Disclaimer: Los personajes de este anime no me pertenecen ellos son de Rumiko San, (solo los creados por mi, aunque Mikomi San pertenece a una amiga que me dio permiso de usar su nick, ella es la madrina del personaje) solo la idea de la historia que se ha maquinado en mi cabecita, disfrútenla.
Escrito por: Alcione Yil de Cfiro
Capitulo 2: Abandono de un Ángel
El camino era largo, el sendero abría paso al caminar lento de los viajeros, un viaje tranquilo. Desde el momento en que la pequeña Rin se enterará de los planes de su amo de abandonarla en ese castillo su semblante cambio a uno triste, el brillo de sus hermosos ojos esmeralda desaparecía a medida que pasaba el tiempo, se atormentaba una y otra vez con la misma pregunta.
… ¿Qué hizo Rin para que Sesshoumaru Sama quiera dejarla en ese Frío Castillo… sola? … - , su mente tenía neblina densa que evitaba que fuera racional en cada pensamiento, el corazón se le oprimía, sentía que se encogía abandonando sus fuerzas para seguir viviendo, con dolorosa lentitud continuaba caminando deseaba ocultamente nunca llegar a su destino.
Cada viajero vagaba en sus pensamientos, el pequeño Youkai verde miraba a la chiquilla a cinco pasos atrás de ella, su paso era lento y desganado podía sentir el ambiente lleno de melancolía, le preocupaba la mirada perdida de la niña humana y verla caminar sin motivación por vivir. La pequeña Rin era parte de su vida habían compartido tantos momentos, que ya hasta perdía la cuenta de la veces que lo abrazaba, le daba tiernos besitos y la ayuda con las actividades para instalar el campamento e incluso para cocinar, esa niña era la luz de su vida, aunque la cuestión que azotó su pensamiento, le descontrolo, caía en la realidad, como no había pensado en ello antes.
- … ¿Qué haría ahora que la chiquilla se quedaría en el Castillo del Lord…mmm ?... – pensó Jaken, en forma de inconformidad movió su nariz, era un hecho que los últimos meses se dedicaba solo a suplir las necesidades de la chiquilla, nadie necesitaba sus servicios tanto como ella, los cuidados, en alimentarla, que no pasase frío, eran actividades cotidianas de las que disfrutaba día con día para servicio de su Rin.
… No hay duda Rin… Te voy a extrañar Chiquilla … - se dijo a sí mismo mentalmente el demonio verde, -su amo no necesitaba de él como esa niña. -
Más adelante del camino a la cabeza caminaba un Joven de mirada ámbar, sentía la tensión en el ambiente y no podía desvanecer de su mente la imagen de la carita triste de su protegida, suplicante con sus mejillas sonrosadas y sus ojitos rojos por llorar ante la noticia de su estancia en el castillo,
… ¿Era verdad lo que su pequeña le decía? … - pensó Sesshoumaru -… ¿Te estaré abandonando…? … - Volvió a decirse en silencio el Youkai, - … Eso NUNCA, no podría estar sabiendo que no te volveré a ver …- seguía su conversación mental con su mirada fija en el camino, no estaba seguro de cuanto tiempo más seguirían caminando de esa manera, tranquila, lenta, desolada, Sesshoumaru miro de reojo a su pequeña Rin, caminaba detrás de él a paso lento, con la cabeza gacha y su mirada clavada en el suelo.
… Algún día entenderás mi pequeña… que lo hago por tu bien … - Pensaba Sesshoumaru grabando esta nueva imagen en su mente, aparto la vista mirando hacia el cielo azul, se le partía el corazón con el solo hecho de sentirse abordado una y otra vez con las imágenes de su protegida a partir de conocer sus planes de llevarla al castillo
… Es lo mejor … - se dijo el joven como ejercicio mental con el fin de convencerse que lo que hacía estaba bien.
Caminaron por largas horas, el clima era agradable el viento soplaba amistosamente haciendo que la cabellera plateada del Lord De las Tierras del Oeste bailará a espaldas de él, el ambiente seguía siendo presa del molesto silencio que les envolvía en la tarde,
grrrrr – se escucho,
El sonido rompió el silencio, Sesshoumaru detuvo su caminar volteando vio a su sirviente sonrojado , que por el hambre que se albergaba en su estómago, emitía un sonido como exigiendo ferozmente comida.
Lo siento amo bonito – dijo Jaken con el rostro rojo como un tomate, estaba parado delante de él a unos cuantos pasos, bajo su rostro a dirección del suelo empezó a mover sus dedos entrelazándolos nerviosamente.
Descansaremos en este lugar – dijo Sesshoumaru con su habitual tono de voz frío y palabras cortantes.
Si mi señor como usted ordene – dijo Jaken bajando los utensilios del lomo de A-uh para preparar los alimentos, sacó unas semillas que colocó en un recipiente y haciendo una pequeña fogata, colocó algunos pescados para ser asados.
Regreso al rato – fueron las palabras que interrumpieron la afanosa odisea del sapo youkai.
Si mi señor – dijo Jaken observándolo, el Youkai miraba a su pequeña protegida sentada bajo la sombra de un árbol, se encontraba con sus piernas contra su pecho y su cabeza abajo escondiendo su angelical rostro en su brazos, una escena escalofriante, que Sesshoumaru no podía soportar, la niña de sus ojos, la alegría de su corazón, le destrozaba el alma verla ahí indefensa buscando refugio, un refugio que esta vez no podría brindarle, se conocía perfectamente, estaba seguro que en el momento que él se acercara hacia su ángel y le abrazara, en ese preciso instante el desistiría de su idea de dejarla al cuidado de Mikomi San y la llevaría con él a todas la misiones que vinieran en el futuro, se aguanto las ganas de correr, estrechar en sus brazos a su niña conformándole el corazón.
El sirviente miró la escena sintiendo una profunda tristeza, sentía pena por la niña e incluso por su amo, durante el tiempo que la chiquilla había estado compartiendo los viajes con ellos, desde que Sesshoumaru sama le reviviera, su lord, le tomaba cariño poco a poco día con día descubría la importancia que Rin tenía para su amo, ella no era una niña común, ni mucho menos corriente, la pequeña Rin era especial, única, había algo en ella que le despertaba los sentimientos más puros y sinceros.
- es como si Rin no fuera de este mundo – pensó Jaken sin apartar su vista del lugar donde su amo contemplaba a su protegida.
