Capítulo 4
El secuestro
Al día siguiente Harry se levanto temprano, bajo a la sala común, cruzó el retrato y se encamino al gran comedor, al llegar el profesor Dumbledore estaba desayunando junto con otros profesores, Sirius y Remus.
Desayuna tranquilamente, no quiero que comas rápido, tenemos todo el día para ir al Callejón Diagon y comprar tus cosas Harry, saludo amablemente Dumbledore con una sonrisa en su rostro.
Gracias profesor, fue lo único que contesto Harry para después desayunar calladamente.
Al terminar, el profesor Dumbledore le pidió que lo siguiera, Harry de pronto recordó que como le harían para ir allá.
Profesor, como iremos hasta el Callejón, pregunto Harry un poco nervioso y pensativo.
Por medio de los polvos flu, será en la chimenea de mi oficina, ya que es la única que esta conectada en la red flu, ya sabes, para mayor seguridad, contesto amablemente Dumbledore.
Llegaron a la oficina del Profesor y se acercaron a una chimenea que tenia un agradable fuego, Harry apenas se percataba de aquella chimenea (había estado ahí en incontables ocasiones y apenas se va dando cuenta de la existencia de aquella chimenea).
Apareceremos en el Caldero Chorreante, explico Dumbledore.
Ambos magos se metieron a la chimenea, cada uno tenia un puño de polvos flu, al arrojarlo al fuego gritaron...
Callejón Diagon.
Harry volvió a sentir la misma sensación que el año pasado, veía todo pasar rápidamente, decidió cerrar los ojos para no marearse pero le fue prácticamente imposible, ya que se estaba mareando, de pronto extendió los brazos, y salió de la chimenea para caer contra el suelo, se paro inmediatamente, observo aquel lugar y se percato de que todos los magos que se encontraban ahí lo miraban y murmuraban cosas entre ellos, miro con más detenimiento y se dio cuenta de que estaba en el Caldero Chorreante y a su lado estaba el Profesor Dumbledore, quién lo sacó del lugar.
Lo mismo que sucedió cuando entro por primera vez con Hadrid, Dumbledore lo llevó a la parte de atrás del lugar no sin antes sacarlo, ya que todos los magos lo querían saludar y estrecharle la mano a Harry y a él, sacó su varita y toco algunos tabiques, lo que era una pared ahora era un hueco por donde podía pasar una persona gorda para dar paso al Callejón Diagon.
Lo primero que hicieron fue ir al banco en Gringotts, Harry saco un saquito con su dinero en la cámara que tenía, después de ahí, se fueron a comprar túnicas nuevas para Harry, ya que le quedaban muy pequeñas las que tenía, pero extrañamente también le habían pedido una túnica de gala como el año pasado, así que compro una de color azul oscuro de terciopelo.
Después de eso fueron a la librería a comprar los libros que necesitaría durante el curso, (como estaba en el castillo, la profesora McGonagall le dio solamente la lista con los útiles) terminando de comprar eso, solamente faltaba comprar las plumas, frascos de tintas, pergaminos, guantes de dragón (los que tenía se le habían roto) un caldero de peltre más grande que el año anterior, Dumbledore le dijo que después de comprarlos, fueran un momento a un local muy parecido a las Tres Escobas.
Fueron a una tienda en donde compraron el resto de los útiles y al salir el profesor Dumbledore lo guió por el callejón, subieron bastante hasta que Harry vio un local con el nombre "The Sherloct". Al entrar, Harry pudo ver a una joven mesera atendiendo a los demás clientes, pero en cuanto los vio sentándose en una de las mesas, fue atenderlos inmediatamente.
Pidieron algo para tomar en lo que el profesor esperaba a alguien (Harry pidió una cerveza de mantequilla, también ahí vendían esa bebida), se sorprendió muchísimo ya que ese local era nuevo, no tenía mucho de haber sido inaugurado, mientras esperaban, Harry pudo notar que habían muchos magos platicando, observo afuera de la tienda pudo ver pasar algunos de sus compañeros de la casa de Gryffindor con sus familiares.
Un mago joven, de estatura media, de piel blanca, con un sombrero puntiagudo puesto cubriéndole el rostro entro en la tienda y se fue a sentar a la barra, se quedó un buen rato mirando a la mesa en donde Harry y el profesor estaban, Harry se había percatado de eso y trato de decírselo al profesor pero fue interrumpido por otro mago que llegó por detrás saludando a Dumbledore, quién se paró y le estrecho la mano, después el mago se inclino saludando a Harry y el profesor le dijo que lo esperara unos momentos ahí sentado, que él iba a hablar con el mago un poco retirado, ya que tenía que comunicarle algo en privado, Harry acepto y se quedó observando al mago que llegó, se percató de que no era el mismo que estaba en la barra, además estaba el hecho de que nunca en su vida los había visto a los dos.
