Capítulo 3: Hacia las ruinas de Sailon

El día siguiente amaneció claro y despejado. Ya desde las primeras horas de la mañana, el Sol lucía en todo su esplendor, como corresponde al llamado "Astro Rey"..... Nuestros jóvenes aventureros se habían levantado temprano, cuando a duras penas acababa de amanecer. Filia les había llenado las mochilas con comida y agua suficiente para un par de días y le había dado su mapa a Valteria.

Fue al ver a su hijo ya listo para partir cuando tuvo un único momento de debilidad: sin poderlo evitar, le abrazó fuertemente, como intentando impedir, una vez más, que se marchara. Y allí, abrazada contra su pecho, comenzó a llorar desconsoladamente. Valteria abrazó a su vez a su madre, para consolarla. Quedaron así durante unos instantes hasta que el dragón apartó gentilmente a Filia.

-No te preocupes, Mamá. Estaré bien. - le aseguró -.
-No lo dudo..... - dijo Filia secándose rápidamente las lágrimas -
Procura cuidar bien de ellos ¿Entendido? - y a continuación añadió,
dirigiéndose a Mina y Andracis: - Y en cuanto a vosotros: os deseo
mucha suerte.
-Muchas gracias, Filia. - agradeció Mina con una amplia sonrisa -
¡Hala, gente, que nos vamos! - anunció entonces a los demás -.
-¡Adiós, Srta. Ul Copt! - se despidió Andracis a la par que
comenzaba a caminar en pos de la hechicera -.
-¡Adiós, chicos! - dijo a su vez Filia - ¡Y tened cuidado!
-¡Adiós Mina y Andracis! ¡Vuelva pronto, amo Valgaarv! - dijeron
Jiras y Gaubros al unísono -.

Valteria no dijo nada. Simplemente hizo un gesto con la mano a modo de despedida y siguió a sus otros dos compañeros de viaje, hacia el camino que les llevaría a la mayor de sus aventuras.

Filia contemplaba impotente cómo su hijo se hacía cada vez más pequeñito, a medida que se alejaba por la carretera. Mientras una suave brisa soplaba revolviendo sus hermosos cabellos, dos lágrimas resbalaban por sus mejillas.

'Por favor, Dios Ceipheid.....', rogó para sí. 'Protege a éstos chicos durante su viaje. y haz que le encuentren y lo traigan de nuevo a casa.....'

* * *

A medida que atravesaban el Bosque Maldito de Darien sin ningún problema, Mina, Andracis y Valteria estaban siendo vigilados en todo momento por alguien. Alguien que se hacía invisible entre la espesura del bosque.

Un hijo de las tinieblas que había escuchado el ruego de Filia y velaba por la seguridad de los tres adolescentes. Sus ojos felinos brillaron un instante en la oscuridad antes de desaparecer de nuevo.

Él a su vez, sin que se hubiera dado cuenta, estaba siendo vigilado en todo momento por otro ser. Un animal temido por aquellos que se encontraba a su paso. Una criatura normal a primera vista, pero que escondía bajo su piel un ser poderoso, un enemigo a tener en cuenta.....

El lobo blanco echó a correr a través del bosque cuando vio desaparecer al ser a quien vigilaba.

* * *

Cuando Mina y sus camaradas pararon a comer en el restaurante de una ciudad llamada Belflinia, llevaban ya unos tres días de viaje. Habían llegado bastante tarde, sobre las 9 de la noche, y Mina no había parado de protestar hasta que pisaron los escalones del restaurante. Después de lograr acomodarse en una mesa cercana a la ventana, la chica pidió todo lo que se le antojó (que no fue otra cosa que todo lo que había en la carta) y, como era de esperar, nada más servirla, empezó a devorarlo todo a una velocidad pasmosa, al tiempo que los clientes del restaurante la miraban con caras en las que se mezclaba el estupor y la vergüenza.

En realidad debería decir que "los" miraban, pues Andracis también imitaba a Mina en sus maneras al comer. Si bien es cierto que su padre le había advertido sobre los modales en la mesa de los Gabriev-Invers y que éstos malos hábitos alimenticios eran contagiosos, durante su viaje con Mina había descubierto que era en realidad una cuestión de supervivencia; aquel que conviviese con una Invers estaba condenado a alcanzar o superar su velocidad de masticado si no quería morir de inanición.....

Valteria era el único del grupo que se resistía a adquirir tan penoso y poco educado hábito y simplemente se limitaba a sorber té de su taza, al tiempo que un enorme gotón asomaba por su frente al ver a sus dos compañeros pelearse por un filete. El espectáculo era más que lamentable, de eso no había duda (para que se hagan una idea, cada uno de los contendientes agarraba con los dientes un extremo del filete, al tiempo que intentaba alejar al otro usando los cubiertos como espadas), pero no era en realidad lo que preocupaba. Desde que salieron de Darien tenía la extraña sensación de que alguien los vigilaba. Hasta el momento había tenido esa sensación mientras atravesaba las calles de las ciudades que visitaban y desaparecía en cuanto se daba la vuelta o en cuanto decidía investigar una esquina, para ver únicamente a un mendigo pidiendo limosna o a un gato huyendo calle abajo.

Al principio no daba importancia a esas sensaciones, porque pensó que eran imaginaciones suyas. Y aunque se daban con bastante frecuencia, Valteria lo atribuyó al hecho de que no estaba acostumbrado a ver grandes multitudes.

Pero aquella vez era distinto.

Esta vez notaba una presencia extraña, justo detrás de él. Esa presencia hacía que le recorriese un escalofrío por toda la espalda. Se giró un instante para comprobar lo que percibían sus instintos, pero como siempre no vio nada anormal; no se veían más que los demás clientes del restaurante y las camareras que iban y venían llevando los pedidos y lo único que tenía detrás era un hombre cubierto por una capa oscura con capucha, que tapaba su pelo.