Sin decir una sola palabra Sesshoumaru sama se retiro del lugar, necesitaba meditar, no podía soportar observar a su pequeña en esa posición sintiendo que la muerte se la quisiera arrebatar por segunda ocasión, se giro sobre sus talones y emprendió su camino, eran pasos cortos y desganados, pero aún así su postura imponía su grandeza, bastaba observarlo para infundir temor a cualquiera que se le parase en frente, su rostro seguía sin expresión alguna, lo delataban sus ojos, esos profundos soles ambarinos que perdían su brillo contagiado por el estado de animo que se apoderaba minuto a minuto de su pequeña.
– ¿Cómo es posible que me sienta indefenso ante su Rin? – se dijo mentalmente el apuesto youkai caminando por entre los árboles.
Al darse cuenta Jaken que su amo se marchaba, siguió concentrado en sus labores, debía preparar una deliciosa comida para la chiquilla, su comida Favorita le subiría esos ánimos, ya no quería verla ahí achicopalada, su espíritu era alegre, vivaz, travieso y cariñoso, él no permitiría verla caer a un abismo.
Sesshoumaru Sama en un ágil salto llego hasta la rama de la copa de un árbol y se recostó, debía pensar en la forma adecuada para que Rin no sufriera, cerró sus ojos meditando, su espíritu preocupado le desesperaba, quería tranquilidad, necesitaba despertar al youkai fiero y frío, el antiguo Sesshoumaru, que mataba a los débiles y tontos humanos, ahora cuando veía a Rin, algo le detenía para deshacerse de ellos, tenía tiempo que peleaba solo cuando era necesario, para proteger a su pequeño ángel, no pudo más las imágenes venían a sus pensamientos como lluvia, era una tormenta que le enloquecía, no quería perder a su protegida, sin embargo no tenía otra opción.
– Es por tu bien mi Rin... Es por tu bien mi Rin ... Es por tu bien mi Rin ... – se escuchaba a lo lejos en su mente la voz desgarradora de la agonía de su alma, intentaba convencerse, nuevamente se sentía indefenso, vulnerable ante el inminente abandono.
No es un abandono, seguiré conservando a la pequeña a mi lado... – se repitió como respuesta el Lord de las Tierras del Oeste con el fin de calmar la aflicción de alma y consolar su corazón.
Me parece que ya has decidido que hacer con la pequeña – se escuchó una voz en el fondo de su mente.
- Así es, la pequeña Rin estará conmigo... hasta la muerte – Dijo con voz firme el Youkai abriendo sus ojos.
Mientras tanto Jaken terminaba de cocinar, había servido tres platos, uno para a-uh, otro para Rin y el plato que él degustaría.
Aquí tienes A-uh, disfruta de la comida – dijo Jaken arrimando el plato a la mascota.
El Dragón le miró sin mucho interés, acercó la cabeza al plato y abriendo su boca empezó a tragar, semillas, hierbas y un pedazo de pescado asado, todo un manjar. Jaken distrajo su mirada al lugar donde estaba Rin, el cuadro era el mismo, un paisaje en colores grises, la niña seguía en la misma posición donde la había dejado su amo, si no hacía algo pronto la niña caería en una profunda depresión, no era justo.
Rin, Rin – Jaken se acercó a la pequeña con cautela y le habló en tono paternal , esperando su reacción no perdió de vista sus movimientos, movimientos que espero sin éxito, la chiquilla estaba sentada dando la apariencia de estar dormida.
Estará durmiendo – se preguntó mentalmente el youkai , seguía con la esperanza de ver esos ojitos verdes mirarle alegres por que la comida estaba lista, no era cualquier platillo, era el favorito de Rin.
El silencio reinaba en el lugar, Jaken se desesperó y llamó nuevamente a la niña.
Rin, Rin... la comida esta lista... preparé tu favorita – dijo Jaken acercándose al oído de la niña.
No quiero – fueron las palabras débiles que emitió la criaturita frente a él.
vamos Rin, solo un poco, no has comido, necesitas recargar energías – dijo Jaken a la niña esta vez acercando el plato.
No , Rin no quiere comer, no tiene hambre – respondió la niña acompañadas la palabras con un suspiro a causa del llanto, con sus manitas alejo el plato no movió la posición de su cabeza, seguía cubriendo su rostro con sus brazos.
Vamos Chiquilla, no seas tonta, si no comes te vas a morir – dijo Jaken preocupado mezclado con molestia.
Rin no respondió, nuevamente el silencio se hacia presente como testigo de aquella escena que terminaba con la paciencia del sirviente.
¿ Acaso quieres morir Rin? - preguntó temeroso el Youkai, se resistía a escuchar la respuesta de la chiquilla.
Si... La vida de Rin no vale nada ... sin su amo ... – dijo Rin con un hilo de voz.
No lo digas ni en broma Rin - dijo Jaken con sorpresa en su rostro, se le hacía difícil creer que la pequeña Rin le estuviera diciendo esas palabras.
Señor Jaken, onegai… Rin quiere estar sola – dijo la niña sin expresión en sus palabras.
Como quieras Rin, aunque… - Dijo Jaken para tranquilidad de Rin, su dialogo fue cortado al ver la presencia de su amo frente a ellos, El pequeño sirviente trago saliva y en silencio se aparto de Rin llevándose consigo el plato con alimento.
Sesshoumaru tenía un periodo corto de tiempo de haber regresado de su recorrido, había meditado los suficiente para buscar paz a su temple, no podía dejarse llevar por los sentimientos, estos eran traicioneros y volubles, y él , el gran lord de las Tierras del Oeste no permitiría que las emociones humanas se apoderarán de él, no para él que tenía un espíritu lleno de coraje para descargar en la lucha y dominio en sus actos, observó la escena, sentía una extraña sensación en la boca del estómago, el ácido corroía su interior, el ardor le estreso, pero aún así su expresión era pasiva y su mirada fija en la pequeña figurita que estaba recargada en el árbol. Esta vez no sería débil ante su protegida, la razón gobernaría sus pensamientos y contra viento y marea el no cambiaría su decisión de dejar a su Rin a salvo.
A-uh comía placidamente, disfrutando del pescado asado, Jaken se alejo del lugar donde había estado frente a la chiquilla, se sentó desganado en el piso, dejando caer todo su ser en el suelo, tomó su plato y empezó a comer, algo en su interior le decía que ese viaje sería largo y tedioso.
¿Cuánto tiempo Rin ha estado en ese lugar? – fueron las palabras cuestionantes que Sesshoumaru pronunció en bajo volumen solo para que su sirviente las escuchará.
Desde que llegamos mi Señor – Dijo Jaken que seguía comiendo
Entiendo… - dijo Sesshoumaru mirando de reojo a la niña.
