Hola x3

Debería estar estudiando Física, debería estar estudiando Química, debería hacer el trabajo de Ciencias Sociales... ¡ Pero no! Estoy escribiendo y es mucho más entretenido, aunque si no reciben noticias de mí, significa que me mataron por las notas x3

Pero bueh...

Stiby: pues normalmente los subo el fin de semana que es cuando los escribo ya que tengo más tiempo x3, aunque en dos meses más quizá sea más seguido(gracias al hermoso verano xD)

Norm-Black-Potter: ¿Está fallando de nuevo? T___T por favor arréglalo que quiero seguir leyendo x3 ¿Realmente crees que soy buena escritora? ^///^ gracias

Nymphadora Tonks: Sé que es pequeño, pero no se sabe cuanto tiempo se demorará x3 y animal... tengo uno pensado... veamos como resulta todo. Sirius y Snape no son muy buenos para mantenerse calmados x3 Y McGonagall... lo más probable es que aparezca, pero no se cuando, cómo, donde ni porqué x3

Era un día algo nublado, amenazaba con llover. El viento movía las copas de los árboles con facilidad, y las hojas naranjas volaban por todas partes, mostrando que el otoño se estaba acercando.

Harry vio esto desde el interior de su casa, con una pluma en su mano y un pergamino en blanco sobre la mesa.

- No has empezado siquiera.- Remus estaba detrás de él, observando el pergamino.- No es tanto Harry, has un esfuerzo.

- Pero es que... mañana Percy se va y los gemelos, Ron y yo debemos hacerle una broma de despedida ¡Si hasta Ginny quiso participar!

- No jovencito.- Contestó Sirius.- Tienes siete años ya, primero los deberes, luego irás.

Harry los miró algo molesto, pero suspiró, calmándose enseguida. Volvió a concentrarse en su pergamino ¿ Cómo quieren que escriba un ensayo de un pergamino sobre los Fénix? Él no sabía nada de ellos, sólo había visto uno que tenía Dumbledore, pero nada más.

Miró su libro.

"Eres un tonto Harry ¿Porqué no buscaste en él desde un principio?" Lo abrió y buscó un capítulo donde pudiera encontrar información. Escribió el ensayo en menos de media hora, para su alivio.

- Ves Harry, no fue tanto- Remus sonrió mientras Harry le entregaba el ensayo.- Ahora puedes ir donde los Weasley.

- Yo te iré a dejar- Dijo Sirius mientras se levantaba- La última vez en el camino dejaste cientos de esos petardos muggles y explotaron. Estuvimos dos horas tratando de que el pasto no se viera tan quemado.

Harry sonrió inocentemente, ordenó sus cosas y se despidió de Remus.

* * *

- Hola Harry, cariño- Molly lo abrazó fuertemente.-

- Hola Señora Weasley.

- Buenos días Molly- Saludó Sirius con un movimiento de mano. Luego miró a Harry seriamente, pero sus ojos brillando con malicia- Espero que te portes bien. Nos vemos.- Dicho esto, Sirius se fue.

Harry saludó a Ginny, quien estaba en la cocina, para luego ir a la pieza de los gemelos.

Al estar frente a la puerta dio un golpe fuerte , tres rápidos y suaves y dos más bajos y lentos.

- ¿Cual es la razón de esto?- preguntó alguien desde el interior. Era Fred.

- La intención es lo que cuenta.- Respondió Harry, poniendo los ojos en blanco. Los gemelos se habían empeñado en tener una contraseña. Cambiaban los golpes cada semana y la pregunta cada mes. Pero la respuesta siempre era la misma. Eso desde hacía ya un año.

Abrieron la puerta. Rápidamente Harry entró a la pieza. Vio que Ron también estaba ahí, al parecer leyendo algo sobre su equipo de Quidditch favorito: los Chuddley Cannons. Aunque Harry jamás lo entendió, ya que llevaban décadas sin ganar. A él le gustaba Appleby Arrows, y eso siempre llevaba a alguna pequeña discusión entre los dos.

