Un fic de Ruronnin Kenshin (Samurai X) Ruronnin Kenshin y sus caracteres relacionadas pertenecen a Nobuhiro Watsuki. STRANGERS IN THE NIGHT
By: Darkness
CAP. OCTAVO: "¡No me mires!... que miran que nos miramos"15
¡Ven, ven, muerte, amor, ven pronto, te destruyo;
Ven, que quiero matar o amar, o morir o darte todo!
VICENTE ALEIXANDRE en "La destrucción o el amor"
Es oscuridad, es tristeza, es dolor… lo es todo pero no es nada, porque no lo siente y sin embargo ahí está; bajo su sonrisa, tras su mirada fija en el techo… Tal vez la razón no lo entiende, pero su corazón, su espíritu y la sangre que corre por sus venas, sí.
Perdió. Perdió una batalla y eso lo hacía débil… y los débiles no sirven.
Sólo sobrevive el más fuerte, el más apto, el mejor.
Souhiro aprieta las manos, aferrándose a la sábana y su sonrisa invita a la conversación. Su tutor está ahí junto a él, por lo que el chico se prepara… ¿Para qué?... Para el regaño, para el reproche, los insultos, los golpes, la jarra de sake estrellándose contra su frente…
¿Cómo te sientes?.-
¿Qué?... .- Los ojos azules se fijan en los rojos.
¿Cómo te sientes?.-
No sé.-
¿Cómo que no sabes?.-
Sólo… no sé.-
Bueno, carece de importancia. Dime qué pasó ayer.-
Yo pregunté por Sadoshima-san, como me lo pidió (no estaba, por cierto)…entonces apareció un señor y me retó, me pedía la espada que le regalé Shishio-san.-
¿Quién era¿Dijo su nombre?.-
Sawagejo. Sho .-
- Perfecto, era todo lo que necesitaba saber.-
El hombre del vendaje se levantó y se dirigió a la puerta. Pero Souhiro le hizo parar.
¿Qué quieres?.-
… Perdí.-
Sí, me di cuenta.-
Pero perdí.-
Ya lo sé.-
¿Eso no me hace débil¿Inferior?.-
Por supuesto que sí. Y espero que el amargo sabor de la derrota te sirva de experiencia… para no desearla otra vez. Para ser mejor…. Aún eres un niño, te falta mucho por aprender, pero yo voy a enseñarte.-
Sou se quedó unos momentos pensativo. Suspiró profundamente, sintiendo que su pecho se desprendía de un gran peso.
Shishio salió de la habitación. El chico parecía sano… y completo; ahora podría ausentarse tranquilamente.
Música, risas y voces atrajeron su atención. Con cuidado para no ser visto, se acercó al salón principal, de donde provenían los sonidos. "¿Una fiesta¿A tan temprana hora?" Entreabrió la puerta lo suficiente para ver el interior pero sin llamar la atención. Por algo aquel era el salón principal, destilaba elegancia y glamour por dónde se miraba, casi resplandecía, muy diferente al aspecto sombrío que le brindó aquella madrugada. Los hombres, algunos vestidos con traje occidental y otros con tradicionales kimonos, hablaban y bebían con las geishas que les sonreían hasta en sus más absurdos movimientos… sus ojos buscaron involuntariamente a una persona.
"Ahí está, rodeada de pájaros tan vulgares, esa exótica ave".
Yumi estaba sentada entre varios hombre con los que conversaba alegremente…. O eso es lo que trataba de hacer creer. Él notó la sutil diferencia. En aquel momento había algo en ella que era distinto a lo que había visto en la madrugada… ahora ella parecía más… Falsa.
El encanto estaba desapareciendo.
"¡Igual a todas!".
Pero siguió mirándola, hasta que ella le regresó la mirada. Entonces él cerró la puerta con el mismo sigilo con que la había abierto, para después salir del okiya. Tomando un caballo de un distraído chofer que coqueteaba con una muchacha, se perdió en el bosque.
"Se va".
Yumi continuó, con la misma emoción, hablando con los hombres de su alrededor… pero a sus ojos asomó la tristeza de una esperanza.
Neko mordió su labio inferior al mismo tiempo que recogía los restos de un espejo roto, que el viento había tirado del buró de su nesan. Se pinchó el dedo con un cristal y una pequeña gota roja se asomó entre la piel; ella tomó su mano y la apretó contra el pecho. ¡Malos augurios por todas partes!
