Harry Potter y La Sagrada Vid.

Por Katie Lupin.

Disclaimer: No es mío ningún derecho, pertenecen a J K Rowling Scholastic, Salamandra, Océano, Bloomsberry, etc. Todo es ficción, nada que ver con la Realidad, y lo que pudiese ser real se usa para fines argumentales.

En el capítulo anterior...

- Eso es muy prudente de su parte, y la verdad es que yo iba a decir lo mismo, y, ahora que lo peor ha pasado ¿Por qué no tomamos un té?- respondió el profesor Dumbledore mientras hacía aparecer una teterita con té y una bandeja con galletas.

Capítulo III: Buscando a Harry... Segundo... Tercer... ¿Cuarto interrogatorio? Segunda Parte

Las cosas que conversaron, a juicio de Remus, sólo sirvieron para dejar en claro que esa confianza del profesor Dumbledore, podía ser tan peligrosa como dejar a Harry solo y sin su varita en medio del callejón Knockturn (N/A: No recuerdo como se escribe), sin embargo ni ahora ni nunca se atrevería a contrariar al anciano profesor, así que solo tomó su té sin aportar ninguna clase de comentario a la conversación.

Al contrario de Remus, Dumbledore y Richard sostenían una "animada" plática sobre los pormenores del viaje a París que el Ecuyer anotaba afanosamente en un papiro que Remus le facilitase a regañadientes, tan pronto como terminó de anotar todo lo que necesitaba, sacó de su bolsillo un teléfono celular.

- Eso no encenderá aquí, Hermione ya lo intentó... varias veces...- le indicó Remus enojado y alegando la última parte.

- Entonces, profesor ¿Me permitiría salir a hacer funcionar mi teléfono? Sin él, es más que improbable que necesito para preparar su viaje me sea concedido... bueno, podría ir con los chicos, ya que tan sólo necesito salir a la entrada, a menos que el señor Lupin quiera vigilarme él mismo...-.

- No se crea tan importante señor Laine - respondió Remus "Imbécil, se cree el centro del mundo" pensó para sí – a mi lo único que me preocupa es la seguridad de los chicos, ya no hay nada más por que luchar-.

- Oh, entonces supongo que dentro de la guerra que tienen encima su única razón de luchar es mantener a unos cuantos adolescentes vivos un día más... tenga cuidado, cuando alguien da esperanzas al resto debe asegurarse de guardar alguna para sí mismo, no sea que cuando todo termine se quede sin razones para luchar... o para seguir después de la lucha...- Richard terminó su exposición y se encaminó a la puerta sin esperar las indicaciones de nadie salió de la habitación en busca de alguno de los chicos.

- Ya es muy tarde para ese consejo...- murmuró inaudiblemente el hombre lobo.

- Remus... ¿Estás bien?...- preguntó el director.

- Él tenía razón en algo...-.

- ¿En qué?-.

- El día que esto termine no habrá nada más por qué luchar... al menos no par mí...- Remus se levantó y se dirigió hacia el escritorio a re- revisar los papeles que habían sobre ella.

Al saberse sobrante el director se salió de la habitación con destino a la cocina.

Al salir de la habitación, Richard había encontrado a los chicos tras un tapete frente a la habitación (ya que se les notaban los pies por debajo del tapete), portando las ya famosas y patentadas "orejas extensivas" de los Sortilegios Weasley. Pronto después de un par de consultas mutuas, Ron acompañó a Richard a la puerta a hacer su llamada, afortunadamente, no despertaron a la señora Black en el trayecto.

Al contrario de Richard, Dumbledore se dirigió hacia la cocina, a buscar algún pastelillo que hubiese preparado la señora Weasley durante el día anterior, antes de que ella volviese de hacer las compras. El profesor se dirigió hacia el mueble de cocina donde la mayoría de las veces se encontraban los pasteles, abrió la puerta y ahí estaba un pastel de fresas con crema, justo cortado en pedazos, el director se inclinó para tomarlo, pero justo en ese momento entró la mencionada señora junto con todas sus compras levitando detrás de ella.

- Buenas tardes, profesor Dumbledore...- espetó la señora Weasley al ver al profesor con el pedazo de pastel en las manos –Veo que ha encontrado mis pasteles...-.

- Si, y están muy buenos...- dijo el profesor mientras se comía uno.

- ¡Qué bien! Ahora, profesor... ¿A qué se debe su visita?...- preguntó la señora Weasley mientras que disponía las cosas en los anaqueles.

- Vine a discutir un par de cosas con Remus, por cierto señora Weasley ¿Podría usted aceptarme a mí y a otra persona para la cena de esta noche?-.

- ¿Claro, pero de quien se trata?-.

- Es muy posible que se trate de un importante aliado...-.

- De acuerdo profesor...-.