Mi señor... Rin no quiso comer… ella quiere…. Morir – el temor se apoderó del youkai al decirle a su amo el sentir de la niña. No sabía cual sería la reacción de su amo y el miedo corrió por su cuerpo, podría ser que se enfadará y obligará a la niña a comer, o tal vez le rogaría que comiera, la consolaría, o en su último momento y lo que ocultamente deseaba, desistiría de querer llevarla al castillo y regresarían a su vida normal, viajando para cuidar las Tierras de su Lord.
NO, eso era una tontería – pensó el Youkai, una vez que su amo tomaba una decisión esta era respetada como si la vida dependiera de ello.
Un silencio torturador se invitó en la escena, fueron 15 o 20 segundos de atroz agonía, su amo no decía nada tras escuchar sus palabras.
… ¿Qué ocurrirá, ahora? ... – se preguntó en silencio el sirviente cerro sus ojos esperando que su amo reaccionara.
Sesshoumaru meditaba en las palabras escuchadas hacia unos momentos y su ruido se hacia mayor al resonar en su mente las últimas palabras "ELLA QUIERE MORIR"¿Había justicia en esta vida? … No, no la había, las cosas se habían complicado, Rin estaba como zombi y le dolía en su corazón verla así. Se guardó sus emociones en los profundo de su alma y con la cabeza fría actuó.
Entonces es hora de irnos, ya descansamos lo suficiente – Se escuchó la voz fría e imperante del Youkai.
Jaken terminó de comer de un último bocado su pescado, se puso a guardar las cosas y puso los bultos en el lomo de A-uh, ya todo estaba listo, su amo quería llegar lo antes posible al castillo, aunque él no quisiera debía obedecer, si no lo hacía podía imaginar verse destrozado en manos de su amo y su cabeza rodando en el suelo.
Mi señor ya esta listo todo, nos vamos cuando usted así lo desee – dijo Jaken haciendo una reverencia a su amo.
Sesshoumaru asintió seguía parado en medio del lugar pensando, se distrajo de sus pensamientos al ser rotos al escuchar la voz de su sirviente.
Ve por Rin y nos vamos - dijo el Lord a Jaken, su mirada ámbar era fría y penetrante, sin embargo el brillo de sus ojos le había abandonado desde que contemplaba a su pequeña sufrir.
Como usted ordene mi Lord – dijo Jaken acercándose a la chiquilla.
Rin, Rin, vamos chiquilla el descanso a terminado es hora de irnos – Dijo Jaken susurrando estas palabras cerca del oído de la pequeña humana.
Rin no se movió, seguía envuelta en su mundo, llena de tranquilidad, olvidándose de su desgracia, una mala jugada del destino, Jaken volvió a llamar a la niña por su nombre una y otra vez, se dio cuenta que se había entregado al cuidado de Morfeo. Sesshoumaru se acercó a ellos al notar que no había acción alguna.
¿Que ocurre?- preguntó el Lord con voz fría.
Mi señor, Rin se quedó dormida – dijo Jaken dando suaves sacudidas tomado de los hombros de la niña.
Entiendo – dijo Sesshoumaru sin moverse.
No se preocupe mi Lord, en un momento la despierto y seguimos con nuestro via… je – dijo Jaken, pero sus palabras fueron cortadas, al sentir que su amo se acercaba a la chiquilla, tomándola en brazos, la recostó en su pecho para continuar su apacible camino.
Vamonos Jaken- Dijo Sesshoumaru comenzando a caminar.
Si mi señor - dijo Jaken jalando a A-uh de la correa emprendiendo su camino.
... Pobre chiquilla, lloró tanto que sus fuerzas le abandonaron y se refugio en el mundo de los sueños... – pensó Jaken caminando detrás de su amo.
Siguieron su camino los 4 viajeros, Rin dormía acomodada en el pecho de su amo, se sentía segura y protegida que todo el viaje continuo disfrutando del mundo de los sueños, su respiración era acompasada con el latir del corazón de su amo, el trayecto por recorrer era poco, en unas cuantas horas podrían llegar al castillo que anteriormente fuera de su padre y ahora de él. El viaje era tranquilo, en silencio, sin batalla alguna, ninguna preocupación aquejaba las mentes de los personajes que seguían uno de tras del otro en el sendero.
Mi señor¿falta mucho para llegar al castillo? – dijo Jaken a unos pasos atrás de su Lord.
No, falta poco – dijo Sesshoumaru.
Ni una palabra más se escucho después de aquella pregunta del sirviente, apresuraron el paso, el sol se ocultaba tras las nubes, el cielo se teñía de colores cálidos, anaranjados, rojos, amarillos, todo un espectáculo que la naturaleza les brindaba, su camino llegó a su fin, el enorme castillo impresionaba a cualquier persona ajena a este.
Hemos llegado – Dijo Sesshoumaru parado frente a las puertas del castillo, observó detenidamente los alrededores y paro su vista frente al escudo de la familia de los Lores de las Tierras del Oeste, Un canino Blanco con dos espadas entrelazadas con una banda delgada parecida a un listón.
Los ojos de Jaken eran dos platos redondos, estaba parado frente al lugar admirando la estética e imponencia del castillo.
Es maravilloso amo – dijo Jaken observando el escudo que se encontraba en el centro de las rejas usado como cerradura.
Adelante – Dijo Sesshoumaru abriendo una de las rejas para poder entrar al que una vez fue su hogar y vivió con un ser maravilloso los mejores momentos de su vida.
Jaken entró detrás de su amo obedeciendo las ordenes que él le había dado de seguirle continuó su camino en silencio, seguido del dragón de dos cabezas, caminaron a paso lento como si no quisiesen llegar a la entrada del castillo.
Una hermosa mujer youkai de cabellos púrpura hasta la cintura, le caían como cascada a su espalda, otra porción de cabello se encontraba recogido en un moño, hermosos ojos marrones que resaltaban su belleza a pesar de tener una edad que giraba alrededor de los 50 años, tenía un rostro joven que cubría su edad, sostenía en sus manos unas rosas blancas que empezaba acomodar en un florero negro, en su centro tenía tallado un bello decorado en color plateado, miraba hacia la ventana cuando pudo ver las figuras de 3 criaturas.
No puede ser – dijo la hermosa mujer para sí misma al reconocer la silueta el joven Youkai que caminaba rumbo a la entrada del castillo, dejó caer las rosas y posó su mano derecha en su boca acallando sus pensamientos , se preguntaba ¿ qué podía haber pasado para que el Joven Lord de las tierras del oeste regresará a su castillo, solo había una forma de averiguarlo y eso significaba dar personalmente la bienvenida al lord antes que cualquier otro habitante del castillo.
