Amor Eterno.
Autora: Princess LalaithNota Inicial: No soy dueña de Inuyasha ni de sus personajes así que por favor no me demanden. Sólo escribí esto para honrar a mi pareja favorita: RinSess.
Summary: "Es que yo lo amo...y creí que él también me amaba." Dos noches de pasión, un corazón roto y un abandono. ¿Quince años después habrá manera de sanar las heridas? "Nada es eterno Rin." "Mi amor por ti si."
Advertencia: En una parte de éste capítulo se usarán unas expresiones algo fuertes que podrían no ser bien vistas por personas algo susceptibles. No son groserías y sin embargo por el tema que tratan se considera fuerte.
Capítulo 3.- Aún te amoSanzura no podía entender a qué se debía la súbita decisión de Sesshomaru de retirarse.
Rin, que si lo entendía perfectamente suspiró con un dejo de tristeza.
"Pero así tiene que ser." Pensó. "Tú no puedes saber la verdad."
Pero bueno, siéntense. Compartan la cena con nosotros. –los invitó Sanzura.
Rin asintió, ella y sus hijos ocuparon lugares al lado opuesto de la princesa, junto a Inuyasha y su familia.
Quisiera saber¿Qué los hizo venir a ayudarnos? –preguntó Sanzura.
Aome es parte de nuestra familia. –explicó Rei. –Por ella supimos lo que ocurría y decidimos venir.
Y su hermano y madre no supieron si se refería a la fingida parentela que usaban en el futuro, o la parentela real que había entre ellos (Inuyasha, esposo de Aome y hermano de Sesshomaru...)
Ya veo. –dijo Sanzura.
Ustedes parecen humanos, y sin embargo hablan muy bien el idioma de los demonios. –dijo uno de los demonios ahí presentes.
Somos humanos. –aseguró Seth.
Una gran mentira; Que nadie descubría gracias a que él y su hermana habían aprendido a ocultar su aura demoniaca.
Ellos saben él lenguaje porque yo se los enseñé. –explicó Rin. –Y yo lo aprendí pues hace tiempo serví en éste castillo.
¿En serio? –preguntó Sanzura con curiosidad. –No te recuerdo.
Eso fue mi señora porque yo me marché poco antes de su boda con el Señor Sesshomaru. –respondió Rin.
"O más precisa...el día de su boda." Agregó Rin mentalmente.
Sanzura observó a Rin en silencio por unos momentos, notaba algo raro en ella, pero no sabía precisar qué era. Rin notó su mirada, pero prefirió evadirla, rezando porque la princesa no notara el particular olor que tenía impregnado en su piel desde hacía década y media.
OoOoOoOoOoOoO
Esa noche a Rin y sus hijos les fueron asignadas habitaciones en el mismo pasillo que Inuyasha y su familia.
Rin aprovechó cuando sus sentidos le indicaron que todos se habían retirado a sus dormitorios para ir silenciosamente a su anterior dormitorio. Ahí estuvo un rato, simplemente observando su entorno. Recordando lo ocurrido la última noche que había pasado ahí:
Flashback
Ella estaba a punto de abandonar la habitación cuando escuchó que la puerta se abría. Se sorprendió bastante al ver a quien estaba en la puerta.
¿Señor Sesshomaru? –preguntó ella con duda.
Pero lo que realmente la dejó sin habla fue cuando Sesshomaru se dirigió a toda prisa hacia ella, empujándola contra la pared.
¿Qué...? –comenzó ella.
Pero no pudo terminar, porque un segundo después Sesshomaru la estaba besando con una pasión y un deseo que la hizo perder el piso y casi la razón, casi.
Fin del Flashback
Ella había intentado de todo para resistirse, pero al final sus sentimientos por su señor pudieron más. Y por segunda vez en las últimas semanas se dejó llevar por la pasión que nacía en ella cada vez que Sesshomaru la tocaba.
"Nunca pude decirte, cuan a gusto me sentí en tus brazos." Pensó Rin tristemente, abrazándose a si misma. "Nunca pude explicarte, cuanto te necesito a mi lado..." suspiró tristemente, mientras se dejaba caer en la cama.
En ese momento la puerta se cerró suavemente a sus espaldas.
Rin de inmediato se levantó y se giró, reprochándose mentalmente porque no había notado ni siquiera cuando la puerta se había abierto.
