Yeeeeyh!Ke paxa gente? Nos vemos otra vez a las andadas! jejejeje, esto de escribir está empezando a resultarme algún tipo de patología o algo parecido...jejeje, bueno bueno, menos habladurías y al asunto!

Los TMNT no son míos, y esta vez únicamente habrá un o dos personajes que seran inventados por mi, los demás ya los conocéis.

¿alguién ha visto "Tales of Leo"? Pues bien, esta vez me he colocado en una línea temporal diferente y, por una vez, voy a prescindir de toda aquella violencia y asuntos sexuales que suelen regir en mis fics y he colocado a los TMNT en una edad de niños. Aquella edad correspondiente con "Tales of Leo" (sí sí! Aquellas tortuguitas tan monas que llevan toda la máscara cubriendo parte de su rostro en vez de llevar las bandanas corrientes. ¿Que edad se les puede echar? Nose...yo pondría unos 8 o 9 años (venga! todas juntas! Ooooooowwwwwww ke monada! jajajaj ;-P ) Pues eso chikillas, es una tiernecita história sobre los asuntos familiares internos, jejeje

Espero ke os guste nenitas! Nos leemos más abajo!

YaS ;-)

#01# Una rosa negra

Las alcantarillas estaban cargadas de todo tipo de desperdicios que inundaban lado y lado de los estrechos pasillos. Algunos de ellos, a causa de la humedad, habían empezado a desprender un olor casi insoportable que bañaba algunos de los canales más cercanos.

Hacía días que no dejaba de llover y el drenaje se encontraba realmente crecido pero, aún y así, todavía no había alcanzado la altura de los pasillos de fría y pútrida piedra. Cuándo crecía lo suficiente cómo para alcanzarlos, pasar por ellos se hacía imposible, pues todo tipo de trastos y desperdicios cubrían por completo la superficie sólida y únicamente se lograba traspasar los pasillos chapoteando por el agua marronosa, algo no muy agradable.

En el relativo silencio del alcantarillado de Nova York se entremezclaban los chirridos de las ratas, los chapoteos de éstas cruzando el agua y el ruido de las pequeñas cascadas que caían encharcándose en profundas fosas. Pero pasos, sobretodo pequeños pasos que correteaban pisando el poco sólido que podía hallarse en la superficie del alcantarillado.

Los pasos se detuvieron y dieron paso a pequeños murmullos hablando en voz baja por miedo a ser descubiertos por algún posible visitante de las alcantarillas.

Nadie solía frecuentarlas, así pues, un juego.

Sólo eso.

Donatello se erguía algo temeroso frente a un pequeño tramo cerrado de la alcantarilla. Su paso se encontraba cerrado por algunas bandas de madera podrida mal puestas que cerraban el paso hacia ese ramal del alcantarillado.

Don tragó saliva y se giró sobre sí mismo mirando a sus hermanos, que permanecían a sus espaldas observando la enorme envergadura del canal cerrado.

Puesto que nadie se movió del lugar, Raphael frunció el ceño y, de un manotazo, apartó a Don del medio y reventó de una patada la madera pútrida que les barraba el camino:

.- ¿Qué¿Vamos? – Raph miró a sus hermanos desafiándoles a entrar. Donatello no tardó en asomar las narices por la entrada del túnel justo detrás de su hermano.

Fue Leonardo y Michelanggelo los que permanecieron en el umbral del pasillo:

.- Oye Raph…..no me gusta este sitio.- susurró Leo asomándose también detrás de Don.

El pasillo era largo, alto pero muy estrecho. Una fina capa de agua encharcada por la lluvia cubría el suelo y se alargaba hacia un supuesto infinito bañado en una eterna oscuridad.

Raphael no contestó, únicamente siguió adelante con Don pegado a sus espaldas. Leonardo entornó los ojos tras suspirar y se adentró también en el túnel:

.- ¡Esperad! – todos se giraron alertados por el grito de Mickie. La tortuguita pareció vacilar y se rascó la nuca en señal de preocupación – bueno….es tarde, tal vez deberíamos ir volviendo.

.- Pues vuelve solo- le contestó Donatello

.- Pero…..no me sé el camino……no recuerdo por dónde vinimos.

.- ¡Vamos Mickie! – se quejó Leonardo – estamos a 5 minutos de casa.

.- Ya…pero – la tortuga empezó a pintar una mueca resultado de una mezcla de terror, preocupación y confusión. Adelantó un par de pasos dejándose cubrir por la eterna oscuridad que bañaba el canal.

