Cap. 6 Galdor

Una semana después, el hombre, ya había progresado:

Podía hablar, aunque no podía levantarse a causa del punzante dolor que sentía en el pecho.

Por el momento, solo sabían que se llamaba Galdor, y que había prometido enseñarles a manejar los poderes de los Jinetes.

Poco a poco, el dolor de Galdor fue menguando y era capaz de ponerse en pie y de dar algunos pasos.

La comida se acabo pronto, y tuvieron que volver a cazar y a recoger frutos de nuevo, a pesar de los lobos.

Cuando Galdor sanó definitivamente, comenzaron a practicar esgrima. Los días impares, Nath luchaba contra Galdor con palos afilados, y los pares, le tocaba a Naurloth.

A pesar de eso, todos los días, Nath y Naurloth luchaban entre ellos.

Aparte de eso, Galdor también les enseñó como curar heridas con medios naturales, como la corteza de árbol y las raíces de algunas plantas.

Un día los llamó y dijo:

Tenemos que irnos de aquí. Necesitamos caballos y espadas. Partiremos mañana al amanecer.

Pero… -Dijo Naurloth- ¿Cómo vamos a pagar? No tenemos dinero.

Yo sí. No os preocupéis. Iremos a Teirm, los dragones deben esperar fuera, no sería conveniente que los vean.

De acuerdo –dijo Nath- Iremos.

Esa noche recogieron todas las pertenencias y se disputaron donde iría Galdor. Al final, la carga iría en Alandir, y Galdor iría con Nath en Nayra.

Con el nerviosismo, Naurloth se pensó si habría carteles suyos en las ciudades, ya que al escaparse de Urû'baen podría pasar secretos del imperio a los Vardenos, por lo que ya habrían puesto precio a su cabeza y a la de Nath.

Por otra parte, tampoco le gustaba que Alandir y Nayra se quedasen fuera, pero eso era necesario, por mucho que le disgustase.