidos que salían de su boca. Kagome deslizó sus manos en la prenda blanca que él llevaba ahora y se la sacó para acercarse más a él y sentir la calidez de su cuerpo. Inuyasha bajó una mano hasta su cintura y con un solo movimiento, desató el nudo que las mangas de su propio haori anudaban la improvisada vestimenta de la chica. Ella sonrió entre sus labios y le habló apenas.
.Así que... por eso... te gustaba... que estuviera con esto...
Inuyasha también sonrió, mientras tomaba impulso y se posaba sobre ella que caía en la arena...
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Kagome despertó y se amarró nuevamente el haori mientras caminaba lentamente hacia la orilla del río y sonriendo al recordar la agitada noche anterior. En eso estaba cuando una voz la sacó de sus profundos pensamientos, haciéndola casi caer del susto.
.KAGOME!
La chica volteó para ver a unos metros de distancia a Sango y Miroku y Shippo, acercándose presurosos a su lado.
.Chicos!- Respondió sorprendida, al tiempo que el pequeño zorrito se encaramaba en sus brazos y lloraba desconsoladamente.
.Kagome... creíamos que estabas muerta... – Se quejó el pequeño, mientras se abrazaba más a ella.
.Al fin te encontramos- Dijo Sango con un suspiro de alivio.
.Estábamos muy preocupados por ustedes- Dijo Miroku con su típica solemnidad fingida.- Inuyasha esta con usted¿verdad?
Kagome, que sonreía, cambió el semblante drásticamente al recordar a Inuyasha desnudo sobre la arena.
.Esteee... si... si...
.Te lo dije, Sango, si Inuyasha estaba con la señorita Kagome, no hay nada de qué preocuparse.
.¿Y dónde esta Inuyasha?- Dijo Shippo secándose las lágrimas.
.Eee... bueno... esta... allá...- Dijo señalando un lugar entre los árboles, mientras suplicaba al cielo que por favor Inuyasha permaneciera vestido. Caminaron y para el alivio de ella, lo encontró amarrándose la blusa.
.Inuyasha!- Gritó Shippo y se subió a su hombro, feliz.
.Oh, Sa... Sango... Miroku... Shippo... qué... alegría... - Respondió él, pero la cara de Inuyasha no era de tanta alegría como él decía.
.Luego de que caímos, lo único que encontramos de ustedes fue tu espada Inuyasha, flotando en el mar- Dijo Sango mientras le daba de vuelta el "Colmillo de Acero".- Kirara nos salvó aquella vez y volvimos a duras penas a la aldea de la anciana Kaede, esperándolos a ustedes. Cuando no llegaron nos dimos cuenta que tal vez podrían estar en una de las islas del archipiélago. Las recorrimos todas. También llegamos a la isla en donde se suponía estaba el fragmento.
Inuyasha arqueó una ceja.
.Y?- Preguntó seriamente.
.No existía. Nunca existió.- Dijo Miroku lamentándose.- El pobre anciano debe haber estado delirando del cansancio.
.Desde el cielo vimos unas extrañas formaciones y eso nos llamó la atención... allá, al otro extremo de la isla.- Dijo Sango apuntando. – Cuando bajamos, nos dimos cuenta que eran formaciones de rocas colocadas en perfecto orden.
.No será... que vieron estas letras?- Dijo Kagome, mientras se agachaba y dibujaba sobre la arena las letras S.O.S
.Sí, esas!- Dijo Shippo.
.Las hice yo!- Dijo Kagome divertida.- Sabía que nos ayudarían.
.También nos encontramos con una embarcación... ¿porqué no la utilizaron?- Dijo Miroku mirando a Inuyasha con picardía.
.¿Una embarcación!- Preguntó Kagome asombrada.
.Bueno... la hice yo... pero... lo olvidé luego que caíste enferma.- Se excusó él.
Todos lo miraron pero el hanyou se volteó enojado.
.Y tú Kagome... ¿por qué llevas la ropa de Inuyasha?- Dijo Shippo.
.La mía se mojó!- Dijo ella excusándose también sin poder evitar una risa nerviosa.
.Bueno amigos, lo importante es que estén bien. Volvamos a casa. Claro que... van a tener que usar la embarcación... Kirara no aguantará el peso de todos.
.¿Ves Inuyasha, - Dijo el monje tocándole el hombro. – Llevarás a la dama hasta tierra firme. El viaje será largo... pero creo que ustedes ya estan acostumbrados a estar solos¿verdad?
.Yo iré con ellos!
.Mejor que no, Shippo. Ven con nosotros- Dijo Sango.
.Kagome... –dijo Shippo-... ¿Y qué hicieron todo este tiempo juntos?
.Pues... nos la pasamos peleando la mayor parte del tiempo- Respondió ella calmadamente.
.Y cuando no peleaban... ¿qué hacían?- Preguntó él con más picardía. Kagome miró a Inuyasha que sólo se limitó a cerrar los ojos, exasperado.
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Kagome miraba las olas que se ondulaban bajo el remo improvisado de Inuyasha.
.Que sucede Kagome- Preguntó preocupado.
Ella se volteó seriamente y lo miró.
.¿Sabes qué?... Yo te conocí como hanyou, me enamoré de ti así como eres, con algunas noches como humano, con la mayor parte del tiempo como hanyou... con tus orejas de perro... me gustas así como eres... así eres tú, Inuyasha.
Él sonrió y dejó de remar, se acercó a ella y la beso tiernamente, luego la abrazó.
.Creo que... deberán esperar Sango y Miroku un poco más.
Kagome sonrió y recostó su cabeza en su pecho. Ya lo sabía, no había dudas... era el tiempo de amar y ser amado, de vivir el presente y de olvidar aquellos tropiezos de la vida. Aquella visión perdía fuerza en su cabeza, ante cada demostración de amor de su hanyou.
.Nunca te pediría que cambiaras.- Dijo ella firmemente.
.Gracias.- Dijo él estrechándola más contra su pecho.
Fin.