Vio que Dumbledore se alejaba un poco de la mesa para poder hablar un poco en privado, hablaban tan bajo que aunque no estuvieran muy lejos de la mesa, Harry no alcanzaba a escuchar ni una sola palabra, noto que el mago estaba realmente asustado y Dumbledore muy serio y pensativo a la vez, cuando de pronto siente la mirada de alguien por detrás, instintivamente se volteó y se percato de que el mago que estaba en la barra tomando una copa no le quitaba los ojos de encima.
La mirada de aquel mago lo estaba molestando enormemente, además quería saber si la platica era algo sobre Voldemort, ya que no sabía nada de él ni de sus mortífagos, termino su cerveza de mantequilla y quería tomar otra, pero no veía por ningún lado a la mesera, así que se paro y se dirigió a la barra para pedir otra, pero fue al otro extremo de la barra, para estar lo más lejos posible de aquel mago que aún lo miraba.
Justo al llegar a la barra donde estaba atendiendo la mesera, se empezaron a escuchar gritos desgarradores a fuera del local, mucha gente empezó a correr hacia abajo del Callejón Diagon, gritaban totalmente histéricos, mientras que dentro del local todo estaba en silencio, la gente que estaba adentro miraba afuera del local observando a toda esa gente, cuando una señora con sus niños pequeños entro gritando que los atacaban mortífagos, que eran más de 20.
La gente empezó a gritar y empezar alejándose de la puerta, otros tratando de cerrar la puerta para que no sufrieran ningún ataque, Harry trato de buscar a Dumbledore con la mirada, pero no le veía por ninguna parte ya que mucha gente corría hacia donde él se encontraba, empezó a moverse entre la gente, tratando de buscar al profesor, cuando vio que el mago que estaba hablando con Dumbledore salía por el local con su varita en la mano.
Dumbledore se acercaba a Harry y también tenía su varita en la mano, Harry empezó a caminar en dirección a él, pero antes de llegar vio que el otro mago que estaba en la barra se acercaba también a él con su varita en la mano, una señora paso enfrente de él y el mago levantó su varita y le lanzó la maldición asesina.
Eso provoco mayor pánico dentro del local, Dumbledore lo iba a tacar pero los mortífagos entraron por el local lanzándole hechizos a él y a la gente que estaba histérica, el profesor tuvo que esquivar los hechizos, mientras que el otro mago que estaba hace unos momentos en la barra se acerco a Harry y lo agarro por detrás, quien en esos momentos estaba gritándole a Dumbledore que un mago lo iba a tacar por detrás.
Harry forcejeaba tratando de que el mago lo soltara pero era inútil, pero en esos momentos le dio un codazo en el estomago haciendo que lo soltara.
CRUCIO, dijo un mortífago que estaba por detrás de Harry, quién se cayo al suelo retorciéndose de dolor gritando lo más fuerte, esto provoco que todos quedaran en silencio mirando con horror a Harry.
Dumbledore trataba de atacar al atacante de Harry, pero no podía por que los demás mortífagos no se lo permitían, mientras tanto el mago bajó su varita haciendo que Harry dejara gritar de dolor, se acerco a él y lo levanto.
Es hora de retirarnos, ya cumplimos lo que él nos encargo, por cierto, el joven Potter vendrá con nosotros, él quiere matarlo de una vez por todas, ya que fue interrumpido por usted Dumbledore cuando trato de atacarlo en Privet Drive.
Todos los mortífagos empezaron a reírse y cuando terminaron desaparecieron junto con Harry, quién estaba adolorido por todo el cuerpo, el cual no pudo defenderse de su atacante.
Sentía que el frío helado le calaba los huesos, estaba totalmente débil, trataba de recordar lo sucedido hace sólo unos momentos, recordaba que llego a un lugar totalmente oscuro, no podía distinguir nada ante esa oscuridad escalofriante, sus atacantes le vendaron los ojos y lo condujeron a un lugar que no sabía cual era.
No sabía cuanto tiempo había estado desde entonces, pero le parecía que tenia horas encerrado en ese lugar, todo estaba en un silencio espectral, no escuchaba ruido alguno y eso le daba aún más mala espina; por su mente pasaban miles de preguntas pero sus pensamientos fueron interrumpidos por que se empezaron a escuchar pasos acercándose, de pronto se escuchaba que habrían una puerta y sintió que alguien le quitaba la venda con las manos.
