Hola ^^
¡___¡ no puedo creer...me llegaron muchos reviews, soy tan feliz ^^...
Bunny1986: gracias ^^...¿te gustó lo del mapa? Eso pasó gracias a Stiby, que me dio la idea de ocuparlo ^^U
Diana- Lily- Potter : pues, respeto tu opinión con respecto a eso, se que a muchos les gusta más James como padre...pero...esto es un Universo Alternativo, todo lo imposible pasa x3
Zala Black : ¿yo, mala? Nah, soy una santa xD...bueno...si, pobre Ron ^^U. Su amistad crecerá cuando los gemelos vayan a Hogwarts, y claro que conocerán a Hermione, aunque no te diré nada más...pues ya estoy pensando en eso ^.^
Rosemary Black: *Myung se sonroja *...no es para tanto ^//^U...pero gracias...y bueno, sobre tu fic ya lo leí y te deje un review con la respuesta x3
Pekenyita : gracias por leer hasta aquí y pues, no te preocupes por no dejar un review en el capítulo anterior...se entiende que no tengas tiempo...yo a veces no tengo tiempo para escribir el fic ^^U estamos a mano...
Stiby: espero que no empeore, solo que mejore , ese es mi fin al escribirlo x3 pues...trataré de escribirte algo más en la respuesta, es que no soy buena respondiendo reviews ^^U , perdoname si me lo dijiste y se me olvidó, pero...de que país eres? ^^UUU
Yo también espero terminarlo, no me gustaría dejarlo hasta la mitad, no después del apoyo que me han dado. Además, encuentro que será un verdadero desafío cuando Harry entre a Hogwarts, ver que cosas sucederán cada año...aunque creo que lo haré máximo hasta cuarto...si no se va a extender demasiado y la gente se terminará aburriendo x3...te puedo dar un pequeño spoiler? Espero que no le moleste a nadie que aparezca el velo...no diré cuando ni como, ni nada más...x3*risa maligna*
AryBlack : ¡cierto! Me has descubierto, me cuesta demasiado que hable como niño...acaso seré yo la madura? No, no es el caso xD(soy muuuuy inmadura y me encanta serlo xD)...pues hago lo posible...trataré que se comporte como tal, créeme que me esfuerzo mucho, espero que logre algo...aunque...puedo decir que en parte tuvo que empezar a madurar con los Dursley, y que al ser tratado como un niño con Sirius y Remus, comenzó a comportarse como tal...xD no es una excusa muy buena...¿verdad? pero si no te sirve a ti...al menos me sirve a mi xD...y pues...dile Padfoot al perro para librarte de sospechas, quien sabe...cerca de mi casa está el gemelo perdido de él x3
Norm: pues...se que lo leerás hasta el final y me alegro ^^...y hablando de promesas...como quieres que cumpla la mía si no has puesto capítulo alguno en mucho tiempo?...T__________T pero esperaré...
Alesauria: gracias por leer mi fic y por el apoyo. Haré lo posible por terminar esta historia ^^... la terminaré, sea como sea x3 si no sería injusto tanto para los que a leen como para mí ^^
Con tantos reviews, ahora no puedo quejarme(soy quejona, lo asumí hace mucho tiempo xD), trataré de hacer un buen capítulo para no defraudarlos.
Y por cierto...el otro día estaba leyendo uno de los libros...y me di cuenta que había cometido un error...Fudge se convierte en Ministro cuando Harry está en primer año ^o^U
Pero ahora ya no importa, el error ya está -___-
Y...T_______T no se que me pasa, ando con falta de inspiración...si alguien ve a mi Muso, que me avise TT
¡¡Otra vez gracias por el apoyo!! ^_^
- - -
Remus los miró con una gran sonrisa en el rostro. Harry recuperaba su alegría. Sabía que esos últimos días había mejorado en forma considerable, pero había algo que parecía dormido en él, no era la misma felicidad diaria, sus ojos miraban alrededor sin luz, apagados, sin alegría. Y ahora, viendo el rostro de Harry notó el cambio. Sus ojos verdes, comenzaron a brillar otra vez. Y esperaba que se mantuvieran así.
Harry se separó un poco de Sirius para poder hablarle mejor. Aunque pronto notó que había perdido el habla, por mucho que tratase de hablar, las palabras no salían de su boca. Y es que las emociones que estaba sintiendo en esos momentos eran tan fuertes que le impedían formar una palabra, o sonido. Solo pudo mirar con una inmensa sonrisa a su padre, que lo miraba sonriente.
- Harry.- Dijo Remus, después de unos minutos de silencio.- Hoy vino la señora Pomfrey, junto con Severus, con la cura.
Harry pareció reaccionar.
- ¿Ya habían pasado tres semanas? No me di cuenta.- Dijo, mientras seguía junto a Sirius.
- Te dejo solo unas semanas y ya te olvidas de mí.- Dijo Sirius, aparentando estar dolido.- Cuando entres a Hogwarts ni te acordarás de tu pobre y viejo padre.
- Perdón, pero ¿el egocéntrico Sirius Black acaba de decir que es viejo? ¿Mis oídos acaso me engañaron?- Preguntó Remus, mirando burlonamente a Sirius.
- No señor Lupin, sus oídos están bien. Y yo estoy viejo, si me comparan con Harry. Yo en el fondo tengo alma de niño.- Respondió Sirius.
- De eso no hay duda Padfoot.- Comentó Remus, sonriendo.
Sirius sonrió también. Se sentía agotado, pero la alegría que sentía en esos momentos lo mantenía en pie, con una sonrisa en su rostro, como si nada hubiera pasado, como si ese fuese el mejor día de su vida.
Y en parte era así. Durante años tuvo que ocultarle la verdad a Harry y a Remus, y ahora que lo sabían se había sacado un gran peso de encima. Era como si este fuera el primer día de su vida en familia, con la verdad ya contada, sin tener que esconder nada.
- Padfoot, te veo de buen humor.- Comentó Remus, mientras iba a la cocina.- ¿Tú y Harry podrían ir a comprar al supermercado? Creo que hoy es un buen día para invitar a los Weasley a cenar...
* * *
Si bien Harry había ido anteriormente a un supermercado no dejó de sorprenderse. La última vez había sido años atrás, con sus tíos. Desde que vivía con Sirius y Remus no había ido a uno, ya que este último era el que se encargaba de ir a comprar.
Era un supermercado que se ubicaba en el pueblo de Ottery St. Catchpole, el que se encontraba más cercano a ellos. A simple vista era completamente muggle, con verduras y frutas, y diversas variedades de carnes y de comidas preparadas. Pero Sirius ( y Harry desde ese día) lo conocía mejor. Era solo cuestión de dirigirse hacia la parte que supuestamente era una bodega abandonada del local. Ahí, solo debían hablar con un hombre de apariencia huraña, y preguntar por lo que necesitaban. En ese pueblo y sus alrededores habían gran cantidad de familias magas.
