Misao habrio la puerta de su despacho con algo de pesadez, eran las 7:30 am y dentro de media hora tenia una reunion con sus compañeros en el nuevo caso asignado. pensando que se le hacia tarde se levanto y a prisas llego a la comisaria media dormida, sin darse cuenta que llegaba antes de la hora.
dejo sus cosas tiradas encima de un escritorio hasta arriba de montones de papeles y despues se sento comodamente en un pequeño sofa que habia a un lado de la habitacion para las visitas. estaba apunto de que darse dormida cuando la puerta de su despacho se abrio, asustandola de la impresion.
- perdona Misao, como siempre llegas tarde, pense que...- se escuzo una mujer casi en los 30, muy guapa, alta de ojos miel y largo cabello negro.- todabia queda media hora para la reunion, no?.- comprobo ella mirando su reloj de muñeca.
- Si, lo se Megumi...- susurro Misao, al terminar un medio bostezo disimulado.- Me traes un cafe please?
- Claro, no tardo nada.- Megumi Takani le giño un ojo amigablemente y volvio a cerrar la puerta.
La joven secretaria cerro la puerta con cuidado y dejo algunos folios en su mesa, que se encontraba por fuera de la oficina de Misao Makimachi. Rapidamente se dirigio a la maquina de cafe, que estaba en el pasillo de salida de las oficinas, entre mesas y mas mesas de diferentes agentes de menor rango. Mientras esperaba que se hiciera noto como unas manos le pequizcaban cuidadosamente las caderas, haciendo que diera un brinquito del susto. Al darse la vuelta se encontro con una cara muy conocido y mostro una mueca molesta. Un joven un año menor que ella le dedicaba su mas tipica sonrisa de triunfo, se trataba de su primo Soujiro uno de los mas poderosos inspectores y tambien el soltero mas deseado, ya que poseia una adorable carita de niño bueno, acompañado de su sonrisa y unos preciosos ojos verdes, tapados levemente por un flequillo de cabello castaño.
- No me des esos sustos Soujiro, si llego a tener el cafe en las manos me quemo.- refunfuño Megumi.
- Primita no sabes aguantar una broma?.- su sonrisa se amplio aun mas.- Y ese cafe?
- Pa quien va a ser? Pa Misao.- la secretaria cogio el cafe con cuidado y camino hacia el despacho de su jefa.
Soujiro la seguia muy de cerca mirando su reloj incredulo y muy sorprendido.
- No son ni las ocho... Es que ya llego?.- Sus ojos esmeralda estaban ligeramente sobresaltados.
- Si, tiene una reunion en menos de diez minutos, te lo conte ayer recuerdas?.- Megumi se paro ante la puerta de Makimachi antes de entrar, esperando respuesta de su primo.
- Si, lo recuerdo por eso estoy aqui tan temprano, quiero verla despues de la reunion, haces un buen trabajo primita.- Soujiro se acerco a ella y le beso la frente tiernamente, pero con su sonrisa sarcastica, molestandola.- ya que MI Misao esta aqui, la vere ahora.
El joven inspector le arrebato el cafe a su prima, entrando como dueño y señor de todo dentro del despacho de Misao, mientras Megumi le miraba de reojo echando un suspiro de fastidio y sentandose en su mesa para continuar con su trabajo.
Soujiro se encontro con una tierna imagen al entrar.
Misao se habia quedado levemente dormida, con la cabeza apoyada en la cabezera del sillon y con los brazos cruzados para darse algo de calor.
Perfecto penso el joven, dejando el cafe humeante encima del escritorio y sentandose junto a su "presa" mientras la observaba de arrib a abajo analizador. Todos esperaban que el se casara con una damita de sociedad, hija de algun rico empresario, especificamente la hija del sr Yuskishiro, un gran amigo de su familia, y eso pensaba el hasta que conocio a Misao. Era todo lo que nadie esperaba de el, una chica extrovertida, alocada, emotiva, de pocos medios economicos y con un pasado dudoso, pero aun asi, la agente mas prometedora de toda su promocion. Y al mirarla asi dormida veia muchisimos mas motivos, dicho sea de paso menos formales que los anteriores. Sus largas piernas, muy ejercitadas y de piel blanca, que acababan en unas provocadoras curvas de mujer que se extrechaban a su cintura de plano vientre, llegando a un busto no exagerado, con una medida perfecta, y acabando en un rostro apasible, tapado por algunos mechones de su pelo, que seguramente no tubo tiempo de peinar y estaba amarrado en una ajetreada coleta alta. Se acerco a ella peligrosamente, sintiendo en su rostro el aliento acompasado de Misao. Tubo la tentacion de acercarse un poco mas y robarle algo que desde hacia meses deseaba que fuera suyo... sus labios, pero prefirio quedarse un poco mas en esa posicion.
