Muchas gracias por los reviews ^^Y lamento haberme demorado, pero estaba con falta de inspiración, hasta que llego mi musa(bueno, muso ^^, ojos azules, pelo negro... ¿Necesito agregar más?) Además el computador casi se muere T_T pero ya está sano y salvo...

Elsa: pues...digamos que la inteligencia de Harry se debe a la vida que tenía con los Dursley...al ver a su primo fofo...prefería esconderse...y normalmente se escondía junto con un libro y como sabía leer...Ya, lo dije! xD

Kathy: Johnatan? oO... no lo sé...no recuerdo haber visto ese nombre...sólo recuerdo que su maleta decía "Profesor R. J. Lupin" aunque...bueno...revisaré ^-^

Shara : he aquí n_n

Bunny1986: gracias ^-^

Angie Weasley: ^-^U pos no importa, se entiende estando de vacaciones *Myung recuerda que entró hace semanas* T_T pos mejor no acordarse de eso. Muchas gracias ^-^ y sobre tu petición... lo he pensado...puede que en este capítulo, quizás en el próximo...estoy viendo como hacer que entre a la historia....pero ya verás. Sobre los exámenes... tuve un 6,2 de promedio * Myung lanza confeti por todas partes* T T...y pos sí, Siri y Remsie son los mejores!!! *-*

Continuando con el fic ^^...

Sirius salió una hora después del Ministerio, llevando en hombros a un muy feliz Harry. Remus los acompañaba y sonreía amablemente. Harry James Potter Black era el nombre que tenían los tres en su mente.

Sirius había sacado los papeles de adopción de Harry, quedando como su Guardián legal. Después de haber quedado libre, un respeto y admiración muy grandes cayeron sobre él.

Mientras salían podían escuchar lo que decía la gente:

- Sobrevivió a los dementores por tres años...

- ¿Su mejor amigo los traicionó?

- Desde ahora cada vez que vea una rata la pisaré

Sirius hacía oídos sordos a todo, aunque no podía dejar de sonreír cuando escuchaba cosas como:

- Es el tutor de Harry Potter, que tierno.

- Tiene veintisiete años...

- ¿Tendrá novia?

Remus los observaba muy contento. Sirius había notado que su amigo estaba algo cansado, como era costumbre en él, pero se notaba que estaba casi tan feliz como él mismo, o como Harry.

Volvieron a casa de Remus en el Autobús Noctámbulo(- no es necesario que paguen, entre gratis señor Black...) y cuando llegaron, él les ofreció una taza de té.

Al volver de la cocina vio a Sirius completamente dormido en el sofá mientras Harry, sentado junto a él, miraba el techo, sonriendo. Remus colocó la bandeja con las tazas de té y algunos bollos en la mesita y se sentó en un sillón junto a Harry.

Harry volvió la vista hacia Remus. Este, le indicó a Harry que hablara bajo para que Sirius no despertara.

- Estaba muy cansado. En cuando se sentó se quedó dormido.

- No te extrañe Harry- Remus bajó aún más la voz- Sirius siempre ha sido un dormilón. Tu padre siempre le tenía que arrojar agua para despertarlo.

- Te escuché Moony.- Dijo Sirius mirándolo. Harry rió despacio.- Y por cierto, aún no terminamos con el tema de tu adicción Remus, no vaya a ser contagiosa.

- No le hagas caso a tu padrino.- Le dijo Remus a Harry- Yo no tengo adicción alguna. Aunque podría asegurar que Padfoot tiene una manía por las motos.

Sirius lo miró, aparentando estar ofendido:

- Disculpe señor Lupin, creo que le escuché mal ¿Dijo que yo era maniático?

- Pues no escuchó mal Señor Black, es justamente lo que dije.- Remus sonreía amablemente, aunque si uno se fijaba bien, había algo burlón en aquella sonrisa.

Oh, buen joven Harry- Este dio un pequeño saltito cuando Sirius lo nombró- ¿Usted encuentra que el inocente señor Black está loco?

Harry rió un poco. Aún no acostumbrado a que le pidieran una opinión (aunque fuera a modo de juego), mucho menos a las reacciones que tendrían Sirius y Remus, tímidamente asintió con la cabeza. Ya estaba preparado para defenderse de cualquier cosa, pero para su sorpresa Remus y Sirius se reían.

- Ahí lo tienes Padfoot, la opinión de tu ahijado.- Dijo Remus, en el momento que paró de reír.

- Oh- Respondió Sirius, con un falso tono de decepción- yo pensaba que me ibas a apoyar Harry.

- Ya ves Sirius, Harry responde a la razón. Y hablando de razones, son las seis ¿Qué tal si cenamos?

- Gran idea, Moony, tú cocinas.

- ¿Yo? ¿Por qué yo?