Me sorprende lo fácil que fue capturarte Potter, dijo una voz fría que era capaz de helar la sangre.
No puedo creer lo cobarde que eres, mandar a tus mortífagos a atacar al Callejón, traerme hasta aquí, pudiste haberlo hecho por tu propia cuenta, acaso tienes miedo del Profesor Dumbledore, dijo Harry fríamente y una mirada de odio puro.
Te equivocas, yo temerle a un viejo loco, al que todos creen como el mejor mago del mundo en estos tiempos, la razón por la que no lo hice fue sencilla, si hubiera ido yo, el ministerio le creería a Dumbledore de mi retorno, en cambio, si no voy yo y mando a mis mortífagos, pensarán que lo hacen por su propia cuenta, como en el año pasado cuando atacaron en los mundiales de quidditch para cobrar venganza u otra razón, dijo Voldemort con una sonrisa maligna en sus labios, sus ojos rojos brillaban de maldad pura.
No te saldrás con la tuya, tarde o temprano el ministerio se dará cuenta de tu retorno.
Para cuando se den cuenta será demasiado tarde para salvar este mundo mágico de mis planes de gobernar el mundo entero y matar a todos esos muggles, respondió Voldemort malignamente, como si su plan fuera un seguro éxito.
Te traje aquí por otras razones, sabes, nadie lo sabe ni siquiera mis fieles vasallos, pero te traje aquí por que haré cambiarte de bando a la fuerza utilizando magia oscura muy avanzada, lo pensé mejor y llegue a la conclusión de no matarte, dentro de tu cuerpo tienes sangre de Salazar Slytherin, me entere de que puedes hablar pársel, estoy seguro que tienes otros poderes ocultos que aún no han salido por completo, pero yo te ayudare a que salgan y puedas dominarlos a la perfección, tú y yo juntos gobernaremos este mundo, nadie se atreverá a dañarnos ya que si lo hacen los mataremos tan fácil, dijo esto Voldemort con una voz triunfal, mientras que sus vasallos lo miraban boquiabiertos y Harry lo miraba con una mirada insólita, no daba crédito a lo escuchaba.
Estas completamente loco, eso no va a funcionar, Dumbledore no lo permitirá, te matara antes de que hagas eso, dijo Harry aún sorprendido.
Ya verás que si va a funcionar, bueno tengo que irme, pronto dará inicio el ritual, dijo esto saliendo de la puerta y cerrando tras de sí dejándolo sólo a él junto a los mortífagos que entraron con él.
Pasaron horas, sentía que había sido una eternidad estar encerrado ahí, pero ahora estaba en un lugar diferente, estaba al aire libre, podía ver árboles alrededor, tan grandes que impedían ver la luna y las estrellas, a su alrededor estaban más de 40 mortífagos; no reconocía el lugar, no estaba en el lugar cuando Voldemort retorno, no había nada; sólo una casa vieja de tres pisos.
Un mortífago estaba detrás de él obligándolo avanzar, mientras caminaba podía ver dos figuras más adelante, cuando llegaron hasta donde ellos estaban pudo identificarlos, uno era Voldemort y a su lado estaba él, la persona que traiciono a sus padres cuando ellos lo consideraban un amigo, él le dijo a Voldemort donde se ocultaban para así poder salvar su propia vida, era a la persona a la que le salvo la vida al final de tercer año, la persona que estaba con la familia de su mejor amigo Ron convertido en rata, la persona que mandó a Sirius a la prisión de Azcaban.
Colagusano dame la caja, comenzaremos inmediatamente cuando sea la media noche, dijo Voldemort
Harry era sujetado firmemente por el mortífago que estaba por detrás y no podía huir por que habían muchos de sus vasallos alrededor suyo. Miro con más determinación y pronto se fijo en un vasallo que hablaba con otro en susurros; Harry no alcanzó a escuchar bien lo que decía pero si identifico quién era el estaba cubierto por la capucha; era Lucius Malfoy.
Voldemort agarro una daga fuertemente y con ella se hizo una herida en la mano derecha y se acerco a Harry, le levanto la mano y también le hizo una herida en la mano derecha y junto las dos manos en las que había hecho la cortadura y al momento Harry sintió que algo le penetraba en el cuerpo. Después Voldemort se alejó y fue en dirección a colagusano
Colagusano saco una piedra negra de la caja, en ella también saco la daga y le entrego la piedra a su señor, y este se acerco a Harry, miro su reloj y después apuntando con ella con su varita, pronunció unas palabras que no sabía cual era el significado.
Una luz color verde salió de la varita y rodeo la piedra por unos momentos, pero en la piedra aquel color verde se quedó como impregnado o quedo dentro de la piedra negra por unos minutos.