Poco a poco avanzó intentando no perder de vista a sus hermanos, pero ellos iban más rápido y Mickie no pudo evitar entretenerse observando milímetro a milímetro 360 grados a su alrededor. Cuándo quiso darse cuenta, las siluetas de sus hermanos se habían desdibujado en el horizonte ocultándose por completo en un profundo negro.

Las piernas de Mickie empezaron a temblar y, aturdido por encontrarse solo, retrocedió unos pasos mordiéndose frenéticamente uno de sus dedos mientras se agarraba la muñeca de esa mano con fuerza con la otra.

.- Eh…….¡eh! – gritó aterrorizado por no ver completamente nada - ¡Leo!….¡Raph¡Donny! – su labio inferior empezó a temblar con fuerza y se abrazó a si mismo en un gesto de auto protección. Dio media vuelta y empezó a marchar a paso cauteloso y tambaleante a causa del tembleque de vuelta al alcantarillado principal.

A medida que avanzaba reconoció unos chapoteos a sus espaldas. Por miedo a girarse, observó por el rabillo del ojo agudizando al máximo sus oídos.

Los chapoteos quedaban más cerca. Por unos instantes pensó que podía tratarse de sus hermanos, pero sabía del cierto que le hubieran contestado en cuánto él los llamó.

Aumentó su paso hasta empezar a correr a ciegas por el pasillo oscuro.

Los pasos también fueron más rápido. Casi podía notar el aliento de su perseguidos rociándole la nuca.

Aturdido y completamente aterrorizado, Michelanggelo inició una desesperada carrera por el canal. Justo cuándo advirtió el final de éste y el comienzo de la luz del alcantarillado principal, se giró en redondo para poder ver a su perseguidor.

.- ¡Booooooooooow!- Michelanggelo gritó y, atemorizado por el aullido, cayó al suelo enroscándole para protegerse la cabeza con las manos. Temblaba con violencia y ni siquiera se atrevió a mirar de quién se trataba.

Sus ojos se abrieron de par en par cuándo distinguió las risotadas despreocupadas y arrogantes de Raphael, que se erguía delante de él con las manos en la cintura:

.- ¿Qué tienes miedo Mickie? – soltó riéndose. Leo y Don aparecieron por la boca del canal desternillándose de risa a causa de la broma al hermano pequeño.

Michelanggelo se incorporó lentamente, asombrado y a la vez algo aterrorizado. Sus piernas aún le temblaban y se le izo imposible levantarse sin tambalearse. Su expresión era de asombro y parecía haberse congelado en una mueca de terror, todavía no parecía haber captado que se trataba de sus hermanos.

Lentamente, se incorporó con la cabeza agachada sin atreverse a mirarles a la cara soportando una a una todas las burlas y las risotadas que se dirigían a él:

.- ¡Tenías que haberte visto!- soltó Donatello sin poder dejar de reírse.

.- ¿Cómo has podido asustarte así? – preguntó Leo riéndose silenciosamente al principio para estallar en sonoras carcajadas después.

.- ¡Eres una maldita nena Mickie! – Raph se acercó y le pateó levemente el caparazón empujándolo hacia la dirección a seguir para irse a casa - ¡vámonos anda!

.- ¿Por qué habéis hecho eso? – preguntó la pequeña tortuga aún aturdida y con la voz temblorosa.

.- ¡Nah! La próxima vez que juguemos te quedas en casa Michelanggelo – le reprochó Donatello cuándo pasó por su lado a la vez que lo empujaba levemente con el hombro. Leo no dijo nada y únicamente pasó por su lado para seguir al resto riéndose aún por la broma.

Él se quedó ahí. De pie, observando cómo sus hermanos le dejaban atrás sumergidos en sus carcajadas por no haber sido capaz de seguirles dentro del túnel.

Por unos instantes se sintió cómo escoria.

Agachó la cabeza entristecido y, aguantándose las ganas de llorar por no querer dar la razón a Raphael en lo de "nena", empezó a seguirles hasta la puerta de la guarida. Manteniéndose alejado de ellos todo el rato.

.-

Splinter permanecía de pie, en el centro del círculo formado por las cuatro trotuguitas sentadas en el suelo cruzadas de piernas.

Las cuatro permanecían en silencio observando y atendiendo todas y cada una de las palabras de su maestro. Se encontraba sentados en un viejo tatami que cubría parte de la sala de entrenamiento.

