Ya estamos a diciembre y con ello el cap. 10 de Speranza e Luce!!!! Como se que tienen prisa por leer, los comentarios estan abajo (como siempre xD). A leer!!!

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Speranza e Luce

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Capítulo 10: Fortitudine

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- ¿Por qué tanta prisa por llegar a Valteria? - preguntó Takuya, siguiendo a la pelirroja capitana que corría rápidamente - no se irá a ningún lado...

- Quiero llegar a mi barco cuanto antes.

- ¿Cómo sabes que estará ahí?

- ¡Porque lo sé y punto!

Pero lo que ellos no sabían, era que la pelirroja había mandado una carta con los gitanos para su barco. Quería regresar, buscar el conjuro para revertir la maldición. No sabía como, pero algo dentro de si le decía que tenía que romperlo aunque no lo supiera.

- Se le ve mas feliz que de costumbre - mencionó la castaña - creo que algo trama...

- Yo soy feliz con tenerte al lado... - respondió T.K.

- ¿En serio?

- ¿Lo dije en voz alga? - vio que la joven asintió - Creí que lo había pensado...

- Pues lo dijiste...

- Oh... lo siento entonces...

- No tienes porque sentirlo, esta bien...

Por instinto, la castaña tomó la mano del rubio entre las suyas, ocultando un ligero sonrojo entre su flequillo.

- ¿Que pasará cuando todo termine? - preguntó la chica a su compañero - Con la guerra y todo eso...

- No lo se aun...

- ¿Y si no podemos estar juntos?

- Ya veremos la forma, no te preocupes...

- Chicos - exclamó Ryo, señalando hacia lo lejos un asombroso paisaje - Eso es Valteria...

A lo lejos se miraba un castillo custodiado por un par de montañas al norte, una bella playa al este coronaba una amplia muralla que cortaba el paso por el bosque. Un río de aguas cristalinas desembocaba en el mar, y a sus orillas se levantaban decenas de casas, al igual que en las aproximaciones del castillo.

- Vamos, iremos a mi casa primero - mencionó Ryo, guiándolos hacia el poblado - ahí veremos que hacer...

- Pues entonces ahí se ven - mencionó la pelirroja - porque mi barco esta ahí...

En la playa de Valteria se distinguía un barco anclado con una bandera rojinegra ondeando a sus anchas por el viento. Un brillo especial se apareció en los ojos de Takuya, corriendo detrás de la pelirroja.

- Izumi! - el castaño salió corriendo entre el poblado, rebasando a la pelirroja.

- Y se supone que era yo la que tenía prisa...

Por seguir la velocidad a la que iba el Milydriano lograron llegar a la playa rápidamente. La vista era terriblemente hermosa, pero no tuvieron tiempo para admirar el hermoso paisaje, ya que la corsaria fue hacia uno de los muelles, se subieron a un bote y los chicos comenzaron a remar hacia el barco.

- Una vez que rompa la maldición, el cetro será todo suyo...

- ¿Lo tomamos como buena o mala noticia?

- Tómenla como les dé la gana, a mí me da igual...

En cuanto estuvieron al lado del barco, la pelirroja dio un silbido, al cual acudieron todos los piratas presentes en tropel, menos Koichi que la saludó desde el mástil vigía. Takato y Henry les lanzaron un par de cuerdas para subir, Izumi se asomó por la cubierta, mirando a Takuya con una sonrisa que se esfumó momentos después.

- Me moría por llegar aquí... después de todo si recibieron mi mensaje...

- Da gusto tenerla de nuevo capitana - mencionó Takato alegremente.

- Creo que Izumi regresa con nosotros - interrumpió Takuya, tomando a la rubia del brazo.

- Por mí quédatela - le respondió la corsaria, provocando un ligero sonrojo en el - no creo que aquí me sirva de mucho...

- Creo que entonces nos retiramos - T.K. intentó cambiar el tema rápidamente para evitar peleas - tenemos que ir con el Rey Ishida para parar la guerra...

- No tan rápido Takaishi, tengo que romper la maldición...

- Eso quiere decir que... - los piratas se miraban entre si con rostros alegres.

