Disclaimer: todo lo que aparezca que reconozcáis pertenece a Rowling, el resto, es mío.

La letra que aparece más abajo, es de una canción de una de mis mejores amigas.

Transita: gracias por el extenso review, aquí vas a encontrar todo lo que llevas tres días intentando averiguar. Fíjate en la canción, le cambié cuatro casas. Ala, y disfruta.

TODO LO QUE ESTÁ ENTRE PARÉNTESIS Y COMILLAS SON PENSAMIENTOS.

Un hombre, alto, muy pálido y con los ojos rojos, se paseaba entre unos seres arrodillados y que temblaban descontroladamente. Esos seres, pues era "hombres" (por eso estaban totalmente acojonados), y solo había una mujer, que sonreía maliciosamente, esperando su hora, para maldecir a diestro y siniestro.

Me gustaría saber... -empezó el Lord.

("¡Cómo se pone esto! Mi señor amable no es buena señal, no señor"), pensó Bella a la vez que sonreía perversamente, mientras los "hombres" gemían.

... cómo es posible que un par de mocosos, consiguieron detener ellos SOLOS a veinte mortífagos.

Silencio. Esa fue la respuesta. Nadie habló. Nadie se adelantó.

Severus, -dijo con rintintín-. ¿Me puedes decir algo sobre ellos?

Severus se adelantó del círculo, y se arrodillo sumisamente, ("¡Maldito cabrón! ¡Esto tengo que hacer yo para ser útil! Aturarte, como sino tuviera nada mejor que hacer, Vamos Severus, concéntrate, que estás ante el Innombrable").

Mi señor... –y le besó el bajo de la túnica, ("¡Puaj! ¡Qué asco! Después me lavo los dientes con antialérgico y ambientador")-... al parecer, esos dos debían estar muertos, pero no me explico cómo, están vivos, y Dumbledore ("Otro viejo macarra y manipulador") los está intentando convencer para unirlos a la orden, pues al parecer, tienen buenas aptitudes para la lucha...

¡Al grano! ¡Que no tengo todo el día! –rugió el Lord.

Si mi señor –y volvió a besar la capa. ("Ya puestos, mejor me corto la cabeza, y nos ahorramos problemas")-. El chico se llama Marius Altair... –una serie de murmullos corrían entre los mortífagos, quienes ya saboreaban la muerte de Marius con antelación, Ilusos-... y tiene 17 años, y lleva desaparecido diez.

Interesante, interesante dijo Voldemort("Jodido Dumbledore, ya estás por medio, de esta no pasa")- ¿Y la chica?

Pues es más interesante aún –susurró Severus-. Es Chrysaetos Aquila y técnicamente estaba muerta, pero se la llevaron a un orfanato, y desapareció hace ocho, casi nueve, años. El viejo loco los metió en Hogwarts, para controlarlos y todo eso, pero le salió el tiro por la culata, pues son peores que Potter –esto todo lo dijo de carrerilla, como si llevara s i g l o s ocultándolo-. El chico es más reservado, pero ella parece una bomba y nunca sabes cuándo, ni dónde, ni cómo va a reaccionar. Ah, y también se llevan mal con la comadreja, la sangre sucia y cara rajada, pero con la menor Weasley no.

Muy bien, creo que habrá que vigilarlos atentamente –dijo después de un arduo pensar el señor Tenebroso-. Te dejo al cargo, Severus.

Oh si mi Lord, como usted ordene –("Jodido despreciable, ahora también hago de niñera. ¿Qué será lo próximo? ¿Regarle las plantas?")-. No les quitaré el ojo de encima.

Entonces puedes retirarte.

Y Severus salió felizmente de esa sala, para nada más aparecerse en el colegio lavarse los dientes (Si, el también lo hace) y sacarse ese sabor amargo de la boca. No se lo podía creer, llevaba años soportando a esos dos, y ahora también tenía que ser su niñera. Pero no solo a la decrépita serpiente se le ocurrió, noooo, al viejo loco otro tanto de lo mismo, y el clan igual. ¿Pero que pensaban que era? Podría empezar a cobrar y sacaría más dinero que el que Lockhart conseguía con sonreír. ("Otro repelente más del mundo"). Ai, se le olvidó a otro par: Lino Orwell y Ariane Rawson. ("Malditos ellos también. Aparte de llevarse el puesto de DCLAO, se la pasaban el día vigilándome, y criticando MI trabajo. Como os coja desprevenidos... va a correr sangre").

