Hola!
Perdón por haber tardado tanto, pero desgraciadamente el capítulo se me borro y con ello perdí mi imaginación.
Este capítulo se lo dedicó a Sakumino por hacerme el favor de subirme el capítulo.
Espero que el capítulo os guste mucho.
A leer!
Capítulo 12 El regreso de los mortífagos:
Dumbledore se sentó en una silla. Esa era una silla diferente a la de los demás. La silla tenía bordado amarillo con el símbolo de la orden. Todos miraban a Dumbledore expectantes por saber el contenido de la misión. Pero una mirada penetrante, no era una mirada de exaltación sino de ira.
Dumbledore al ver el silencio de la sala se levanto y empezó la reunión.- "Bienvenidos a todos. Nos volvemos a encontrar todos juntos. Esta vez solo tenemos que lamentar la no asistencia de dos miembros de la orden: Hermione Granger, Joseph Nolyam. Empecemos…"- dijo con su voz clara, agradable y tranquilizante.
"Dumbledore, porqué nos has aparecido a todos, esto no es la forma de avisar que hay reunión. Me parece una forma grosera de hacerlo, atentas a nuestra intimidad."- exclamo Ginny con tono de pito. La voz de Ginny cada vez se parecía más a la de su madre.
"Solo a vosotros dos"- dijo alguien en la sala
"Tranquila pelirroja Wesley. Todo a su tiempo, ahora tenemos que empezar"- Dumbledore hizo un movimiento de varita y delante de cada persona apareció un dossier titulado: ÓRDEN DEL FENIX: EL REGRESO DE LOS MORTÍFAGOS. – "Aquí encontrareis la explicación de la reunión. Ahora os dejó unos minutos que podáis leerlo y después responderé preguntas encantado y decidiremos como combatir con el problema."
Todos empezaron a hojear el dossier, excepto una persona, que seguía mirando fijamente a Dumbledore con odio. Esa persona se enfureció aun más al ver que Dumbledore le devolvía una sonrisa amigable.
Harry estaba muy concentrado cuando Harry notó algo. Alguien estaba intentando introducirse en sus recuerdos. Harry no lo podía permitir, y empezó una batalla mental. Su contrincante tenía un gran poder, solo estaba al alcance de unos pocos celebres de magia blanca, aunque los que quedaban vivos el grupo se reducía a 4. Albus Dumbledore, Anthony Clyton, Minerva West y Lucy Thyler. Así que sus miradas fueron a parar a Dumbledore, pero Dumbledore no podía ser no veía ninguna señal de la dura batalla mental que estaban teniendo.
Harry luchaba con todas sus fuerzas, le extrañaba mucho que esos celebres magos de magia blanca quisieron surcar en sus recuerdos, así que sus posibles contrincantes fueran mago de magia negra. Pero así el número de personas capaces de luchar a ese nivel eran muchos más. Ahora no tenía tiempo de pensar en su contrincante sino tenía que pensar en la batalla.
Harry se encontraba débil sus fuerzas fallaban, hacía mucho que Harry no tenía una batalla de este tipo y menos de este altísimo nivel la última vez fue con Lord Voldemort. Estaba a punto de caer rendido, pero si esa persona llegase a entrar en sus recuerdos podría hacer lo que se le antojase. No podía hacer nada. Harry recordó que tenía que dejar la mente en blanco, lo intentó una y otra vez. Pero estos intentos fueron en falso, porqué no podía dejar la mente en blanco, su vida estaba hecho un lío. Como pensaba dejarla en blanco si todo eran problemas, la huida de Ron, Hermione destrozada, su inminente caso, etc. A más lo único que podía suceder era estar unos minutos a salvo.
En eso pensó, no puedo seguir defendiéndome eternamente, tengo que ir al ataque, tengo que hacer legereméncia para saber quien es. Pero sabía que legereméncia no era lo suyo, porqué había tenido muy malas experiencias.
Una vez Harry en sus años como merodeador, intentó hacer legereméncia y meterse en los recuerdos de Filch. Meterse se metió, sí, pero se desvió un poco; en lugar de meterse en los recuerdos de Filch se metió en su acompañante, la gata Noris. La legereméncia no esta preparada para meterse en los recuerdos de un animal y eso para Harry debió ser un mal momento. Tan malo que Harry nunca ha querido hablar de eso, aunque desde ese día Harry siente algunas veces ganas de comer comida mágica para gatos. Esto es un secreto muy bien guardado por Harry.