- ¡Lo consiguieron! - gritó la única chica rubia - ¡Lo consiguieron!

- ¡Lamento interrumpir! - gritó el gemelo vigía - ¡Pero tenemos visitas no deseadas!

Ruki le quitó un catalejo a Henry para mirar por la borda, mirando como un barco valteriano se dirigía hacia ellos a gran velocidad, además de estar plagado de soldados, dirigidos por una especie de sacerdote.

- ¿Reconoces al guía? - la pelirroja le pasó el catalejo a T.K. - Porque yo no.

- Es Joe - mencionó él después de echar un vistazo - de seguro nos vio pasar por el pueblo cuando veníamos para acá...

- No lo creo - respondió Ryo, meditando la situación - lo mas seguro es que hayan venido a atacar el barco por no identificarse en el muelle...

- ¡Manténganse alerta! ¡Cualquier movimiento raro no duden en atacar!

- ¡Yo puedo hablar con él!

Pero los gritos de Takeru no fueron escuchados, al ver que el barco se acercaba peligrosamente, Ruki les hizo una seña a sus piratas, que prepararon todo el armamento, mientras sus enemigos también se preparaban para atacar.

- Ya decía yo que eran piratas - mencionó Joe a su tropa mientras se preparaba - al no identificarse solo me confirmaron las sospechas...

- ¡Es el legendario S.S. Gladiador! - exclamó uno de sus soldados - ¡El barco maldito!

- ¿Lo reconociste Tommy? Creo que a Su Alteza le gustará saber que lo hemos derrotado...

Comenzó el ataque el ejército local, haciendo que los corsarios respondieran a dicho ataque con los cañones. Cuando ambos barcos estuvieron lo suficientemente cerca comenzó el abordaje, combatiendo piratas contra soldados, a pesar de los gritos de Takeru para parar todo. Mientras que Takuya y las chicas se refugiaban en los camarotes, Takeru y Ryo fueron los únicos que dieron la cara, intentando encontrar a Joe, el consejero de su hermano. Ruki estaba muy entretenida peleando contra los soldados que ni se dio cuenta de cuando ambos entraron a la mitad de la batalla.

- ¿Es el príncipe Takeru? - se dijo Joe a si mismo al ver al rubio intentar acercarse - ¡Alto al ataque!

A esa orden el ataque cesó, para desconcierto de la pelirroja, que frunció el entrecejo por no seguir luchando. Los chicos que estaban escondidos en el camarote aparecieron, haciendo que Joe se sorprendiera al ver a dos damas presentes, ya que no se había dado cuenta de la presencia de una tercera.

- Cuándo tu hermano sepa que has vuelto... ¿Y la princesa Yagami? Corrió el rumor de que la secuestraste...

- Eh... si, la princesa... - el rubio intentaba articular palabra alguna, mientras miraba a Hikari, que estaba mas nerviosa que el - ella... se escapó cuando nos topamos con una tribu gitana...

Había mentido. Ryo levantó una ceja pero no dijo nada para no perjudicar al grupo, incluso a la pelirroja le había extrañado que dijera eso, pero no dijo nada.

- Buen trabajo Ryo, con esto seguro te dan un ascenso - mencionó el peliazul Kido.

- Perfecto... ¿Es una reunión de idiotas o que? FUERA DE MI BARCO!

Sin necesidad de orden, los soldados se apresuraron a apresar a cada uno de los piratas, incluyendo a la corsaria, que aunque se deshacía de ellos fácilmente seguían llegando para apresarla, hasta que Ryo la apresó fuertemente con sus brazos. A pesar de los reclamos de T.K., Joe no quitó la orden puesta por el rey Ishida.

- Realmente veníamos a atrapar a estos bandidos, nunca pensé encontrarlo aquí... - vio a Izumi, Hikari y a Takuya - ¿Y ellos quienes son?

A Hikari le dio un escalofrío, recordando que estaban en territorio enemigo, aunque T.K. ya había mentido temía que descubrieran a sus acompañantes. Izumi simplemente se escondía tras su moreno acompañante.

- Son amigos - respondió el rubio - nos han ayudado mucho en la "pequeña" aventura...