UNA SEMANA DESPUÉS…
Sho Sawagejo, cazador de espadas, retrocedió un paso. Después otro. Uno más. Tal vez otro sería lo apropiado (no, salir del lugar sería lo apropiado), pero la pared lo detuvo. Revisó la hostería con cuidado buscando la puerta más próxima, o en su defecto, una ventana. La única puerta que había estaba a unos metros… tenía que arriesgarse. Comenzó a moverse lentamente, tratando de no llamar la atención del hombre que estaba frente a él (martirizando a un pobre hombre que imploraba piedad)… tropezó y apenas si pudo recobrar el equilibrio, las heridas que el maldito mocoso había causado le impedían sostenerse adecuadamente, aún después del tiempo trascurrido.
Desgraciadamente el hombre percibió el movimiento y volteó, sonriendo de una manera no muy normal.
Las heridas te hacen lento.- Dijo mientras se acercaba.- Cargas varias espadas¿por qué?.-
Sho alzó una ceja. - ¿Cómo sabes de las espadas… y de las heridas?.-
La tensión de los músculos al cargar algo de ese peso, el roce de la ropa contra las fundas de las espadas y el suave tintineo del metal revela que traes cuatro espadas grandes, dos en tu espalda y dos es los costados, además de tres cuchillos, dos navajas pequeñas entre los zapatos y algo que parece una espada flexible en la cintura.- Sonrió triunfal.- Tu respiración irregular a la hora de caminar implica que algo altera tu organismo, no es miedo, pues no sudas ni hay un cierto patrón en el latido del corazón, es esfuerzo; tu lento movimiento al tratar de alcanzar la puerta y ese estúpido tropiezo muestran que no estás estable. Estás herido… ¿Impresionado?.-
Viniendo de un hombre que parecía ciego, ciertamente era impresionante.
Algo. Pero ahora me toca impresionarte a ti. Perteneces a Okinawa, Ryu-Kyu, tal vez.- Espero un momento viendo que el hombre lo inspeccionaba con interés bajando el arma. Había atinado.- Llevas en la mano una lanza corta, un Rochin y eso en tu espalda que asemeja a un caparazón de tortuga es el realidad un Timbe, un escudo pequeño cuya forma ovalada puede desviar los ataques del enemigos, lo cual es una panoplia típica de su tierra, Okinawa, el origen de todas esas armas raras de las artes marciales japonesas.-
¿Eso tiene que impresionar?.- El asesino se situó delante suyo.- Conoces tu oficio¿Y eso qué me importa? Puedo exterminarte de un soplo. Sólo eres escoria.-
La déspota actitud del ciego irritó a Sho, quien deseó más que nunca estar en condiciones de estrenar aquella espada flexible que acababa de conseguir, justo antes de que el maldito irrumpiera en la casa y asesinara sólo por el placer de hacerlo.
Hasta un niño podría derrotarte.-
Sho estuvo a punto de decir algo, pero se detuvo. ¡Era tan hiriente esa verdad que el pedante había dicho sin ni siquiera saberlo!.
Ah¿Qué es esto?.- Una cruel sonrisa se dibujó en su rostro.- ¿En verdad fuiste derrotado por un niño? Patético. Más que patético.-
No era un niño cualquiera.- Estalló el cazador de espadas.- ¡Era un Tenken¡Un Tenken al servicio de un tal Shishio!.-
La sonrisa que había permanecido en el rostro del hombre ciego se desvaneció. Pareció atacarle una enorme cólera por el sólo hecho de mencionar aquel nombre.
¿Shishio has dicho¿Makoto Shishio?.- Silbó, apretando los dientes.
Ese mismo.- Dijo Sho, mirándolo extrañado.
¿Dónde te atacó el Tenken?.-
Souhiro se sentó sobre el tatami mientras miraba a la chica entrar. Las heridas de Sou habían sanado rápidamente, probablemente debido a su condición física y el deseo de superarse aún más, que le había surgido aquella semana. Su tutor se había ido, no sabía a dónde ni cuando volvería, su única certeza era que regresaría… como siempre regresaba.
"Hola" Saludó el chico a Neko, pero ella no respondió, concentrada en su trabajo trataba de ignorarlo. ¡En verdad intentaba ignorarlo! Sólo que a veces era tan difícil ¡El chico tenía unos adorables ojos de cachorrito y una manera que al principio fue molesta, pero se acostumbró! Era una verdadera lástima que fuera tan niño. Se convenció a sí misma de que cuando creciera sería un muchacho guapo y adorable… ah! Que lástima que mamá Chiisa le obligaría, cuando ya estuviera sano, a trabajar para ellas. Una forma de pagar todo lo que habían invertido cuidándolo, puesto que estaban seguros que ya no regresaría el hombre del vendaje. Neko se sonrió.
La puerta se abrió y dejó pasar a Yumi, que contestó al saludo del chico con un movimiento de cabeza. Después se dirigió a Neko: " ¿Está ya el baño?".
