Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, son propiedad de Rumiko San

LEYENDA DE DOS DESTINOS

Escrito por : Alcione Yil de Cfiro.

Capítulo 1: Un Nuevo Hogar

Los rayos del sol como dedos llenaban de una sensación cálida el rostro de la pequeña niña acariciando sus mejillas , fue agradable el percibir la llegada de la mañana, la pequeña abría lentamente sus ojos se sentía feliz recordando el protector abrazo que recibió la noche anterior de su amo sus mejillas se ruborizaron ligeramente, Rin se incorporó de su descanso su mirada se dirigió al lugar donde su amo había dormido, era de imaginarse el Youkai ya no se encontraba a su lado.

-... de seguro anda por allí inspeccionando los alrededores ... – se dijo Rin mentalmente.

Rin se levanto de su asiento, miro a su alrededor , observó dormir tranquilamente a las mascota dragón a- uh y al pequeño malhumorado youkai verde.

- ... ¿ Por qué Jaken San se enoja mucho con Rin? Si, Rin quiere a Jaken San ...- pensaba la niña humana mientras acercaba su rostro al rostro del youkai verde, dormía placidamente y roncaba, al escuchar Rin los extraños sonidos que salían de los labios de Jaken soltó una pequeña risita interrumpiendo así el sueño del sapo.

Jaken abrió los ojos lentamente, pero al darse cuenta de que tenía un rostro muy cercano de su cara exactamente enfrente, abrió los ojos de par en par como platos y la niña humana parpadeó, Jaken grito por el susto de encontrarse con los ojitos esmeralda frente a él, instintivamente se alejó de la pequeña.

- Chiquilla tonta ¿ Por qué me asustas? . musito Jaken, intentaba controlar su respiración por el susto.

- Rin solo quería darle los buenos días – Rin lo miro atenta.

- Rin no quería asustarle – dijo la pequeña acercándose al Youkai, aprisiono su cuello con sus pequeños brazos lo apretó, Jaken se sonrojo, esa Chiquilla tenía algo especial lo hacía derretirse ante sus muestras de afecto, recuperando su habitual carácter le habló.

- Basta Rin, no hagas eso, me molesta, me asfixias – dijo un Jaken ya casi morado por el fuerte abrazo, aunque una parte de él quisiera seguir a su lado allí siendo asfixiado por la chiquilla que contra viento y marea siempre tenía una muestra de cariño para él, un simple sirviente del gran Lord de las Tierras del Oeste.

- Esta bien Jaken San, no lo haré más por hoy, pero mañana Rin intentará darle los buenos días sin asustarlo – dijo la niña soltando de su abrazo al siervo , le obsequió una sonrisa y dirigiendo su vista a – uh, sus ojos brillaron al encontrar unas lindas rosas de color carmesí, eran hermosas, tenían vida y con solo observarlas te hipnotizaban por su belleza, la pequeña corrió, tomó una rosa en sus manos, sintió un piquete no le dio importancia, seguía embelesada en la rosa, acerco su rostro a ésta y con su nariz inhalo el dulce aroma de aquella rosa que parecía tener pétalos de cristal, se escucho ruido por los arbustos, algo se acercaba abriéndose paso en medio del verde follaje, Rin seguía maravillada observando la rosa que tenía en sus mano, fue interrumpida por el youkai de aspecto pequeño y color verde.

- Chiquilla, ven acá es peligroso que te alejes del campamento – dijo Jaken buscando algunas casuelas en su equipaje para preparar el desayuno.

- No me pasará nada Jaken San, Rin sabe cuidarse – dijo Rin aún con la rosa en sus manos - ... esta linda rosa será para mi amo, ¿ a Sesshoumaru Sama le gustará? ... – la niña pensó esbozando una sonrisa mientras se afirmaba y pregunta sobre su acción.

- Jaken, necesito hablar contigo – dijo Sesshoumaru llegaba de su paseo de los alrededores, se acerco a Rin.

- Amo bonito ha vuelto en un segundo estoy con usted dispuesto a escucharlo- dijo Jaken.

