Hola a todo el mundo ^^
Feliz Navidad atrasada xD y feliz año nuevo.
Stiby, Civenus, Pekenyita: muchas gracias por su apoyo...
Y gracias a Nagini-bcn por haberme dejado un review en "Un momento más" x3
Y si alguien leyó en uno de los capítulos anteriores que iba a actualizar más seguido, ahora debo agregar a eso "siempre y cuando tenga inspiración suficiente" T___T lamento la demora. Y lo corto del capítulo.
Continuando...
---
Aquella semana había sido agotadora. Harry estaba callado y quieto. Parecía que no moverse. De hecho, no se movía, permanecía siempre al lado de Sirius, todo el día. Remus trató de convencerlo de ir a jugar con los Weasley varias veces, pero Harry siempre negaba con la cabeza, mirando permanentemente a Sirius, como si solo el hecho de apartar sus ojos de él, lo harían desaparecer.
Harry no dejaba de culparse, decía que si el no hubiera corrido hacia el bosque Sirius estaría bien. Remus le respondió que si Sirius le hubiera dicho la verdad desde un principio, él no tendría porqué haber reaccionado así. Desde luego, Harry se enfadó con él, por decir que Sirius tenía la culpa. Aunque Remus sospechaba que en el fondo le daba la razón.
Harry apenas comía. Remus no había logrado hacerlo separar al niño de su padre, pero trataba de hacerlo entrar en razón para que comiera adecuadamente. Al tercer intento decidió utilizar un poco la culpa. No era que le gustara mucho este método, pero Harry debía alimentarse.
- A Sirius no le gustaría que me desobedecieras, que no comieras.
Harry reaccionó de sobresalto, tomando la bandeja que tenía Remus en las manos, y comenzó a comer lentamente.
Para peor, tampoco dormía mucho. La primera noche se quedó dormido n una silla, apoyado en la cama de Sirius. Remus lo tomó y lo llevó a su habitación. Y cuando Harry despertó(cosa que tomo sólo dos horas) corrió hacia el lado de Sirius. No volvió a dormir en toda la noche. Y no durmió durante el resto de los días, al menos no apropiadamente. Quizá eran una o dos horas que dormía. Y Remus no podía hacer nada. Aunque lo intentara, Harry no se despegaba del lado de Sirius.
En esos pocos días, siete para ser exactos Harry, antes alegre y lleno de energía, se había vuelto silencioso, triste. Tenía bolsas bajo los ojos, rojos por tan pocas horas de sueño. Comía poco, por lo que había adelgazado enseguida. A Remus le recordaba como él mismo se encontraba después de las noches de luna llena.
Y hablando de él, también se encontraba en mal estado. Claro que el estaba acostumbrado a sentirse mal, lo tenía que soportar todas las noches de luna llena. Pero Harry apenas tenía siete años.
Y no sólo su salud física era materia de preocupación. Ver a un hombre petrificado todo el día, no era psicológicamente recomendable para un niño de su edad, menos si este hombre en cuestión era su padre. Remus recordaba continuamente que Harry había pasado tantas cosas malas en su vida. Definitivamente, era muy maduro para su edad. Muchos niños no hubieran sido capaces de soportar tanto.
En la mañana del octavo día Remus fue a dejarle la bandeja de comida a Harry, para que desayunara. Harry la tomó, agradeciéndole. El licántropo lo miro un poco y cuando el niño fue a tomar la cuchara, se desmayó, cayendo al suelo junto con la bandeja.
Remus, preocupado, lo tomó, lo llevó a su pieza y lo recostó en la cama.
Media hora después Harry despertó.
Abrió los ojos lentamente, y luego de darse cuenta que se encontraba en su habitación, y no en la de Sirius, hizo un ademán de levantarse, pero Remus lo detuvo.
- Pero Moony, debo ir a verlo ¡Sé que tiene algo de energías! Pronto podría volver a hablar conmigo...