Pero antes tenía que por dejar la mente en blanco para poder meterse en los recuerdos de su contrincante. Lo intentaba y lo intentaba pero se le aparecía la cara de Dumbledore, de Hermione llorando, de su querida Ginny. Cada vez la batalla era más intensa y Harry no podía seguir aguantando este intenso nivel. Harry estaba a punto de desfallecer cuando se propuso utilizar todas sus fuerzas para dejar la mente en blanco.
Sacó las fuerzas de donde pudo y lo consiguió. Ahora tenía muy poco tiempo, tenía que contraatacar. Empezó ha pronunciar unas palabras en un tono inaudible, decía: "Legeremence, Legeremence, Legeremence"
Empezó a ver pasar diferentes lugares del mundo mágico como Hogwarts, el callejón Diagon, Hosmeade, Azkaban, el centro de Londres, Central Park, la torre de Tokio, entre otros. Pasaron más de 100 lugares en menos de un minuto, hasta que todo se hizo negro.
Harry se encontraba en una habitación, muy poco iluminada, tenían dos ventanas pero tenían las cortinas negras corridas. Había un armario entre ventana y ventana. A la izquierda de la ventana había un gran cuadro muy estrambótico y estaba lleno de relojes que se derretían. Ese estilo le sonaba, esto era surrealismo. Lo conocía porqué tía Petunia estaba suscrita a una revista de arte y le parecía haberlo visto alguna vez. En el otro lado de la ventana había una estantería con muchos libros, todos eran negros y no parecían ni de magia blanca ni de historia de la magia.
Debajo del cuadro había una estantería con muchos marcos con fotos. En el centro de la habitación había un palantir tapado con una tela y dos sillones negros al lado. También había una alfombra roja debajo.
Harry se encontraba perdido no sabia donde había ido a parar. Estaba confuso y un poco mareado por el viaje. Ahora no sabía por donde empezar. Harry se acercó a los marcos de fotos y los inspeccionó. Habían tres personas: un hombre, una mujer y un niño. El hombre era muy alto y corpulento. Estaba vestido con una túnica negra. Tenía el pelo alborotado y de color negro. Los ojos eran negro carbón y su piel era pálida como la de un muerto, y tenía unas arrugas muy marcadas que daban una cara aún más tenebrosa. Ese tipo a Harry no le sonaba. Él le parecía que nunca le había visto en algún libro en sus años como estudiante en Hogwarts, aunque tampoco Harry no había leído muchos libros de celebres magos.
La mujer era mediana altura tirando para alta. Tenía el pelo castaño y lo llevaba suelto. Sus ojos eran verdes pero con manchas azules. La piel era blanca aunque no tan acentuada como la del hombre. En la foto aparecía riendo al lado del niño. Ella iba vestida con una túnica verde. El niño debería tenía unos cuatro años aproximadamente. Era muy alta para su edad. El era clavado que su padre con unos años menos, aunque con las mismas arrugas.
En las diferentes fotos que seguían a la primera eran iguales con el mismo fondo de un bosque quemado mientras que el niño iba creciendo hasta unos 7 años aproximadamente. Lo extraño en la foto es que todas son casi iguales, con la misma cara de serio del niño. Pero con la única diferencia que la mujer en lugar de sonreír como en la primera foto pasa ha tener una cara de amargada y triste.
Harry comenzó a sentir algo en su interior que le decía que se acercará al palantir. Era una sensación extraña como si alguien le estuviera induciendo a tocarlo.
Harry sabía la existencia de un palantir gracias a Hermione. Ella de lo poco que le explico, fue que era un artilugio solo utilizado por el mal. Sabía que era un artilugio peligroso y que se conocían muy pocas cosas de él. También le explicó que era un artilugio utilizado por Lord Voldemort y por los mortifagos más cercanos a él.