- Entiendo que hay una maldición en este barco... - mencionó Joe, mirando a Ryo sostener a la pelirroja - así que mientras los piratas se quedarán apresados aquí, la chica irá con nosotros para juicio... no atacarán sin su capitana, y mucho menos incitarán a rebelión...

Mientras los soldados apresaban a los piratas y los encerraban en camarotes, el grupo de T.K. subía al otro bote y partían rumbo al castillo.

Pero en esos precisos momentos, Sora había llegado por fin a Valteria después de un largo viaje. La chica se sorprendió al ver una ciudad llena de actividad, pero no se detuvo y siguió su camino hacia el castillo, aunque mucha gente se le quedaba mirando debido a su vestimenta gitana, y como los gitanos habían sido expulsados, temían que algún guardia pasara por ahí y se armara un escándalo. A eso tenían que sumarle que el consejero Joe había ido a capturar piratas por ordenes del rey.

- Están asustados... no saben lo que esta pasando... pero necesito hablar con el rey ¡Ya!

La gente comenzó a moverse hacia una de las calles principales, como eufórica. Sora escuchaba gritar a los niños cosas como que habían atrapado a piratas, así que no se detuvo a preguntar, ella misma fue a corroborar la situación. Su sorpresa fue demasiado grande, al ver a varios soldados, entre ellos Ryo, custodiando a Ruki. Vio a T.K. al lado de lo que parecía un monje (o sea, era Joe) y a los demás atrás, intentando mantener la cabeza en alto.

Sintió el temor, un miedo terrible al ver a su hermana, aunque corrigió, a su media hermana custodiada, apresada, y lo mas seguro, sentenciada. Para esos delitos casi siempre era la muerte, o en su caso una condena a cadena perpetua.

Le gritó a los chicos con toda su fuerza, avanzando entre la multitud enardecida que gritaba la palabra "muerte", mirando como su pequeña hermana se mantenía erguida a pesar de todo, caminando altiva y sin miedo a nada. Admiró esa fuerza de voluntad para no flaquear en su misión.

Takuya fue el único que escuchó la voz de la pelirroja gitana entre la multitud, pero no pudo acercarse debido a la escolta. así fue todo el camino al castillo, donde Sora no pudo entrar por ser descubierta como gitana, corriendo a ocultarse en algún lugar. Recordó algo indescifrable, pero sus pies se movían hacia la parte trasera del castillo por su propia voluntad. vio una muy vieja tabla de madera en el suelo, con marcas de que no la habían removido en muchos años. La levantó al sentir que algo la llamaba, pero no por completo, dejando ver entre el pequeño espacio abierto un oscuro pasadizo. Esa era su oportunidad, pero no entró. Además estaba muy oscuro y tendría que hacerse de una antorcha. Ya sería por la noche.

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Mientras tanto, del otro lado del mundo, el consejero Koushiro Izumi recibía una carta de manos de una joven de largos cabellos violáceos, que según ella venía de muy lejos.

- ¿Usted es el consejero? - preguntó ella, mirando como él asentía pero miraba la carta - es la primera vez que conozco a alguno de la clase alta...

- ¿Dices que esta carta te la dio una joven de cabellos rubios?

- Si, así es señor, y tenía mucha prisa...

El consejero despachó a la joven y se fue a leer la carta en sus aposentos, una vez ahí abrió el sobre y distinguió la fina letra de su antigua compañera de charlas.

- "Consejero Izumi... - leyó la carta detenidamente - Estamos rumbo a Valteria, la princesa..."

En cuanto terminó de leerla fue a buscar a su soberano, corriendo lo mas rápido que podía rumbo al gran salón donde se encontraba la mayoría de las veces.

- Hay noticias! - exclamó él cuando entró al lugar, donde estaba su rey con su futura mujer - Noticias de la princesa!

Alzó la carta con la mano y se la dio a su soberano, el cual también la leyó detenidamente. Su mirada se tornó furiosa, tanto que arrugó el papel.

- Alístate amor - le dijo a Mimi - vamos rumbo a Valteria...

- ¿Pero para que?

- Recibí carta de Orimoto... se dirigen hacia allá...