El lord de las Tierras del Oeste seguía su camino necesitaba llegar hasta la puerta principal para darse la oportunidad de bloquear los malos recuerdos que emanaban de su mente uno a uno, un sabor amargo recorrió su garganta llegando a su boca al sentirse invadido por sus atormentadores pensamientos.
Una noche Fría se hacia presente en el castillo, se apoderaba el invierno de las Tierras del Oeste, la nieve caía en las aldeas cercanas, parecía que el cielo lloraba ante la desgracia que se avecinaba.
La puerta de la habitación se abrió, un niño de cabello plateado entró corriendo parando su trayecto frente a la cama que estaba en el centro del lugar, una hermosa mujer recostada cubierta por las sabanas blancas giro su cabeza al sentir el aura del pequeño niño que llegaba a su lado, le miró con melancolía pasando su mano en la mejilla derecha del pequeño, con voz dulce y dolorosa le habló.
hijo mío, se un buen señor en estas tierras sigue peleando con el espíritu del corazón y usa la razón solo en ocasiones necesarias – dijo la bella mujer a su hijo.
Mami, lo haré, lo prometo pero no te vayas, no me dejes sólo – dijo el pequeño youkai aferrando sus manitas a la mano de su madre que aún se encontraba tocando su mejilla, las lagrimas brotaron desesperadas de los bellos y tristes ojitos ámbar.
Sesshoumaru ... mi pequeño hijo, te quiero mucho ... mi vida no es eterna – la mujer hablaba con dificultad.
– Mi hora de partir ha llegado, fuiste lo mejor que me ha regalado la vida – pensó la mujer, guardó silencio no pudo reunir las fuerzas para decirlo en voz alta a su hijo, un niño lleno de ilusiones que perdería a su madre en una noche de invierno.
Una mano se poso en el hombro de Sesshoumaru, el pequeño no hizo ningún movimiento seguía perdido observando a su madre.
Suteki, te pondrás bien mi señora , nos olvidaremos de este sufrimiento en unos días, ya verás – dijo un hombre que había puesto su mano sobre el hombre de Sesshoumaru.
Eres mi primer ... y único amor Inutaisho ... siempre me sentí muy orgullosa... de ser la señora de las Tierras del Oeste y ... de haber unido mi vida a la tuya – dijo Suteki a su esposo, las lagrimas buscaban la manera de recorrer con libertad las mejillas de la mujer, pero se contuvo, no quería que su hijo la recordará de esa manera.
No hables más cariño, son bellas tus palabras pero aún tienes muchos años que compartir a mi lado, hablas como si no fuera ser así – Dijo Inutaisho hincándose quedando a un lado de su hijo.
No sabes mentir amor... – la mujer respiro con dificultad, dejó de acariciar la mejilla de Sesshoumaru y miró a su esposo con súplica. .
El lord comprendió el mensaje de su esposa, movió su mano llamando a alguien, una mujer de cabellos ondulados púrpura se acercó hasta quedar detrás de Inutaisho.
Hermana llévate a Sesshoumaru, Suteki debe descansar – dijo Inutaisho a la joven youkai.
Si hermano, Sesshoumaru vamonos, es hora de dormir, dale un beso a tu mami – dijo la mujer.
No me iré, no quiero, me quedaré con mi mamá toda la noche, la voy a cuidar junto con papá – dijo el pequeño aferrándose al brazo de su padre.
Voy a estar bien hijo, Obedece Sesshoumaru, es hora de ir a la camita – dijo Suteki cariñosamente a su pequeño, intentó incorporándose, lo hizo con dificultad ayudada por su esposo, Sesshoumaru se acercó a su madre, ella besó su frente y lo envió a dormir.
Te quiero mucho mami – dijo Sesshoumaru con lágrimas asomándose en sus ojos ámbar.
También te quiero mucho mi angelito, siempre estaré contigo – dijo la mujer a Sesshoumaru.
– No me olvides mi pequeño – pensó la mujer sin poder contener sus lágrimas por más tiempo, se deslizaron por sus mejillas.
No llores mami¿ te duele algo ? – preguntó preocupado el pequeño.
No mi vida, estoy bien, ahora ve a dormir – dijo la mujer observando detenidamente la carita de su pequeño ángel, queriendo memorizar cada parte de su rostro y llevárselos consigo el recuerdo de sus ojitos hasta la muerte.
Mami te prometo que encontraré a la princesa de la leyenda que me has contado y seré el Youkai más fuerte de todas las tierras, no habrá ningún Lord como lo seré yo – Dijo el niño dibujando una sonrisa en sus labios, Sesshoumaru besó ambas mejillas de su madre y se marcho con la joven que le esperaba en la puerta.
La mujer tomó la mano de Sesshoumaru y se marcharon de la habitación, para dar privacidad a los señores del castillo.
– De nuevo en este lugar – pensó Sesshoumaru quedando frente a la puerta de madera que medía unos cinco metros de altura.
La mujer se apresuró a llegar lo antes posible a las puertas del castillo, eran dos puertas de cinco metros que aseguraban la entrada del hogar del Lord.
Con la mano libre el lord de las Tierras del Oeste abrió la puerta de madera que le separaba del pasado, entró al castillo guardando en su mente los tristes recuerdos. El momento había llegado pronto dejaría a su pequeña Rin en el castillo al cuidado de Mikomi San.
Sesshoumaru levantó su vista quedando frente a las escaleras, interceptando su fría mirada con la de dos hermosos ojos marrones de una mujer que se quedó quieta en el escalón al ver delante de ella al joven youkai.
Una vez que la mujer bajaba por las escaleras se detuvo a mitad de camino, se encontró dos ojos ámbar que la miraban fijamente, una mirada fría y desolada que le reclamaba aún después de muchos años por su traición como él llamaba al acto de bondad cometido por la mujer.
Bienvenido mi Lord – dijo la mujer.
Jaken lleva a A-uh al establo dale de comer , tú has lo mismo, come y descansen, nos vamos al amanecer- dijo Sesshoumaru ignorando las palabras de bienvenida de la mujer que bajaba con lentitud los escalones para llegar hasta el lugar donde se encontraba el Lord de las Tierras del Oeste.
El siervo obedeció las órdenes de su amo, lo hizo en silencio jalando de la correa a A-uh, para ir al establo.
Me da mucho gusto volver a verte después de años de ausencia- dijo la mujer.
Es una lastima que yo no pueda decir lo mismo- dijo Sesshoumaru con su semblante sin expresión y caminando hacia los escaleras para subir a la planta alta del castillo, el youkai paso a un lado de la mujer, subiendo un escalón le hizo una pregunta.