Aquella vez, sin embargo, no fue necesario dirigirse hacia ese lugar, ya que sólo iban a comprar comida para la cena de esa noche, por lo que Harry no llegó a conocerlo.
Compraron muchas cosas, de las cuales varias serían miradas con Remus con gran interés. Sirius quería mimar a Harry, por lo que compró varias barras de chocolate y algunos caramelos.
Cuando hubieron terminado de llenar su carro, se dirigieron hacia las cajas. Se pusieron en una en la que había frente a ellos un hombre de avanzada edad con una niña de unos seis o siete años. El viejo tenía cortos cabellos de color blanco, que brillaban por las luces artificiales del lugar. Su rostro se veía severo e impasible, pero sus ojos color nuez brillaban de la misma forma en que lo hacían los ojos de Dumbledore. La niña, tenía el cabello largo y de color castaño atado en un moño bastante improvisado. Sus ojos eran del mismo color que los del anciano y brillaban también pero de distinta manera.
- Abuelo ¿Podríamos ir a la librería a comprar algún libro?- Preguntó ella.
- Te compré uno hace tres días.- Respondió cariñosamente el abuelo- ¿Te lo has terminado ya?
La niña asintió vigorosamente. Su abuelo sonrió afectuosamente mientras acariciaba una mejilla de su nieta.
- Si que eres una niña asombrosa.- Comentó, mientras comenzaba a vaciar el carro.- Estás de vacaciones con nosotros, lejos de todo el ruido de la ciudad, y sigues estudiando.
- ¡Pero si no es solo estudio abuelo!- exclamó la niña.- También leo otros libros...¡ y es que de verdad quiero leerme ese! Imagínate una historia sobre elfos, enanos, y otras razas de seres vivientes que se unen para destruir un anillo con un gran y terrible poder.- Se notaba que con cada palabra que decía su emoción se acrecentaba.
- Está bien Hermione.- Dijo el hombre, sacando algunos billetes para pagar. Suspiró, con una sonrisa de satisfacción y orgullo. - Iremos a comprar ese libro.
- ¡Si!- Gritó ella, dando pequeños saltitos de emoción.
Harry rió un poco al verla así. Ella volteó a verlo, dándose cuenta por primera vez que había alguien detrás de ella y su abuelo.
- Hola.- Dijo, mientras se sonrojaba un poco.- Mi nombre es Hermione Granger ¿Y el tuyo?
- Harry James Black.- respondió él. Era la primera vez que decía su nombre completo, y realmente le agradó esa sensación. Al parecer Sirius también lo sintió, porque miró a Harry con orgullo y cariño.
- Un gusto en conocerte Harry.- Dijo ella, mientras su abuelo tomaba las bolsas y saludaba a Sirius con un movimiento de cabeza, quien imitó el gesto.
- Ojalá volvamos a vernos.- Respondió este mientras comenzaba a sacar las cosas del carro y Hermione y su abuelo se marchaban.
Sirius comenzó a sacar cosas del carro y notó que Harry sólo sacaba los dulces y chocolates. Rió un poco, con su risa que le caracterizaba, similar al ladrido de un perro.
- Eh, Harry, sacando lo más importante primero ¿verdad?- Dijo.
Harry lo miró confundido y luego observó las cosas que había sacado y comprendió, sonrojándose. Había sacado esas cosas primero, inconscientemente. Sonrió, mientras el rubor de sus mejillas comenzaba a desaparecer.
Cuando hubieron salido del supermercado con lo que parecían cientos de bolsas, caminaron hasta un callejón cercano. Allí, Sirius achicó as bolsas hasta que pudo guardárselas en sus bolsillos. Y es que a pesar de que Ottery St. Catchpole era un pueblo que quedaba a poca distancia de su casa, él era lo suficientemente perezoso como para no ir a pie.
Había ocupado su vieja motocicleta para ir, la cual le había devuelto Hagrid hacía un par de meses. Mientras que Molly no se enterase de que había viajado en ella con Harry, Sirius podía sentirse tranquilo de utilizarla. La moto la había dejado en ese mismo callejón, para que las cosas fueran más simples.
Harry se aferró a su padre, mientras este le colocaba un casco en su cabeza y encendía la motocicleta. El motor de esta sonó, como si fuera el sonido de un animal salvaje. Sirius se dejaba llevar. Sólo sentía el viento acariciar su rostro, mientras su pelo se revolvía completamente. Rápidamente salieron del pueblo y fue ahí cuando Sirius colocó el hechizo de invisibilidad de la moto y se elevó, a varios metros del suelo.
Y ahora si era libre. El ataque del basilisco, el peligro que Voldemort quisiera matar a su hijo, todas esas cosas que lo angustiaban se habían quedado en tierra, dándole un respiro. Ahora solo sentía alegría y tranquilidad, mientras las manos de Harry se aferraban fuertemente a su chaqueta.
Sirius se acordó de la época en que él, y los Merodeadores, iban al colegio. Cuando Peter aún era fiel a sus amigos, cuando James seguía vivo. Cuando él, Sirius, se elevaba en su escoba para olvidarse de los problemas que podían rondar su cabeza, que la mayoría de las veces tenían que ver con su familia. Tenía habilidad para el vuelo, por lo que había sido un miembro del equipo de quidditch. Esos eran tiempos de paz.
Y ahora los recordaba. Aceleró aún más, mientras seguía elevándose. Las personas ya casi no se veían, eran pequeñas hormigas junto a pequeños cuadrados que eran casas y edificios. Tenía una gran sonrisa en su rostro, en el momento de aminorar la velocidad y comenzar a aterrizar frente a su casa. Y esta creció al ver a Remus en la puerta, mirándolo con enojo fingido.
Ayudó a Harry a bajarse de la moto, quien había dormido durante todo el viaje, y luego se bajó él.
- ¡Moony, tanto tiempo!- exclamó, mientras entraba a la casa junto con Harry.
- Sirius, eso no me hará olvidar que Harry estaba en la motocicleta contigo.- Respondió este, con una mueca en la cara.
- Supongo que no le dirás a Molly ¿Verdad?- preguntó Sirius, mirándolo con inocencia.
- Por esta vez no Padfoot, por esta vez no.- Dijo Remus.
Sirius entonces fue hasta la cocina, y devolvió a su tamaño normal las bolsas, llenas de comida.
-¿Padfoot?- Preguntó Moony, entrando a la cocina.
- ¿Sí, Moony?- Dijo este.
- ¿De por casualidad compraste chocolate?- Inquirió, con un extraño brillo en los ojos.
- Tú y tu olfato.- Dijo, Sirius, riendo.
