Hola de nuevo! Después de poco mas de dos meses sin actualizar esta historia y de que por fin me deshice un poco de la tensión de la escuela, aquí les traigo el antepenúltimo capítulo de Speranza e Luce! Muchísimas gracias por sus RR, y aunque fanfiction no me deje poner guiones en los diálogos espero que sepan identificarlos, ya que por mas que intenté ponérselos, ni el quick edit los permite.
Aquí está el capítulo 13.
Enjoy it!
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Capítulo 13: Confrontare
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El principito sigue buscándolo, y ya me cansé de dar mas largas...
Calma, querida mía... por mí puedes decirle que me perdí o que me mataron los valterianos, la verdad Daisuke ya no me sirve...
La chica hizo una leve reverencia y se retiró del calabozo donde Oikawa hacía el experimento para activar a "Omega". De hecho ni la misma Jun tenía idea de lo que era "Omega", ella solo fue a los límites que le indicaron y colocó la caja, fue todo lo que hizo. No sabía que era o de que se trataba, pero lo que fuera haría que su amo por fin triunfara por sobre todas las cosas.
Después de tantos años... por fin su amo triunfaría. Pero era realmente lo que ella había querido? Que iba a ganar ella con eso? Eso ultimo era una muy buena pregunta.
Jun! Has visto a Oikawa?
Joven... - la chica miró al príncipe, dejando las preguntas para después. Se lamentó que Oikawa se deshiciera del chico, si parecía ser bueno - No, el señor Oikawa salió de viaje, unos asuntos en Ikari... - mintió.
Vaya...
El joven se puso un poco decaído, ya que tenía tiempo con los sueños que hablaban sobre sus hermanas y necesitaba comentarlo con Oikawa. Tal vez Daisuke era algo inmaduro e infantil, pero no sentía algo más cercano a una familia que sus hermanas, y a Oikawa lo consideraba como su padre, ya que el verdadero nunca se ocupó de él, ni siquiera lo preparó para heredar el trono, y de no haber sido por Oikawa hace mucho que hubiera sido tachado como mal gobernante.
Aquí Jun se cuestionó cuales eran las verdaderas intenciones de Oikawa.
Jun, no sé que hacer... mis hermanas... - el joven comenzó a dudar - mejor olvídalo...
No sabía porque le estaba diciendo esas cosas a la chica, pero mientras su intuición le pedía que no le dijera nada, su corazón le pedía desahogarse lo mas pronto posible.
Joven Daisuke...
Pero el chico no le respondió, porque ya se había comenzado a retirar. A medio camino un temblor lo hizo sacudirse, haciendo que se apoyara en un pilar del pasillo, y en cuanto terminó, regresó con la chica y dio su primera orden seria.
Investiga si nos han atacado, y si es así, hay que ver cuantos heridos hubo y atenderlos, luego responderemos al ataque...
Entendido, Su Alteza...
Extrañamente, fue a seguir las ordenes del príncipe en vez de las de Oikawa.
Un remordimiento?
Solo el destino lo sabía.
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"La tengo a unos cuantos pasos... tan cerca pero a la vez tan lejos..."
Así se sentía el joven rey al saber que su Sora estaba tan cerca de él. Si, era SU Sora, la consideraba así a pesar de que según sus pensamientos, ella no sentía nada por él.
Recordó cuando la volvió a ver, se le hizo tan hermosa esa primera vez en el bosque, su mirada tan dulce... y ahora su voz, la cual sintió tan melodiosa como ninguna otra.
Pero la confusión era mucha, no sabía como actuar con ella, no sabía que hacer al verla, si actuar como si nada o lanzarse directamente a sus brazos, o quizás ignorarla. Pensaba en ella como si fuera lo mas preciado para el, porque realmente lo era, y no sabía que hacer si volvía a quedarse sin ella.
Puedo pasar hermano? - preguntó Takeru tras la puerta, esperando a la aprobación - No quiero molestar...
No le respondió, era mucho mejor que creyera que estaba dormido, no quería ninguna interrupción de sus pensamientos.
Su hermano no volvió a insistir, entonces se volvió a quedar solo, completamente a oscuras y acostado en su cama, sin correr siquiera los doseles de esta.
La puerta volvió a sonar, pero esa vez no fue la voz de su hermano, sino la de Sora.
Su Alteza... van a atacarnos...
Se levantó, sentándose en la orilla de su cama, no quería verla pero si lo que ella decía era verdad, entonces tenía que enfrentarla.
Pasa.
