Capítulo 5: Zellas ataca
Cuando Xellos la nombró, la loba dejó de gruñir y se sentó sobre sus patas traseras. Sus ojos parecían mostrar orgullo y triunfo.
- Veo que me has reconocido, querido. - dijo con una voz que más
parecía la de una hembra humana - Está claro que jamás conseguiré
engañarte..... ¡Oh, pero mira a quien tenemos aquí! - exclamó de
pronto tras dirigir la vista al grupo de adolescentes y más
concretamente hacia Val - ¡Si es el joven Valteria! Mírate.....
estás hecho todo un hombretón, ahora..... Y éste - continuó, ahora
encarándose a Andracis - guarda cierto parecido con Zelgadis
Greywords, el nieto de Rezo.....
Y entonces detuvo su mirada en Mina, quien ya había avanzado hacia ella, sosteniendo de forma amenazadora su espada.
- Y ésta..... Físicamente no te pareces mucho a tu madre, pero su
energía vital se hace inconfundible en ti, Mina Gabriev, hija de
Reena Invers. - y añadió inclinando su cabeza en ademán
aparentemente cortés - Yo te saludo con humildad y respeto.....
- ¡¡Basta de monsergas!! - la interrumpió la chica - ¡Si realmente
me tuvieras tanto respeto como dices, no me hablarías tras esa
falsa piel de loba, como si te quisieras esconder!
La mirada de Zellas se endureció ante tamaña insolencia, pero a pesar de todo se mantuvo firme, sin querer mostrarle a su rival su enfado.
- Tienes la lengua muy larga, mortal - le dijo - pero apuesto a que
saldrías corriendo si me mostrara en mi verdadera forma. Aunque..... -
añadió al tiempo que hacía como que pensaba - ..... puede que tengas
razón; mereces que al menos hablemos de igual a igual.....
Tras estas palabras cargadas de misterio, la loba se irguió sobre sus patas, iniciándose entonces su transformación: su postura se volvió más erecta, creció en altura, el vello largo y blanco que cubría su cuerpo desapareció dejando al descubierto su morena piel, así como su cola se transformaba en una sección de la falda de su vestido translúcido. Por último, su hocico encogió, tornándose en una nariz humana, su boca llena de colmillos en unos labios carnosos pintados de rojo y el pelo de su cabeza creció transformándose en una melena rubio platino.
Era tal y como Xellos la había descrito: hermosa, voluptuosa, elegante..... y cruel. Mina lo notaba cada vez que miraba fijamente sus ojos, esos ojos rojos de pupilas gatunas y sin brillo. Inhumanos, amenazadores..... sedientos de sangre.....
- ¿Mejor así? - dijo Zellas mostrándose en todo su esplendor ante una
todavía tensa Mina. Sin esperar respuesta de la chica, fue directa al
grano - Bien, basta de perder el tiempo, he venido por algo que me
pertenece por derecho..... - y añadió amenazadoramente, al tiempo que
Andracis y Valteria se ponían a los lados de Mina para protegerla: -
Quiero a la mestiza y la quiero ya.
- ¡Vamos, vamos, mi señora! - intervino Xellos poniéndose frente a los
tres adolescentes - Es obvio que cada vez tenéis más mala memoria: ¿No
recordáis que yo os entregué el huevo que.....?
No terminó la frase; Zellas lo agarró del cuello, enfurecida toda ella, sosteniéndolo por encima del suelo mientras les decía:
- ¡Ni te atrevas a dirigirme la palabra, maldito embustero! ¿Acaso
crees que no sé que lo que me entregaste era un señuelo? Puede que al
principio me confundieras con tu relato, pero sospeché que algo no iba
bien cuando noté que la energía de tu hija aún estaba presente en el
plano físico. ¿Porqué crees que te mandé a la guerra? ¡Pues porque
pensé que así me conducirías hacia su escondite! - su mirada se tornó
más penetrante, al tiempo que apretaba más el cuello de su subordinado
con rabia - Pero me volviste a engañar una vez más..... ¿Cómo iba a
saber yo, a fin de cuentas, que la estabas escondiendo en el interior
de tu cuerpo.....?
Mina contemplaba preocupada como Xellos, con su cuello atrapado en la firme mano de la Señora de las Bestias, se retorcía tratando de liberarse y de que el oxígeno volviera a sus pulmones. El demonio, abriendo uno de sus ojos amatistas, le dirigió una mirada suplicante. Y cuando la joven hechicera estaba a punto de salir en defensa de Xellos, una voz surgió de entre ellos, diciendo:
- ¡Déjale en paz! ¡Es a mí a quien buscas!
Al tiempo que todas las miradas se dirigían a ella, Índiga se adelantó, encarándose a la Dark Lady con mirada de desafío. Hasta entonces, había permanecido oculta detrás de Mina, Val y Andracis. Zellas, satisfecha, soltó a Xellos e inspeccionó con atención a la "mestiza", como ella la llamaba.
- Vaya, vaya..... - fueron las primeras palabras de la Dark Lady al
verla- Eres más impresionante de lo que esperaba. Y también muy
valiente. Me recuerdas a tu madre.....
Dicho esto, hizo aparecer de la nada su boquilla, con un cigarrillo encendido en su punta. Le dio una buena calada y escupió el humo a la cara de Índiga, pero ella no pareció inmutarse lo más mínimo.
- Sabes quién soy ¿verdad? - preguntó Zellas a continuación -.
- Sí, lo sé. - respondió la chica - Zellas Mettalium, el Ama de las
Bestias, la señora de mi padre, la Dark Lady más poderosa tras la
muerte de Fibrizo, el Amo de los Infiernos..... o al menos eso parecen
decir las malas lenguas.....
- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó Zellas, visiblemente picada
por la última observación de la medio-dragona -.
- Oh, nada. ....- dijo Índiga haciéndose la inocente - Sólo que yo me
esperaba encontrar algo con pinta de más poderoso. ....Con la de
rumores que he oído acerca de tu poder, francamente, me he llevado una
gran desilusión al verte en persona.....
'¿Pero se puede saber qué pretende esta chica?', fue lo primero que se le pasó a Mina por la cabeza, mientras contemplaba atónita como Índiga decía aquella sarta de impertinencias sin pestañear y con todo el descaro del mundo.
Por la cabeza de Xellos, pasaba un pensamiento muy diferente. 'Se está tirando un farol. La está provocando a propósito.....'
- No me malinterpretes - añadió Índiga tratando de parecer inocente
una vez más - pero es que no tienes pinta de Señora Demonia..... tu
aspecto parece más el de una fulana de las caras..... una cortesana o
una concubina, como lo prefieras llamar.....
- ¡Índiga, basta! - le ordenó Xellos, levantándose del suelo
visiblemente alarmado - ¡No tienes idea de dónde te estás
metiendo.....!
- Déjala Xellos, déjala que diga lo que piensa de mí..... - le
interrumpió Zellas, aparentemente serena y añadió dirigiéndose
personalmente a la aludida: - Di lo que quieras, querida, ya estoy
demasiado acostumbrada a los comentarios de mi sacerdote-general,
conque si esperas que me altere por las tonterías que una niñata como
tú pueda decirme, estás muy equivocada.
Índiga no dijo nada esta vez. Su cara denotaba seriedad y firmeza.
- Bien. - dijo Zellas al fin - Puesto que ya estás calladita, iré al
grano: no pretendo hacerte daño, Índiga Mettalium. Eres demasiado
valiosa, demasiado poderosa como para desaprovecharte. Te propongo
pues, un trato: únete a mí. Tú y yo podremos hacer grandes cosas,
juntas, como abuela y nieta. Tendrás todo lo que siempre quisiste
tener: riquezas sin par, poder absoluto sobre los demonios.....
Contigo a mi lado, podríamos incluso acabar con los dragones de una
vez y para siempre.....
Índiga se mantuvo inmutable, mientras Zellas se acercaba a ella por la espalda y pegaba su boca a su oído para susurrarla:
- Quizás esta última idea no te agrade a priori..... pero te dará la
oportunidad de vengarte de los decanos de tu orden. - ante la cara de
asombro que puso la semi-demonia en ese momento, Zellas sonrió y
añadió- Jamás permitieron que llegaras a sacerdotisa ¿verdad? A tu
edad ya deberías estar a punto de graduarte, pero desconfiaban de tu
naturaleza, temían que, por el mero hecho de que también practicabas
la magia negra, llevaras la desgracia al templo..... Los decanos no
aceptarán tus conocimientos en otras áreas de la magia, pero yo jamás
los censuraré, créeme..... Podrás desarrollar tus poderes al máximo,
sin límites. Sólo únete a mi clan, y el mundo estará en tus manos.....
Durante unos instantes, la dragona-demonia permaneció seria, con su mirada oculta en su espeso flequillo, sin decir palabra. Segundos después empezó a reírse, en una carcajada tan sonora que puso a Mina y a sus amigos los pelos de punta y a Zellas de los nervios.
- ¡¿De qué te ríes, insolente?! - exclamó Zellas enojada -.
- Me subestimas, Señora de las Bestias. - dijo Índiga tras descubrir
sus ojos cerrados - ¿De verdad esperabas convencerme con esos
argumentos? Aunque es cierto que les guardo bastante rencor a los
decanos de mi orden, jamás les pondría un dedo encima..... tal es mi
respeto por ellos. Además, teniendo en cuenta quienes son mis padres,
me es imposible tomar parte de uno u otro bando. Llámalo una cuestión
de principios, si quieres, pero el caso es que en el conflicto entre
dragones y demonios, prefiero mantenerme neutral......
- ¿Es ésta tu última palabra? - preguntó Zellas frunciendo el ceño -.
- Hum..... sí..... bueno, en realidad - dijo Índiga pensativa - estaba
preguntándome..... ¿Cómo es que una Dark Lady tan supuestamente
poderosa necesita del poder de otros para hacer valer el suyo propio?
- ¡¿Có.....cómo?! - exclamó Zellas en tono de ira contenida -.
- Pues eso. - dijo Índiga con toda la tranquilidad del mundo - Que no
comprendo cómo alguien como tú puede necesitar mi ayuda para acabar
con los dragones. ¡Con lo escasos que somos hoy día! Además..... -
añadió entreabriendo sus ojos con pose de superioridad- Siempre he
dicho que aquellos que necesitan que los peones les hagan el trabajo
sucio, no se sienten lo suficientemente seguros de su poder como para
hacerlo por sí solos......
- ¡¿QUÉEEEEEEE?! - volvió a exclamar Zellas más enfurecida que nunca,
echando llamas por los ojos - ¡¡Maldita mocosa descarada!! ¡¡Vas a
saber lo que es enfrentarse al verdadero poder del Ama de las
Bestias!!
- Lo estaba deseando..... - susurró Índiga al tiempo que sacaba su
hacha de guerra de entre sus faldas -.
La señora de las bestias, ardiendo en su interior de pura ira, con los ojos enloquecidos e inyectados en sangre, dejó escapar un alarido helador. Su cuerpo entonces sufrió una segunda transformación. A medida que su cuerpo crecía en altura, se llenaba de vello. Su pecho y sus brazos se hicieron musculosos y se ensancharon sus hombros. Orejas y hocico puntiagudos deformaron su cara. El resultado final era tan espeluznante que a Mina y sus compañeros se les encogió el corazón.
Zellas había adoptado la forma de un hombre lobo de casi 2 metros de altura, que se sostenía erguido sobre sus cuartos traseros. Sus garras, afiladas como cuchillas, sobresalían de los dedos de manos y pies. Una profunda cicatriz atravesaba su ojo izquierdo. Su único atuendo era un taparrabos raído que dejaba escapar la cola peluda y una armadura compuesta por pectorales y hombreras, el resto lo cubría únicamente un espeso pelaje grisáceo. De la garganta de Zellas surgió esta vez un aullido aterrador.
- ¡Ah, así que esa es tu forma verdadera! - dijo Índiga sin parecer
haberse inmutado lo más mínimo - Pues te ves a llevar una gran
sorpresa, porque no eres la única que sabe transformarse.....
Tras aquellas enigmáticas palabras, guardó de nuevo su hacha bajo sus faldas, cerró los ojos y se concentró poniendo las palmas de las manos de cara a la joya roja en forma de triángulo que sostenía su capa. La joya a continuación se iluminó, desprendiendo una luminiscencia dorada que la envolvió por completo. La figura de la muchacha fue creciendo paulativamente, superando incluso la altura del chopo más alto del recodo. Al desaparecer el aura dorada todo cuanto pudieron ver los tres aventureros era una dragona dorada con una melena como la de Índiga que caía por su afilado rostro, en el que destacaban unos grandes ojos amatistas.
