Hola.

Antes, algo importante que había olvidado:

Disclaimer: las TMNT no son mías. Este fic está basado en las versión TV del 2003.

Ya. Ahora si, las formalidades se han cumplido.

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Kskabell, pues si al final resulta que era lo que creías, te creeré, (que siempre me las adivinas o andas cerca) pero te diré desde ya que no hay experimentos biogenéticos en el futuro...

Y si, Leo siente un extraño afecto por la chica, no se lo explica aún, pero ya descubrirá qué es lo que siente y porqué...

Y sí, la historia en adelante va a mezclar la faceta de Leo como líder (la más conocida) con otra más personal, y ambas entraran en conflicto...

Y a propósito, es la primera vez que intentaré algo de romance (no uno con corazones y conejitos rozados, pero habrán muchos sentimientos) así que viene a ser como un experimento, pero eso será más adelante.

¿Crees que Leo es más cariñoso que Raph? (bueno, una tabla llena de clavos es más cariñosa que Raph en ciertas ocasiones), puede ser... pero yo no veo a Leo excesivamente afectivo, parece de los que prefieren demostrar su aprecio con un apretón en el hombro más que con un abrazo de oso... no es porque no le guste demostrar sus sentimientos, sólo que no lo veo excesivamente efusivo con ellos, en cambio Raph, cuando se decide a demostrar lo que siente, las emociones le explotan a la vez y hasta con lagrimas acaba... si es que para todo es impulsivo...

¡Samara! Si, todavía no se ve la conexión con la primera, pero paciencia (demonios, arcángeles, espadas¿te acuerdas de esos? Pues ya vienen).

En cuanto al auto y según como va mi economía, pues si, será en unos años más, en vaaarios años más, jejeje, se hace lo que se puede ¿no? Al menos ya me he conseguido tres metros de bufanda para envolverme cuando haga frío (como ahora).

Jejeje... me gustó el grito de guerra.

Hey, chicas, gracias por su apoyo moral con lo de la tesis, que va lenta como una tortuga, y no precisamente una ninja mutante...

Por ultimo, sé que no tiene nada que ver, pero si no es aquí ¿dónde lo pongo? Gracias a Naoko Daidouji por su review, la había estado echando de menos, pero la entiendo, estamos en las mismas condiciones... ojalá sigas con esta historia luego ¿no? -

Ya, ahora sí, el capitulo...

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5-

En sus ojos todavía había plasmada esa expresión de terror, mientras su cuerpo se estremecía, presa de algo que podía ser tanto una risa histérica como un llanto desesperado. Leo volvió hacia la chica medio cuerpo, sin abandonar su lugar frente a ella y hacia la entrada del callejón.

La muchacha continuaba arrodillada en el suelo mojado, sobre las posas de agua, bajo la lluvia, hecha un ovillo, con la frente casi tocándole las rodillas, temblando.

De pronto sus puños golpearon el piso, salpicando agua para todas partes, una vez, otra... con fuerza al principio, pero cada vez más débil después, a lo que su cuerpo se hundía más y más en sí mismo y los espasmos se hacían más violentos...

.- ¿Cómo... ¿CÓMO...!- gritó entre sollozos.- ¿Por qué no me dejan en paz?

Leo sintió la misma sensación de impotencia de hacía un rato... sosteniendo una de las espadas con fuerza, se quedó inmóvil, observando a la chica y tratando de escuchar hasta el ultimo sonido a su alrededor. Los pasos continuaban acercándose, casi ocultos por el ruido de la lluvia.

Repentinamente, la chica dejó de estremecerse, sus brazos cayeron como sin vida a sus lados y lentamente comenzó a levantar la cabeza hacia la lluvia...

Su rostro se había congelado en una sonrisa amplia, con los ojos desmesuradamente abiertos, las pupilas contraídas...

.- No puedo creerlo...- comenzó a decir, en voz baja y profunda.- ¿Cómo lo hacen para encontrarme¿cómo es que logran encontrarme siempre? no lo entiendo...

Por un segundo, Leo creyó que finalmente había perdido la razón...

.- Nadie te hará daño.- Le dijo con voz firme.- Te lo prometo.- Ella lo miró con compasión.

