Capítulo 10: El último deseo de Xellos
El fuerte construido en piedra caliza se alzaba imponente sobre el horizonte. El lugar donde antes crecían chopos inmensos hasta donde alcanzaba la vista había sido despojado de su cubierta vegetal, resultando un paraje yermo y desolador, sensación acentuada por el clima invernal que Sherra había creado en la zona. Incluso el río, aquel fértil río cuyo abundante caudal atravesaba la antaño próspera ciudad de Sailon, parecía haber mermado, quedando reducido a poco menos que un riachuelo de aguas oscuras, a cuyos márgenes se asentaban témpanos de hielo.
Sobre una de las cuatro torretas que hacían esquina en el fuerte, se alzaba la bandera con el símbolo de Dynast Garrusherra.
- Cuando los exploradores contaron lo que habían visto jamás pensé que se tratara de esto......
Reena le pasó el catalejo a Xellos, con gesto desolado; la situación estaba peor de lo que imaginaba. Además del fuerte, tal y como Xellos estaba viendo en aquel instante, la hechicera había visto varios asentamientos alrededor del mismo y en la colina que había sido previamente despoblada de chopos. La cifra de soldados demoniacos aumentaba hasta casi 2000.
Estaban en una desventaja de más de 10 contra uno.
- Esas tropas de la colina no han llegado ni hace dos semanas. – concluyó Xellos tras hacer su inspección – Es obvio que Sherra ha querido adelantársenos......
- Entonces no tenemos nada que hacer...... - dijo Reena con pesar -.
- Tal vez sí. – señaló Xellos, haciendo que la hechicera le mirara con
sumo interés – Contamos con un factor sorpresa: los dragones.
- ¿Y quién te dice que Sherra no sabe ya a estas alturas que los
dragones se nos han unido? – interrogó ella – A fin de cuentas todos
esos soldados......
- No son especializados. – aclaró Xellos, pasándole el catalejo – Si
te fijas bien, verás que son demonios de rango bajo, orcos, semiorcos
y similares....... No hay Soul Reapers, no hay prácticamente ningún
demonio de grado medio, ni siquiera se ven Creepers voladores......
- ¿Creepers voladores? – preguntó Reena extrañada - ¿Qué carajo es
eso?
- ¿De verdad quieres saberlo? – inquirió el demonio con una sonrisa
entre picarona y medio sádica -.
- ¡¡No me tengas así y dímelo de una vez!!
- ¡Vale, vale! – le tranquilizó el - Pero luego no digas que no te lo
advertí...... Los Creepers son criaturas que se crían de forma
artificial...... se coge un huevo de dragón...... no de un dragón dorado o
negro, es demasiado complicado...... con un huevo de dragón de una raza
inferior es suficiente....... pues eso, que las crías que salen de esos
huevos se les alimenta durante diez meses con sangre de demonio.......
- ¿Sa...... sangre de demonio? – la hechicera empezó a desear no ser tan
curiosa -.
- ...... y luego, durante los dos años siguientes se les alimenta con
carne de cadáveres de dragón...... ya sabes, para que recuerden el sabor
de su carne y el olor de su sangre....... – continuó Xellos, ignorando la
sensación de náuseas que la hechicera empezaba a experimentar – El
resultado son una criaturas corrompidas y sedientas de sangres, los
Creepers voladores...... a menudo son usados por los demonios como
montura, para atacar a los dragones desde el aire...... ¿Quieres que te
cuente cómo se tiran a por ellos?
- No...... déjalo, no me cuentes más detalles...... - negó Reena con la cara
verde y con unas intensas ganas de vomitar – En una palabra – concluy
cambiando de tema – no van preparados para un ataque por aire......
- ¡Exacto! – afirmó Xellos – Y esa baza puede jugar mucho en nuestro
favor......
- Siempre que la infantería de asalto aguante el tiempo necesario......
- Aguantarán. – aseguró Xellos – Son mercenarios expertos y fuertes,
sabrán soportar el combate y lo que haga falta.
- Ojalá, tengas razón, señor General. – sonrió Reena no sin cierta
ironía – En fin, mejor volvamos. Hay que prepararlos a todos......
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Alineados en perfecto orden, los soldados del Ejército de Liberación escuchaban el último discurso de Phil antes de la batalla.
- ¡Bien, escuchadme, valientes guerreros de la justicia......! – empezó el
antiguo soberano de Sailon con su enorme vozarrón - ¡Hoy es el día en
que daréis todo vuestro potencial! ¡Hoy es el día en que nuestro
valeroso ejército se enfrentará a las infames hordas demoníacas de
Sherra Garrusherra! Sé que quizás estemos en número inferior a ellos......
como también sé, muy a mi pesar, que algunos de nosotros no estarán
aquí para ver el final de la batalla......
Ante aquellas palabras por parte de Phil, Mina no pudo evitar tragar en seco.
- Mina, no te preocupes, estáte tranquila...... - trató de calmarle
Andracis, quien estaba justo a su lado y se había percatado del gesto
de la muchacha -.
- N-No, sí yo estoy tr-tranquila...... - tartamudeó la pelirrosada, a
pesar de que notaba que las piernas le fallaban, así como sus manos
empezaban a sudar profusamente -.
Justo entonces, notó cómo una de sus manos fue envuelta por otra, que resultó pertenecer a Andracis.
El muchacho la miraba intensamente, tratando de transmitirle confianza.
- No pasa nada. Estaremos juntos en esto. – le dijo – Todo saldr
bien...... hay que mirar siempre al frente ¿recuerdas, Mina? Siempre al
frente......
Al frente......
Andracis, tenía razón. Si confiaba en sí misma, si tenía fe y no cejaba en su empeño, todo saldría bien.
'Sí...... Siempre al frente, siempre al frente......' , repetía Mina mentalmente al tiempo que entrelazaba sus dedos con los de Andracis, apretando su mano con firmeza y determinación.
- ...... pero recordad siempre – continuó Phil mientras tanto – que tenéis
una misión sagrada...... ¡Cuando estéis en el campo de batalla, pensad que
el fin último, es conseguir liberar Sailon, para que la justicia
prevalezca sobre las fuerzas del mal!
- ...... y también en el dinero ¿no? – saltó de pronto uno de entre el
público, haciendo que algunos de sus compadres rieran ante el
comentario -.
- Hum...... bueno, sí, el dinero es algo secundario, pero...... ¡Qué caray! -
exclamó Phil con su acostumbrado buen talante - ¡También pensad en
eso! ¡JUAJAJAJAJAJAJAJAJAAAAAA! ¡POR SAILON!
- ¡¡POR SAILON......!! – repitieron las tropas al unísono -.
- ¡......Y POR LA PASTA! – saltó de nuevo el gracioso del grupo, haciendo
aflorar otra vez la risa entre sus compadres -.
Mientras todos aún estaban alegres celebrando la victoria por anticipado, Xellos se acercó al príncipe y le plantó una mano en el hombro.
- Un discurso muy emotivo, Sr. Philionel...... - dijo – Pero creo que es
mi turno...... ¡Bien, basta de risas, escuchadme todos! – alzó la voz,
haciendo que las risas se apagaran poco a poco; los mercenarios sabían
bien cuando era tiempo de hacer mofa y cuando de hablar de cosas
serias...... - ¡Atacaremos mañana al amanecer! ¡La infantería de asalto
conmigo desde el sur! ¡Hechiceros con la princesa Amelia desde el
sudoeste! ¡Caballería con el príncipe Philionel al oeste! ¡En cuanto a
los dragones – añadió mirando a los reptiles que le miraban todavía un
tanto desconfiados, pero resignados – esperarán en las montañas al
este a la señal convenida! El primer asalto – explicó el general
señalando con su báculo un plano que tenía desplegado tras de sí –
será un ataque frontal con la infantería y hechiceros. Hay que
aguantar hasta que las tropas de Sherra estén suficientemente
agotadas. Será entonces el momento de los dragones de intervenir y
atacar por la retaguardia...... La caballería intervendrá en caso de que
los grupos de ataque necesiten refuerzos, hasta entonces se mantendrán
también a la espera sin delatar su posición...... ¿HA QUEDADO BIEN CLARO?
- ¡SEÑOR, SÍ SEÑOR! – respondieron al unísono el Ejército de
Liberación al completo -.
- ¡Bien! Ah, y una última cosa: - añadió Xellos antes de retirarse de
la tarima – Si alguien avista a la General Sherra, quiero que se me
informe de inmediato...... Retenedla, pero no le hagáis nada, seré yo
quien me encargue de ella...... ¡Y si alguno de vosotros osa tocarla en mi
presencia, - concluyó abriendo sus fieros ojos amatistas - juro que
colgaré sus tripas de lo alto del estandarte! ¿¡Entendido?!
Ahora fue el turno de los soldados de tragar en seco. A medida que Xellos abandonaba el lugar y se retiraba a sus estancias, algunos se empezaron a mirar entre sí y a preguntarse a qué venía semejante actitud por parte de su general......
Reena no dudó ni un segundo y fue detrás de Xellos para hablar con él.
- ¡Xellos, espera! – le gritó. El demonio se volvió ligeramente hacia
ella, mostrando todavía sus ojos - ¿Qué es lo que te pasa con Sherra?
¿Porqué tienes que enfrentarte solo a ella?
- Reena...... - respondió Xellos pausadamente – No trates de entenderlo......
Lo de Sherra y yo...... es un asunto personal. Me encargaré personalmente
de destrozarla......
- ¡Ja! ¿Ahora quién es el que actúa por impulsos, Sr. General? – dijo
la hechicera con sarcasmo - ¡Xellos piensa un poco con la cabeza! ¿De
verdad crees que estás lo suficientemente capacitado para enfrentarte
a ella......?
Xellos dirigió la esfera de su báculo hacia ella, interrumpiéndola.
La mirada de Xellos jamás había reflejado tanta seriedad y crueldad como entonces.
- Lo único que sé – dijo – es que tengo poder suficiente para matarte
si te entrometes...... No pienso hacer excepciones contigo. – luego se dio
la vuelta y se alejó - ¡Así que por tu bien y el de los tuyos, yo de
ti me mantendría al margen!
La hechicera no quiso rendirse e hizo ademán de seguirle de nuevo, hasta que una mano poderosa se plantó en su hombro reteniéndola.
Gaudy la miró serio y negó categóricamente con la cabeza.
- Si Xellos lo quiere así – dijo – habrá que respetar su decisión......
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En ese mismo instante, en la fortaleza de Sherra, ésta también les exponía la estrategia y el discurso final antes de la batalla a sus tropas.
- ¡Los grupos de infantería A y B retendrán a la infantería del
ejército enemigo! ¡Los grupos C y D se mantendrán a la espera en el
campamento de la colina para el caso de que necesitemos refuerzos! ¡El
grupo E y los arqueros, permanecerán conmigo para defender la
fortaleza! Nuestros enemigos son mucho menos numerosos y están menos
preparados, así que no tengáis piedad con ellos...... ¡DEMOSTREMOS A ESOS
HUMANOS INSOLENTES NUESTRO PODERÍO MILITAR! ¡LARGA VIDA A DYNAST
GARRUSHERRA!
- ¡¡LARGA VIDA A GARRUSHERRA!! – rugieron sus tropas en respuesta.
- ¡Y otra cosa más! – añadió Sherra al cabo, silenciando los gritos
enfervecidos de sus seguidores - ¡Si en algún momento durante la
batalla localizáis al general Xellos, informadme de inmediato! Seré yo
quien acabe con él, personalmente...... ¡Eso es todo, retiraos!
Sus soldados obedecieron, a pesar de que no entendieron muy bien aquel empeño de su general a enfrentarse a un cara a cara con su adversario. Sin añadir más, Sherra volvió a ocupar su posición, enfrente de una gran ventana que daba hacia el sur, donde se veía lo poco que había quedado del bosque que rodeaba Sailon.