Sí.-
Chico ¿Puedes pararte?.- Yumi esperó la respuesta afirmativa de Sou para continuar.- Entonces te bañarás, porque llevas una semana aquí y no has tocado el agua. Ya te hace falta.-
Sou asintió, rascando con una mano su cabeza. Pensaba si ella le diría dónde estaba el baño o él tendría que preguntar.
Neko no le perdió de vista y un pensamiento cruzó su mente: "No tendrás piojos… ¿Verdad?" Preguntó y en su voz había un dejo de asco.
¿Piojos?.- Souhiro repitió, sorprendido.
No tendría nada de extraño.- Dijo Yumi mientras se acercaba al chico.- Con esas fachas ¡Sabrá Kami-sama dónde ha estado!.-
¡Hay no, qué asco!.-
Vamos Neko-chan, no seas así, pobre niño.-
¿Cómo podrían quitarle esos animales? He oído que hay que cortar el pelo y quemarlo.-
Souhiro, sonriendo, abrió enormemente los ojos. ¿Cortarlo¿Y quemarlo¿Su cabello? Las ideas vinieron a concentrarse a su cerebro y al instante las unió. "Oh, no. Claro que no". En un arranque infantil se puso se pie y echó a correr. Empujó a Neko logrando que se tropezara y se enredara entre unas ropas y vendajes que llevaba en las manos, para después salir por la puerta.
¡Nesan se escapa!.-
Sin pensarlo dos veces, Yumi se quitó las sandalias de madera y salió tras el chico. "¡Pero qué criatura más ocurrente!" Y de lo más rápida, puesto que ya había cruzado todo el pasillo de la segunda planta y eso que estaba herido. Podía escucharlo en las escaleras, esquivando a algunas muchachas de la servidumbre (como lo delataban los gritos de éstas). Habría que pararlo. "Este kimono es muy estorbazo", pensó, mientras lo abría un poco para darle mayor movilidad "Así está mucho mejor".
Sou paró un momento, no podía continuar, a pesar de todo las heridas aún dolían. Vio que se había detenido frente a la entrada principal. Durante una fracción de segundo pensó si sería conveniente escapar de aquella casa; pero sus pensamiento fueron interrumpidos cuando sintió que algo lo sujetó. ¡Rayos! Lo tomó por sorpresa, esa pequeña distracción bastó para que ella lo atrapara. Tratando de liberarse (pero sin lastimar a su opresor) la tumbó al suelo, pero aún así ella no le soltó.
¡Cálma Bouya16¡No me obligues a llamar a alguien más!.-
¿Qué hacen?.-
¡Shishio-san!.-
No notaron cuando la puerta principal se abrió y entró aquel hombre. Después de una semana de ausencia regresaba, justo cuando todas las y los habitantes del okiya pensaron que el niño se quedaría con ellos para siempre.
Shishio miró al chico a sus pies que lo saludaba alegremente agitando una mano. La semana que le dejó descansar le había sentado bien; el color había regresado a sus sucias mejillas y se veía vivo y contento… "Conozco bien a mi gente"pensó,"Souhiro aún no sabe controlar todas sus emociones. Siente verdadera alegría". Pasó entonces su vista a la mujer que estaba aún lado, también en el suelo. Tenía que admitir que la tentadora belleza de la mujer lo atraía como a un imán. Pero sólo eso. No más… o eso creía. O eso quería creer.
Yumi se levantó del suelo. "Me alegra que haya regresado, señor. Podría pasar a la pequeña sala de estar y hacerme el favor de decir el por qué de su ausencia." Alisó su kimono, acomodándolo, tratando de regresar a su tono de voz habitual, pero aplicando sutilmente la seducción, tal como en su adiestramiento se lo habían enseñado. Después se volvió hacia la joven maiko "Por cierto, Neko, lleva al niño a su habitación y haz que se bañe… no te preocupes, no tiene plaga". Regresó su atención a Shishio "¿Me acompaña señor?". Sólo hasta entonces notó la intensa mirada que él había clavado en ella; sin quererlo sus mejillas se tiñeron de rojo, apartando la vista. Él sólo significaba la manera para salir de ése endiablado lugar. Pero sólo eso. No más… o eso creía. O eso quería creer.
¡Ahrg! Aquellas palabras fueron una invitación. Pudo sentirlo en el tono y en la manera. Neko se agachó para ayudar a Sou a levantarse, aunque su mirada estaba fija en su nesan. Souhiro prestó particular atención a la joven que lo alzaba, leyendo en su rostro la cólera e irritación. "¡Que muchacha más rara!" se dijo "¡Pero yo lo soy aún más!"
CONTINUARÁ...
CAP. SIGUIENTE: "Te Quiero para Mi"
15.- Completo¡No me mires!... que miran que nos miramos, y si miran que nos miramos dirán que nos amamos.
16.- Bouya es algo así como "chico", es así como Yumi se refiere a Seta en el manga.