* * *
Durante toda la tarde estuvieron preparando la cena de esa noche. Remus, mientras ellos habían ido a comprar, habló con los Weasley, para que fueran esa noche a comer. Ellos se mostraron agradecidos y Molly quiso llevar algo pero Remus le dijo que no era necesario.
La mesa lucía magnifica. Estaba llena de los mejores platos que Moony sabía preparar, y Sirius sabía de sobra que eran mejores que los que preparaban los elfos en Hogwarts. Las velas, blancas y delgadas, flotando sobre la mesa, iluminaban todo la habitación, y le daba un aspecto cálido y acogedor.
Sirius y Harry se habían encargado de colocar los cubiertos simétricamente, sin ningún error. No podían hacer nada más, por lo cual quisieron hacerlo perfectamente.
Después de haber colocado todo en su respectivo lugar, se fueron a arreglar. Querían que esto fuera perfecto, desde cada punto de vista. Harry, fue el primero en estar listo. Traía una túnica azul oscuro, simple y sin bordado alguno, pero muy elegante. Su pelo había conseguido peinarse algo y sonrió. Un mes atrás, el jamás habría logrado eso.
Remus pronto lo acompañó en la sala de estar. Traía una túnica gris, que(como después le diría Molly) combinaba perfectamente con sus ojos. Su cabello se encontraba algo desordenado, dándole una apariencia más casual.
Se sentaron a esperar a Sirius. Sabían de sobra que se tardaría bastante.
- Ojalá baje antes de que lleguen los Weasley.- Dijo Harry.
- O Dumbledore y McGonagall.- Agregó Remus. Harry lo miró extrañado.- También los invité. Me pareció lo correcto, ya que ellos ayudaron bastante en la fabricación de la cura para Sirius.
Harry asintió. No sabía que habían hecho, pero si es que ayudaron a su padre el estaba feliz de recibirlos.
En esos momentos Sirius bajó. Harry alzó ambas cejas, mientras que Remus hizo una mueca burlona.
- ¿A quien tratarás de conquistar Padfoot? Molly es casada y McGonagall no creo que se sienta atraída por uno de sus ex alumnos. Y supongo que por nada del mundo habrás pensado en una niña de seis años ¿verdad?
Sirius no se había colocado una túnica. En vez de eso, traía una camisa color azul, con unos pantalones negros, lo cual hacía perfectamente juego con su pelo y sus ojos. Cuando escuchó el comentario de Remus, le sacó la lengua.
- Los lobitos no deberían sentir envidia.- Dijo.- Además no trato de impresionar a nadie. Yo soy impresionante. Siempre.
- ¿Tan egocéntrico como siempre Black?- Dijo Remus, poniéndose de pie.
- Puedes apostarlo Lupin.- Respondió este, parado frente a Remus, con una expresión arrogante en el rostro.
En esos momentos tocaron la puerta.
- Deben ser los Weasley.- Dijo Harry.
- ¿Por qué?- Preguntó Sirius.- Creí que Dumbledore y McGonagall también venían.
- Sí.- Respondió Remus.- Pero ellos llegarán por medio de la Red Flu.
-Buen punto.- Dijo Sirius, acercándose hacia la puerta para abrirla.
Pero Sirius se quedó de piedra al ver quien era.
- Snape.- Siseó.
Severus Snape, no había cambiado desde el día en que Harry lo conoció. Seguía teniendo esa mirada de odio, lanzada especialmente hacia Sirius. Seguía con aquel cabello grasiento y negro, del mismo color que sus ojos, y sus túnicas. Seguía teniendo la misma piel cetrina que hacía dos años. Seguía siendo el mismo hombre, en cada pequeño detalle, nada había cambiado. Nada en lo absoluto. Entonces ¿por qué Severus Snape se acercaría siquiera a la casa de Sirius Black?
- Gusto en verte Black.- Contestó irónicamente Severus.- Pero no vine a visitarte a ti. Vine a ver a Lupin.
- ¿A mi, Severus?- Preguntó, sorprendido.
- Sí. Te quería informar que se ha desarrollado una poción que te sería útil. Llamada la poción Matalobos. Con ella, durante tus transformaciones mantendrás tu mente humana. El profesor Dumbledore, me dijo que te la preparara- hizo una mueca. Él no se acostumbraba a ayudar, menos a una persona que odiaba desde su niñez. Es maldito viejo lo había dado ordenes. Si no fuera porque el trabajaba en Hogwarts le hubiera dicho que se metiera la poción en donde mejor le pareciera. Además resultó ser un poción sumamente compleja, por lo cual fue todo un reto prepararla.
Remus se había quedado completamente paralizado. Si Snape había conseguido hacer esa poción correctamente...significaba que la mitad de sus problemas en las noches de luna llena estaban resueltos. Sería capaz de soportar el dolor de esas noches, si es que lograba mantener su mente.
Snape, sin pedir permiso, entró a la casa y se dirigió a la cocina. Ahí, hizo aparecer un caldero, que contenía un liquido humeante.
- Debes tomártela desde una semana antes de luna llena.- Dijo, mientras sacaba un papel de su bolsillo.- Se que eres un desastre para pociones- Remus se sonrojó y Sirius apretó disimuladamente los puños.- Por eso le dejaré estas instrucciones a Black. Se que eres bastante decente en esta materia así que supongo que sabrás leerlas y llevarlas a cabo.- Le entregó el papel a Sirius y sin decir nada más desapareció.
- ¿Crees que esto sea seguro?- Preguntó Sirius, observando el contenido del caldero. Harry lo imitó, aunque no sabía que tenía que ver Sirius para saber si era un veneno. No es que le fuera a salir la palabra "veneno" escrita en la superficie como para averiguarlo tan fácil.
- Haré el intento Sirius, aunque desconfíes de Snape.- Dijo Remus, con una sonrisa en sus labios.- si es que es veneno...bueno...para algo esta San Mungo...
Sirius miro desconfiado el caldero pero no dijo nada. Sabía que Moony merecía que sus transformaciones fueran lo más simple que pudieran ser, y el hecho de que mantuviera su mente ayudaba. Finalmente suspiró, rindiéndose. No lo haría cambiar de opinión si es que realmente quería probar esa cosa.
Remus mientras Sirius pensaba en ese dilema, se había servido una copa del liquido. Llevó la copa a su boca y bebió todo su contenido.
- ¡AAAAAAAHHHH!
- ¡Remus!- Gritó asustado Sirius, acercándose a su amigo, que había caído de rodillas al suelo.
Este comenzó a toser, mientras algunas lágrimas salían de sus ojos.
- ¡Dios, esa cosa es demasiado amarga! ¿Acaso no admite azúcar? - Exclamó, secándose las lágrimas que le habían salido al atorarse.
Sirius lo miró por un momento, aturdido, y luego lo golpeó en la cabeza.