-¡Eh, Valteria! ¡Juuujuuu! ¿Hay alguien en casa?

La voz de Mina llamándole (había conseguido el filete tras la dura pelea contra Andracis y se preocupó al ver a Valteria tan absorto) lo sacó de sus pensamientos.

-¿Hum? - dijo dirigiendo la vista de nuevo a sus compañeros -.
-¿Qué te pasa, Val? - le preguntó Mina - Estás como ido.
-Pues..... - Valteria se lo pensó unos minutos. ¿Debería decírselo
a sus compañeros.....o no darle importancia al asunto y callárselo?
Finalmente optó por la primera opción - Ya sé que no me vais a
creer pero..... desde que salimos de Darien he tenido la sensación
de que alguien nos seguía.....
-¿Que nos seguían? - preguntó Andracis -.
-Sí, bueno..... el caso es que cada vez que estamos en algún pueblo
o ciudad esa sensación se intensifica, hasta el punto en que puedo
incluso..... sentir a nuestro perseguidor muy cerca. pero en cuanto
me doy la vuelta..... nada. Es como si se volatilizara.
-¿Te pasa muy a menudo?
-Siempre, desde que salimos de Darien, ya os digo..... Sin ir más
lejos, ahora mismo estoy sintiendo esa presencia justo detrás de
mí.....

El hombre que había detrás de él, el de la capa y capucha oscuras, soltó un respingo inaudible. Segundos después pareció entrarle mucha prisa por marcharse y se levantó rápidamente de la mesa, justo en el momento en que la camarera que le atendía le llevaba su pedido.

-Señor, le traigo su té. - dijo mostrando la bandeja con la taza de
té recién hecho -.
-Gracias, pero no tengo tiempo. - dijo el encapuchado con voz
amable, pero firme - Acabo de recordar que tengo algo muy
importante que hacer, así que me voy......
-Pero.....¡si no ha pagado! - objetó la camarera -.

Sin mediar palabra, el hombre sacó una pequeña bolsa y la tiró encima de la mesa, al tiempo que avanzaba hacia la salida. La camarera abrió la bolsa y contó su contenido.

-Pero señor - dijo sacando unas cuantas de las monedas que había -
aquí hay diez oros..... y el té vale tres de plata y dos de
bronce..... - se sobresaltó al ver que el cliente salía hacia la
calle y corrió tras él - ¡Eh! ¡Espere! ¡Señor.....!

Pero cuando la chica salió del restaurante no vio a nadie. Miró en los alrededores pero no encontró ni rastro del cliente que acababa de salir. Era como si el hombre hubiera desaparecido por completo.

Mientras esto pasaba, los tres aventureros discutían acerca de lo que Valteria había presentido en los últimos días de marcha, ajenos a lo que acababa de suceder a espaldas suyas.

-¡Bah! ¡Habrán sido imaginaciones tuyas! - concluyó Mina volviendo
a poner su atención en la comida que había en la mesa - ¡No le des
más vueltas!
-¡Eh! ¡Oye, que esa salchicha estaba en mi lado de la mesa! -
protestó Andracis al ver que Mina ya estaba quitándole la comida
otra vez -.
-Te recuerdo que la mesa es de todos, así que también lo es la
comida..... - replicó ella -.
-Tú lo has dicho: es de todos y no solo tuya.
-¿Ah, sí?
-¡Sí!

Y de nuevo los dos adolescentes volvieron a enzarzarse en una pelea por la comida, mientras los clientes volvían a mirarles con evidentes caras de vergüenza ajena y Valteria, indiferente, daba un par de sorbos a su taza de té.

'Quizás Mina tenga razón', pensó el dragón antiguo. 'Pero por si acaso permaneceré alerta.....'

* * *

Afortunadamente para Valteria, los siguientes días de viaje fueron en general muy tranquilos (salvando cuando paraban para comer, momento en el cual Mina y Andracis se peleaban de lo lindo, y cuando a veces se les cruzaba una banda de bandidos, en cuyo caso Mina se ponía a perseguirlos al tiempo que los chicos corrían tras ella para evitar el inminente homicidio). La presencia extraña que había sentido en los días pasados parecía haber dejado de seguirlos y ya faltaban muy pocos días para llegar a las ruinas de Sailon. Sólo algo les impedía seguir adelante......

-Andracis, no seas tonto, la ruta de tierra es más segura..... -
dijo Mina señalando la susodicha ruta -.
-Ya, dirás que es más seguro encontrarte con bandidos a los que
pegarles una paliza ¿no? - dijo el muchacho sarcástico - Yo voto
por la ruta río abajo, es más rápida.....
-¡De eso nada! ¡Yo soy la jefa de esta expedición y yo tomaré las
decisiones!
-¿Cómo que la jefa de la expedición? ¡Te recuerdo que soy yo el que
busca la Biblia Clair.....!
-¡Bien, se acabó, basta ya los dos!

Valteria, harto ya de discutir, se plantó entre los dos contendientes y les arrebató el mapa, manteniéndolo en alto para que ninguno pudiera alcanzarlo.

-Si seguimos en este plan llegaremos a Sailon cuando nos salgan
canas. - añadió - Y como ninguno de vosotros dará su brazo a
torcer, lo decidiremos a suertes: pensaré en un número del 1 al 20
y el que más se acerque decidirá la ruta. ¿De acuerdo?

A falta de una mejor solución, Mina y Andracis se encogieron de hombros, lo que Valteria interpretó como un sí. Se concentró unos minutos y cuando escogió el número, les indicó que podían empezar a adivinar.

-El 15.
-El 18.
-Pues casi, Mina: era el 16. - dijo Val - Pero como ves se ha
acercado más Andracis, así que iremos por la ruta río abajo.

Resignada, aunque de mala gana, Mina ayudó a sus amigos a construir una balsa con los troncos de los árboles cercanos para poder navegar río abajo.