Ella pasó con algo de miedo, dándole mas al ver la habitación a oscuras. Sus manos temblaban levemente, aunque un ligero escalofrió recorrió por su espalda.
Cómo es eso de que nos van a atacar?
Una visión, no se quien ni el día, pero nos van a atacar...
Tu sabías que nos iban a atacar hace años... cuando desaparecieron tu hermana y tu...
Tal vez lo soñé, pero no le puse atención porque no sabía nada acerca de mis poderes en ese entonces.
Sora, aun me quieres?
Yo... - ella se sonrojó al sentir como la tomaba de la mano. No estaba muy segura, pero sentía un calor en el pecho que la hacía ponerse nerviosa - por qué lo preguntas?
Fuera de todo esto, y fuera de que acabas de regresar... porque algo dentro de mí me dice que eres real... me quieres?
El rostro de la pelirroja enrojeció de tal manera que hacía juego con su cabello, pero agradeció que la habitación estuviera a oscuras para que él no la viera. Sintió la mano del rubio en la suya, tibia y apretándola fuertemente como si no quisiera dejarla ir.
Lo sabía, ya no me quieres... – el rubio la soltó - no te preocupes, no te obligaré a nada...
Escúchame Yamato Ishida, y mírame cuando te hablo - a esas alturas a ella no le importaba revelarse, y ya no iba a callar mas lo que sentía - el encontrarme contigo me ha hecho despertar un sentimiento que se había dormido por muchos años... déjame decir que lo que siento por ti no ha muerto... te amo Yamato Ishida...
Estaba en estado de shock, Yamato no daba crédito a las palabras que la pelirroja le había dado: le había dicho que lo amaba, cosa que en el fondo lo hacía muy feliz.
Se acercó a ella lentamente, sosteniendo su rostro entre sus manos, uniendo sus labios a los de ella en un cariñoso beso que poco a poco se hizo mas intenso, despertando y aumentando los sentimientos que ambos tenían.
Después de todo, aun podemos reiniciar lo nuestro.
Claro Sora, una vez que todo esto acabe nada me hará mas feliz que volverte mi esposa...
Yamato...
Voy a hablar con Yagami, y terminaremos con todo esto de una buena vez...
A Sora se le ocurrió una idea, y si esa idea funcionaba, tal vez ambos reinos estarían unidos por un lazo mas fuerte que un pacto, y que ayudaría principalmente a Takeru y Hikari, los que más estaban sufriendo por todos los problemas que tenían.
Te quiero tanto Sora...
De repente el suelo se movió, haciendo que varias cosas cayeran de su sitio, inclusive la pareja cayó al suelo por unos instantes provocando que se confundieran un poco. Ella tenía una ligera idea de lo que estaba pasando.
Ese maldito Yagami - murmuró el rubio entre dientes - nos atacó desprevenidos...
No fue él... - Sora pareció entrar en trance para buscar al causante, pero lo único que logró fue ver una porción de Lavender, su país de origen - Daisuke...
Daisuke? El que tiene que ver?
No lo sé, pero habrá que averiguarlo...
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Mientras Sora hablaba con Yamato, Takeru ya había hablado con los piratas y liberado a la capitana para tener algunos refuerzos en caso de que los necesitaran. Por su parte, ella le proporcionaba ciertas estrategias que pudieran ser de utilidad, aunque el menor de los Ishida no se encontraba poniendo atención.
Su cabeza estaba en las nubes, llorando lágrimas de amor internamente, pensando en su luz, en su Hikari, en como verla, hablarle... si proponerle enfrentar todo o huir como un par de enamorados hacia donde nunca los encontraran.
Si, eran sueños muy bonitos para un joven que haría lo que fuera por amor.
Su Alteza - interrumpió Ryo, pasándole una mano por enfrente para que pusiera atención - ha escuchado algo?
Es obvio que no ha escuchado nada - inquirió la pelirroja capitana - solo al ver esa cara de tonto que tiene, uno se da cuenta...
No estás de buen humor eh?
Hubiese preferido morir antes que deberles un favor...
Pero tus compañeros son primero, no?
Cálmense - interrumpió el joven príncipe - perdón, ya no se lo que pienso.
Se hizo un silencio incómodo. Era obvio que al chico le había pegado duro el amor y que se había dado por vencido al considerarlo imposible.
La princesita te quiere - dijo la capitana al rubio, haciendo que este reaccionara - pero allá tu si no quieres estar con ella...
Takeru la miró sorprendido de que alguien como ella le dijera esas cosas; pudo haberlo esperado de Ryo porque lo conocía como un sentimental en lo que se refería a mujeres, pero la capitana lo sorprendió con esas palabras, aunque al verla se le notaba una mirada de tristeza, aunque realmente no fuera por tristeza, sino por un dolor que sufría su alma.