A lo lejos, el humo de una hoguera resurgía de entre la copa de los escasos árboles.
'Muy bien, Xellos......', dijo para sí 'Mañana seremos tú, yo y nuestros ejércitos, como la última vez. Sólo que esta vez seré yo quien gane. Te haré pagar cara la humillación que me hiciste pasar.'
'El juego ha comenzado......'
'Te toca mover a ti.'
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Amanecer del día siguiente......
La silueta del sol a duras penas empezaba a dibujarse en el horizonte, pero el Ejército de Liberación de Sailon ya estaba en posición.
El grupo de infantería, entre el cual se encontraba Mina estaba ya dispuesto en tres compañías, que aguardaban en el lindar del bosque al sur de la fortaleza, esperando a que el General Xellos diese orden de avanzar. Pero eso no sería hasta que el otro ejército apareciera, y aún no había hecho acto de presencia.
Mina desenvainó un momento su nueva espada y contempló su reflejo en la hoja. Los armeros de Philionel habían hecho un gran trabajo; su armadura era prácticamente idéntica a la que había perdido en combate contra Sherra y la espada era más afilada y manejable que su espada anterior. No era excesivamente buena, no obstante a la chica se le antojó mejor que su espada de entrenamiento......
Al tiempo que el brillo del sol naciente relucía en la hoja de su espada, se oyó un ruido en la dirección de la fortaleza. Mina alzó la mirada para ver cómo las puertas del fuerte se abrían y varios soldados del ejército demoníaco salían, marchando marcialmente hacia el exterior, armados de pies a cabeza.
Casi todos eran orcos o semiorcos. Algunos demonios de grado inferior se entreveían en las últimas filas. No obstante, aquello no fue lo que puso a Mina nerviosa.
Lo que le aterró a ella y a muchos de sus compañeros de armas era el hecho de constatar de que, a pesar de ser sólo dos compañías, eran mucho más numerosos que ellos.
- Sé lo que estás pensando: cuánta algarabía ¿verdad?
Mina se giró hacia Ileana, la persona que le había dicho aquello y que estaba situada justo a su derecha, con una sonrisa confiada en el rostro y la mirada fiera.
- No es más que una fachada para intimidarnos. – habló la amazona de
nuevo – Pero a mí no me dan miedo esos cerdos...... - añadió cogiendo con
firmeza su guadaña con ambas manos - ¡Que se preparen, porque van a
recibir su merecido!
Animada por las palabras de su compañera, Mina se puso en posición, sus ojos brillantes de determinación.
'Hacia el frente......' repitió mentalmente la frase que siempre le decía Andracis. 'Siempre hacia al frente.'
'Sin vacilar.'
El sol finalmente surgió por completo en el horizonte y de entre las filas enemigas surgió uno de los orcos, que rugió en un grito gutural que parecía ser una señal de ataque. Y entonces, las tropas demoníacas empezaron a avanzar hacia sus enemigos, bajando la colina siempre con paso marcial.
Xellos alzó el báculo por encima de su cabeza. A aquella señal, el cuerno de Sailon resonó, haciendo que las tropas de infantería empezaran a marchar hacia sus enemigos.
Mientras tanto, el grupo de hechiceros liderado por Amelia esperaba a duras penas unos metros más a la izquierda, amparados por el escondite que los árboles les ofrecían. Amelia contemplaba las tres compañías del ejército de liberación empezar a moverse con congoja en el corazón.
'Andracis...... Zel......' rogó para sus adentros. 'Tened cuidado......'
No mucho más lejos, al oeste, Phil y la caballería de Sailon también aguardaban, con Philionel contemplando con atención el avance de ambos ejércitos sobre su caballo blanco.
Andracis avanzaba con sus compañeros de infantería, en la compañía del centro, justo al lado de Gaudy y Léon. En la de la derecha, además de Mina e Ileana estaba Kronck. En la de la izquierda, Zelgadis, embozado como siempre, con su sangre guerrera hirviendo ante la proximidad del combate, acompañado de cerca por Shadow, quien había rechazado quedarse con los demás hechiceros para estar cerca de la acción.
Reena permanecía al lado de Xellos, quien estaba situado en la cima de una roca cerca del punto de salida de sus tropas. A unos metros a la izquierda de ambos estaba Valteria, esperando pacientemente apoyado en su lanza. En un momento dado, el dragón antiguo dirigió su mirada hacia el demonio. Éste lo miró por unos instantes, tras lo cual hizo un breve movimiento con la cabeza. Valteria respondió a aquel gesto con un gesto afirmativo y luego desplegó sus alas para después remontar el vuelo, planeando por encima de las cabezas de los soldados de infantería.
Durante unos metros, ambos ejércitos, el de Liberación y el Demoníaco, avanzaron el uno hacia el otro con paso firme, paso que se fue acelerando a medida que se acercaban los unos a los otros. Llegó un punto en que tanto los solados de un bando como de otro corrían hacia sus enemigos gritando como bershecks. En las filas del Ejercito de Liberación, Andracis había conseguido adelantarse al resto del grupo e, invocando una Vaina Astral sobre su espada, dio un salto y asestó un golpe a su adversario más cercano, partiéndolo en dos.
Aquel sería el primer golpe dado en aquella batalla, aunque no el último.
Lo que siguió fue un caos total y absoluto. Mandobles, golpes de guadaña, mazazos, se repartían a mansalva en el valle. Tanto en un bando como en otro, los cuerpos de los soldados caían sin vida. Nadie podía decir, en medio de aquella batalla quién tenia las de ganar.
La escena era contemplada por Sherra desde lo alto de uno de los torreones, con gran satisfacción por parte suya.
'¿Eso es todo lo que sabes hacer, Xellos?' preguntó más para sí '¿Es este el Gran Ejército de Liberación que has podido reunir? Pst...... Francamente, me decepcionas......'
- ¡Capitán! – llamó la general Sherra - ¡Ordene a sus hombres que se
preparen para barrer al ejército enemigo! ¡No dejen ni uno en pie!
- ¡Sí, mi general! – asintió el capitán con un saludo -.
Simultáneamente, en medio de la confusión de la batalla del valle, Valteria, tras destruir a un demonio que se le acercaba por la espalda con un hechizo, puso sus manos en posición, apuntó al cielo y disparó una flecha de fuego. Cuando ya estuvo a una altura suficiente, chasqueó los dedos y gritó:
- ¡RUPTURA!
De inmediato, la flecha de fuego se dividió en varios fragmentos que partieron en distintas direcciones.
Y aquel gesto fue divisado desde lejos por otro grupo que aguardaba en las montañas......
- ¡La señal! – exclamó Índiga mientras sobrevolaba la zona norte junto
a la cuadrilla de dragones bajo su mando - ¡Posición delta a las dos y
diez, en picado!
- ¡Roger!
Mientras, en la fortaleza de Sherra......
- ¡El enemigo se agota! – anunció Sherra a sus tropas, que aguardaban
a las puertas - ¡En cuanto dé mi señal, que comience la maniobra
ofensiva......!
- ¡¡Mi general, mi general!! – chilló de pronto uno de los vigías -
¡Dragones, en el horizonte! ¡Se acercan!
- ¿Dragones? ¡Imposible! – exclamó la general sin creérselo -.
- ¡FUEGO A DISCRECI"N!
A la señal de Índiga, todos los dragones de la cuadrilla invocaron sus alientos de fuego y los dispararon simultáneamente hacia la fortaleza.
Pronto el ala oeste de la misma explotó, rodeándose de un mar de llamas.
No contentos con eso, algunos dragones se lanzaron hacia la fortaleza misma y masacraron a los demonios que encontraron en su interior.
Sherra, que milagrosamente no había sufrido daño alguno, surgió de entre los escombros, así como unos pocos solados demoníacos, que nada más levantarse, huyeron despavoridos del lugar.
- ¡Tú! – llamó la general a uno de sus oficiales que tenía cerca -
¡Avisa a la segunda compañía de arqueros para que ataquen a la
infantería del valle! ¡DEPRISA!
El otro obedeció y desapareció en el plano astral. Sherra por su parte cogió con fiereza la Espada de Luz y también se teletransportó, sólo que ella reapareció en lo alto del único torreón de la fortaleza que había quedado a duras penas en pie.
Un dragón dorado revoloteó por encima de su cabeza con aire amenazante, siseando y gruñendo, con un profundo odio y rencor en sus ojos.
- ¿Quieres enfrentarte a mí en serio? – le desafió la demonia
mirándole con ojos fieros -.
Por toda respuesta, el dragón se abalanzó sobre ella con las fauces abiertas.
- ¡Sea! – dijo Sherra desenvainando finalmente la Espada de Luz -
¡SUFRIRÁS EL MISMO DESTINO QUE MUCHOS DE LOS TUYOS!
Un solo mandoble con la espada y el cuerpo del dragón cayó a tierra, con la sangre saliendo a borbotones de la herida que Sherra le había provocado en el cuello.
- ¡NO! - exclamó Índiga horrorizada - ¡ATRÁS, TODOS ATRÁS! ¡NO OS
ACERQUÉIS A LA FORTALEZA!
Los dragones dorados tardaron en obedecer la orden y Sherra siguió ensañándose con los dragones que se le pusieron a su alcance. Uno tras otro, los cuerpos sin vida de los grandes reptiles caían al suelo. Un par entre ellos, con la cabeza cortada.
Para cuando Índiga y su cuadrilla de dragones pudieron ponerse a salvo a una altura prudencial, diez cadáveres de dragones yacían bajo los pies de Sherra Garrusherra. La demonia, completamente empapada de pies a cabeza de sangre de dragón, lanzó una carcajada histérica mientras alzaba la Espada de Luz por encima de su cabeza, como símbolo de victoria.
- ¿NO LO ENTENDÉIS, VERDAD? – gritó a los cielos mientras saboreaba
aquel momento - ¡¡SOY INMORTAL!! ¡JA, JA, JA, JA, JA, JAAAAA......!
Simultáneamente, el oficial al que Sherra había ordenado avisar a la segunda compañía de arqueros, reapareció del plano astral en el otro lado de la colina norte, donde los arqueros demoníacos tenían su campamento, a salvo del campo de visión del enemigo.
- ¡Soldados! – les puso en alerta - ¡Preparad las flechas!
- ¡Flechas preparadas! – gritó alguien de entre las filas de arqueros-.
- ¡Apunten!
Los arqueros tensaron sus arcos al tiempo, con una inclinación de unos 45 grados.
- ¡LANCEN!
La lluvia de flechas se abalanzó inesperadamente sobre los soldados de infantería que todavía luchaban en el valle. Alrededor de Léon, muchos combatientes del Ejército de Liberación eran abatidos por las flechas demoníacas envenenadas. Se giró y miró a todas partes, tratando de adivinar de dónde provenían.
Por desgracia, se giró muy tarde para evitar una flecha que venía directa hacia él.
Gaudy contempló con horror como su amigo caía con una flecha atravesándole el pecho.
- ¡LÉOOOOON! – gritó abriéndose paso a mandobles entre los demonios
para llegar adonde yacía su antiguo compañero de armas - ¡Léon......!
¿Puedes levantarte......?
- Gaudy...... - murmuró Léon a duras penas, con la voz entrecortada y un
hilo de sangre resbalando por sus labios - ...... cof, cof...... lo siento,
no....... he sido lo suficientemente...... rápido......
- ¡Léon, no hables! – dijo Gaudy sujetándolo por la cabeza – Tienes
que vivir, maldita sea...... tu mujer y tu hijo te esperan......
- Mi...... mi hijo...... ¡Cof, cof!...... - con cada tos el espadachín perdía más
sangre...... y más soplo de vida - ...... je, je...... qué lástima....... que no pueda
ver a mi hijo crecer... ni hacerse un hombre......
- ¡Léon, no digas eso ni en broma! ¡¿Me oyes?! – casi le gritó el
rubio - ¡Le......!
Pero los oídos de Léon ya no escuchaban.