- ¿Perdón? ¿Recibiste carta de quien?

- Larga historia, te la cuento en el camino...

- ¿Llevarás la bandera de paz? - preguntó la joven, sin darse por vencida sobre la paz.

- Luego hablamos... - Taichi abandonaba el salón, pero ella comenzó a seguirlo.

- Taichi! No me dejes hablando sola!

La joven no pudo detenerlo, su prometido era realmente terco, y cuando se le metía una idea a la cabeza nadie podía hacer que la olvidara, aunque tal vez Hikari ayudaba de vez en cuando. Tenía que ir con él para que no hiciera alguna locura, capaz que mataba a su propia hermana.

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T.K. y los demás ya habían entrado al castillo desde unos momentos antes. Ryo se había encargado para acompañar a un par de guardias a los calabozos, donde encerrarían a la capitana hasta el momento del juicio. En cambio el rubio estaba muy nervioso, a que era muy tarde para decirle la verdad a Hikari.

- Perdóname Hikari... - le dijo él en un susurro, audible solo para ella - perdóname... aun así recuerda que te quiero...

- ¿Que estas diciendo? No te entiendo nada...

- Solo perdóname...

Entonces el rey Ishida hizo su aparición, atravesando el gran salón para ir hacia su hermano, estrechándolo en un fuerte abrazo.

- Que bueno que esté aquí hermano... me alegra que estés con bien... - miró a los jóvenes que acompañaban a su hermano - ¿Y ellos quienes son?

- Compañeros de aventuras - respondió el joven Takeru - Takuya Kambara, Izumi Orimoto y Kari Kamiya...

El ultimo nombre lo dijo con pesar, la castaña lo miró con odio incontenible al conocer su identidad, que había salido a la luz, aunque por otro lado le agradecía que no los hubiera delatado con su hermano el rey.

- Entonces les agradezco por ayudar a mi hermano... ¿Y Akiyama?

- Fue con los soldados a dejar a una pirata a los calabozos - interrumpió Joe - a la capitana del S.S. Gladiador...

- Vaya, además de encontrar a mi hermano también te ayudo con piratas, creo que lo ascenderé... - miró a las jóvenes y al castaño - pueden quedarse todo el tiempo que quieran, serán nuestros invitados de honor por haber ayudado a mi hermano...

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Ryo Akiyama se sintió devastado cuando le colocaron los grilletes a la capitana Makino. Después ella intentaba liberarse con tanta fuerza que se dañaba considerablemente las muñecas. El castaño se le quedo mirando tristemente cuando la joven cesó sus movimientos y cayó al suelo, dejando sus muñecas colgando de las cadenas.

- ¿Me tienes donde querías no? - ella le dirigió una mirada violeta que hizo que el se sintiera mas culpable - Vas a matarme. Me torturaras primero, luego unos azotes, tal vez me dejes a dieta de agua y pan, y luego quizá la horca o la hoguera...

- Pero tu no puedes morir así, yo prometí que te mataría... pero no de esta forma...

- Tal vez no me mataras superficialmente, pero un veneno puede hacerlo internamente, o simplemente las llamas me quemaran eternamente...

- ¡¿Quieres dejar de hacerme sentir mal?! - el joven entró a la celda y la tomó fuertemente de los hombros, clavando sus azules ojos en los violeta de ella - ¡Vas a volverme mas loco de lo que ya estoy!

A pesar de la mirada de incomprensión que le dio la pelirroja, Ryo se agachó y tomó su rostro entre sus manos, sintiendo la tersa piel de la chica, sintiendo su respiración frente a la suya y mirando esos ojos violeta que lo volvían loco. Lentamente acortó las distancias entre sus labios, sintiendo el suave estremecimiento de la pelirroja cuando la asió aun mas contra si. Ryo intentó profundizar el beso y ella lo dejó, respondiéndole a pesar de todo lo vivido entre ambos y dejándose llevar por la pasión del momento, sintiendo que su vientre le quemaba pero no por la herida, sino por la necesidad de tenerlo cerca de ella.