.- Ojalá se tratara de eso... – le dijo con la cara bañada en lagrimas y una sonrisa lánguida.- Ojalá fuera sólo eso...

La chica comenzó a ponerse de pie, lenta y trabajosamente. Comenzó a caminar hacia Leo mientras éste la observaba sin comprender.

Pronto llegó junto a él, pero siguió caminando, pasándolo deteniéndose unos cuantos pasos delante y más cerca de la entrada del callejón.

Por varios segundos, sólo le dio la espalda, en silencio.

Los pasos continuaban acercándose.

.- Ya pronto estarán aquí...- casi susurró la chica, con un dejo de temor en su voz.- No creo que esta vez pueda escapar...- diciendo esto, su mano fue a posarse sobre un lugar cercano a su hombro y izquierdo y se quedó ahí, presionándolo.- No como la ultima vez... Cada vez se acercan más... y el tiempo se les está acabando... se vuelven más desesperados.

Leo alzó una ceja y dio un paso hacia ella, pero su voz lo detuvo en seco.

.- ¿Quieres escuchar la historia? ...- comenzó.- Apuesto a que si...- Sin esperar una respuesta, la chica continuó.- Desde hace algún tiempo, descubrí que podía hacer cosas... cosas que nunca antes había podido hacer... cosas increíbles... – Hizo una pausa para exhalar una risita.- Era terrorífico... la gente se asustaba... y mucho... y a decir verdad... me gustaba. Tal vez por eso comencé a asustarme yo misma... Cada vez perdía el control con mayor frecuencia, y me gustaba... el poder comenzó a gustarme...

La chica hizo una nueva pausa, inclinando la cabeza hacia atrás, dejándose bañar por la lluvia. Leo la escuchaba, sin entender, apremiado por la sensación de peligro y agobiado por la angustia de no comprender y querer hacerlo...

.- Al principio pensé que era un regalo del cielo...- siguió ella.- pensé que... Dios... me había concedido esos dones para defenderme de quienes me hacían daño... – volvió a escapársele una carcajada irónica.- Sólo tenía que desearlo... y ellos morían...- Leo abrió grandes los ojos, dejando caer los brazos a los lados, olvidando por un segundo todo lo demás.- Pero, por supuesto, Dios no tenía nada que ver en esto...

La chica bajó la cabeza y acercó sus manos, a la altura de sus ojos y las observó con detención.

.- Me volví fuerte, muy fuerte... nadie podía tocarme... nadie podía volver a ponerme un dedo encima... parecía perfecto ... pero me asusté... ¡me aterroricé! ya casi no me sentía yo misma... ya casi no me sentía humana... y entonces, incluso los inocentes comenzaron a morir... ¡Les dije que no quería sus regalos¡les dije que ya no los quería!... pero sólo se rieron de mi. Entonces huí... pensé que se cansarían... pero después de todos estos años, debí darme cuenta que no se rendirían. Dicen que no pueden dejarme ir. Que me necesitan... Dicen que no es posible escapar al destino... ¿tu crees eso Leo?.

Leo no contestó, tenía la boca abierta pero de ella no pudo salir ninguna palabra.

La chica avanzó un poco más, alejándose de él. Cuando se detuvo, volvió sólo la cabeza hacia atrás, observándole por el rabillo del ojo.

.- Tenemos que dejar de encontrarnos así¿no crees?...

Leo se paralizó.

.- ¿Qué?...

.- Eras sólo un niño la primera vez que nos vimos...- dijo ésta, mirando a la nada, tratando de visualizar los recuerdos. Sonrió.- Creí que ya no volvería a verte después de la última vez...

Leo avanzó hasta ella un par de pasos, lentamente, con los ojos desmesuradamente abiertos.

La miró perplejo tratando con todas sus fuerzas de comprender lo que decía.

.- ¿De qué estás hablando?.- preguntó al fin, como hipnotizado, deteniéndose en cada palabra, como si tuviera que hacer un esfuerzo enorme para empujarlas fuera. Pero casi tenía miedo de oír la respuesta...

La muchacha no contestó.

En medio de la oscuridad, con la lluvia cayendo, la chica estaba de pie, frente a él, dándole la espalda, con el pelo negro todo enmarañado y empapado...