Sin embargo, incluso siendo una dragona dorada, había unos cuantos detalles de singularidad en ella. Por ejemplo, sus escamas, que en vez del color anaranjado intenso típico en las hembras de esta especie, eran de un tono más apagado y algo sucio. Su piel era, por así decirlo, una extraña mezcla de naranja y gris claro. Además, en su rostro y en su espalda eran perfectamente visibles unas estrías, marca que delataba su origen demoniaco.
- Ahora estamos en igualdad de condiciones. - dijo Índiga -.
- Quizás. - respondió Zellas con una voz gutural, que sonaba más como
el gruñido de un lobo - Pero eso no cambia el hecho de que vaya a
vencerte.
- ¿Ah, no? - dijo la dragona al tiempo que remontaba el vuelo,
empujando hacia atrás a Mina, Andracis, Val y Xellos, debido a la
corriente de aire que formaban sus alas batiéndose - ¡Entonces intenta
alcanzarme!
Tras un par de aleteos, Índiga quedó volando describiendo círculos en el aire. Zellas se encaramó a la copa de uno de los chopos para tenerla a la vista. En ese momento, Índiga lanzó su aliento de fuego, quemando el bosque de chopos para obligar a su enemiga a bajar, pero ésta se teletransportó lejos de su alcance. Volvió a aparecer suspendida en el aire y recitó un conjuro en susurros. Una especie de látigo de energía rojiza apareció en sus manos y con éste atrapó el cuello de la semi-dragona. Índiga se retorcía bajo la presión del látigo y se llevaba las manos a la garganta con desesperación.
- ¡Hay que ayudarla! - exclamó Mina, al tiempo que desenvainaba su
espada -.
- ¡No, Mina, deténte! - la retuvo Val, cogiéndola por un hombro y
arrastrándola hacia sí - No debemos intervenir, es su pelea.
- ¡Pero, Val, está en apuros! ¿No lo ves.....? - protestó la hechicera
-.
- Los dragones somos una raza orgullosa, Mina. - le explicó el dragón
antiguo - Ella debe ganar por sus medios, sin ayuda de nadie. De lo
contrario, quedará deshonrada..... Además - añadió señalando hacia
donde estaban las contendientes - subestimas demasiado la fortaleza de
una dragona dorada, Mina.
Cuando Mina miró hacia donde Val le señalaba, vio cómo las manos de Índiga se desplazaban de su garganta hacia delante, agarrando una parte del látigo. Seguidamente, tiró hacia abajo con todas sus fuerzas, lanzando a Zellas contra el suelo.
Durante unos minutos, no pasó nada, pero de pronto, de entre la nube de polvo que se formó por el impacto de la Dark Lady contra el suelo, salió Zellas disparada, directamente al mentón de Índiga, golpeándola. Volvió a atacar de la misma manera repetidas veces, pillando a la semi-dragona desprevenida en cada uno de sus ataques. En uno de esos, la golpeó tan fuerte que llegó a derrivarla. A medida que caía hacia el suelo a una velocidad de vértigo, su cuerpo volvía a su forma humana.
Satisfecha, la Dark Lady descendió al lugar donde Índiga había caído con la sonrisa victoriosa dibujándose en su hocico. Pero al llegar allí, notó que algo iba mal: la chica no estaba ya en aquel lugar. De hecho, no estaba en ninguna parte detectable del plano físico. De pronto, presintió una variación en el plano astral y se giró, justo a tiempo para frenar con sus garras el hacha de Índiga, que había aparecido a sus espaldas.
El choque contra aquellas afiladas garras fue superior a la resistencia de la hoja del hacha, que quedó mellada e inservible. Con un segundo movimiento de zarpas, Zellas pudo con facilidad tirar a Índiga hacia atrás. La chica rodó por el suelo hasta detenerse a orillas del río. Intentó ponerse en pie, pero estaba demasiado magullada, demasiado debilitada por las palizas que Zellas le había propinado. La demonia con cuerpo de hombre lobo se aproximaba peligrosamente a su presa, riendo para sí.
- ¡Val! - exclamó Andracis al ver la escena - ¡No podemos dejarla así!
¡Hay que hacer algo!
- No, Andy. - le retuvo Val - Pase lo que pase, no debemos intervenir
para nada. ¿Me has oído, Mina?..... ¿¿¿Mina???
La hechicera de pelo rosa ya no estaba donde ser vista. ¿Adónde habría ido?
Val no tardó mucho en saberlo.
* * *
Zellas estaba tan satisfecha de ver a Índiga derrotada y a su merced que no se dio cuenta de que Mina se había abalanzado hacia ella con la espada desenvainada.
No hasta que notó como la afilada hoja le rajaba la espalda.
Sorprendida por aquel ataque, Zellas a duras penas vio cómo la chica, con agilidad casi felina, cambiaba de posición y se situaba justo enfrente, interponiéndose entre ella e Índiga.
- ¡Insensata! - le dijo la demonia - Arriesgar de esa forma tu vida, y
además por alguien que no es asunto tuyo. ....¿Por qué?
- Es más fuerte que yo. - respondió la chica simplemente, con una
sonrisa en los labios - Sencillamente, no puedo evitarlo.
Tras éstas palabras, y para demostrar que no se dejaba intimidar, dio un mandoble con su espada. Zellas retrocedió, extendió su mano y lanzó un Flare Bit sobre las dos chicas. Sonrió al ver que las llamas las envolvían por completo, pero entonces miró hacia arriba y las vio. Mina había invocado un Raywing y la burbuja las envolvía tanto a ella como a Índiga, que seguía inconsciente, dándoles una cierta protección.
La demonia enfurecida concentró una bola de energía negra entre sus manos y la lanzó contra ellas. Mina no podía hacer nada para defenderse, el Raywing requería toda su concentración, de lo contrario las dos caerían. Pero justo cuando creía que sería su fin, algo se interpuso entre el hechizo y ellas.
Valteria gritó de dolor cuando fue alcanzado por la bola de energía negra. Su cuerpo se convulsionaba por la descarga que ésta le producía.
- ¡VAL! ¡NO! - gritó Mina desesperada, al ver cómo el dragón antiguo
caía hacia el suelo debilitado -.
Sin pensarlo dos veces, Mina descendió y corrió a reunirse con Valteria. Zellas apareció justo al lado de ambos y alzó las garras para asestar el golpe final, sin embargo, súbitamente su cuerpo fue atravesado por la hoja de una espada, haciendo emanar un reguero de sangre negra.
Andracis había aprovechado la distracción de la demonia para atravesarla por la espalda, tras lo cual movió la hoja hacia la derecha, haciéndola salir por el costado. Por último, dio un mandoble de arriba hacia abajo, cortándole a Zellas el brazo derecho.
Litros de sangre negra emanaban del brazo cortado y de las heridas que Zellas Mettalium había recibido por todo el cuerpo. Hincó una rodilla en el suelo, haciendo esfuerzos por no caerse de lo débil que estaba. Miró a los dos humanos y al dragón antiguo, inconsciente en el suelo, que tenía frente a sí. Había que reconocerlo: los había subestimado. Pero no por ello iba a rendirse tan fácilmente.
Mina contempló como el Ama de las Bestias, aunando fuerzas de no se sabe dónde, se levantaba cogiéndose el hombro derecho ensangrentado. Echó un vistazo a Val. Le preocupaba; su espalda, el lugar donde había recibido el impacto del hechizo, estaba atravesada y quemada. Conjuró un hechizo curativo con una mano, mientras con la otra enarbolaba su espada. Andracis estaba frente a ella, en guardia.
- Podríais haberos quedado al margen de todo esto..... - les dijo
Zellas jadeante - Pero ya que habéis elegido morir, - añadió formando
otra bola de energía negra con el brazo que le quedaba - os concederé
ese deseo.....
- Yo no estaría tan segura de ello...... - dijo de pronto una voz a
sus espaldas -.
Zellas se giró sorprendida, al reconocer a la dueña de la voz. Mina y Andracis tampoco podían creer lo que veían sus ojos.
A orillas del río, con las piernas sumergidas en el agua hasta los talones y sonriendo malévolamente, estaba Índiga tan campante, sin señal alguna de la pelea que previamente había tenido con la Dark Lady.
- No..... no puede ser..... - balbució Andracis -.
- Creía que estaba..... - empezó Mina -.
- ¿Inconsciente? - terminó Índiga la frase - Sí, eso os hice creer,
gracias por vuestra ayuda, pero no la necesitaba. Sólo reunía fuerzas
para prepararme. para el ataque definitivo.
Una corriente de viento pareció converger a los pies de la semi-demonia, haciendo ondear sus faldas y su capa. Juntó sus manos en posición de rezo al tiempo que invocaba un hechizo:
- Diosa que controlas las aguas, Ragardia la sabia, acude a mi
llamada. Con vuestro poder y el mío forjaré un hechizo con el que
destruiré a los ilusos que se interpongan en mi camino.....
En ese momento, la joya que sujetaba su capa comenzó a brillar. La chica describió un arco con su brazo derecho a medida que lo alzaba, mientras situaba el otro en posición perpendicular respecto a éste. Al mismo tiempo parte del agua del río se alzó por encima de su cabeza, formando una extensa columna.
'¿Qué clase de hechizo es éste?', se preguntó el Ama de las Bestias. 'Jamás había visto algo parecido.....'
- ¿Sorprendida? - le preguntó Índiga adivinando sus pensamientos - No
es de extrañar..... éste hechizo lo inventé yo. He combinado mis
poderes de invocación de magia negra con mi capacidad para controlar
las aguas y he creado un hechizo tan poderoso que es capaz de destruir
a demonios de grado medio-alto..... o a un Dark Lord debilitado, como
tú.....
- ¿¿QUÉEEE?? - exclamó Zellas atemorizada -.
Sin decir más, Índiga apuntó con el dedo de su mano alzada a la columna de agua, que tomó la forma de un dragón, muy parecida a la que debió tener Ragardia, la Diosa Dragona de Agua, antes de ser destruida por Gaarv.
- ¡AQUAE DRACO!
Tras invocar el nombre del hechizo y apuntar a Zellas con su dedo, el dragón de agua arremetió a toda velocidad en la dirección que su invocadora le indicaba. Pero algo inesperado ocurrió antes de que éste alcanzara a su víctima.
Súbitamente Xellos se teletransportó frente a su señora y alzó su báculo al tiempo que decía:
- ¡BLAST BOMB!
Al clavarse el báculo en el suelo, una cúpula de fuego se formó alrededor suyo y de su señora. Cuando el dragón de agua entró en contacto con ésta, se disolvió al instante.
Padre e hija se miraron durante un largo rato, ésta última jadeando y todavía apuntando a Zellas. Y entonces, de pronto, la muchacha cayó desmayada. Era evidente que había agotado todas sus energías en forjar ese hechizo.
Justo en ese mismo instante, Zellas se derrumbó ya sin fuerzas para sostenerse en pie. Xellos pasó uno de sus brazos por encima de sus hombros, la ayudó a alzarse y la condujo hacia uno de los chopos cercanos.
¿Había traicionado Xellos a su hija? Eso mismo se estaba preguntando Mina, cuando vio cómo Xellos hacía algo para ella completamente contradictorio. Nada más dejar a su señora apoyada en el chopo, se teletransportó donde estaba su hija desmayada y le dio unas cuantas palmaditas en la cara para que reaccionase. Al ver que no respondía, la cogió en sus brazos, se dirigió adonde estaban Mina, Andracis y Valteria y dijo:
- Me temo que ha perdido mucha energía vital con ese hechizo. Por
favor, ayudadme a reanimarla. Si no, me temo que no sobrevivirá mucho
tiempo.....
Mina y Andracis se miraron unos segundos, tras lo cual afirmaron con la cabeza al mismo tiempo, como si se hubieran leído el pensamiento. Ayudaron a Val a incorporarse y lo llevaron hacia los chopos donde Xellos llevaba a su hija.
Una cosa estaba clara: el combate entre la Dark Lady y la "mestiza" había acabado en empate.
* * *
- ¿Te sientes mejor, Val? - preguntó Mina cuando ya había acabado de
aplicarle al dragón antiguo un hechizo curativo -.
- Sí. - respondió él - Muchas gracias, Mina.