¿Quién...? –comenzó ella.
Pero no alcanzó a terminar, porque sintió como Sesshomaru la besó.
Pero ella no iba a ceder...no ésta vez. Haciendo acopio de toda su fuerza y voluntad se separó de él.
¿Qué haces? –preguntó él.
Lo que debí hacer hace quince años. –replicó ella con la indiferencia con la que normalmente él se expresaba, aunque en el caso de ella sólo fuera actuada.
Hace quince años... –comenzó Sesshomaru.
Hace quince años fue un error. –lo interrumpió Rin.
No lo dejó hablar, sabía que si lo hacía perdería la razón, y la poca fuerza de voluntad que le quedaba, y no podía darse ese lujo. Ahora estaba arriesgando más que un sentimiento, había más que su corazón por perder.
Hace quince años era débil, estaba deslumbrada por su presencia. Ahora es diferente. –sentenció Rin con más frialdad de la que pretendía. –Las cosas han cambiado. Usted tiene una familia.
Tú también. –replicó él, aunque no era un reproche, parecía más una petición, le estaba suplicando una explicación.
Y es por eso que esto no puede ser. –dijo Rin con seriedad. –Debo irme.
Pasó junto a él rápidamente, dirigiéndose a la puerta.
Él la detuvo, le sujetó la muñeca con firmeza, pero sin llegar a lastimarla, eso era algo que no quería, que nunca haría.
Pero Rin estaba decidida a no ceder, aunque le doliera en lo más profundo de su alma, y rompiera lo poco que quedaba de su corazón, tenía que resistir. Movió su brazo bruscamente, liberándose de Sesshomaru, y sin siquiera voltear abandonó el cuarto.
Y Sesshomaru se quedó ahí, aspirando el aroma de ella que permanecía en la habitación, que siempre había estado ahí. La razón por la que él no había permitido que nadie más ocupara ese cuarto, para poder tener algo que le recordara a ella, aunque sólo fuera vagamente; algo que le recordara a esa noche, la última donde se sintió verdaderamente feliz:
Flashback
Tiene que detenerse. Por favor. –pidió Rin, sentía que no podría seguir resistiéndose mucho más.
No me digas que no quieres esto porque no te creeré. –le dijo Sesshomaru besando su piel. –Me deseas tanto como yo a ti.
Y fue lo último que se dijo antes que perdieran el control y nuevamente se dejaran llevar por los sentimientos. Sentimientos que Sesshomaru nunca antes había sentido, y no creyó llegar a sentir jamás.
Fin del Flashback
Ella había hecho hasta lo imposible por detenerse, por detenerlos a ambos, pero no había nada que hacer. Era increíble cómo justo el día antes de su boda él había sentido esa increíble necesidad de volver a sentirla, como la noche en que ella le confesó que lo amaba. Una noche que él nunca olvidaría.
Y sin embargo algo era diferente ahora... ella. Ahora ella diferente, y mucho. Aunque él seguía sintiendo lo mismo.
Y después de todo lo sentido, todo lo ocurrido él aún no podía dejarse de preguntar¿Cómo habían terminado así?
OoOoOoOoOoOoO
A la mañana siguiente Rin fue a la cocina en un intento para ayudar. Aunque los sirvientes se negaron rotundamente, aún los que ya la conocían, insistiendo que ella era una invitada, ya no más una sirvienta.
Entonces encontró a Jaken.
¡Rin! –exclamó Jaken sorprendido, había estado muy ocupado el día anterior para verla.
¡Jaken! –exclamó Rin abrazándolo y alzándolo, comportándose como si de nuevo fuera la pequeña niña que tanto peleaba con él.
Suéltame niña, que me estás dejando sin aire. –se quejó Jaken.
Rin obedeció y lo devolvió al suelo, encuclillándose para quedar a la misma altura del demonio-sapo.
Ya no soy una niña Jaken. –dijo ella con suavidad.
Eso salta a la vista. –dijo Jaken sonriendo. –Nunca imaginé volver a verte.
Yo tampoco. –respondió Rin con sinceridad. –Créeme cuando te digo que nunca tuve la intención de volver. Pero cuando Aome me contó lo que estaba ocurriendo aquí, un sentimiento muy fuerte se apoderó de mi y no me pude resistir. –lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero ella se negaba a llorar.