* * *

Apenas había pasado una hora cuando terminaron de fletar la balsa y asegurarse de que flotaba bien en las aguas cristalinas del río. Tras eso, los tres montaron en la balsa y navegaron a favor de la corriente.

Durante un tiempo, no pasó nada importante. Las aguas eran tranquilas y fácilmente practicables. Además la corriente era lo suficientemente fuerte como para impulsarlos sin que tuvieran que remar mucho. Eso permitió que Mina iniciara una charla tranquila con Valteria, quien la escuchaba sonriente. Andracis se mantuvo al margen, aunque de vez en cuando los miraba, no sin cierta envidia.

Sin embargo, a medida que se iban acercando a la antigua ciudad de Sailon, el ambiente se volvía cada vez más tétrico. Los luminosos robles y pinos eran sustituidos paulativamente, primero por sauces llorones y otros árboles de ambiente húmedo y después por restos de árboles muertos o quemados. Eso, añadido a ciertos ruidos extraños que surgían del bosque, ponían los pelos de punta a nuestros aventureros.

Pero aún más espeluznante fue un ser que en esos momentos nadaba por las aguas debajo de la balsa. En un momento dado, Mina vio una parte del cuerpo del monstruo (que no pudo identificar) y dio un respingo.

-¿Qué pasa, Mina? - preguntó Andracis preocupado -.
-A..... Allí. - tartamudeó Mina señalando una parte del río por
donde había visto asomarse a la criatura -. He visto algo......
-¿El qué? - preguntó Valteria -.
-No.....no lo sé pero he visto que se asomaba..... - dio un nuevo
respingo al ver asomar de nuevo una parte del monstruo y gritó
señalándolo: - ¡Mirad! ¡Allí va otra vez!

Esta vez los chicos sí que vieron asomar una de las partes del monstruo. Luego de contemplarlo, ambos empezaron a palidecer.

-¿Qué..... qué era esa cosa, Val? - preguntó Andracis con un hilo
de voz -.
-No lo sé..... podría ser cualquier cosa. - respondió Valteria algo
nervioso - Podría ser un hombre-pez o una criatura de los pantanos
o.....

El grito desgarrador de Mina interrumpió las elucubraciones del dragón antiguo. Lo que quiera que fuera aquella criatura la había cogido y la arrastraba fuera de la balsa. Andracis saltó hacia la chica y la agarró de ambas manos, intentando retenerla. Pero entonces ocurrió algo inesperado: de repente la balsa volcó, tirando a Andracis al agua (Valteria había remontado en vuelo justo a tiempo) y permitiendo que la criatura se llevase a Mina.

-¡¡Mina!! - gritó Andracis desesperado tras conseguir aferrarse a
uno de los troncos que se habían soltado de la balsa - ¡¡MINAAAA!!

Hubo unos minutos de silencio. Y entonces se vio una especie de resplandor rojo bajo el agua y, sin previo aviso, el monstruo emergió de las aguas, sujetando a Mina con uno de sus tentáculos. Se trataba de una medusa, una enorme. Parecía haber sido herida con un arma, pues en su piel tenía un profundo corte. Entonces se fijó en Mina, quien todavía hacía esfuerzos por liberarse del tentáculo que la oprimía. La chica tenía en sus manos lo que parecía una espada. Pero no se trataba de la espada que solía usar ella, sino de una especie de espada de energía en forma de luz rojiza.

Había leído acerca de ella. Se trataba de la Espada de Ojo de Rubí. Un hechizo de magia negra que invocaba el poder de Sabraanibudú mediante un haz de energía que adquiría forma de espada. Para alguien que descendía de una de las mejores hechiceras de magia negra de todos los tiempos (sino la mejor), aquel hechizo debía ser pan comido...... Sin embargo se notaba que a la chica empezaban a fallarle las fuerzas, pues no sólo el hechizo le había provocado a la medusa una herida que, aunque profunda, no era mortal, sino que Andracis vio cómo el la Espada de Ojo de Rubí empezaba a desaparecer de las manos de Mina, hasta que se desvaneció por completo.

Entonces Valteria intentó intervenir, para cortar de un tajo con su lanza el tentáculo que aprisionaba a Mina, pero justo cuando alzaba su lanza, la medusa le cogió con otro de sus tentáculos, haciendo que el arma se soltara de sus manos.

Andracis contemplaba impotente como la vida de sus amigos se esfumaba poco a poco. Pero entonces recordó algo..... un hechizo de magia astral de agua. el Demona Cristal. Jamás lo había hecho y sólo conocía el hechizo de oídas, pero aún así debía intentarlo.

Por sus amigos, lo que fuera.

Se concentró y empezó a recitar el hechizo en voz baja. Poco a poco una especie de niebla espesa se fue formando en sus manos, que extendía frente a sí.

-Tú que viajas entre el cielo y la tierra, navegando dulcemente
sobre las aguas, haz que tu poder venga a mis manos..... ¡DEMONA
CRISTAL!

Al pronunciar el nombre del conjuro, la niebla, transformada ahora en hielo, avanzó por la superficie del agua directamente hacia la medusa y al entrar en contacto con ésta, quedó congelada toda entera, excepto los tentáculos que sostenían a sus compañeros. Antes de que se hundiera del todo en las aguas debido al peso, Andracis desenvainó su espada y dio un corte rápido a ambos tentáculos, liberándolos y cogiendo al mismo tiempo a Mina en sus brazos.

Se alejó nadando hacia la orilla, arrastrando consigo a la joven hechicera. Una vez hubieron salido del agua, Andracis intentó despertarla dándole palmaditas en la mejilla.

-¡Mina! ¡Mina! - la llamaba - ¡Mina, despierta! ¿Te encuentras
bien? ¡Dime algo, Mina!

Pero la chica no respondía. Acercó el oído a su pecho y descubrió con horror que no respiraba.

El joven Andracis se desesperó. ¿Qué podía hacer ahora? Podría hacerle el boca a boca..... pero, no, no se atrevía, eso era como violar su intimidad. Además, para qué engañarnos, se ponía rojo de vergüenza sólo de pensarlo.