Misao empezo a despertar lentamente, aun dormia se sentia muy incomoda, y no precisamente por la posicion. Abrios los ojos lentamente y se encontro con algo que la tenso y asusto al instante, unos ojos verdes que ella conocia muy bien. Dio un brinco y se levanto rapidamente del sillon, algo alterada y sobresaltada, sin quitarle la vista de encima a ese hombre.
- La he asustado agente Makimachi?.- Pregunto Soujiro con algo de recochineo, levantandose tambien del sofa.- No era mi intencion.
- Si me ha asustado!.- levanto un poco la voz Misao y se cruzo de brazos, esta vez huyendo de la mirada de El.- Que se le ofrece inspector?
- Sabes que no me gusta tanta formalidad.- se acerco a ella sonriente.- Entre tu y yo, llamame Soujiro.- Le susurro, muy cerca.
Misao se tenso aun mas, le incomodaba fuertemente la presencia de Soujiro y mucho mas a solas. Pero se mantubo en sus trece, cogio aire y con mas confianza se sento detras de su mesa y dandose cuenta de la taza de cafe que habia encima de esta la cogio, al comprovar que aun permanecia caliente.
- Mejor inspector.- sentencio con frialdad la agente, haciendo que Soujiro sonriera aun mas, le encantaba que se hiciera la dura.
- Me han dicho que te encargas del caso de los robos en la ciudad industrial...- empezo el joven mirando la habitacion, para acabar de nuevo en ella.- Que tal va?
- Ayer mismo me lo asigno el inspector Hiko, si quiere detalles pregunteselos a El.- Misao intento concentrarse en algunos informes, pero repentinamente la mano de Seta se los arrebato, cogiendola del menton y haciendo que le mirara.
- Entre usted y yo hay mas confianza, y espero que haya aun mas en un futuro... cercano.- susurro El, giñando un ojo.
En ese instante Himura entraba en el despacho, quedandose algo sorprendido y cabreado por lo que vio, haciendo que Misao en sus adentros gritara de felicidad y que Soujiro le dedicara una que otra mirada fulminante.
- Agente Makimachi, la esperamos en la sala de estrategias.- Salvo Kenshin la situacion.
- Entendido, si me disculpa inspector.- Misao cogio sus carpetas y corrio fuera del despacho, giñandole un ojo a Kenshin al pasar a su lado.
Himura estaba apunto de cerrar la puerta, pero se quedo mirando a Soujiro Seta, que se habia quedado apoyado en el escritorio con los puños cerrados y ardiendo de la rabia.
- Le pasa algo inspector Seta? le noto algo colorado.- pregunto Kenshin, intentando finguir preocupacion cuando solo queria tirarse al suelo a reirse a carcajadas.
- No... largate Himura.- Seta siguio el mismo camino que Misao antes y salio del despacho echo una verdadera fiera y perdiendose hacia su despacho.
Esa tarde un coche completamente negro, algo destartalado y con cristales ahumados entraba en la parte trasera de los edificios Yukishiro. Todo parecia completamente normal, dos hombres bajaron de el con completa naturalidad, vestidos con los uniformes de los funcionarios de la empresa. Entraron en la recepcion del edificio principal y se metieron directamente en una puerta esclusiva para ciertos trabajadores con acceso a ella. Llevaba hasta un ascensor no muy grande que requeria de una llave especial para abrirlo y una tarjeta VIP para hacerlo funcionar. Uno de los personajes saco ambas cosas y el ascensor empezo a subir lentamente, piso por piso. Cerca del piso 12 la camara que estaba dentro de dicho ascensor se quedo completamente quieta, dejando de dar sus constantes vueltas y repasos dentro del pequeño habitaculo. Al ocurrir esto uno de los hombres empezo a cambiar de ropa, poniendose un traje de chaqueta mas elegante y una peluca blanquecina, acompañada de unas gafas de sol. Todo ello en pocos segundos, ya que habian llegado a la ultima planta y nada mas abrir la puerta la camara de vigilancia volvio a sus movimientos habituales. Los dos hombres salieron de alli, el que aun permanecia con las ropas de funcionario siguio su camino con un enorme maletin plateado, despues de darle a su compañero uno de cuero normal con las inisiales E.Y., y entonces cogieron rumbos distintos. El joven vestido de funcionario se metio dentro de la sala de vigilancia, dejando algo extrañados a los cuatro agentes que habia en ella, que le miraron sorprendidos.
- Perdonen...- solto el "funcionario".- Vengo por la revision de un Equipo que se les estropeo esta mañana...
- Ah si!.- rio uno de los agentes, mientras los otros volvian a sus cosas.- Acompañeme, esta en la sala continua.
Los dos se metieron en una pequeña sala donde habia un enorme equipo de vigilancia, mucho mas avanzado que el anterior, y que a diferecia del otro este solo podia ser controlado perfectamente por una persona.
- E s extraño lo que paso...- contaba uno de los seguritas.- Jamas habia pasado esto y derepente esta mañana se ha apagado... no lo entendemos.