¿ La habitación de huéspedes del ala norte esta lista para ser ocupada? -
Si Sesshoumaru – dijo la mujer
Antes de subir los escalones y llegar a su destino, el joven youkai le pidió a la mujer verle dentro de un tiempo en la habitación.
Mikomi San, espero verte dentro de 20 minutos en la habitación – terminó de decirle Sesshoumaru sin a la mujer que estaba de pie detrás de él, subió los escalones llevando en brazos a su pequeña Rin.
El joven Lord del territorio del Oeste que por generaciones pertenecía a su familia camino por el pasillo en dirección al ala norte llegando a la habitación que deseaba su pequeña protegida ocupará, se detuvo frente a la puerta giro la perilla y entró en la habitación, camino hacia la cama que se encontraba a un lado de un ventanal cubierto por cortinas color verde claro, era el lugar perfecto, éste estaba decorado con un toque delicado , digno de una Dama, su madre había decorado y arreglado personalmente la recamara para la llegada de alguien especial.
Rin era un ser importante en su vida , ella era la persona indicada para ocupar el lugar, los tonos que vestían la alcoba harían juego con las esmeraldas que su pequeña Rin tenía por ojos, era una lastima que él no pudiera contemplar tal belleza.
Sesshoumaru camino lentamente hacia la cama con su mano derecha descubrió la sabana, recostó a su protegida, la cubrió con la sabana acompañada de la sobre cama, se acercó al rostro de Rin y le obsequio un tierno beso en su frente, el youkai contemplaba el rostro angelical de la niña, se encontraba distraído en sus pensamientos que no sintió llegar a la mujer a la que minutos atrás le había ordenado se presentase en la habitación.
Se escucharon golpecitos en la puerta , haciendo que Sesshoumaru regresará a la realidad, dejó de mirar a Rin giro sobre sus talones quedando frente a la mujer.
¿ Se puede? – preguntó la mujer
Adelante, Mikomi San te estaba esperando – dijo el Lord observando a la mujer con detenimiento.
Gracias – dijo Mikomi entrando a la habitación.
El joven príncipe caminó hacia la ventana, admirando el bello paisaje que brindaban las estrellas y la luna al firmamento.
Te has de preguntar la razón de mi regreso – dijo el youkai sin dejar de observar el cielo repleto de estrellas.
Así es, mi Lord – Dijo Mikomi mirando hacia donde se encontraba Sesshoumaru.
Regrese para dejar bajo tu cuidado y la protección del castillo a la pequeña que se encuentra en la cama durmiendo - . Dijo Sesshoumaru sin moverse.
La mujer giró su vista hacia la cama para encontrarse con el pequeño cuerpo de una niña no mayor de ocho años, Mikomi se acercó de tal manera que podía contemplar a Rin para aclarar sus dudas, la sorpresa se apoderó de su rostro al darse cuenta que la pequeña pertenecía a la raza humana ¿Cómo era esto posible, cuando sabía con exactitud el profundo odio que Sesshoumaru albergaba en su corazón hacia esta débil raza como el Lord les llamaba.
¿ Acaso Sesshoumaru a cambiado de parecer y acepta a la raza de Izayoi? – fue una pregunta formulada fugazmente en la mente de la mujer.
Quiero que te encargues de cuidar de la niña- dijo el Lord aún de pie frente al ventanal.
Hai¿Cuál es el nombre de la pequeña? – preguntó Mikomi, interesada en conocer los detalles del origen de la niña.
Rin, su nombre es Rin – dijo Sesshoumaru moviéndose del lugar donde se encontraba hacia la puerta.
Bienvenida Rin – La mujer dio la bienvenida a Rin, acaricio sus suaves mejillas, se veía Frágil, llena de inocencia y dulzura en su rostro.
Sígueme Mikomi San, Rin debe descansar, te explicaré lo que harás con ella – dijo Sesshoumaru con tono Frío y cortante en su voz, saliendo de la habitación.
La mujer contempló segundos más a la pequeña y después siguió al joven youkai, una lluvia de interrogantes invadió su mente - ¿ Qué sería realmente lo que Sesshoumaru quiere que haga con esa pequeña ¿ Donde encontró esa niña?, y una de las preguntas que rondaba con insistencia sus pensamientos - ¿ Qué significaba esa niña humana para el joven Lord de las Tierras de las Oeste ?.
Ambos youkais caminaron en silencio por los largos pasillos, bajaron las escaleras lentamente y se dirigieron al camino que llevaba al sur del Castillo, siguieron su camino hasta llegar a una puerta de madera , Sesshoumaru giró la perilla y entró a un lugar parecido a una biblioteca, se encontraba repleto de libros y pergaminos que llenaban los estantes y los libreros , con su mano derecha indicó a la mujer que cerrará la puerta y posteriormente que tomará asiento en la silla que se encontraba frente a un escritorio lleno de papeles viejos, que con el paso de tiempo habían tomado un color amarillento, las inscripciones gastadas por el paso de los años, el Youkai tomo asiento y con voz firme se dispuso a hablar .
Como ya te dije, he traído a esta niña de nombre Rin para que viva en el castillo –
Entiendo ¿ Quieres que le de asilo como una esclava? – preguntó la mujer con firmeza, sin embargo había algo que aún no le terminaba de encajar¿ Por que Sesshoumaru la había llevado a la habitación del ala norte , aquella habitación que lady Suteki había acondicionado para una princesa , podía ser una explicación confusa, pero a la vez fácil de deducir, lo mejor era esperar que el Lord le aclarase cada una de sus dudas.
No has entendido Mikomi San – dijo el Lord algo molestó por la pregunta echa por la mujer.
¿Ahh, no¿ Podría explicarme mi Lord ? – Preguntó la mujer nuevamente con un toque de duda en cada palabra que salía de sus labios, ahora sus piernas temblaban al sentir la molestia en el ser que se encontraba frente a ella, no quería conocer su ira, no ahora que regresaba con un semblante tranquilo y con el brillo en sus ojos que años atrás había perdido después de la muerte de su madre.
Rin es más que una niña humana, ella es mi protegida y tu deber hacia ella será cuidarla e instruirla como una dama, digan de vivir en un Castillo como este – dijo el Lord mirando a la mujer.
Mikomi San guardó silencio ante tan inesperado comentario, no podía creerlo, su sobrino Sesshoumaru, le pedía que cuidase de una humana que él afirmaba ser su protegida , en su rostro no cabía la sorpresa de las palabras expresadas por Sesshoumaru, le había cambiando su semblante al escucharlas, su rostro palideció y sus ojos se abrieron de par en par, aún no podía creer lo que escuchaba.
¿ Sabes a lo que me refiero? ... – Dijo Sesshoumaru con firmeza en sus palabras.