Por otro lado..... ¿Qué más daba si de ese modo podía salvarle la vida?

Sin dudarlo ni un segundo más, unió sus labios a los de ella para darle el aliento de vida. En ese momento, Mina abrió los ojos y se escandalizó al ver sus labios unidos a los de Andracis.

-¡Iiiiiiihh! ¡HENTAI! - gritó histérica al tiempo que le daba al
muchacho con su rodilla en las partes nobles -.

El pobre Andracis, que no se esperaba tal respuesta, se retorcía de dolor en el suelo al tiempo que exclamaba:

-¡Serás burra.....! ¡Encima que te salvo la vida!
-¡Sí, ya! ¿Te crees que me chupo el dedo? - le respondió ella
desconfiada - ¡Lo que querías era aprovecharte de mí! ¡Pervertido,
más que pervertido! - de repente recordó lo que le había pasado
antes y preguntó: - Por cierto: ¿Cómo pude escaparme de la medusa?
-¡Pues gracias a mí! - dijo Andracis, todavía molesto por el
patadón en sus partes - Congelé a la medusa con un Demona Cristal
y.....

De pronto Andracis se acordó de que todavía faltaba uno de ellos.

-Oh, no...... Valteria - murmuró -.
-¿Eh? ¿Qué pasa con Valteria? - preguntó Mina alarmada -.
-No..... no lo sé. Lo solté del tentáculo de la medusa y luego no
lo volví a ver.
-Quieres decir que aún está..... - la chica miró al agua pantanosa
en la que no se percibía ningún signo de vida. Temiéndose lo peor,
gritó desesperada, tratando de tirarse al agua de nuevo: - ¡No!
¡Valteria! ¡VAAAL!
-Mina, por favor. - le retuvo Andracis cogiéndole de los brazos -
Es demasiado tarde, ya no podemos hacer nada.....
-¡NOOOO! ¡VALTERIA! - siguió gritando ella desesperada, pero al
mismo tiempo derrotada y sin esperanzas - ¡No puede ser
verdad.....!

Y diciendo esto último, se puso a llorar desconsoladamente en el pecho de Andracis, quien la abrazó instintivamente tratando de tranquilizarla, acariciándole los cabellos con ternura y sintiéndose culpable por lo que había pasado.

Pero entonces ocurrió lo que parecía un milagro. Repentinamente, Valteria emergió de las aguas con su lanza en la mano, aspirando una gran bocanada de aire.

-¡Valteria! - exclamó Mina al verle - ¡Tranquilo, Val, te sacaremos
de allí! ¡Andracis, deprisa, ayúdame!

El hechicero obedeció y ayudó a Mina a sacar a Val del agua, cogiéndole de un brazo y arrastrándolo a la orilla. Una vez a salvo, el dragón se sentó sobre la hierba y empezó a respirar pesadamente y a toser, tratando de recuperar el aliento.

-¿Te encuentras bien? - preguntó Andracis -.
-¿Qué te ha pasado? - preguntó a su vez Mina - ¿Te capturó otra vez la
medusa?
-No. - negó Valteria y añadió alzando su lanza: - Pero no podía dejar
que se hundiera en el fondo del río.....
-¡Oh, Val! - sollozó Mina lanzándose a sus brazos - ¡Estaba tan
preocupada.....!
-Bueno, ya, no ha pasado nada..... - le dijo el dragón al tiempo que
la apartaba gentilmente - Ahora estamos todos bien, no llores más.....

Dirigió entonces la mirada hacia el río, en concreto al montón de troncos que antes formaban la balsa. Suspiró y dijo resignado:

-Aunque mucho me temo que ya no podremos atravesar el río...... No ya
sólo por la balsa; ahora ha sido una medusa gigante, pero quién sabe
la de criaturas que debe haber, esperando para atacarnos.....
-Es extraño..... - observó Andracis - Las medusas son animales que
viven en el agua salada de los océanos. ¿Qué hacía entonces esa medusa
en un río?
-No estaba allí por voluntad propia. Ha sido invocada.

La respuesta de Mina desconcertó a los chicos.

-¿Invocada? - preguntó Valteria -.
-Así es. - afirmó Mina - Y probablemente mediante un Zellas Grot. Es
un hechizo de magia negra que permite al mago invocar a una medusa
gigante para que luche por él. Sólo es necesario recitar el hechizo
cerca de una fuente de agua y el animal acudirá a su llamada,
independientemente de si tiene que ir a un lago, a una playa..... o a
un río.....
-Pero si ha sido invocada para atacarnos..... - pensó Andracis en voz
alta - Eso significa.....
-..... Que alguien no quiere que lleguemos a Sailon. - terminó Mina la
frase - Y lo más seguro es que fuera ese tipo que según Val nos ha
estado siguiendo desde que salimos de Darien.....
-Puede que tengas razón..... - corroboró Valteria -.
-¡Pero precisamente por eso tenemos que continuar! - exclamó la chica
de pronto. Ante la cara de estupor de los otros dos, se explicó: -
Pensadlo un momento, chicos: si hay alguien que pretende alejarnos de
Sailon es porque hay algo demasiado importante como para dejarlo en
manos de cualquiera. Eso demuestra que la copia de la Biblia Clair que
tenían los sacerdotes de Sailon aún está allí. Porque..... ¿qué otra
cosa importante podría haber en esas ruinas sino eso?
-Tiene sentido..... - apuntó Andracis -.
-¡Entonces no se hable más! ¡Sigamos hacia Sailon! - dijo la chica con
decisión -.
-Y puesto que ya no podemos ir río abajo, - añadió Valteria - iremos
por la ruta de tierra. - empezaba a ponerse en camino junto con Mina,
cuando de repente se giró a Andracis y le dijo: - Ah, por cierto,
Andy, muy bueno ese Demona Cristal. Te debo una.....
-¿Ah? - aquellas palabras pillaron un poco por sorpresa al muchacho,
pero enseguida se recuperó - Oh, bueno..... Después de todo yo también
te debía una, así que supongo que ahora estamos en paz.....