- ¿Y cómo está ella, Andy? - preguntó la chica a continuación,
girándose hacia su otro compañero -.
- No parece muy malherida, tan sólo cansada. - respondió Andracis-
Mírala, ahora duerme.
En efecto, Mina vio cómo la semi-dragona respiraba pausadamente, tumbada a los pies de uno de los chopos del bosque, envuelta en la capa de su padre.
Y hablando del rey de Roma.....
Mina dirigió la mirada hacia el demonio, quien estaba junto a su señora, extendiendo sus manos hacia la herida del brazo amputado de Zellas, quien permanecía en su forma de hombre-lobo. De sus manos surgían emanaciones de algo parecido a un denso humo negro.
- Ya está. - dijo Xellos cuando hubo terminado - Con esto podréis
apañároslas hasta que estéis recuperada del todo.....
Zellas no dijo nada. Se palpó la herida del brazo, ahora completamente cicatrizada y miraba a su general-sacerdote con cara aparentemente inexpresiva.
- ¿Porqué? - le preguntó -.
- ¿Uh? - Xellos parecía no saber de qué le hablaba -.
- ¿Porqué me protegiste de tu hija? - aclaró ella - Aún no logro
entenderlo.
- ¡Ah, eso! - exclamó él sonriendo - Bueno, digamos que me sentía
incapaz de dejaros morir. Al fin y al cabo, os debo muchas cosas.....
mi existencia, para empezar..... De todos modos - le advirtió a
continuación - si hubiera sido el caso contrario, no dudéis que yo
habría arriesgado incluso mi vida por ella.....
- Ya..... Igual que hace quince años. ¿Verdad?
Esta vez Xellos no respondió. La mirada de Zellas se tornó grave y seria.
- Xellos..... hace quince años te ordené que me entregaras a tu hija.
Y no sólo no me obedeciste, sino que encima trataste de engañarme.
....Y bien sabes que una acción semejante se considera alta
traición.....
Nuevamente silencio por parte de Xellos.
- Conoces el castigo que se reserva a los traidores entre los demonios
¿Verdad, Xellos? - preguntó su señora -.
- Sí..... lo sé. - respondió él - A los traidores les espera la
muerte.
Tras estas palabras, y para sorpresa de Mina, Xellos se bajó el cuello de la camisa, mostrando a Zellas su cuello y una parte del pecho, diciendo a continuación:
- Cuanto antes acabemos, mejor.
- ¿Tanta prisa tienes? - preguntó Zellas, tanto o más sorprendida que
Mina -.
- No quiero esperar a que mi hija esté consciente y me vea morir. -
respondió - Ya os dije que sería capaz de sacrificar mi vida por
ella.....
- Pero Xellos..... - objetó Mina -.
- Mina, es la ley de los mazoku. - le retuvo Val - No debemos
intervenir..... ¡Y esta vez voy enserio! - le advirtió con sarcasmo al
recordar que la Mina no la había hecho caso antes. Una gota de sudor
rodó por la frente de la chica -.
- Je..... Realmente, o bien estás loca, o bien eres una estúpida,
humana..... - le dijo Zellas - ¿Porqué insistes en defender a gente
que no te ha pedido que les ayudes?
- Bueno, en realidad..... - meditó Mina, para después poner una mano
en su nuca, sacar la lengua fuera y decir: - ..... en realidad, no
tengo ningún motivo. - ante la carta de estupor de la Dark Lady, la
chica tuvo que explicarse - Creo que es algo innato en mí..... No me
gusta quedarme de brazos cruzados cuando alguien está en verdadero
peligro, así que ayudo en todo lo que puedo..... Como te dije antes,
sencillamente no puedo evitarlo.....
Sorprendida, Zellas se quedó mirando durante un rato a la pequeña humana. Xellos muchas veces le había hablado de Reena Invers, su madre, y aunque tan sólo la había visto en una ocasión y además de pasada, todavía recordaba el aspecto de la mata bandidos: baja estatura, delgada pero ágil, un rostro en el que destacaban sus ojos, de color rojo. Pero no el color rojo sangriento y de brillo opaco de los suyos, sino unos ojos del color del fuego, con un brillo especial que detonaba vitalidad, coraje, decisión.....
Era ese mismo brillo el que veía reflejado en los ojos aguamarina de Mina.
Dirigió la mirada hacia su sacerdote-general, que todavía esperaba su sentencia.
La demonia resopló y girando la cabeza sin mirar a su sirviente a la cara le dijo:
- Alégrate, humana, y tú Xellos deja ya de montar escenas, porque no
voy a matarte..... Y te diré porqué: porque me has salvado la vida y
aunque demonia, no soy una desagradecida.....
El rostro de la chica se iluminó y Xellos soltó el cuello de su camisa, sonrió y se inclinó respetuosamente hacia la Dark Lady.
- Mil gracias, mi señora..... - agradeció -.
- Aún no he terminado. - le interrumpió Zellas - Por haber salvado mi
vida, respetaré la tuya y la de tu hija, pero tu traición no puede
quedar sin castigo alguno, pues los otros Dark Lords se me echarían
encima.
- ¿Entonces? - preguntó Xellos aún sin comprender -.
- Póstrate ante tu señora, Xellos. - le ordenó ella -.
Xellos la obedeció humildemente, agachando la cabeza al máximo, sin osar levantarla ni un centímetro, aunque su señora llevaba ya un rato sin hacer nada. Finalmente, la Dark Lady depositó su mano en la cabeza de su sirviente, al tiempo que pronunciaba estas palabras:
- Xellos Metallium, puesto que tus acciones pasadas han sido
consideradas actos de alta traición, hacia los mazoku en general y a
mi persona en particular, yo te condeno al exilio. A partir de ahora,
vagarás errante por el mundo, sin mi protección. No podrás hallar
cobijo entre el resto de los demonios y tu presencia en Wolf Pack
Island nunca más será aceptada, y si en algún momento aparecieses por
allí, ordenaré a mis lobos y a mis otros sirvientes que acaben contigo
sin miramentos. ¿Has entendido bien?
Como respuesta, el demonio se incorporó apoyándose en su báculo, inclinándose levemente para luego decir:
- Se hará lo que vos ordenes, mi señora Zellas.
Un atisbo de sonrisa pareció dibujarse en el hocico de lobo de la demonia. A continuación se incorporó sujetándose el hombro herido y carente de brazo.
- Ahora debo irme - dijo - para recuperarme de mis heridas en el plano
astral..... - de repente recordó algo - Ah, y Xellos.....
- ¿Sí?
- Ándate con cuidado con tu hija; No soy yo la única que la busca. -
le advirtió - Al parecer, Dynast también está interesado en ella,
particularmente su general Sherra.....
- ¿Sherra? - preguntó Xellos sorprendido - ¡Pero yo creía.....!
- Sí, también yo creía que estaba ya fuera de circulación, Xellos. -
afirmó la demonia - Pero por lo visto, aunque se ha mantenido en
inactivo durante todos estos años, todavía sigue viva. Así que ya lo
sabes, vigila tus espaldas.
Y tras decir aquello, desapareció, dejando a Xellos preocupado y a Mina y sus compañeros más confundidos que nunca.
* * *
- ¿Cómo está Índiga? - preguntó el demonio segundos después de que su
señora se fuera -.
- ¿Eh? - dijo Andracis pillado un poco por sorpresa por la pregunta -
¡Ah, pues mírala, aquí, durmiendo plácidamente!
Xellos se acercó adonde estaban los tres jóvenes con su hija, se sentó al lado de ésta y contempló durante un momento cómo la joven dragona-demonia respiraba tranquila y pausadamente. Sonrió y le pasó con ternura una mano por su pelo violáceo tirando a añil.
- Pobrecilla..... - murmuró Mina - No sabe todavía lo complicada que
se ha vuelto su situación.....
- Sí, y no te haces idea de hasta qué punto..... - dijo Xellos con un
deje de misterio -.
Ante la cara de "¿De qué estás hablando?" que puso en ese momento la hechicera, el demonio se explicó:
- No ya es sólo el hecho de que Sherra le siga los talones. Tal y como
sospechaba, ese hechizo que usó contra mi señora le costó una parte de
su energía vital..... Debido a lo cual sus poderes se han reducido
considerablemente. Le llevará meses, puede que años incluso, reponer
el poder perdido en este combate, por lo que no creo que esté
preparada para enfrentarse con una general demonio de la talla de
Sherra.....
- Bueno, pero aún así, te tiene a ti para protegerla......- señaló
Andracis -.
- ¿Eso crees? - preguntó Xellos con ironía - Para tu información,
joven Greywords, también yo he perdido una parte considerable de mi
poder.....
- ¡Pero tú no has peleado con....! - empezó Mina -.
- No tuvo nada que ver con ninguna pelea. - la interrumpió Xellos - La
protección de Zellas me proporcionaba una parte sustancial de mi
poder. Simplemente, en el momento en que Zellas me condenó al exilio,
me retiró también su protección, por lo que esa parte de poder que
ella me proporcionaba ha desaparecido.....
- .....Y eso hace que ahora estés en inferioridad de condiciones con
respecto a Sherra..... - dedujo Valteria, quien había permanecido
silencioso hasta el momento -.
- Tú lo has dicho, Val-chan. - confirmó el demonio - Por eso, me
gustaría pediros un favor.....
¿Un demonio pidiendo un favor a unos simples mortales? Debía ser algo importante para que confiara tan ciegamente en ellos, por muy antiguo "camarada" de su madre que fuera en el pasado. Al menos eso es lo que pensaba Mina......
- Mi hija tiene volver cuanto antes con su madre. - empezó Xellos -
Ella es en estos momentos la única persona con la que podría estar a
salvo. Pero el camino es largo y necesitará toda la protección
posible, no solo la mía, que sería insuficiente en caso de que Sherra
nos atacase..... y me gustaría que fuerais vosotros los que la
protegierais. Sé que quizás os pido mucho, pero os lo ruego en nombre
de la camaradería que un día me unió a vuestros padres: ayudad a mi
hija.
Contra lo que el demonio esperaba, fue Valteria el primero en ponerse en pie y dar un paso al frente.
- Cuenta conmigo..... y con mi lanza. - dijo el dragón antiguo -.
- Gracias, Val-chan..... - agradeció el demonio con una sonrisa -.
- No me des las gracias, rata asquerosa. - dijo Val secamente - Quiero
que te quede claro que no lo hago por ti, sino por mi hermana - añadió
dirigiendo una mirada tierna hacia Índiga - y por mi madre, que espera
su llegada desde hace quince años.
- Pues yo no lo tengo muy claro. - dijo Mina -.
- ¡Pero Mina! ¿No ves que es por una causa justa.....? - protestó
Andracis -.
- Aunque así sea - le interrumpió la hechicera - piensa que no nos
enfrentamos a trolls, medusas gigantes, ni semi-hombres..... Esta vez
se trata de una demonia, ni más ni menos que una general de uno de los
Dark Lords. Y no sé tú pero ese es un riesgo que yo no estoy dispuesta
a.....
El sonido de una bolsa cayendo a los pies de Mina interrumpió el coloquio de la chica y desvió su atención hacia aquel que la había lanzado.
- ¿Y esto? - le preguntó a Xellos -.
- Míralo tú misma. - dijo éste simplemente -.
Muerta de curiosidad, la hechicera abrió la bolsa.
Sus ojos por poco caen de sus órbitas al ver que el contenido de la bolsa eran un montón de monedas de oro.
- ¿Cu..... cuántas......? - tartamudeó -.
- Puedes contarlas si quieres, pero te adelanto que allí hay 300
monedas. - respondió Xellos sonriendo -.
Mina desconfiaba de aquellos que le decían por anticipado el contenido de una bolsa de dinero, de modo que las contó todas como su madre le había enseñado: haciendo montones de diez y contándolos.
El demonio no mentía: había exactamente 300 monedas de oro.
- ¡Ñg! ¿Y todas son para.....?
- Para repartir entre tú y Andracis. - dijo él -.
Caída al suelo por parte de la chica, que ya se había hecho ilusiones con que el contenido de la bolsa sería todo para ella. (En momentos así se nota de quién ha heredado su avaricia.....)
- Eso hacen 150 para cada uno..... - aclaró Xellos - ..... más otras
100 a repartir entre vosotros cuando lleguemos a casa de Filia.....
- Eso..... eso son..... - tartamudeó Mina, que no cabía en sí de gozo
- ¡¡200 monedas para cada uno!! Ji, ji, ji, ji..... ¡Trato hecho,
Xellos! - exclamó Mina estrechándole la mano - ¡De este momento en
adelante, puedes contar también con mi espada!