Al escuchar la fría voz de Sesshoumaru, Rin se incorporó y dio media vuelta para entregar la rosa a su amo, sentía tranquilidad y dicha era libre y se encontraba cerca del Youkai más fuerte, para la pequeña niña ese apuesto joven era su príncipe, como un cuento de hadas, ella era una niña humana que esperaba ser su princesa , Rin fantaseaba en el momento en el que se acercaba a su amo, Jaken hizo un movimiento brusco y topo con la chiquilla a su espalda, la niña tropezó y al caer los pétalos de las rosa se desprendieron y volaron bailando con el viento, Rin guardo silencio, retuvo su llanto, sus ojos se cristalizaban, asomando lagrimas de dolor y frustración – NO! – se escucho en susurro de los labios de la pequeña, el inaudible sonido llegó a oídos de Sesshoumaru, ese estúpido sapo no había tenido cuidado y sin darse cuenta hizo que Rin cayera, observaba sin moverse la escena, Jaken volteaba a mirar a Rin que aún no se movía, seguía conteniendo el llanto.

- ¿ Rin estas bien ?- preguntaba Jaken asustado, mirando de reojo a su amo bonito, si no hacia algo pronto moriría en las garras de su lord.

Rin no dijo nada. Se escucho la voz de Sesshoumaru con tono de preocupación.

- Déjanos solos Jaken – Dijo el joven acercándose poco a poco a la niña, no era común que Rin cayera y no hiciera un escándalo, siempre era lo mismo, constantemente Jaken y su pequeña se la vivían peleando, cuando esto ocurría, Rin se quejaba y él pateaba a su sirviente o simplemente le golpeaba en la cabeza con las pequeñas piedras que recogía del camino para aventarle libremente.

Sesshoumaru llegó hasta el lugar donde Rin estaba recostada boca abajo, su carita se apoyaba en sus brazos cruzados, acerco su rostro a la altura de la niña.

- Rin, ya se fue Jaken, vamos dime que te ocurre? – dijo Sesshoumaru.

Nada , ni un solo sonido, el silencio era una aflicción, no hubo movimiento, Rin no se movía, estaba quieta recostada ahí en el suelo delante de él.

- ... Lagrimas ... - se dijo mentalmente Sesshoumaru cuando el olor a líquido salino llegó a su olfato, se tenso, - ... ¿ acaso su pequeña Rin estaba lastimada ? ... – pensó el youkai .

- Rin – dijo nuevamente en un susurro cerca del oído de su protegida. – dime que te ocurre – su voz dejaba al descubierto su preocupación.

- Sesshoumaru Sama – dijo Rin soltando en llanto, dejo correr con libertad las lagrimas por sus rosadas mejillas, levantando su rostro, el Lord de las tierras del oeste aló a la niña y la sostuvo en sus brazos y la recostó en si regazo.

- Tranquila, Jaken recibirá su castigo – dijo Sesshoumaru posando su vista en los ojos esmeralda de la niña.

La niña dejo huir un suspiro, se tranquilizó.

- No mi señor, Jaken San no tiene culpa – dijo la niña escondiendo su rostro en el pecho de su amo.

- Mmm... dime te duele algo – dijo el youkai buscando la mirada de la niña, no obtuvo respuesta, Sesshoumaru moviendo la carita de Rin, buscando nuevamente sus ojos - ¿ Por que esas lagrimas? – le pregunto tranquilo a su protegida.

- Lo que ocurrió fue que Rin tenía una sorpresa para Sesshoumaru Sama y cuando Rin cayó la arruinó – dijo la pequeña niña con tristeza en su voz y nada de brillo en sus ojos, nuevamente se asomaban lagrimas traviesas, sin duda alguna la melancolía con la que dijo sus palabras era turbadora.

- No hay nada de que preocuparse dime que era y me haré el sorprendido – dijo Sesshoumaru obsequiando una sonrisa invisible en sus mirada, la acción y las palabras de la niña lo enternecieron.

- ¿ Habla en serio mi señor ? – preguntó Rin incrédula.

- Si, muy en serio – dijo Sesshoumaru limpiando con la punta de sus dedos las lagrimas que se encontraban perdidas en el rostro de Rin.

- Bien le contaré – dijo su protegida iluminando su rostro con una ligera mueca parecida a una sonrisa.

El youkai dejo escapar un suspiro sabia que era un error haberle dicho eso , ella no pararía de hablar hasta terminar con su relato, sin embargo, con tal de verla feliz el la escucharía ...