Aún se acordaba perfectamente cuando Dumbledore los presentó como una nueva adquisición ("eso eran las personas para el viejo, trofeos") de la Orden, para asistir a Hogwarts como profesores.

FLASH BACK

Buenas tardes, señores, señoras y señoritas –saludó alegremente (demasiado, pensaron algunos) Dumbledore. Todos estaban en la cocina de Grimmauld Place (ampliada mágicamente, por supuesto)-. Tengo la agradable noticia, de que he resuelto mis problemas.

Severus levantó una ceja a su único estilo, ("Ya, es que a lo mejor se murió el Innombrable de un infarto, no te jode"), mientras miraba cansinamente al director. Pero para su sorpresa y desgracia, detrás del director entraron dos personas. La primera, un hombre, alto, moreno, de unos ojos oscuros increíbles y el pelo oscuro. Tenía un porte seguro, y algo arrogante, para que negarlo. Detrás de él, entró una mujer. Era alta, esbelta, con unos ojos a la vez dulces y agresivos, de piel pálida ("¡Qué buena pareja haríamos, y con esas piernas, ¿cómo piensa el director que me concentre para decir mi reporte?").

A todo el mundo (vale, solo los componentes de la Orden presentes) los nuevos compañeros les parecieron agradables, pues los hombres miraban lujuriosamente a la mujer, aunque un poco discretos, lo que provocaba una sonrisa de autosuficiencia en su cara; y las mujeres miraban descaradamente al hombre, el cual se sonrojó débilmente, y los saludaron con un movimiento de la cabeza.

Tengo el placer de presentarles a los nuevos profesores de DCLAO –dijo felizmente el vejete.

¿Nuevos? –preguntó Snape enfadado ("¡Me han vuelto a quitar el puesto! ¡Y ahora el viejo se volvió loco, y pone a dos!")

Sí, Severus –le afirmó tranquilamente Dumbledore-. Les presento a Lino Orwell...

CRASSHHHH

A Severus se le cayó la taza del té que tenía en las manos, mientras miraba a Lino Orwell como si quisiera matarlo. ("Estupendo, ahora tengo otro pedante que soportar. ¿No se podría quedar perdido por el séptimo infierno?"). Cambió su mirada para una más inocente, mientras que con una mueca, que intentaba ser una sonrisa, arreglaba la taza. Orwell solo lo miraba divertido, y expresándole algo así como: No te librarás de mí ni muerto.

... y a la señorita –continuo Dumbledore después de este pequeño lapsus temporal-... Ariane Rawson...

CRASSHH BUMMM

Severus había vuelto a dejar caer la taza del té, pero el también se cayó de la silla cuando intentó agarrarla, mientras su quijada le llevaba a las rodillas, y la miraba asqueado. ("¿Cómo pude pensar tener algo con esa? Por Salazar, necesito lavarme el cerebro después de eso").

Ariane Rawson lo miraba traviesamente (peor que las sonrisas conjuntas de los gemelos Weasley y los Merodeadores), mientras le expresaba algo así como: Por fin te tengo en mis manos.

Severus, ¿estás bien? –le preguntó profundamente preocupada Minerva. Y cómo quién no quiere la cosa, le echó un vaso de agua por la cara, para sacarlo del shock en el que se encontraba.

Gracias, Minerva –le respondió ácidamente Severus-. Pero no hacía falta que me echaras un vaso de agua encima.

¿Pero si no salías de tu estado, qué querías que hiciera? –preguntó la profesora toda aflijada y con una mano en el pecho-. La próxima vez te echo pus de bubotubérculo sin diluir, y a lo mejor me lo agradeces. –Le contestó mientras lo miraba asesinamente.

Severus le dirigió una mirada asesina (lo cual está comprobado que no funciona) y se levantó para sentarse otra vez.

Bueno, como iba diciendo... –retomó el discurso Dumbledore-... que han accedido amablemente a trabajar como profesores y han ingresado en la Orden del Fénix.

Fin del FLASH BACK

Pero para colmo de sus males, por la puerta de su despachó entró Chrysaetos Aquila, la cual lo miraba sospechosamente. Y Severus cayó de la burra. ("¿Cómo, se me pudo olvidar el castigo de esta desgraciada?") cuando miró la sonrisa inocente que portaba en su cara.

Solo llevaban dos días de clases, y todo el mundo sabía de la nueva: ¡UNA SLYTHERIN Y UNA GRYFFINDOR SE LLEVABAN BIEN!