Si Sesshoumaru, se a lo que te refieres – la formalidad había desaparecido en las palabras de Mikomi San, además de ser el Lord de las Tierras del Oeste, era su sobrino y como su familiar debía apoyarlo y si él quería que ella instruyera a esa pequeña niña, ella lo haría por amor a su sobrino y a la memoria de su honorable hermano y cuñada.
Quiero que Rin aprenda a vivir como una Youkai, enséñale a escribir y a leer en nuestro lenguaje, sin embargo no quiero que olvide sus orígenes, también háblale de la raza humana y que aprenda a dominar la escritura y la lectura de los pueblos vecinos – Dijo el Lord en petición a Mikomi San.
Si Sesshoumaru, te prometo que así será - dijo Mikomi San ya más tranquila, después de todo más que una mala noticia, era una señal positiva su sobrino aceptaba a una humana y no quería que la tratarán como cualquier cosa, al contrario sería como la Señora del castillo, Sesshoumaru quería que la instruyera como una Dama, si no fuera de esa manera no se habría acercado a ella para encomendarle ese trabajo.
Una ligera mueca semejante a una sonrisa se hizo aparecer en los labios del joven Lord, la mujer ahí presente no se percató de tal muestra de felicidad que Sesshoumaru reflejaba ante las palabras escuchadas de los labios de su Tía.
Eso es todo Mikomi San – dijo Sesshoumaru mirando los ojos marrones de la mujer.
Si mi Lord – La mujer se puso de pie y se dirigió a la puerta.
Mikomi San , espera – Dijo Sesshoumaru deteniendo el camino de la youkai.
Si, dime – Dijo la mujer dando la espalda al joven lord.
Me marchó al amanecer juntó a Jaken , A- uh se queda es la mascota de Rin – dijo Sesshoumaru con tono melancólico al pronunciar el nombre de la niña.
Mikomi San se percato de aquella flaqueza en la voz de su sobrino pero no le dio importancia, creía conocerlo todavía y sabía que odiaba que percibieran su debilidad en algunas ocasiones, las cuales eran pocas.
Entiendo – dijo la mujer.
Gracias ... – dijo el Lord en un susurro.
¿ Sesshoumaru vas a cenar ? – preguntó Mikomi al joven.
No, tengo cosas que hacer – dijo Sesshoumaru observando salir a la youkai del despacho.
Sesshoumaru espero sentir desaparecerse el olor de la youkai para luego tomar una hoja de entre la montaña de papeles que había sobre el escritorio, tomando una pluma la llenó de tinta en la punta de está y comenzó a escribir un mensaje, cuando terminó, dobló el papel y lo guardó en su Haori, se puso de pie y salió del lugar dirigiéndose al patio del castillo, el lugar era iluminado por la luz natural de la luna, caminó con pasos cortos hasta quedar de pie frente a un hermoso jardín lleno de rosas de muchos colores, su vista fue presa de una rosa roja que le recordó a una mujer especial que fue parte de su vida... su madre, acercó su mano cuidadosamente y en fracción de segundos ya le había cortado y la sostenía en su mano, era perfecta para obsequiársela a su pequeña protegida, en unos cuantos días, cinco para ser exactos ella cumpliría un año más de vida y él no podría acompañarle, como le dolía no poder estar a su lado en su octavo aniversario.
El lord contempló la rosa , miró el cielo, con pasividad entró al castillo dirigiéndose a su alcoba. Habían pasado cerca de quince años que su madre había muerto y cinco que el abandonará el lugar que le había visto nacer y crecer, aunque ahora se marcharía, sabía que era diferente, él regresaría por Rin, lo que no sabía con exactitud era el Tiempo que él pudiera tardar en cumplir su promesa y la pregunta que ahora se apoderaba de la mente del Youkai sería ¿ Cuando regresaría para estar a lado de su protegida ?.
Sesshoumaru llegó a su habitación nuevamente los recuerdos deseaban ser liberados, pero el joven Lord no lo permitiría, se recostó en la cama, cerró sus ojos entregándose al mundo del dios de los sueños.
La mujer youkai que momentos antes había sostenido una conversación con el Lord de las Tierras del Oeste, subió hasta la habitación de la pequeña protegida de su sobrino, abrió la puerta, entró en silencio y observando a la niña pudo percatarse que de sus ojitos se escapaban lagrimillas traviesas, la youkai se dejó llevar por su instinto maternal y acariciando las mejillas de Rin, Mikomi San limpió el dolor manifestado en el rostro de la niña, después de esto la mujer de cabellos púrpura salió de la alcoba de la pequeña humana, dirigiéndose a su habitación, debía descansar lo suficiente, el día que venía sería un día difícil, un día lleno de dolor , su misión comenzaría en el momento que su sobrino abandonará el castillo, lo primero que tendría que hacer sería consolar y calmar el dolor y sufrimiento de la pequeña Rin.
El canto de un gallo se dejó oír en una aldea cercana al castillo, Sesshoumaru abrió lentamente sus ojos, el día había llegado, el momento que en sus sueños aplazaba en la realidad ya estaba cerca, escasos minutos y él quedaría lejos de su protegida, se incorporo en la orilla de la cama, acomodo su vestimenta y armadura, saliendo de su habitación se dirigió a la habitación de su protegida, llevaba en su mano la rosa que había cortado del jardín que una vez perteneció a su madre la noche anterior.
Sesshoumaru llegó a la habitación de Rin, girando la perilla entró en silencio al lugar, quedó frente a la cama de su protegida, contempló su lindo rostro por unos minutos antes de avanzar hacia la cómoda para dejar sobre está la rosa y sacar de su Haori una hoja que llevaba algo escrito. El Lord se acercó sus labios a la altura de la frente de la pequeña y le besó, fue un beso cálido, lleno de ternura y dolor.
El Joven salió de la habitación lentamente como deseando que algo le impidiera seguir su caminó , y estaba nuevamente ella, su fiel y tormentosa conciencia que más que palabras de aliento le llenaban de agonía y aflicción el alma.
Nuestra protegida va estar bien, Mikomi San cuidará de ella, recuerda que en mejores manos no podrás dejarla – dijo la conciencia a Sesshoumaru dándole valor para continuar su camino.
Nunca me había sentido así, siento que una parte de mi se queda – dijo el Lord en sus pensamientos.
No es tiempo para acobardarse, tu hiciste una promesa, debes cumplirla ella debe estar cerca, si es necesario la buscaremos en el abismo – dijo la conciencia firme.
Tienes razón, debo ser fuerte , cumpliendo la promesa que años atrás hice, debo buscarla, para estar con ella en la eternidad – dijo el joven que ahora caminaba hacia el ala sur.