Rin empezó a contarle a su señor todo lo que hizo en el transcurso de la mañana, Sesshoumaru no pudo evitar dar una sonrisa cuando la pequeña le contaba la parte en que asusto a Jaken, se conmovió cuando Rin le platicó lo que tenía pensado hacer cuando consiguió tener en sus manos la rosa que especialmente había destinado para entregarle, Sesshoumaru abrazo a su protegida y le agradeció el detalle, le hizo saber que era una linda sorpresa, Rin sintió saltar su corazón de alegría como un impulso beso la mejilla de su amo y le dijo que le quería mucho.

- Sesshoumaru Sama tengo hambre – dijo Rin separándose de su amo.

- Jaken ¡!- grito Sesshoumaru poniéndose de pie.

- Dígame amo bonito – dijo Jaken saliendo de los arbustos, estaba agitado, al escuchar la voz de su lord, llegó a su llamado antes de que se molestará.

- ¿ Esta listo el desayuno ? – pregunto Sesshoumaru.

- Si mi señor – dijo Jaken.

- Sirve a Rin de desayunar – dijo Sesshoumaru

- Si mi señor, como usted diga – dijo el youkai de tez verde – sígueme Chiquilla - terminó diciendo , buscando el cuerpecito de la niña.

- Hai, Jaken San, Rin se muere de hambre – dijo Rin corriendo hacia donde el sirviente se encontraba, antes de que Jaken siguiera su camino al lugar donde estaba la comida, frutas, semillas y leche, escucho la voz fría de su amo.

- Jaken, sirve de comer a Rin y después vienes, necesito decirte algo importante-dijo Sesshoumaru.

- Si amo , vamos Rin, necesitas comer algo, traje lo que te gusta manzanas y leche de cabra – dijo Jaken.

- Si que si , RIQUÍSIMO! – grito Rin

- ... ni rastro de tristeza ... – pensó Sesshoumaru, su pequeña Rin tenía algo especial, era diferente a los tontos y débiles humanos que poblaban la tierra, no le temía, al contrario su Rin le quería, minutos antes se lo había dicho y eso le lleno de sensaciones que había olvido sentir cuando antes había demostrado libremente su afecto a esa persona que tanto amo, pero ya era parte del pasado, era un olvido muerto, como podía ser revivido en el presente y solo al escuchar las dulces palabras de su protegida. Sesshoumaru dibujo en sus labios una mueca como si obsequiará una sonrisa a su niña. El youkai vio a Rin empezar a comer , él estaba seguro de que su pequeña Rin ya se encontraba tranquila y fuera de peligro con esa idea se adentro al bosque para esperar a su paciente.

Sesshoumaru camino a paso lento, pasando a través del Follaje verde, meditó sobre el tema del Nuevo Hogar para su Rin.

- ... ¿ Cómo lo tomaría su pequeña? ... – se pregunto en silencio, esperaba impaciente a Jaken, quería sentir el apoyo de su sirviente, ese pequeño Youkai que le seguiría ciegamente hasta el fin del mundo si fuera necesario, si eso necesitaba que Jaken le dijera que opinaba de dejar a Rin en el castillo que anteriormente fuera de su padre y ahora le perteneciera a él, bacilo, movió su cabeza de un lado a otro levemente, ya tenía tomada una decisión, Rin viviría ene l castillo no habría marcha atrás, era justo y necesario por la seguridad de su protegida y tranquilidad de su corazón.

La niña necesitaba de una figura femenina que le enseñará las letras, el comportamiento de una Dama y no encontraría mejor institutriz que Mikomi San, ella era una mujer Youkai, toda una dama, excelente para hacerse responsable de su Rin. Sesshoumaru buscó asiento en una roca y siguió pensando esperando a su sirviente.

Jaken servia la leche en un vaso de barro a Rin y le entregaba dos manzanas grandes y rojas rebanadas en trozos pequeños para que la chiquilla no tuviera problemas para saborearlas.

- Rin regreso en un momento, voy al lugar donde esta el amo bonito para que me diga el asunto de importancia – dijo Jaken.

- Si Jaken San aquí lo espero junto a – uh – dijo Rin sentándose a un lado del youkai dragón.

- cuídala a – uh, no permitas que se aleje del campamento – dijo Jaken mirando a los dos cerca de los arbustos, giro hacia la dirección que su amo había tomado tranquilo y confiado en que a-uh cuidaría de la chiquilla.

Jaken siguió su camino, buscando el olor de su amo, - ... ¿ Qué era aquello de importancia que Sesshoumaru Sama querría decirle? ... – preguntaba la mente del Sapo.