El agua caía a borbotones por doquier...

Le llaman "Deja vu", la sensación de estar viviendo un mismo suceso por segunda vez...

Cerró los ojos con fuerza. Vio una noche de lluvia, hacia muchos años, en los túneles, cuando tenía cinco años... ya había visto ese lugar, sólo que esta vez, la cara de la extraña no era desconocida, no estaba olvidada en la memoria... ahora era clara como el agua...

.- Estabas perdido en los túneles, con el pie herido... ¿lo recuerdas? y ellos me perseguían, como ahora... como siempre...

Volvió a abrir los ojos. ... Los recuerdos se agolparon en su cabeza... los del túnel... y los otros...

De súbito, un montón de recuerdos relampaguearon en su cabeza, cegándole, haciéndole perder el equilibrio...

Un montón de imágenes del pasado en las que ella siempre estaba presente, difusas, borrosas, inconexas, absurdas...

Pero ella, siempre ella...

Cerró los ojos, otra vez, aturdido.

No lograba darle sentido a nada.

.- Tu no puedes ser ella...- dijo de repente.- Eso fue hace quince años... – la chica sólo asintió, sonriéndole.

.- Lo sé. No he envejecido ni un solo día desde entonces... ellos no me dejarían.

.- ¿Qué...?

.- No trates de entender... no vale la pena.

.- ¡No!... tengo que entender... ¿Cuántas...?... ¿cuántas veces nos hemos visto ya?... – salió la voz de Leo, en un tono de angustia.- Lo sé... ¡sé que lo sé! pero lo olvidé... lo olvidé ¿verdad¿por qué lo había olvidado¿por qué lo olvidé?...- a medida que hablaba, los recuerdos se hacían más nítidos, como si su cabeza hubiera estado envuelta en una toalla mojada y sólo ahora pudiera quitársela... apoyó las palmas de sus manos en sus sienes, apretando los ojos.- ¡Ángela!.- gritó de pronto, con desesperación...- ¡Ese es tu nombre!

La chica sonrió, con los ojos cerrados.

Una sonrisa triste.

.- Nos hemos encontrado tantas veces ya... Nunca fue mi intención que te involucraras en esto... pero siempre parecías simplemente... aparecer... pensé en lo que podía pasarte si ellos te encontraban... por eso respiré aliviada al descubrir que cada vez que nos encontramos, me olvidabas por completo... no me cuestioné más, pensé que era lo mejor... Sin embargo... siempre me encuentras, siempre terminas encontrándome. Siempre terminamos encontrándonos... querido Leo.

.- ¿Por qué!- Leo parpadeó confundido.- ¿porqué lo olvidé! Por qué... ¿quién me hace esto¡¿Quién me hace olvidar!.- preguntó, esta vez su voz estaba teñida de rabia. La chica se encogió de hombros.

.- No lo sé. Ellos, probablemente... Todo lo que sé es que, de una forma u otra, siempre estás en mi camino, no puede ser una coincidencia... había pasado mucho tiempo desde la ultima vez, pero en cuanto te vi en ese callejón...- la chica hizo una pausa para soltar otra risita.- no pensé que hubiera pasado tanto tiempo... casi corrí a abrazarte, pero entonces me di cuenta que no me recordabas... que no me recordabas para nada... traté de huir, para que no tuvieras nada que ver en esto, pero como siempre, tu insististe...

.- ¿Quién!.

.- No pensé que me recordarías ahora... pensé que ellos se habrían encargado de eso otra vez... pero has dicho mi nombre... Tal vez no te lo dije antes porque tenía la esperanza de que lo recordaras por ti mismo... porque en el fondo tenía la esperanza de que me recordarías al fin... – la chica cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, nuevamente, recibiendo la lluvia en el rostro. Imperceptiblemente, dio otro par de pasos alejándose de Leo, pero éste estaba demasiado confundido para notarlo.- Sí me recuerdas después de todo...

Leonardo tenía los ojos muy abiertos, las manos todavía apoyadas en la cabeza, la mirada clavada en el piso.