Había cerrado los ojos para siempre.
Y Gaudy no pudo reprimir sus lágrimas de impotencia.
- ¡¡LÉEEEEOOOOOOON......!!
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Alrededor de Mina también se estaba formando una casquería; A no más de dos metros de ella, por ejemplo, Ileana había sido alcanzada en el hombro por una de las flechas y Kronck blandía su hacha una y otra vez contra todos los demonios que se acercaban a ella. La pelirrosada notaba que su ardor guerrero se veía fortalecido por la visión de su compañera herida......
Varias veces intentó ir hacia ella para tratar de quitarle la flecha y curar su herida, pero a ella misma le costaba zafarse de sus adversarios, que parecían surgir por doquier; cada vez que acababa con uno, siempre había otro, dispuesto a batirse con ella. No podía dejar de luchar, pero sabía que no podía estar así eternamente. Invocó un Burst Round y mientras sus enemigos se consumían en las llamas, Mina aprovechó para correr hacia donde estaban Ileana y Kronck.
De pronto, un demonio de nivel inferior le cortó el paso y le lanzó un hechizo. Mina fue lo suficientemente rápida de reflejos como para invocar una barrera y evitar así que el hechizo le alcanzara, pero no tubo tiempo de reaccionar cuando el demonio se teletransportó a sus espaldas, dispuesto a ensertarla con sus afiladas garras.
Y entonces, una línea rojiza partió el cuerpo del demonio en dos a lo largo, haciéndolo desaparecer en una nube de humo negruzco. Cuando éste se disipó, la hechicera pudo ver a Andracis, blandiendo su espada.
- ¿Estás bien? – preguntó el muchacho preocupado -.
- ¡ANDY, AGÁCHATE!
Tras decir Mina aquellas palabras, Andracis se giró, descubriendo para su sorpresa que otro demonio estaba a punto de abalanzársele por la espalda. Por fortuna, la rápida reacción de Mina a la hora de lanzarle una Lanza Elmekia le había salvado.
No tuvieron tiempo de darse las gracias, sin embargo, pues en ese instante, otra salva de flechas cayó del cielo, de manera que ambos adolescentes tuvieron que invocar una barrera mágica para evitar que les alcanzaran. Mientras trataba de mantener la concentración, Mina se fijó en la colina norte y en que cientos de orcos y demonios de bajo rango bajaban la cuesta dirigiéndose hacia la batalla. La infantería del ejército de Liberación estaba ya muy agotada; no aguantarían un asalto como aquel.
- ¡Necesitamos ayuda! ¡Val! – llamó la hechicera al dragón antiguo,
que se encontraba a unos metros a su derecha, defendiéndose también
del ataque de varios demonios - ¡Avisa a los hechiceros, deprisa!
Valteria asintió con la cabeza y cuando se hubo librado del último de sus enemigos con una bola de energía verdosa, lanzó una flecha de fuego al aire y volvió a fragmentarla en varios trozos, como antes había hecho para avisar a los dragones. La diferencia con la anterior, es que al dividirse, la flecha de fuego adquirió una tonalidad azulada.
- ¡Princesa Amelia! – avisó el Sumo Sacerdote de Sailon cuando divis
la señal -.
- ¡Es hora de intervenir! – anunció Amelia con determinación -
¡Apuntad hacia la colina, hacia los orcos que ahora bajan al valle!
¡Hay que dar tiempo a la infantería!
- ¡Sí, mi señora! – asintieron todos al tiempo que un hechizo empezaba
a formarse en sus manos -.
- ¿Listos? ¡Ahora! ¡RA-TILT!
Varios Ra-Tilts salieron simultáneamente de la zona sudoeste hacia las dos compañías de infantería demoníaca que bajaban para unirse a sus camaradas en la sangrienta batalla. La fuerza de todos los Ra-Tilts combinados provocó tal impacto que los borró del mapa casi al instante. Un problema menos......
......Pero eso no quería decir que los problemas se hubieran acabado con ello.
Uno de los sacerdotes había dado la voz de alarma al ver que algo empezaba a surgir del suelo, aprisionándole las piernas; era un zombi. Varias de las mismas criaturas surgieron del mismo modo e intentaron atrapar a varios sacerdotes desprevenidos, mientras Amelia y otros cuantos más arremetían contra ellos lanzándoles unos cuantos hechizos...... sin embargo, aquello no se acababa nunca; a los zombis se unieron pronto las armaduras de unos cuantos caídos en combate, convertidos en Living Mails, que avanzaban hacia ellos, acorralándoles.
- Princesa ¿qué hacemos ahora? ¡Son demasiados! – interrogó con
preocupación el Sumo Sacerdote, que estaba justo al lado suyo -.
- ¡Cubridme! – ordenó Amelia – Voy a intentar algo......
'Y espero que funcione......' concluyó para sí, mientras concentraba toda su energía en sus manos alzadas al cielo. Hacía tiempo que su hermana mayor le había enseñado aquel hechizo y aunque no estaba segura si le saldría bien, decidió probar suerte.
De ello dependían su vida y la de los sacerdotes de Sailon......
- ¡FLOW BREAK!
Al tiempo que gritaba esas palabras, la energía concentrada en sus manos se liberó en forma de una luz azulada que se expandió por la zona. Cuando la luz tocaba a los Living Mails o a los zombis, los primeros quedaban reducidos de nuevo a una montaña de piezas de armadura herrumbrosa y sin vida, mientras que los segundos se disolvían en el aire como fantasmas.
Amelia suspiró aliviada. ¡Había funcionado!
- ¡Princesa, cuidado!
A duras pensas acababa la princesa de oír aquella advertencia por parte de su sumo sacerdote cuando de pronto la zona fue alcanzada por una terrible explosión. Todo a su alrededor se tornó oscuro en un instante.
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La explosión en la zona de los hechiceros no había pasado desapercibida por Xellos y Reena, que giraron sorprendidos sus respectivas cabezas hacia el lugar donde ahora se levantaba una espesa cortina de humo.
- ¿¿Qué ha sido eso?? – preguntó la pelirroja, en parte extrañada por
aquella explosión tan repentina y en parte preocupada ante la
incertidumbre de lo que pudiera haberle pasado a Amelia -.
Xellos intentó contestar, cuando de pronto sus sentidos captaron una energía muy fuerte en la zona. Constató enseguida que no se trataban de reminiscencias de la explosión, sino de la energía proveniente de un enemigo....... Trató de identificar de qué clase era......
¿Demoníaco? No, el aura denotaba una combinación muy equitativa entre el orden y el caos, no podía ser ni un demonio ni un dragón....... ¿Humano tal vez? Era probable, pero había algo que no le cuadraba......
Aquella cosa, fuera lo que fuese, no estaba viva.
Sólo quedaban pues dos posibilidades: un zombi, cosa que era imposible, pues los zombis no tenían tanto poder...... o en el peor de los casos......
- Un...... Caballero Errante....... - murmuró -.
- ¿Qué? – preguntó Reena mirándole -.
- ¡No, nada! – disimuló Xellos; no estaba seguro de todos modos y
decidió no alarmar a Reena – Digo que iré a comprobarlo. – y tras
esto, desapareció -.
- Bien. Yo iré a ayudar a los chicos. – resolvió la hechicera,
levitando hacia el valle, donde la infantería aún sostenía su
interminable batalla – Parece que van a necesitar ayuda......
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Cuando Amelia despertó, se encontró horrorizada ante una caótica escena.
A su alrededor, muchos de los sacerdotes de Sailon yacían en el suelo sin vida, víctimas de la explosión que acababa de acontecer. Sólo unos pocos se arrastraban por el suelo, magullados y llenos de heridas por todo el cuerpo, incluido el Sumo Sacerdote, que gemía a su lado con una brecha en la frente de la que emanaba un hilo de sangre.
- ¡Por Ceipheid! – exclamó Amelia ayudando al Sumo Sacerdote a
reincorporase - ¿Estáis bien?
- Princesa...... - intentó hablar el Sumo sacerdote con voz ronca –
Marchaos de aquí...... no sé qué ha producido esta explosión, pero vos
corréis grave peligro...... ¡Debéis marcharos cuanto antes!
- ¡No sin antes curaros! – se negó la princesa empezando a conjurar un
hechizo curativo – No volveré a dejar abandonado a mi pueblo nunca
más, aunque eso me cueste la vida......
- Princesa Amelia...... - murmuró el sacerdote conmovido ante tales
palabras -.
De improviso, una extraña niebla se levantó en la zona. Amelia sintió un escalofrío por la espalda, como si sintiera que alguien la observaba. Se giró lentamente y lo que vio le heló la sangre.
A lo lejos en el horizonte y cubierto por las espesas brumas que cubrían el lugar, una enorme sombra empezaba a abrirse paso con lentitud. Al despejarse un poco la niebla, Amelia contempló a la figura y constató que se trataba de un hombre montado en un caballo. Era un caballero de armadura de color plateado herrumbroso con una capa raída ondeando al viento, cuyo rostro permanecía oculto bajo una máscara alargada y con dos picos semejantes a cuernos de toro en la parte posterior. Una de sus manos sujetaba las bridas de su corcel, criatura que parecía salido del mismísimo infierno, tal y como parecían manifestar su pelaje negro como la pez y ojos rojos sin pupilas, mientras que en la otra podían atisbarse los restos de humo producidos por una Bola de Fuego.
Aquel caballero de aspecto fantasmal fijó por un momento sus ojos en la princesa Amelia, como si quisiera analizarla a fondo.
- Reena...... Invers....... - dijo el caballero con voz de ultratumba -.
- ¿Q-qué? – preguntó la princesa aún confundida -.
- Reena...... Invers...... - repitió el caballero con la misma voz - ¿Dónde......está......?
Amelia se puso entonces alerta. Quien quiera que fuese aquel tipo, si buscaba a Reena no podía ser para nada bueno.
No podía permitirlo.
- ¡No sé para qué buscas a Reena – exclamó la princesa conjurando un
hechizo – pero no permitiré que pases! ¡BURST FLARE!
Amelia dirigió la energía llameante que había concentrado en sus manos hacia el caballero, quedando éste envuelto en un aura luminosa...... segundos después esa misma aura explosionó, dejando un mar de llamas.
Sin embargo, el caballero seguía ahí intacto.
Un ser humano normal habría quedado reducido a cenizas con aquel hechizo, sin embargo él seguía en pie, mirándola de nuevo con aquellos ojos vacíos.
Sin vacilar un instante, el caballero llevó su mano derecha a la empuñadura de la espada que llevaba a sus espaldas, desenvainándola lentamente hasta sacar una espada de tamaño descomunal. La empuñó con firmeza y tiró de las bridas de su caballo, que se encabritó por un momento y al segundo siguiente empezó a cabalgar en dirección adonde se encontraba la princesa.
Amelia trató desesperadamente de detenerlo con unas cuantas Lanzas Elmekia, que el caballero esquivó sin dejar de avanzar hacia ella, con la espada colocada de forma horizontal, dispuesta a arremeter contra la princesa.
Cuando Amelia ya pensaba que su destino más próximo era morir a manos de aquella figura fantasmal, algo apareció de pronto frente a ella y un segundo después escuchó un sonido similar a una espada que golpeaba una superficie dura.
- ¡Shadow-san! – exclamó con sorpresa -.
El hechicero había aparecido de improviso, interponiéndose entre ella y la espada que el caballero empuñaba y que ahora estaba detenida en el aire, gracias a los poderes telequinésicos de Shadow.
El caballero gruñó, entre sorprendido y molesto por aquel desconocido que se había interpuesto. Hizo retroceder unos pasos a su corcel y escudriñó con la mirada a Shadow, quien también sostenía la mirada con actitud desafiante.
- Aparta...... de mi camino...... - tronó amenazante la voz de ultratumba del
caballero fantasmal.
- Me temo que no puedo hacer eso. – declaró fríamente Shadow – Mis
intereses están en juego......