Eran buenos amigos, pero no tan cercanos como Harry con Fred y George. Desde que Ron cumplió los seis cada vez participaba menos en las bromas que hacían. Y eso sucedió porque él fue víctima de una de ellas.

- Ya era hora Harry, te esperábamos hace rato.- Dijo Fred.

- Lo siento, pero no me dejaron venir hasta que hubiera terminado el ensayo.

- ¿Cómo van tus clases Harry?- Inquirió Ron.

- Bastante bien. Aunque la más interesante es la de transformaciones. Sirius y Remus creen que en tres o cuatro meses podré transformarme en animago.

- ¡Genial!- Gritaron entusiasmados los gemelos.- Ya verás que nosotros también nos transformaremos. Imagínate todo lo que podremos hacer en Hogwarts, todos nos temerán.

- ¿Y que animal serás?- Ante la pregunta de Ron sus hermanos pararon de soñar sobre el caos que harían, para escuchar atentamente a Harry.

- Bueno, según el hechizo extraño que hay que hacer para saberlo, seré un lobo. Y aún no entiendo porqué.

- Pronto lo sabrás- Dijo George.- Por ahora volvamos a lo importante.

- Lo tenemos paranoico- Señaló Fred, orgulloso- No le hemos hecho broma alguna desde hace dos semanas. Y sabes de sobra lo difícil que es eso.

- Sí, cuesta bastante. Pero bien, supongo que el plan sigue como antes ¿verdad?

- Seguro.- George sonrió.- No puedo creer que hayamos conseguido hacerlo en dos semanas ¡Sin tío Moony y tío Padfoot hubiéramos terminado cuando estuviéramos saliendo de Hogwarts!

* * *

- Percy, nuestro tercer hijo, por fin irá a Hogwarts.- Dijo Molly, con lágrimas en los ojos.

- Sí por fin estudiaré tranquilo.- Contestó, mirando con molestia a sus hermanos menores. Aunque el no sabía que Harry era uno de ellos. Era el arma secreta, ya que a los ojos de Percy, era "un muchacho con muchas cualidades, que estaba desperdiciando el tiempo con sus hermanos menores ignorantes". Pobre de él, que equivocado estaba.

- ¿Tienes todo listo Percy?- Preguntó su madre.

- Sí, sólo debo asegurarme que no se me olvide algo.- Dicho esto, subió las escaleras hasta entrar en su habitación.

Al entrar a ella vio todas sus cosas desordenadas, tiradas por el suelo. Sus pergaminos estaban manchados por un tintero roto, sus ropas estaban arrugadas y algunas también manchadas.

- ¿Qué? ¡ Debe haber sido el estúpido gato de mi hermana! Le he dicho más de cien veces que no lo deje entrar a mi pieza...- Bajó para decirle a su madre sobre aquello.

Pero su madre estaba afuera por lo que se tardó bastante en encontrarla y hablarle. En ese lapso, Harry, Ron, Fred y George ordenaron y limpiaron todo.

- ... Te digo madre que ese gato es una amenaza...- Entraron a la pieza para descubrir que todo estaba intacto e inmaculado, tal como lo tenía Percy desde un principio.- ¿Pero qué...? ¡Sí esto estaba hecho un desastre!

- Percy, querido, creo que estás muy nervioso por entrar a Hogwarts, eso es todo.- Su madre se fue, dejándolo completamente perplejo.

Vio que había dejado su varita en la mesa por lo cual la tomó para guardarla. Para su horror, apenas sus dedos rozaron la varita, esta se hizo polvo. Se puso pálido.

- Seguro que es mi imaginación de nuevo. La debo haber guardado ya.

Los cuatro, que se habían escondido en el armario ya que no alcanzaron a salir de la habitación, contenían la risa. Percy pensaba que se había vuelto loco. Y no estaba tan lejos de la realidad. Se volvería loco.

Se acercó a su baúl para buscarla, mientras se murmuraba a sí mismo que debía tranquilizarse. Pero nuevamente cuando sus manos tocaron el baúl este se hizo una montaña de polvo.

- ¡ Ahhhhhhhhhh! ¡MAMÁ!- Salió corriendo de la habitación.

