Hola x3

Sí n_n ahora hay más reviews, estoy feliz =D Muchas gracias n.ñ

Stiby: matemos a Rowling T T, se lo merece.

Lady Grey: wa x3 tres capítulos seguidos, es bastante, ni yo misma leo más de dos seguidos. Sí, pobre Percy, le quedan aún dos años para entrar a Hogwarts por lo que no podrá estar tranquilo. No han secuestrado a Harry, aún x3. Y yo también me pregunto como terminará todo esto xD

Norm-Black-Potter : me alegra que hayas vuelto por acá, no te veía hace tiempo x3. Un aplauso para el fic de Norm (yo haciendo propaganda x3 lean Universo Alterno!), que se lo merece x3

Devil Patrix: no dejaré de escribir, no me rendiré, I will survive! x3 ¿tanta es la tensión? n.ñ o sea funciona el suspenso muajajajaja y sí, a nosotros nos gusta un Harry que sufre, somos malos x3

Nymphadora Tonks : sí, Voldy está jugando a las escondidas, el problema para él es que nadie lo busca x3, pero ya lo encontrarán, supongo ¿Un encuentro de ellos dos? Sería un caos, x3 me has dado una idea, gracias n.ñ

Por cierto, este capítulo no será muy largo, ya que es de transición, pero espero que lo disfruten x3.

- ¿Realmente lo crees así, Albus?- La piel de Remus se había vuelto completamente blanca, y un ligero escalofrío recorrió su espalda.

- Estoy seguro Remus. Ese hechizo es de magia negra, he oído hablar de él. Y por lo que veo, la sangre del enemigo que quiere es la de Harry.- Dio un largo y cansado suspiro.- Pero aún su sangre no le será muy útil, ya que Harry aún es demasiado inocente como para odiar. Creo que tratará de volver en unos años más. Mientras, seguramente tratará de hacer que vuelvan todos sus sirvientes hacia él y ellos se encargarán de recordarnos que Voldemort no está muerto, sólo está esperando el momento indicado.

Fawkes, el fénix de Dumbledore, notó la tensión en el ambiente, por lo que soltó una pequeña nota, que hizo que se calmaran un poco.

- ¿Y qué podemos hacer?

- Por ahora, hay que evitar que los mortífagos dañen a Harry. Sólo eso. Y, bueno, darle algunas clases a Harry, como para que sepa lo básico.

-No te preocupes por eso. Sirius y yo ya estamos empezando a enseñarle algunas cosas, las simples.

- Me alegro. Y...- Ahora sus ojos tenían un pequeño brillo.- ¿Por qué no le enseñan a convertirse en animago? Creo que le será muy útil.

- ¿No será muy peligroso? Digo, no todos pueden convertirse en animagos y requiere de gran poder. Y Harry solo tiene cinco años.

- Remus- Dijo Dumbledore tranquilamente- El joven Harry tiene muchos poderes que nosotros no nos imaginamos y que de seguro nos van a sorprender.

* * *

Sirius y Harry se detuvieron.

-Mira Harry- Dijo Sirius con un cierto aire de diversión.- Esta es la entrada a las cocinas. Tú solo le haces cosquillas a la pera y tendrás el maravilloso mundo de la comida frente a ti.

Harry abrió la boca cuando su padrino hizo eso, y apreció la entrada a las cocinas.

- ¡Buenos días señores!- Dijo una voz chillona- ¿Qué se les ofrece?

Delante de él estaba una de las criaturas más extrañas que había visto. Recordó que la pileta del ministerio tenía una criatura así. Era del porte de Harry, con orejas y ojos grandes, bastante delgado. Su nariz era larga y puntiaguda y todas sus facciones eran bastante pronunciadas. Vestía con lo que parecía ser un saco, que tenía una insignia bordada.

- Hola Ailill ¿No te acuerdas de tu amigo Sirius Black?