Sin perder más tiempo en vanas conversaciones, el caballero volvió a conjurar un hechizo de fuego en su mano libre y la dirigió directamente contra el hechicero. Éste abrió sus ojos inconmensurablemente y la esfera de llamas se detuvo abruptamente para, segundos después, retornar a su adversario. Éste quedó oculto tras las llamas y el humo de la explosión.
- Princesa, agarraos a mis ropas. – ordenó Shadow -.
- ¿Qué?
- No hay tiempo de explicaciones, su alteza. – insistió el hechicero
oscuro poniendo dos dedos en su frente, con cara de concentración –
Es hora de marcharnos de aquí......
Aunque todavía no alcanzaba a entenderlo, Amelia obedeció, cogiendo con una mano la túnica de Shadow y con la otra el cuello de la túnica de su Sumo Sacerdote. Tras esto, los tres desaparecieron en un instante, justo a tiempo de evitar una espada que se lanzaba sobre ellos desde la cortina de humo.
El caballero fantasmal emitió otro gruñido de fastidio, al ver que el hechicero había escapado de sus manos. Miró al horizonte, tratando de localizarle, pero encontró algo más interesante en su lugar.
Una mujer pelirroja que levitaba en dirección al grupo de infantería que batallaba en el valle.
- Reena...... Invers......
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Mientras tanto, en el valle, tres figuras aparecieron de improviso. Amelia se quedó un tanto descompuesta al principio, hasta que se dio cuenta de que Shadow los había transportado al valle, lejos del caballero fantasmal.
La princesa dirigió su atención por un momento al Sumo Sacerdote y, tras comprobar que se encontraba bien, aunque inconsciente, miró a Shadow, quien todavía le daba la espalda y permanecía en silencio.
- Shadow-san....... ¿porqué.......? – le preguntó -.
- No debéis juzgar a las personas por su naturaleza, Princesa. – habl
finalmente el hechicero, mirándola por el rabillo del ojo – Cierto es
que soy medio mazoku y tengo mis buenas razones para estar aquí.......
pero eso no me impide protegeros del peligro....... a fin de cuentas he
jurado servir a su alteza, y voto a la mismísima L-sama que pienso
cumplir mi palabra.......
De pronto Amelia sintió el peso de la culpa en su corazón; había cometido un grave error al juzgar mal a Shadow. Aunque fuera un mestizo de mazoku, la acción de haberle salvado la vida demostraba que era una buena persona. La princesa no pudo evitar sentirse sucia por dudar de una persona tan buena.......
- Vuestro marido está cerca, no tardará en llegar. – añadió Shadow
alejándose en dirección hacia donde se seguía desarrollando la batalla
– Si me disculpáis, tengo otros asuntos que atender.......
Y con estas palabras, volvió a desaparecer.
- ¡Amelia! – oyó que Zelgadis la llamaba, mientras corría hacia ella -
¿Estás bien?
- Ah....... No te preocupes, Zel. – le tranquilizó ella con cara risueña –
No me ha pasado nada, sólo estoy un poco magullada y.......
- Amelia....... - le interrumpió Zelgadis abrazándola fuertemente contra
sí, como si temiera perderla – no vuelvas a asustarme de ese modo,
¿vale? Cuando vi la explosión....... me temí lo peor.......
- Zel....... - Amelia, conmovida por aquellas palabras también le abrazó y
hundió su cabeza en el pecho de su marido, quien le acariciaba los
cabellos con ternura -.
La enternecedora escena se vio interrumpida por un gemido. Se trataba del Sumo Sacerdote, que había vuelto en sí y trataba de levantarse del suelo, sin demasiado éxito.
- Princesa...... ¿qué ha......? – interrogó confundido -.
- Tranquilo...... - le calmó Amelia mientras ella y Zel pasaron los brazos
del sacerdote por encima de sus hombros y ayudándole a incorporarse –
Shadow-san nos ha ayudado a escapar, por ahora estaremos a salvo......
- No si no nos marchamos de aquí enseguida. – señaló Zelgadis serio,
mirando la caótica escena de lucha que se estaba llevando a cabo a
sólo unos metros – Vamos. – y diciendo esto, empezó a caminar -.
- ¿Ese demonio? – preguntó el sacerdote con desdén - ¡Ése no ayudaría
ni a su madre, no os fiéis, alteza......!
- ¡¡Y usted no lo juzgue tan severamente!! – le espetó Amelia enojada,
a lo que tanto el sacerdote como Zel la miraron con sorpresa – Shadow-
san es un buen hombre......
'Y...... le debo la vida.', pensó mientras los tres se alejaban de la batalla.
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La batalla del valle aún continuaba, con Mina y Andracis tratando de retener al enemigo, mientras Valteria se afanaba en curar el hombro herido a Ileana con un hechizo. El compañero de la amazona, Kronck, permanecía a su lado, con semblante preocupado.
- Ileana....... estar muy malherida...... - murmuró el gigantón -.
- Tranquilo, grandullón...... – gimió la amazona aguantando el dolor
como podía mientras Val seguía trabajando en su herida – Valteria me
va a curar, así que no te preocupes...... ¡aaaarghh!
- ¡Tú no hacer daño a Ileana, o yo partirte la cara! – amenazó Kronck
a Valteria cuando Ileana empezó a quejarse -.
- Hago lo que puedo. – se limitó a responder Val sin apartar la mirada
de su herida, que empezaba a cicatrizar poco a poco – Los hechizos
curativos se me dan bien, pero si me distraes podría dejarme algo de
herida sin cerrar y correría el riesgo de infectarse...... - tras decir
esto le miró con una medio sonrisa en el rostro - ¿No querrás que le
pase nada malo a Ileana, verdad?
- Yo...... - murmuró Kronck todo serio – Yo sólo querer ayudar a Ileana.......
Ella siempre buena conmigo, yo no querer que ella morir......
- Eh, eh, eh, grandullón, mírame. – le ordenó la amazona tomando su
cuadrado rostro en su mano. Los ojos negros de Ileana tenían un cierto
tinte de ternura al hablar – No voy a morirme ¿vale? Me han hecho
heridas mucho peores que esta y he sobrevivido...... Además – añadi
mirando a su alrededor – si esos malditos demonios creen que voy a
dejar mis huesos en este lugar, están muy equivocados...... ¡Y si quieren
matarme, adelante, pero que sepan que voy a vender cara mi piel!
- ¡Vale, pero estáte quieta! – le espetó el dragón antiguo mientras
seguía con su tarea -.
Mientras, Mina y Andracis cada vez las pasaban más canutas. Los soldados del ejército demoníaco que hasta hace un rato bajaban la colina para machacarles habían sido eliminados, pero en su lugar, las armaduras de algunos caídos en combate habían cobrado vida propia y arremetían contra ellos. Habían comprobado que las Lanzas Elmekia les afectaban hasta cierto punto, pero eran demasiadas como para detenerlas a todas a la vez del mismo modo. A esa dificultad se le sumaban las flechas de los arqueros demoníacos que seguían disparando sin cesar.......
- ¡Mina, si seguimos así, no podremos retenerlos mucho más tiempo! –
gritó Andracis, manteniendo a raya una de las Living Mails con su
espada -.
- ¡Val! – le llamó la hechicera apurada.
- ¡¡Estoy yendo lo más deprisa que puedo, maldita sea!! – maldijo el
dragón antiguo con evidente fastidio - ¡No me agobiéis!
Kronck en un arrebato de furia, se levantó y se unió a los jóvenes hechiceros en su lucha, golpeando con su hacha a todo lo que se movía. Pero a pesar de los golpes, las Living Mails seguían moviéndose y no pasó mucho hasta que Kronck tuviera el cuerpo cubierto de ellas. Las armaduras vivientes se agarraban a todas partes de su cuerpo, impidiéndole moverse.
Mina miró a su alrededor tratando de encontrar algo o a alguien que les prestara auxilio. Pero los soldados que no estaban muertos en el suelo, estaban demasiado enzarzados en la lucha o muy malheridos...... Entonces, mientras se protegía con una barrera mágica de una nueva hondonada de flechas que caía sobre ella, se fijó en que éstas salían de un punto detrás de la colina norte......
- ¡Andy, cúbreme! – ordenó a su compañero, quien enseguida hizo
retroceder a unas cuantas Living Mails con Lanzas Elmekias, mientras
la pelirrosada empezaba a recitar – "Más negro que la oscuridad, más
rojo que la sangre que fluye, enterrado en las corrientes del
tiempo......"
- ¡Mina! ¡¿Qué carajo estás tratando de hacer?! – exclamó Valteria
alarmado -.
- "...... en vuestro sagrado nombre ahora juro a la oscuridad...... ¡Por el
poder que vos y yo poseemos......!"
Otra Living Mail escapó de la atención de Andracis y trató de abalanzarse sobre ella, pero fue eliminada por otra Lanza Elmekia, convocada por Valteria.
- "¡......que todos los estúpidos que se interpongan en nuestro camino
sean totalmente destruidos!" – terminó de conjurar la hechicera, al
tiempo que abría los ojos y una bola de energía rojiza aparecía en sus
manos - ¡MATA DRAGONEEEEEES!
Al extender sus manos frente a sí, la bola rojiza aumentó de tamaño y formó una suerte de espiral, que luego salió disparada hacia el frente describiendo un largo rayo de energía que avanzaba sin pausa......
...... directamente hacia la cuadrilla de dragones comandados por Índiga......
- ¡¿QUÉ HAS HECHO, MINAAAA?! – exclamó Andracis asustado -.
- ¡LES VAS A DAR A LOS DRAGONES! – chilló Valteria no menos
horrorizado -.
- ¡¡AYYYYY, NO, NO, NOOOOO!! ¡A LA DERECHA, A LA DERECHA, DESVÍATE A
LA DERECHAAAAAA! – chillaba la hechicera moviendo sus manos
convulsivamente en aquella dirección, como si al hacer eso tratara de
hacer que el hechizo se desviara hacia donde ella quería -.
Mientras, cerca del castillo, los dragones que sobrevolaban en círculos la zona intentando mantenerse lo más alejados posible de Sherra y la espada de luz, giraron sus cabezas alarmados al percibir un resplandor rojizo que se acercaba a ellos desde el sur.
- ¿Pero qué es lo que......? – empezó a decir Milgazia, hasta que se dio
cuenta que aquel resplandor que se les acercaba era el típico que
emitía....... -.
- ¡Un...... UN MATA DRAGONEEEEEES! – chilló Índiga aterrada - ¡¡RETIRADA,
RETIRADAAAAAAA!! – ordenó a su cuadrilla mientras ella emprendía la
huida y los demás dragones no tardaron en seguir su ejemplo, volando
como si el mismo Sabraanigudú les persiguiera -.
Sherra se percató de que los dragones huían de la zona despavoridos y giró su rostro hacia el resplandor que cada vez estaba más cerca.
- No...... no puede ser......
Aquello fue lo último que murmuró la general antes de que quedara envuelta en un mar de llamas, atrapada por la fuerza del hechizo.
Era difícil saber si habían sido los movimientos convulsivos que Mina había hecho con los brazos o era porque la trayectoria del hechizo ya era irregular de por sí, pero el caso es que al final el Mata Dragones se había desviado más hacia la derecha, describiendo una especie de arco y acertando justo en la fortaleza de Sherra, que quedó completamente arrasada por efecto de la onda expansiva, dejando en su lugar un gran cráter humeante. Todos cuantos estaban alrededor de Mina miraban alucinados la escena, incluso las Living Mails que se habían detenido y ahora miraban a la hechicera como quien contempla una aparición.
Mina les dedicó a éstas una de sus miradas asesinas y, tras sudar profusamente, las armaduras se descompusieron y cayeron al suelo, negándose a seguir combatiendo.
- Uf...... - suspiró Mina pasándose una mano por la frente -.
- ¿¿¿"Uf"??? ¡¿Eso es todo lo que tienes que decir?! – exclam
Andracis revolviéndose convulsivamente el pelo -.