A pesar de que le alegraría saber que Sirius tiene energías suficientes para comunicarse con Harry, negó con la cabeza. A salud de Harry estaba primero.
- No jovencito, te quedarás aquí.- Su voz sonaba autoritaria. Remus normalmente era muy tranquilo, alegre y a pesar de esto, sabía en que ocasiones debía actuar con seriedad, siempre manteniéndose sereno(claro que hay excepciones). Sería buen profesor.- Te desmayaste Harry, eso es algo serio. Y sé porque pasó.- Lo miró algo molesto y dolido, mientras le señalaba una bolsa llena de comida, toda en buen estado.
Harry miró la bolsa, sonrojándose de inmediato. Miró el suelo y encontró que la alfombra del lugar, parecía más interesante que nunca.
- No me di cuenta hasta hoy de esto.- Comentó Remus.- Sabías que con mis "cualidades" de licántropo me daría cuenta enseguida del olor a comida, sobre todo si esta se podría, así que ocupaste esta bolsa para depositar la comida, que obviamente jamás probaste, y le pusiste un hechizo congelante para que se mantuviera en buen estado y le pusiste un hechizo para evitar que olor alguno saliera de ella. Muy inteligente eso Harry. Pero hoy, cuando te desmayaste la bandeja se cayó y tuve que recoger las cosas del suelo, y fue ahí cuando vi esta bolsa debajo de la cama de Sirius. Supongo que la vaciabas en la noche, cuando yo trataba de dormir ¿no es así?
Harry no lo miraba. Había decidido que la alfombra ya no era interesante. Ahora sus sábanas le atraían con una curiosidad inexplicable.
- No... no tenía hambre Moony...- murmuró, mientras sus manos, que estaban entrelazadas, estaban inquietas.
- Harry, basta.- Dijo Remus.- Esto es difícil para ambos, y sé que sobretodo para ti. Pero lo que haces solo va a empeorar las cosas. No comes, casi no duermes, ya no ves a tus amigos. Se que ellos están preocupados, te han venido a ver, pero ti jamás te diste cuenta de eso. Yo también estoy preocupado por ti.
- No es necesario que te preocupes por mi...
- Claro que es necesario Harry. Tú tienes siete años, y a pesar de que has vivido cosas muy duras para cualquier persona, sigues siendo un niño. No eres independiente todavía, necesitas que alguien te cuide.
- Pero- Remus lo interrumpió.
- Harry, a pesar de que hayas tenido que crecer debido a los quehaceres que te imponían los Dursley, eso ya terminó. Desde que te encontraste con Sirius ¿Me entiendes? Ya no eres más aquel niño que tiene que levantarse temprano para preparar el desayuno, ya no tienes porque pintar la cerca y arreglar el jardín. Sólo te pido, a nombre de Sirius y mío, que por favor seas un niño. Se feliz ahora, porque después las responsabilidades llegarán a ti. Repito, esto es difícil Harry, pero sabemos que tiene solución. Ten paciencia y diviértete, créeme que será la manera más rápida de que se pase el tiempo.
Harry asintió, pero miraba a la puerta con impaciencia. Al parecer estaba realmente siendo un niño, porque ni prestó atención a lo que Remus le estaba diciendo.
- Harry, te quedarás aquí hoy, comerás y descansarás.
- ¡Pero debo estar con él!- Imploró Harry. Su labio inferior temblaba.
- Si te enfermas por no cuidarte no podrás estar con él. Prométeme que comerás y dormirás en una cama- Recalcó esta última palabra.- Que irás a jugar con los gemelos y Ron y que volverás a tus estudios y podrás ver a Sirius.
Harry suspiró y se pasó una mano por el pelo. Alzó una ceja, Harry no lo había visto muchas veces pero Remus sí. Ese gesto era el que hacía Sirius cuando se encontraba cansado, frustrado o indeciso.