- ¡No me vuelvas a asustar así Lupin!- Gritó, mitad molesto- mitad riendo.
- ¡Y tu no me golpees Black!- Respondió este, parándose.
- Veo que Harry los ha cuidado bien- Comentó una voz desde la puerta.
Los tres se dieron vuelta y vieron a Dumbledore y a McGonagall, mirando la escena. El hombre sonreía, mientras ella los miraba con actitud reprochadora. Aunque sus ojos llenos de risa la delataban por completo.
- ¡Profesora McGonagall, Albus!- Dijo Remus, sonrojándose levemente.
- Remus Lupin, ya no soy tu profesora para que me trates como tal.- Respondió ella, con una leve sonrisa.
Este, aún algo incómodo, asintió. Sirius, en cambio sonrió aún más.
- ¡Minerva!- Exclamó, estrechando la mano de McGonagall.- Hace tiempo no te veía.
- Usted no señor Black.- Dijo tranquilamente McGonagall. Sirius paró en seco, confundido.- Usted debe tratarme con respeto. Para que aprenda. Nunca lo hizo, es hora de que comience.
- Pero Minerva.- Continuó Sirius, sonriendo encantadoramente .- ¿Cómo me dices eso? Haces que mi corazón se rompa en mil pedazos.
Remus puso los ojos en blanco. Sirius había tratado siempre a McGonagall así, y el licántropo siempre se preguntó cómo era posible que Sirius jamás ganase una detención. El punto débil de su profesora de Transformaciones, era que Sirius siempre la hacía sonreír, por muy terribles (y/o aburridas)que fueran sus travesuras.
Antes de que Remus pudiera perderse entre lo recuerdos de su mente, alguien tocó a la puerta.
Harry corrió a abrir la puerta, para darle la bienvenida a una sonriente familia Weasley, con su pelo color pelirrojo, oscurecido por el atardecer. Los primeros en entrar fueron los gemelos, que pararon en seco al ver a Dumbledore y a la que sería su futura profesora.
Todos traían sus mejores túnicas, ya que Remus les había explicado que era una celebración y que quería que todo fuese lo mejor.
Harry sonrió al ver a los gemelos, mirándose con ese brillo que siempre tenían antes de hacer una travesura. Fred traía una túnica verde, mientras que George una roja. Su amigo suponía que era para que fuera fácil distinguirlos. Ron entró después de ellos, mientras una cohibida Ginny estaba tras él. Por último entraron Molly y Arthur Weasley, este abrazando a su esposa.
Después de que todos se saludaran apropiadamente(Harry vio que mientras Dumbledore saludaba a Ginny, Fred colocaba algo en el bolsillo de la túnica del anciano)
- Ya que estamos todos reunidos, les propongo que pasemos a la mesa.- Dijo Remus, sonriendo cortésmente.
* * *
La comida estaba deliciosa. Los platos preparados por Remus eran una delicia y recibió una felicitación de Arthur, que miró de reojo a su esposa, que no parecía molesta que estuviera hablando de la buena cocina de Remus, olvidando la de ella.
Sin embargo Harry sabía que una comida en la que estuvieran Fred y George no podía acabar tan perfecta. Y no se equivocaba. Mientras comían el postre algo sonó en el bolsillo de Dumbledore que abrió los ojos sorprendido cuando vio que de su bolsillo salía volando una bengala que terminó por caer encima del trozo de pastel de McGonagall, que se encontraba a dos asientos del profesor.
Un silencio reinó en la mesa cuando la cara de Minerva se llenó de pastel, pero se rompió pronto cuando los gemelos, seguidos por Dumbledore, comenzaron a reír. Molly, no necesitó pensarlo dos veces.
- ¡Fred, George!- Gritó, enojada.
Estos dos quedaron en silencio, con una gran sonrisa en su cara, mientras que Dumbledore seguía riendo jovialmente. McGonagall, sonrojada(por la ira y la vergüenza), tomó un trozo de pastel y se lo tiró al director, quien inmediatamente dejó de reírse.
Los demás miraban atónitos la escena. Jamás(y remarquen esa palabra) habían visto a Minerva McGonagall, hacer algo considerado infantil, mucho menos en el profesor Dumbledore, a quien siempre reprochaba por actos de inmadurez.
McGonagall sonrió levemente, mientras pensaba que de vez en cuando una cana al aire era necesaria. Pero tampoco fue por mucho por que Albus Dumbledore, el mago más respetado de esos años, tomó un pedazo de pastel y se lo lanzó. Ella alcanzó a esquivarlo, pero Arthur Weasley, que estaba a su lado, no.
Pronto, el comedor se vio envuelto en una terrible guerra de comida, con pedazos de pastel volando hacia todas direcciones. Y es que con dos merodeadores, más sus probables seguidores, eso parecía realmente un campo de batalla. Molly miraba todo esto con furia contenida, pero cedió cuando a ella le llegó crema a su rojizo pelo.
Después de diez minutos, finalizó la guerra, ya que el armamento(el pastel), se había acabado, a menos que contaran todas las sobras que habían en las paredes, el suelo, y en ellos mismos.
Con un movimiento de varita, McGonagall limpió todo el desastre, mientras jugueteaba una sonrisa en su cara.
- Después de este, mmm...ameno juego, creo que es hora de que yo y Minerva nos retiremos.- Dijo Dumbledore, parándose.
- Sí, nosotros también deberíamos irnos Arthur. Después de todo, tu mañana tienes trabajo y los niños deben dormir.- Dijo Molly.
Dumbledore y McGonagall, se despidieron de ellos y con un "plop!", desaparecieron. Y luego los Weasley, uno a uno, salieron de la casa, para dirigirse a la suya, no sin antes decirles que algún día deberían ir a comer con ellos.
Remus, Sirius y Harry se sentaron en un sillón, junto a la chimenea encendida de la sala de estar, y ahí mismo, se quedaron dormidos con una sonrisa, pensando que ese había sido uno de los mejores días de su vida.
* * *
Esta es la maravillosa nota de autor, que se encuentra al final del capítulo x3
¡El próximo capítulo será Halloween! Ya que si sacamos cálculos están cercanos a esa fecha ^_^
Aún no sé que haré, así que si dan sugerencias en los reviews estaré agradecida x3
E insisto...si alguien sabe como hacer las cursivas y negritas ¡por favor se apiade de mí y me diga cómo! XD
Myung Black
*Miembro de la Orden Siriusana x3*
PS: oigan...es cierto lo que mis oídos han escuchado? Que el 21 sale Harry Potter y la Orden del Fénix en español?????? O_O esos son los rumores...
(esto es sólo para chilenos) Estará a $12.500!!!!!! o_O
(por mi parte preparo una demanda a cierta librería por vender el libro en inglés a $30.000...si alguien me apoya, diga yo! _)
¡___¡ no puedo creer...me llegaron muchos reviews, soy tan feliz ^^...