Valteria no dijo ni sí ni no, simplemente sonrió y siguió andando en pos de Mina. Andracis corrió entonces para reunirse con ellos. Aunque Valteria era su mayor rival para conseguir el corazón de Mina, le era imposible odiarlo; era a sus ojos lo que hoy día podría denominarse como "Un tío legal".

* * *

Unos tres días después, Mina pudo divisar desde una elevación del terreno la que en su día se consideró la capital de la magia blanca.

Mientras caminaban entre las antiguas calles de Sailon, los tres aventureros miraban entristecidos el panorama: a su alrededor todo eran casas derruidas o quemadas hasta los cimientos. Había montañas de cadáveres abandonados hasta donde alcanzaba la vista. Muerte, destrucción..... La antaño ciudad alegre y festiva que fue Sailon, era ahora una ciudad fantasma, de cuya existencia sólo quedaba el recuerdo.

Y andando por aquellas calles intrincadas llegaron al antiguo recinto de palacio. Del castillo que se alzaba en aquella zona, por encima de las casas de la ciudad, quedaban tan sólo un par de piedras que constituían sus muros. Un poco más lejos, junto a un bosque de chopos, había un tramo del río por el que habían intentado llegar antes, probablemente utilizado para abastecer de agua a la ciudad.

-Bueno. - dijo Mina dirigiéndose a sus compañeros - ¿Por dónde
empezamos?
-Lo más lógico sería buscar los restos del antiguo Templo Sagrado y
empezar por allí..... - sugirió Andracis -.
-Lamento ser el portador de malas noticias, pero me da la impresión de
que eso no va a ser fácil. - apuntó Valteria, señalando las enromes
piedras que tenían a sus espaldas - Es imposible identificar a qué
edificio pertenecían esas piedras.....
-'¿Buscáis algo?' - dijo una voz de pronto -.

Alarmados, los tres enarbolaron sus respectivas armas y se pusieron en posición de ataque, espalda contra espalda.

-¿Quién anda ahí? - preguntó Mina con algo de nerviosismo -.
-'No me lo has pedido por favor.....' - canturreó la voz -.
-¿De dónde rayos viene esa voz? - murmuró Valteria - Se oye por todas
partes.....
-'Eso es porque no estoy hablando directamente - explicó la voz
desconocida, como si hubiera oído lo que el dragón antiguo decía - ,
sino a través de vuestras mentes.....'
-¡¡Pues basta ya de jueguecitos mentales!! - le desafío Mina,
visiblemente irritada - ¡¡Da la cara de una vez, cobarde!!

Justo en ese momento tuvo lugar una explosión que dispersó a los tres adolescentes. Cuando consiguieron levantarse del suelo adoloridos, oyeron una vez más la voz que les hablaba, sólo que mucho más clara y cercana.

-¡Puedes llamarme lo que quieras - dijo a Mina - excepto cobarde.

Al dirigir la vista al tramo del río junto a los chopos, vieron finalmente a la dueña de la voz. Era una niña de una estatura ligeramente inferior a la de Mina. Vestía una túnica y capa de tono entre el beige y el marrón claro, junto con unas botas blancas y un cinturón dorado que se le ceñía perfectamente a la cintura, así como una joya roja en forma de triángulo invertido que sujetaba su capa.

Su pelo, que le llegaba un palmo más allá de los hombros, era de color violeta claro tirando a añil, y tenía un peinado curioso; la parte más larga le caía en cascada sobre la espalda, mientras que dos mechones más cortos le enmarcaban la cara y su flequillo ocultaba su mirada. Al levantarla y dirigirla hacia los tres jóvenes, éstos pudieron ver finalmente que sus ojos eran redondos, alargados y de color amatista.

-¡Di quién eres! - le ordenó Mina manteniendo su arma en alto frente a
ella - ¡Y esta vez no eludas mi pregunta!
-Vaya, vaya..... Eres realmente testaruda. - dijo la chica desconocida
- La medusa gigante que envié para destruiros no os disuadió de venir
hasta aquí. Y ahora te he atacado y aún sigues en plan
impertinente..... Pero tienes razón, es justo que sepas mi nombre.....
antes de que te mate.

Tras decir éstas palabras, la chica puso sus manos en posición, como si fuera a tirar con un arco. Simultáneamente, un arco y flecha de energía azulada aparecieron en sus manos.

-Mi nombre es Índiga. - dijo - Éstas tierras son mi territorio y por
ello vosotros, intrusos, vais a morir. ¡FLECHA DE HIELO!

La flecha se disparó en dirección a Mina, quién afortunadamente consiguió saltar a tiempo para ver desde el aire cómo el lugar en el que ella estaba antes quedaba totalmente congelado. Entonces dirigió su ataque de espada contra Índiga, pero para su sorpresa ella levantó una sección de su falda, cogió un hacha de guerra que llevaba enganchada en la pierna izquierda y frenó la hoja de la espada de Mina, con tanta fuerza que llegó incluso a tirarla para atrás.

Cuando Mina calló al suelo, Andracis corrió a comprobar que estuviera bien, mientras Valteria alzaba el vuelo para atacar a su agresora desde el aire.

-¡ALIENTO DE FUEGO!

Una ráfaga de llamas salió de la garganta del dragón antiguo. Sorprendentemente Índiga no hizo ni el más mínimo movimiento, no intentó evitar el aliento de fuego que se le echaba encima.

Y entonces, cuando estaba a punto de alcanzarla, ella desapareció sin más.

Valteria, quien no podía creer lo que sus ojos acababan de ver, miró en todas direcciones intentando encontrarla. De repente, sintió un dolor agudo en su ala derecha y la sangre que emanaba de ésta.

