La noche oscura y silenciosa cubría la ciudad. Las estrellas brillaban a lo lejos, con tenue luz, a causa de la gran tormenta. Las gotas de agua caían más y más a prisa sobre el pavimento. Ya nadie estaba afuera, todos estarían en sus casas, con sus familias, tomando alguna bebida caliente y conversando, disfrutando del ambiente hogareño.
Las hojas de los árboles caían hacia abajo a causa del agua. Afortunadamente en algunas ramas los nidos de las aves se habían conservado intactos. El alumbrado se acortaba una y otra vez....en un poste, ya un foco se había quemado, y en las casas no había electricidad. Pero, esto no es un impedimento para la unión de las personas.
En cierto lugar, estaba un chico sentado sobre su cama, envolviendo a sus piernas con sus brazos. Su mirada estaba melancólica y vacía. El reflejo de los relámpagos alumbraba el lugar, lo suficiente como para ver su silueta. Lentamente observaba como las gotas querían entrar, y golpeaban una y otra vez las ventanas.pero, no, él no atendería a ese llamado que podría ser negativo.
De pronto, se oyeron unos pequeños crujidos que se acercaban. La voz de un anciano empezó a pronunciarse
-Yugi, trataré de dormir...haz lo mismo si?. Buenas noches, hijo
Yugi se asustó por el llamado tan inesperado. Mientras se recuperaba de haberse sobresaltado tan bruscamente, empezaba ya a articular su respuesta.
-Si abuelito, no te preocupes. Descansa y que duermas bien.
-Igualmente, y no vuelvas a quedarte despierto...no has dormido en semanas.
Y así, aquellos pasos se alejaron y terminaron en un ruido mayor. El anciano había ya cerrado la puerta de su habitación. -Es cierto..no he dormido en semanas, pero a quién le interesa?- Depronto, cogió con fuerza su camiseta. Había sido otro rayo violento que caía lejos de la ciudad, pero aún así, era visible a gran distancia. -Lo extraño mucho...él me consolaría ahora...pero, ya no, nunca más.- Pensó y bajó su mirada. Muchas cosas pasaron por su cabeza. Los recuerdos se confundían unos con otros y daban el mismo resultado: Yami. Aquel espíritu egipcio que le había acompañado por tanto tiempo...se había ido...ya hace mucho tiempo, pero Yugi no conseguía recuperarse. Aquel chico, se inclinó hasta alcanzar la mesita de noche. Con dificultad abrió uno de los cajones y sacó un lápiz y papel. -Y si los deseos en realidad se cumplieran?- se preguntó, y después con el material ya en sus manos y a pesar de la oscuridad comenzó a escribir..
Yami:
No te he visto hace mucho tiempo...Espero que estés bien, en donde realmente perteneces. A veces, miro al cielo y me pregunto dónde estarás. Yo estoy estable, aún tu partida me afecta. Puedo decir que tengo aquello pasando como una película en mi cabeza, aquella puerta abriéndose...y todo cayendo en pedazos. Tú sabes que fue muy triste, pero al menos me alegra un poco que puedas saber quien eres, y volver a tu vida. Por el momento, me siento confuso. Hay muchas cosas que están alrededor y que no entiendo....aquellas cosas de las que tú te encargabas..
Ishizu sigue dirigiendo su museo. Mis amigos están bien, aunque Tea también está un poco triste por tu partida. El abuelo también sigue en la tienda, y las cartas del juego de monstruos siguen vendiéndose. Todos quieren tener una baraja. oh..me olvidaba...Seto Kaiba aún dirige su compañía, y ha cambiado un poco. Mokuba está muy feliz porque su hermano le dedica mucho más tiempo.
Han pasado 6 meses, en los que no te he visto. Extraño la presencia de tu espíritu. Cada vez que anochece, recuerdo nuestras pláticas. Juraría que podría verte viendo cartas nuevas en mi baraja y diciéndome como utilizarlas. Pero...en realidad no estás, no ...ya no, talvez nunca más. En la caja del rompecabezas todavía guardo mi baraja. Ya no estoy en duelos...a veces juego con Joey y te cuento que Tristán ya es nuevo en el juego. Pues...en realidad te añoro...cómo no extrañar a alguien que estuvo tan cerca como tú?. lamentablemente todo se va, y lo pierdes. Quisiera tener cerca a todas las personas que quiero, desearía que ellas también quisieran tener mi compañía.
Nunca pensé que tu presencia iba a transformar muchas cosas en mi vida. Me ayudaste, y me diste fuerza. Sin ti jamás hubiera podido recuperar el alma de mi abuelo, o de mis amigos, y lo más importante,...talvez jamás hubiese podido descubrir que tener confianza en mi mismo era importante.
Con todo...podrás decir que me siento muy solo, y es verdad. Las cosas con mis amigos no han sido las de siempre ahora. Cada uno tiene sus intereses individuales, y muchas de las veces me dejan aparte. Ya no vamos a la arcada, y ya no vienen a la tienda. A veces me pregunto si eso estará bien o mal.
Sinceramente, Yami...o Atemu...espero que estés muy bien. Sacrificaría todo contal de volverte a ver. Talvez algún día...nos volvamos a ver. Me prometes que correras a verme?.
Aún sigues en mi corazón
Yugi
Con mucha ilusión, dobló el papel. Se levantó de su cama y caminó en dirección a la ventana, a la cual abrió. La brisa brusca entraba al lugar acompañada de algunas gotas de agua, pero eso no importaba. Yugi tristemente sonrió y miró al cielo. En ese pequeño instante, la carta se había mojado, y también él. Su corazón latía fuertemente, y sus ojos estaban rodeados de lágrimas. -Si los deseos se pudieran hacer realidad...si en verdad hay magia, si en verdad...estás ahí?..te mando esto.- Tomando a la carta y poniéndola al frente, tomó aire, cerró sus ojos, y sopló suavemente. La lluvia estaba cediendo...y fue entonces que abrió sus ojos, solo para ver que su carta ya no estaba y que a lo lejos un polvo brillante circundaba en el alrededor..y desapareció.
Yugi permaneció estático, sonriente...no le importaba estar completamente empapado...solo quería decirle algo a las estrellas....