Que rayos está pasando! - exclamó ella al sentir como el suelo temblaba bajo sus pies - Rayos! Sora!
Esto es demasiado raro - Ryo intentaba mantener el equilibrio a pesar del temblor - iré a avisar al rey.
Se despidió de Ruki con un corto beso en los labios, sonrojándola y haciéndola enfurecer, mientras Takeru no creía lo que habían visto sus ojos, negándose a que fuera verdad. Pero si Ryo lo había logrado, entonces él podría ser feliz con Hikari.
Vamos chico, es hora de que luches por tu chica...
Takeru asintió, y tanto él como la pelirroja salieron con sus espadas hacia el lugar de la explosión. Al principio la capitana se había rehusado a colaborar con ellos, pero en cuanto le dijeron que sus compañeros serían liberados no pudo negarse, a pesar de que algo le decía que esa también era su batalla.
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Izumi arreglaba las ropas de la princesa Hikari, después de la llegada al palacio.
El retorno había traído numerables consecuencias no esperadas, y por mas que se esforzaban para que todo volviera a la normalidad, sabían que ya nada podría ser como antes.
La princesa se encerró en su habitación nada mas llegaron al castillo, y solo dejaba entrar a su doncella, aunque no hablaba ni hacía señales, solo se quedaba acostada mirando al techo, ocultándole a su rubia doncella el dolor que sentía.
Pero Izumi lo supuso, solo de verle los ojos cristalinos y el cambio de carácter tan drástico, que comparándolo con el que tenía al principio del viaje había no mucha, sino demasiada diferencia.
No solamente la princesa había regresado distinta, también estaba Takuya y la propia Izumi. El moreno, que había iniciado la travesía dolido por la muerte de su esposa, ahora estaba con un dolor distinto, rechazando la oportunidad que tenía de volver a amar, mientras que Izumi se moría por dentro para acompañarlo, consolarlo e incluso brindarle el cariño que necesitaba, pero el recuerdo de su mejor amiga, la difunta esposa de Takuya, se interponía entre ambos, sacrificando su propia felicidad por guardar un recuerdo muy querido y no traicionarlo.
Vio como la princesa se levantaba para arreglarse un poco, cosa que le extrañó a la rubia, pero no le dijo nada.
Voy a hablar con mi hermano - soltó la joven castaña mientras se arreglaba el cabello para no parecer recién levantada - voy a decirle lo de Takeru...
Señorita...
Fue tras ella por si acaso necesitaba algo, mientras la princesa caminaba por el castillo a paso decidido, atravesando corredores y salones en la búsqueda de su hermano. Incluso pasó por el lugar donde conoció al rubio, haciendo que los recuerdos llegaran a su memoria y le provocaran unas enormes ganas de caer sollozando al suelo.
Señorita Hikari?
Koushiro, llévame donde está mi hermano.
En estos momentos se encuentra con la princesa Mimi, pero me da gusto que usted esté bien...
"Tal vez por fuera, pero por dentro estoy mas rota que nada..."
A pesar de los reclamos del consejero, Hikari lo obligó a que la llevara ante su hermano, al cual encontró sentado junto a su prometida arreglando asuntos sobre ambos reinos, pero al ver como iba Hikari le preocupó; su piel pálida y sus ojos sin brillo, reflejando tristeza en su rostro.
Hikari...
Necesito confesarte algo Taichi...
No es momento para confesiones...
No Taichi, este es el momento - ella comenzó a tartamudear, intentando que las palabras fluyeran de su boca, mientras el se asustaba, ya que rara vez su hermana lo llamaba por su nombre - si no lo digo voy a explotar y no me importa lo que me digas después... - su corazón latía rápidamente de solo pensar en como decir esas palabras - es que quiero mucho a una persona, demasiado y no puedo soportar estar lejos de el...
Que estás intentando decirme?
Hikari respiró profundamente.
Quiero decir que amo a un chico, mas exactamente un Valteriano, y me dé autorización o no, yo iré con él...
Fue la gota que derramó el vaso. Taichi golpeó la superficie de la mesa demostrando su furia, mientras su prometida intentaba calmarlo.
El siempre había querido que su hermana fuera feliz, le quería dar lo mejor de todo, inclusive quería que se casara con el mejor, y ahora resultaba que ella estaba enamorada de alguien insignificante, un enemigo. Taichi recordó al rubio que se despidió de su hermana cuando la encontró, aquel que tenía la misma mirada que Hikari cuando se la llevó de regreso.