Índiga había vuelto a aparecer junto a él, flotando en el aire, y había aprovechado su distracción para herirle en el ala con su hacha.

Incapaz de mantener el vuelo, Valteria empezó a caer en picado. Si no llega a ser por que Andracis proyectó sobre él un Raywing amortiguando su caída, habría acabado mucho peor. Una vez en el suelo, Andracis y Mina (quien no tenía ni un rasguño) fueron a socorrerle.

-¿Estás bien, Val? - preguntó Mina al tiempo que conjuraba sobre él un
hechizo curativo -.
-Es..... muy fuerte..... - dijo Val intentando levantarse sin éxito -
Y podría ser una demonia..... sólo ellos son capaces de
teletransportarse de esa forma. Pero.....
-Si es una demonia, yo conozco el hechizo adecuado para acabar con
ella de un solo golpe. - dijo Andracis determinante encarándose a
Índiga, sin dejar que Valteria terminase su frase - ¡RA-TILT!

Un haz de energía azulada surgió de las manos del hechicero, a una velocidad tal que cualquier demonio habría sido alcanzado por él sin poder evitarlo.

Cualquiera excepto Índiga.

La chica concentró toda su energía y erigió una cúpula que no tan sólo la protegió del ataque, sino que además lo devolvió al hechicero que lo había conjurado, quien a duras penas tuvo tiempo de invocar un escudo de aire para protegerse a él y a sus amigos.

-¿Qué...... qué ha sido eso? - preguntó un confundido Andracis -.
-Intenté explicártelo. - aclaró Valteria - He detectado la energía
negativa propia de los demonios más poderosos, pero también hay en
ella un espíritu más propio de un dragón.....Sé que parece
inconcebible, pero es casi como..... como si fuera medio dragona,
medio demonia.....
-Genial..... - dijo Andracis en parte contrariado, en parte asustado -
¿Y ahora qué hacemos? Lancemos el hechizo que lancemos, será imposible
vencerla.
-A no ser que lancemos un hechizo que ataque sus dos naturalezas, la
demónica y la divina.....

Andracis miró extrañado a Mina, quién lo miraba con complicidad.

-Tú confía en mí, Andy. - le dijo guiñando un ojo - Si combinamos tu
Ra-Tilt con el hechizo que tengo en mente, no podremos fallar.

Sin esperar una respuesta, la joven hija de Reena Invers empezó a conjurar un hechizo que antaño su madre usó de forma casi cotidiana.

-Más negro que la oscuridad, más rojo que la sangre que fluye.....

Al oír el conjuro, Índiga se empezó a poner nerviosa. '¿El Mata Dragones? Esto no me lo esperaba...... Y si encima lo combina con el Ra-Tilt, no creo que pueda pararlo..... ¿Y ahora qué voy a hacer?'

Andracis había entendido finalmente el plan de Mina: básicamente consistía en, como había dicho la chica antes, atacar las dos naturalezas de Índiga a la vez, usando simultáneamente el Ra-Tilt (un hechizo de magia astral muy eficaz contra casi todos los demonios, exceptuando únicamente a los Dark Lords) y el Mata Dragones (hechizo que como su propio nombre indica lo usan los demonios. para matar dragones). Así, el joven hechicero empezó a conjurar su Ra-Tilt, al tiempo que Mina seguía recitando el conjuro del Mata Dragones.

-..... Enterrado en las corrientes del tiempo. En vuestro sagrado
nombre ahora juro a la oscuridad. ¡Por el poder que vos y yo
poseemos.....!

Mina dejó inacabada la frase. Alarmado, Andracis se giró hacia ella y le preguntó:

-¿Qué ocurre, Mina?

La joven quedó unos instantes paralizada, todavía con los brazos en alto, mirando al suelo con una gota de sudor frío resbalando por sus sienes. Tras unos minutos de pausa, se llevó una mano a la nuca y dijo:

-Es que..... ¡No me acuerdo de lo que viene después!

Caída de culo por parte de Andracis y gotón de sudor por parte de Valteria e Índiga, quien a continuación pensó: '¿Y por ésta tía estaba empezando a preocuparme? ¡Si no es más que una aficionada!'

Entretanto Mina había rebuscado dentro de su armadura y había sacado una pequeña libreta, que ahora ojeaba sentada en el suelo.

-A ver..... Mata Dragones.....Mata dragones..... ¿Dónde estará? -
murmuraba al tiempo que pasaba las páginas -.
-¡¿Y ahora qué leches estás haciendo?! - exclamó Andracis al borde de
la histeria, llevándose las manos a la cabeza y revolviéndose el pelo
nervioso -.
-Buscando el conjuro ¿no lo ves? - le dijo Mina girándose
momentáneamente a su compañero - Aquí en esta libreta tengo todos los
hechizos apuntados, por si en algún momento se me olvidan..... como
tengo tan mala memoria.....

Andracis suspiró pesadamente al tiempo que se giraba hacia su enemiga.

-Supongo que eso significa que tendré que encargarme yo..... ¡RA.....!
-¡Andracis, cuidado! - le advirtió Valteria al tiempo que corría para
apartarle del peligro -.

Pero ya era tarde: de las manos de Índiga surgió un fuerte viento helado, que se tornó en una tormenta de nieve, arremetiendo sobre Andracis y Valteria, quienes por la fuerza del viento fueron lanzados contra una de las rocas que constituían las ruinas del castillo de Sailon.

Mina se levantó del suelo repentinamente (no había sido alcanzada porque ella estaba aparte ojeando su libreta) y al ver a sus amigos heridos miró enfurecida a Índiga, quien a su vez la miraba con una sonrisa maligna dibujada en sus labios.

-¡¿Cómo te atreves, maldita?! - la insultó al tiempo que desenvainaba
su espada y la señalaba con ella desafiante - ¡Te sientes muy segura
con tus poderes de demonio, pero eres incapaz de mantener una pelea
cuerpo a cuerpo, sólo con armas, porque no eres más que una cobarde!