La pelirroja quería responderle como se debía, se movía desesperadamente para liberarse de las cadenas, cosa que el se dio cuenta y paró el beso antes de que se hiciera mas daño. Ambos se quedaron mirando fijamente, ella se mordió el labio al descubrir su propia debilidad pero solo pudo ver una sonrisa amplia proveniente del castaño.

- ¿Fue el primero verdad? - Vio que la pelirroja fruncía el entrecejo - me gusta mas cuando estas enojada...

- Eres un...

- Pero me correspondiste, ahora sé que tengo algo más importante que hacer que matarte...

Ella no logró decir ni una sola palabra, solo agachó la cabeza para no mostrar resignación porque su corazón no quería aceptar lo que sentía en esos momentos, aun con el ardor que le provocaba, que más que ardor era una ansiedad que le decía que lo necesitaba.

- No tema exteriorizar sus emociones capitana - le mencionó él, sin dejar de mirarla - es un desahogo que es útil, desahogarse no significa ser débil...

- No vuelvas a decir que soy débil.

- No estoy diciendo que lo eres, de hecho en el viaje demostraste ser mas fuerte de lo que pensábamos.

- ¡¿Por qué demonios te fijaste en mi?! - exclamó ella desesperada por intentar entenderlo.

- Es que eres tan complicada...

Como ya no le quedó tiempo, el castaño se despidió con un nuevo beso igual o mejor que el anterior, tomándola por sorpresa, luego le sonrió y salió de la celda, subiendo por las escaleras de los calabozos. Ella volvió a quedar cabizbaja, pero a la vez jalaba las cadenas de sus muñecas con todas sus fuerzas, sin darse por vencida, pero lo único que logró fue ahogar un grito en su interior, un grito silencioso de coraje que le dolía mas que su ansiedad.

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A Hikari y a Izumi las habían colocado en una misma habitación, en el ala oeste del castillo. La rubia por fin podía tomarse un baño como se mandaba, y la castaña por fin se había cambiado de ropa por una menos dañada.

- No le había dicho señorita, pero antes de que partiéramos de Ciudad Gris mandé una carta a su hermano, diciéndole que estaríamos aquí...

- Por dios Izumi... ¿Qué hiciste que?

- Le envié una carta a su hermano diciéndole que estaríamos aquí...

- Nos acabas de meter al frente de guerra... creo que tenemos que dejar este reino de inmediato... hay que avisarle a Takuya...

No pudieron ir muy lejos, al atravesar la puerta se toparon con un príncipe muy abatido a punto de tocar a la puerta. El silencio reinó hasta que la rubia decidió interrumpirlo con un pretexto cualquiera.

- Bueno... iré a buscar a Takuya... regreso en un momento...

La mirada de la castaña siguió a la rubia hasta que esta se perdió en el pasillo. Era ahora cuando se tenía que enfrentar a su ex-compañero de viaje, el cual no podía ni siquiera mirarla, la traición que le había hecho al ocultarle su verdadera identidad había sido muy fuerte, aunque todo haya sido para protegerla, y más después de lo que estaba sintiendo.

- Perdóname Hikari... era necesario...

- No necesitas pedirme perdón, yo entiendo... aunque me dolió no saberlo por ti...

- Lo sé, y te lo iba a decir, cuando viera que el momento era adecuado...

- Sabes que tengo que regresar...

- Lo se, y quisiera acompañarte aunque sea para ver que llegaste a salvo... solo quiero que me perdones...

- Por un lado estuvo bien que mintieras, capaz que en estos momentos estaría acompañando a la roja...

- Los calabozos y las mazmorras no son lugar para una princesa...

Hikari se sonrojó por el comentario, aunque el rubio no podía verla porque aun seguía cabizbajo.

- Te perdono Takeru...

Eso era lo único que quería escuchar el joven, aunque no estaba seguro de querer escuchar esas tres palabras, él quería que una sustituyera al "perdono".

- ¿Entonces me ayudaras? Podríamos usar el cetro para parar la guerra... o encontrar a Sora y a su hermana...

- Tienes razón...

- No todo se ha perdido aun, Takeru...

- Entonces vamos, haré que preparen un carruaje...