Rápidamente los cuatro salieron del armario, riendo silenciosamente y le pusieron unas gotas de una poción al polvo, volviéndolas a su estado original.

- Aún no se da cuenta de que somos nosotros.- Dijo Fred una vez fuera.- La verdad, esto no es tan gracioso. No tiene tanta emoción.

- Fred, nos ofendes.- Respondió su gemelo, aparentando estar dolido.- Sabes perfectamente que las caras de horror que pone Percy son toda la recompensa que necesitamos.

- George tiene razón- Continuó Harry.- Además ya verás que lo mejor será lo que pase mañana.

- No podremos verlo. Recuerda que nosotros no iremos en el tren.

- Pero Sirius irá, sólo para tener una foto de la expresión que ponga Percy cuando vea sus cosas.- Dijo Ron- y eso será lo mejor.

* * *

- Hijo, recuerda escribirme una vez al mes.

- Lo sé madre. No te preocupes, estaré bien.- Molly abrazó a Percy con fuerza mientras lloraba.

Finalmente, el tercer hijo de los Weasley se subió al tren. Llegó a un compartimento que se encontraba vacío, donde dejó sus cosas y se sentó tranquilamente, mientras el tren comenzaba a moverse.

Decidió que lo mejor sería leer un poco, con el fin de no llegar con la mente en blanco a Hogwarts. Abrió su baúl y ahogo un grito, mientras se ponía rojo de furia.

- Malditos Fred, George y Ron...

Todas sus cosas, absolutamente todas, estaban de distintos matices de rosado. Sus pergaminos estaban lleno de flores y corazones, hechos con tinta brillante de color rosa y lila. Y encima de todo esto había un pergamino con las siguientes palabras:

" Con cariño de tus hermanos"

Si hubiera estado atento hubiera oído un clic. Si hubiera estado atento hubiera escuchado el sonido de una capa moverse y de la puerta abrirse.

* * *

- ¿Dónde está Sirius?- Preguntó Molly.

- Aquí estoy.- Respondió este mientras se acercaba, guardando algo en su bolsillo.

- ¿Dónde estabas?- Inquirió Arthur.

- Oh, yo estaba... eh... fotografía.- Sonrió ocultando su nerviosismo.- Es un pasatiempo, y creo que soy un gran fotógrafo.

- Como sea.- Dijo Molly.

* * *

Harry volvió a ver la foto mágica de Percy. Salía gritando cosas incoherentes, mientras veía sus cosas en tono rosado. Sin embargo luego tomaba una túnica rosada y comenzaba a bailar con ella. La pegó junto a las otras que tenía de ese estilo. En la mayoría salía Percy.

Alguien tocó la puerta. Era Remus.

- Hola Harry... eh... ¿Podemos hablar?

- Seguro.- Remus entró y se sentó junto a él.

- Bueno es que...- Se notaba que estaba nervioso, ya que miraba sus manos mientras jugaba con ellas.- Bueno, Sirius y yo pensamos que ya era hora de que lo supieras. Es que yo soy...- Se detuvo.

- ¿Qué cosa Remus?- Preguntó con curiosidad.

El adulto suspiró pesadamente antes de continuar.

- Bueno, es que yo soy... soy un... un licántropo.

Harry lo miró perplejo. Eso lo sabía desde hacía dos años ya, pero jamás se había atrevido a mencionarlo o a preguntar.

- Lo siento Remus pero... ¿Qué es eso?

- Diciéndolo en otras palabras soy un hombre- lobo. - Pausa - Supongo que gracias a los muggles sabes que esto significa que yo me transformo en un lobo cada noche de luna llena.

Harry asintió. Por eso era que encontraban tan malo. Por lo que sabía gracias a los muggles estas criaturas eran muy violentas.

- Por eso estás enfermo todos los meses.- Remus asintió.- Pero tú eres muy tranquilo, no encuentro que sea tan grave.

- ¿En serio lo crees así?

Harry sonrió.

- Por supuesto. Yo sé que no serías capaz de hacerle daño a nadie, a menos que Sirius o yo estuviéramos en peligro.

- No sabes cuanto me tranquilizas Harry.