- Porque nosotros somos unos simples invitados, como buen anfitrión deberías atendernos- Sirius rió al ver que Remus sólo se levantaba y le sacaba la lengua.- Está bien, te ayudo, no te molestes, los lobitos deben ser buenos y obedientes...

Remus sólo le respondió, dándole un pequeño golpe en la cabeza.

- Eres tan violento- Sirius se toco el lugar golpeado.- pobre de ti Moony, si esto me arruina el peinado.

- Claro, como las mujeres solteras que estaban en el Ministerio se arrastraban a tus pies...- Remus se dirigió hacia la cocina.

Sirius, levantándose y dispuesto a seguirle, le respondió:

- Mi encanto sigue brillando amigo mío.

- Yo creo que ellas quieren tenerte de mascota.

- Disculpen- Se dieron vuelta, para ver a Harry, algo cohibido- Si quieren puedo ayudar.

Sirius y Remus se miraron, y tras un leve intercambio de miradas y un asentimiento de cabeza, Padfoot respondió:

- Harry, no es necesario... - Sirius iba a continuar, pero al ver los ojos suplicantes de Harry le dio a entender a Remus que quería hablar con Harry. Remus asintió y se fue a la cocina. Sirius suspiró y le preguntó: ¿Por qué tienes tantas ganas de ayudar Harry? No es que sea malo, al contrario...Pero la verdad me sorprendes. Todos los niños que yo he conocido siempre prefieren estar en el más absoluto ocio, a que ayudar...

- Es que, es que...- Harry se ruborizó- Bueno, yo he tenido que hacer esto desde el año pasado, pero...lo que pasa es que... no quiero sentirme inútil.

- Entonces nos ayudarás- Harry miró a Sirius y vio que este le sonreía.

- ¿En serio?- Los ojos de Harry brillaron- ¿En qué puedo ayudarles?

- Pues...podrías...- Sirius pensó en algo que no fuera a ser un peligro en potencia para Harry- Euh...-"no, olvídalo, Harry no se acercará....se puede quemar..." - Sirius estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó que Harry había tomado la bandeja con las tazas y la había llevado a la cocina.

- ¿Tío Moony?- Dijo Harry, para llamar la atención de Remus. Este lo miró y tomó la bandeja que traía Harry.

- Gracias Harry- le sonrió- ¿Sabes? Quiero hacer asado de carne con puré de patatas ¿Te gusta?

- Pues- Harry evitó la mirada de Remus- Pues jamás he probado ninguna de las dos cosas ¿No tiene nada de malo verdad?

Un pequeño sentimiento de molestia nació en el interior de Remus, pero rápidamente desapareció.

- Pues hoy lo probarás ¿Te gustaría ayudarme con las patatas?

***

Sirius pronto se dio cuenta que estaba sólo sí que decidió ir a la cocina. Ahí se encontró con Remus, que cocinaba y a Harry que estaba ayudando a Remus con las patatas. Sirius sintió alivio al ver que su amigo había resuelto su dilema. Harry estaba ayudando y no tenía peligro con lo que estaba haciendo. A menos que las patatas cobraran vida y quisieran aplastarlo. Pero eso era absurdo ¿Verdad?

Después de un rato los tres estaban sentados en la mesa, cenando y hablando alegremente. Sirius y Remus le contaban a Harry algo de sus días en Hogwarts. Este último se limitaba a comer y soltar una risa, cada vez que decían algo.

- Gracias a eso, tuvimos que limpiar las mazmorras durante un mes- Dijo Sirius después de haberle contado de una vez en que le cambiaron el color de pelo a todos en Hogwarts, incluido profesores, según su color preferido.

Harry sonrió. Jamás había pasado una noche tan agradable. Sus tíos jamás le permitían comer en la mesa, mucho menos le hablaban durante el día, a menos que fuera para regañarlo o para decirle que tenía que ordenar la casa.

- Claro que Sirius y tu padre fueron los culpables de esa broma. Y me incluyeron a mí, porque "éramos amigos".- Remus hizo una mueca.

- Y lo seguimos siendo Moony- Dijo Sirius con una sonrisa traviesa en su rostro.- Y lo seguiremos siendo...

- Claro Padfoot- Remus le devolvió la sonrisa.

***

Remus se dirigía al baño cuando escuchó un ruido en la pieza donde estaban durmiendo Harry y Sirius. Lentamente abrió la puerta y vio a Harry en su cama, despierto y temblando.

- ¿Harry?- Este levanto la cabeza- ¿Sucede algo?

- Es ese sueño de nuevo...- Respondió Harry con voz quebrada.- Ahora no sale mi tío, pero aquellos hombres con capuchas, y esa risa siguen apareciendo. Y también aparece una moto voladora después de esa risa y esa luz verde...

Disculpa... ¿Una moto voladora?- preguntó Remus.