- ¡¿Es que no te das cuenta de lo que podría haber pasado?! – le
espetó Valteria con una vena resaltándosele en la sien -.
- ¡¡MINA-SAAAAAAAAN!! – se oyó una voz en la distancia, la cual, al
girarse en su dirección, Mina supo que provenía de Índiga - ¡¿PERO EN
QUÉ ESTABAS PENSANDO?! ¡¡ERES UNA BURRA!! ¡¡¡CASI NOS MATAS A
TODOOOOOOOS!!! – empezó a despotricar la dragoncita gesticulando en el
aire, mientras tras ella el resto de dragones la miraban con una
mezcla de severidad, reproche y enfado -.
- Esteeee...... ¡Lo siento mucho, es que no tengo muy buena puntería! ¡Ja,
ja, ja, ja......! – se disculpó la hechicera poniendo una mano tras su
nuca y riendo nerviosamente -.
- ¡MATA DRAGONEEEEES!
De improviso, un segundo Mata Dragones apareció y pasó por encima de la cabeza de Mina y sus compañeros, haciendo que sus cabellos se revolvieran con la corriente generada. Al seguir con la mirada el hechizo, vieron cómo éste iba a parar detrás de la colina, cargándose a los arqueros al instante y haciendo aparecer el segundo gran boquete en lo que iba de batalla.
La hechicera pelirrosada giró de nuevo su cabeza hacia el lugar de dónde provenía el segundo Mata Dragones, encontrándose con su madre, la hechicera Reena Invers, cruzada de brazos.
- ¡Ah, Mamá, qué bien que hayas venido, estábamos......! – empezó a decir
Mina, hasta que vio la cara que la pelirroja ponía (que por supuesto
no auguraba nada bueno......) y varias gotitas de sudor empezaron a
aparecer en su nuca – Euh...... mamá...... ¿Po-porqué me miras así.......?
¡TONK! Reena empezó a golpear repetidas veces la cabeza de su hija, mientras el resto de los presentes sudaban de vergüenza ajena.
- ¡Esto – golpe – para que aprendas – golpe – a apuntar – golpe –
adónde debes! – golpe- ¡¡Que mira que te lo tengo dicho de veces!! –
golpe, golpe, golpe, golpe muy fuerte -.
- ¡Ayyyyy, Mamáaaaaa! – lloriqueaba Mina con un gran chichón en la
cocorota - ¡Para ya que me haces dañooooo!
- ¡Y MÁS QUE TE DEBERÍA DOLER! – le espetó su madre mientras le
golpeaba aún más fuerte -.
Mientras madre e hija seguían con aquella disputa, un escalofrío le recorrió a Andracis por toda la espalda. Intrigado, se giró y ante él apareció una visión que le espantó.
Sobre un caballo negro, un caballero de aspecto fantasmal les contemplaba, la enrome espada en su mano.
- Reena...... Invers....... – dijo con voz que parecía salir de las entrañas
del infierno -.
La hechicera pelirroja, que por fin se había dado cuenta de que no estaban solos, dejó de aporrear a su hija y miró al caballero fantasmal intrigada.
- ¿Quién eres? – le preguntó - ¿Para qué me buscas?
El otro no respondió. En lugar de eso, rió con una risa gutural y escalofriante, tras lo cual, tiró de las bridas de su caballo y galopó hacia ella.
Reena supo entonces que si no hacía algo pronto, su vida peligraría, de modo que rápidamente le lanzó una Flecha de fuego. Su adversario quedó por un momento envuelto en las llamas, pero siguió avanzando como si no le hubiese afectado. De pronto, alguien le lanzó una Lanza Elmekia y el caballero cayó de su caballo y se retorció de dolor como si el hechizo le hubiera afectado mucho. Mientras aún se hallaba en el suelo, Valteria, el artífice del hechizo, se lanzó hacia él con su lanza en alto. Pero contra todo pronóstico por su parte, el caballero logró reaccionar a tiempo y paró su lanza con la enorme espada, tras lo cual le empujó violentamente con la misma, haciendo que cayera varios metros más lejos, justo al lado de Reena y Mina, quién corrió a comprobar si estaba bien enseguida.
Justo entonces, Andracis reaccionó y arremetió contra el caballero invocando una vaina astral en su espada. Por desgracia, éste ya estaba sobre aviso y le lanzó una bola de fuego, que le dejó tirado en el suelo al instante.
- ¡ANDY! - exclamó Mina angustiada, mientras a su lado Val miraba el
cuerpo inmóvil de su compañero, también con visible preocupación -.
Por fortuna Andracis empezó a removerse en el suelo, aunque se le notaba muy malherido. Cuando el joven hechicero trató de incorporarse, se encontró con el filo de la espada del caballero cerca de su garganta y se quedó paralizado por el medio.
- No eres...... rival para mí...... - habló éste con la misma voz gutural de
antes– Tú no puedes....... liberarme...... Debo matar....... a Reena Invers......es la
única forma......
- ¡ANDRACIS, ALÉJATE, RÁPIDO!
A aquella orden por parte de Reena, el joven hechicero, obedeció y rodó por el suelo lejos del alcance del caballero y su espada, cuando éste, confundido dirigió la vista a su adversaria, ésta estaba rodeada de una misteriosa aura que revolvía sus cabellos y con sus amuletos Demonbloods activados.
- ¡DYNAST BRASS! – gritó ella extendiendo sus brazos hacia delante -.
De inmediato, un pentagrama luminoso apareció a los pies de su adversario, atrapándolo en su interior. Del pentagrama surgieron algo que parecían rayos y de pronto, de los cielos, cayó un fulminante rayo de energía que le dio de pleno.
- ¡Ya está! – se congratuló la todopoderosa hechicera, pero de pronto
vio algo que la sorprendió - ¡¿Pero qué......?!
Y es que el caballero fantasmal, lanzó una suerte de rugido gutural, extendiendo brazos y piernas. Al hacerlo, el hechizo se fragmentó como si de cristal se tratase, liberándolo de su prisión.
- Lo lamento....... – dijo – pero es inútil....... no puedes convocar....... a
Dynast Garrusherra........ ya que él...... me ha conferido su protección.......
Y antes de que Reena tuviera tiempo siquiera de asimilar aquella información, el caballero enarboló su arma y arremetió contra ella a una velocidad tal que más parecía flotar a ras del suelo.
Sin embargo, justo cuando ya había alzado su arma hacia la hechicera, otra figura apareció de improviso saltando por encima de la cabeza de la pelirroja y arremetiendo contra el caballero.
Todo ocurrió tan deprisa, que lo único que atisbó a ver Mina fue el brillo que emitieron dos espadas al cortar algo.
Segundos después, el caballero fantasmal estaba inmóvil, aún con la espada alzada, mientras que la figura que acababa de aparecer se hallaba a un par de metros por detrás de este, con sendas espadas en ambas manos en posición horizontal. El caballero se miró por un momento y descubrió que tenía dos marcas alargadas que se cruzaban en su armadura.
Y entonces ocurrió algo insólito: el caballero bajó su arma, la clavó en el suelo y se apoyó momentáneamente en ella. Tras esto, se llevó las manos a la máscara de acero que adornaba su cara y se la quitó, descubriendo el rostro demacrado y pálido de un hombre de edad comprendida entre los treinta y muchos, de cortos cabellos castaños con perilla y barba de tres días y cuyos ojos, oscuros y sin brillo, mostraban cierto tinte de agradecimiento, al igual que la sonrisa que le dedicó al espadachín al volverse.
- Por fin – murmuró – he sido derrotado en combate honroso... Ahora
puedo descansar en paz.......
Y tras decir esas palabras, su figura se hizo cada vez más trasparente hasta que al final se disolvió, convirtiéndose en un fantasma y volando en dirección a los cielos. Simultáneamente su corcel emitió un último relincho, antes de convertirse en huesos, que se trasformaron al instante en polvo y desapareció con la brisa.
Hasta entonces, Reena había permanecido con los brazos cruzados frente a sí y los ojos herméticamente cerrados. Al desaparecer el caballero fantasmal, los abrió y contempló la figura de su salvador, que aún permanecía en la misma pose de antes, con sus rubios cabellos largos ondeando con la brisa.
- ¡GAUDY! – exclamó al reconocerle. En cuanto echó a correr hacia él,
el espadachín se desplomó semiagotado, manteniendo el apoyo a duras
penas gracias a las dos espadas que portaba - ¡Gaudy! ¿Estás bien?
- Sí, yo...... estoy bien, Reena....... - jadeó el rubio, mirando sonriente a
su mujer – Un poco agotado, eso sí....... he tenido que abrirme paso entre
los demonios y...... no ha sido fácil......
Mientras la hechicera le aplicaba un hechizo curativo para sanar sus heridas, se fijó en las dos espadas que él llevaba; una de ellas la conocía, ya que era la que llevaba Gaudy desde hacía muchos años....... sin embargo, la otra...... estaba claro que no era la de Gaudy, pero se le hacía familiar a pesar de todo.......
Y entonces calló en la cuenta.
- ¡Gaudy! Esa espada...... es de Léon, ¿verdad? – el espadachín asintió,
con el rostro ensombrecido – Pero entonces...... ¡eso significa que Léon
está......!
El rubio espadachín no dijo nada; agachó la cabeza, con gesto dolido, sus hermosos ojos azulados ocultos en las sombras que formaban su flequillo. Su mujer se llevó una mano a la boca compungida y luego rodeó con sus brazos a Gaudy y lo abrazó fuertemente, mientras unas lágrimas de dolor se derramaban por sus mejillas.
Y la misma reacción manifestaron Mina y sus compañeros. Al fin y al cabo, aunque lo habían conocido hacía más bien poco, habían empezado a sentir simpatía por aquel espadachín, a ratos serio y severo, a ratos bromista y socarrón, que había sido su compañero de armas en aquella batalla. Su pérdida era tan sólo una muestra de lo cercano que podía resultar el horror de las guerras y las batallas......
En esas estaban cuando de pronto vieron aparecer a Zelgadis y a Amelia, caminando hacia ello y cargando entre ambos a uno de los sacerdotes de Sailon.
- ¡Reena! – llamó Zelgadis con tono preocupado - ¿Reena, estás bien?
- ¡Reena-san! ¡Hay un tipo muy extraño que te busca y.......! – empezó a
explicar Amelia, pero fue interrumpida por la hechicera -.
- Lo sé, Amelia, lo sé...... - dijo – Gaudy acaba de ponerlo fuera de
circulación, no te preocupes, estoy bien, todos estamos bien ¿verdad,
chicos? – interrogó a los que estaban allí -.
- Sí, estoy bien. – respondió Ileana, que era sostenida por su
compañero Kronck – Jodida, eso sí – matizó con sorna – pero estoy
bien......
- ¿Y tú, Val?
- No es grave – respondió el dragón antiguo reincorporándose gracias a
Mina– Sólo han sido unos rasguños, eso es todo......
- ¿Andracis?
- Sí, no se preocupe, Srta. Reena, yo estoy bien...... – dijo el joven
hechicero levantándose a su vez – Pero...... ¿Qué era eso que la ha
atacado? Parecía un fantasma o algo así.......
- No creo, demasiado corpóreo para ser un espectro....... - meditó Val –
Aunque hay algo que me intriga: ¿os acordáis de lo que le dijo a Andy
mientras estaba en el suelo?
- Sí, creo que fue algo así como: "Tú no puedes liberarme......." –
recordó Reena – Y también recuerdo que dijo algo sobre que Garrusherra
le había dado poder....... Tal vez su alma fuera esclavo de Dynast.......
- Entonces...... ¿Sería un Soul Reaper, no? – interrogó Mina -.
- O un zombi...... - señaló Valteria -.
- Ni una cosa ni la otra. – dijo de pronto una voz, haciendo que todos
dirigieran sus cabezas hacia el lugar donde la habían oído -.