- Una cosa más... ¿Podría tratar de evitar que Remus mate a mi invitado? ya que es posible que los chicos le pidan que se quede...-.

- Claro que sí señor...-.

El profesor salió de la cocina sonriendo, mientras pensaba: "Definitivamente la llegada del señor Laine renovará el ambiente alrededor de todos nosotros, y quizás... ¿quién sabe? Las cosas podrían mejorar para nosotros, ya es hora de que lo hagan".

Ginny y Hermione fueron cuchicheando a la habitación que ambas compartían, sin embargo, durante el trayecto pasaron frente a la habitación de Sirius provocando que ambas, instintivamente callaran; era como la sensación que tenían frente al cuadro de la señora Black, como si, si hablaran frente a esa puerta fuesen a perturbar el sueño de Sirius, una sensación absolutamente asfixiante ara ambas, por lo cual, pasaron lo más rápido posible.

Una vez fuera del territorio correspondiente a la habitación de Sirius, continuaron su conversación, sólo que algo se había perdido en el sentido de ella, nada era divertido cuando recordaban lo sucedido en el departamento de misterios.

Finalmente llegaron a su habitación cerraron la puerta, y por fin allí, sintieron que el nudo que les oprimía la garganta y el corazón aflojaba un poquito, lo suficiente como para que pudiesen respirar en paz. Y aunque el nudo no se iba, ni Hermione, ni Ginny mencionaron nada al respecto, simplemente guardaron una vez más el dolor en sus corazones procurando que la herida que había en ellos no volviese a sangrar por los recuerdos removidos.

Ginny, de pronto encontró interesantísima la tarea de transformaciones, y Hermione se sumergió una vez más en sus libros, porque cualquier actividad es buena cuando una persona no quiere pensar.

Richard, por fin colgó su teléfono celular después de poner al tanto al secretario del Nautonnier, quien prepararía todo para la entrevista con el profesor de Dumbledore.

- ¡Listo! Misión cumplida... bueno, ahora queda por terminar el segundo asunto que me trajo a Inglaterra...-.

- ¿Puedo saber cuál es el asunto Señor Laine?...-.

- No, ¡Porque eso es un secreto!-.

- Claro... lo que usted diga...- le respondió ron sin dejar un momento el tono sarcástico en su voz.

- ¿Puedo preguntarte algo?...- inquirió Richard.

- Ya lo hizo-.

- Eres inteligente... de acuerdo... ¿Por qué te empeñas en tratar así a la gente o por lo menos a mí?...-.

- ¿A qué se refiere?...-.

- ¿Por qué eres tan cortante? las chicas han sido un poco más amables, o sea, sí me miran con desconfianza y todo pero, al menos tratan de disimularlo... en cambio tú... ya me di cuenta de que no que quieres ver ni en pintura... sin embargo, yo no tengo nada contra ti, nisiquiera te conozco...-.

- No me malinterprete, pero no podemos darnos el lujo de llegar y decirle a alguien tantas cosas como las que Ud ha conocido el día de hoy, las cosas son ya bastante complicadas como para que alguien venga a complicarlas aún más...-.

- Ron... yo no tengo la intención de herir a nadie en todo esto, vine aquí a este lugar... proteger a Harry es tan importante para Uds como para nosotros... al igual que ustedes, nosotros también queremos salvar vidas... e impedir que el Caos reine en el mundo...-.

- Claro... lo que sea... ahora, me gustaría que me dijeran cómo lo van a hacer... pero no me lo van a decir ¿Cierto?...-.

- No, lo siento... pero... ¿Qué tal si intentamos llevarnos mejor?...-.

- Creo que no me queda de otra ¿No es verdad?...- preguntó Ron.

- No, no lo creo...- le respondió Richard y levantó la mano para darle un apretón. Ron sonrió y le devolvió el saludo, estrechándose y sellando un tácito pacto de no-agresión.

Remus se encontraba enfrascado en la revisión de algunos planos de áreas que serían los focos de los futuros ataques mortifagos, y de los que, por supuesto, él sería el encargado de supervisar y de que se llevaran a cabo sin errores.

- Si tenemos la entrada lateral, podríamos ocultarnos en estas salientes, según las informaciones que manejamos de parte de nuestros informantes, llegarán a las 11:30 PM, por lo tanto nosotros deberíamos llegar aquí a las 11:05 PM. Como máximo...-.

Toc, toc...

- ¿Puedo pasar Remus?...-preguntó Molly Weasley desde el rellano de la puerta.

- ¿EH? ¿Qué?... este... claro Molly, adelante...- respondió Remus con la mejor mueca de sonrisa que pudo encontrar.

- Bueno, ya que, asumo, no has comido nada... ¿No es verdad?- preguntó Molly tratando de tantear terreno. Remus, como respuesta solo levantó los hombros.