Harry no entendía como no había sentido esta atracción hacía ese artilugio desde que estaba allí. Harry sacó la varita y se puso en guardia, con mucha precaución se fue acercándose hacía el palantir como si fuera atacar de un momento a otro. Cada vez se encontraba más cerca. El palantir desprendía un poco de luz ensombrecida por la tela. Estaba a punto de retirar la tela cuando de pronto se oyó un ruido estridente proveniente de fuera de la sala. Esto hizo dar un saltó atrás a Harry y todo asustado busco algún lugar donde esconderse. Los pasos se acercaban a la habitación donde se encontraba Harry.
Harry se estaba desesperando que podía hacer, la persona cuando estaba entrando por la puerta. Harry se tiro al suelo y se intentó esconder detrás de una butaca. Era una mujer la que entró, y parecía que no había visto a Harry. Harry sacó un poco la cabeza e intentó saber que hacía la mujer. Esa mujer era la de la foto.
La mujer estaba muy nerviosa e iba mirando hacía la puerta de vez en cuando, como esperando a que llegara alguien. La mujer se puso delante el palantir y quitó la tela.
Él palantir era negro azuloso, en su interior estaba como nubes de tormenta.
La mujer se giró bruscamente y Harry agachó su cabeza rápidamente la cabeza. La mujer se acercó a la estantería de libros. Intentó sacar un libro cuando de repente hubo un ruido estridente. El palantir se había accionado. De allí salieron decenas de relámpagos. Iban en todas direcciones e iban rebotando en las paredes. Cada vez que rebotaban se iban multiplicando.
Un relámpago se dirigía hacía Harry, aunque Harry no tubo problemas para esquivarlo, gracias a sus años como jugador de Quiddich que él se harto de esquivar bludggers. Cada vez eran más esto hacía que ha Harry le costara más esquivarlas. Harry tenía un problema le venían cuatro por los cuatro puntos cardinales sacó su varita y dijo: "Petrificus totalus". Pero los relámpagos no se paralizaban. Estaban a punto de colisionar contra Harry. Harry puso las manos intentado cubrirse el rostro y cerró los ojos.
Harry se encontraba confuso ningún relámpago le había tocado, Harry aparto las manos de su rostro para ver que había pasado. Abrió los ojos y vio un relámpago estaba a punto de colisionar, pero en el momento de colisionar los relámpagos travesaban a Harry sin él notarlos.
Este acontecimiento le hizo recordar a Harry que una vez el licántropo le dijo: "Harry, una cosa que tienes que recordar que cuando te encuentras en algún recuerdo los que forman parte de él no te pueden ver ni hacer nada."
Pues al acordarse de eso, se levantó tan tranquilo y como si estuviera viendo una película se puso a ver el final.
La mujer se estaba acercando al palantir que ahora tenía un aspecto rojo con toques de amarillo como el fuego. Se le veía en la cara que no estaba segura de lo que iba hacer. La mujer cogió el palantir lo levantó y fue a estamparlo contra el suelo cuando se oyó un golpe fuerte en la puerta. Esto asustó y aceleró a la mujer, que quiso acabar con su intento de destruirla, pero en ese instante apareció un hombre y desenfundando la varita dijo: "Petrificus Totalus". Y la mujer quedó paralizada con la bola en las manos. Ese hombre era el de la foto. Ya estaban los dos, ahora solo faltaba el niño.
"Que intentabas cariño"- riéndose a carcajadas – "Ya te dije que no lo podrás evitar, seguiré con los planes previstos por el señor oscuro. Tranquila, ya te dije que si intentabas pararme te jodería la vida"- dijo mientras cogió el palantir entre las manso de la mujer y lo deposito en su lugar.- "Ahora sabrás lo que es el dolor"- levantó la varita y dijo – "Sperm" – la mujer ya se podía mover.
Ella al notarlo cogió su varita y pronuncio: "Expelliarmus". Pero el hombre solo con un movimiento de mano dirigiéndolo hacía abajo, el hechizo de su mujer desapareció. Y seguido el pronunció: "In Dubito Rex". La mujer salió disparada hacía la estantería de libros y la estantería cayó. La varita de la mujer quedó cerca de la estantería.