- Una pregunta ¿Tiene algo que ver el hecho de que seas un licántropo, con mi forma de animago?

Remus se puso pensativo.

- Quizá. No lo sé bien... - Volvió a mirar a Harry.- Se me olvidaba. Hoy Dumbledore vendrá a visitarnos.

- ¿Sí?

- Sí. Dijo que debía entregarte tu regalo de cumpleaños y que lamentaba no habértelo entregado antes, pero con el inicio de el año escolar se hallaba muy ocupado.

- No tenía porque regalarme nada.- Sonrió.

Se escuchó un ruido en el piso de abajo.

- ¿Ves? Ese debe ser Albus.

Ambos bajaron para ver que efectivamente el director del Colegio Hogwarts se encontraba de pie en la sala de estar, sacudiéndose las cenizas de la túnica. En uno de sus brazos llevaba una pequeña caja.

- Buenos días, Remus, Harry. Me alegra verlos.

Ambos respondieron el saludo. Enseguida Remus ofreció una taza de té, la cual Dumbledore amablemente rechazó.

- Bueno, yo vine ya que debía entregarte tu regalo por haber cumplido los siete años. Lamento el atraso pero estaba con muchas presiones- Sonrió, entregándole el regalo a Harry.

- Muchas gracias Profesor Dumbledore.

Se fijó en la caja. Venía envuelta en papel escarlata con una fina cinta dorada. Abrió la caja y vio que había una nota en el interior.

"Al anochecer verás como el sol entra por tu ventana"

Harry miró la nota confundido, pero no dijo nada.

- Bueno, debo irme. No es bueno dejar el colegio sin director. Por cierto... ¿ Ustedes saben por qué el joven Percy anda con túnicas rosadas? Es que no van de acuerdo al uniforme reglamentario...- Dicho esto desapareció, dejando a Remus y Harry, riendo fuertemente.

Sirius entró, viendo como ellos dos se reían.

- ¿Qué es tan gracioso?- Preguntó.

- Bueno, que efectivamente, el hechizo dura varios días.- Dijo Remus.

Sirius sonrió y al poco rato rió junto con ellos.

- Sirius, Remus- comenzó Harry, cuando se tranquilizaron.- ¿Saben qué significa esto?- Les entregó la nota para que la vieran.

- Pues sí, pero deberás averiguarlo tú solo.- Respondió Remus, con una mirada divertida.

* * *

Harry miraba por su ventana, viendo el día nublado y frío. El día anterior había llovido, dejando el pasto brillando, debido a las gotas de agua que cayeron durante todo el día.

- ¿Cómo va a entrar el sol por mi ventana si está nublado?

Comenzaba a oscurecer. Durante todo el día había estado preguntándose qué significaba aquella extraña nota. Había estado en el más completo ocio ya que no pudo estar con los hermanos Weasley, ya que su madre había recibido una carta de Percy y los había castigado por una semana.

Vio que algo brillante se acercaba a lo lejos. Venía hacia la casa. Harry observó con sorpresa y admiración. No supo porqué pero sentía que no era nada malo y abrió la ventana. Por ella entró una ave magnífica. Sus plumas brillaban con intensidad y eran de color fuego, con algunas doradas. Pero lo que más le impactó fueron los ojos. Eran plateados y brillantes, y parecía que podían ver hasta tus pensamientos más profundos.

- ¿Un fénix?- Susurró acercando sus dedos.

En esos momentos se fijo en que tenía una pequeña nota en su pico. La tomó y la abrió.

"Es la hermana de Fawkes. Se que cuidarás bien de ella"

Volvió a observar al fénix. Hacía que estuviera inmensamente tranquilo y relajado, sentía algo muy cálido.

Pensó en que nombre le podía poner. En esos momentos su mirada se posó en uno de sus libros. "Mitología oriental". Recordó entonces que en él había leído algo sobre una diosa llamada Amaterasu, cuyo significado era "brillando sobre el cielo".

- Amaterasu.- Miró a su nueva compañera.- ¿Te gusta?

Como única respuesta voló y se posó en su hombro.

- Tomaré eso como un sí.- Sonrió.