Capítulo 11 Fiebres altas

Por la calle, camino a casa de Michiéste no parece tener ninguna prisa por llegar. El cielo se ha nublado y empieza a refrescar con lo que, en su estado, más les valdría llegar cuanto antes a casa. Pero Mitsui parece estar en otro planeta, a años luz del Japón.

¡Hisashi!

Mitsui se para en seco, muy ensimismado, mirando al suelo. Rukawa se le acerca y le coge del brazo cariñosamente.

Hisashi ¿te pasa algo?

Un poco avergonzado No… nada. Es que… es sólo que…

¿Que qué?

Más avergonzado aún Bueno pues que mi casa… mi casa… no es… es que…

Sonríe ¿Es que vas a decirlo todo a trozos? Hisashi, no me importa como sea tu casa. ¡A mí estas cosas me dan igual!

¿En serio?

A no ser que vivas en una pocilga…

Se echa a reír Bueno, en este caso…

Se ríen los dos. Por primera vez, Mitsui es consciente del frío que está haciendo, así que se ponen a correr hasta llegar a casa. Mitsui abre la puerta, tira la bolsa al suelo, se descalza y va corriendo al comedor a poner la calefacción. Cuando vuelve a la entrada, sus zapatos y su bolsa están bien recogidos, con los de Rukawa al lado.

No eres muy ordenado ¿no?

Avergonzado ¡Lo siento mucho! Es que hacía tanto frío que…

Sonríe No importa.

Van al comedor y ponen un vídeo de basket mientras Mitsui prepara las sopas de pollo y Rukawa pone la mesa. Comen poco, no tienen mucha hambre. La calefacción está a tope y, después de comer, los dos se quedan medio dormidos en el sofá, Rukawa encima de Michi.

De repente, Mitsui se despierta algo asustado por uno de sus ya demasiado frecuentes sueños. Rukawa también se despierta de repente y se descubre encima de Michi. Ambos avergonzados, se quedan unos instantes sin saber qué hacer, hasta que Rukawa rompe el hielo.

Levantándose y bostezando ¡Uaaaa¡Qué pereza¿Qué tal te encuentras?

Intenta levantarse pero se mare un poco Pues… creo que no muy bien…

Preocupado, se sienta en el sofá ora vez ¿Y eso?

Creo que tengo fiebre. Se levanta Voy a por un termómetro.

Pícaro, se muerde el cordón de la capucha de su jersey ¿Es que quieres que te tome la temperatura?

"Me voy a morir" Eh… No, gracias, creo que puedo sólo.

Pone cara tiste, en broma Como quieras.

Mitsui se va al baño y empieza a remover en el botiquín. Encuentra dos termómetros, cosa que le alegra el día (a lo mejor no sería muy higiénico compartir el termómetro con Rukawa). Vuelve al comedor.

Toma, he encontrado otro. Se lo acerca a Rukawa

Gracias. Un comentario picante le pasa por la cabeza, pero decide ahorrárselo al ver la cara de Mitsui… parece que no se encuentra muy bien.

Al cabo de unos minutos…

¿Cuánto?

37 y 8… ¡vaya! No pensaba que yo tuviera fiebre… ¿y tú?

Mitsui se quita el termómetro, lo mira y se deja caer aplastado en el sofá No lo sé.

Sorprendido, coge el termómetro ¡38 y 9¡Hisashi estás ardiendo!

"Y tú no lo mejoras con estos comentarios" No me encuentro bien.

No te preocupes, yo voy a cuidar de ti.

Rukawa va a la cocina, pone agua en un bol y coge un paño. Lo lleva todo al comedor.

Quítate la camiseta.

"Voy a explotar" ¿Qué?

Vamos, tengo que refrescarte o te subirá la fiebre.

Mitsui se quita la camiseta, se siente bastante mal y encima…

¿Qué es lo que comes?

¡Ah, perdona! Es un caramelo con palo que me he encontrado en la cocina ¿quieres?

No, creo que no, gracias. "Joder, de esta no sales Hisashi. Casi 39 de fiebre, sin camisa, con Kaede mojándote el cuello con un paño y jugueteando con un palito en la boca… ¡¿Qué no ve que me pone peor!"

Al rato…

¡Bueno…! Al fin te has dormido ¿eh Hisashi?

Al final, Mitsui se ha dormido por la fiebre. Rukawa le tapa con una manta y se queda mirándole… ¡está tan mono cuando duerme! Rukawa se le acerca muy lentamente, mirándole con cariño, preguntándose con qué estará soñando… De pronto, a Mitsui se le escapa un suspiro y Rukawa empieza a tener unas ganas increíbles de besarle de nuevo. Se acerca un poco más… está casi encima suyo… nota el calor del aliento de Mitsui en los labios y no puede resistirse. Le da un pequeño y suave beso en los labios. Sonríe, le acaricia el pelo pero, cuando va a apartarse…

Despierta, asustado, abrazando a Rukawa como un reflejo instantáneo a su pesadilla ¡Rukawa!

Se quedan parados un buen rato, Mitsui abrazando fuertemente a Rukawa, sin reaccionar. El corazón de Rukawa late muy fuerte. Cuando se calma, se da cuenta del susto de Mitsui.

Se separa un poco y le mira a la cara No pasa nada Mitsui, estoy aquí.

Con lágrimas en los ojos Kaede…

Vuelve a abrazarle Lo siento.

Sonríe No pasa nada. Anda, Hisashi, acuéstate y vuelve a dormirte, yo haré la cena ¿de acuerdo?

Suelta a Rukawa y se vuelve a echar Vale. Eh… gracias Kaede.

Capítulo 12 Dulces sueños