- Está bien.- Respondió Harry después de un momento. Cerró los ojos con fuerza y se los frotó con el dorso de su mano.
- ¿Cansado Harry?- preguntó Remus, algo más tranquilo después de que Harry le dijera que volvería a tener una vida relativamente normal.
- Parece que tengo fiebre.- Dijo, apenas moviendo los labios y casi sin emitir sonido. Pero Remus alcanzó a escucharlo.
- ¿Y cómo sabes eso?- Preguntó este. Ahora que lo veía, estaba algo sonrojado, cuando normalmente era pálido.
- Bueno...cuando estaba con los Dursley, tuve que aprender a saber cuando me encontraba enfermo, con el fin de poder hacer las cosas rápido e irme a descansar.
Los Dursley era un tema tabú en esa casa, desde hacía mucho tiempo. Y ese día se había hablado mucho de ellos.
* * *
Remus cerró la puerta de la pieza de Harry. Le preparó un poco de comida y observó como se la comía, solo para asegurarse. Luego le dio una poción para la fiebre, que anteriormente había mezclado con una para dormir. Ahora Harry dormía tranquilamente.
Remus había desayunado con Harry . Debía dar el ejemplo. Además tenía mucha hambre. Se dirigió a la pieza de Sirius y se sentó en la silla que normalmente ocupaba Harry. Se pasó las manos por la cara. Estaba agotado.
" Ánimo Moony"
Ahora si que necesitaba un descanso. Estaba escuchando voces.
"¿Moony?"
No podía escucharlas dos veces ¿verdad? No lo sabía, así que decidió seguirle la corriente a su alucinación.
- ¿Sirius?- preguntó, a nadie en particular. Miró hacia todos lados esperando respuesta, sin obtener ninguna. Sonrió. Realmente había sido solo algo de su mente.
" Si soy Sirius" Remus saltó de la silla, al menos unos treinta centímetros " lamento no haberte contestado antes, trataba de reunir fuerzas. Sabes esto es incómodo . Esa cosa va a terminar con la cabeza cortada. Estoy paralizado, y tengo hambre"
Remus rió. Su alucinación era muy real. Pero comenzaba a dudar.
- ¿Cómo puedes hablar conmigo? Creí que sólo los que eran herederos de Gryffindor podían.
" Sencillo, te envío mensajes a tu mente. Además, tu me estas hablando como siempre, sin ningún poder ¿no recuerdas cuando en las noches de transformación te hablaba?
--- Flashback---
Sirius miró la luna llena en el cielo, entre las tablas que cubrían la ventana. Miró a su alrededor. Los muebles cubiertos de polvo estaban rotos. La cama que se hallaba a su lado, en la cual en esos momentos descansaba un ciervo, tenía una pata rota, y las sábanas desgarradas. Un escalofrío corrió por su cuerpo cuando vio que también había algo de sangre en ellas.
Realmente le había sido muy fácil convertirse en animago. Desde que comenzaron su investigación lo encontró muy fácil. Logró transformarse en un perro negro, muy similar al Grim, en tan sólo cinco meses. No se los diría nunca a sus amigos. Por lo menos no mientras se encontraban en el colegio. Sabía que eran tiempos peligrosos con aquel mago oscuro llamado Voldemort. Había hecho su aparición a comienzos de ese año. Claro, había comenzado a reunir gente desde hacía años, pero ese año habían comenzado los ataques. Cuando hubieran salido del colegio sería más fácil contarles que él era el heredero de Gryffindor.
Aún no se lo creía. Dumbledore se lo contó cuando entró al colegio. Desde ese tiempo Voldemort había comenzado sus planes, por eso pensó que era conveniente que él, Sirius, lo supiera. Y aún le quedaban algunos "dones" por descubrir y controlar.
Sabía que podía enviarles mensajes a las demás personas a través de la mente. Y había comenzado a descubrir la magia sin varita y el hecho que podía sentir los sentimientos de las personas a su alrededor. Y , si eran muy fuertes, también los pensamientos.