- Eh...sí ¿Por qué?

- Pues tengo entendido que esa moto pertenece o pertenecía a Sirius- Remus sonrió.

- Es cierto. No está aquí.- Harry se vio algo ¿decepcionado?

- Lo que sucede es que Sirius fue a caminar un rato. Hace mucho no puede hacerlo, por eso decidió dar una, a pesar de que son las dos de la mañana.- Remus suspiró aliviado al ver que Harry cambiaba la expresión de su rostro.

- Si es tan tarde...Tío Moony ve a dormir, te ves cansado.

Remus miró a Harry con algo de gratitud, pero no lo dejaría solo. Se notaba que Harry estaba aterrado ante la idea de encontrarse solo de nuevo, y que aquellos seres realmente aparecieran.

- No te preocupes Harry... mmm.- Remus colocó una mano en su mentón, luciendo pensativo.- ¿Qué tal si te acompaño hasta que logres dormirte de nuevo?

- ¿No...no...No será mucho problema?- Harry lo miraba con ojos suplicantes.

- No es problema Harry.- Remus le sonrió a Harry y este se sintió más tranquilo.

Remus se sentó en la cama de Harry y este lo abrazó. Sorprendido, le respondió el abrazo. Se alegraba que Harry le tuviera tanta confianza como a Sirius.

- Gracias Moony- murmuró Harry antes de dormirse.

Lentamente el sueño también fue venciendo a Remus, quedándose este dormido aún abrazado de Harry...

***

- Remus- Sirius susurró- Remus, despierta pulgoso.

- No me digas pulgoso Sirius.- Remus, lentamente, evitando despertar a Harry, se levantó de la cama.- ¿Lo lograste Padfoot?

- claro, todo listo. Ya verás, la sorpresa que se va a llevar Harry.- Sirius sonreía traviesamente.- Gracias por cuidarlo Moony ¿Tuvo otra pesadilla verdad? Espero que pronto las deje de tener.

- pronto dejará de tenerlas Padfoot, estoy seguro.

- Buenas noches Remus

- Buenas noches Sirius.

***

Harry se despertó esa mañana bastante mojado... Rápidamente abrió los ojos y vio que un perro negro de ojos azules le estaba lamiendo la cara. Comenzó a reírse mientras empujaba al perro hacia un lado. El perro se transformó en un hombre.

- ¡Sirius!- exclamó Harry- ¿Cómo hiciste eso?

- Magia- Respondió simplemente. Traía una gran sonrisa en su rostro.- Harry, vístete y baja a tomar desayuno, hoy vamos a salir.

- Eh...claro- Harry sonrió y comenzó a vestirse.

Una vez abajo, en la cocina, vio a Sirius y a Remus desayunando tranquilamente. Se sentó junto a Sirius y comenzó a desayunar.

- Buenos días Harry- Lo saludó Remus.

- Hola- respondió.

- Pues como te habrá dicho Sirius hoy vamos a salir.

- Sí, sí me dijo ¿A dónde vamos a ir?- Harry fue vencido por la curiosidad.

- Eso, es una sorpresa- Respondió Remus misteriosamente.

Harry lo miró curioso, pero no dijo más del tema. Se dedicó a comer silenciosamente, mientras imaginaba a donde irían y qué harían.

- Muy bien- Dijo Sirius levantándose y limpiando las cosas de la mesa.- ¿Vámonos?

-Claro- Respondieron Remus Y Harry al unísono. Ambos se levantaron al mismo tiempo. Se miraron y comenzaron a reír.

- Ni que fuera gracioso- Comentó Remus- Pero en fin.

Salieron felices de la casa. Afuera había un sol radiante y cálido, típico de Julio, que hacía que todos estuvieran fuera de sus hogares disfrutando del clima, que ese año prometía ser excelente.

- ¿Cómo iremos?- Preguntó Harry.

- Nuevamente utilizaremos el Autobús Noctámbulo. Es la manera más fácil de ir.- Sirius no se veía muy feliz con la idea. Harry y Remus tampoco.

- ¿Tenemos que?- Dijo Harry suplicante, sabiendo de antemano cual era la respuesta, la cual nunca salió de los labios de Remus o de Sirius, pero era lógica. Remus guardaba su varita en el bolsillo, mientras una conocida ráfaga de viento les indicaba la llegada del Autobús.

El viaje fue peor que una de esas cosas muggles llamadas "montañas rusas". Los tres se bajaron con diferentes tonalidades de verde y con una expresión desagradable en el rostro. Harry miró a ambos lados como buscando la casa. Sólo logró ver un gran terreno desierto. Sirius notó esto y rió un poco.

- Debemos caminar un poco para llegar.- le informó, cuando Harry lo miró confundido.

Caminaron alrededor de diez minutos hasta que llegaron a las cercanías de un bosque. Harry solo logró observar vegetación y uno que otro animal.

