Les presento a todos mi nuevo fic. También es con los personajes de CCS y, una vez mas, aquí tampoco habrá magia, perdonen las molestias.

Por último, antes de empezar, quiero aclarar que el título de este fic lo saqué de un libro con el mismo nombre, lo recomiendo a todos aquellos a los que les guste la lectura.

(Sigo pensando que FanFiction tiene algunos fallos ultimamente, por favor, hagan como en el resto de los capitulos, paciencia, por favor, si alguien lo prefiere puede agregarme al msn y pedirmelo por allá, besos)


Rebeldes

Capítulo 3.

Sí, lo sabía, aquello no estaba bien… Solo era un favor para Eriol, cierto, pero ahora que había averiguado la habitación… Podría volver atrás y dejar que su amigo acabara el trabajo… Pero la curiosidad mató al gato, o al menos eso dicen… Sin poder resistirse más, Sakura se acercó a la puerta de la habitación. El ruido en la habitación contigua impedía que la joven pudiese captar las palabras que resonaban en el interior de la pequeña estancia. Después de varios minutos intentándolo sin descanso, por fin se dio por vencida. Se dejó caer en la pared y esperó, esperó, esperó… Aquellos minutos se le hacían eternos, parecía cierto que llevase esperando horas… Al fin, pudo sentir como algo dentro de la habitación se movía, tal vez estaban retirando las sillas de los visitantes. Y así fue, la chica Kinomoto se levantó y giró en el primer pasillo que encontró para ocultarse de la vista de Ayaki y de su madre, que, ambas, salían con un rostro sonriente y aliviado, al parecer no sería tan grave aquello que le hubiese pasado. La joven dudó unos momentos antes de entrar en la habitación y, finalmente y armándose de valor, penetró en la pequeña sala. Era muy parecida a la habitación donde se encontraba Eriol. El único cambio, era, tal vez, que las ventanas estaban situadas justo al otro lado de la sala. Sakura observó la habitación cuidado… Las dos camillas, en una, una señora anciana, de unos 60 años que, supuestamente habían operado hace poco, en la otra, una chica, joven, de su misma edad. Sin duda, Rika, si en aquella habitación se encontraba, debía ser la segunda. Se dirigió hacia la joven, la cual se la quedó mirando, posiblemente intentando recordar si había visto antes el rostro de la joven.

No, no me conoces… ¿Te llamas Rika? –la chica asintió desde la camilla- Bien… Mi nombre es Sakura Kinomoto. He venido a preguntar por tu salud de parte de Eriol, Eriol Hiragizawa, supongo que debes conocerlo.

Sí…, lo conozco¿pero como se enteró Eriol de que…?

Él también está en este hospital, yo coincidí con tu madre y tu hermana en la sala de espera… ¿Cómo te encuentras?

Bien… Por suerte no fue nada grave, un par de puntos aquí y allá y cuando terminen de sanar podré estar fuera…

Perdone… -dijo una enfermera de rostro agrio- Usted no puede estar aquí, señorita, los pacientes deben tomar sus alimentos ahora, le agradecería que abandonase la estancia y volviera mañana por la mañana.

Sí, lo siento, solo vine a preguntar… -se disculpó Sakura.

No importa, dile a Eriol que gracias por preocuparse, y gracias a ti también por hacernos este favor a ambos para mantenernos comunicados. Espero verte pronto, Sakura.

Yo también… Recupérate pronto.

Lo haré –respondió la chica con una sonrisa angelical que iluminó su pálido rostro.

Sakura, una vez más, abrió la puerta y salió a paso decidido de la habitación. Todas las visitas ya salían de las habitaciones de sus seres queridos y las salas de espera empezaban a quedar vacías, sólo aquellas personas que pasarían la noche allí, aún andaban por los pasillos.

Bueno… Eriol ya está recuperado, es la hora de salir, y yo he pasado varias noches fuera de casa… Mejor será que hoy vuelva y me pase por aquí en la mañana. pensó la chica de ojos verdes, y así fue como se dirigió al final del pasillo donde se encontraban el ascensor y las escaleras de emergencia. Pulsó el botón del ascensor y esperó algunos segundos, ya no quedaba casi nadie en los pasillos del hospital, sólo las enfermeras a las que les tocaba hacer ronda y utilizaban otro ascensor para el personal, así que la chica bajó sola, hasta la planta baja. Aki se encontraba en la recepción, tenía que pasar por allí por fuerza, así que no le costaría nada pasar a saludarla.