El maestro paseaba a alrededor de sus alumnos comprobando que todos y cada uno de ellos estuvieran prestando atención a sus palabras:

.- Podría llegarse a decir que las principales armas de un ninja son su invisibilidad y su técnica. Si el guerrero controla por completo éstas dos, pocas veces podrá encontrarse en algún situación de la que no pueda salir victorioso.- el maestro Splinter volvió a colocarse en el centro del círculo después de rodear a paso lento a sus alumnos por la espalda – Aún y así, estas armas nunca son efectivas si el ninja se deja controlar por ellas. Suelen ser la rábia y el miedo las peores enemigas de un buen guerrero que, sin que éste se percate, lo controlan eliminando y ocultando por completo toda su técnica y su invisibilidad.

.- La rabia y el medio…..- susurró Leonardo para sí mismo a la vez que agachaba la mirada hacia el suelo. Parecía intentar memorizar todas y cada una de las palabras de su sensei en un afán de poder llegar a convertirse algún día en un buen ninja – la rabia….- volvió a repetir y no pudo evitar lanzar una mirada de reojo a Raph, que se encontraba atento al maestro y, al percatarse de la mirada de Leo, lo observó frunciendo el ceño sin comprender – y…..el miedo – esta vez Leo columpió su mirada hacia su hermano Mickie, que también prestaba atención a Splinter.

No pudo evitar pensar que esas dos cualidades eran las que mejor describían a sus dos hermanos. Tal vez Don y él se encontrasen en un punto medio en dónde Raphael era un extremo, y Michelanggelo era el otro.

El maestro dio por finalizada la sesión y permitió que las tortugas se levantasen del tatami. Desentumeciendo sus músculos, Donatello se giró hacia su hermano menor, que jugueteaba con sus nunchakus en un lado de la sala:

.- Oye Mickie – Michelanggelo se giró en redondo arqueando las cejas - ¿no tenías un juego nuevo?- Mickie sonrió y sus ojos parecieron brillarle. Guardando sus nunchakus empezó a correr hacia el piso superior con la intención de coger de su habitación su nuevo juego encontrado apenas hace unos días en las alcantarillas.

Raphael se percató de ello y, lanzándole una mirada cómplice a Don, se acercó a él para susurrarle. Al principio Donatello escuchó sin comprender, pero luego no pudo evitar asentir con una enorme sonrisa en su cara. Por otro lado, Leonardo permanecía en una de las esquinas mirando confundido a sus dos hermanos preguntándose que se llevaban entre manos. Cuándo ambos salieron corriendo, no pudo evitar entornar los ojos y suspirar sin darle importancia a la situación.

Michelanggelo rebuscaba entre uno de sus desordenados cajones que, tras sacar decenas de juguetes y esparcerlos por toda la habitación, no pudo evitar soltar un grito triunfal cuándo encontró su juego:

.- ¡Genial! Sabía que lo dejé por aquí – fue a marcharse por la puerta cuándo de pronto toda las luces se apagaron.

La guarida había quedado a oscuras y en silencio.

El juego resbaló y cayó estrepitosamente de las manos de Mickie que, observando din para a la puerta de su habitación en la que no se apreciaba nada más que oscuridad, retrocedió unos pasos temblando.

Miraba nervioso a todas partes y distinguía millones de sombras que le resultaban terroríficas y se desplazaban a lo largo de su habitación. Empezó a sollozar y quiso gritar de puro terror pero la voz parecía haberse fundido también, retrocediendo paso a paso, golpeó con su caparazón algo duro que, por el golpe, empezó a tambalearse bruscamente.

Mickie se giró observando cómo una enorme sombra negra se movía a sus espaldas y, de un fuerte golpe, le caía encima aplastándolo violentamente contra el suelo.

.-

.- ¿Qué ha pasado sensei? – preguntó Leonardo confuso y observando a su alrededor intentando ver algo entre la oscuridad. Distinguió la cola de su maestro y no pudo evitar agarrarse a ella cómo buscando algún soporte que pudiera guiarle entre tanta oscuridad:

.- La lluvia habrá hecho saltar los plomos…….¡Donatello!

.- ¿qué? – la voz de Don sonó lejana perdida entre el negro que adornaba la zona. Splinter abrió la boca para decir algo más, pero un estruendoso ruido llamó la atención de todos los presentes.

.- ¿Qué ha pasado?- sonó la voz de Raphael entre la oscuridad.