Miró a su alrededor. Una rata se encontraba sobre un armario, royendo un trozo de papel. Negó con la cabeza. Wormtail no sería capaz de comprender. Podía sentir sus emociones. Estaba aterrado. Dirigió su mirada hacia al ciervo. Soltó una risa, que sonó como ladrido. Prongs podría comprenderlo, pero no lo escucharía. Estaba demasiado absorto en sus pensamientos narcisistas. Ellos dos sólo estaban pensando en si mismos. Para que interrumpirlos.
Y luego fijó la mirada en el lobo que se encontraba en una de las esquinas, oculto entre las sombras. Si los perros sonríen, este tenía una sonrisa muy grande. Moony pensaba en su licantropía. Pero no en la manera en que lo harían Wormtail y Prongs. Estaba angustiado. Sirius hasta con su olfato canino lo detectaba. Estaba preocupado por que les podía hacer daño a ellos, sus amigos.
" Ánimo Moony, no pasará nada" pensó, deseando que su amigo pudiera "oír" eso. Jamás lo había intentado antes, esperaba conseguirlo.
Moony levantó la cabeza, extrañado, le dirigió una mirada a cada uno de sus amigos. Luego Sirius sintió como se relajaba, pensando que nada malo pasaría. Y se durmió.
Si había resultado.
--- Fin del Flashback---
- ¿Realmente no estaba loco?- preguntó Remus.
" Bueno, no sé si estarás muy cuerdo, pero sí, eso fue verdad, no fue tu imaginación"
Remus se apoyó en la silla, sintiéndose tranquilo. Su amigo realmente estaba ahí, ahora podía sentirlo. Toda esa semana estaba preocupado ¿Y si Sirius había muerto realmente en esos días? Pero ahora lo había comprobado y se sentía mucho mejor. Y tal como pasó hace varios años, en la casa de los Gritos, en una noche de luna llena, después de escuchar las palabras de su amigo, se quedó dormido.
Feliz Navidad atrasada xD y feliz año nuevo.
Stiby, Civenus, Pekenyita: muchas gracias por su apoyo...
Y gracias a Nagini-bcn por haberme dejado un review en "Un momento más" x3
Y si alguien leyó en uno de los capítulos anteriores que iba a actualizar más seguido, ahora debo agregar a eso "siempre y cuando tenga inspiración suficiente" T___T lamento la demora. Y lo corto del capítulo.
Continuando...
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Aquella semana había sido agotadora. Harry estaba callado y quieto. Parecía que no moverse. De hecho, no se movía, permanecía siempre al lado de Sirius, todo el día. Remus trató de convencerlo de ir a jugar con los Weasley varias veces, pero Harry siempre negaba con la cabeza, mirando permanentemente a Sirius, como si solo el hecho de apartar sus ojos de él, lo harían desaparecer.
Harry no dejaba de culparse, decía que si el no hubiera corrido hacia el bosque Sirius estaría bien. Remus le respondió que si Sirius le hubiera dicho la verdad desde un principio, él no tendría porqué haber reaccionado así. Desde luego, Harry se enfadó con él, por decir que Sirius tenía la culpa. Aunque Remus sospechaba que en el fondo le daba la razón.
Harry apenas comía. Remus no había logrado hacerlo separar al niño de su padre, pero trataba de hacerlo entrar en razón para que comiera adecuadamente. Al tercer intento decidió utilizar un poco la culpa. No era que le gustara mucho este método, pero Harry debía alimentarse.
- A Sirius no le gustaría que me desobedecieras, que no comieras.
Harry reaccionó de sobresalto, tomando la bandeja que tenía Remus en las manos, y comenzó a comer lentamente.