- ¡Espera! ¡No podemos aceptar eso! - dijo Andracis de pronto -.
- ¿Cómo que no? - preguntó Mina - ¡Jolín Andracis, que son 200 monedas
cada uno, 400 reuniéndolas entre los dos! ¿Qué más quieres?
- ¡No es eso! - aclaró el muchacho - ¿Es que no recuerdas ya para qué
vinimos hasta aquí?
- Pues..... la verdad es que no.....
Cuando el joven se recuperó de la caída de culo, le gritó malhumorado a su compañera:
- ¡¡LA BIBLIA CLAIR, IDIOTA!! ¡¡VINIMOS A BUSCAR LA BIBLIA CLAIR PARA
CURAR A MI MADRE!!
- ¡Andá, pues es verdad! - exclamó Mina haciendo chocar su puño con la
palma de la mano - ¿Puedes creer que con todo este jaleo ya se me
había olvidado por completo?
- Pues sí, la verdad es que me lo creo..... - murmuró Andracis al
tiempo que una gota resbalaba por su frente -.
- ¿La Biblia Clair.....? ¿¡De qué rayos estáis hablando!? - preguntó
Xellos extrañado -.
- Pues de un manuscrito de la Biblia Clair que guardaban los
sacerdotes de Sailon..... - le explicó la chica -.
- Sí, Filia nos lo explicó, nos dijo que aquí podríamos encontrar una
transcripción fiel al original. - continuó Andracis - La necesito para
curar a mi madre, que está gravemente enferma.....
Tras asimilar unos segundos toda esa información, y para sorpresa de los tres compañeros de aventuras, el demonio emitió una pedorreta y se comenzó a reír a carcajadas. Parecía que no iba a parar de reírse.
- ¡Oye, vale ya! - le ordenó Mina, visiblemente enojada - ¡Que ya
sabemos que eres un demonio y te alimentas de la desgracia ajena, pero
podrías mostrar un poco de respeto! ¿¡No!?
- ¡Ja, ja, ja.....! No es eso, es que..... je, je, je..... - se
explicó Xellos secándose una lágrima - Mucho me temo que habéis estado
siguiendo una pista falsa.....
- ¿¿Eeeh?? - preguntó Mina aún más confundida que antes -.
- Pero si Filia dijo..... - insistió Andracis -.
- Sí, Filia os dijo eso, pero eso no significa que lo que os dijera
fuera verdad..... - le interrumpió el demonio -.
- ¡Cállate, maldito demonio! - le amenazó Valteria mirándole con ojos
enfurecidos - ¡¿Cómo te atreves a tachar a mi madre de mentirosa?! ¿En
que te basas para afirmar que.....?
- Jamás ha existido tal copia de la Biblia Clair en el templo de
Sailon. - les explicó - Yo mismo estuve buscando copias de la Biblia
Clair cuando estuve en Sailon, la primera vez que viajé con Reena y
los demás, y os aseguro que de haberla encontrado entonces, os lo
habría dicho.
- ¿Y cómo podemos estar seguros de que tú no destruiste esa copia
después de encontrarla? - le interrogó el dragón antiguo cogiéndole
bruscamente del cuello de la camisa -.
- Je..... A ti no voy a mentirte, Val-chan; mi misión por aquel
entonces era encontrar cuantas copias de la Biblia Clair pudiera y
destruirlas. - admitió Xellos - Pero incluso de haber sido ese el
caso, os lo habría dicho de cualquier modo. Además - añadió
dirigiéndose a Andracis - de haber existido tal copia en Sailon, tu
padre hacía tiempo que habría dejado de ser lo que es.....
- ¿Pero porqué iba Filia a mentirnos? - preguntó Mina -.
- Muy fácil: la razón la tienes delante de tus narices.
Mina miró justo enfrente suyo sin comprender. Todo lo que tenía frente a sí era a Índiga dormitando.....
¿Índiga?
- ¿Me estás diciendo que la única razón por la que Filia nos hizo
venir aquí fue por.....? - empezó la hechicera -.
- Claro, era lógico. - razonó Andracis en voz alta y con la cabeza
gacha - Debí suponerlo cuando nos contaste el origen de Índiga.
Probablemente Filia sólo quería asegurarse de que su hija estuviera
bien. Por eso insistió en que Val nos acompañara.....
Lo siguiente que hizo el muchacho, para sobresalto de Mina, fue golpear el suelo con su puño derecho, tratando al mismo tiempo de retener sus lágrimas de rabia e impotencia.
- ¡Maldita, sea! Estaba tan cerca.....
- Andracis, cálmate..... - le intentó tranquilizar la chica -.
- ¿¡Que me calme!? - exclamó el joven hechicero - ¿¡Mina, tienes idea
de lo que es ver a tu madre enferma durante toda tu vida, ver como con
cada día que pasa se consumen sus energías, sus ganas de vivir.....!?
¡¡¿Tienes idea de lo que es eso?!! - le gritó sin poder aguantarlo más
-.
- A..... Andracis..... - murmuró Mina dolida -.
- Déjala, Andy. - lo apaciguó Val - De nada sirve descargar tu ira
contra ella......
- Joven Greywords, te propongo un trato: - le dijo Xellos cuando éste
se hubo calmado un poco - Además del pago por tus servicios, cuando mi
hija esté a salvo te llevaré a las montañas de Kataar.
- ¿Y de qué me serviría? - dijo Andracis con pesimismo - Filia dijo
que tras la pelea entre Gaarv y Aqua, el lugar donde se guardaba la
Biblia Clair original fue sellado.....
- Bueno, tal vez para un dragón sólo, ese sello sea imposible de
quitar..... Pero yo conozco el alcance del poder de Gaarv y puede que
sea capaz de deshacer el sello. Y si Milgazia está dispuesto a
colaborar, como no tendrá más remedio..... Es posible que algo pueda
hacerse todavía. - dijo poniéndole una mano en su hombro - Aún no está
todo perdido, joven Greywords, pero tendrás que ayudarme si quieres
que yo te ayude a ti.....
Andracis durante unos minutos no dijo nada. Permaneció cabizbajo como meditando la propuesta del demonio. Finalmente se levantó y exclamó tomando una pose decidida:
- ¡Si hay alguna posibilidad de curar a mi madre, por extraña o
inverosímil que parezca, la aprovecharé! - y añadió alargándole la
mano al demonio: - Xellos, puedes contar conmigo también.
- Gracias, joven Greywords. - agradeció él tomándole la mano y
estrechándosela - Muchas gracias.
* * *
Al final habían decidido pasar la noche entre las ruinas de Sailon y partir a la mañana siguiente hacia Darien. Pero claro, alguien tenía que quedarse para vigilar.
Mina bostezó cansada. Llevaba más de tres horas haciendo de vigía y el sueño empezaba a hacer mella en ella. Súbitamente oyó unos pasos justo detrás de ella. Se levantó bruscamente, cogiendo la empuñadura de su espada por si ésta le hacía falta.
Suspiró aliviada cuando se dio cuenta de que era Andracis.
- Tranquila, ya puedes descansar. - le dijo - Vengo a relevarte.....
- ¡Ya era hora! - dijo ella estirándose - estoy que me muero de
sueño..... ¡Uaaaah! En fin, que tengas buena guardia.....
- Gracias - agradeció el muchacho -.
Sin embargo, el joven hechicero no tenía la conciencia tranquila. Había algo que le preocupaba y no podía dejar que la chica se marchara sin habérselo dicho antes.
- Espera, Mina. - dijo reteniéndola cuando pasó por su lado -.
- ¿Sí?
- Yo..... Bueno..... esteee..... - empezó poniéndose rojo de vergüenza
- Siento mucho haberte gritado..... no..... no era mi intención,
espero que me perdones.
- ¡Eh, venga ya, Andy, no te preocupes! - respondió Mina - Lo pasado,
pasado está. Además..... tenías razón.....
- ¿En qué?
- Pues..... en que jamás he sabido lo que sería una vida sin poder ver
a mi madre o viéndola enferma y decaída, viendo como sufre.....
Algunas veces me lo he imaginado pero.....
Al decir eso último, una lágrima empezó a resbalar por su mejilla.
- ¡Eh! ¿Qué te pasa? - preguntó Andracis preocupado - ¿Porqué lloras?
- Es que..... - intentó decir Mina entre sollozos y con un nudo en la
garganta - De pronto se me ha ocurrido pensar..... ¿Y si jamás
volviera a ver a mis padres? A partir de ahora, estaremos siendo
perseguidos en todo momento por un demonio..... ¿Y qué pasaría si
Sherra.....? ¡Oh, por Ceipheid, no quiero ni pensarlo.....!
- Vamos, vamos..... - la consoló el muchacho acercándola hacia sí - No
tienes que ser tan negativa, Mina..... ¿Qué te dije yo cuando nos
marchamos de Zefilia?
- Pues..... - la muchacha hizo memoria como pudo - Que seguramente
volvería a ver a mi familia..... Y que no debía mirar hacia atrás, que
siempre debía..... marchar al frente.....
- Exactamente. Hacia el frente. ¿Lo entiendes, Mina? Siempre hay que
ver las cosas con optimismo, de lo contrario..... ¿Cómo piensas
defender a Índiga si ya de entrada piensas que cuando llegue la hora
de enfrentarte a Sherra tendrás las de perder? Y en cualquier caso,
siempre podrás contar conmigo para protegerte en caso de
necesidad.....
- ¡Vaya! - exclamó Mina fingiendo fastidio - ¡Yo que quería
acompañarte en tu viaje para protegerte como pago por haberme salvado
la vida y ahora resulta que vas a ser tú el que me proteja a mí! ¡Qué
morro!
Llegados a ese punto, los dos adolescentes no pudieron evitar ponerse a reír.
- Bueno, ya veo que estás más animada..... - observó Andracis cuando
pararon de reír -.
- Sí..... Gracias, Andy, me has levantado la moral, era justo lo que
necesitaba.
- Me alegro. En fin, que descanses, Mina.
- Gracias, igualmente..... para cuando se termine tu turno, claro.
Diciendo esto, la chica se marchó por donde había venido Andracis, mientras éste la seguía con la mirada.
- ¿Hasta cuando vas a ocultar tus sentimientos por ella?
La voz de Valteria sobresaltó al muchacho.
- ¿Qué? ¿Sentimientos? Je, je, je..... ¡No sé de qué demonios me estás
hablando! - trató de disimular todo colorado -.
- ¡Venga ya, Andy, que se nota a la legua que te gusta! - dijo el
dragón antiguo mirándolo con picardía -.
- ¡No es verdad! Sólo somos amigos..... muy amigos..... amigos íntimos
como mucho..... ¡Pero eso no quiere decir que sienta algo por ella! -
insistió Andracis, más colorado si cabe -.
- Bueno, si tú lo dices..... - dijo Val alejándose con las manos
detrás de la cabeza - Pero si no te das prisa, alguien podría ganarte
terreno. ...yo de ti no esperaría mucho tiempo para decírselo..... En
fin - finalizó, cambiando de tema - ya sabes, cuando acabes tu turno,
me avisas. Buenas noches.
Andracis se quedó un poco preocupado. Era cierto, si no confesaba su amor pronto, Mina podría echarse novio..... y Valteria tenía todas las papeletas..... quizás ya iba siendo hora de sincerarse.
'Bueno, mañana será otro día, así que se lo diré..... pensó. ¿O tal vez sea mejor pasado mañana?..... Tal vez la semana que viene.....'
'¡Maldita sea, no puedo, es imposible! Preferiría mil veces enfrentarme a tres trasgos malhumorados y con las manos atadas a la espalda que confesarle a Mina mis sentimientos por ella.....'
Continuará. ....en el Capítulo 6.
~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~?~? ~?~?~?~?~?~?~?
Notas de Amber: ¡La aventura está servida y el grupo al completo! Un sacerdote misterioso y su hija más misteriosa aún, un dragón antiguo que no ve con buenos ojos al sacerdote, un hechicero valiente para todo excepto en asuntos de amor y una chica de pelo rosa con más apetito que una piraña y menos memoria que una medusa..... ¡Con este grupito, puede pasar de todo! XDDDD
Véanlo sino en el siguiente capítulo, donde la gran enemiga hace su aparición estelar y se desvelan muchas cosas que ni imaginamos.....