.- Ha venido de arriba – indicó Splinter echando a correr hacia allí – ¡Donatello, arregla los plomos! – la tortuga se apresuró a marchar rápida del lugar algo asustada por el tremendo estropicio que se había escuchado en el piso superior.

Raphael y Leonardo corrieron detrás de su maestro llegando a la habitación de Michelanggelo:

.- ¿Micke? – preguntó Leo a la nada.

Se escucharon unos débiles sollozos que provenían del fondo de la habitación. Confundido, sensei entró husmeando el ambiente para distinguir el olor de su discípulo.

.- Michelanggelo¿estás ahí? – después de la pregunta de Splinter, la luz volvió a iluminar la zona en un ligero parpadeo primero para luego estabilizarse correctamente.

La habitación de Michelanggelo quedó iluminada mostrando un enorme alboroto. Uno de los armarios de la tortuga había caído junto con todo lo que soportaba en sus estanterías y, en uno de los rincones, tapado por completo por el edredón de la cama, Michelanggelo se acurrucaba en forma de una bola temblorosa que sollozaba.

El maestro se acercó preocupado y le sacó el edredón de encima.

Mickie, hecho una bola, tenía la cara mojada por las lágrimas y una mueca de terror puro. El maestro lo miró frunciendo el ceño antes de alargarle una mano para levantarlo. Avergonzado, Michelanggelo se le abrazó escondiendo la cara entre los pliegues de su kimonono aún sollozando desesperadamente.

Las carcajadas de Raphael y de Donatello inundaron la sala. Ambas tortugas se reían sin percatarse de la mirada fusilante que Splinter les lanzaba mientras ahuecaba entre sus brazos a la pequeña tortuga que seguía llorando escondiendo su rostro por vergüenza:

.- ¿Cómo te las apañastes para tirar el armario Michelanggelo? – le preguntó sensei observando el alboroto que se había montado en la sala en unos segundos.

.- Estaba todo oscuro y…….estaba solo. ¡Tenía miedo! – Raph y Don aumentaron el volumen de su risa sin apenas poder contenerse en pie.

Leonardo se quedó en un rincón, observando a su hermano con algo de pena mientras se dispuso a recoger algunos de los trastos que habían quedado tirados. Lanzó de reojo una mirada a sus dos hermanos que, habiéndose puesto de acuerdo, habían hecho saltar los plomos para reírse a costa del pobre Michelanggelo.

Splinter no lo soportó más y, de un fugaz bastonazo apenas visible, golpeó a ambas tortugas en el caparazón secamente haciendo que se callasen de golpe:

.- ¡Qué vergüenza! – les gritó la anciana rata colocándose delante de ellos con los brazos cruzados. Donatello agachó la cabeza, pero Raphael lo miró frunciendo el ceño con enfado por el golpe recibido- ¡reírse de las desgracias de uno de vuestros hermanos no es nada noble!

.- ¡Sólo era una broma sensei! – las quejas de Raph no funcionaron y Splinter señaló cabreado a Michelanggelo indicándoles que se disculpasen.

Don se acercó y sonrió a Mickie levemente, el cual todavía parecía algo aturdido y luchaba contra el dolor de la pequeña herida que tenía en su caparazón a causa de recibir el golpe del armario:

.- Lo siento Mickie – Don lo volteó con delicadeza echándole un vistazo al pequeño tajo sangrante de su concha – ven. Te lo curaré.- Splinter sonrió ante la capacidad de sumisión de Donatello, pero no pudo evitar fruncir el ceño disgustado cuándo Michelanggelo, pasando por el lado de Raphael de la mano de Don, miró a su hermano con ojos de cordero degollado implorándole que se disculpase.

Raph le giró la cara cruzándose de brazos. Su orgullo no le permitía caer tan bajo cómo para llegar a arrepentirse de algo que hubiera hecho.

Al ver la negativa por parte de su hermano que le daba la espalda, Mickie agachó la cabeza y continuó andando:

.- ¡Porque no me dices nada! – le gritó Raph cuándo ambos hermanos se encontraban unos metros más lejos. Mickie miró sin comprender - ¡Porque no me preguntas o me pegas o algo¿¡Porqué no te defiendes!

.- Porque….- empezó a decir Mickie con un hilo de voz sin atreverse a mirarle a la cara. Donatello lo zafó de la mano deseando que Raphael lo dejase en paz:

.- ¡Mírame a la cara Mickie¡Te estoy hablando!