Índiga frunció el entrecejo, al tiempo que la sonrisa desaparecía de su rostro para mostrar un semblante serio. Seguidamente enarboló su hacha de guerra y con el mismo tono desafiante que Mina, dijo:

-Ya te lo dije antes: puedes tacharme de lo que quieras, excepto de
cobarde, porque no lo soy. ¡Y si no me crees, lucha conmigo y
compruébalo!
-¡Esa era mi intención! - respondió Mina poniéndose en posición de
ataque -.

Durante unos instantes, que parecieron una eternidad, las dos contendientes se quedaron quietas, en posición de ataque, la una cogiendo con ambas manos su espada, con la punta de la hoja apuntando hacia su contrincante, la otra enarbolando por encima de su cabeza su hacha de guerra, mirando con rabia y ansias asesinas a la primera.

Simultáneamente, a una señal inexistente, ambas empezaron a correr la una hacia la otra, gritando como bersecks en pie de guerra. Cuando estuvieron a una distancia cercana entre sí, dieron un salto en el aire, al tiempo que sostenían sus armas en alto para dar el golpe de gracia.

Sin embargo, cuando las hojas de la espada y el hacha estaban a punto de tocarse, un extraño suceso puso punto final a la contienda.

Como surgido de la nada, una extraña bola envuelta en llamas negras apareció entre las dos y explosionó, separándolas violentamente.

Mina colisionó brutalmente contra el suelo, mientras que Índiga, más rápida de reflejos, calló, como suelen hacer los gatos, de pie. Al ver a su amiga en el suelo, Andracis y Valteria corrieron a socorrerla.

-¡Mina! - gritó Valteria -.
-¡Mina! ¿Qué ha ocurrido? - preguntó a su vez Andracis -.
-No lo sé. - respondió ella levantándose del suelo con la ayuda de los
otros dos - De repente apareció esa llama negra y.

Pero al levantar la vista, vio que la llama negra ya no era tal.

En su lugar había aparecido una especie de cono negro, que poco a poco empezó a tomar forma humana. Cuando terminó su transformación, tenía el aspecto de un hombre joven, de no más de 25 años calculó Mina, con ropas sacerdotales compuestas por una camisa amarilla, unos pantalones bombachos verde oscuro y una especie de poncho con capa del mismo color, en el que había bordada una greca, así como unos zapatos de viaje marrones, un zurrón cruzado por el pecho y un broche que sostenía su poncho-capa. Así mismo sostenía un báculo con una joya esférica roja en su mano derecha. Su pelo, cortado a media melena y con flequillo, era de color púrpura.

No llegaron a ver sus ojos, pues desde su aparición los mantenía cerrados.

Y aquel hombre quedó suspendido en el aire, envuelto en un aura de oscuridad, mientras el viento soplaba arrastrando las hojas de los chopos y haciendo ondear su corta melena y su capa. Giró la cabeza hacia Índiga y esbozó una sonrisa de satisfacción.

Valteria y Andracis ya se habían puesto a la defensiva, el primero cogiendo su lanza y el segundo sosteniendo frente a sí su espada y depositando su mano libre en el hombro de Mina, como para reconfortarla o simplemente para decirle sin palabras que él la defendería hasta el final. Mina sin embargo no se movió; siguió mirando al recién llegado, completamente alucinada y preguntándose quién sería.

No tardó mucho en obtener una respuesta.

-¡XELLOS! - exclamó Valteria, dirigiéndose al desconocido - ¡Maldita
basura infecta! ¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?!

* * *

El aludido giró la cabeza hacia los tres adolescentes. Miró con sus ojos siempre cerrados a Valteria, el cual le miraba con odio profundo. El sacerdote misterioso entonces levantó las cejas sorprendido, puso una de sus manos en su nuca y exclamó con una sonrisa de oreja a oreja:

-¡Val-chan! ¡Qué alegría volver a verte! - seguidamente descendió y
caminó hacia Valteria con los brazos abiertos - ¡Caray, sí que has
crecido! Claro, cómo hace tiempo que no nos vemos.....

Sin embargo, el sacerdote fue parado en seco por la lanza de Valteria, el cual la sostenía a pocos milímetros de su nariz, dirigiéndole al mismo tiempo una mirada de advertencia.

-Tú lo has dicho. - dijo Val secamente - Desde que abandonaste a mi
madre, dejándola con la moral por los suelos y desecha en lágrimas.
-Bueno, hombre, cálmate..... - intentó tranquilizarle el sacerdote,
sonriendo nerviosamente y con un gotón de sudor resbalando por su
frente - Te juro que yo no sabía nada de eso.....
-¿Le conoces? - preguntó Mina de pronto, dirigiéndose a Valteria -.
-Sí..... por desgracia. - respondió al tiempo que retiraba la lanza
de delante de la cara del sacerdote - Éste es Xellos Mettalium,
sacerdote y general de Zellas Mettalium, el Ama de las Bestias.
-¿De....... del Ama de las Bestias? ¿Una de los Dark Lords? -
balbució Andracis mirando atónito a Xellos - ¿Quieres decir que es
un demonio?
-¿Has dicho Xellos Mettalium? - preguntó a su vez Mina - No sé
porqué me suena...... ¡Espera, ya me acuerdo! - exclamó de pronto y
añadió dirigiéndose al demonio: - Mi madre solía mencionarte. Cada
vez que le pasaba una desgracia decía que una de dos: o era por su
mala suerte o era cosa de Xellos Mettalium, "ese demonio
excéntrico".
-¿"Demonio excéntrico"? - repitió Xellos, no sabiendo si echarse a
reír o enfurecerse - Sin duda te debes referir a mi queridísima
amiga Reena Invers. ¿Así que tú eres su hija? - hizo una pausa
durante la cual contempló a la adolescente de arriba abajo, para
luego concluir: - Debí sospecharlo: las dos estáis igual de
planas.....