- ¡Señor Sirius! Hace años que no lo veía, me alegro mucho de ver que está bien.- Ailill fijó su vista en Harry.- ¿y el pequeño señor es su hijo? Se parecen mucho.

Sirius se sonrojó.

- No es mi hijo, es mi ahijado. Su nombre es Harry Potter, en algunos años más vendrá acá.

* * *

- Hace tiempo que no comía tanto.- Sirius sonrió mientras caminaban por los pasillos de Hogwarts.- Los elfos domésticos, tan amables...

- ¿No es muy injusto que ellos trabajen así?- Preguntó Harry, con un pastel en su mano.

- No niño, a ellos les gusta así, fue su decisión, nadie los obligó.- Sirius se detuvo y se puso a la altura de su ahijado.- Ahora vamos a lo importante...

* * *

Remus salió del despacho de Dumbledore pensativo. La posibilidad de que Voldemort volviese no le agradaba en lo absoluto y lo peor era que Harry estaba en un gran peligro.

Estaba tan absorto en sus pensamientos que no fijó que chocaba con alguien.

- Mira por donde vas...

- Disculpe...

Los dos se detuvieron en seco.

- Severus...

- Lupin...- Su voz era fría y calculadora. Era algo más alto que Remus, su piel era pálida, cetrina. Su cabello era negro, grasoso, caía hasta sus hombros. Sus ojos eran fríos, negros.- Tanto tiempo sin vernos.

- Hace años fue la última vez.- El tono que empleó Remus era cordial, pero se notaba algo de frialdad.

- Desde el funeral de Lily.- Ambos miraron el suelo al recordar aquello...

***Flashback***

Era un día lluvioso en un cementerio. Un pequeño grupo estaba alrededor de dos tumbas con las inscripciones "James Potter" y "Lillian Evans".

- Estamos aquí para despedirnos de...- Remus dejó de escuchar al sacerdote, su mundo se había desmoronado el día anterior. James y Lily. Muertos. Peter. Muerto. Sirius. Asesino... Era mejor no acordarse de eso. A pesar de estar lloviendo tenía puesto anteojos oscuros. No quería que la gente viera su aspecto. Bolsas bajo sus rojos ojos. El día anterior había sido luna llena, la peor de su vida. La había pasado sólo. Y las pasaría de nuevo por el resto de su vida. Levantó la cabeza de los ataúdes de sus dos mejores amigos- El mayor pedazo que se encontró de Peter fue su dedo- y miró al matrimonio que tenía enfrente. Era una mujer de cuello largo y expresión molesta. Estaba junto a un hombre gordo, con su cara algo morada, seguramente de tener que estar junto a todos los "anormales amigos de su cuñada". En sus brazos había un niño que no paraba de chillar, balbuceando algo que sonaba como "comida". Y en el suelo, con ropas usadas, estaba sentado un niño, quedando cubierto por el barro. Tenía el cabello negro azabache y los ojos de un verde esmeralda. Miraba todo curioso, pero tenía miedo. Seguramente al no tener a su madre o a su padre cerca.

El corazón de Remus se quebró. Harry.

Se alejó un poco de ahí para poder desahogarse un poco. Iba mirando el suelo, cabizbajo, por lo que no se dio cuenta que había alguien que caminaba en su dirección, también distraído.

- Fíjate por donde vas...- Su voz era dura y fría. Sus ojos mostraban fastidio.

- Disculpa Severus.- La voz de Remus era débil. Parecía que cada palabra que decía le causaba dolor.

El rostro de Severus cambió su expresión.

- Lo lamento Remus...- El nombrado lo miró y disimuló su sorpresa al ver que los ojos de él también estaban rojos. Aún lloraban- Estás llorando también.

Ahí notó que entre las gotas de lluvia se mezclaban lágrimas que salían sin su consentimiento.

- Es injusto...

- Ni siquiera a Potter le deseé esto... El hombre tenía un hijo, y ahora quedó solo...