Así se habla muchacho, la encontrarás... tu alma podrá descansar – dijo la conciencia.
Sesshoumaru llegó a una habitación que cubría de sabanas blancas y polvo el mobiliario del lugar, el joven Lord observó el lugar con detenimiento , sin querer perder ningún detalle y ahogando en su garganta un suspiro susurro unas palabras:
Te extraño mucho, pensé que nuestra vida era eterna , no lo es ... -
Jaken el siervo del Lord se encontraba parado en la puerta de la habitación no quería interrumpir los pensamientos de su amo, pero era necesario, la hora había llegado, el amanecer estaba cerca y antes de que los rayos del sol les despidieran ellos debían ya encontrarse fuera de su castillo, conocía a Rin y sabía que al sentir los rayos del sol acariciar su rostro sería demasiado tarde la niña los vería partir.
Amo bonito, es tiempo de irnos, las cosas están listas – dijo el youkai sapo a su Lord.
Lo sé, vete , espérame afuera en la entrada del castillo – dijo Sesshoumaru con su habitual frialdad.
Si mi señor – dijo Jaken obedeciendo a las palabras de su Amo.
El joven youkai sentía como el aura de su sirviente se alejaba, dio un último vistazo a la habitación, antes de salir de está se dijo a si mismo.
Cumpliré con la promesa que años atrás te hice antes de que partieras -
Mikomi San se encontraba al pie de las escaleras observando caminar a su sobrino para disponerse a bajar los escalones, sus miradas se encontraron y fue una despedida sin palabras, en silencio igual que años atrás cuando el partía por primera vez, antes de que el lord pusiera un pie en el escalón se escuchó la vocecita de una niña que gritaba y lloraba sin consuelo...
– necesito que ... me prometas algo... antes de que mi... vida se extinga – Suteki habló mirando a su esposo fijamente.
Lo que quieras, solo dilo cariño – dijo Inutaisho a su esposa con ternura en su voz.
Quiero que busques una mujer que cuide de nuestro hijo y que tengas una familia con ella – dijo Suteki de golpe, había guardado parte de sus fuerzas para decirle a su esposo lo que pensaba.
Pero que dices Suteki, yo te amo, eres el amor de mi vida, no volveré a tener otra pareja, serás la única mujer en mi vida y Sesshoumaru mi único hijo y heredero de las tierras del Oeste – dijo Inutaisho con asombro en sus palabras después de escuchar la petición de su esposa.
Te lo suplicó Inutaisho, no quiero cargar en mi conciencia que te quedarás solo por el resto de tus días, te conozco y es por eso te pido que busques a alguien que te ame y te haga feliz, que cuide de nuestro pequeño.
Es muy difícil¿ por que me pides eso ? ... Sesshoumaru no lo resistiría, lo conoces y se que me odiará – dijo Inutaisho seguía sin comprender las palabras de su esposa.
Es sencillo mi amor, nuestro hijo es noble, él aceptará a la mujer que tomes por esposa sin importar de que raza sea – dijo Suteki.
Se que es un niño noble, pero cuando se trata de ti, el no entiende razones eres lo más sagrado para él, no podría traer a otra persona para que tome tu lugar eso nunca ! – dijo Inutaisho con lagrimas en sus ojos, su esposa era una mujer digna de ser la Reina y Señora de las Tierras del Oeste , la vida le abandonaba y la muerte le arrebataba de su lado.
Conozco a mi hijo Inutaisho, se que será difícil en un principio pero el entenderá Sesshoumaru no tiene malos sentimientos, solo es un niño muy reservado y tímido, se que será el Youkai más fuerte y encontrará a su princesa – dijo Suteki casi en sus últimas fuerzas.
Aún así , mi hermana Mikomi puede cuidar de él – dijo Inutaisho
No, Mikomi merece ser feliz, tener una familia no le hagas esclava cuidando de nuestro hijo – dijo Suteki dejando escapar lagrimas de sus hermosos ojos.
Sesshoumaru te necesita, Yo te necesito, no me dejes, te lo suplico resiste – dijo Inutaisho aferrándose a la mano de su esposa.
Ya no puedo más, te agradezco los bellos momentos que me brindaste en vida, quiero y espero que seas feliz con otra mujer ... Te amo Inutaisho cuida de nuestro hijo – dijo en susurro Suteki soltando la mano de su esposo, las fuerzas la abandonaban y el aliento de vida se marchaba con las últimas lagrimas derramadas por la bella mujer.
Inutaisho sintió que su pecho se oprimía con el dolor que experimentaba había ganado miles de batallas , desafiaba y se le libraba de la muerte en cada momento que luchaba en contra de sus enemigos, pero no estaba preparado para enfrentar la lucha por no perder la vida de su esposa, su bella Suteki una princesa Youkai que había conocido en los bosques del Norte cuando de niño visitaba estas tierras con su difunto padre, ahora ya no la tendría más a su lado, tendría que hablar con su pequeño hijo, su heredero.
Se dejo caer una rosa que al hacer contacto con el piso se le desprendieron los pétalos, un sollozo se dejó escuchar, se ahogo en la garganta de un pequeño un sonido de dolor y aflicción, su madre yacía muerta en la cama, el frío se apoderaba de el lugar la calidez se había marchado con el alma de la mujer, una joven que se encontraba a su lado no pudo articular palabra alguna de consuelo al niño que ya se encontraba de rodillas en el suelo mirando la deforme rosa roja, lagrimas empezaron a deslizarse en las rosadas mejillas del pequeño, pequeñas gotitas se toparon contra el suelo, sentía temor, estaba desprotegido sin su madre.
El gran Lord de las Tierras el Oeste giro su cabeza y se derrumbo al encontrarse con tal paisaje, su hijo había presenciado la muerte de su madre, no podía dejarse flaquear, su pequeño le necesitaba, vio que la joven se arrodillo a la altura de su hijo y le abrazó consolándole, el niño habló.
Yo solo quería entregarle una rosa a mi mamá antes de dormir – El niño había regresado con Mikomi San, había olvidado darle la rosa a su mami, que noche tras noche le entregaba para dedicarle las buenas noches y desearle lindos sueños, sin embargo era demasiado tarde, su mamá nunca más le cantaría , ni le contaría las místicas leyendas antes de dormir, ni le besaría su frente como señal de cariño y protección.
Lo siento mucho Sesshoumaru – fueron las palabras de consuelo de la joven youkai que se encontraba abrazando al pequeño.
Inutaisho se acercó a su hijo y lo tomó en brazos, salieron del lugar con lentitud para cambiarse y decir por último adiós al ser que ambos más amaban en este mundo, el niño se recostó en el pecho de su padre y se quedo dormido...