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El joven rey bajó a las celdas acompañado de su guardia de mas confianza y de dos soldados más confiables. No entendía porque iba hacia las mazmorras, solo tenía una gran curiosidad por saber como había caído el capitán del famoso barco maldito. Las mazmorras eran un lugar muy poco usado en el castillo, ya que ahí encerraban a los prisioneros de guerra, los cuales eran muy pocos porque a la mayoría los ejecutaban.

- ¿Por donde es, Ryo? - pidió indicaciones a su casi ex-coronel.

- Por este lado señor...

Conocía esa mirada de su rey, desde que eran niños podía recordar esa fría mirada de venganza. Solo esperaba que no le pasara nada a su pelirroja. Un momento... ¿Desde cuando era SU pelirroja?

- "Desde el momento en que decidiste matarla"

Entonces llegaron a la celda, pudiendo ver a la joven con la cabeza en alto, intentando liberarse de los grilletes de sus manos con todas sus fuerzas. El joven soberano la miró fríamente, altivo y sereno, aunque también con algo de ironía, que ella le devolvía también con sus miradas.

- ¿Esta mujer fue la que provocó todo el alboroto? - preguntó a Ryo, el cual asintió.

- Esta mujer puede darte la paliza de tu vida - habló ella, retándolo en un duelo de miradas y arqueando una ceja - nunca subestimes a una mujer...

Esa mirada le recordaba tanto a Sora, a su Sora. Irónico, antes ella era la que no lo olvidaba, y ahora era él quien no podía olvidarla a pesar de su muerte. Aunque los ojos de Sora no eran violetas... ¿O quizás si? Nunca se detuvo a verlos en el pasado, así que no podía asegurarse de eso.

- ¿Sabes que tengo el poder para indultarte?

- ¿Y quién dijo que me interesaba ser indultada?

El casi ex-coronel estaba a punto de desmayarse al escuchar el rechazo del indulto, nunca antes habían desaprovechado esa oportunidad antes, y ella prácticamente lo tiró a un lado sin mirarlo. Definitivamente era uno de los rasgos que mas le gustaban de ella. Salió de sus pensamientos cuando el rubio se acercó peligrosamente a la prisionera, agarrándola del cuello con una sola mano, obligándola a levantarse. Su mirada de arrogancia creció al ver que la joven estaba tan débil que podía manejarla prácticamente a su antojo, aunque ella seguía mostrando su mirada superior, y aunque estaba en las manos del rubio seguía igual de orgullosa, mirándolo con insignificancia.

- No sabes con quien te estas metiendo... - se acercaba a su rostro peligrosamente - Sora...

Antes de que pudiera pasar algo, ella le escupió en la cara. Yamato se alejó de la pelirroja y una vez que se limpió el rostro, la miró y dictó la sentencia.

- Por los crímenes cometidos en nuestras aguas, poblados, playas y a los protegidos de Valteria, además de la muerte de inocentes... se le condena a la hoguera...

Ella sonrió con ironía, mientras que el castaño agachó la cabeza. El rubio se dio media vuelta y salió de la celda junto con sus acompañantes, mientras pensaba en su confusión. Últimamente su cerebro le estaba jugando malas pasadas al recordar a Sora, y el toparse con la pelirroja del bosque, y ahora en los calabozos con otra lo confundían aun mas.

- Estaré en mis habitaciones - le dijo a Ryo, que asentía con una reverencia - necesito un descanso...

- No se preocupe, todo estará en orden...

Cuando Yamato Ishida entró a su habitación seguía pensando en el orden. Tal vez su reino lo estuviera, pero su corazón no.

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Y esto fue el 10!!!! Gracias a dios que ya tengo maquina nueva, y tres veces mas poderosa!!! El 11 se los doy por navidad, esperenlo en nochebuena xD

Esta vez les dejo algunas preguntas para que se rompan la cabeza en ese tiempo... Que tiene que ver el poder de Ruki en esto? Que pasara con el cetro y para sirve despues de todo? Y Sora? Cual es el rol de Takeru y Hikari despues de todo? Las respuestas a esto y a otras preguntas, hasta nochebuena!!!! Que mala soy... En fin, lo pongo antes si superamos los 60!!! Ya me calmo, hasta la proxima!!!

Nayru.