Bunny1986: gracias ^^...¿te gustó lo del mapa? Eso pasó gracias a Stiby, que me dio la idea de ocuparlo ^^U
Diana- Lily- Potter : pues, respeto tu opinión con respecto a eso, se que a muchos les gusta más James como padre...pero...esto es un Universo Alternativo, todo lo imposible pasa x3
Zala Black : ¿yo, mala? Nah, soy una santa xD...bueno...si, pobre Ron ^^U. Su amistad crecerá cuando los gemelos vayan a Hogwarts, y claro que conocerán a Hermione, aunque no te diré nada más...pues ya estoy pensando en eso ^.^
Rosemary Black: *Myung se sonroja *...no es para tanto ^//^U...pero gracias...y bueno, sobre tu fic ya lo leí y te deje un review con la respuesta x3
Pekenyita : gracias por leer hasta aquí y pues, no te preocupes por no dejar un review en el capítulo anterior...se entiende que no tengas tiempo...yo a veces no tengo tiempo para escribir el fic ^^U estamos a mano...
Stiby: espero que no empeore, solo que mejore , ese es mi fin al escribirlo x3 pues...trataré de escribirte algo más en la respuesta, es que no soy buena respondiendo reviews ^^U , perdoname si me lo dijiste y se me olvidó, pero...de que país eres? ^^UUU
Yo también espero terminarlo, no me gustaría dejarlo hasta la mitad, no después del apoyo que me han dado. Además, encuentro que será un verdadero desafío cuando Harry entre a Hogwarts, ver que cosas sucederán cada año...aunque creo que lo haré máximo hasta cuarto...si no se va a extender demasiado y la gente se terminará aburriendo x3...te puedo dar un pequeño spoiler? Espero que no le moleste a nadie que aparezca el velo...no diré cuando ni como, ni nada más...x3*risa maligna*
AryBlack : ¡cierto! Me has descubierto, me cuesta demasiado que hable como niño...acaso seré yo la madura? No, no es el caso xD(soy muuuuy inmadura y me encanta serlo xD)...pues hago lo posible...trataré que se comporte como tal, créeme que me esfuerzo mucho, espero que logre algo...aunque...puedo decir que en parte tuvo que empezar a madurar con los Dursley, y que al ser tratado como un niño con Sirius y Remus, comenzó a comportarse como tal...xD no es una excusa muy buena...¿verdad? pero si no te sirve a ti...al menos me sirve a mi xD...y pues...dile Padfoot al perro para librarte de sospechas, quien sabe...cerca de mi casa está el gemelo perdido de él x3
Norm: pues...se que lo leerás hasta el final y me alegro ^^...y hablando de promesas...como quieres que cumpla la mía si no has puesto capítulo alguno en mucho tiempo?...T__________T pero esperaré...
Alesauria: gracias por leer mi fic y por el apoyo. Haré lo posible por terminar esta historia ^^... la terminaré, sea como sea x3 si no sería injusto tanto para los que a leen como para mí ^^
Con tantos reviews, ahora no puedo quejarme(soy quejona, lo asumí hace mucho tiempo xD), trataré de hacer un buen capítulo para no defraudarlos.
Y por cierto...el otro día estaba leyendo uno de los libros...y me di cuenta que había cometido un error...Fudge se convierte en Ministro cuando Harry está en primer año ^o^U
Pero ahora ya no importa, el error ya está -___-
Y...T_______T no se que me pasa, ando con falta de inspiración...si alguien ve a mi Muso, que me avise TT
¡¡Otra vez gracias por el apoyo!! ^_^
- - -
Remus los miró con una gran sonrisa en el rostro. Harry recuperaba su alegría. Sabía que esos últimos días había mejorado en forma considerable, pero había algo que parecía dormido en él, no era la misma felicidad diaria, sus ojos miraban alrededor sin luz, apagados, sin alegría. Y ahora, viendo el rostro de Harry notó el cambio. Sus ojos verdes, comenzaron a brillar otra vez. Y esperaba que se mantuvieran así.
Harry se separó un poco de Sirius para poder hablarle mejor. Aunque pronto notó que había perdido el habla, por mucho que tratase de hablar, las palabras no salían de su boca. Y es que las emociones que estaba sintiendo en esos momentos eran tan fuertes que le impedían formar una palabra, o sonido. Solo pudo mirar con una inmensa sonrisa a su padre, que lo miraba sonriente.
- Harry.- Dijo Remus, después de unos minutos de silencio.- Hoy vino la señora Pomfrey, junto con Severus, con la cura.
Harry pareció reaccionar.
- ¿Ya habían pasado tres semanas? No me di cuenta.- Dijo, mientras seguía junto a Sirius.
- Te dejo solo unas semanas y ya te olvidas de mí.- Dijo Sirius, aparentando estar dolido.- Cuando entres a Hogwarts ni te acordarás de tu pobre y viejo padre.
- Perdón, pero ¿el egocéntrico Sirius Black acaba de decir que es viejo? ¿Mis oídos acaso me engañaron?- Preguntó Remus, mirando burlonamente a Sirius.
- No señor Lupin, sus oídos están bien. Y yo estoy viejo, si me comparan con Harry. Yo en el fondo tengo alma de niño.- Respondió Sirius.
- De eso no hay duda Padfoot.- Comentó Remus, sonriendo.
Sirius sonrió también. Se sentía agotado, pero la alegría que sentía en esos momentos lo mantenía en pie, con una sonrisa en su rostro, como si nada hubiera pasado, como si ese fuese el mejor día de su vida.
Y en parte era así. Durante años tuvo que ocultarle la verdad a Harry y a Remus, y ahora que lo sabían se había sacado un gran peso de encima. Era como si este fuera el primer día de su vida en familia, con la verdad ya contada, sin tener que esconder nada.
- Padfoot, te veo de buen humor.- Comentó Remus, mientras iba a la cocina.- ¿Tú y Harry podrían ir a comprar al supermercado? Creo que hoy es un buen día para invitar a los Weasley a cenar...
* * *
Si bien Harry había ido anteriormente a un supermercado no dejó de sorprenderse. La última vez había sido años atrás, con sus tíos. Desde que vivía con Sirius y Remus no había ido a uno, ya que este último era el que se encargaba de ir a comprar.
Era un supermercado que se ubicaba en el pueblo de Ottery St. Catchpole, el que se encontraba más cercano a ellos. A simple vista era completamente muggle, con verduras y frutas, y diversas variedades de carnes y de comidas preparadas. Pero Sirius ( y Harry desde ese día) lo conocía mejor. Era solo cuestión de dirigirse hacia la parte que supuestamente era una bodega abandonada del local. Ahí, solo debían hablar con un hombre de apariencia huraña, y preguntar por lo que necesitaban. En ese pueblo y sus alrededores habían gran cantidad de familias magas.