Los dos hombres estuvieron ahí, aún con lágrimas en su rostro, mientras lentamente los ataúdes de aquellas dos personabas bajaban lentamente...

*** Fin Flashback***

- Nos veremos Lupin- Siguió caminando.

- Snape, espera.- El nombrado se detuvo, pero no se dio vuelta.- Tú la querías mucho ¿Verdad?

- Era mi única amiga Lupin, la única que tuve y la única que tendré. Adiós.- El hombre de túnica negra se alejó rápidamente, dejando al licántropo con varios pensamientos y recuerdos en su cabeza.

* * *

Toc Toc.

- ¿Qué quiere?- Exclamó un señor ya entrado en años, con expresión amarga en el rostro.

- Disculpe- Dijo Harry tímidamente .- Lo que sucede es que me perdí.

- Sí seguro. Lo que quieres es causar daño ¡Fuera de aquí! - Cerró la puerta de golpe, asustando algo a Harry.

Sirius apareció enseguida, con un pergamino viejo en la mano, el cual guardó inmediatamente en su bolsillo.- Harry, que este sea nuestro secreto. No le digas a Moony.

- Está bien.

Comenzaron a caminar hacia el despacho de Dumbledore cuando se encontraron con alguien.

- Black.- Espetó.

- Snivellus.- Ambos "adultos" se miraron con odio por algunos minutos hasta que Harry interrumpió.

- Disculpe señor, no es mi intención ser descortés, pero ¿Quién es usted?

- Severus Snape, maestro de Pociones.- Miró a Harry- Potter.

Él sintió una extraña sensación, que no sabía qué era. Pero se fue tan rápido como llegó.

- Así es Señor Snape.- Hizo una leve reverencia.- Mucho gusto en conocerlo.

Sirius miró con una mueca divertida a Snape.

- Así que eres profesor de pociones. Tanta lamida al culo de los calderos te sirvió después de todo.

Snape imitó su mueca.

- Así que eres inocente ¿Cuánto dinero tuviste que pagar por ello?

Sirius gruño y apretó los puños con fuerza.

- Silencio Snivellus. Sabes bien que yo soy inocente.

- Yo no diría que lo eres.- Expresión de dominio, pero con los ojos centelleando odio.- Después de lo que pasó...

- Basta.- Dijo una voz justo a tiempo, ya que ambos adultos iban a sacar sus varitas.- Este no es el ejemplo que deberían darle a un niño de cinco años.

- Lo siento- Dijeron ambos. Volvieron a mirarse con odio.

- Severus- La voz de Remus sonaba tranquila, como siempre.- ¿Te importaría cuidar de Harry por cinco minutos? Debo decirle algo a Sirius.

- De acuerdo.- Su tono revelaba mucho más que molestia.

Sirus y Remus se alejaron, dejando a un Severus Snape mucho más que hastiado y a un Harry bastante incómodo.

- Disculpe señor Snape... pero ¿Qué son pociones?

- Son mezclas con diferentes usos.- No podía creer que le estuviera respondiendo eso al hijo de James Potter. "Pero es el hijo de Lily también" Dijo una voz.

- ¿En serio?- los ojos de Harry brillaron con emoción.- Se debe necesitar mucha concentración para que queden bien. Me encantaría aprender pronto.

Snape abrió los ojos sorprendido ¿Le interesaba pociones? ¿había oído bien?

- Ya Harry, nos vamos.- Dijo Remus.- Muchas gracias Severus.

- No importa- Dijo este sorprendiendo a los otros dos adultos.- Cuídenlo.- Sonrisa irónica.- O mejor dicho, cuídalos Remus.

- Sí. Hasta luego.

Sirius, Remus y Harry se alejaron por el pasillo dejando a Severus Snape pensativo.

- Te han mentido toda la vida Harry. Tú no eres igual a tu padre. Eres igual a tu madre. Me alegro...- Dicho esto se encaminó hacia las mazmorras, donde estaban sus aposentos, recordando y pensando.