La escuela era un caos. Todo el mundo estaba revuelto. Nadie sabía que hacer. Eso presagiaba el fin del mundo. ¡Por Merlín! Que eran de Slytherin y Gryffindor, pero que se creían.

Y así entre murmullos, la gente se divertía de lo lindo. Toda la casa de las serpientes (menos cuatro personas) se la tenía jurada. Estaba con una Gryffindor, y a la Gryffindor, tampoco le iba muy bien que digamos.

Chrysa aún lo soportaba, pues la mayoría de los alumnos se alejaban de ella, pues el primero que hizo algo, se paso toda una tarde en la enfermería, y aún así, andaba con una cartel de neón encima de la cabeza que decía: ¡Soy parvo y no puedo ni hacer un hechizo levitador!

Ginny, por otra banda, tampoco lo disfrutaba, y aunque trataba de sacárselos de encima, no tenía la experiencia de Chrysa, aunque eso no significaba que unos cuantos fueran también a la enfermería.

Las dos chicas eran el tema de la semana, y que también Draco, Blaise y Pansy anduvieran con ellas, no ayudaba. Tanto Ron, como la mitad de los Gryffindor's no le dirigían la palabra, y de las demás casas, solo algunas personas.

Chrysa ya tenía asimilado que si entraba en Slytherin, casi nadie le iba a hablar, por lo que estaba la mar de tranquila, pero Ginny estaba acostumbrada a que la gente le hablara, y ahora ni un hola.

Esa primera semana, fue bastante horrorosa, pero la pasaron.

A Chrysa, lo que más le gusto fue su clase de Pociones con Gryffindor. Había conseguido que la castigaran durante el fin de semana. Esa también era el otro tema de conversación: Severus Snape había castigado a alguien de su propia casa. ¡Inaudito!

FLASH BACK

Llevaba toda la santa mañana esperando su clase de pociones. Sería la primera y quería ver la reacción de Snape cuando le hiciera imposible la clase.

Nada más entrar por la puerta, el profesor pidió silencio (algo que no hacía falta) y se dirigió al frente de la clase. Desde allí, miró a todos los alumnos presentes. Cuatro Slytherin, dos Gryffindor, cuatro Ravenclaw y dos Hufflepuff (las cuales estaban aterradas). Una clase interesante.

Debo decir –empezó-, que me extraña la presencia de algunos en esta clase –y ahí miró a Harry-. Aunque a lo mejor nos quedamos sin algún alumno después de las navidades –y miró a Chrysa, la cual le dirigió una sonrisa irónica y que no le gustó nada a Snape-. Supongo que todos tendrán la suficiente cabeza como para no malgastar el tiempo en estúpidos comportamientos, y se aplicaran conformemente. Si el rendimiento es nulo, tengan por seguro que abandonaran esta clase. –("Y ojalá se vayan todos")

La mayoría de los alumnos se miraban entre ellos, cómo intentando adivinar quién se marcharía de la clase. Los Slytherin's estaban sentados juntos, delante de la mesa del profesor, el cual intentaba por todos los medios ignorarlos. Ni que decir, que Draco y Pansy se miraron asombrados, mientras que Chrysa y Blaise se dirigieron miradas traviesas.

¿Cuánto te apuestas a que al final de la clase le quitó puntos a Slytherin y me castiga? –le preguntó Chrysa con una mirada indescifrable.

No lo consigues –le respondió Blaise, mientras Draco y Pansy se miraban extrañados.

¿Cuánto apuestas?

Te compro un conjunto elegante para las navidades. Tanto da el precio –aceptó Blaise.

Draco y Pansy estaban que alucinaban. Blaise, nunca, NUNCA, hacía apuestas. Nunca se reía tanto, y todo lo hacía con una extraña que aunque les caía bien, solo la conocían de dos días.

¿Y si pierdes? –le preguntó interesado Blaise.

Tu dirás, sugiere algo –le dijo coquetamente.

Ummm, déjame pensar –le dijo Blaise mientras se rascaba la barbilla-. Harás lo que quiera durante un fin de semana –le informó mientras le sonreía pícaramente.

Trato hecho –y le sellaron chocando las manos con una especie de ritual, y se volvieron al encerado para hacer la poción del día.

Empecemos con un repaso –anunció malvadamente Severus. ("Haber como se las arreglan")-. Señorita Aquila, ¿qué hay que añadir al Filtro de Paz después polvo de ópalo?