- Tardaste mucho Jaken – dijo Sesshoumaru interrumpiendo el cuestionamiento mental de su sirviente al verlo llegar.

- Disculpe mi señor, me aseguraba que Rin estuviera a salvo con a – uh. Dijo Jaken temeroso.

- Entiendo – se escucho la voz fría de su amo, Jaken sintió escalofrío recorrer sus piernas, tembló, acaso su amo bonito lo castigaría por lo ocurrido en la noche anterior y en la mañana con la niña humana, temía por su vida, muchos años al servicio de la familia de los Youkais de las Tierras del Oeste, ahora su futuro era incierto.

- ... ¿ qué pasaría con su vida ? ... – se dijo con pensamientos turbadores a si mismo, suplicaría perdón de rodillas a su Lord si era necesario. - ... ¿ Qué sería de él sin su amo ?... – se pregunto nuevamente en silencio, no quería terminar solo, vagando en las aldeas de las tierras pertenecientes a Sesshoumaru Sama.

- Toma asiento Jaken, no temas - dijo Sesshoumaru notando la tensión de su sirviente, intentó ser sereno, mostró un lugar adecuado para que él tomará asiento, cerca de la roca donde él se encontraba sentado.

- S... si mi señor – dijo Jaken con voz temblorosa, tragó saliva se acerco al lugar que se su amo le indicó – Dígame amo en que puedo servirle – dijo Jaken tomando asiento en la roca señalada por Sesshoumaru.

- ¿ Jaken... dime... que opinas de Rin ? – preguntó Sesshoumaru con tono tranquilo y pausado.

- Mi señor – dijo Jaken desconcertado, Sesshoumaru no dijo nada a ante la expresión dada por su sirviente, continuo callado esperando respuesta.

- Bueno... yo ... pienso que es una chiquilla inquieta, que marea con su palabrería, no para de hablar, algunas veces es insolente, es una chiquilla débil y chiflada – dijo Jaken con un deje de inseguridad a las palabras que daba a su lord respecto a la niña.

- Mmm... entonces crees que es una molestia, una carga? - preguntó nuevamente Sesshoumaru llevo su mirada al cielo azul, las nubes como cúmulos de algodón paseaban en este pasivamente.

Jaken miro a su amo con sorpresa era la primera vez que su él tomaba en cuenta su opinión - ... era cierto que Rin mareaba con su labia, que podía dar problemas cuando enfermaba, pero era una chiquilla cariñosa y buscaba ayudarlo en las actividades que podía, eso no significaba que fuera una molestia o carga al contrario sin ella ninguno de los dos sentirían tener vida, Rin les brindaba alegría y cuando dormía proporcionaba momentos de tranquilidad y silencio para disfrutar en puertas de la oscuridad de la noche...- pensaba Jaken preparando las palabras indicadas para dirigirse a su amo.

- Mi lord, Rin no es una molestia, ni mucho menos una carga, ¿ acaso el amo bonito, quiere deshacerse de la chiquilla? – dijo jaken con firmeza, temiendo que su amo lo tomará como un cuestionamiento de sus actos y que esta vez si le cortará la cabeza por insolente.

- No Jaken, no pienso, ni quiero deshacerme de Rin, solo he pensado en el bienestar de la pequeña, corre peligro, si pasa más tiempo compartiendo nuestros viajes, solo quiero saber que estará segura - dijo Sesshoumaru, Jaken abrió sus ojos de par en par, su amo estaba siguiendo una conversación con él , diciendo más de 3 palabras, definitivamente era un tema importante para su amo, esa chiquilla no solo era especial para él, sino también para el lord de las tierras del Oeste.

- Dígame Sesshoumaru Sama, ¿ qué ha pensado hacer para que Rin no corra peligro y este segura ? – preguntó Jaken con duda.

- La llevaré al castillo y la dejaré a cargo de Mikomi San, ella será una buena instructora para Rin – dijo Sesshoumaru

- Me parece una excelente ideas amo bonito – dijo Jaken dejando a un lado el miedo de escuchar una respuesta negativa, estaba feliz la chiquilla seguiría cerca de ellos.

- Puedes retirarte Jaken - dijo Sesshoumaru al escuchar a su sirviente, estaba satisfecho con su decisión, era lo mejor para su Rin.