Buenas noches –saludó Sakura.

Buenas noches, Sakura.

¿Te toca hacer la recepción?

Sí, aunque por la noche solo nos turnamos por aquí, puesto que no viene nadie de visita, solo nos quedamos algunos minutos y volvemos a la ronda.

Una noche dura… -comentó Sakura.

Sí, algo cansada, estaré toda la semana con turno de noche, por eso puedo dormir durante el día, como los vampiros –asintió sonriendo.

Bueno, yo ya me tengo que ir, que pases una buena noche durante tu guardia, Aki.

Igualmente, y ten cuidado por el camino.

Sí, muchas gracias –la chica hizo una reverencia y se dirigió a la salida del hospital. Una vez en la calle, miró a ambos lados, no le hacía ninguna gracia tener que caminar sola de noche, así que eligió el camino más corto aunque menos iluminado.

Sigo pensando que venir sola por acá no es buena idea… Tal vez debería coger un taxi… -la chica reaccionó. Oh, vamos¡un taxi! Pero si mi casa está justo a algunas manzanas… No pasará nada…

Mientras Sakura caminaba asustada por la calle intentando convencerse de que todo saldría bien, una sombra apareció en la esquina de la calle.

Solo son sombras, tranquila, ya falta poco para llegar

¡Hey! –una voz masculina sonó a su espalda, se encontraba justo detrás de ella -. ¿Eres de Tomoeda?

S-Sí –tartamudeó la chica.

Bien, preciosa, le preguntaremos a mi líder si realmente eres de aquí, no quiero intrusos en este barrio –concluyó el muchacho sujetándola del hombro.

Yamasaki –llamó una tercera voz.

El primer chico se sobresaltó al reconocer la voz y se dio la vuelta automáticamente para saludar a su líder.

Suelta a la chica –dijo la misteriosa sombra que en ese momento caminaba hacia ellos.

Pero…

He dicho que la sueltes, Yamasaki, no quieras llevarme la contraria.

Muy bien, Li –el muchacho llamado Yamasaki soltó a la chica y le dirigió una mirada asesina mientras se colocaba frente a su líder.

Ahora márchate.

Sí, como ordenéis.

Li esperó unos minutos hasta que el muchacho hubo desaparecido en la oscuridad de la noche.

¿Cómo está Hiragizawa?

Ante la pregunta, Sakura pudo reconocer la voz y, a pesar de la oscuridad que reinaba en el pequeño callejón, también los ojos del chico que se encontraba ante ella, Shaoran Li.

Saldrá mañana.

Bien. ¿Dónde vives?

A dos manzanas de aquí…

Te acompaño a casa.

Pero…

¿No quieres que te acompañe?

No, no es eso.

Pues entonces vamos –finalizó el chico en un tono seco y empezando a caminar.

Yamasaki… ¿También es parte de tu banda?

Eso es cosa que no te incumbe –respondió sin girarse.

Y… ¿Rika¿La chica del hospital?

¿Rika¿Qué sabes de ella?

También se encuentra en el hospital. Pude hablar con ella. Esa chica… ¿Te importa mucho?

No hagas preguntas, sólo camina.

Entonces supongo que fue Naoko la que dejó la banda… -inquirió Sakura con cuidado.

¡He dicho que no hagas preguntas! –gritó el chico enfadado.

Eso de ahora… No era una pregunta, sólo una suposición –dijo la chica con calma. Habían llegado frente a su casa -. Es aquí, gracias por el paseo.

Escucha –dijo el chico mirándola a los ojos por primera vez -. Esto es serio, supongo que ese chismoso de Eriol te habrá contado sobre nuestra banda –la chica asintió -. Bien, estamos enfrentados al grupo vecino, es peligroso, quieren hacernos sufrir pero no pueden con nosotros, estamos demasiado unidos, de todas formas ya han herido a Rika. Si alguien me ve contigo, no dudará en herirte también. Si ves algo sospechoso, quiero que acudas a mi, de todas formas me ves todos los días en el instituto, así que no te será difícil.