.- ¡Ya basta Raphael! – le gritó Don llevándose a Michelanggelo consigo – la broma ya ha terminado.

Raph gruñó enfadado antes de volver a cruzarse de brazos, notó el peso de la garra de Splinter en su hombro:

.- ¿A que ha venido eso jovencito?

.- ¡No se defiende maestro¡No sabe imponerse! Si esa broma me la hubieran hecho a mí estaría dispuesto a patear cabezas.

.- ¿te crees que todo se arregla así Raph? – le replicó Leonardo colocándose a su lado.

.- No, pero es lo más rápido – Raphael señaló con desprecio a Michelanggelo que bajaba de un salto junto a Don - ¡Cómo quiere convertirse en un buen ninja si no se sabe hacerse respetar?

.- El respeto por parte de los demás no es un factor que a un guerrero pueda importarle – le replicó Splinter negando con la cabeza aún reteniendo a Raphael por el hombro – lo principal en este caso es ser tú el primero en respetar a los que te rodean. Y a juzgar por tu postura no vas a arrepentirte de lo que has hecho ¿verdad? – Raph lo fulminó con la mirada antes de volver a cruzarse de brazos levantando la cabeza.

.- ¡Raph! – se quejó Leo por ese gesto.

Splinter entornó los ojos algo cansado de tanta desobediencia por parte del pequeño que, creyéndose que su manera de pensar es la única y la más correcta, se negaba a arrepentirse de sus actos aún y cuándo éstos habían afectado a uno de sus hermanos:

.- Es un cobarde…..

.- Pero es tu hermano. Pídele perdón – Raphael siguió sin decir una palabra más. La anciana rata se cansó de tanta insolencia y, agarrando a la tortuga por el brazo, la arrastró hasta el piso inferior dónde, entregándole una bolsa de esparto, lo mandó a las alcantarillas a recoger materiales cómo castigo.

El maestro estaba muy enfadado y no iba a dar su brazo a torcer así que, echando a Raphael de la guarida, le cerró la puerta en los morros advirtiéndole de que si desobedecía una vez más, aunque solo fuera para saltarse el castigo, no iba a ser tan benigno con él a partir de entonces.

Una vez fuera y sola, la pequeña tortuga se enfurruñó y lanzó un leve grito de rabia al aire justo antes de meterse en los canales a recoger basura útil para llevar a casa.

.- Cree que….¿ha sido lo mejor, sensei – Splinter se giró hacia Leonardo suspirando a causa de los nervios y con cara entristecida:

.- Tu hermano no es fácil Leonardo, y si para entrarlo en sus cabales tengo que utilizar terapia de choque, que así sea.

.- Ya……- Leo agachó la mirada – pero solo ha resultado ser una broma y…..en parte puede que tenga razón. Mickie tiene un grave problema con su miedo a la oscuridad, sensei.

.- La mejor manera de que Michelanggelo pase sus miedos no es apagarle las luces. Así solo conseguiría atemorizarse aún más…….- la anciana rata se dirigió hacia la puerta de su habitación con la intención de descansar un poco, Leonardo lo seguía con la mirada aún detenido enfrente de la puerta por dónde había echado a Raphael – tu hermano tiene que aprender a tragarse el orgullo, o va a tener muchos problemas a lo largo de su vida.

Leo agachó la mirada una vez más para luego columpiarla hacia la puerta que permanecía cerrada. No pudo evitar preocuparse aún pensar que Raph tenía su merecido.

.-

.-Estúpido Mickie, estúpido sensei y estúpido ¡todos! – Raphael murmuraba alguna que otra palabra inteligible mientras andaba a cuestas con la bolsa. Había encontrado ya un par de cosas gracias a que las alcantarillas se encontraban crecidas a causa de la lluvia continua de aquellos días. Los canales se encontraban repletos de trastos inútiles que, una vez reciclados, en manos de Don podían llegar a ser algo útiles. Pero a causa de la regañina que había recibido, era muy selectivo con lo que encontraba esperando poder llevar cosas en buenas condiciones a casa para no tener que soportar una vez más los gritos del maestro.

Algo le carcomía por dentro, y la tortuguita se estremecía de pensar en que tal vez ese sentimiento fuese arrepentimiento. Le dolía ver a Mickie así.

Le dolía y mucho, y tal vez el instinto protectivo que había podido desarrollar hacia él por tratarse del hermano pequeño era un factor más que se sumaba a su gran orgullo que le impedía abrir los ojos.