Es el rubito? - el rostro de Hikari se sonrojó, provocando la furia de su hermano - Por Dios! Es el rubito!
- Yo lo quiero...
No puede ser posible que esté pasando esto en estos momentos...
Ya basta Taichi! - exclamó Mimi, histérica y un poco cansada de tanto problema - No puedes decirle a quien amar!
Pero Mimi...
Pero nada! Tu vas a dejar a tu hermana hacer su vida, y tu... - miró a su prometido con enojo - vas a hacer la tuya sin protestar!
Ambos hermanos miraron a la rubia, realmente sorprendidos. La normalmente calmada y a veces introvertida princesa Mimi Tachikawa había pasado a una etapa de enojo y desesperación, cargando al par de hermanos en el coraje.
Pero Mimi...
Ya te dije que Mimi nada! Ahora mismo vas a escribirle a Ishida y le dices! - Mimí sintió un ligero movimiento, haciendo que casi se cayera de no ser porque Taichi la sostuvo - un temblor?
Koushiro hizo su aparición en esos momentos, algo cansado de correr por el castillo para avisarle a su señor.
Nos atacaron! En la frontera!
Seguro fue ese tonto de Ishida! Pero no se quedará así! No señor!
Salió despavorido, gritando maldiciones y viendo como iba a contraatacar a Ishida. Hikari se alarmó debido a que conocía el carácter de su hermano, pero Mimi la tranquilizó un poco y luego fue tras su prometido e imponerle autoridad para que no hiciera nada aún.
"Takeru..."
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Un par de horas después, dos ejércitos estaban uno frente al otro, esperando el momento de descuido del contrario para poder atacar. Aun no había nada de acción bélica, pero si las miradas mataran, muchos ya habrían muerto en unos cuantos instantes.
Un tercer ejército llegó unas horas después y seguían sin empezar las hostilidades, haciendo que los tres ejércitos se desesperaran.
Fue Taichi Yagami el primero que dirigió unas palabras hacia el enemigo.
Sal de ahí Ishida! Terminemos con esto de una vez!
Tan atrevido eres que después de iniciar todo esto todavía te atreves a retarnos? Que descaro!
Que rayos dices! Tu iniciaste todo esto!
Ambos ejércitos prepararon sus armas para atacar, si no se hacía algo iba a suceder la mas grande masacre en la historia.
Taichi dio una señal a Takuya para preparar el primer frente, al igual que le daba instrucciones a Koushiro para el segundo frente. Por su parte, Yamato tenía todo listo con Ryo y Takeru, este ultimo mirando todo tristemente porque no quería atacar. Miró hacia unos árboles cercanos, donde la capitana Ruki estaba escondida junto con otro grupo, mientras que los piratas aguardaban en el mar debido a su maldición.
Todo estaba listo, solo tenía que haber una señal para que empezara, una señal que ambos grupos interpretarían igual.
La tensión me mata... - Ruki miraba todo desde una altura considerable, aburrida de la situación. Ryo la observaba, y al ver que ella lo miró el moreno le guiñó un ojo, haciendo que se sonrojara - demonios! Como rayos lo hace!
Sintió una energía cercana y descendió del árbol, sufriendo un delirio de persecución al sentirse observada, y no nada mas por Ryo.
No obtendrás nada con seguirme - exclamó ella, girándose para encontrar el origen de esa energía - de nada te sirve ocultarte...
Veo que me encontraste... - Oikawa salió de su escondite, haciendo que ella reprimiera una exaltación - sabes lo que busco, así que ahorraríamos muchos problemas si me lo das...
Eso yo no lo tengo, el cetro no está en mis manos - exclamó ella en un ataque de valentía.
Eso lo se, pero no es eso lo que quiero de ti...
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Ondy! A poco no lo dejé interesante esta vez? Espero que les haya gustado este capítulo, en lo personal yo casi vomito cuando estaba en las escenas melosa (no soporto tanta azucar!) pero en fin, eran necesarias. El capítulo que sigue ese el penúltimo, el cual ya tengo escrito y que solo me falta pasar a la maquina, y espero que esta vez no me tarde en actualizar.
Antes que nada, muchas gracias a Atori-chan que me mandó los capis de "Todos a la Universidad" y "Yugi en Ingesulandia" que se me perdieron cuando ff me quitó esa historia, prometo que los subiré a otra página en cuanto pueda (y que la escuela me deje) y los linkearé a mi profile para que les den una ojeada.
Saludos desde México!
Nayru.