Ummm –se hizo la pensativa, ("¡Por Salazar! Esa está tirada: jarabe de eléboro"), pensó Chrysa, mientras Hermione estaba que saltaba en la mesa con la mano levantada ("Maldita sabelotodo. ¿Piensas que eres más lista que yo? Ilusa") volvió a pensar mientras la miraba con asco-. No lo sé.

La clase cayó en silencio. Blaise la miraba asombrado. ¡Él sabía que ella sabía la respuesta! Eso no era posible. Chrysa tenía el nivel muy alto. Podría pasar los EXTASIS si quisiera.

Vaya, parece que tenemos una inepta en la clase-. Dijo burlonamente Severus. ("¡Por Slytherin! Si esta desagraciada tiene un nivel casi tan alto como el mío. ¡Si le enseñé yo!")-. Volvamos a intentarlo.¿Para que sirve la solución de tentáculos de murtlap pasteurizados y escabechados?

Ni idea –fue su respuesta("¡Pero por Merlín! ¿No puede poner algo más difícil para que no parezca tan parva?") Mientras lo miraba inocentemente y con morritos. ("¡Chúpate esa, pelo grasiento!").

Bueno, ya que no tiene memoria, probaremos a hacer una poción del curso anterior –les "explicó" Severus (¡"Haber si te atreves a hacerla mal"!).

Y toda la clase (menos los Sly) miró mal al profesor. ¡Si fueran ellos quiénes no supieran las respuestas, les hubiera quitado 50 puntos!

Chrysa miró con ansias asesinas a su profesor. ("¡Jodido desgraciado! ¡Tendrías que haberme quitado 50 puntos. ¡Uiiii... ya verás)

Todos los alumnos fueron a por los ingredientes necesarios para la poción. Todos los prepararon, y empezaron a echarlos en el caldero. Severus se paseaba tranquilamente por la clase. ("¡Si parece que incluso Potter lo hace bien! ¡Seguro que Granger tiene algo que ver! ¡Cómo la pille, le quito 50 puntos, muajajajaja!)

Chrysa estaba muy concentrada ("Algo anda mal", pensó Severus. "Nunca se concentra tanto") preparando su poción. Pero lo que Severus no sabía, es que su alumna había cogido ingredientes de más, y no estaba haciendo lo que digamos, nada bueno.

Cuando Chrysa acabó, tuvo que esperar unos diez minutos para encontrar el momento adecuado. Blaise seguía sin quitarle los ojos de encima, y estaba descuidando su poción, y sino fuera por Draco, ya hubiera explotado.

Severus pasó cerca de la chica, quién le puso la zancadilla (la pierna delante de sus pies), lo que provocó que el susodicho profesor se cayera, y al intentar agarrarse a algo, (eso lo hacemos por inercia), lo hizo con el caldero, tirándose la poción encima.

Después de que el humo se disipara, los alumnos pudieron apreciar la nueva obra de arte: la capa se le había incendiado y en su lugar aparición un traje de cuero todo ajustado, conjurado por Chrysa- (Pensamiento general femenino, por supuesto, aunque a lo mejor alguno masculino: "¡ Quién diría que debajo de esas túnicas sacerdotales había ese cuerpazo!") y su "maravilloso" pelo desapareció para en su lugar aparecer una cresta a lo afro, muy fosforita.

Su cara, ya crispada, se enfureció aún más cuando un papel le cayó en las manos, con una nota en latín: Sa vis pacen pasa bellum.

Blaise miraba atónito al profesor. ¡Él había sido víctima de esa poción en su fase experimental! ¡No se olvidó que él, Marius y Lino habían sido las víctimas "inocentes" (eso porque no se acordaban de la sustancia viscosa que le echaron a Chrysa y Luna) y no se lo pudieron quitar hasta al cabo de cuatro horas! Y si estaba en lo correcto, su profesor intentaría deshacerse del traje, pero...

¡No la haga! –le gritó Blaise, demasiado tarde. Su profesor había tomado su varita y con un hechizo desvanecer quiso quitarse el traje. Lo que ocurrió, no fue lo que esperaba. En su lugar, cambió de atuendo, sí, pero para uno peor (o al menos en su opinión): un vestidito rosa, con puntillas y volantes a juego, era lo que llevaba. Su pelo estaba atado en dos trencitas muy bonitas con lazos rosas, y tenía un cestito lleno de flores y con la música de Heidi (¡Abuelito dime tú. !)de fondo, mientras unos coloretes muy grandes y rojos aparecían en su cara.