Gracias a Maryttha y a Sophie Aiko Rindwotch por sus reviews. ^^
Comentarios, dudas, sugerencias a la dirección de siempre: almudenmumu@yahoo.es
Cuando Xellos la nombró, la loba dejó de gruñir y se sentó sobre sus patas traseras. Sus ojos parecían mostrar orgullo y triunfo.
- Veo que me has reconocido, querido. - dijo con una voz que más
parecía la de una hembra humana - Está claro que jamás conseguiré
engañarte..... ¡Oh, pero mira a quien tenemos aquí! - exclamó de
pronto tras dirigir la vista al grupo de adolescentes y más
concretamente hacia Val - ¡Si es el joven Valteria! Mírate.....
estás hecho todo un hombretón, ahora..... Y éste - continuó, ahora
encarándose a Andracis - guarda cierto parecido con Zelgadis
Greywords, el nieto de Rezo.....
Y entonces detuvo su mirada en Mina, quien ya había avanzado hacia ella, sosteniendo de forma amenazadora su espada.
- Y ésta..... Físicamente no te pareces mucho a tu madre, pero su
energía vital se hace inconfundible en ti, Mina Gabriev, hija de
Reena Invers. - y añadió inclinando su cabeza en ademán
aparentemente cortés - Yo te saludo con humildad y respeto.....
- ¡¡Basta de monsergas!! - la interrumpió la chica - ¡Si realmente
me tuvieras tanto respeto como dices, no me hablarías tras esa
falsa piel de loba, como si te quisieras esconder!
La mirada de Zellas se endureció ante tamaña insolencia, pero a pesar de todo se mantuvo firme, sin querer mostrarle a su rival su enfado.
- Tienes la lengua muy larga, mortal - le dijo - pero apuesto a que
saldrías corriendo si me mostrara en mi verdadera forma. Aunque..... -
añadió al tiempo que hacía como que pensaba - ..... puede que tengas
razón; mereces que al menos hablemos de igual a igual.....
Tras estas palabras cargadas de misterio, la loba se irguió sobre sus patas, iniciándose entonces su transformación: su postura se volvió más erecta, creció en altura, el vello largo y blanco que cubría su cuerpo desapareció dejando al descubierto su morena piel, así como su cola se transformaba en una sección de la falda de su vestido translúcido. Por último, su hocico encogió, tornándose en una nariz humana, su boca llena de colmillos en unos labios carnosos pintados de rojo y el pelo de su cabeza creció transformándose en una melena rubio platino.
Era tal y como Xellos la había descrito: hermosa, voluptuosa, elegante..... y cruel. Mina lo notaba cada vez que miraba fijamente sus ojos, esos ojos rojos de pupilas gatunas y sin brillo. Inhumanos, amenazadores..... sedientos de sangre.....
- ¿Mejor así? - dijo Zellas mostrándose en todo su esplendor ante una
todavía tensa Mina. Sin esperar respuesta de la chica, fue directa al
grano - Bien, basta de perder el tiempo, he venido por algo que me
pertenece por derecho..... - y añadió amenazadoramente, al tiempo que
Andracis y Valteria se ponían a los lados de Mina para protegerla: -
Quiero a la mestiza y la quiero ya.
- ¡Vamos, vamos, mi señora! - intervino Xellos poniéndose frente a los
tres adolescentes - Es obvio que cada vez tenéis más mala memoria: ¿No
recordáis que yo os entregué el huevo que.....?
No terminó la frase; Zellas lo agarró del cuello, enfurecida toda ella, sosteniéndolo por encima del suelo mientras les decía:
- ¡Ni te atrevas a dirigirme la palabra, maldito embustero! ¿Acaso
crees que no sé que lo que me entregaste era un señuelo? Puede que al
principio me confundieras con tu relato, pero sospeché que algo no iba
bien cuando noté que la energía de tu hija aún estaba presente en el
plano físico. ¿Porqué crees que te mandé a la guerra? ¡Pues porque
pensé que así me conducirías hacia su escondite! - su mirada se tornó
más penetrante, al tiempo que apretaba más el cuello de su subordinado
con rabia - Pero me volviste a engañar una vez más..... ¿Cómo iba a
saber yo, a fin de cuentas, que la estabas escondiendo en el interior
de tu cuerpo.....?
Mina contemplaba preocupada como Xellos, con su cuello atrapado en la firme mano de la Señora de las Bestias, se retorcía tratando de liberarse y de que el oxígeno volviera a sus pulmones. El demonio, abriendo uno de sus ojos amatistas, le dirigió una mirada suplicante. Y cuando la joven hechicera estaba a punto de salir en defensa de Xellos, una voz surgió de entre ellos, diciendo:
- ¡Déjale en paz! ¡Es a mí a quien buscas!
Al tiempo que todas las miradas se dirigían a ella, Índiga se adelantó, encarándose a la Dark Lady con mirada de desafío. Hasta entonces, había permanecido oculta detrás de Mina, Val y Andracis. Zellas, satisfecha, soltó a Xellos e inspeccionó con atención a la "mestiza", como ella la llamaba.
- Vaya, vaya..... - fueron las primeras palabras de la Dark Lady al
verla- Eres más impresionante de lo que esperaba. Y también muy
valiente. Me recuerdas a tu madre.....
Dicho esto, hizo aparecer de la nada su boquilla, con un cigarrillo encendido en su punta. Le dio una buena calada y escupió el humo a la cara de Índiga, pero ella no pareció inmutarse lo más mínimo.
- Sabes quién soy ¿verdad? - preguntó Zellas a continuación -.
- Sí, lo sé. - respondió la chica - Zellas Mettalium, el Ama de las
Bestias, la señora de mi padre, la Dark Lady más poderosa tras la
muerte de Fibrizo, el Amo de los Infiernos..... o al menos eso parecen
decir las malas lenguas.....
- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó Zellas, visiblemente picada
por la última observación de la medio-dragona -.
- Oh, nada. ....- dijo Índiga haciéndose la inocente - Sólo que yo me
esperaba encontrar algo con pinta de más poderoso. ....Con la de
rumores que he oído acerca de tu poder, francamente, me he llevado una
gran desilusión al verte en persona.....
'¿Pero se puede saber qué pretende esta chica?', fue lo primero que se le pasó a Mina por la cabeza, mientras contemplaba atónita como Índiga decía aquella sarta de impertinencias sin pestañear y con todo el descaro del mundo.
Por la cabeza de Xellos, pasaba un pensamiento muy diferente. 'Se está tirando un farol. La está provocando a propósito.....'
- No me malinterpretes - añadió Índiga tratando de parecer inocente
una vez más - pero es que no tienes pinta de Señora Demonia..... tu
aspecto parece más el de una fulana de las caras..... una cortesana o
una concubina, como lo prefieras llamar.....
- ¡Índiga, basta! - le ordenó Xellos, levantándose del suelo
visiblemente alarmado - ¡No tienes idea de dónde te estás
metiendo.....!
- Déjala Xellos, déjala que diga lo que piensa de mí..... - le
interrumpió Zellas, aparentemente serena y añadió dirigiéndose
personalmente a la aludida: - Di lo que quieras, querida, ya estoy
demasiado acostumbrada a los comentarios de mi sacerdote-general,
conque si esperas que me altere por las tonterías que una niñata como
tú pueda decirme, estás muy equivocada.
Índiga no dijo nada esta vez. Su cara denotaba seriedad y firmeza.
- Bien. - dijo Zellas al fin - Puesto que ya estás calladita, iré al
grano: no pretendo hacerte daño, Índiga Mettalium. Eres demasiado
valiosa, demasiado poderosa como para desaprovecharte. Te propongo
pues, un trato: únete a mí. Tú y yo podremos hacer grandes cosas,
juntas, como abuela y nieta. Tendrás todo lo que siempre quisiste
tener: riquezas sin par, poder absoluto sobre los demonios.....
Contigo a mi lado, podríamos incluso acabar con los dragones de una
vez y para siempre.....
Índiga se mantuvo inmutable, mientras Zellas se acercaba a ella por la espalda y pegaba su boca a su oído para susurrarla:
- Quizás esta última idea no te agrade a priori..... pero te dará la
oportunidad de vengarte de los decanos de tu orden. - ante la cara de
asombro que puso la semi-demonia en ese momento, Zellas sonrió y
añadió- Jamás permitieron que llegaras a sacerdotisa ¿verdad? A tu
edad ya deberías estar a punto de graduarte, pero desconfiaban de tu
naturaleza, temían que, por el mero hecho de que también practicabas
la magia negra, llevaras la desgracia al templo..... Los decanos no
aceptarán tus conocimientos en otras áreas de la magia, pero yo jamás
los censuraré, créeme..... Podrás desarrollar tus poderes al máximo,
sin límites. Sólo únete a mi clan, y el mundo estará en tus manos.....
Durante unos instantes, la dragona-demonia permaneció seria, con su mirada oculta en su espeso flequillo, sin decir palabra. Segundos después empezó a reírse, en una carcajada tan sonora que puso a Mina y a sus amigos los pelos de punta y a Zellas de los nervios.
- ¡¿De qué te ríes, insolente?! - exclamó Zellas enojada -.
- Me subestimas, Señora de las Bestias. - dijo Índiga tras descubrir
sus ojos cerrados - ¿De verdad esperabas convencerme con esos
argumentos? Aunque es cierto que les guardo bastante rencor a los
decanos de mi orden, jamás les pondría un dedo encima..... tal es mi
respeto por ellos. Además, teniendo en cuenta quienes son mis padres,
me es imposible tomar parte de uno u otro bando. Llámalo una cuestión
de principios, si quieres, pero el caso es que en el conflicto entre
dragones y demonios, prefiero mantenerme neutral......
- ¿Es ésta tu última palabra? - preguntó Zellas frunciendo el ceño -.
- Hum..... sí..... bueno, en realidad - dijo Índiga pensativa - estaba
preguntándome..... ¿Cómo es que una Dark Lady tan supuestamente
poderosa necesita del poder de otros para hacer valer el suyo propio?
- ¡¿Có.....cómo?! - exclamó Zellas en tono de ira contenida -.
- Pues eso. - dijo Índiga con toda la tranquilidad del mundo - Que no
comprendo cómo alguien como tú puede necesitar mi ayuda para acabar
con los dragones. ¡Con lo escasos que somos hoy día! Además..... -
añadió entreabriendo sus ojos con pose de superioridad- Siempre he
dicho que aquellos que necesitan que los peones les hagan el trabajo
sucio, no se sienten lo suficientemente seguros de su poder como para
hacerlo por sí solos......
- ¡¿QUÉEEEEEEE?! - volvió a exclamar Zellas más enfurecida que nunca,
echando llamas por los ojos - ¡¡Maldita mocosa descarada!! ¡¡Vas a
saber lo que es enfrentarse al verdadero poder del Ama de las
Bestias!!
- Lo estaba deseando..... - susurró Índiga al tiempo que sacaba su
hacha de guerra de entre sus faldas -.
La señora de las bestias, ardiendo en su interior de pura ira, con los ojos enloquecidos e inyectados en sangre, dejó escapar un alarido helador. Su cuerpo entonces sufrió una segunda transformación. A medida que su cuerpo crecía en altura, se llenaba de vello. Su pecho y sus brazos se hicieron musculosos y se ensancharon sus hombros. Orejas y hocico puntiagudos deformaron su cara. El resultado final era tan espeluznante que a Mina y sus compañeros se les encogió el corazón.
Zellas había adoptado la forma de un hombre lobo de casi 2 metros de altura, que se sostenía erguido sobre sus cuartos traseros. Sus garras, afiladas como cuchillas, sobresalían de los dedos de manos y pies. Una profunda cicatriz atravesaba su ojo izquierdo. Su único atuendo era un taparrabos raído que dejaba escapar la cola peluda y una armadura compuesta por pectorales y hombreras, el resto lo cubría únicamente un espeso pelaje grisáceo. De la garganta de Zellas surgió esta vez un aullido aterrador.
- ¡Ah, así que esa es tu forma verdadera! - dijo Índiga sin parecer
haberse inmutado lo más mínimo - Pues te ves a llevar una gran
sorpresa, porque no eres la única que sabe transformarse.....
Tras aquellas enigmáticas palabras, guardó de nuevo su hacha bajo sus faldas, cerró los ojos y se concentró poniendo las palmas de las manos de cara a la joya roja en forma de triángulo que sostenía su capa. La joya a continuación se iluminó, desprendiendo una luminiscencia dorada que la envolvió por completo. La figura de la muchacha fue creciendo paulativamente, superando incluso la altura del chopo más alto del recodo. Al desaparecer el aura dorada todo cuanto pudieron ver los tres aventureros era una dragona dorada con una melena como la de Índiga que caía por su afilado rostro, en el que destacaban unos grandes ojos amatistas.