No sé si sea buena idea que hayas vuelto Rin. –dijo Jaken con tristeza notando el estado en que ella se encontraba.
Yo tampoco lo sé Jaken. –replicó Rin. –Pero es que tenía que volver. En el fondo no puedo vivir sin él. Aún cuando sé que él me dejó una vez, que ahora es otra la que ocupa mi lugar en su cama, una parte de mí conserva la esperanza de que no sea así en su mente.
Ni es así en su cama. –replicó Jaken, no supo por qué lo dijo, algo dentro de él le obligó a hacérselo saber, como si fuera muy importante que ella, entre todas las personas, lo supiera.
Rin se quedó extrañada, no supo cómo reaccionar, preguntándose si Jaken se estaba refiriendo a lo que ella estaba pensando. Pero el demonio no le dio tiempo de pensar mucho en eso:
Y sin embargo tú también tienes ya a alguien. –le dijo Jaken.
Eso jamás. –dijo Rin con firmeza.
Pero...tus hijos... –murmuró Jaken confundido.
Pero Rin no dijo ya más nada, y se retiró en silencio, dejando a Jaken en sus cavilaciones.
Espera... Entonces eso significa... –murmuró Jaken pensativo. Reaccionó, todo encajó en su mente en ese momento, volteó de golpe y la llamó: -No puede ser... ¡Rin!
Pero la joven mujer no lo escuchó, o fingió no hacerlo, porque continuó su paso firme y silencioso, alejándose de él.
Dejando a un pequeño demonio-sapo con la mente llena de pensamientos revueltos, y con una gran expresión de sorpresa en su rostro.
OoOoOoOoOoOoO
Las siguientes semanas transcurrieron de la manera más extraña que cualquiera se pudiera imaginar. Una batalla tras otra; donde ésta vez, para asombro de todos los presentes, Sesshomaru participaba. Los enemigos cada vez más sorprendidos por las increíbles habilidades demostradas por los recién llegados 'humanos'; además de la familia de hanyous y sacerdotisas que llegaran una semana antes.
Cuando no estaban en el campo de batalla Rin ponía todo de su parte para mantenerse tan alejada como fuera posible de Sesshomaru, quien en más de una ocasión trató de hablar con ella, pero ella conocía tan bien el castillo que no le era difícil alejarse de él.
Los demás habitantes del castillo continuaban con sus actividades normales, no parecían percatarse de lo que ocurría entre su señor y una de las recién llegadas.
Pero era diferente con la Princesa Sanzura, porque ella si notaba las extrañas actitudes de su 'esposo', y una de las recién llegadas. Además que desde el primer día había podido percibir en Rin algo que no terminaba de entender.
Seth estaba muy molesto la mayor parte del tiempo, pues él si se daba cuenta de lo que estaba ocurriendo, pero ésta vez Rei tenía la ayuda de Iza para calmar a su hermano.
Inuyasha y Aome sólo observaban la situación en silencio, preguntándose cuanto aguantarían la tensión, después de todo: "La verdad se sabe tarde o temprano."
Una verdad que Jaken ya había podido deducir, pero quería esclarecer con Rin antes de dirigirse a su amo.
OoOoOoOoOoOoO
Finalmente un día Jaken encontró a Rin cuando ésta estaba practicando un poco en el jardín. La observó por largo rato, desde atrás de un árbol. Mientras ella practicaba.
Sé que estás ahí Jaken. –dijo ella guardando su látigo y sentándose a la sombra de un árbol. –Sal.
Jaken obedeció y fue junto a ella.
He notado que rehuyes del Sr. Sesshomaru. –dijo Jaken directamente.
No quiero que se repita el mismo error de hace años. –dijo Rin secamente.
Ella sabía que no hacían falta más explicaciones. Jaken sabía perfectamente lo que había ocurrido esa noche.
Lo que dijiste el otro día...sobre tus hijos... –comenzó Jaken, sin saber cómo abordar el tema.
Es cierto. –lo cortó Rin.
Jaken trató de replantear la pregunta, creyendo que ella no había entendido.
Lo que pensaste en ese momento, es completamente cierto. –dijo ella.
Pero...¿Cómo? –preguntó Jaken. -¿Por qué?
