3. You Hand In Mine
De todos modos, cuando crees haber encontrado a esa persona tan única como tú te da miedo perderla, como has perdido en incontables ocasiones, es comprensiblemente humano (o amazona), pero es tanta tu necesidad que prefieres vivir pocos y fugaces momentos así y después vivir en el dolor incrementado, que vivir toda la vida con la incertidumbre, pero después de todo, si esa persona es eso que buscas, no se quedará ahí para siempre? Eso nos han hecho creer.
El verano seguía azotando el hemisferio norte de la tierra. Bruce estaba recuperado de sus heridas físicas, nunca lograría recuperarse de las heridas del pasado que marcan el alma.
Diana seguía realizando sus visitas a la mansión Wayne a pesar de que Bruce había regresado a operar como Batman, su ausencia fue breve. Alfred se alegraba con las visitas de Diana, su amo, Bruce, interesado en algo más que el trabajo lo hacía feliz.
Es uno de esos momentos tan perfectos que ofrece la vida que quisieras que nunca acabara. Dos casi desconocidos haciéndose compañía en sus situaciones tan extrañamente similares. Seguían siendo desconocidos, sobre todo Bruce para Diana, qué sabía ella sobre él, y aun así, eso no importaba.
Los 2, tan parecidos ahora, platicaban por horas en la sala de la mansión Wayne, para hacer menos tristes los días, sólo para eso. Era obvio el sentimiento que ambos compartían, pero ninguno de los 2 estaba dispuesto a la soledad nuevamente, preferían hacerse compañía como amigos. Era mejor.
No es que ellos no se sintieran acompañados cuando estaban en la Atalaya, con Superman y todos ellos, pero su mente y sus necesidades eran diferentes, mucho más complejas, por ende, ambos, con esas necesidades se complementaban, ninguno de los 2 llenaba el hueco del otro, pero Bruce ya lo había dicho, nada nunca lo hará, sin embargo, cuando estaban juntos dejaban de sentir, por breves instantes, ese hueco, no era precisamente felicidad, pero al menos, era lo más cercano que ambos habían sentido desde hace mucho tiempo.
Era lógico que en sus conversaciones casi diarias, ellos tocaran el tema de su enredada situación sentimental. Hablar de tiempo con una amazona es como hablar de universo con Dios.
"He espado por tanto tiempo Bruce" Diana le decía, él pedía tiempo para pensar las cosas respecto a ellos 2.
"Princesa, el tiempo para ti es diferente que para mi... el tiempo es un concepto con significados distantes entre tú y yo" él le explicó, recordando otra la las muchas cualidades de Diana como amazona, pero en ese momento ella no quería recordar eso, es decir, todo lo que ella conoce ahora morirá con el tiempo y con eso, su vida actual.
Diana miró con tristeza a Bruce, últimamente ambos se miraban sólo de ese modo. Dolía.
Para ablandar el dolor, cosa imposible pero ellos querían creerlo, ambos daban paseos por la ciudad, ella vestida de civil pasaba inadvertida. La ciudad era un buen lugar... gris, triste, desolado, ajeno, cada persona en sus propios asuntos.
No estaban saliendo como pareja, no, sino se hacían compañía como amigos.
Él caminaba con las manos en sus bolsillos, ella a su lado, a veces sujetada de su brazo.
"Ven" él sonrió y la tomó de la mano, la ciudad estaba en medio de la noche, pero las luces de neón parecían sueños rotos iluminando a la urbe.
"A dónde me llevas?" ella preguntó mientras ambos corrían entre los autos.
Entonces llegaron a un edificio dónde había una pantalla de televisión gigante, pasaban muchas cosas, anuncios, noticias, cualquier cosa.
"Qué quieres que vea?" ella preguntó, intrigada aun.
"Espera, ya saldrá" él miraba la televisión.
Y sí, entre un comercial de refresco y uno ropa apareció una imagen de la Liga de la Justicia, a modo de agradecimiento "nos han salvado por años" la televisión anunciaba.
"No estás tú" Diana miraba el televisor.
"Soy un mito urbano" Bruce la miró y sonrió.
Contemplaron la televisión por unos minutos más. "Te ves hermosa en pantalla" Bruce dijo, ambos seguían tomados de la mano, en la acera frente al televisor, junto a un semáforo, a 1 paso del cruce peatonal, mientras los autos no detenían su marcha por las calles y avenidas de Gotham.
Parecía que esa era la última noche sobre la tierra, caminaron durante horas por la ciudad, visitaron clubes, observaron cada detalle de Gotham. Ninguno de los 2 estaba dispuesto a despedirse, ninguno lo quería. Ser de nuevo sólo Bruce y Diana, al despedirse ella regresaría a la Atalaya y con eso, regresaría a ser Wonder Woman. Pero era inevitable su regreso, no importaba por ahora, al otro día iría a la mansión Wayne.
No quería romper la rutina, rutina que se limitaba a ir a la mansión Wayne, el resto siempre era sorpresa. Así que al día siguiente fue, Alfred la recibió como siempre y charló con Bruce como siempre.
Era un bello piso alfombrado, Bruce sentía en sus pies desnudos el peluche de la alfombra, por alguna razón no tenía zapatos, se levantó para traer personalmente una bebida para la bella Princesa, de regreso, en el filoso borde de la pared golpeó torpemente su pie en el dedo pequeño, es un terrible dolor.
"Maldición!" él exclamó y dejó el vaso en la mesa, se sentó para observar su pie.
"Estás bien?" Diana preguntó tratando de observar la herida.
"Creo que está roto" él dijo tocando el pequeño dedo y quejándose.
"Te debe ver un médico" Diana le dijo, era lógico.
"Alfred es un buen médico"
"Señor, como le he dicho en incontables ocasiones..." Alfred ingresó a la habitación "no puedo atender heridas de esa índole, huesos rotos o hemorragias internas"
"Está bien" Bruce dijo "iremos a un hospital"
Bruce y Diana fueron al hospital de Gotham, un edificio iluminado por luz azul, Bruce llevaba sandalias al no soportar en su pie un zapato, y notaron que en el transcurso de la mansión al hospital el dedo comenzó a ponerse desagradablemente negro.
"Bonito, he?" Bruce entraba ayudado por Diana y con su mirada señalaba su pie.
"Te duele?"
"He sentido dolores peores" él sonrió.
En la entrada había sillas de ruedas para los pacientes graves. Diana tomó una, "siéntate" ordenó.
"Vamos! Puedo caminar yo solo" Bruce se negó por supuesto.
"Recibamos el servició completo" ella sonrió y él accedió a sentarse.
Diana manejaba la silla a toda velocidad. "Con calma!" Bruce venía venir la pared pero sintió como Diana frenó y él, gracias a la inercia, se balanceó hacía adelante y se dio y leve golpe en la cabeza.
"Perdón" Diana se rió.
"Me va a salir un hematoma" él dijo mientras frotaba su cabeza.
Diana esperó mientras un médico revisaba a Bruce, obviamente no era nada grave y obviamente Alfred pudo atenderlo fácilmente. Era sólo otro momento para que ambos salieran juntos nuevamente.
Bruce salió del consultorio, con el pie enyesado y cojeando levemente.
"Tonto" Diana dijo al verlo, con una sonrisa que Bruce hace mucho no veía en ella... ni en nadie.
Nunca más volverás a estar solo.
...continuará