Levitando en el cielo apareció entonces la figura de un personaje bien conocido.
- ¡Xellos! – exclamó Reena visiblemente fastidiada - ¡¿Dónde te habías
metido todo este rato, demonio de pacotilla?! ¿¿No eras tú el que iba
a encargarse de proteger a los hechiceros??
- ¡Ah, yo no he dicho eso, querida Reena! – negó el demonio levitando
hacia abajo hasta que sus pies tocaron el suelo – Yo simplemente te
dije que iba a comprobar lo que pasaba....... en ningún momento dije que
iba a intervenir...... - concluyó guiñando un ojo -.
- Ya....... muy típico de ti, Xellos...... - murmuró Zelgadis con fastidio -.
- ¿Qué has querido decir con que ni una cosa ni la otra? – interrog
Val, retomando la conversación anterior -.
- Reena – dijo el demonio dirigiéndose a la hechicera - ¿Recuerdas el
asunto de Halsiphorm el Blanco?
- Cómo olvidarlo...... - comentó Reena apesadumbrada – Halsiphorm pact
con un mazoku, con Seygram, a cambio de que le concediera la vida
eterna...... Pero...... ¿es que acaso ese hombre también ha hecho un pacto con
Garrusherra?
- Algo parecido. – explicó Xellos – Los Caballeros Errantes (que as
es como se llama aquello con lo que os acabáis de enfrentar) son
guerreros humanos que de alguna u otra forma murieron sin honor en el
combate...... Ya se sabe lo que ocurre con los caballeros, su código del
honor y todo eso......
- Sí, lo sabemos, ve al grano. – le cortó Val -.
- En fin, el caso es que en algunas ocasiones – continuó Xellos –
ocurre que al sentirse morir, esos guerreros que mueren sin honor
llaman a algún demonio para que les conceda la oportunidad de
redimirse...... El Caballero Errante entonces queda como esclavo del
demonio con el que ha pactado y la única forma que tienen de liberarse
de ese pacto es siendo derrotados en justo combate con un rival de su
talla.......
- Ya lo entiendo. – murmuró el dragón antiguo – Ni Andy ni yo
estábamos a su altura, por eso le dijo aquello.......
- ...... En cambio Papá acabó con él en un santiamén. – concluyó Mina
golpeando su puño contra la mano contraria - ¡Y con eso consigui
liberar su alma!
- ¡¡Gñññ!! ¡¿Todo eso lo sabías y no me advertiste de nadaaaa?! –
gruñó Reena revolviéndose el pelo nerviosa, tratando de aguantarse las
ganas de asesinar a Xellos -.
- ¡Venga, Reena, no te pongas así! – dijo el demonio poniendo su
típica carita de inocentón – Después de todo os las habéis apañado sin
mí, no hacía falta que......
Pero Xellos no continuó; de pronto se calló y miró extrañado al horizonte que se extendía frente a sí. Tras unos minutos de inspección, abrió sus ojos amatistas y frunció el ceño muy serio.
- Xellos ¿qué ocurre? – interrogó Reena, mirando al demonio con
preocupación -.
El General tardó un buen rato en responder.
- Ahí viene.
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A varios kilómetros de allí, en el pueblo de Darien, una mujer rubia y de ojos azules, con vestido de sacerdotisa en el que se entremezclaban el rosa y el blanco, estaba limpiando unos jarrones de porcelana para exponerlos en el escaparate de su tienda cuando, de pronto, dirigió su vista hacia el exterior, hacia el cielo que se veía a través del cristal del mismo escaparate.
En cuestión de lo que a Filia le habían parecido segundos, el cielo se había encapotado y cubierto de nubes grises de tormenta. La exsacerdotisa de Vravazard se quedó mirando a aquellas nubes con una congoja en el corazón; tenía un muy mal presentimiento.......
- Jefa...... ¡Eh, jefa! – le llamó Jiras, sacándola de sus pensamientos -
¡Jefa, hay que cerrar las contraventanas, parece que va a haber
tormenta y de las gordas!
- Euh...... ¡Sí, vale ahora voy! – afirmó la dragona con la cabeza al
tiempo que salía tras su ayudante -.
Sin embargo, aún después de haber asegurado las contraventanas y de haberse atrincherado en casa, la sensación de que algo muy malo estaba a punto de pasar no se iba......
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Cuando Mina y sus camaradas dirigieron su vista hacia el cráter humeante en el cual antes se levantaba el fuerte, donde Xellos tenía clavados sus ojos, constataron que no se equivocaba.
Avanzando lentamente entre los escombros, los cadáveres y las llamas, con la casaca llena de sangre, Sherra Garrusherra mantenía su mirada fría y vacía en su rival. En su mano derecha portaba la espada de luz y en el rostro una media sonrisa que casi rozaba el sadismo y la locura.
Uno de los soldados de las tropas demoníacas, concretamente un orco, huía despavorido de la batalla cuando, sin previo aviso y sin apartar la mirada de Xellos, Sherra alzó su arma y arremetió con ella hacia el desertor, partiéndolo por la mitad de la cabeza hasta los pies. Igualmente un soldado del Ejército de Liberación, que sin pensarlo intentó atacarla de frente, se vio con la hoja de luz atravesando su abdomen a los pocos segundos. Ni siquiera aquellos que estaban agonizantes en el suelo y se arrastraban a duras penas se libraron del acero de la General de Garrusherra, quien parecía poseída por una sed de sangre tal que era imposible de aplacar.
El ver la clase de fin para la cual la Espada de luz estaba siendo usada, hizo que a Gaudy le hirviera la sangre. A duras penas si logró contenerse de ir a darle a Sherra su merecido, pero la mano de Reena sobre su hombro y su propia conciencia le retuvo. Al fin y al cabo, Gaudy sabía perfectamente que a Sherra sólo la podría tocar Xellos. Nadie más, ni siquiera él, tenía derecho a luchar contra ella.
Aquello fue exactamente lo que recordó Xellos a sus tropas supervivientes.
- No os mováis. – les dijo – Ella es mía......
Tras estas palabras, Xellos avanzó hacia Sherra, mientras Mina y los demás le seguían con la mirada.
Llegó un momento en que ambos generales se encontraron cara a cara, a duras penas separados por un par de metros. El viento gélido sopló sobre aquel vacío que los separaba, como augurando lo que todos sabían que pasaría.
Uno de los dos no saldría con vida de aquel enfrentamiento.
Tras mirarse unos minutos de esa guisa, empezaron a caminar describiendo un círculo, sin acercarse el uno a la otra, pero ambos estudiando detenidamente los movimientos del contrario. La gente de los alrededores, temerosos de lo que esos dos podrían hacerles si se acercaban demasiado, les dejaron espacio más que suficiente, de manera que el círculo fue haciéndose cada vez más y más grande.
- Por fin volvemos a enfrentarnos, Xellos-san. – fue Sherra la primera
en romper el hielo -.
- Así es. – corroboró el demonio – Aunque no creo que esta vez sea muy
diferente de la última......
- Je...... Pues yo más bien creo que será todo lo contrario, Xellos-san......
esta vez seré yo quien cambie las tornas.
La gente contuvo la respiración al ver que se detenían momentáneamente, y volvieron a respirar aliviados al ver que simplemente estaban cambiando de sentido.
- Pareces muy segura de que vas a ganar. – señaló Xellos.
- Es que voy a ganar. – declaró Sherra con una sonrisa confidente.
- ¿Y que te hace pensar eso?
- Dos cosas: Una; que tu poder se ha visto considerablemente reducido
desde que tu señora te retiró su protección, tal y como constaté en
nuestro enfrentamiento en el bosque. Y dos; el hecho de que en estos
años mi poder se haya visto aumentado......
- Hum...... Lo que me recuerda....... - murmuró Xellos – Sherra...... tu
recuperación tras tu enfrentamiento con Reena fue un tanto...... demasiado
rápido ¿no te parece?
Volvieron a detenerse y esta vez no hubo un cambio en la dirección del movimiento. En cambio, ambos cruzaron sus miradas durante largo tiempo, antes de que Sherra volviera a hablar:
- ¿Porqué lo preguntas? – interrogó enarcando una ceja no sin cierta
curiosidad.
- Es antinatural. – respondió Xellos con una sonrisa, como si
estuviera seguro de que lo que diría a continuación iba a ser la
verdad – Tal y como te dejó Reena, te dábamos prácticamente por muerta
y sin embargo volvimos a oír hablar de ti a duras penas unos meses
después del asunto de Gairia...... por el contrario, Grau y Groo hace
demasiado que no abren boca...... Con lo molestos que son, me extrañaba
bastante que no se hicieran notar de algún modo...... Y además está lo que
ocurrió en el lago...... los Soul Reapers que enviaste tras nuestros
pasos......
Un flash pasó de pronto por el cerebro de Mina. Recordó a los Soul Reapers, la familiaridad con la que Xellos les trató durante su enfrentamiento con ellos...... Empezaba a ver adónde quería ir a parar el demonio.
Y a juzgar por las miradas de Andracis y Valteria, ellos también debían haber llegado a la misma conclusión que ella.
- Corrígeme si me equivoco, pero...... - concluyó Xellos aumentando su
sonrisa y con un brillo de victoria en sus ojos amatistas – Esos Soul
Reapers eran Grau y Groo ¿verdad?
La general del Señor de los Hielos acentuó su sonrisa cínica.
- Eran una molestia...... - dijo como respuesta – Después de la guerra de
Kouma se atribuyeron el éxito de campañas en las que ni tan siquiera
participaron...... Además – añadió – sabían demasiado......
(flashback)
- Vaya, vaya, Sherra...... Menuda escabechina que has montado aquí......
La cueva excavada en el hielo en la que Sherra se había refugiado estaba llena de desconchones producidos por el lanzamiento fallido de hechizos. En el suelo podían verse perfectamente los fragmentos de un arco, un tridente, un hacha y una lanza, las cuatro armas reducidas a poco menos que astillas, así como también el cadáver todavía sanguinolento de un hombre de tez y pelo rosados, con los cabellos peinados hacia arriba, ojos rojos que parecían mirar a los nuevos llegados, aunque por su brillo opaco se hacía evidente que eran ojos vacíos y sin vida.
Y de espaldas a ellos, jadeando y con una espada sin vaina en las manos, estaba Sherra.
- Grau...... Groo...... ¿A qué habéis venido? – preguntó sin volverse a la
pareja que acababa de llegar -.
El que había hablado antes, un demonio con ropas sacerdotales, de largos cabellos oscuros y mirada gélida, sonrió antes de responderle:
- Oh, a nada...... Tan sólo pasábamos por aquí.......
- ¡Y mira tu por dónde, te encontramos por casualidad! – añadió el
otro componente de la pareja, una demonia de aspecto más juvenil y
cabellos azul oscuro recogidos en un intrincado peinado a base de
trenzas – Aunque...... lo cierto es que no esperábamos encontrar aquí las
famosas armas de Dabraagnigudú.......
Sherra no dijo nada y se mantuvo en la misma posición de antes.
- Es un hallazgo demasiado valioso para que nuestro señor no lo sepa
¿no te parece, Sherra? – volvió a hablar el demonio de cabellos
oscuros, mirando con complicidad a su compañera – Seguro que le
placerá muchísimo......
- Lo malo es que tan sólo la Gorn Nova sigue entera...... - añadió la
sacerdotisa de Garrusherra haciendo un mohín - ¡Pero bueno, si se la
llevamos entre todos, nos recompensará de todas maneras!
- ¡Excelente idea, Groo! – aprobó su compañero guiñándole un ojo –
Bueno, Sherra, ya puedes darme el arma, yo la llevaré ante nuestro
señor......
- No.
La tajante respuesta de la general descompuso un poco al sacerdote.
- ¿Cómo...... dices? – murmuró tratando de contenerse - ¿Te atreves a
discutirme?