... Mami prometo encontrar a la princesa de la leyenda ... – pensó el pequeño antes de perder fuerzas y quedar a merced del sueño.
Rin se levantó de su sueño había visto a su amo Sesshoumaru, cuando niño y llorando ¿por que razón, la pequeña no entendía muy bien lo que había ocurrido en su sueño, sintió una calidez recorrer su frente y sintió como el aura de lord se alejaba de la habitación donde ella se encontraba, se apresuro a salir de la cama y corrió hacía la puerta, la abrió, corría con desesperación debía encontrar a su amo y suplicarle que la llevará con él o que él se quedará a su lado. El miedo se apoderó de Rin las lagrimas rodaban libres por sus mejillas, desesperada por que su amo no se marchará sin ella empezó a gritar, estaba segura que Sesshoumaru aún se encontraba en el castillo podía sentirlo, sabía que el escucharía todo lo que ella dijera mientras iba corriendo por los pasillos.
Sesshoumaru Sama no me deje aquí, quiero estar a su lado, onegai espéreme – grito la niña con desesperación los pasillos eran largos parecían no tener fin.
El Lord se percato con su agudo oído que la vocecita de los pasillos pertenecía a su protegida y ser hacer caso alguno se dispuso a bajar las escaleras del castillo, Mikomi San le miró confundida, pero no hizo ningún comentario permaneció en silencio viendo como el joven youkai bajaba las escaleras.
detenla antes de que pueda verme partir, onegai – dijo Sesshoumaru con debilidad en su voz, una debilidad que solo mostraba en momentos críticos , agradecía que Jaken no estuviera allí para presenciarlo , solo su tía aquella mujer que le cuido en su infancia como una madre, sabía que haría lo mismo con su Rin.
Lo prometo – dijo Mikomi como respuesta.
Mi señor por favor, dígale a Rin le esperará y se la llevará con usted, onegai, espéreme ya casi llegó a la salida – decía Rin desesperada.
Rin llegó a las escaleras y vio como Sesshoumaru salía del castillo.
Sesshoumaru sama, Rin quiere seguir a su lado – grito la niña, silencio después del eco de estas palabras, su amo no se detuvo, la niña corrió bajando las escaleras.
Acaso Rin se portó mal, si, eso es , Rin hizo algo malo y por eso Sesshoumaru sama ya no le quiere a su lado, ese es el castigo de Rin por ser mala – dijo Rin llegando al último escalón siendo detenida por Mikomi que le abrazaba.
Suélteme quiero estar con mi señor Sesshoumaru, onegai déjeme ir con él – gritaba Rin intentando librarse de la prisión que los brazos de la mujer le hacían.
no puedo – dijo la mujer.
Como pudo Rin se libero del abrazo de la mujer y corrió hacia las afueras del castillo quedando parada en el patio.
Onegai Sesshoumaru sama, regrese por Rin, ya se va portar bien, lo promete – dijo la niña sollozando, observó como su amo le ignoró y cubriéndose en la nube de energía junto a Jaken emprendió su viaje.
Rin corrió hacia el lugar donde los observaba partir, tropezó con una piedra y calló al piso, la mujer youkai que minutos antes la tenía aprisionada en sus brazos, llegó hasta quedar de rodillas frente a ella, Mikomi la tomó en brazos, observando su carita llena de tierra , su Kimono sucio , algunas partes de su cuerpo con algunos raspones.
El regresará por ti, mi pequeña – dijo Mikomi en consuelo por la perdida que la niña humana había sufrido.
La sorpresa no podía apartarse del corazón de la mujer¿ Cómo sería este Sesshoumaru que llegaba y dejaba a una niña humana a su cuidado, la nobleza de la que Suteki San hablaba era cierta, en lo profundo de su corazón el Lord luchaba por guardarla, pero era tan fuerte que podía manifestarla hacia la pequeña Rin que le adoraba, entre ellos había un vinculo muy cercano, ya que pudo sentir la tristeza y dolor de su sobrino al pedirle que no le permitiera a la pequeña verle partir.
El Lord siguió su camino volando dentro de su esfera de energía, Jaken le observaba en silencio, no haría ningún comentario, sabía que no solo a él le había dolido, si no que al igual que Rin , su Amo se sentiría muy solo...
Continuará ...
Hola queridos lectores, lamento la demora, pero con la mudanza, sin tener Internet en casa, exámenes y trabajos , estaba muy ocupada y no tenía tiempo de seguir escribiendo, pero por fin pude hacerlo y ya ando acá dejando el Cap2 de este fic, espero que les haya gustado, lo se... lo se esta algo triste( Alis les da pañuelos a todos), por no decir muy triste, pero así es la trama y ya vendrán más sorpresas espero sus reviews, saben que de estos depende que actualice pronto.
Por cierto me esforcé y escribí el capi más largo, ESPERO HAYA VALIDO LA ESPERA.
Este Capi esta dedicado especialmente a Ceci, este es tu capi disfrútalo amiga, también a Stef que casi me mata por no actualizar y por sus sugerencias, Mikomi San por fin ha salido el personaje que gracias a ti he creado, espero te guste la apariencia y su forma de ser, espero tu opinión. Mis amigas Yuli Chan, Mi nee-San Zetus , Lou Chan, espero su opinión, este capi va para ustedes y todos aquellos que leen y disfrutan de la historia.
Ahora si agradezco muy cordialmente a las personas que dejaron reviews, mi motivación para escribir que son: Ixchel-Kotori, HawkAngel XDKashou No Tsuki, Perita ( Me encantaría que seamos amigas, solo te pido que tú seas quien me agregue a tu lista, por que por más que he querido no puedo agregarte, onegai), Narusumi, Liz Chan(SALU2 AMIGA,TQM), Varina-Saku, Mizuho (Stefi ¿ aún me quieres matar? ...mmm... no me respondas), Sesshi23 ( Cecy un abrazo y toma un pañuelo).
Les agradezco de corazón sus opiniones, en un tiempo libre les respondo sus reviews en un correo, lo prometo , así que por favor dejen sus mails cuando suban un reviews.
Esta historia tiene muchos capis por delante así que disfruten de la lectura y no se me desesperen, que estoy por iniciar el que sigue, solo denme tiempo para actualizar mi otro fic de Sesshi y Rin, Encuentro de amores pasados y de Misao y Aoshi Un estuche de secretos y una vida sin palabras.
Gracias por su comprensión, cuídense mucho, Dios les Bendiga
Les aprecia Alis Chan...(Alcione Yil de Cfiro o RinKo InuKai)