- Mi señor disculpe, ¿ Cuando se lo dirá a Rin? – preguntó Jaken

- Mañana, antes de partir – fue lo último que se escucho decir de labios del lord de las Tierras del Oeste, se pudo de pie y le dio la espalda a Jaken entendiendo que la conversación ya había terminado.

Jaken camino hacia el campamento y encontró a una pequeña Rin brincando de un lugar a otro, la niña estaba contenta, miraba como volaba una mariposa de colores vivos.

- Allá en la fuente había un chorrito, se hacia grandote se hacia chiquito... – cantaba Rin mientras brincaba en un solo pie sobre el verde zacate.

- ¿Qué cantas chiquilla? – preguntó Jaken curioso a la niña.

- La canción del Chorrito , A-uh le gusta que Rin Cante para él, entonces Rin hace feliz A-uh – dijo Rin como respuesta a la pregunta del sapo.

- Ya veo, sigue jugando, tengo que recoger mañana partiremos temprano para seguir nuestro viaje – dijo Jaken.

Si señor Jaken, ¿ eso era lo importante que Sesshoumaru Sama tenía que decirle? – pregunto la niña inocentemente.

Al sirviente se le hizo un nudo en la garganta al recordar el asunto por el cual su amo le había mandado a llamar.

- Si Rin – dijo una voz tranquila dándose paso por los arbustos para delatar la figura dueña de está.

- Sesshoumaru Sama ¡!- Grito Rin corriendo hacia su amo, lo abrazo y colgándose de su cuello cuando Sesshoumaru se ponía a su altura para recibirla le beso la mejilla izquierda.

- Amo bonito – susurro Jaken tragando saliva debido a los nervios , su amo había llegado justo a tiempo para salvarlo de las interrogantes de la chiquilla.

- Jaken , continua recogiendo – dijo Sesshoumaru mientras se sentaba bajo la sombra de un árbol para meditar un rato.

- Huitsi, Huitsi, araña tejió su telaraña vino la lluvia y se la llevo, salió el sol, se seco la lluvia y Huitsi Huitsi araña otra vez tejió - La pequeña Rin siguió cantando sentada a un lado de A-uh, haciendo ademanes que acompañaban a la canción, como si tejiera ella una telaraña.

Todo estaba tranquilo, esperaban pacientemente la noche para después de unas horas seguir con su camino y llegar a su destino el " NUEVO HOGAR DE RIN ", solo de pensarlo a Jaken se le ponía la piel de gallina, ¿cuál sería la respuesta de la niña ante la noticia, daba gracias en ese momento por no estar en los zapatos de su amo, sería terrible ver los hermosos y vivaces ojos esmeralda de la chiquilla cristalinos por las lagrimas que se asomarían por la tristeza de no estar más en compañía de su amo en sus largos y peligrosos viajes.

El tiempo paso despacio, la oscuridad de la noche se apoderó del campamento , Jaken hizo una fogata rápidamente antes de que la temperatura descendiera y afectará el pequeño cuerpo de Rin.

Rin se encontraba dormida recargada en el cuerpo del Youkai Dragón, Su amo observó como la ella descansaba sin decir nada se puso de pie y cruzó el bosque para llegar al lago, Jaken se preocupaba por preparar la cena, así que fue a buscar algunas semillas cerca del lugar donde acampaban.

Una hermosa mujer de cabellos ébanos corría en medio de la oscuridad del bosque la única testigo de una persecución sin fin era la luna, la mujer corría de prisa, su rostro dibujaba angustia y tristeza a la vez, su mirada estaba pérdida buscaba refugio, su corazón latía como caballo desbocado, sus piernas ya no le respondían por el cansancio, tropezó y antes de caer con su cuerpo protegió el bulto que llevaba en sus brazos, un hermoso bebé que al sentir el impacto soltó en llanto, la joven arrullaba al bebé, le cantaba y le decía tiernamente que no había peligro.

- Shhhh , tranquila cariño, no hay nada que temer, mami esta aquí – dijo la joven de hermosos ojos esmeralda, dos piedras preciosas que brillaban con el reflejo de las estrellas, la criatura que llevaba en sus brazos se tranquilizo al escuchar su voz, demasiado tarde, los hombre que le perseguían estaban muy cerca, era el momento de decir adiós a su pequeño tesoro , la joven dejó al pequeño bebé entre los arbustos, antes de depositarla en el suelo, beso su frente y le coloco en su cuello una cadenita de plata con un dije como una especie de lagrima color azul rey y dentro de esta se reflejaba una rosa

– te amo angelito – fueron las últimas palabras de la joven antes de seguir su huída, dejando allí a solas en el peligro de la noche a su pequeña hija.