Aquella vez, sin embargo, no fue necesario dirigirse hacia ese lugar, ya que sólo iban a comprar comida para la cena de esa noche, por lo que Harry no llegó a conocerlo.
Compraron muchas cosas, de las cuales varias serían miradas con Remus con gran interés. Sirius quería mimar a Harry, por lo que compró varias barras de chocolate y algunos caramelos.
Cuando hubieron terminado de llenar su carro, se dirigieron hacia las cajas. Se pusieron en una en la que había frente a ellos un hombre de avanzada edad con una niña de unos seis o siete años. El viejo tenía cortos cabellos de color blanco, que brillaban por las luces artificiales del lugar. Su rostro se veía severo e impasible, pero sus ojos color nuez brillaban de la misma forma en que lo hacían los ojos de Dumbledore. La niña, tenía el cabello largo y de color castaño atado en un moño bastante improvisado. Sus ojos eran del mismo color que los del anciano y brillaban también pero de distinta manera.
- Abuelo ¿Podríamos ir a la librería a comprar algún libro?- Preguntó ella.
- Te compré uno hace tres días.- Respondió cariñosamente el abuelo- ¿Te lo has terminado ya?
La niña asintió vigorosamente. Su abuelo sonrió afectuosamente mientras acariciaba una mejilla de su nieta.
- Si que eres una niña asombrosa.- Comentó, mientras comenzaba a vaciar el carro.- Estás de vacaciones con nosotros, lejos de todo el ruido de la ciudad, y sigues estudiando.
- ¡Pero si no es solo estudio abuelo!- exclamó la niña.- También leo otros libros...¡ y es que de verdad quiero leerme ese! Imagínate una historia sobre elfos, enanos, y otras razas de seres vivientes que se unen para destruir un anillo con un gran y terrible poder.- Se notaba que con cada palabra que decía su emoción se acrecentaba.
- Está bien Hermione.- Dijo el hombre, sacando algunos billetes para pagar. Suspiró, con una sonrisa de satisfacción y orgullo. - Iremos a comprar ese libro.
- ¡Si!- Gritó ella, dando pequeños saltitos de emoción.
Harry rió un poco al verla así. Ella volteó a verlo, dándose cuenta por primera vez que había alguien detrás de ella y su abuelo.
- Hola.- Dijo, mientras se sonrojaba un poco.- Mi nombre es Hermione Granger ¿Y el tuyo?
- Harry James Black.- respondió él. Era la primera vez que decía su nombre completo, y realmente le agradó esa sensación. Al parecer Sirius también lo sintió, porque miró a Harry con orgullo y cariño.
- Un gusto en conocerte Harry.- Dijo ella, mientras su abuelo tomaba las bolsas y saludaba a Sirius con un movimiento de cabeza, quien imitó el gesto.
- Ojalá volvamos a vernos.- Respondió este mientras comenzaba a sacar las cosas del carro y Hermione y su abuelo se marchaban.
Sirius comenzó a sacar cosas del carro y notó que Harry sólo sacaba los dulces y chocolates. Rió un poco, con su risa que le caracterizaba, similar al ladrido de un perro.
- Eh, Harry, sacando lo más importante primero ¿verdad?- Dijo.
Harry lo miró confundido y luego observó las cosas que había sacado y comprendió, sonrojándose. Había sacado esas cosas primero, inconscientemente. Sonrió, mientras el rubor de sus mejillas comenzaba a desaparecer.
Cuando hubieron salido del supermercado con lo que parecían cientos de bolsas, caminaron hasta un callejón cercano. Allí, Sirius achicó as bolsas hasta que pudo guardárselas en sus bolsillos. Y es que a pesar de que Ottery St. Catchpole era un pueblo que quedaba a poca distancia de su casa, él era lo suficientemente perezoso como para no ir a pie.
Había ocupado su vieja motocicleta para ir, la cual le había devuelto Hagrid hacía un par de meses. Mientras que Molly no se enterase de que había viajado en ella con Harry, Sirius podía sentirse tranquilo de utilizarla. La moto la había dejado en ese mismo callejón, para que las cosas fueran más simples.
Harry se aferró a su padre, mientras este le colocaba un casco en su cabeza y encendía la motocicleta. El motor de esta sonó, como si fuera el sonido de un animal salvaje. Sirius se dejaba llevar. Sólo sentía el viento acariciar su rostro, mientras su pelo se revolvía completamente. Rápidamente salieron del pueblo y fue ahí cuando Sirius colocó el hechizo de invisibilidad de la moto y se elevó, a varios metros del suelo.
Y ahora si era libre. El ataque del basilisco, el peligro que Voldemort quisiera matar a su hijo, todas esas cosas que lo angustiaban se habían quedado en tierra, dándole un respiro. Ahora solo sentía alegría y tranquilidad, mientras las manos de Harry se aferraban fuertemente a su chaqueta.
Sirius se acordó de la época en que él, y los Merodeadores, iban al colegio. Cuando Peter aún era fiel a sus amigos, cuando James seguía vivo. Cuando él, Sirius, se elevaba en su escoba para olvidarse de los problemas que podían rondar su cabeza, que la mayoría de las veces tenían que ver con su familia. Tenía habilidad para el vuelo, por lo que había sido un miembro del equipo de quidditch. Esos eran tiempos de paz.
Y ahora los recordaba. Aceleró aún más, mientras seguía elevándose. Las personas ya casi no se veían, eran pequeñas hormigas junto a pequeños cuadrados que eran casas y edificios. Tenía una gran sonrisa en su rostro, en el momento de aminorar la velocidad y comenzar a aterrizar frente a su casa. Y esta creció al ver a Remus en la puerta, mirándolo con enojo fingido.
Ayudó a Harry a bajarse de la moto, quien había dormido durante todo el viaje, y luego se bajó él.
- ¡Moony, tanto tiempo!- exclamó, mientras entraba a la casa junto con Harry.
- Sirius, eso no me hará olvidar que Harry estaba en la motocicleta contigo.- Respondió este, con una mueca en la cara.
- Supongo que no le dirás a Molly ¿Verdad?- preguntó Sirius, mirándolo con inocencia.
- Por esta vez no Padfoot, por esta vez no.- Dijo Remus.
Sirius entonces fue hasta la cocina, y devolvió a su tamaño normal las bolsas, llenas de comida.
-¿Padfoot?- Preguntó Moony, entrando a la cocina.
- ¿Sí, Moony?- Dijo este.
- ¿De por casualidad compraste chocolate?- Inquirió, con un extraño brillo en los ojos.
- Tú y tu olfato.- Dijo, Sirius, riendo.