Para peor, tampoco dormía mucho. La primera noche se quedó dormido n una silla, apoyado en la cama de Sirius. Remus lo tomó y lo llevó a su habitación. Y cuando Harry despertó(cosa que tomo sólo dos horas) corrió hacia el lado de Sirius. No volvió a dormir en toda la noche. Y no durmió durante el resto de los días, al menos no apropiadamente. Quizá eran una o dos horas que dormía. Y Remus no podía hacer nada. Aunque lo intentara, Harry no se despegaba del lado de Sirius.
En esos pocos días, siete para ser exactos Harry, antes alegre y lleno de energía, se había vuelto silencioso, triste. Tenía bolsas bajo los ojos, rojos por tan pocas horas de sueño. Comía poco, por lo que había adelgazado enseguida. A Remus le recordaba como él mismo se encontraba después de las noches de luna llena.
Y hablando de él, también se encontraba en mal estado. Claro que el estaba acostumbrado a sentirse mal, lo tenía que soportar todas las noches de luna llena. Pero Harry apenas tenía siete años.
Y no sólo su salud física era materia de preocupación. Ver a un hombre petrificado todo el día, no era psicológicamente recomendable para un niño de su edad, menos si este hombre en cuestión era su padre. Remus recordaba continuamente que Harry había pasado tantas cosas malas en su vida. Definitivamente, era muy maduro para su edad. Muchos niños no hubieran sido capaces de soportar tanto.
En la mañana del octavo día Remus fue a dejarle la bandeja de comida a Harry, para que desayunara. Harry la tomó, agradeciéndole. El licántropo lo miro un poco y cuando el niño fue a tomar la cuchara, se desmayó, cayendo al suelo junto con la bandeja.
Remus, preocupado, lo tomó, lo llevó a su pieza y lo recostó en la cama.
Media hora después Harry despertó.
Abrió los ojos lentamente, y luego de darse cuenta que se encontraba en su habitación, y no en la de Sirius, hizo un ademán de levantarse, pero Remus lo detuvo.
- Pero Moony, debo ir a verlo ¡Sé que tiene algo de energías! Pronto podría volver a hablar conmigo...
A pesar de que le alegraría saber que Sirius tiene energías suficientes para comunicarse con Harry, negó con la cabeza. A salud de Harry estaba primero.
- No jovencito, te quedarás aquí.- Su voz sonaba autoritaria. Remus normalmente era muy tranquilo, alegre y a pesar de esto, sabía en que ocasiones debía actuar con seriedad, siempre manteniéndose sereno(claro que hay excepciones). Sería buen profesor.- Te desmayaste Harry, eso es algo serio. Y sé porque pasó.- Lo miró algo molesto y dolido, mientras le señalaba una bolsa llena de comida, toda en buen estado.
Harry miró la bolsa, sonrojándose de inmediato. Miró el suelo y encontró que la alfombra del lugar, parecía más interesante que nunca.
- No me di cuenta hasta hoy de esto.- Comentó Remus.- Sabías que con mis "cualidades" de licántropo me daría cuenta enseguida del olor a comida, sobre todo si esta se podría, así que ocupaste esta bolsa para depositar la comida, que obviamente jamás probaste, y le pusiste un hechizo congelante para que se mantuviera en buen estado y le pusiste un hechizo para evitar que olor alguno saliera de ella. Muy inteligente eso Harry. Pero hoy, cuando te desmayaste la bandeja se cayó y tuve que recoger las cosas del suelo, y fue ahí cuando vi esta bolsa debajo de la cama de Sirius. Supongo que la vaciabas en la noche, cuando yo trataba de dormir ¿no es así?
Harry no lo miraba. Había decidido que la alfombra ya no era interesante. Ahora sus sábanas le atraían con una curiosidad inexplicable.
- No... no tenía hambre Moony...- murmuró, mientras sus manos, que estaban entrelazadas, estaban inquietas.
- Harry, basta.- Dijo Remus.- Esto es difícil para ambos, y sé que sobretodo para ti. Pero lo que haces solo va a empeorar las cosas. No comes, casi no duermes, ya no ves a tus amigos. Se que ellos están preocupados, te han venido a ver, pero ti jamás te diste cuenta de eso. Yo también estoy preocupado por ti.