No paso mucho tiempo para que los hombres alcanzaran a la hermosa joven y sin piedad alguna le dieran muerte.

- Muere linda Dama – dijo un hombre atravesando con su espada su pecho.

- Es una lastima que sea Youkai, era muy hermosa- dijo otro hombre que reía a carcajadas ante su acto de maldad junto a otros hombres, un acto cobarde realizado sin remordimiento de conciencia, algún día recibirían su castigo, algún día ...

La pequeña Rin despertó con lagrimas corriendo en su rostro, que había ocurrido que eran esas imágenes presenciadas en su mente, eran descabelladas, como era posible que algo tan terrible hubiera ocurrido, era un amargo sueño, NO, era una Horrible pesadilla que la había hecho presa de angustia esa noche, miró a todos lados y no encontró a nadie, - ¿ donde estaba el señor Jaken? – se preguntó Rin – y el amo Sesshoumaru – volvió a decirse para sí misma la niña, su frente tenía pequeñas gotitas de sudor que resbalaban por su nariz, quería deshacerse de cada imagen vista en sus sueños, necesitaba ser liberada de tan aterrador suceso, no tenia a nadie a quien contarle, se acostó en posición fetal acercándose a-uh, buscando su calor y nuevamente se quedo dormida.

En otro lugar contemplando la hermosa luna llena se encontraba el gran Lord de las Tierras del Oeste, vagos recuerdos venían a su mente se encontraba sentado en las piernas de una hermosa mujer Youkai de largos y finos cabellos negros azabache y ojos azules como el mar, sus ropas eran de seda vestía un lindo Kimono Azul Claro, con hojas de sakura dibujadas en este color blanco y el Obi azul marino.

Cariño, cada día eres más apuesto, eres un digno hijo del Gran Inutaisho – decía la mujer de grande zafiros en su mirada, observaba a un pequeño cachorro de 6 años que estaba sentado en sus piernas , ella acariciaba su cabellera plateada y se hipnotizaba encontrando su mirada con los bellos ojos ámbar de su pequeño hijo.

Si mami – decía el pequeño recargando su cabeza en el regazo de su madre.

Sesshoumaru debes crecer para ser el mejor guerrero y hacerte digno de la mano de la princesa humakai – dijo la mujer.

¿ Humakai ? – dijo el niño incorporándose y buscando la mirada de su madre.

Si Cariño , te contaré la historia que se ha contado de generación en generación en mi familia – dijo la mamá del pequeño.

Hai, mami te escucho- dijo Sesshoumaru atento para escuchar el relato de su madre.

- Mira se dice que cada 200 años hace su aparición en medio del bosque de las Tierras del Oeste un portal que hace conexión entre mundo de la magia y el poder absoluto con nuestro mundo de la realidad y poder relativo, es una hermosa aldea donde existe la paz entre Youkais y Humanos hay un equilibrio entre nuestras razas, todos son amigos y se unen para mantener la armonía que en nuestro mundo no podemos mantener, la hija de los reyes de esta aldea, es el pilar que sostiene a las razas que habitan en la Tierra, esta princesa heredera del mundo Humakai, tiene un poder Oculto que la diferencia de cualquier humana o Youkai de nuestro mundo. – dijo la mujer observando a su hijo.

- Que interesante mami, sigue, sigue – dijo Sesshoumaru estaba fascinado con la explicación de su madre se parecía a los muchos cuentos que le contaba cada noche antes de dormir, pero este relato era diferente era real y la curiosidad le pedía escuchar más...

- Ella es fruto de la unión de ambas razas, su sangre es pura, adquiere la forma del padre dominante, no se sabe si será humana o Youkai, sin embargo de lo que no cabe duda es que se trata de una mujer muy hermosa y especial, cualquier Humano o Youkai que la conozca la deseará. – decía la madre de Sesshoumaru observando el interés de su hijo en su historia.

- Sigue mami no te detengas – dijo el pequeño cachorro con un brillo en sus ojos dorados que hacían competencia al astro rey.

La madre sonrió al sentir el interés de su hijo, había surtido efecto como debía la historia de la leyenda de la princesa Humakai.