Aunque él haya decidido ignorarme y elegir a otra, eso no borra lo que hizo primero. –dijo Rin. –Yo le pertenezco a mi Señor Sesshomaru, a él y a nadie más. Nadie más se me ha acercado, ni me ha tocado, ni lo hará jamás.
Jaken quedó realmente sorprendido por las palabras de ella. Cualquiera en su lugar ya hubiera buscado a alguien más para calmar su soledad, pero no ella, no Rin. Ella se mantenía fiel a su señor, fiel a la promesa de ser solamente suya.
Él lo tiene que saber. –le dijo Jaken.
Y fue hasta ese momento que Rin lo vio a los ojos.
Jamás. –dijo ella con una firmeza y decisión que él nunca había notado en ella.
Pero... –comenzó Jaken.
No. –insistió Rin. –Él jamás deberá saberlo. ¿Me entiendes Jaken? Jamás.
¿Por qué? –preguntó Jaken. –Él merece saber, y tú tienes derecho a reclamar un lugar.
Yo ya lo dije antes, yo no vine a reclamar nada. –respondió Rin calma. –Y acerca de derechos que él pueda tener... nada le ha pasado a nadie durante los últimos quince años porque él no lo sepa, y no va a pasar porque así siga. –suspiró. –Entiende Jaken. Yo sólo vine a ayudar en ésta guerra, porque en el fondo él me importa mucho, nunca me va a dejar de importar, pero yo no pretendo conseguir nada al estar aquí con mis hijos. Ellos vinieron sólo a apoyarme. Volveremos a casa en cuanto todo esto acabe.
¿Ellos lo saben? –preguntó Jaken.
Si. –respondió Rin sencillamente. –Y su opinión es la misma. Si ya hemos vivido perfectamente bien nosotros solos todos éstos años, no necesitamos a nadie más.
Estás siendo injusta Rin. –le reprochó Jaken con calma. –Con esos niños, pero en especial contigo misma.
Ya te lo dije Jaken. –dijo Rin. –Yo no he venido aquí a recamar nada. Ni a quitarle su lugar a nadie. Sólo ayudaré en lo que necesiten, y después desapareceré.
Con eso ella dio por terminada la conversación y se marchó, dejando a un Jaken aún más confundido y pensativo que la última vez.
OoOoOoOoOoOoO
Habían pasado tres semanas desde la llegada de Rin y sus hijos. Ahora se encontraban en la batalla más difícil de todas. Pues el líder enemigo finalmente había aparecido. Un demonio del Clan Serpiente, que deseaba conquistar las tierras de Sesshomaru. Inuyasha y Aome peleaban en equipo, Kikyo y Kei cada uno por su lado, Iza y Seth lado a lado, aunque éste último tampoco descuidaba a su hermana Rei. Y Rin al frente, muy cerca de Sesshomaru, azotando y matando a todo aquel que se atrevía a desafiarla.
De pronto el enemigo lanzó un ataque muy poderoso, el escudo de Iza se derrumbó, hiriéndola a ella levemente, y en el deseo de Seth de ayudar a su novia, descuidó a su hermana.
Un demonio lanzó un ataque directo sobre Rei, tirándola al suelo.
¡Rei! –exclamó Rin.
Pero Rei se puso de pie, ignorando la herida en su sien que sangraba un poco, y el hecho de que su mascada se acababa de soltar. Revelando su brillante cabello negro y mechones más claros, y una extraña marca en su frente, cubierta aún en su mayor parte por el fleco.
Estoy harto. –dijo Seth en ese momento lanzando una poderosa estocada contra quien se había atrevido a herir a su hermana.
El demonio serpiente no duró más de cinco segundos.
Y entonces varios de los presentes notaron algo realmente extraño, y es que en el momento que Seth enfureció, sus ojos ambarinos se tornaron de un deslumbrante dorado. Y un misterioso sello pareció brillar a través de la pañoleta en su cabeza.
Sesshomaru volteó a ver a Rin por un momento, esperando una explicación por parte de ésta. Pero ella simplemente volvió a la lucha.
"Ya se dio cuenta." Pensó Aome al notar la actitud de ambos.
Estaba por hacérselo ver a su esposo cuando algo llamó la atención de todos.
¡No¡Suéltenme! –gritaba una mujer.
Era Sanzura, llevada por uno de los demonios.
Rin se sorprendió¿En qué momento había ella salido del castillo y por qué?