- No es necesario que te preocupes por mi...
- Claro que es necesario Harry. Tú tienes siete años, y a pesar de que has vivido cosas muy duras para cualquier persona, sigues siendo un niño. No eres independiente todavía, necesitas que alguien te cuide.
- Pero- Remus lo interrumpió.
- Harry, a pesar de que hayas tenido que crecer debido a los quehaceres que te imponían los Dursley, eso ya terminó. Desde que te encontraste con Sirius ¿Me entiendes? Ya no eres más aquel niño que tiene que levantarse temprano para preparar el desayuno, ya no tienes porque pintar la cerca y arreglar el jardín. Sólo te pido, a nombre de Sirius y mío, que por favor seas un niño. Se feliz ahora, porque después las responsabilidades llegarán a ti. Repito, esto es difícil Harry, pero sabemos que tiene solución. Ten paciencia y diviértete, créeme que será la manera más rápida de que se pase el tiempo.
Harry asintió, pero miraba a la puerta con impaciencia. Al parecer estaba realmente siendo un niño, porque ni prestó atención a lo que Remus le estaba diciendo.
- Harry, te quedarás aquí hoy, comerás y descansarás.
- ¡Pero debo estar con él!- Imploró Harry. Su labio inferior temblaba.
- Si te enfermas por no cuidarte no podrás estar con él. Prométeme que comerás y dormirás en una cama- Recalcó esta última palabra.- Que irás a jugar con los gemelos y Ron y que volverás a tus estudios y podrás ver a Sirius.
Harry suspiró y se pasó una mano por el pelo. Alzó una ceja, Harry no lo había visto muchas veces pero Remus sí. Ese gesto era el que hacía Sirius cuando se encontraba cansado, frustrado o indeciso.
- Está bien.- Respondió Harry después de un momento. Cerró los ojos con fuerza y se los frotó con el dorso de su mano.
- ¿Cansado Harry?- preguntó Remus, algo más tranquilo después de que Harry le dijera que volvería a tener una vida relativamente normal.
- Parece que tengo fiebre.- Dijo, apenas moviendo los labios y casi sin emitir sonido. Pero Remus alcanzó a escucharlo.
- ¿Y cómo sabes eso?- Preguntó este. Ahora que lo veía, estaba algo sonrojado, cuando normalmente era pálido.
- Bueno...cuando estaba con los Dursley, tuve que aprender a saber cuando me encontraba enfermo, con el fin de poder hacer las cosas rápido e irme a descansar.
Los Dursley era un tema tabú en esa casa, desde hacía mucho tiempo. Y ese día se había hablado mucho de ellos.
* * *
Remus cerró la puerta de la pieza de Harry. Le preparó un poco de comida y observó como se la comía, solo para asegurarse. Luego le dio una poción para la fiebre, que anteriormente había mezclado con una para dormir. Ahora Harry dormía tranquilamente.
Remus había desayunado con Harry . Debía dar el ejemplo. Además tenía mucha hambre. Se dirigió a la pieza de Sirius y se sentó en la silla que normalmente ocupaba Harry. Se pasó las manos por la cara. Estaba agotado.
" Ánimo Moony"
Ahora si que necesitaba un descanso. Estaba escuchando voces.
"¿Moony?"
No podía escucharlas dos veces ¿verdad? No lo sabía, así que decidió seguirle la corriente a su alucinación.
- ¿Sirius?- preguntó, a nadie en particular. Miró hacia todos lados esperando respuesta, sin obtener ninguna. Sonrió. Realmente había sido solo algo de su mente.
" Si soy Sirius" Remus saltó de la silla, al menos unos treinta centímetros " lamento no haberte contestado antes, trataba de reunir fuerzas. Sabes esto es incómodo . Esa cosa va a terminar con la cabeza cortada. Estoy paralizado, y tengo hambre"
Remus rió. Su alucinación era muy real. Pero comenzaba a dudar.