SEÑORITA AQUILA –le bramó echando saliva por la boca-. ¿QUÉ SE SUPONE QUE ESTUVO HACIENDO DURANTE LA CLASE? CASTIGADA DURANTE EL FIN DE LA SEMANA. Y AHORA TODO EL MUNDO FUERA DE CLASE.

Su petición no se hizo ni oír ni dos veces, cuando en la clase no quedaba ni un solo alumno.

Fin del FLASH BACK

Tendrá que limpiar los calderos que están al fondo de la habitación... –pero no pudo continuar, pues la profesora McGonagall entró por la puerta.

Severus, el director quiera hablar con nosotros u r g e n t e m e n t e –le informó recalcando la última palabra, que venía siendo igual a "Reunión de la Orden del Fénix".

Voy ahora Minerva –le dijo-. Ni se te ocurra salir del salón hasta que vuelva, y pobre tuya como falte algo –y salió con su sutil caminar, ejem, deslizamiento para seguir a la profesora de Transformaciones.

¡Fregoteo! –y todos los calderos estaban limpios, y por si las moscas, también "limpió" el resto de la mazmorra, la cual tenía un aire a limpio nunca olido.- Y ahora toda la tarde libre –conjuró un bote de palomitas mientras sacaba sus pergaminos, y se disponía a escribir algo.

Marius llevaba toda la santa semana intentando hablar con Chrysa pero entre los EXTASIS, lo de ser nuevo y ella que nunca estaba dónde el se encontraba, no tenía ninguna oportunidad para hablar. La chica lo ignoraba, y coqueteaba con algunos alumnos de séptimo, que después hablaban lascivamente de SU chica (tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no matarlos allí mismo). Ella tampoco ignoraba el hecho de que las chicas "miraban", vale digamos la verdad, se comían con los ojos a SU novio, y algunas de las afortunas no sabían a que se debía su repente acné. De esos hechos también Marius se había dado cuenta, y eso lo alegraba, pues no estaba todo perdido. (con semejantes brocas que tuvieron, lo malo sería que por esa niñez se fuera todo al garete).

Pero ese viernes se había propuesto hablar con ella. Durante la hora de la comida, no apareció y la buscó por la biblioteca, la sala común de Slytherin y por el lago. ¡Y nada! ¡Se la había tragado la tierra! Y por encima no podía subir a su habitación para ver si estaba.

Estando en la sala común, se disponía a hacer sus deberes ("¡Maldito Snape! Como si no tuviera nada mejor que hacer!"), cuando aparecieron Blaise y Draco.

¡Ei, Marius! –lo saludó alegremente Blaise-. ¿Tú dispuesto a hacer los deberes? ¿Es el fin del mundo y yo no me enteré?

Buenas –le respondió el saludo Marius-. Y no, no es el fin del mundo, pero como no tengo nada más que hacer.

¿Y ya te pusiste a buenas con Chrysa? –le preguntó cómo quién no quiere la cosa-. Aunque sea de Slytherin, parece bastante popular... –y dejó la frase al aire.

La llevo buscando todo el día, y no hay forma.

¡Pero sí está castigada! –Marius lo vio con cara de what, y Blaise continuo-. La castigó Snape durante todo el fin de semana.

Pero creo que la dejó sola –informó Draco, que no sabía muy bien porque, pero le estaba ayudando-. Snape salió con McGonagall, después de algo que ella le comunicó.

Marius salió disparado de la sala, dejando desconcertados a los otros dos, y se fue corriendo ante los ojos de los Slytherin's que se encontraban en el pasillo.

Al llegar delante de la puerta, la abrió ligeramente, un olor a limpio le llegó, y entró despacio.

Chrysa estaba en el primer pupitre, escribiendo, contando con sus dedos y volviendo a escribir. Estaba muy concentrada, y no notó su presencia.

Se acercó l e n t a m e n t e, y se situó detrás de ella. Miró sobre su cabeza, y en el pergamino pudo leer:

Voz apagada, voz que no escuchas

a ti sólo te importa tan injusto pensamiento.

Niegas querer, respondes haber querido

Tientas a la suerte, te sumerges en el olvido.

De no amar, por tu orgullo,

de no sentir que mi mundo es sólo tuyo.

Me haces daño y te da igual,

hieres mi alma jurando lealtad.

Las noches más frías,

cuando tú no estás.

Delgado pensamiento, mente inhumana

haces de mi vida lo que te da la gana.