El hombre se acercó a la mujer y dijo: "Elebus". La estantería se elevo y volvió a ponerse en su sitio. La mujer había acabado inconsciente. Él hombre se agachó le levantó la cara y dijo: "Desperta". La mujer salió de la inconsciencia y rápidamente cogió el pie del brujo con fuerza. El brujo sin inmutarse dijo: "Elebus Mander". La mujer se elevó y el brujo hizo un movimiento hacía arriba y la mujer se elevó impactando contra el techo. El mago tenía en su poder a la mujer. El hombre repetidas veces hizo movimientos hacía arriba y hacía abajo. Repetidamente impactando contra el techo y contra el suelo. En el sexto o séptimo impacto contra el suelo la mujer falleció. El hombre dijo: "Esperm" y el hechizo se desvaneció.
"Mujer, aún no he acabado contigo"- y se volvió a reír y dijo: "Revivus"- y la mujer revivió. La mujer volvió a sentir aire en sus pulmones. La mujer que había su varita cerca de ella. La mujer de golpe cogió la varita, pero el mago piso la mano de la mujer y apretó. "Me crees tonto Helenia, no volverás a engañarme. Ahora solo falta el toque final, una muerte muy dolorosa"- el hombre levantó su varita y pronunció: Cruci…"
Un rayo crucio apareció de la puerta e impacto contra el brujo haciéndolo morir de dolor. Ahí apareció el niño de la foto, pero un poco más alto y con la cara aun más pálida. El iba vestido todo negro. Él niño estaba muy serio y hacía miedo.
En ese momento Harry oyó una voz que decía: "Harry, Harry, no te mueras Harry". Esa voz se oía de lejos y era muy distante. Todo se puso otra vez negro y volvieron aparecer muchísimos lugares. Cada vez se oía un llanto más cercano, ese llora le era conocido era de Ginny. También oía dos voces más pero no los reconocía.
Tardó unos minutos antes de que Harry pudiera abrir los ojos y unos cuantos más para poderse mover. Al abrir los ojos vio a su querida Ginny llorando como una magdalena a los pies de la cama donde se encontraba Harry. Harry estaba en la enfermería de Hogwarts. En esa enfermería había pasado sus peores momentos, pero allí fue donde se dieron el primer beso Ginny y Harry. Al fondo de la habitación estaba el licántropo y Dumbledore. Harry al ver a Dumbledore apareció rabia entre las venas.
"Tranquila Ginny, estoy bien todo a pasado. ¿Pero que ha pasado? ¿Qué hago en la enfermería?"- dijo Harry preocupado.
"Harry, amor, te has desmayado en la reunión y te hemos llevado aquí para que la enfermera te cure."- le contesto Ginny.
"Que hace ese aquí"
"¿Quién? ¿Dumbledore? Estaba preocupado por tu salud"- le contesto Ginny.
"Quiero levantarme no pienso estar más tiempo con ese"- exclamo gritando Harry.
"Tranquilízate cariño. Ellos solo te quieren ayudar"
"Ahora nos vamos y os dejamos vosotros solos. Podréis dar una vuelta por los jardines del colegio, que traerán grandes recuerdos. Aunque después tanto os guste como no tendréis que presentaron en mi despacho. Será de aquí a dos horas."- dijo Dumbledore todo contento.
"Eso es lo que te crees tú. Tú siempre te piensas que lo haces todo bien eso no es cierto. Estoy harto de tus secretos y siempre piensas que lo tienes todo bajo control. Pero ya no, nunca más me vas a controlar la vida."- dijo con la rabio por la venas.
Dumbledore no contesto y los dos se fueron y Harry y Ginny se quedaron esperando a que la enfermera Pomfrey le diera el visto bueno a Harry para que se pudieran ir. Harry al paso del rato se fue calmando. Ginny le dio un beso dulce en los labios y fue a buscar a Pomfrey. Ahora Harry se encontraba solo estirado en la cama. Y se puso a recordar todo lo que recordaba de ese día. Recordaba lo de la reunión y después de la batalla y de todo lo que había pasado allí. Le estaba dando al taro en el recuerdo cuando oyó unos murmullos que hablaban en la enfermería. Se podían distinguir tres voces pero no lo que decían. Los murmullos se fueron haciendo cada vez más nítidos y decían.
"¿Es aquí? ¿Seguro que es aquí?" – decía una voz
"Seguro, lo he visto entrar en una camilla"- decía otra voz
"Vosotros dos. ¿Porqué no volvemos? Esto no me gusta. Si nos pillan nos meteremos en un lío."