Aquello le costó caro: nada más soltar ese comentario, Mina cogió al demonio por el cuello con ambos brazos y empezó a estrangularle, con Andracis y Valteria como testigos oculares, al tiempo que gritaba hecha una fiera, con una vena resaltada en su frente y un colmillo de vampiro asomando por su boca:

-¡¿CÓMO TE ATREVES A BURLARTE DE MIS PECHOS, MALDITA RATA DE
CLOACA?! ¡¿NO SABES QUE ES DE MALA EDUCACIÓN METERSE CON LOS
DEFECTOS DE UNA DAMA?!

Xellos, lejos de molestarse o de retorcerse de dolor por el estrujamiento de cuello al que estaba siendo sometido, siguió sonriendo con la lengua fuera, en plan travieso.

-Yo sólo lo decía por lo que os parecéis tu madre y tú. - dijo sin
síntomas de que le faltase el aliento - Además..... ¿Quién ha dicho
que me esté metiendo con los defectos de una dama? Tú estás muy
lejos de serlo.....

Si no hubiera sido por que Andracis la sujetó por los hombros, el demonio habría dejado de existir.

-¡Mina, tranquila, no le hagas caso! - le decía - ¡Sólo intenta
provocarte!
-¿Sí? ¡¡Pues lo ha conseguido!! - bramó Mina al tiempo que se
retorcía intentando liberarse - ¡¡¡Suéltame, Andracis!!! ¡¡Suéltame
para que le dé una buena paliza!!

Mientras Andracis trataba de calmar a la fiera enfurecida que en esos momentos era Mina, Valteria ayudó a Xellos, de mala gana, a levantarse del suelo.

-Muy bien, Xellos - le dijo a continuación - ya me estás diciendo
porqué has venido aquí. Y ni se te ocurra contestarme con tu típico
"Es un secreto", o le diré a Andracis que deje suelta a Mina.
-Je..... Me conoces demasiado bien, Val-chan. - respondió el
demonio irónico, con una media sonrisa - Está bien, te lo diré: he
venido por..... Esto..... ¿Me disculpas.....?

Si decir más, extendió su báculo, frenando así la hoja de un hacha que se le venía encima. A continuación, con la otra mano cogió el arma y la lanzó lejos. Por último, cambió el báculo de mano y con su diestra pescó a la dueña del hacha y la sostuvo en alto.

Índiga pataleaba furiosamente, intentando que sus pies volvieran a tocar tierra.

-Como iba diciendo - dijo entonces Xellos - he venido a por
ella..... - a continuación se dirigió a la chica y dijo: - Tsk,
tsk..... eso no está nada bien. ¿No te han dicho que está muy feo
atacar por la espalda?
-¡Yo ataco como me da la real gana! - le soltó ella sin dejar de
patalear - ¡¡Y suéltame de una vez, pedazo de imbécil!!
-Vaya, vaya, qué lenguaje. - siguió diciendo Xellos con sorna - ¿Es
ésta la forma que tienes de hablarle a tu anciano padre?

Nada más decir aquello, Mina dejó de intentar soltarse para mirar al demonio con cara de estupor, al igual que Andracis y Valteria. Índiga, sin embargo, no se dejaba impresionar tan fácilmente.

-¿De qué hablas? ¡Yo no tengo padres! ¿Te enteras? - le dijo a
Xellos sin dejar de patalear - Soy huérfana de nacimiento. Me
encontraron aquí, en éstas ruinas, cuando a duras penas había
nacido.
-Lo sé. - respondió el demonio - Fui yo quien te dejó aquí.

Entonces sí que Índiga se quedó con cara de estupor, mirando a su supuesto padre con sus ojos amatistas redondos abiertos de par en par.

-No...... no puede ser..... - murmuró agachando la cabeza - Tú no
puedes ser mi padre..... eres..... un demonio.....
-¡Mira quién habla! - dijo Xellos soltando una carcajada - Tú misma
eres medio demonia. ¿Por qué no podrías ser mi hija?
-Un momento..... - empezó a meditar Mina - Si tú eres su
padre...... entonces su madre. tiene que ser una dragona..... ¿pero
quién es?
-Es mi madre. - soltó Valteria de pronto - ¿Verdad, Xellos?

Aquella pregunta estaba llena de tristeza, pero también de rencor y odio. Un odio tan profundo que casi se podía notar en los ojos ámbar del dragón antiguo mientras le sostenía la mirada al demonio, quien por fin había abierto los ojos. De ese modo Mina pudo ver que eran amatistas, exactamente el mismo tono de amatista que los de su hija, quien le miraba, ya liberada, sin saber qué decir ni qué pensar.

Dragón y demonio se miraron largo rato, hasta que éste último cerró de nuevo los ojos y sonrió, para decir a continuación:

-Lo dicho: ya me conoces demasiado bien. Y sí, esta niña es hija
mía..... y de Filia. Aunque por lo visto hay quien no acaba de
entenderlo...... - dijo señalando a Mina y Andracis, quienes se
habían quedado más alucinados si cabe - Si permitís que lo hablemos
en un sitio más tranquilo - añadió dirigiéndose a éstos - y si
tenéis algo de té a mano, os lo explicaré todo desde el
principio.....

Continuará..... en el Capítulo 4.

~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~? ~?~?~?~?~?~?~?

Nota de Amber: Uyyy..... esto parece un culebrón..... ¿Xellos y Filia han concebido una hija? (Salen un grupo de Xellos-Filia Lovers con pancartas del tipo: "Xel & Filia Forever!!") ¿Y como ha podido ocurrir? Véanlo en el próximo capítulo.....

Ah, y antes de que se me olvide, mención especial a Giuliana Cabello , que si bien no me dejó una review, me escribió para felicitarme. ¡Muchas gracias! ^_^

Comentarios, dudas u lo que sea, a esta dire: almudenmumu@yahoo.es