No sientes compasión, quizá lo merecía,

pero no has perdonado, has destruido mi vida.

Niegas querer, respondes haber querido.

Tientas a la suerte, te sumerges en el olvido

De no amar, por tu orgullo,

de no sentir que mi amor es sólo tuyo.

Has clavado tus garras en mi alma,

y he mordido el helado dolor de la soledad

No has vivido la vida soñada,

y he escondido mi alma dañada.

Incauto amor de extrañas palabras,

código indescifrable de lo que antes era

un fuerte sentimiento, dulce y tenue,

de no olvidar jamás el peldaño que subirás.

Niegas querer, respondes haber querido.

Tientas a la suerte, te sumerges en el olvido

De no amar, por tu orgullo,

de no sentir que mi alma es sólo tuya.

Marius estaba algo preocupado. Chrysa no solía mostrar "ese" tipo de sentimientos. Siempre se los guarda todo, y eso le hacía más mal que bien.

La chica suspiró, y se pasó el dorso de las manos por los ojos. Marius se sintió mal, y pensó que debería hacer algo. No le gustaba verla así.

Nunca supe que escribieras.

Chrysa se levantó en el momento, tensando su cuerpo cuando vio a Marius allí. No sabía cuánto tiempo llevaba, pero tampoco le apetecía averiguarlo. Solamente bajó la mirada, e intentó disimilar lo más posible.

Hay cosas que deberías decir –le dijo Marius, viendo que ella no pensaba hablar-. No es bueno guardárselo todo –nada, Chrysa seguía sin decir nada. Marius se acercó, provocando que la chica diera un paso hacia atrás, tocando la mesa de Snape-. Creo que a ti, te gusta tanto esta situación como a mí. –Chrysa lo miró a los ojos, y Marius continuó-. Sé, que no debería hacer lo que hice, sobre todo si te podía hacer daño, y no hay nada que justifique lo que he hecho. Pero... –Chrysa se mordió los labios, e intentó controlar sus lágrimas, algo que no pudo, pues ya le estaba cayendo por las mejillas. A Marius se le encogió el corazón al verla así, y se acercó otro paso-... también sé que podemos volver a intentarlo, pues lo nuestro no es algo tan fácil de olvidar.

Y Marius dio otro paso terminando de acortar la distancia. Sus cuerpos estaba pegados. Marius le secó las lágrimas dulcemente con los pulgares, mientras le sonreía de la misma manera. Ante este gesto, Chrysa se abrazó a él con todas sus fuerzas, volviendo a llorar.

Shhh, no te preocupes –le susurró en el oído-. Aún tenemos mucho que pasar. Esto no se termina aquí.- y le cogió la cara con sus manos, juntando las frentes. Los ojos de Chrysa estaba brillantes por las lágrimas, y con el rostro así, se veía más preciosa que nunca-. Es la primera vez que te veo llorar, y me gustaría que la próxima vez fuera de felicidad.

Marius acercó sus labios a los de Chrysa, y los rozó suavemente, comprobando que estuviera correspondiéndole. Chrysa cerró sus ojos, a la vez que sentía los labios de Marius.

Llevaban toda una semana sin besarse, y ese primer roce les hizo entra en el cielo. Poco a poco el beso se volvió más apasionado, haciendo que sus bocas se juntaran como si nunca más lo volvieran a hacer. Se las recorrían con las lenguas, y se abrazaban más fuerte.

Chrysa enrolló sus brazos tras su cuello, mientras le revolvía el pelo, y Marius la cogió en peso, sentándola en la mesa, que casualmente se encontraba vacía. Poco a poco sus manos iban recorriendo sus cuerpos, sin dejar de besarse. El ambiente se empezaba a calentar, y pronto sintieron que sus ropas sobraban.

Dejando solo tres segundo sus bocas, Chrysa le sacó la túnica y la camisa a la vez, dejando ver el bien marcado cuerpo de Marius. Nada más tirarlas al suelo, siguieron besándose, mientras Chrysa recorría sensualmente con sus manos su pecho. Marius dejó sus boca, para ir bajándola por el cuello de Chrysa, mientras desabrochaba los primeros botones de su blusa con una mano, y con la otra iba subiendo lentamente la falda.

Estaba a punto de desabrochar el tercer botón de la camisa de Chrysa, cuando la puerta se abrió bruscamente y entró...

Bueno, hasta aquí por hoy, nos vemos, bikiños Loka Lupin.