.- Han estado jugando con tus recuerdos... – dijo la chica, adivinando sus pensamientos.- La primera vez que nos vimos fue hace mucho, mucho tiempo... Quince años... cuando eras sólo un niño... Después de eso, nos encontramos un par de veces más... la siguiente fue hace unos meses... sé que no debes recordarlo... Estuvimos mucho tiempo juntos antes de que tuviera que marcharme otra vez... A pesar de sus esfuerzos por separarnos, de alguna forma siempre logramos encontrarnos... pero todo acaba igual: tu me olvidas por completo... Sé que tendrás muchas preguntas... quisiera tener el tiempo de responderte... pero tal vez tengas suerte y vuelvas a olvidar todo otra vez...

Leonardo sacudió la cabeza, presa de la más absoluta confusión...

.- ¿Quién ha estado jugando conmigo!... –repitió frustrado- ¿quién es el responsable de todo esto¿de quien huyes?... ¿de quien estas huyendo?

.- Si, lo sé. Siempre estoy huyendo. Y tu siempre tratando de ayudarme, incluso cuando trato de hacerte a un lado... pero no hay nada que puedas hacer, lo siento, tal vez...

.- ¿quien te persigue, maldita sea¡¡¡¿quién está detrás de todo esto! tengo derecho a saberlo...

Leo temblaba de rabia, pero la chica no dijo nada más.

.- Ya están aquí.- dijo en un susurro.- lamento que te hayas involucrado en esto...

Los pasos ya se oían con toda claridad, debían estar sólo a unos metros de la entrada del callejón.

Lo que pasó después, ocurrió demasiado rápido.

La muchacha llevó su mano derecha hasta su espalda. Leo vio el arma en su cintura sólo un segundo antes de que la sacara.

Le quitó el seguro.

.- No te preocupes, no me atraparán... no me convertiré en lo que ellos quieren... nunca. No seré el nuevo avatar... tu has tenido al demonio dentro, sabes como es... Yo no permitiré que me hagan eso.

.- Sólo tienes una bala ahí...- se apresuró a decir Leo.- Ponte tras de mi, deja que me haga cargo...- la chica rió, una sola carcajada sin ningún humor.

.- Puedes matarlos si quieres, puedes matarlos todo lo que quieras, ellos seguirán viniendo. Vendrán una y otra vez... como lo han hecho por quince años... me necesitan, no me dejarán ir...

.- No dejaré que te hagan daño.- Repitió Leo con los dientes apretados.

Un recuerdo difuso pasó fugaz por su mente, golpeándole como una bofetada...

Veces anteriores...

La misma angustia, la misma espera... el temor a ser atrapada en cada respiración... La chica suspiró y sonrió, algo que Leo no pudo ver.

.- Si tan sólo te hubiera encontrado antes, mucho, mucho antes... entonces sí podrías haberme ayudado... al principio los enfrentaba, pero pronto descubrí que eso sólo me acercaba más a ellos... Mientras más peleaba, menos podía reprimir este poder... y eso es justo lo que ellos quieren, eso es justo lo que ellos quieren de mi... que haga el mayor daño posible... Sólo ahora es que me doy cuenta cual es la única solución. Debía haber hecho esto hace mucho. Muchos se habrían salvado... tu no podrías entender. No sabes cuando daño he hecho...

Leo sintió un escalofrío.

.- ¿Qué vas a hacer?.- preguntó temeroso.

.- Creo que siempre he sabido que esta era la única forma, pero tenía la esperanza de encontrar otra...

.- Espera...- Leo avanzó aún más, lentamente, sin movimientos bruscos. El temor le atenazaba el estómago.- Suelta el arma, Ángela...

.- No puedo ser quien se supone que debo ser, no puedo hacer esas cosas terribles que ellos quieren de mi... dicen que es mi destino, dicen que no se puede escapar a él...

.- ¡Suelta el arma!.- Leo apenas podía respirar.

.- Dicen que no se puede evitar...

.- ¡SUELTALA!

Lo que pasó después, ocurrió demasiado rápido.

Ángela sonrió, luego puso el cañón del arma contra su sien.

.- Si eso es cierto, ni esta bala podrá evitar mi destino... esta noche lo comprobaremos...

.- ¡NO!

Leo se lanzó hacia delante, con horror.

Un segundo después, estalló el disparo.

Demasiado rápido...

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Fin del quinto cap.