Sin embargo, incluso siendo una dragona dorada, había unos cuantos detalles de singularidad en ella. Por ejemplo, sus escamas, que en vez del color anaranjado intenso típico en las hembras de esta especie, eran de un tono más apagado y algo sucio. Su piel era, por así decirlo, una extraña mezcla de naranja y gris claro. Además, en su rostro y en su espalda eran perfectamente visibles unas estrías, marca que delataba su origen demoniaco.
- Ahora estamos en igualdad de condiciones. - dijo Índiga -.
- Quizás. - respondió Zellas con una voz gutural, que sonaba más como
el gruñido de un lobo - Pero eso no cambia el hecho de que vaya a
vencerte.
- ¿Ah, no? - dijo la dragona al tiempo que remontaba el vuelo,
empujando hacia atrás a Mina, Andracis, Val y Xellos, debido a la
corriente de aire que formaban sus alas batiéndose - ¡Entonces intenta
alcanzarme!
Tras un par de aleteos, Índiga quedó volando describiendo círculos en el aire. Zellas se encaramó a la copa de uno de los chopos para tenerla a la vista. En ese momento, Índiga lanzó su aliento de fuego, quemando el bosque de chopos para obligar a su enemiga a bajar, pero ésta se teletransportó lejos de su alcance. Volvió a aparecer suspendida en el aire y recitó un conjuro en susurros. Una especie de látigo de energía rojiza apareció en sus manos y con éste atrapó el cuello de la semi-dragona. Índiga se retorcía bajo la presión del látigo y se llevaba las manos a la garganta con desesperación.
- ¡Hay que ayudarla! - exclamó Mina, al tiempo que desenvainaba su
espada -.
- ¡No, Mina, deténte! - la retuvo Val, cogiéndola por un hombro y
arrastrándola hacia sí - No debemos intervenir, es su pelea.
- ¡Pero, Val, está en apuros! ¿No lo ves.....? - protestó la hechicera
-.
- Los dragones somos una raza orgullosa, Mina. - le explicó el dragón
antiguo - Ella debe ganar por sus medios, sin ayuda de nadie. De lo
contrario, quedará deshonrada..... Además - añadió señalando hacia
donde estaban las contendientes - subestimas demasiado la fortaleza de
una dragona dorada, Mina.
Cuando Mina miró hacia donde Val le señalaba, vio cómo las manos de Índiga se desplazaban de su garganta hacia delante, agarrando una parte del látigo. Seguidamente, tiró hacia abajo con todas sus fuerzas, lanzando a Zellas contra el suelo.
Durante unos minutos, no pasó nada, pero de pronto, de entre la nube de polvo que se formó por el impacto de la Dark Lady contra el suelo, salió Zellas disparada, directamente al mentón de Índiga, golpeándola. Volvió a atacar de la misma manera repetidas veces, pillando a la semi-dragona desprevenida en cada uno de sus ataques. En uno de esos, la golpeó tan fuerte que llegó a derrivarla. A medida que caía hacia el suelo a una velocidad de vértigo, su cuerpo volvía a su forma humana.
Satisfecha, la Dark Lady descendió al lugar donde Índiga había caído con la sonrisa victoriosa dibujándose en su hocico. Pero al llegar allí, notó que algo iba mal: la chica no estaba ya en aquel lugar. De hecho, no estaba en ninguna parte detectable del plano físico. De pronto, presintió una variación en el plano astral y se giró, justo a tiempo para frenar con sus garras el hacha de Índiga, que había aparecido a sus espaldas.
El choque contra aquellas afiladas garras fue superior a la resistencia de la hoja del hacha, que quedó mellada e inservible. Con un segundo movimiento de zarpas, Zellas pudo con facilidad tirar a Índiga hacia atrás. La chica rodó por el suelo hasta detenerse a orillas del río. Intentó ponerse en pie, pero estaba demasiado magullada, demasiado debilitada por las palizas que Zellas le había propinado. La demonia con cuerpo de hombre lobo se aproximaba peligrosamente a su presa, riendo para sí.
- ¡Val! - exclamó Andracis al ver la escena - ¡No podemos dejarla así!
¡Hay que hacer algo!
- No, Andy. - le retuvo Val - Pase lo que pase, no debemos intervenir
para nada. ¿Me has oído, Mina?..... ¿¿¿Mina???
La hechicera de pelo rosa ya no estaba donde ser vista. ¿Adónde habría ido?
Val no tardó mucho en saberlo.
* * *
Zellas estaba tan satisfecha de ver a Índiga derrotada y a su merced que no se dio cuenta de que Mina se había abalanzado hacia ella con la espada desenvainada.
No hasta que notó como la afilada hoja le rajaba la espalda.
Sorprendida por aquel ataque, Zellas a duras penas vio cómo la chica, con agilidad casi felina, cambiaba de posición y se situaba justo enfrente, interponiéndose entre ella e Índiga.
- ¡Insensata! - le dijo la demonia - Arriesgar de esa forma tu vida, y
además por alguien que no es asunto tuyo. ....¿Por qué?
- Es más fuerte que yo. - respondió la chica simplemente, con una
sonrisa en los labios - Sencillamente, no puedo evitarlo.
Tras éstas palabras, y para demostrar que no se dejaba intimidar, dio un mandoble con su espada. Zellas retrocedió, extendió su mano y lanzó un Flare Bit sobre las dos chicas. Sonrió al ver que las llamas las envolvían por completo, pero entonces miró hacia arriba y las vio. Mina había invocado un Raywing y la burbuja las envolvía tanto a ella como a Índiga, que seguía inconsciente, dándoles una cierta protección.
La demonia enfurecida concentró una bola de energía negra entre sus manos y la lanzó contra ellas. Mina no podía hacer nada para defenderse, el Raywing requería toda su concentración, de lo contrario las dos caerían. Pero justo cuando creía que sería su fin, algo se interpuso entre el hechizo y ellas.
Valteria gritó de dolor cuando fue alcanzado por la bola de energía negra. Su cuerpo se convulsionaba por la descarga que ésta le producía.
- ¡VAL! ¡NO! - gritó Mina desesperada, al ver cómo el dragón antiguo
caía hacia el suelo debilitado -.
Sin pensarlo dos veces, Mina descendió y corrió a reunirse con Valteria. Zellas apareció justo al lado de ambos y alzó las garras para asestar el golpe final, sin embargo, súbitamente su cuerpo fue atravesado por la hoja de una espada, haciendo emanar un reguero de sangre negra.
Andracis había aprovechado la distracción de la demonia para atravesarla por la espalda, tras lo cual movió la hoja hacia la derecha, haciéndola salir por el costado. Por último, dio un mandoble de arriba hacia abajo, cortándole a Zellas el brazo derecho.
Litros de sangre negra emanaban del brazo cortado y de las heridas que Zellas Mettalium había recibido por todo el cuerpo. Hincó una rodilla en el suelo, haciendo esfuerzos por no caerse de lo débil que estaba. Miró a los dos humanos y al dragón antiguo, inconsciente en el suelo, que tenía frente a sí. Había que reconocerlo: los había subestimado. Pero no por ello iba a rendirse tan fácilmente.
Mina contempló como el Ama de las Bestias, aunando fuerzas de no se sabe dónde, se levantaba cogiéndose el hombro derecho ensangrentado. Echó un vistazo a Val. Le preocupaba; su espalda, el lugar donde había recibido el impacto del hechizo, estaba atravesada y quemada. Conjuró un hechizo curativo con una mano, mientras con la otra enarbolaba su espada. Andracis estaba frente a ella, en guardia.
- Podríais haberos quedado al margen de todo esto..... - les dijo
Zellas jadeante - Pero ya que habéis elegido morir, - añadió formando
otra bola de energía negra con el brazo que le quedaba - os concederé
ese deseo.....
- Yo no estaría tan segura de ello...... - dijo de pronto una voz a
sus espaldas -.
Zellas se giró sorprendida, al reconocer a la dueña de la voz. Mina y Andracis tampoco podían creer lo que veían sus ojos.
A orillas del río, con las piernas sumergidas en el agua hasta los talones y sonriendo malévolamente, estaba Índiga tan campante, sin señal alguna de la pelea que previamente había tenido con la Dark Lady.
- No..... no puede ser..... - balbució Andracis -.
- Creía que estaba..... - empezó Mina -.
- ¿Inconsciente? - terminó Índiga la frase - Sí, eso os hice creer,
gracias por vuestra ayuda, pero no la necesitaba. Sólo reunía fuerzas
para prepararme. para el ataque definitivo.
Una corriente de viento pareció converger a los pies de la semi-demonia, haciendo ondear sus faldas y su capa. Juntó sus manos en posición de rezo al tiempo que invocaba un hechizo:
- Diosa que controlas las aguas, Ragardia la sabia, acude a mi
llamada. Con vuestro poder y el mío forjaré un hechizo con el que
destruiré a los ilusos que se interpongan en mi camino.....
En ese momento, la joya que sujetaba su capa comenzó a brillar. La chica describió un arco con su brazo derecho a medida que lo alzaba, mientras situaba el otro en posición perpendicular respecto a éste. Al mismo tiempo parte del agua del río se alzó por encima de su cabeza, formando una extensa columna.
'¿Qué clase de hechizo es éste?', se preguntó el Ama de las Bestias. 'Jamás había visto algo parecido.....'
- ¿Sorprendida? - le preguntó Índiga adivinando sus pensamientos - No
es de extrañar..... éste hechizo lo inventé yo. He combinado mis
poderes de invocación de magia negra con mi capacidad para controlar
las aguas y he creado un hechizo tan poderoso que es capaz de destruir
a demonios de grado medio-alto..... o a un Dark Lord debilitado, como
tú.....
- ¿¿QUÉEEE?? - exclamó Zellas atemorizada -.
Sin decir más, Índiga apuntó con el dedo de su mano alzada a la columna de agua, que tomó la forma de un dragón, muy parecida a la que debió tener Ragardia, la Diosa Dragona de Agua, antes de ser destruida por Gaarv.
- ¡AQUAE DRACO!
Tras invocar el nombre del hechizo y apuntar a Zellas con su dedo, el dragón de agua arremetió a toda velocidad en la dirección que su invocadora le indicaba. Pero algo inesperado ocurrió antes de que éste alcanzara a su víctima.
Súbitamente Xellos se teletransportó frente a su señora y alzó su báculo al tiempo que decía:
- ¡BLAST BOMB!
Al clavarse el báculo en el suelo, una cúpula de fuego se formó alrededor suyo y de su señora. Cuando el dragón de agua entró en contacto con ésta, se disolvió al instante.
Padre e hija se miraron durante un largo rato, ésta última jadeando y todavía apuntando a Zellas. Y entonces, de pronto, la muchacha cayó desmayada. Era evidente que había agotado todas sus energías en forjar ese hechizo.
Justo en ese mismo instante, Zellas se derrumbó ya sin fuerzas para sostenerse en pie. Xellos pasó uno de sus brazos por encima de sus hombros, la ayudó a alzarse y la condujo hacia uno de los chopos cercanos.
¿Había traicionado Xellos a su hija? Eso mismo se estaba preguntando Mina, cuando vio cómo Xellos hacía algo para ella completamente contradictorio. Nada más dejar a su señora apoyada en el chopo, se teletransportó donde estaba su hija desmayada y le dio unas cuantas palmaditas en la cara para que reaccionase. Al ver que no respondía, la cogió en sus brazos, se dirigió adonde estaban Mina, Andracis y Valteria y dijo:
- Me temo que ha perdido mucha energía vital con ese hechizo. Por
favor, ayudadme a reanimarla. Si no, me temo que no sobrevivirá mucho
tiempo.....
Mina y Andracis se miraron unos segundos, tras lo cual afirmaron con la cabeza al mismo tiempo, como si se hubieran leído el pensamiento. Ayudaron a Val a incorporarse y lo llevaron hacia los chopos donde Xellos llevaba a su hija.
Una cosa estaba clara: el combate entre la Dark Lady y la "mestiza" había acabado en empate.
* * *
- ¿Te sientes mejor, Val? - preguntó Mina cuando ya había acabado de
aplicarle al dragón antiguo un hechizo curativo -.
- Sí. - respondió él - Muchas gracias, Mina.