- Desde luego que sí. – afirmó Sherra girándose por fin a ellos y
descubriendo un rostro en parte manchado de sangre y con los ojos
verdes demoníacos mirándoles fijamente – No pienso obedecer las
órdenes de un papanatas como tú.
- ¡¿Te estás revelando contra nuestro señor Dynast?! – exclamó Groo
enfurecida -.
- No, no, para nada...... - dijo la general con aparente tranquilidad – La
Gorn Nova será un regalo para nuestro señor, de eso no te quepa duda,
querida...... - y añadió señalando a Grau con el mango sin vaina de la
espada de Luz – Aunque seré yo y no tú quien la lleve ante él...... as
quizás incluso me la dé como muestra de gratitud...... ¡Lo que no pienso
hacer es compartir otra vez la gloria con vosotros, pandilla de
comadrejas que se aprovechan del éxito ajeno para hacerlo suyo!
- ¡¡Maldita......!! – rugió Grau lanzándose contra ella, hasta que de
pronto un haz de luz azulada pasó ante sus ojos y le interrumpió -.
Sherra le miraba con una sonrisa satisfecha y hambrienta en el rostro.
- No te preocupes, Grau-san...... tendrás parte del protagonismo, como
siempre...... - dijo ella – Contaré a nuestro señor Dynast cómo nos
enfrentamos en feroz batalla contra el ser venido de otro mundo a fin
de recuperar las armas de Estrella Oscura...... también diré cómo
desafortunadamente la mayoría de las armas se perdieron y...... - la
demonia acentuó más su sonrisa – cómo tú, mi buen amigo Grau, moriste
trágicamente en el combate......
Al decir esto último, el cuerpo de Grau se disolvió para siempre en una nube de espeso humo negruzco, no sin antes partirse por la mitad debido a la acción de la Gorn Nova. Groo, de tan traumatizada que estaba al haber presenciado cómo su camarada era asesinado a sangre fría, no pudo siquiera chillar ni moverse de dónde estaba.
- Tranquila, mi querida Groo, no tienes que ponerte tan triste... - dijo
Sherra dirigiéndose a ella con ojos poseídos - ¡Pronto te unirás a él!
Segundos después, la general se lanzaba sobre ella como un rayo.
Y después, la nada......
- A partir de ahora, me serviréis fielmente...... Haréis lo que yo os
ordene y si me obedecéis como es debido, os ayudaré a regresar a
vuestro ser...... ¿Ha quedado claro?
Las dos figuras fantasmales, cubiertas de pies a cabeza por sendas túnicas oscuras hicieron una reverencia respetuosa al tiempo.
- Sí, ama. – dijeron al unísono -.
La general de Dynast Garrusherra no pudo hacer menos que sonreír con gran satisfacción.
(fin del flashback)
- De modo que les destruiste...... y aprovechando la desorientación de sus
almas, les hiciste tus esclavos convirtiéndoles en Soul Reapers...... -
dedujo Xellos tras el relato.
- Más que eso. – añadió ella con satisfacción en el rostro – Tras
destruir sus cuerpos descubrí algo bastante interesante: supongo que
sabrás que, para crearon a nosotros, los generales y sacerdotes, los
Dark Lords tuvieron que delegar una parte de sus esencias...... Mi señor
repartió su esencia en cuatro sirvientes: dos generales, uno de los
cuales, mi compañero, fue eliminado durante la guerra de Kouma, y dos
sacerdotes, que son...... bueno, eran, Grau y Groo......
- ......Sin embargo, mi señora delegó toda esa esencia a crear a un único
servidor: yo – continuó Xellos – De esa manera logró crear a un
sirviente que tuviera el poder de un general y un sacerdote.......
- Exactamente...... Eso hacía que los cuatro sirvientes de mi señor
Garrusherra fuéramos considerablemente más débiles que tú...... al menos
individualmente...... Pero – añadió Sherra mientras sus ojos adquirían un
brillo especial – algo que pocos demonios saben es que, cuando uno de
los sirvientes de un Dark Lord es destruido, su esencia no va a parar
por completo al Caos; una parte de esa esencia es...... digamos
"reciclada" y pasa a formar parte de la esencia del sirviente o
sirvientes que quedan...... Dicho de manera más sencilla, el poder que un
Dark Lord delega en la creación de uno de sus sirvientes se reparte de
forma equitativa entre los supervivientes cuando muere......
Xellos frunció el ceño de pronto al oír eso último.
- No sólo usaste sus almas...... ¡También aprovechaste su esencia para
hacerte más fuerte! – exclamó tras darse cuenta de lo que Sherra había
hecho -.
- ¡JAJAJAJAJA! ¡Bravo, has dado en el blanco! – aplaudió la general
con ironía – Ya ves, al final esos dos imbéciles sirvieron para algo
de utilidad...... ¡Una suerte, teniendo en cuenta de lo poco que le
sirvieron a mi señor en vida! ¡JAJAJAJAJAJA......!
Mina no podía creer lo que oía: ¡Sherra se había cargado a sus compañeros con el único propósito de absorber su poder! Aquella demonia era mucho más cruel de lo que pensaba en un principio.......
Reena por el contrario no estaba nada extrañada. Ahora se explicaba el que Sherra hubiera vuelto a la vida tan pronto...... Definitivamente aquella era una acción muy propia de un demonio como ella......
En esas estaban pensando todos, cuando de pronto algo cruzó a toda velocidad por su lado, directamente hacia Sherra.
Cuando aquel algo ralentizó su velocidad, se encontraron con estupor y espanto a un Shadow de rostro deformado por una furia sin límite, que conjuraba un hechizo mientras gritaba:
- ¡MALDITAAAA! ¡MATASTE A MI PADRE! ¡¡NO TE LO PIENSO PERDONA...!!
Las palabras de Shadow fueron cortadas de golpe...... casi al mismo tiempo que su brazo fue cortado de cuajo por la hoja de la Espada de Luz, que Sherra había blandido de nuevo, sin necesidad de girarse para ver la posición de su enemigo. Cuando el hechicero mestizo aún se estaba chillando de dolor por su brazo amputado, la general de Garrusherra se giró con rapidez con la espada en alto. El tiempo pareció detenerse un segundo, antes de que un brillante haz de luz atravesase diagonalmente de abajo a arriba a Shadow. Y al segundo siguiente, el cuerpo de Shadow se separaba en dos mitades.
El hechicero ni tan siquiera había tenido tiempo de enterarse de que se moría.
Mina, Andracis, Val y todos los que estaban alrededor contemplaron cómo el cuerpo ahora sin vida del que fue su compañero de batalla caía con un ruido sordo, las vísceras entremezclándose con la túnica rasgada y la sangre.
- ¡Shadow! – exclamó Zelgadis con horror.
- ¡SHADOW-SAN! – gritó Amelia a su vez con los ojos encogidos por el
miedo y llenos de lágrimas; aquel hombre hacía escasos minutos que
había salvado su vida y ni tan siquiera había podido darle las gracias
por ello...... -.
Cuando los demás aún no habían acabado de asimilar la forma tan violenta en que Shadow había muerto, Sherra realizó su siguiente movimiento.
Giró lentamente su rostro hasta clavar sus ojos verdes en los amatistas de su rival, ojos verdes que de nuevo parecían poseídos por las ansias de matar...... aquella sensación se veía acentuada por la sonrisa sádica que también dedicó a Xellos, segundos antes de desaparecer del campo de visión.
Aquello pareció ser como una señal para Xellos, porque entonces se puso rápidamente en posición defensiva, con el báculo frente a sí en posición horizontal, consiguiendo de ese modo parar la Espada de Luz que Sherra enarbolaba. La energía de la hoja de luz y la del aura del demonio parecieron batirse durante un rato, entremezclándose en ondas que parecían bailar sobre los dos contrincantes.
Desafortunadamente, las fuerzas a Xellos le fallaban y se notaba que tenía que hacer un esfuerzo suplementario para mantener su aura a la altura del poder desprendido por el arma de Luz.
- Tal y como has dicho, Xellos-san – dijo ella mientras aún estaban
forcejeando – absorbí el poder de Grau y Gro para hacerme más poderosa
a mi vez...... Pero para unas criaturas como nosotros, los demonios, el
poder es como una droga: cuanto más tienes, más quieres tener...... y aún
luego de obtener más poder, siempre resulta insuficiente para aplacar
tus ansias...... Es como un círculo vicioso que nunca se acaba... la única
forma de librarme es usando ese poder para acabar con todo lo que
existe y que regrese al caos......
- Ya veo...... y para que eso sea posible, necesitas una fuente mucho
mayor de poder...... - concluyó Xellos – Bien, pues no lo harás...... ¡NO A
COSTA DE MI HIJA! – declaró abriendo sus ojos de par en par....... ojos
que rivalizaban en furia con los de su enemiga...... -.
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Mientras en Darien, el cielo estaba totalmente cubierto de nubes grises y oscuras, entre las que de tanto en cuanto aparecía el resplandor producido por los rayos. El viento se había levantado y agitaba convulsivamente el cartel de la tienda de jarrones de Filia.
Dentro de la casa, la dragona dirigía miradas preocupadas hacia el techo, como si esperara ver a través de él el cielo que no auguraba nada bueno. Su sensación de que algo malo estaba a punto de pasar no solo no se iba, sino que se acentuaba conforme pasaba el tiempo......
- Jefa ¿se encuentra bien?
- ¿Qué? ¡Ah! – la pregunta de su ayudante Jiras le había sacado de su
ensimismamiento - No, no, estoy bien, de verdad......
- Pues...... A mí me parece que le pasa algo...... - puntualizó Jiras - ¿Le
preocupa algo, Jefa?
- Euh...... Iré a limpiar los jarrones de los estantes, parece que tienen
mucho polvo...... - dijo la dragona evitando la pregunta -.
Jiras no insistió y se marchó de la habitación camino de la cocina, dejando a Filia en su afanosa tarea. La dragona dorada limpiaba los jarrones casi convulsivamente, esperando que con eso también limpiara su mente de malos pensamientos......
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La lucha entre Xellos y Sherra estaba en su punto más álgido. Constantemente ambos demonios se trasladaban al plano astral y regresaban de nuevo al físico, apareciéndose y desapareciendo sin cesar, esperando con eso despistar o herir al contrincante. Sin embargo aquella pelea, que en condiciones normales habría quedado en tablas o le habría dado a Xellos las de ganar, estaba dejando al demonio exhausto. A Mina, que lo presenciaba todo junto a sus compañeros desde una distancia prudencial, se le antojaba que su aura era cada vez más pequeña e irregular.
Además, ahora habían llegado a un momento en que ambos demonios estaban frente a frente, cada uno con sus respectivas armas enfrente de sí mismos y mientras que en el rostro generalmente impasible de Xellos se podía claramente distinguir una expresión de cansancio mientras jadeaba, la expresión de Sherra denotaba una gran satisfacción.
Todo esto lo contemplaba Índiga desde las alturas. La chiquilla sentía que su padre estaba ya muy debilitado. Cualquier paso en falso por su parte podría hacer que......
De pronto, Sherra desapareció de la vista, pillando por sorpresa a Xellos, quien se puso a mirar alarmado a su alrededor y a duras penas tuvo tiempo de esquivar un rayo de energía negra que le atacó por la espalda y le alcanzó en el brazo derecho. El demonio no pudo reprimir un grito, pero a pesar de ello tuvo la sangre fría suficiente como para aguantar el agudo dolor que ahora sentía en su miembro medio desgarrado y parar con su báculo la espada de Luz que Sherra enarbolaba.
Índiga ya no quiso esperar más. ¡Tenía que hacer algo!
- ¡Voy a ayudarle! – dijo al tiempo que se disponía a volar hacia
ellos, pero unas alas le cortaron el paso -.
- ¡No! ¡Ni se te ocurra! – Milgazia se negó a dejarla marchar - ¡Ya
has visto lo que Sherra ha hecho con algunos de los nuestros, es
demasiado arriesgado!