- No comas ansias pequeño, ahora termino de contarte la historia, debes saber que solo existe un ser que es y será digno de su amor, solo ese Humano o Youkai podrá ser capaz de conquistar el corazón de la princesa, para compartir con él en la eternidad de la vida y la muerte – dijo la mujer

- Dime más mami ¿ que características debe tener ese ser? – dijo Sesshoumaru entusiasmado.

- Pues... debe ser el más fuerte de su raza y si es posible de ambas, no debe haber ni Humano, ni Youkai que pueda vencerlo – decía la mujer sonriendo a Sesshoumaru.

- Entiendo mami, Te prometo que yo seré el Youkai más fuerte y el mejor de ambas razas aquí en la Tierra, encontraré a la princesa, me casaré con ella, nadie será más digno de tenerla a su lado que yo- dijo un cachorro decidido listo para encontrar o conseguir un valioso tesoro.

- Así se habla mi pequeño, serás el mejor , encontrarás a esa princesa , serás muy feliz – dijo la linda mujer orgullosa de las palabras de su hijo.

- mmm... Contándole a nuestro tesoro, la historia de la princesa del bosque , una leyenda muy interesante, me pregunto si en verdad existirá o si solo son fábulas que los aldeanos crean para tener vida en sus recuerdos a causa de sus cortas vidas.

-Papi – dijo Sesshoumaru viendo llegar a su padre y recargarse en su espalda justo en el marco de la puerta , corrió hasta su padre y este le cargo en brazos.

- Por supuesto que es verdad , Inutaisho – dijo la dama poniéndose de pie, acercándose a su marido beso sus labios.

- Si papi, seré el ser mas fuerte y poderoso de ambas razas, te demostraré que es verdad cuando encuentre a la princesa y la traiga a vivir al castillo – dijo el pequeño ya en brazos de su padre.

- Así será hijo, serás el mejor en esta Tierra – dijo Inutaisho besando la frente de su hijo.

- Si papá – dijo Sesshoumaru bostezando.

- te amo Suteki, me has dado un hijo maravilloso – dijo Inutaisho mientras besaba los labios de su esposa y llevaba a su hijo a dormir.

Sesshoumaru regreso a la realidad, ya no más recuerdos, este dibujo una ligera sonrisa ante el recuerdo de sus padres, en especial en su madre y esa historia que había olvidado, en realidad la había olvidado o solo la había hecho a un lado por no poder tener ya a quien mostrarle que podía ser el mejor de seres que poblaban la Tierra, el mejor entre los insignificantes humanos y el mejor entre los mismos de su raza.

- Fue una promesa madre ... la cumpliré, solo espero que la princesa se encuentre entre nosotros, ¿la encontraré, ¿seré feliz? – susurraba para si el Youkai y se cuestionaba a su vez sobre la siembra de la duda en la existencia de la princesa del relato de su madre y por la que había jurado y prometido ser el mejor y ser digno de su amor y estar a su lado en la eternidad.

El bebé lloraba en medio del bosque, estaba allí indefensa sin nadie quien la protegiera, quien la amará, sentía poco a poco perder el calor de los brazos de su madre , por suerte o azares del destino una anciana caminaba por el camino y al escuchar el llanto se acerco a los arbustos para buscar , su sorpresa fue mayor al encontrar un hermoso bebé, una pequeña dueña de dos esmeraldas que brillaban con el reflejo de la luna, su tez era clara ,era tan pequeña tan frágil que persona podría haber cometido acto inhumano en medio de la oscuridad de la noche abandonar a un bebé, la mujer la tomó en brazos y se la lleva a la cabaña donde ella vivía ...

Jaken regresa al campamento para preparar la cena y observa a Rin sudar, se acerca a ella y nota algo de fiebre, busca un pañuelo húmedo y lo pone en su frente para bajar la alta temperatura en l cuerpo de la pequeña, Sesshoumaru hace su aparición y pregunta a Jaken que le sucede a Rin , este responde que solo tiene un poco de fiebre, pero nada grave que no se quite con un poco de comida y descanso.

Sesshoumaru se acerca a Rin y la abraza para darle calor, y se queda dormido recordando la sonrisa de su madre y con su protegida en brazos, Jaken al ver que no van a cenar también se dispone a dormir recargando su espalda en A-uh.