Sumido en sus pensamientos y mientras rasgaba el fondo del canal con un viejo palo, columpió su mirada hacia un pequeño carro de la compra que asomaba por una de las otras esquinas del canal. Donatello solía darle mucha importancia al escaso hierro que podía encontrarse por el drenaje, así que, deseoso de demostrar su valía aunque solo fuera cumpliendo el castigo, Raphael observó a su alrededor estudiando su salto que, tras coger algo de carrerilla y dejar a un lado la bolsa de esparto, consiguió cumplir a la perfección aterrizando al lado del viejo y mugriento carro.

Al tirar de él, se percató de que se encontraba atrapado en el fondo del canal. Algo impedía que la tortuga pudiera sacarlo de allí con facilidad, así que, forcejeando, intentó moverlo para desencallarlo y, cuándo lo consiguió, la corriente que se llevó el carro fue tan fuerte que arrastró también a la tortuga haciéndola caer en el agua marronosa.

Algo asustado, Raphael buscó aire a la superficie mientras luchaba contra la corriente que lo conducía drenaje abajo. Chapoteaba intentando nadar en alguna dirección, pero le era imposible y, en pocos segundos, la corriente lo tiró por una pequeña cascada arrojándolo a una de las numerosas fosas en dónde se recogía el agua.

Agotado y asustado, salió de nuevo a la superfície y se agarró al primer sólido que encontró que sobresalía de la superficie del agua.

Se trataba de una baldosa hecha añicos que había conseguido sobresalir a la inundación. Tragando aire a bocanadas y completamente empapado, abrió estrechamente sus ojos descubriendo algo justo enfrente de sus narices.

En aquella pequeña baldosa pútrida y húmeda, algo asomaba entre sus numerosas grietas. Se trataba de una flor, una gran rosa de un color muy oscuro.

Tras subirse a salvo en la baldosa, observó la rosa más de cerca.

Curioso, acarició sus pétalos observando que las pequeñas raíces de la planta no parecían tener cabida en aquella baldosa:

.- Una….¿una rosa negra¿aquí?……..- era muy extraño que algún tipo de vida pudiera desarrollarse allí abajo entre tanta basura y le resultó muy fascinante la belleza y la grandeza con la que se erguía la pequeña rosa entre el charco del drenaje.

Raphael frunció el ceño mientras dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro y, con delicadeza, empezó a hurgar entre las grietas por dónde asomaba la flor para, con un sutil crujido, arrancarla de ellas.


Pues nada, ahí quedó eso. Espero haber conseguido plasmar correctamente las personalidades de las tortugas pero en un ambiente muchísimo más infantil. Sí sí, reíros, pero no resulta fácil, ya que, por una parte, no puedo evitar pintar a Leonardo serio, responsable y educado, incluso tal vez demasiado para la edada que representa que tiene, al igual que Raphael no puede ser tan grosero o arogante cómo lo será al cabo de unos años...nose nose, mi mente está acostumbrada a unas tortugas semi-adultas, y pasarlas ahora a una infancia me resulta muy complicado (xro ¿para qué está la vida si no es para superarse a una misma?) así que nada, haber que tal me las manejo con la niñez de mis nenes, (xk por otra parte, a Splinter nunca lo he acabado de ver cómo una figura del todo paternal, y tmb me es muy difícil representarlo así, ya que no creo que las tortugas se hayan desarrollado en un ambiente frío, algo de cariño tendrían que haber recibido por parte de la anciana rata ¿no?...o so creo...)

Bueno nenitas, leí vuestros reviews del epílogo de Crónicas de STBY. Hadita tiene razón, algo faltó, pero no quise darle más vueltas a la cosa, ya que al tratarse de un capi complementario ke escribí por pura diversión (cómo todo, la verdad.) pues no le dí el mismo valor literario que al resto de capítulos. Pero bueno.

Aixxx Medeah Medeah, jejejee, imaginé que sería de tu interés únicamente la primera parte del capítulo, pues supuse que no entenederías nada del resto, jejejejeje pero bueno, si algún día llegas a leer STBY, ya lo entenderás.

Encantada de tenerte de vuelta Karliña! ;-P me extrañaba haberte perdido de vista durante tantos días, jejejejeje.

Nos estamos leyendo gente! Dejen Reviews y me comentan haber ké tal! ;-)

Besos! YaS