Como quieras –respondió la chica sin inmutarse.

Hablo en serio, Kinomoto. Se que si te ven por aquí irán a por ti.

Oh, vamos, no te preocupes, se cuidarme sola.

Promete que me avisarás si notas algo, por muy tonto que sea.

Lo prometo –dijo la chica alargándole el brazo, repitiendo el gesto que hizo en el hospital, la primera vez que se vieron, solo que esta vez el chico sí que estrechó la suave mano que le era tendida-. Y no te preocupes por mi, se cuidarme sola –añadió la chica mientras abría la puerta de su casa y se giraba de nuevo para guiñarle un ojo a Li, el cual, una vez desaparecida la joven, miró a ambos lados de la calle y regresó, caminando en silencio, hacia el lugar donde su prima ya le esperaba ansiosa.


Buenos días, Sakura.

¡Hola, Tomoyo!

Te veo más animada… -observó una joven de ojos azules y pelo largo que acababa de ver a su amiga entrar al salón de clases -. ¿A que se debe?

Es que hoy Eriol saldrá del hospital.

¿Si? Me alegro mucho, amiga.

Si…

En ese momento, el profesor entró al salón. Los alumnos dejaron de hablar con sus compañeros y se dirigieron a sus asientos, mientras el profesor pasaba lista, los alumnos sacaban su material. La clase pasó aburrida, por lo cual, sin darse cuenta, a la hora del recreo, Sakura había llenado la último hoja de su cuaderno con un montón de caritas muy parecidas a las que tendría un osito de peluche.

¿Vamos a comer juntas?

Pues claro, Tomoyo, como siempre.

Sí, tienes razón –dijo Tomoyo empezando a bajar las escaleras hacia el patio escolar. Una vez allí, se sentaron a la sombra de un gran roble. Ambas empezaron a desenvolver sus almuerzos, aunque fueron interrumpidas por un comentario de la chica de ojos azules -. Oye… No lo he visto mucho… Pero… ¿Ese de allá no es Eriol Hiragizawa?

¿Eh? –Sakura quedó sorprendida ante la pregunta de su amiguita y volteó en la dirección que la joven señalaba para ver como Eriol, Li y su prima, almorzaban varios metros de donde se encontraban ellas. El chico de mirada azulada miró a Sakura y le sonrió, la chica repitió el gesto -. Si…, sí es él.

Pues si que está recuperado…

Bueno… Yo no soy médico, pero si está aquí bien será por algo.

Sí, Sakura, tienes razón –en ese momento, el timbre que daba por finalizado el recreo retumbó por todo el patio. Eriol, alzando una mano, llamó la atención de Sakura y le indicó que se acercara.

Tomoyo… Tu ves tirando, enseguida te alcanzo –dijo Sakura observando como Li y su prima también se dirigían a su respectivo salón. La chica caminó hasta donde se encontraba su joven amigo -. ¿Cómo es que saliste tan pronto del hospital?

No tenía más ganas de estar allí –dijo sonriendo.

Oh… Y… ¿Qué querías?

¿Recuerdas que me dijiste que querías acercarte más a Li? –la chica asintió -. Pues bien, siempre dejamos entrar a la banda a los novios o novias de los que forman parte de nuestra banda por que les tenemos confianza, así que Shaoran no se podrá negar si sales conmigo, Sakura. No tiene por que ser nada serio, solo para entrar y ganarte la confianza del líder.

Ah… Es que lo encuentro demasiado precipitado…

Lo sé, aunque piensa que solo seremos amigos. No te forzaré a nada, pero te pido por favor que te lo pienses bien y me des una respuesta mañana.

¿Mañana…? Bueno, ok, mañana te digo.

Hasta luego entonces.

Bye, Eriol.

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Comentarios de la Autora:

Holaaaas! Un capi más¿Cómo han estado? Espero que todos mejor que yo, aunque… ya ven, esta vez, a pesar de tener examenes, en mis pequeñísimos ratos libres, a parte de estar en el msn también escribo la continuación del fic. Así que me haría muy feliz que continuaran leyendo esta historia al igual que todos los que siguieron la primera.

Sango-Chan95