Capítulo 7 Sueños de una noche de otoño

Es un día frío de invierno, gris y desalentador. Mitsui está estudiando en serio, preocupado por sus notas de los últimos meses, cuando el reloj de la biblioteca toca las 9. Levanta la vista de los libros y la bibliotecaria le dirige una mirada cortante y helada, indicándole que ya hace un rato que debería haberse marchado. Mitsui recoge sus libros y se va.

Pero cuando sale del instituto, la nevada que caía en forma de suaves copos de nieve empieza a arremolinarse y a azotarle con fuerza la cara, casi arrastrándole. Mitsui se da cuenta de que así no va a poder llegar bien a su casa… de manera que vuelve a entrar en el instituto y se mete en una de las aulas de la planta baja.

Todo está a oscuras. Mitsui no ve absolutamente nada. De repente, nota el tacto de unas manos suaves en sus hombros y un cálido aliento en el cuello.

Hola Hisashi.

Completamente tranquilo Hola Kaede.

Suspira en la nuca de Mitsui Te he estado esperando.

Se vuelve, sin ver nada Lo sé. Temía venir.

Le acaricia el pelo Te comprendo.

Mitsui deja los libros que llevaba en las manos en la mesa que se encuentra justo a su lado. Nervioso, alarga la mano hacia delante, hasta que encuentra el pecho de Rukawa y le agarra la camiseta.

Besándole suavemente la cicatriz de la barbilla No tengas miedo Hisashi, yo sólo quiero hacerte feliz.

Quitándole la camiseta Ya lo sé,… y yo a ti, Kaede.

Y entonces, los dos se funden en un beso apasionado que recorre enérgicamente sus cuerpos y les hace vibrar de una manera nueva e insospechada.

Pero de repente…

¡Aaaaaah!

Mitsui abre los ojos y se encuentra en su habitación, empapado de sudor y siendo testigo de las consecuencias evidentes de un sueño así en un chico de su edad. Se levanta dando un salto y corre hacia la ducha. Se mete dentro y abre el grifo del agua fría.

Para sí mismo ¡Joder, Hisashi, Joder¿Pero que te pasa por la cabeza¿Se puede saber qué coño ha sido esto¿Cómo vas a mirar ahora a Rukawa a la cara¿Eh¿Cómo puedes soñar de esta manera con Kaede Rukawa después de que anoche te besó… ¡Sendou?

Mitsui sale apresuradamente de la ducha, se pone una toalla alrededor de la cintura y sube a toda velocidad las escaleras. Golpea la puerta de la habitación de su hermano.

¿Sendou? Silencio ¿Akira, estás ahí?

Abre la puerta de la habitación, pero no hay nadie. La cama está hecha y la ventana abierta, como si nadie hubiera pasado ahí dentro la noche. Mitsui empieza a preguntarse si lo de ayer no fue también un sueño. Baja a la cocina y encuentra ahí la respuesta a sus dudas.

La mesa está puesta y le espera un desayuno maravilloso, con una pequeña nota dirigida a él:

"Querido Mitsui,

me he levantado muy temprano para poder ir a clase hoy. Me ha dado pena despertarte (estabas muy bien dormido y parecías disfrutar de tus dulces sueños). Te devolveré tu ropa tan pronto como pueda. Te he preparado el desayuno, por si no te daba tiempo… Espero verte muy pronto y que me cuentes por qué pronunciabas el nombre de Rukawa en sueños.

Espero que algún día también pronuncies el mío,

Akira Sendou"

Mitsui guarda la nota de Sendou y se sienta a la mesa, deshecho en dudas, con unas ganas increíbles de romper a llorar pero, a la vez, con una sonrisa en el rostro pues su corazón palpita sin parar cada vez que está cerca de Sendou o de Rukawa, aunque no sepa a cuál de los dos quiere, a cuál elegir… en realidad, ni siquiera sabe si quiere elegir.

Capítulo 8 Revelaciones dolorosas