Voldemort levantó su varita en dirección a Harry e iba a pronunciar unas palabras...
LUMOS SOLEM, grito Harry, apuntando con su varita directo a los ojos de Voldemort, (se había logrado zafar del mortífago) el rayo salió en dirección a él pero lo esquivo por poco, mientras que el hechizo se dirigía a uno de los mortífagos que estaba por detrás, como el hechizo crea una luz (casi como el sol) todos los mortífagos cerraron sus ojos para protegerse de esa luz, mientras Harry aprovechando esos valiosos segundos para poder escapar de ese lugar, salió corriendo entrando cada vez más en lo profundo del bosque, mientras corría escuchaba a Voldemort gritar...
BÚSQUENLO POR TODO EL BOSQUE, NO LE HAGAN DAÑO SI ES POSIBLE, TRÁIGANLO HASTA AQUÍ; ORDENÓ CON UNA VOZ LLENA DE FURIA.
Gracias a la tontera del mortífago que estaba detrás de él (no amarrarlo de las manos, ni quitarle su varita), en un momento en el que todos estaban atentos a lo que su señor hacia, lo aprovecho para zafarse de él y sacar la varita para atacarlo con un hechizo de luz, si su plan tenia éxito podría lograr intentar huir de ahí.
Corría y corría, no sabía a donde esconderse con los grandes árboles, lo único que tenía en mente era alejarse de ahí lo antes posible, no quería estar ahí por más tiempo, no muy lejos de donde estaba se escuchaba agua caer, corrió hacia donde se escuchaba y se detuvo al ver al frente una enorme cascada y al otro lado seguía el bosque.
Pensó en cruzar el río y continuar corriendo, pero si lo hacia, se mojaría por completo y dejaría rastros; lo encontrarían si hallaran esas huellas y sería en vano lo que hizo, de pronto vio dos rocas que estaban a mitad del río, retrocedió unos pasos, comenzó a correr y saltó lo más que pudo; cayó de pie en una de las rocas, estuvo a punto de perder el equilibrio pero logró no caerse al río y salto de nuevo a la segunda roca y dio un último salto y calló de rodillas al suelo.
Logró cruzar el río así que continuo corriendo, comenzó a cansarse pero no podía detenerse, a lo lejos pudo distinguir que los árboles terminaban, cuando llegó vio que había llegado al final del bosque, busco con la mirada un lugar para esconderse, pero lo único que veía era pasto y el bosque a su espalda, a lo lejos sólo se veían unas rocas algo grandes, así que corrió en dirección a ellas.
Llegó y se escondió por detrás, tomo aire y descanso por unos momentos y observaba el bosque para ver si podría ver a los mortífagos corriendo o ver luces, ver algo extraño en él, pero no veía nada, lo único que había visto era a unas ardillas escondiéndose en su árboles, aves nocturnas que lo miraban, pero ni una señal de los mortífagos; miro de frente y pudo ver que un poco más adelante había como una especie de barranca y a lo lejos más campo.
Se levantó y corrió en dirección hacia la barranca, miro hacia abajo tratando de buscar la forma en como bajar, pero no veía la forma en como bajarse; con mucho cuidado empezó a bajar, sosteniéndose de rocas que encontraba, en más de una vez esta a punto de caerse, pero lograba sostenerse a tiempo; cuando estuvo de nuevo en tierra firme comenzó a correr de nuevo, no supo cuanto tiempo estuvo corriendo, pero del cansancio se detuvo detrás de otras rocas.
Los primeros rayos de sol salieron; en el resto de la noche estuvo ahí descansando para poder recuperar fuerzas, ahora que había luz podía ver a lo lejos un pueblo o ciudad, como estaba lejos se veía muy pequeño, así que decidió correr de nuevo hacia ese lugar.
Cuando llegó el Sol estaba en alto, vio su reloj pero se enfado al recordar que no funcionaba, pero su mayor sorpresa fue comprobar que era una ciudad muggle, camino por las calles, pasando locales de zapaterías, librerías, restaurantes, mueblerías, etc y la gente que pasaba por su lado se le que daba mirando, estaba realmente sucio y traía ropa de mago.
Camino durante horas en la ciudad buscando un lugar mágico, pero todo lo que veía eran tiendas muggles, pero en cierta forma un poco diferente, no era como la ciudad de Londres; además tenía sed, hambre y estaba muy cansado, no había dormido para nada.
Harry, pero ¿que estas haciendo aquí, ¿que te paso, ¿estas bien, pregunto un joven detrás de él.
¿Charly, dijo Harry quien volteo para ver a la persona que lo llamaba.