- ¿Y cómo está ella, Andy? - preguntó la chica a continuación,
girándose hacia su otro compañero -.
- No parece muy malherida, tan sólo cansada. - respondió Andracis-
Mírala, ahora duerme.
En efecto, Mina vio cómo la semi-dragona respiraba pausadamente, tumbada a los pies de uno de los chopos del bosque, envuelta en la capa de su padre.
Y hablando del rey de Roma.....
Mina dirigió la mirada hacia el demonio, quien estaba junto a su señora, extendiendo sus manos hacia la herida del brazo amputado de Zellas, quien permanecía en su forma de hombre-lobo. De sus manos surgían emanaciones de algo parecido a un denso humo negro.
- Ya está. - dijo Xellos cuando hubo terminado - Con esto podréis
apañároslas hasta que estéis recuperada del todo.....
Zellas no dijo nada. Se palpó la herida del brazo, ahora completamente cicatrizada y miraba a su general-sacerdote con cara aparentemente inexpresiva.
- ¿Porqué? - le preguntó -.
- ¿Uh? - Xellos parecía no saber de qué le hablaba -.
- ¿Porqué me protegiste de tu hija? - aclaró ella - Aún no logro
entenderlo.
- ¡Ah, eso! - exclamó él sonriendo - Bueno, digamos que me sentía
incapaz de dejaros morir. Al fin y al cabo, os debo muchas cosas.....
mi existencia, para empezar..... De todos modos - le advirtió a
continuación - si hubiera sido el caso contrario, no dudéis que yo
habría arriesgado incluso mi vida por ella.....
- Ya..... Igual que hace quince años. ¿Verdad?
Esta vez Xellos no respondió. La mirada de Zellas se tornó grave y seria.
- Xellos..... hace quince años te ordené que me entregaras a tu hija.
Y no sólo no me obedeciste, sino que encima trataste de engañarme.
....Y bien sabes que una acción semejante se considera alta
traición.....
Nuevamente silencio por parte de Xellos.
- Conoces el castigo que se reserva a los traidores entre los demonios
¿Verdad, Xellos? - preguntó su señora -.
- Sí..... lo sé. - respondió él - A los traidores les espera la
muerte.
Tras estas palabras, y para sorpresa de Mina, Xellos se bajó el cuello de la camisa, mostrando a Zellas su cuello y una parte del pecho, diciendo a continuación:
- Cuanto antes acabemos, mejor.
- ¿Tanta prisa tienes? - preguntó Zellas, tanto o más sorprendida que
Mina -.
- No quiero esperar a que mi hija esté consciente y me vea morir. -
respondió - Ya os dije que sería capaz de sacrificar mi vida por
ella.....
- Pero Xellos..... - objetó Mina -.
- Mina, es la ley de los mazoku. - le retuvo Val - No debemos
intervenir..... ¡Y esta vez voy enserio! - le advirtió con sarcasmo al
recordar que la Mina no la había hecho caso antes. Una gota de sudor
rodó por la frente de la chica -.
- Je..... Realmente, o bien estás loca, o bien eres una estúpida,
humana..... - le dijo Zellas - ¿Porqué insistes en defender a gente
que no te ha pedido que les ayudes?
- Bueno, en realidad..... - meditó Mina, para después poner una mano
en su nuca, sacar la lengua fuera y decir: - ..... en realidad, no
tengo ningún motivo. - ante la carta de estupor de la Dark Lady, la
chica tuvo que explicarse - Creo que es algo innato en mí..... No me
gusta quedarme de brazos cruzados cuando alguien está en verdadero
peligro, así que ayudo en todo lo que puedo..... Como te dije antes,
sencillamente no puedo evitarlo.....
Sorprendida, Zellas se quedó mirando durante un rato a la pequeña humana. Xellos muchas veces le había hablado de Reena Invers, su madre, y aunque tan sólo la había visto en una ocasión y además de pasada, todavía recordaba el aspecto de la mata bandidos: baja estatura, delgada pero ágil, un rostro en el que destacaban sus ojos, de color rojo. Pero no el color rojo sangriento y de brillo opaco de los suyos, sino unos ojos del color del fuego, con un brillo especial que detonaba vitalidad, coraje, decisión.....
Era ese mismo brillo el que veía reflejado en los ojos aguamarina de Mina.
Dirigió la mirada hacia su sacerdote-general, que todavía esperaba su sentencia.
La demonia resopló y girando la cabeza sin mirar a su sirviente a la cara le dijo:
- Alégrate, humana, y tú Xellos deja ya de montar escenas, porque no
voy a matarte..... Y te diré porqué: porque me has salvado la vida y
aunque demonia, no soy una desagradecida.....
El rostro de la chica se iluminó y Xellos soltó el cuello de su camisa, sonrió y se inclinó respetuosamente hacia la Dark Lady.
- Mil gracias, mi señora..... - agradeció -.
- Aún no he terminado. - le interrumpió Zellas - Por haber salvado mi
vida, respetaré la tuya y la de tu hija, pero tu traición no puede
quedar sin castigo alguno, pues los otros Dark Lords se me echarían
encima.
- ¿Entonces? - preguntó Xellos aún sin comprender -.
- Póstrate ante tu señora, Xellos. - le ordenó ella -.
Xellos la obedeció humildemente, agachando la cabeza al máximo, sin osar levantarla ni un centímetro, aunque su señora llevaba ya un rato sin hacer nada. Finalmente, la Dark Lady depositó su mano en la cabeza de su sirviente, al tiempo que pronunciaba estas palabras:
- Xellos Metallium, puesto que tus acciones pasadas han sido
consideradas actos de alta traición, hacia los mazoku en general y a
mi persona en particular, yo te condeno al exilio. A partir de ahora,
vagarás errante por el mundo, sin mi protección. No podrás hallar
cobijo entre el resto de los demonios y tu presencia en Wolf Pack
Island nunca más será aceptada, y si en algún momento aparecieses por
allí, ordenaré a mis lobos y a mis otros sirvientes que acaben contigo
sin miramentos. ¿Has entendido bien?
Como respuesta, el demonio se incorporó apoyándose en su báculo, inclinándose levemente para luego decir:
- Se hará lo que vos ordenes, mi señora Zellas.
Un atisbo de sonrisa pareció dibujarse en el hocico de lobo de la demonia. A continuación se incorporó sujetándose el hombro herido y carente de brazo.
- Ahora debo irme - dijo - para recuperarme de mis heridas en el plano
astral..... - de repente recordó algo - Ah, y Xellos.....
- ¿Sí?
- Ándate con cuidado con tu hija; No soy yo la única que la busca. -
le advirtió - Al parecer, Dynast también está interesado en ella,
particularmente su general Sherra.....
- ¿Sherra? - preguntó Xellos sorprendido - ¡Pero yo creía.....!
- Sí, también yo creía que estaba ya fuera de circulación, Xellos. -
afirmó la demonia - Pero por lo visto, aunque se ha mantenido en
inactivo durante todos estos años, todavía sigue viva. Así que ya lo
sabes, vigila tus espaldas.
Y tras decir aquello, desapareció, dejando a Xellos preocupado y a Mina y sus compañeros más confundidos que nunca.
* * *
- ¿Cómo está Índiga? - preguntó el demonio segundos después de que su
señora se fuera -.
- ¿Eh? - dijo Andracis pillado un poco por sorpresa por la pregunta -
¡Ah, pues mírala, aquí, durmiendo plácidamente!
Xellos se acercó adonde estaban los tres jóvenes con su hija, se sentó al lado de ésta y contempló durante un momento cómo la joven dragona-demonia respiraba tranquila y pausadamente. Sonrió y le pasó con ternura una mano por su pelo violáceo tirando a añil.
- Pobrecilla..... - murmuró Mina - No sabe todavía lo complicada que
se ha vuelto su situación.....
- Sí, y no te haces idea de hasta qué punto..... - dijo Xellos con un
deje de misterio -.
Ante la cara de "¿De qué estás hablando?" que puso en ese momento la hechicera, el demonio se explicó:
- No ya es sólo el hecho de que Sherra le siga los talones. Tal y como
sospechaba, ese hechizo que usó contra mi señora le costó una parte de
su energía vital..... Debido a lo cual sus poderes se han reducido
considerablemente. Le llevará meses, puede que años incluso, reponer
el poder perdido en este combate, por lo que no creo que esté
preparada para enfrentarse con una general demonio de la talla de
Sherra.....
- Bueno, pero aún así, te tiene a ti para protegerla......- señaló
Andracis -.
- ¿Eso crees? - preguntó Xellos con ironía - Para tu información,
joven Greywords, también yo he perdido una parte considerable de mi
poder.....
- ¡Pero tú no has peleado con....! - empezó Mina -.
- No tuvo nada que ver con ninguna pelea. - la interrumpió Xellos - La
protección de Zellas me proporcionaba una parte sustancial de mi
poder. Simplemente, en el momento en que Zellas me condenó al exilio,
me retiró también su protección, por lo que esa parte de poder que
ella me proporcionaba ha desaparecido.....
- .....Y eso hace que ahora estés en inferioridad de condiciones con
respecto a Sherra..... - dedujo Valteria, quien había permanecido
silencioso hasta el momento -.
- Tú lo has dicho, Val-chan. - confirmó el demonio - Por eso, me
gustaría pediros un favor.....
¿Un demonio pidiendo un favor a unos simples mortales? Debía ser algo importante para que confiara tan ciegamente en ellos, por muy antiguo "camarada" de su madre que fuera en el pasado. Al menos eso es lo que pensaba Mina......
- Mi hija tiene volver cuanto antes con su madre. - empezó Xellos -
Ella es en estos momentos la única persona con la que podría estar a
salvo. Pero el camino es largo y necesitará toda la protección
posible, no solo la mía, que sería insuficiente en caso de que Sherra
nos atacase..... y me gustaría que fuerais vosotros los que la
protegierais. Sé que quizás os pido mucho, pero os lo ruego en nombre
de la camaradería que un día me unió a vuestros padres: ayudad a mi
hija.
Contra lo que el demonio esperaba, fue Valteria el primero en ponerse en pie y dar un paso al frente.
- Cuenta conmigo..... y con mi lanza. - dijo el dragón antiguo -.
- Gracias, Val-chan..... - agradeció el demonio con una sonrisa -.
- No me des las gracias, rata asquerosa. - dijo Val secamente - Quiero
que te quede claro que no lo hago por ti, sino por mi hermana - añadió
dirigiendo una mirada tierna hacia Índiga - y por mi madre, que espera
su llegada desde hace quince años.
- Pues yo no lo tengo muy claro. - dijo Mina -.
- ¡Pero Mina! ¿No ves que es por una causa justa.....? - protestó
Andracis -.
- Aunque así sea - le interrumpió la hechicera - piensa que no nos
enfrentamos a trolls, medusas gigantes, ni semi-hombres..... Esta vez
se trata de una demonia, ni más ni menos que una general de uno de los
Dark Lords. Y no sé tú pero ese es un riesgo que yo no estoy dispuesta
a.....
El sonido de una bolsa cayendo a los pies de Mina interrumpió el coloquio de la chica y desvió su atención hacia aquel que la había lanzado.
- ¿Y esto? - le preguntó a Xellos -.
- Míralo tú misma. - dijo éste simplemente -.
Muerta de curiosidad, la hechicera abrió la bolsa.
Sus ojos por poco caen de sus órbitas al ver que el contenido de la bolsa eran un montón de monedas de oro.
- ¿Cu..... cuántas......? - tartamudeó -.
- Puedes contarlas si quieres, pero te adelanto que allí hay 300
monedas. - respondió Xellos sonriendo -.
Mina desconfiaba de aquellos que le decían por anticipado el contenido de una bolsa de dinero, de modo que las contó todas como su madre le había enseñado: haciendo montones de diez y contándolos.
El demonio no mentía: había exactamente 300 monedas de oro.
- ¡Ñg! ¿Y todas son para.....?
- Para repartir entre tú y Andracis. - dijo él -.
Caída al suelo por parte de la chica, que ya se había hecho ilusiones con que el contenido de la bolsa sería todo para ella. (En momentos así se nota de quién ha heredado su avaricia.....)
- Eso hacen 150 para cada uno..... - aclaró Xellos - ..... más otras
100 a repartir entre vosotros cuando lleguemos a casa de Filia.....
- Eso..... eso son..... - tartamudeó Mina, que no cabía en sí de gozo
- ¡¡200 monedas para cada uno!! Ji, ji, ji, ji..... ¡Trato hecho,
Xellos! - exclamó Mina estrechándole la mano - ¡De este momento en
adelante, puedes contar también con mi espada!