Al día siguiente los pájaros cantaban recibiendo la ,mañana llena de vida, los rayos del sol cruzaban por las copas de los árboles, sin duda alguna una hermosa mañana , lista para tomar como pasajeros a los cuatro seres que descansan en el bosque, un día los invitaba a preparar su viaje, Jaken estaba listo, A-uh estaba parado con las cosas del campamento en los lados de su montadura , solo faltaban el Lord de las Tierras del Oeste y la pequeña Rin.

- Vamonos Rin – fueron las frías palabras de Sesshoumaru.

- Si mi señor – dijo Rin poniéndose de Pie , dejando caer algunas flores.

- ¿ Listos ? Jaken, A-uh - preguntó el Lord a sus sirvientes, ambos asintieron.

- Disculpe, Sesshoumaru Sama , ¿ Rin quisiera saber a donde vamos ? – dijo Rin curiosa.

- Vamos a un castillo Rin, al Castillo donde yo crecí - dijo Sesshoumaru mirando de reojo a Jaken que empezó a temblar ante la pregunta de la chiquilla .

- Genial ¡, Rin va a conocer el Hogar de Sesshoumaru Sama – dijo Rin Feliz

- Tu nuevo hogar Rin – dijo Sesshoumaru Sama aprovechando la felicidad de la niña.

Hubo silencio, Rin detuvo su camino al escuchar las palabras de su señor, era posible que Sesshoumaru Sama la fuera abandonar en ese lugar, la mente de la pequeña voló a mil por hora, fue la primera idea que cruzó su mente.

- ¿ Ocurre algo Rin? – preguntó Sesshoumaru al notar que su protegida detenía su andar.

- Mi señor, ¿ Por qué ha dicho usted que ese Castillo donde vivió usted, será el nuevo hogar de Rin? – pregunto la niña ansiosa por recibir una respuesta.

- mmm... solo he pensado que necesitas estar en un lugar seguro, donde puedas crecer sin peligro y con enseñanza- dijo Sesshoumaru impaciente, había dado explicaciones y no debía.

- Ya no llevará más a Rin a su lado cuando haga viajes – dijo Rin con lagrimas ya asomando sus ojos verdes.

- No Rin, ya no te llevaré – dijo Sesshoumaru sin mirar a la pequeña, aún le daba la espalda.

- Mi señor por que ya no quiere a Rin, Rin promete portarse bien, Rin no quiere separarse de su lado – Dijo Rin mientras las lagrimas ya corrían libres por sus mejillas rosadas, corriendo hacia su amo se abrazo de sus piernas.

Hubo silencio, increíble Jaken no había dicho ninguna palabra tenía un nudo en la garganta por ver su chiquilla allí delante de su amo suplicante.

– Onegai mi Señor no me abandone en ese castillo, Jaken San puede enseñar a Rin y Usted puede proteger a Rin- dijo la niña hecha un mar de lagrimas.

- La decisión esta tomada Rin, vamonos – dijo Sesshoumaru con una actitud tranquila y su voz fría congelando a su pequeña en ese lugar, ya lo había decidido no daría marcha atrás, era por el bien de su protegida y su tranquilidad.

Jaken observó a al pequeña llorando sin cesar desconsolada, ser acercó a ella y la ayudo a levantarse para seguir con su camino.

- Vamos Rin, es hora de irnos chiquilla – dijo Jaken mirando como su amo seguía su camino sin esperarles.

No cabía duda su amo se sentía igual que la pequeña por la decisión tomada, pero no les daría el lujo de observarlo vulnerable , no a él , el Gran Lord de las Tierras del Oeste ...

Continuará ...

Disculpen la demora ya estoy acá con este nuevo capi, espero les guste y lo disfruten, les agradezco a todas por sus reviews, espero que me dejen muchos en este capi, recuerden que son la motivación para escribir y actualizar pronto.

Este Capi esta especialmente dedicado a mi Amiga Stef, espero lo disfrutes y no me vayas a matar, saludos a mi querida OneeSan Eli Chan, a mis amigas Lou Chan, Sesshi San, a mi Oneechan Catty Chan, Yuli Chan, Mikomi San, Mikio o Missi, etc...

Gracias a sus reviews a : Chisela, Cristal Chan, Meiko Chan, missau Chan, mizuho Chan, sesshi Chan, Yuli Chan, Gabe Logan, Perita, Kashou No tsuki, Mikomi Chan, Zetus Chan, Catty Chan, saludos a todas ustedes chicas , espero les guste el capi.

ONEGAI DEJEN REVIEWS!