Harry no le dio importancia y cerro los ojos mientras esperaba a su querida Ginny y ha Pomfrey. Harry notó algo encima de su rodillas y sentía una respiración muy cerca suyo. Dedujo que era Ginny.
Abrió los ojos y dijo: "Que tal cariño, ya nos podemos ir". Al abrir los ojos vio la cara de un niño delante de su cara. Harry se dio un susto de muerte y dio un salto hacía atrás y se dio un golpe en la cabeza contra la pared. Harry vio encima de él a un niño de 11 años, otro a su derecha y un poco atrás una niña.
"No es él, Tod. Porque Harry Potter no se asustaría por eso."- dijo la niñita.
"Tienes razón Minnie, aunque se igual, es porqué debe de estar disfrazado. Tod, baja de ahí seguiremos buscando al verdadero Harry Potter."- dijo el niño que se encontraba al lado de Harry.
"Si que es él, Johan, porqué tiene la cicatriz que le hizo Voldemort."- dijo Tod
"Pero eso no quiere decir nada puede que se la haya pintado para que niños como nosotros nos pensemos que es el verdadero."- le contesto Minnie.
"Que no, que es el verdadero"- le replico Tod – "Que os digo que es él"- con los ojos llorosos.
"Si no te lo crees Tod, borrarle la cicatriz pintada con la mano."- le dijo Johan.
"Os digo que soy Harry Potter"- dijo Harry.
"Para de mentir, sabemos que no lo eres. Harry Potter es más guapo que tú, más valiente, más fuerte, porqué derroto a Voldemort."- le replico Minnie.
Harry miraba la situación atónito, no entendía que hacían estos alumnos ahí. Tod escupió en su mano y se puso ha intentar borrar la cicatriz. Johan se puso a estirar el pelo de Harry y Minnie le estiraba las mejillas.
"Tirad más fuerte que están muy bien pegado el disfraz".- decía Minnie
"Que no, que es real todo, porqué la cicatriz no se borra"- decía mientras se volvía ha ensuciar la mano con más escupitajo.
Harry gritaba que era el real y se intentaba sacar de encima a los niños pero lo tenían bien cogido.
"Debe ser, que solo a pintado con regulador permanente. Para parecer más real y para que niños como nosotros pensemos que es real"- le contesto Johan.
"Que hacéis Tod, Minnie y Johan, dejar a Harry Potter tranquilo"- dijo Pomfrey que acababa de aparecer con Ginny. –"Parar de estirar"- ella cogió a Minnie por el brazo.
"Dejar a Harry ¿Te hacen daño?"- dijo mientras cogía a Johan.
Harry hizo lo mismo y levantó a Tod. Ya tenían los tres cogidos.
"¿Qué hacíais aquí molestando al señor Potter?"- dijo Pomfrey enojada.
"Es que… Es que… estábamos comprobando si era el verdadero Harry Potter."- dijo Johan.
"Os lo dije que era el verdadero Potter. Chupate esa Johan!"- dijo Tod todo contento.
"No quiero oír excusas y ahora directos al despacho del director"- grito Pomfrey – "Y no hagáis ruido, por respecto a los enfermos"
"Pero si hacemos el cálculo de personas enfermas que se encuentran en la enfermería y lo dividimos por los decibelios que hacemos. El resultado esta en los parámetros permitidos, que fueron implantados por el consejo de regulación de sonido en las enfermerías."- dijo con voz repipi Minnie.
"Me contesta señorita. Sabes que es de mala educación contestar a magos más grandes que ustedes."- le contesto Pomfrey – "Y ahora pedirle disculpas al señor Potter y iros a ver el director ¡Rápido!"
"Lo siento mucho Harry… Eres mi héroe"- sollozó Tod llorando y saliendo corriendo al acto
Los otros dos se disculparon y se fueron a buscar a Tod que ya había salido de la enfermería.
"¿Quién eran esos chicos tan adorables? Son muy monos, sobretodo Tod" – mientras se secaba un poco la frente.
"Johan Muller, Minnie Zayden y Tod Setyn. Se podría decir que son como tú, Ron, Hermione y Ginny. Pero en lugar de ser un cuarteto son el trío maravillas e inseparable. Pero tranquilos os prefiero a vosotros, no os superan, aunque son más buenos."- dijo Pomfrey – "Ahora ya te puedes ir"