- ¡Espera! ¡No podemos aceptar eso! - dijo Andracis de pronto -.
- ¿Cómo que no? - preguntó Mina - ¡Jolín Andracis, que son 200 monedas
cada uno, 400 reuniéndolas entre los dos! ¿Qué más quieres?
- ¡No es eso! - aclaró el muchacho - ¿Es que no recuerdas ya para qué
vinimos hasta aquí?
- Pues..... la verdad es que no.....
Cuando el joven se recuperó de la caída de culo, le gritó malhumorado a su compañera:
- ¡¡LA BIBLIA CLAIR, IDIOTA!! ¡¡VINIMOS A BUSCAR LA BIBLIA CLAIR PARA
CURAR A MI MADRE!!
- ¡Andá, pues es verdad! - exclamó Mina haciendo chocar su puño con la
palma de la mano - ¿Puedes creer que con todo este jaleo ya se me
había olvidado por completo?
- Pues sí, la verdad es que me lo creo..... - murmuró Andracis al
tiempo que una gota resbalaba por su frente -.
- ¿La Biblia Clair.....? ¿¡De qué rayos estáis hablando!? - preguntó
Xellos extrañado -.
- Pues de un manuscrito de la Biblia Clair que guardaban los
sacerdotes de Sailon..... - le explicó la chica -.
- Sí, Filia nos lo explicó, nos dijo que aquí podríamos encontrar una
transcripción fiel al original. - continuó Andracis - La necesito para
curar a mi madre, que está gravemente enferma.....
Tras asimilar unos segundos toda esa información, y para sorpresa de los tres compañeros de aventuras, el demonio emitió una pedorreta y se comenzó a reír a carcajadas. Parecía que no iba a parar de reírse.
- ¡Oye, vale ya! - le ordenó Mina, visiblemente enojada - ¡Que ya
sabemos que eres un demonio y te alimentas de la desgracia ajena, pero
podrías mostrar un poco de respeto! ¿¡No!?
- ¡Ja, ja, ja.....! No es eso, es que..... je, je, je..... - se
explicó Xellos secándose una lágrima - Mucho me temo que habéis estado
siguiendo una pista falsa.....
- ¿¿Eeeh?? - preguntó Mina aún más confundida que antes -.
- Pero si Filia dijo..... - insistió Andracis -.
- Sí, Filia os dijo eso, pero eso no significa que lo que os dijera
fuera verdad..... - le interrumpió el demonio -.
- ¡Cállate, maldito demonio! - le amenazó Valteria mirándole con ojos
enfurecidos - ¡¿Cómo te atreves a tachar a mi madre de mentirosa?! ¿En
que te basas para afirmar que.....?
- Jamás ha existido tal copia de la Biblia Clair en el templo de
Sailon. - les explicó - Yo mismo estuve buscando copias de la Biblia
Clair cuando estuve en Sailon, la primera vez que viajé con Reena y
los demás, y os aseguro que de haberla encontrado entonces, os lo
habría dicho.
- ¿Y cómo podemos estar seguros de que tú no destruiste esa copia
después de encontrarla? - le interrogó el dragón antiguo cogiéndole
bruscamente del cuello de la camisa -.
- Je..... A ti no voy a mentirte, Val-chan; mi misión por aquel
entonces era encontrar cuantas copias de la Biblia Clair pudiera y
destruirlas. - admitió Xellos - Pero incluso de haber sido ese el
caso, os lo habría dicho de cualquier modo. Además - añadió
dirigiéndose a Andracis - de haber existido tal copia en Sailon, tu
padre hacía tiempo que habría dejado de ser lo que es.....
- ¿Pero porqué iba Filia a mentirnos? - preguntó Mina -.
- Muy fácil: la razón la tienes delante de tus narices.
Mina miró justo enfrente suyo sin comprender. Todo lo que tenía frente a sí era a Índiga dormitando.....
¿Índiga?
- ¿Me estás diciendo que la única razón por la que Filia nos hizo
venir aquí fue por.....? - empezó la hechicera -.
- Claro, era lógico. - razonó Andracis en voz alta y con la cabeza
gacha - Debí suponerlo cuando nos contaste el origen de Índiga.
Probablemente Filia sólo quería asegurarse de que su hija estuviera
bien. Por eso insistió en que Val nos acompañara.....
Lo siguiente que hizo el muchacho, para sobresalto de Mina, fue golpear el suelo con su puño derecho, tratando al mismo tiempo de retener sus lágrimas de rabia e impotencia.
- ¡Maldita, sea! Estaba tan cerca.....
- Andracis, cálmate..... - le intentó tranquilizar la chica -.
- ¿¡Que me calme!? - exclamó el joven hechicero - ¿¡Mina, tienes idea
de lo que es ver a tu madre enferma durante toda tu vida, ver como con
cada día que pasa se consumen sus energías, sus ganas de vivir.....!?
¡¡¿Tienes idea de lo que es eso?!! - le gritó sin poder aguantarlo más
-.
- A..... Andracis..... - murmuró Mina dolida -.
- Déjala, Andy. - lo apaciguó Val - De nada sirve descargar tu ira
contra ella......
- Joven Greywords, te propongo un trato: - le dijo Xellos cuando éste
se hubo calmado un poco - Además del pago por tus servicios, cuando mi
hija esté a salvo te llevaré a las montañas de Kataar.
- ¿Y de qué me serviría? - dijo Andracis con pesimismo - Filia dijo
que tras la pelea entre Gaarv y Aqua, el lugar donde se guardaba la
Biblia Clair original fue sellado.....
- Bueno, tal vez para un dragón sólo, ese sello sea imposible de
quitar..... Pero yo conozco el alcance del poder de Gaarv y puede que
sea capaz de deshacer el sello. Y si Milgazia está dispuesto a
colaborar, como no tendrá más remedio..... Es posible que algo pueda
hacerse todavía. - dijo poniéndole una mano en su hombro - Aún no está
todo perdido, joven Greywords, pero tendrás que ayudarme si quieres
que yo te ayude a ti.....
Andracis durante unos minutos no dijo nada. Permaneció cabizbajo como meditando la propuesta del demonio. Finalmente se levantó y exclamó tomando una pose decidida:
- ¡Si hay alguna posibilidad de curar a mi madre, por extraña o
inverosímil que parezca, la aprovecharé! - y añadió alargándole la
mano al demonio: - Xellos, puedes contar conmigo también.
- Gracias, joven Greywords. - agradeció él tomándole la mano y
estrechándosela - Muchas gracias.
* * *
Al final habían decidido pasar la noche entre las ruinas de Sailon y partir a la mañana siguiente hacia Darien. Pero claro, alguien tenía que quedarse para vigilar.
Mina bostezó cansada. Llevaba más de tres horas haciendo de vigía y el sueño empezaba a hacer mella en ella. Súbitamente oyó unos pasos justo detrás de ella. Se levantó bruscamente, cogiendo la empuñadura de su espada por si ésta le hacía falta.
Suspiró aliviada cuando se dio cuenta de que era Andracis.
- Tranquila, ya puedes descansar. - le dijo - Vengo a relevarte.....
- ¡Ya era hora! - dijo ella estirándose - estoy que me muero de
sueño..... ¡Uaaaah! En fin, que tengas buena guardia.....
- Gracias - agradeció el muchacho -.
Sin embargo, el joven hechicero no tenía la conciencia tranquila. Había algo que le preocupaba y no podía dejar que la chica se marchara sin habérselo dicho antes.
- Espera, Mina. - dijo reteniéndola cuando pasó por su lado -.
- ¿Sí?
- Yo..... Bueno..... esteee..... - empezó poniéndose rojo de vergüenza
- Siento mucho haberte gritado..... no..... no era mi intención,
espero que me perdones.
- ¡Eh, venga ya, Andy, no te preocupes! - respondió Mina - Lo pasado,
pasado está. Además..... tenías razón.....
- ¿En qué?
- Pues..... en que jamás he sabido lo que sería una vida sin poder ver
a mi madre o viéndola enferma y decaída, viendo como sufre.....
Algunas veces me lo he imaginado pero.....
Al decir eso último, una lágrima empezó a resbalar por su mejilla.
- ¡Eh! ¿Qué te pasa? - preguntó Andracis preocupado - ¿Porqué lloras?
- Es que..... - intentó decir Mina entre sollozos y con un nudo en la
garganta - De pronto se me ha ocurrido pensar..... ¿Y si jamás
volviera a ver a mis padres? A partir de ahora, estaremos siendo
perseguidos en todo momento por un demonio..... ¿Y qué pasaría si
Sherra.....? ¡Oh, por Ceipheid, no quiero ni pensarlo.....!
- Vamos, vamos..... - la consoló el muchacho acercándola hacia sí - No
tienes que ser tan negativa, Mina..... ¿Qué te dije yo cuando nos
marchamos de Zefilia?
- Pues..... - la muchacha hizo memoria como pudo - Que seguramente
volvería a ver a mi familia..... Y que no debía mirar hacia atrás, que
siempre debía..... marchar al frente.....
- Exactamente. Hacia el frente. ¿Lo entiendes, Mina? Siempre hay que
ver las cosas con optimismo, de lo contrario..... ¿Cómo piensas
defender a Índiga si ya de entrada piensas que cuando llegue la hora
de enfrentarte a Sherra tendrás las de perder? Y en cualquier caso,
siempre podrás contar conmigo para protegerte en caso de
necesidad.....
- ¡Vaya! - exclamó Mina fingiendo fastidio - ¡Yo que quería
acompañarte en tu viaje para protegerte como pago por haberme salvado
la vida y ahora resulta que vas a ser tú el que me proteja a mí! ¡Qué
morro!
Llegados a ese punto, los dos adolescentes no pudieron evitar ponerse a reír.
- Bueno, ya veo que estás más animada..... - observó Andracis cuando
pararon de reír -.
- Sí..... Gracias, Andy, me has levantado la moral, era justo lo que
necesitaba.
- Me alegro. En fin, que descanses, Mina.
- Gracias, igualmente..... para cuando se termine tu turno, claro.
Diciendo esto, la chica se marchó por donde había venido Andracis, mientras éste la seguía con la mirada.
- ¿Hasta cuando vas a ocultar tus sentimientos por ella?
La voz de Valteria sobresaltó al muchacho.
- ¿Qué? ¿Sentimientos? Je, je, je..... ¡No sé de qué demonios me estás
hablando! - trató de disimular todo colorado -.
- ¡Venga ya, Andy, que se nota a la legua que te gusta! - dijo el
dragón antiguo mirándolo con picardía -.
- ¡No es verdad! Sólo somos amigos..... muy amigos..... amigos íntimos
como mucho..... ¡Pero eso no quiere decir que sienta algo por ella! -
insistió Andracis, más colorado si cabe -.
- Bueno, si tú lo dices..... - dijo Val alejándose con las manos
detrás de la cabeza - Pero si no te das prisa, alguien podría ganarte
terreno. ...yo de ti no esperaría mucho tiempo para decírselo..... En
fin - finalizó, cambiando de tema - ya sabes, cuando acabes tu turno,
me avisas. Buenas noches.
Andracis se quedó un poco preocupado. Era cierto, si no confesaba su amor pronto, Mina podría echarse novio..... y Valteria tenía todas las papeletas..... quizás ya iba siendo hora de sincerarse.
'Bueno, mañana será otro día, así que se lo diré..... pensó. ¿O tal vez sea mejor pasado mañana?..... Tal vez la semana que viene.....'
'¡Maldita sea, no puedo, es imposible! Preferiría mil veces enfrentarme a tres trasgos malhumorados y con las manos atadas a la espalda que confesarle a Mina mis sentimientos por ella.....'
Continuará. ....en el Capítulo 6.
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Notas de Amber: ¡La aventura está servida y el grupo al completo! Un sacerdote misterioso y su hija más misteriosa aún, un dragón antiguo que no ve con buenos ojos al sacerdote, un hechicero valiente para todo excepto en asuntos de amor y una chica de pelo rosa con más apetito que una piraña y menos memoria que una medusa..... ¡Con este grupito, puede pasar de todo! XDDDD
Véanlo sino en el siguiente capítulo, donde la gran enemiga hace su aparición estelar y se desvelan muchas cosas que ni imaginamos.....
Gracias a Maryttha y a Sophie Aiko Rindwotch por sus reviews. ^^
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