- ¿Adónde supuestamente vamos? por que yo no veo nada.- Remus le sonrió y camino un paso, desapareciendo instantáneamente. Harry con los ojos y la boca muy abiertos camino un poco, sintió una extraña sensación y ante sus ojos había una casa enorme, hermosa, magnífica, acogedora que hacía que la casa perteneciente a los Dursleys pareciera una insignificante casa abandonada.

A Harry le agradó enseguida- Fue corriendo hacia la entrada y cuando iba a ingresar se detuvo. No le habían autorizado nada aún. Miró a Sirius que se acercaba junto a Remus, ambos con sendas sonrisas. El primero abrió la puerta y con un gesto muy señorial le indicó a Harry que entrara.

Si estaba sorprendido, no era nada en comparación a como lo estaba ahora. Se encontraba frente a un pasillo, cuyas paredes contenían retratos de magos y brujas, los cuales hablaban alegremente con sus vecinos. Con una pequeña reverencia lo saludaron y continuaron con sus conversaciones.

- Esta casa tiene dos pisos, cinco habitaciones, un salón de juegos, un sala de estar, un comedor, una cocina, tres baños, un ático, un sótano y varios metros cuadrados de patio.- Dijo Sirius tal cual infomercial.

Remus dijo que necesitaba un vaso de agua y que siguieran sin él. Sirius y Harry subieron al segundo piso observando cada una de las habitaciones, disfrutando cada una de ellas. Hasta que llegaron a la última, la cual tenía una ligera cinta escarlata en su manilla. El aprehensivo Harry la abrió.

Era una pieza de color azul, con una cama junto a la ventana. Esta tenía dosel de caoba y sabanas rojas, mientras que el cobertor era rojo con pequeñas pelotas doradas y aladas, las cuales Harry sabía que recibían el nombre de Snitch.

En una esquina había una mesa con unos cuantos regalos, mientras que al lado de esta había un librero, con colecciones de libros viejos y nuevos, de diferente volumen y contenido, cada uno con un nombre más fantástico que el de su lado.

La esquina diagonal a aquella tenía unos cuantos peluches y juguetes, desde un peluche de un perro negro, hasta una escoba de tamaño miniatura(Harry poseía un vago conocimiento, pero sabía que era para volar), todo colocado de una armoniosa manera.

Harry volvió a mirar los regalos.

- El dueño de esta habitación está de cumpleaños ¿verdad?- Preguntó, mirando con curiosidad los regalos y luego a Sirius.

- Así es.- Respondió éste, sonriendo ampliamente.

- Perdón Sirius, pero ¿De quién es esta casa tan grande?

La sonrisa de Sirius creció aún más.

- Nuestra. Mía, tuya y (si él lo acepta) de Remus. Ahora ¿Adivinaste de quién era el cumpleaños?

Harry lo pensó un momento y luego cayó en la cuenta. Con una expresión sorprendida, pasó su vista por la habitación, luego por los regalos, para volver a posar su mirada en su padrino.

- ¿Es... esto... es... para mí?

Sirius tan solo asintió. Caminó hacia donde estaban los regalos, tomó uno y se lo entregó a Harry.

- Toma. Este regalo es mío y de Moony.

Con dedos temblorosos, y aún con algo de conmoción, Harry aceptó el regalo. Con sumo cuidado fue viendo el papel que lo envolvía. Era de color verde esmeralda y un lazo de color blanco lo adornaba. Suspiró y lentamente, fue abriendo el presente, evitando romper el papel.

Era una foto. Su marco era color cerezo y estaba finamente labrado, dejando grabados diferentes diseños en su totalidad. La foto mostraba a cinco personas. Una de ellas era una mujer, de cabello pelirrojo y con ojos de un brillante color verde esmeralda. Abrazándola estaba un hombre, de cabello indomable, color negro azabache y de unos ojos color almendra, cubiertos por unos anteojos. Al lado de ella había un hombre de cabello castaño claro, casi rubio. Sus amables ojos eran de color gris y tenía en su rostro una sonrisa serena. Junto a él estaba un hombre alegre, sonriente, de ojos azules y de un pelo negro que caía elegantemente en su rostro . Su sonrisa era despreocupada y jovial, que contagiaba a los demás. Todos ellos bordeaban los veintitrés o veinticuatro años de edad. Por último, en los brazos de la mujer, había un niño que era la viva imagen del hombre que la abrazaba, de no ser por el particular hecho que tenía los mismos ojos verdes que ella.

Súbitamente lo comenzaron a saludar, mientras reían. Harry rió también y miró a su padrino con gran gratitud.

- De veras Sirius. Es el mejor regalo que tendré en mi vida. Gracias por todo esto.

Sirius soltó una pequeña risa.

- Para eso estoy ¿no?