- Bueno, para eso estoy yo aqui no?.- El "funcionario" le giño un ojo.- Dejemlo a mi y vere que puedo hacer.
Nada mas irse el vigilante el joven abrio su maletin, sancado de el un CD. Introdujo el CD en el descomunal equipo y rapidamente este empezo a trabajar con completa "normalidad".
- Bien... ahora esta en manos del Enano.- susurro, mientras cerraba su maletin y saco de su bolsillo una caja de cigarrillos, encendio uno y sento en una silla, mientras miraba su reloj.
Mientras el otro joven caminaba por unos pasillos con mucha confianza siendo saludado por todos los que pasaban a su lado. Con un tarjeta en su mano se iba encaminando por una red de pasillos y habitacion, mas parecido a un complejo laberinto, como si los conociera de toda la vida. Hasta llegar a uno repleto de Seguritas y cientificos que corrian de un lado a otro. Se quedo parado frente a una puerta metalica rodeada de sin fin aparatos de seguridad y miro su reloj.
- 19:14...- susurro, mientras sacaba de su maletin una pequeña cajita de acero, pero fue interrumpido por una voz.
- Srto. Yukishiro!.- exclamo la voz, proveniente de un hombre de adentrada edad con bata blanca.- Pense que ya se habia retirado por hoy.
El joven se quedo unos momentos callado, mirando tras sus gafas de sol con una mirad fria y serena.
- Se me olvido terminar de asegurar la transferencia desde Alemania.- se escuzo, esperando haber convencido al Señor.
- Ah si! Muy buen negocio con los alemanes, esto dara mas fortuna a la compañia.- dijo feliz el cientifico.- Buena suerte!
El disfrazado no contesto, solo miro de nuevo su reloj. Las 19:15.
En esos momentos una alarma salto, haciendo que empezara a movilizarse mucha gente, incluido el hombre con el que estaba hablando que salio corriendo hacia una de las habitacion continuas. Uno de los seguritas se paro al lado del joven.
- Que es lo que ocurre?.- pregunto el disfrazado.
- A saltado una de las alarmas de los pisos de abajo, todos van hacia aya.
- Vete.- sentencio el joven.
Al ver que se habia quedado solo volvio a sacar el estuche de acero. Dentro de el habian dos lentillas, se las puso y despues saco otra tarjeta especial. Primero paso la tarjeta por una rendija, tecleo algunos numeros y despues se puso delante de un escaner que le llegaba a las altura de los ojos. A los pocos minutos y despues de varias pruebas mas que paso con facilidad la puerta se abrio automaticamente. Entrando en una sala totalmente blanca y llena de camaras que, al igual que la edl ascensor dejaronde moverse, para despues encontrarse con un pequeño ordenador portatil. Varios minutos, no muchos, tardo en acabar de poner contraseñas hasta que pudo abrir el CDROM del ordenador para poner en el un CD parecido al del "funcionario". El trabajo estaba acabado.
Himura conducia un coche negro de la policia a toda velocidad por la autopista compañado de Misao. Eran las 20:00 pm y habian recibido un aviso de robo desde el Complejo Yukishiro en la ciudad indultrial de Tokyo. A su alrededor muchisimos coches mas avanzaban tanto o mas rapidos que ellos con las sirenas puestas hacia el mismo punto.
No tardaron en llegar a su destino mucho mas.
Diez minutos despues caminabn por uno de los pasillos del ultimo piso del edificio central hacia el despacho de Okita Yukishiro, junto con Hayime Saito. El grupo encabezado por Makimachi entro rapidamente en un enorme despacho con grandes cristaleras que daban a la ciudad, que en esos momentos el cielo que la cubria unos tonos anaranjados y rojizos mientras el Sol se ponia en su horizonte.
En la mesa principal de la sala se encontraba un hombre de entrada edad con pelos canosos y mirada enfurecida, acompañado por Seijuro Hiko y Soujiro Seta. Al entrar ellos todos quedaron en silencio y miraron hacia Misao, que aunque se imaginaba que habia pasado queria que alguien la informara rapidamente.
- Y bien?...- empezo ella, mirando a su inspector Hiko.
- Otra vez.- susurro este, sentandose en una de las sillas y esperando a que alguien hablara por el.
El Señor Yukishiro miro lleno de rabia hacia Misao y le tiro a las manos unas carpetas en las que habian millones de numeros y cifras que ella poco conseguia entender por mucho que las mirara.
- 150 millones de dolares.- agrego el empresario.- No es toda la fortuna que guardaba la empresa en la camara de seguridad, pero puedo asegurar que es una gran parte que no estoy dispuesto a perder.
- Entiendo...- susurro Misao, cerrando la carpeta y mirando a un hombre que se mantenia a un lado en la sala.- Eres el jefe de seguridad?
- Si...- dijo el hombre, agachando la mirada avergonzado, pensando que de seguro le despedirian despues de esto.- Le dire lo que se...