* * *
Durante toda la tarde estuvieron preparando la cena de esa noche. Remus, mientras ellos habían ido a comprar, habló con los Weasley, para que fueran esa noche a comer. Ellos se mostraron agradecidos y Molly quiso llevar algo pero Remus le dijo que no era necesario.
La mesa lucía magnifica. Estaba llena de los mejores platos que Moony sabía preparar, y Sirius sabía de sobra que eran mejores que los que preparaban los elfos en Hogwarts. Las velas, blancas y delgadas, flotando sobre la mesa, iluminaban todo la habitación, y le daba un aspecto cálido y acogedor.
Sirius y Harry se habían encargado de colocar los cubiertos simétricamente, sin ningún error. No podían hacer nada más, por lo cual quisieron hacerlo perfectamente.
Después de haber colocado todo en su respectivo lugar, se fueron a arreglar. Querían que esto fuera perfecto, desde cada punto de vista. Harry, fue el primero en estar listo. Traía una túnica azul oscuro, simple y sin bordado alguno, pero muy elegante. Su pelo había conseguido peinarse algo y sonrió. Un mes atrás, el jamás habría logrado eso.
Remus pronto lo acompañó en la sala de estar. Traía una túnica gris, que(como después le diría Molly) combinaba perfectamente con sus ojos. Su cabello se encontraba algo desordenado, dándole una apariencia más casual.
Se sentaron a esperar a Sirius. Sabían de sobra que se tardaría bastante.
- Ojalá baje antes de que lleguen los Weasley.- Dijo Harry.
- O Dumbledore y McGonagall.- Agregó Remus. Harry lo miró extrañado.- También los invité. Me pareció lo correcto, ya que ellos ayudaron bastante en la fabricación de la cura para Sirius.
Harry asintió. No sabía que habían hecho, pero si es que ayudaron a su padre el estaba feliz de recibirlos.
En esos momentos Sirius bajó. Harry alzó ambas cejas, mientras que Remus hizo una mueca burlona.
- ¿A quien tratarás de conquistar Padfoot? Molly es casada y McGonagall no creo que se sienta atraída por uno de sus ex alumnos. Y supongo que por nada del mundo habrás pensado en una niña de seis años ¿verdad?
Sirius no se había colocado una túnica. En vez de eso, traía una camisa color azul, con unos pantalones negros, lo cual hacía perfectamente juego con su pelo y sus ojos. Cuando escuchó el comentario de Remus, le sacó la lengua.
- Los lobitos no deberían sentir envidia.- Dijo.- Además no trato de impresionar a nadie. Yo soy impresionante. Siempre.
- ¿Tan egocéntrico como siempre Black?- Dijo Remus, poniéndose de pie.
- Puedes apostarlo Lupin.- Respondió este, parado frente a Remus, con una expresión arrogante en el rostro.
En esos momentos tocaron la puerta.
- Deben ser los Weasley.- Dijo Harry.
- ¿Por qué?- Preguntó Sirius.- Creí que Dumbledore y McGonagall también venían.
- Sí.- Respondió Remus.- Pero ellos llegarán por medio de la Red Flu.
-Buen punto.- Dijo Sirius, acercándose hacia la puerta para abrirla.
Pero Sirius se quedó de piedra al ver quien era.
- Snape.- Siseó.
Severus Snape, no había cambiado desde el día en que Harry lo conoció. Seguía teniendo esa mirada de odio, lanzada especialmente hacia Sirius. Seguía con aquel cabello grasiento y negro, del mismo color que sus ojos, y sus túnicas. Seguía teniendo la misma piel cetrina que hacía dos años. Seguía siendo el mismo hombre, en cada pequeño detalle, nada había cambiado. Nada en lo absoluto. Entonces ¿por qué Severus Snape se acercaría siquiera a la casa de Sirius Black?
- Gusto en verte Black.- Contestó irónicamente Severus.- Pero no vine a visitarte a ti. Vine a ver a Lupin.
- ¿A mi, Severus?- Preguntó, sorprendido.
- Sí. Te quería informar que se ha desarrollado una poción que te sería útil. Llamada la poción Matalobos. Con ella, durante tus transformaciones mantendrás tu mente humana. El profesor Dumbledore, me dijo que te la preparara- hizo una mueca. Él no se acostumbraba a ayudar, menos a una persona que odiaba desde su niñez. Es maldito viejo lo había dado ordenes. Si no fuera porque el trabajaba en Hogwarts le hubiera dicho que se metiera la poción en donde mejor le pareciera. Además resultó ser un poción sumamente compleja, por lo cual fue todo un reto prepararla.
Remus se había quedado completamente paralizado. Si Snape había conseguido hacer esa poción correctamente...significaba que la mitad de sus problemas en las noches de luna llena estaban resueltos. Sería capaz de soportar el dolor de esas noches, si es que lograba mantener su mente.
Snape, sin pedir permiso, entró a la casa y se dirigió a la cocina. Ahí, hizo aparecer un caldero, que contenía un liquido humeante.
- Debes tomártela desde una semana antes de luna llena.- Dijo, mientras sacaba un papel de su bolsillo.- Se que eres un desastre para pociones- Remus se sonrojó y Sirius apretó disimuladamente los puños.- Por eso le dejaré estas instrucciones a Black. Se que eres bastante decente en esta materia así que supongo que sabrás leerlas y llevarlas a cabo.- Le entregó el papel a Sirius y sin decir nada más desapareció.
- ¿Crees que esto sea seguro?- Preguntó Sirius, observando el contenido del caldero. Harry lo imitó, aunque no sabía que tenía que ver Sirius para saber si era un veneno. No es que le fuera a salir la palabra "veneno" escrita en la superficie como para averiguarlo tan fácil.
- Haré el intento Sirius, aunque desconfíes de Snape.- Dijo Remus, con una sonrisa en sus labios.- si es que es veneno...bueno...para algo esta San Mungo...
Sirius miro desconfiado el caldero pero no dijo nada. Sabía que Moony merecía que sus transformaciones fueran lo más simple que pudieran ser, y el hecho de que mantuviera su mente ayudaba. Finalmente suspiró, rindiéndose. No lo haría cambiar de opinión si es que realmente quería probar esa cosa.
Remus mientras Sirius pensaba en ese dilema, se había servido una copa del liquido. Llevó la copa a su boca y bebió todo su contenido.
- ¡AAAAAAAHHHH!
- ¡Remus!- Gritó asustado Sirius, acercándose a su amigo, que había caído de rodillas al suelo.
Este comenzó a toser, mientras algunas lágrimas salían de sus ojos.
- ¡Dios, esa cosa es demasiado amarga! ¿Acaso no admite azúcar? - Exclamó, secándose las lágrimas que le habían salido al atorarse.
Sirius lo miró por un momento, aturdido, y luego lo golpeó en la cabeza.