- ¡Pero...... Milgazia-sama.......!
- ¡No vale la pena arriesgarse y menos por él!
- ¡DÉJEME, USTED NO LO ENTIENDE! ¡¡TENGO QUE AYUDARLE!!
- ¡ÍNDIGA!
Pero todo intento de Milgazia por retenerla fue inútil; la dragoncita le lanzó su aliento de fuego directamente a la cara y aprovechó aquella distracción para volar hacia donde Xellos y Sherra se batían en aquel momento.
Xellos contempló, entre sorprendido y temeroso como su hija se aproximaba a velocidad impresionante. Para su desgracia, él no fue el único que se percató de aquello...... Sherra también la vio, desde el rabillo del ojo y luego le miró a él con una media sonrisa......
Que Sherra le mirara de aquella forma no podía augurar nada bueno.
- Hum...... interesante...... la hija pródiga viene a salvar a su papaíto en
dificultades...... - murmuró la demonia al tiempo que quitaba una de sus
manos de la guarda de la espada y, dirigiéndola en dirección a la
dragoncita, empezó a conjurar un hechizo – Es algo muy valiente por su
parte...... pero también estúpido......
- ¡¡ÍNDIGA......!! – gritó Xellos tratando de detener a su hija... cuando de
repente él mismo se detuvo en seco -.
La pequeña dragoncita incluso había detenido su avance y se mantuvo en el aire, contemplando la escena con los ojos desorbitados. La misma cara de sorpresa desagradable que se veía en los rostros de los demás.
Las pupilas amatistas de Xellos también habían encogido, al verse sorprendido por el nuevo ataque de Sherra. Había sido rápido y eficaz. Su enemiga sonreía con cierto toque sádico, sus ojos verdes demoníacos ocultos entre su flequillo.
La vaina de luz de la Gorn Nova atravesaba ahora el pecho de Xellos Mettalium, sobresaliendo por su espalda. De sus labios emanó lentamente un hilo de sangre negruzca, mientras levantaba la vista hacia su rival, quien ahora le tenía a su merced.
- Je, je, je...... Qué fácil ha sido engañarte, Xellos-san...... - murmur
Sherra a su oído, mientras hundía aún más el filo de la espada en la
carne del demonio – Tal y como sospechaba; los años y la paternidad te
han vuelto débil...... y previsible......
- Tú...... - trató de articular Xellos, pero la sangre que escapó a
borbotones de su boca le impidió seguir hablando -.
- Y no es el único error que has cometido, Xellos-san...... - continuó la
demonia, ahora por fin mostrando sus ojos vacíos para mirar cara a
cara a su agonizante rival – Porque verás: hace ya un tiempo que mi
objetivo no es tu hija...... sino tú.
Y tras decir esto último, Sherra empujó el cuerpo de Xellos sacando el filo de la espada y haciendo que éste empezara a caer hacia atrás, lentamente y con agonía, los ojos amatistas todavía abiertos de par en par, pero también, a medida que se acercaba al suelo, perdiendo brillo.
Y a Xellos Mettalium, la vida se le escapaba a la par que el brillo de sus ojos.
Cayó finalmente al suelo, su cuerpo empezando a desvanecerse como hilillos de humo negro, y su mano derecha que había perdido fuerza, soltó el báculo, que cayó casi al tiempo que su dueño, con un sonido sordo.
A Mina, Andracis, Valteria e Índiga, se les paró el corazón justo en ese instante.
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Y a kilómetros de allí, una mujer rubia que limpiaba un jarrón, abrió los ojos inconmensurablemente al sentir como un pinchazo que atravesaba su alma.
Soltó el jarrón y éste se hizo añicos en el suelo.
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- ¡PAPÁ, NOOOOOOO!
Unos grandes lagrimones escaparon de los ojos amatistas de la dragoncita, mientras contemplaba impotente cómo su padre caía inconsciente al suelo y cómo Sherra, al ver que su rival ya no podía reaccionar, alzaba la Espada de Luz una vez más para asestar el golpe final, cuando de pronto.......
- ¡¡LLAMA ELMEKIA!!
Sendas llamas Elmekia dieron a Sherra de pleno, haciendo que ésta, con un grito de dolor, escapara al plano astral. Sus invocadores, que no eran otros que Mina y Andracis, al ver la vía despejada, fueron adonde Xellos yacía, más muerto que vivo. Val se les unió y al llegar donde estaba Xellos, apoyó la cabeza de éste en su regazo y, poniendo sus manos sobre su frente, se concentró un momento.
- Está muy mal...... - sentenció el dragón antiguo entre serio y
preocupado – Su energía desciende a niveles alarmantes......
- ¡Hay que darse prisa, entonces! – dijo Mina con determinación,
empezando a conjurara un hechizo curativo...... -.
Sin embargo, antes de que la bola blanca llegara a un tamaño adecuado, una mano agarró su muñeca en un ademán de detenerla.
La hechicera se sorprendió sobremanera al descubrir que el que la había detenido no era otro que el mismo Xellos, quien la miraba con ojos vidriosos y cansados.
- Déjalo...... no malgastes energías...... - le dijo con voz entrecortada –
Es...... una herida...... mortal......
- Y además – intervino otra voz, que resultó ser la de su madre – si
haces eso, el remedio puede ser peor que la enfermedad...... Los demonios
son seres de pura oscuridad...... y en su estado actual un hechizo de
magia blanca sólo le provocaría más sufrimiento del necesario......
Mina sabía que su madre tenía razón...... la luz y la oscuridad se repelían mutuamente...... aplicar un hechizo de magia blanca en un demonio iba "contra natura"...... pero...... ¿es que acaso entonces no podía hacer nada por salvarle?
Por primera vez en su vida, Mina se sintió inútil.
Inútil e impotente.
- ¡PAPÁ! ¡PAPÁAAAA!
Y aún se sintió peor cuando Índiga, que había llegado hasta ellos ya en su forma humana, se lanzó llorando a lágrima viva sobre el cuerpo moribundo de su padre.
- ¡Papá.......! – las lágrimas ahogaban a la dragoncita y el nudo que se
le había formado en la garganta le impedía hablar bien - ¡Lo siento,
yo.......! ¡Es culpa mía......!
- No es verdad, Índiga, tú no...... - intervino Andracis tratando de
consolarla -.
- ¡SÍ, SÍ LO ES! – exclamó llorando con más fuerza - ¡Fue mi culpa que
papá se distrajera, fue por mi culpa que ha pasado todo esto, que
Sailon fuera destruida, que hayamos acabado en esta guerra......! ¡TODO
HABRÍA SIDO DIFERENTE SI YO NO EXISTIERA!
El llanto de la semi-dragona se interrumpió cuando la temblorosa mano de Xellos le acarició los cabellos índigos con ternura. La pequeña miró a su padre, con ojos tristes, empapados en lágrimas.
La sonrisa que Xellos exhibía era cándida, con cierto toque nostálgico.
- Eres igual que tu madre...... siempre cargando con la responsabilidad de
todo...... - murmuró - ¿No lo entiendes?...... Tarde o temprano habría tenido
que pasar...... era mi destino...... tú no has desencadenado nada...... a lo sumo,
has adelantado lo que era inevitable.......
- Xellos...... - Valteria, desolado no supo qué decir -.
- No me queda mucho tiempo...... - dijo el demonio al ver que su cuerpo
seguía disolviéndose en el aire y le había alcanzado el pecho –
Reena......
- Lo sé. – afirmó la hechicera con seriedad – Me encargaré de los
muchachos. – añadió mirando de soslayo los soldados del ejército de
liberación, entre los que se encontraban también Gaudy, Zel y Amelia,
mirando aquella escena con congoja -.
- Lamento haberos hecho tanto la puñeta en el pasado...... - añadió el
demonio riendo débilmente – No digo que me perdones, porque sé que no
lo harás......
- ......Y no te perdono. – replicó Reena de nuevo con una sonrisa cargada
de tristeza – Pero entiendo que actuabas empujado por las
circunstancias...... no tienes que disculparte de nada......
- ¡Xellos......! – exclamó horrorizada Mina al ver que el cuerpo de Xellos
había desaparecido casi por completo, quedando sólo la parte del
cuello para arriba y la mano que seguía acariciando la mejilla y el
pelo de Índiga -.
- Se nos va...... - murmuró Val con pesar -.
- Índiga....... – la pequeña levantó la cabeza al oír la voz de su padre –
Quiero que me hagas un último favor...... mi última voluntad...... Vuelve a
casa....... y dile a tu madre....... que...... la quiero......
Y con aquellas últimas palabras, Xellos Mettalium abandonó el mundo definitivamente, la mano que tocaba a su hija disolviéndose con la brisa, mientras la esfera roja de su báculo perdía para siempre su brillo.
Continuará... en el Capítulo 11.
˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜˚˜
Notas de Amber: ;;...... No sabéis lo que me ha costado escribir esta última escena....... Bueno, en general el capítulo ha sido costoso, principalmente porque era la parte que tenía menos preparada...... La inmensa mayoría de lo escrito, se me ocurrió sobre la marcha, contrariamente a lo que es habitual en mí, que según mi hermana, lo tengo todo planeado milímetro a milímetro (y es cierto, para qué negarlo :P....... aunque me permito improvisar de vez en cuando......)
Se acerca cada vez más el final....... ahora que Xellos se ha ido...... ¿qué ocurrirá con la Batalla de Sailon? ¿Qué harán nuestros amigos? ¿Será Sherra por fin derrotada? (¿Dejaré de dar el coñazo con preguntas estúpidas que sólo sirven de relleno? ¬¬ XDDDDDD) Muy pronto (léase también cuando tenga tiempo U) lo sabréis...... Pero antes, vayamos con las aclaratorias:
"Living Mail" significa literalmente "Armadura viviente"...... y con esto creo que ya no se necesitan más aclaraciones, ne? XD
Lo que Xellos menciona son los sucesos de la tercera parte de las novelas de Slayers, concretamente la novela que lleva por título El Plan de la Armada de Dynast, en la que Reena derrota a Sherra Garrusherra. (Fuente: Eterno Poder)
Dabraagnigudú es, por así decirlo, en "nombre de pila" de Estrella Oscura (igual que Sabraagnigudú lo es para Ojos de Rubí )
Y no olvidemos a mis reviewers: ZLaS MTALlUm (XDDDD Gaudy simpre tiene que llamar la atención allá donde va XDDD En fin respecto a tu duda... nop, no es lo mismo :P Quizás no me expliqué bien: Índiga tiene a los dragones bajo su mando, como si fuera un comandante, tiene potestad para dirigir a la división draconiana como a ella le parezca, pero eso sí, basándose en las indicaciones que le dé su papi, que para algo es el General ¿Me he explicado mejor ahora?) Maryhttha (Grax, me alegra que te gustara Shadow... aunque el pobre no ha durado mucho que digamos U Respecto a Val, no tendrá un papel muy relevante hasta el siguiente capítulo, cuando publique sabrás de lo que hablo ;)) Rika y Naryu (XDDDDDD No sé, chicas viendo lo "bien" que os lleváis tengo una extraña sensación de dejá vu... XDDD Me alegra que os gustara la aparición de Reena y Gaudy... aunque me temo que desde este capítulo en adelante, las cosas se van a poner muy serias...) y Blossom Inverse (Hey, gracias por reviear! Y no de momento no, PEEEEERO... ya verás, ya XDDDD yo no quiero revelar nada aún...)
Ah y mención especial a Raven, que leyó este capítulo cuando lo mandé a publicar en el Altar de Zeros y me hizo una crítica constructiva que procuraré tener en cuenta (la respuesta a su crítica está publicada en el foro de mangaes... por cierto Raven, me he leído el capítulo que acabas de publicar de "The Sins of the father", te he dejado un review – espero que no se me corte como el primero ¬¬U -)
Para quejas, bla, bla, bla........ almudenmumuyahoo.es