Y ese descuido fue suficiente, otro demonio la sujetó fuertemente a ella.
Todos los demás se detuvieron al instante.
Escoja. –le dijo el líder de los demonios a Sesshomaru. –La Sra. De las Tierras de Oeste, o la heroína humana.
Muchos voltearon a ver a Sesshomaru, lo más lógico sería que escogiera la princesa Sanzura, pero en su situación realmente necesitaban a Rin.
Yo no necesito que nadie decida por mí. –dijo Rin con firmeza.
Le clavó las uñas al enemigo, luego lo pateó con fuerza, y con una llave lo dejó en el suelo. Después procedió a usar su látigo par atacar al otro demonio y liberar a la princesa Sanzura.
Soy perfectamente capaz de defenderme yo sola. –agregó Rin en posición de ataque.
Muchos de los presentes quedaron realmente sorprendidos con eso.
Seth, Rei, cubran a la princesa de vuelta al castillo. –indicó Rin.
Pero mamá... –comenzó Rei.
Obedezcan. –dijo Rin.
Rei asintió.
Sanzura empezó a caminar, Rei frente a ella abriendo camino, y Seth detrás, matando a los que se atrevían a intentar seguirlos.
Sesshomaru seguía peleando, tratando de acercarse a Rin, de obligarla a que ella le explicarla lo que acababa de notar en los dos muchachos.
Rin sabía lo que él quería, por eso no dejaba pelear, y hacía todo lo posible por no quedar muy cerca del Demonio.
Kikyo peleaba junto con el resto del ejército, igual que sus padres. Iza estaba en el suelo, semi-inconsciente, Kei la protegía mientras se recuperaba.
"Ya casi." Pensaba Rin. "Sólo tenemos que seguir un poco más."
Si matamos al líder el resto no sabrá que hacer, habremos ganado. –dijo Inuyasha a su esposa.
Aome asintió, completamente de acuerdo con él.
Kikyo sacó su arco y preparó una flecha sagrada, iba a intentar matarlo así, cuando de pronto un escalofrió recorrió todo su cuerpo, obligándola a soltar el arco.
Éste frío... –murmuró ella con miedo. –Algo muy malo está a punto de suceder.
Se dio la vuelta a tiempo para ver algo muy peligroso. Un demonio se dirigía donde Sesshomaru por detrás, con su espada al frente y el gran Lord parecía no haberlo sentido aún; nadie mas que Kikyo parecía percatarse del peligro que los rodeaba.
Cuidado! –gritó Kikyo con desesperación.
Pero aún así, ya era demasiado tarde para que alguien matara al demonio. Y sin embargo, una persona pudo reaccionar a tiempo, protegiendo a Sesshomaru.
NO! –gritó Seth girándose en ese momento.
MAMÁ! –gritó Rei desesperada.
Sanzura observaba la escena estupefacta, sin saber que decir o que hacer; no podía creer lo que había pasado.
Nadie se esperaba lo que acababa de suceder.
Rin cayó de rodillas al suelo, frente a Sesshomaru, con una espada atravesando su cuerpo por atrás.
Sesshomaru no podía creer lo que veía, Rin lo había salvado, usando su propio cuerpo como escudo.
Ella había protegido a Sesshomaru, aunque le costara su vida.
¿Por qué? –fue lo único que Sesshomaru consiguió pronunciar.
Porque...aún te amo... –murmuró Rin, tan bajo que sólo él la escuchó, antes de desplomarse al suelo.
Hola. Espero que les haya gustado el capítulo. Como habrán visto ésta vez puse una pequeña advertencia al principio, me pareció necesario porque quizá algunas personas pudieran considerar como 'fuerte' la manera en que se expresa Rin cuando habla con Jaken (especialmente una cierta frasecita por ahí).
Bueno, yo dije que éste era el mejor capi del fic porque considero que aquí se muestra mucho los sentimientos de los personajes, y los cambios que hubieron en esos quince años, y el clímax al demostrar Rin cuán grande es su amor por Sesshomaru.
Quizá algunos prefieran el capi que va a seguir, donde finalmente van a salir a la superficie los secretos guardados por Rin y sus hijos y veremos como reacciona Sesshomaru a lo que Rin acaba de hacer por él. ¿Alguien se imagina cuánto poder van a tener los hijos de Sesshomaru?... Pronto lo sabrán.