- ¡No me vuelvas a asustar así Lupin!- Gritó, mitad molesto- mitad riendo.
- ¡Y tu no me golpees Black!- Respondió este, parándose.
- Veo que Harry los ha cuidado bien- Comentó una voz desde la puerta.
Los tres se dieron vuelta y vieron a Dumbledore y a McGonagall, mirando la escena. El hombre sonreía, mientras ella los miraba con actitud reprochadora. Aunque sus ojos llenos de risa la delataban por completo.
- ¡Profesora McGonagall, Albus!- Dijo Remus, sonrojándose levemente.
- Remus Lupin, ya no soy tu profesora para que me trates como tal.- Respondió ella, con una leve sonrisa.
Este, aún algo incómodo, asintió. Sirius, en cambio sonrió aún más.
- ¡Minerva!- Exclamó, estrechando la mano de McGonagall.- Hace tiempo no te veía.
- Usted no señor Black.- Dijo tranquilamente McGonagall. Sirius paró en seco, confundido.- Usted debe tratarme con respeto. Para que aprenda. Nunca lo hizo, es hora de que comience.
- Pero Minerva.- Continuó Sirius, sonriendo encantadoramente .- ¿Cómo me dices eso? Haces que mi corazón se rompa en mil pedazos.
Remus puso los ojos en blanco. Sirius había tratado siempre a McGonagall así, y el licántropo siempre se preguntó cómo era posible que Sirius jamás ganase una detención. El punto débil de su profesora de Transformaciones, era que Sirius siempre la hacía sonreír, por muy terribles (y/o aburridas)que fueran sus travesuras.
Antes de que Remus pudiera perderse entre lo recuerdos de su mente, alguien tocó a la puerta.
Harry corrió a abrir la puerta, para darle la bienvenida a una sonriente familia Weasley, con su pelo color pelirrojo, oscurecido por el atardecer. Los primeros en entrar fueron los gemelos, que pararon en seco al ver a Dumbledore y a la que sería su futura profesora.
Todos traían sus mejores túnicas, ya que Remus les había explicado que era una celebración y que quería que todo fuese lo mejor.
Harry sonrió al ver a los gemelos, mirándose con ese brillo que siempre tenían antes de hacer una travesura. Fred traía una túnica verde, mientras que George una roja. Su amigo suponía que era para que fuera fácil distinguirlos. Ron entró después de ellos, mientras una cohibida Ginny estaba tras él. Por último entraron Molly y Arthur Weasley, este abrazando a su esposa.
Después de que todos se saludaran apropiadamente(Harry vio que mientras Dumbledore saludaba a Ginny, Fred colocaba algo en el bolsillo de la túnica del anciano)
- Ya que estamos todos reunidos, les propongo que pasemos a la mesa.- Dijo Remus, sonriendo cortésmente.
* * *
La comida estaba deliciosa. Los platos preparados por Remus eran una delicia y recibió una felicitación de Arthur, que miró de reojo a su esposa, que no parecía molesta que estuviera hablando de la buena cocina de Remus, olvidando la de ella.
Sin embargo Harry sabía que una comida en la que estuvieran Fred y George no podía acabar tan perfecta. Y no se equivocaba. Mientras comían el postre algo sonó en el bolsillo de Dumbledore que abrió los ojos sorprendido cuando vio que de su bolsillo salía volando una bengala que terminó por caer encima del trozo de pastel de McGonagall, que se encontraba a dos asientos del profesor.
Un silencio reinó en la mesa cuando la cara de Minerva se llenó de pastel, pero se rompió pronto cuando los gemelos, seguidos por Dumbledore, comenzaron a reír. Molly, no necesitó pensarlo dos veces.
- ¡Fred, George!- Gritó, enojada.
Estos dos quedaron en silencio, con una gran sonrisa en su cara, mientras que Dumbledore seguía riendo jovialmente. McGonagall, sonrojada(por la ira y la vergüenza), tomó un trozo de pastel y se lo tiró al director, quien inmediatamente dejó de reírse.
Los demás miraban atónitos la escena. Jamás(y remarquen esa palabra) habían visto a Minerva McGonagall, hacer algo considerado infantil, mucho menos en el profesor Dumbledore, a quien siempre reprochaba por actos de inmadurez.
McGonagall sonrió levemente, mientras pensaba que de vez en cuando una cana al aire era necesaria. Pero tampoco fue por mucho por que Albus Dumbledore, el mago más respetado de esos años, tomó un pedazo de pastel y se lo lanzó. Ella alcanzó a esquivarlo, pero Arthur Weasley, que estaba a su lado, no.
Pronto, el comedor se vio envuelto en una terrible guerra de comida, con pedazos de pastel volando hacia todas direcciones. Y es que con dos merodeadores, más sus probables seguidores, eso parecía realmente un campo de batalla. Molly miraba todo esto con furia contenida, pero cedió cuando a ella le llegó crema a su rojizo pelo.
Después de diez minutos, finalizó la guerra, ya que el armamento(el pastel), se había acabado, a menos que contaran todas las sobras que habían en las paredes, el suelo, y en ellos mismos.
Con un movimiento de varita, McGonagall limpió todo el desastre, mientras jugueteaba una sonrisa en su cara.
- Después de este, mmm...ameno juego, creo que es hora de que yo y Minerva nos retiremos.- Dijo Dumbledore, parándose.
- Sí, nosotros también deberíamos irnos Arthur. Después de todo, tu mañana tienes trabajo y los niños deben dormir.- Dijo Molly.
Dumbledore y McGonagall, se despidieron de ellos y con un "plop!", desaparecieron. Y luego los Weasley, uno a uno, salieron de la casa, para dirigirse a la suya, no sin antes decirles que algún día deberían ir a comer con ellos.
Remus, Sirius y Harry se sentaron en un sillón, junto a la chimenea encendida de la sala de estar, y ahí mismo, se quedaron dormidos con una sonrisa, pensando que ese había sido uno de los mejores días de su vida.
* * *
Esta es la maravillosa nota de autor, que se encuentra al final del capítulo x3
¡El próximo capítulo será Halloween! Ya que si sacamos cálculos están cercanos a esa fecha ^_^
Aún no sé que haré, así que si dan sugerencias en los reviews estaré agradecida x3
E insisto...si alguien sabe como hacer las cursivas y negritas ¡por favor se apiade de mí y me diga cómo! XD
Myung Black
*Miembro de la Orden Siriusana x3*
PS: oigan...es cierto lo que mis oídos han escuchado? Que el 21 sale Harry Potter y la Orden del Fénix en español?????? O_O esos son los rumores...
(esto es sólo para chilenos) Estará a $12.500!!!!!! o_O
(por mi parte preparo una demanda a cierta librería por vender el libro en inglés a $30.000...si alguien me apoya, diga yo! _)