- ¿Cómo puedes hablar conmigo? Creí que sólo los que eran herederos de Gryffindor podían.
" Sencillo, te envío mensajes a tu mente. Además, tu me estas hablando como siempre, sin ningún poder ¿no recuerdas cuando en las noches de transformación te hablaba?
--- Flashback---
Sirius miró la luna llena en el cielo, entre las tablas que cubrían la ventana. Miró a su alrededor. Los muebles cubiertos de polvo estaban rotos. La cama que se hallaba a su lado, en la cual en esos momentos descansaba un ciervo, tenía una pata rota, y las sábanas desgarradas. Un escalofrío corrió por su cuerpo cuando vio que también había algo de sangre en ellas.
Realmente le había sido muy fácil convertirse en animago. Desde que comenzaron su investigación lo encontró muy fácil. Logró transformarse en un perro negro, muy similar al Grim, en tan sólo cinco meses. No se los diría nunca a sus amigos. Por lo menos no mientras se encontraban en el colegio. Sabía que eran tiempos peligrosos con aquel mago oscuro llamado Voldemort. Había hecho su aparición a comienzos de ese año. Claro, había comenzado a reunir gente desde hacía años, pero ese año habían comenzado los ataques. Cuando hubieran salido del colegio sería más fácil contarles que él era el heredero de Gryffindor.
Aún no se lo creía. Dumbledore se lo contó cuando entró al colegio. Desde ese tiempo Voldemort había comenzado sus planes, por eso pensó que era conveniente que él, Sirius, lo supiera. Y aún le quedaban algunos "dones" por descubrir y controlar.
Sabía que podía enviarles mensajes a las demás personas a través de la mente. Y había comenzado a descubrir la magia sin varita y el hecho que podía sentir los sentimientos de las personas a su alrededor. Y , si eran muy fuertes, también los pensamientos.
Miró a su alrededor. Una rata se encontraba sobre un armario, royendo un trozo de papel. Negó con la cabeza. Wormtail no sería capaz de comprender. Podía sentir sus emociones. Estaba aterrado. Dirigió su mirada hacia al ciervo. Soltó una risa, que sonó como ladrido. Prongs podría comprenderlo, pero no lo escucharía. Estaba demasiado absorto en sus pensamientos narcisistas. Ellos dos sólo estaban pensando en si mismos. Para que interrumpirlos.
Y luego fijó la mirada en el lobo que se encontraba en una de las esquinas, oculto entre las sombras. Si los perros sonríen, este tenía una sonrisa muy grande. Moony pensaba en su licantropía. Pero no en la manera en que lo harían Wormtail y Prongs. Estaba angustiado. Sirius hasta con su olfato canino lo detectaba. Estaba preocupado por que les podía hacer daño a ellos, sus amigos.
" Ánimo Moony, no pasará nada" pensó, deseando que su amigo pudiera "oír" eso. Jamás lo había intentado antes, esperaba conseguirlo.
Moony levantó la cabeza, extrañado, le dirigió una mirada a cada uno de sus amigos. Luego Sirius sintió como se relajaba, pensando que nada malo pasaría. Y se durmió.
Si había resultado.
--- Fin del Flashback---
- ¿Realmente no estaba loco?- preguntó Remus.
" Bueno, no sé si estarás muy cuerdo, pero sí, eso fue verdad, no fue tu imaginación"
Remus se apoyó en la silla, sintiéndose tranquilo. Su amigo realmente estaba ahí, ahora podía sentirlo. Toda esa semana estaba preocupado ¿Y si Sirius había muerto realmente en esos días? Pero ahora lo había comprobado y se sentía mucho mejor. Y tal como pasó hace varios años, en la casa de los Gritos, en una noche de luna llena, después de escuchar las palabras de su amigo, se quedó dormido.