- No te diré nada Remus, ya hemos discutido este asunto demasiadas veces en lo que va de tiempo, pero... por favor... trata de calmar tu ritmo de vida... aquí te traigo un sándwich y un jugo de calabaza... te lo dejaré aquí, debo ir a ver a los chicos, no quiero ni imaginar lo que podría suceder si los dejo más tiempo solos... adiós- Molly dijo algo más pero se perdió el sonido cuando abandonó la habitación.

- Podría ser que entrásemos por aquí, siempre es bueno tener un plan de contingencia...- Remus volvió a enfrascarse en sus papeles y pronto olvidó el refrigerio que Molly había llevado hasta su lugar de trabajo.

Después de entrar a la casa Ron llevó a Richard a la cocina, a manera de poder sacar algún dulce de su madre, de contrabando, a su habitación, sin embargo, al entrar a esta vio de lleno a su madre en la cocina, mientras observaba alguno de los libros del desparecido Gilderoy Lockhart, y el delicioso olor de la comida que se preparaba inundaba la habitación.

- ¡Ron!- espetó en cuanto vio a su hijo en el rellano de la puerta – lo siento, pero el último de los pasteles se lo llevó el profesor cuando vino, tendrás que esperar hasta la cena...- en ese momento se dio cuenta del joven que acompañaba a su hijo – ¡Oh! Es cierto, usted debe ser el invitado del profesor... mucho gusto, yo soy Molly Weasley, la madre de Ron y Ginny... y... ¿Usted es?...-.

- Buenas tardes señora Weasley, yo soy Richard Laine, mucho gusto....-.

Ron divisó el panorama del futuro interrogatorio que le daría la Sra. Weasley a Richard, así que, discreta y silenciosamente, salió, lo más rápido que pudo, de la cocina.

- Bueno... señor Laine, me gustaría preguntarle a qué se dedica, la verdad es que no mucha gente nueva aparece por aquí- Molly parecía tranquila y su demanda bastante inocente, sin embargo, tras de esas buenas intenciones; ella sospechaba que el extraño frente suyo tenía algún asunto relacionado con Harry, y ella, en honor su gran cariño para con el joven Potter, necesitaba velar porque las intenciones del extraño no fuesen dobles o malas para el muchacho.

- Yo, bueno... trabajo para una empresa de relaciones exteriores que asesora al gobierno francés, aunque soy inglés, y medio mago ya que mi madre es muggle...- algo dentro de Richard encendió su alarma interna, aquí venía un cuarto interrogatorio, pero por alguna razón, éste le parecía más peligroso para él que ninguno de los anteriores-.

- Supongo que se dedica a alguna carrera muggle, ya que no le he oído nunca su nombre a mi esposo, y el trabaja en el ministerio...- expresó la señora con cierto desdén.

- En efecto, trabajo con muggles, creo que siempre fui demasiado muggle para mis cosas y eso mismo me impidió que viese alguna carrera mágica en mi futuro, podría decir que fui a Hogwarts porque mi padre era mago y porque él dijo que un mago que no sabía controlar sus poderes era sumamente peligroso... con el paso del tiempo yo mismo he comenzado a creerlo...-.

- Claro, claro, pero señor... Laine, me extraña saber que un mago que, por lo que veo, nada tiene que ver con nuestro mundo y prefiere el muggle esté aquí...-.

- Bueno, me temo, señora, que no soy yo quien debe revelar las causas por las que deba estar aquí, en este momento...-.

- Y... ¿Entonces de quién debo obtener la autorización...?- el semblante de la señora Weasley fue cambiando hasta hacerse, desde el punto de vista de Richard, bastante peligroso para él.

- No lo sé, exactamente, pero, supongo usted también forma parte de la orden del fénix, por lo tanto, el encargado de decir porqué estoy aquí es el profesor Dumbledore... no yo... ruego me disculpe...- terminó Richard su pequeña exposición.

A este punto la señora Weasley mostraba una cara de futura psicópata que lo decía todo (N/A: ¡Pobre hombre!), su semblante estaba totalmente desfigurado por la rabia.

- ¡¡¡¡¡¡¡¡Me está diciendo que necesito pedir autorización para preocuparme por un chico como Harry!!!!!!!!- gritó Molly expresando toda su frustración.

- Yo... yo... yo... no pretendía decir eso señora Weasley, tan solo estaba efectuando la labor que se me encomendó hacer aquí...- se disculpaba el mago poniendo las manos como escudo a cualquier posible ataque.

- Pues más le vale decirme qué es lo que Usted pretende en este mismo instante, o, le juro que me conocerá enojada- siseó la señora.

- Poniéndolo así... bueno, yo pertenezco a una sociedad secreta muggle que quiere proteger al joven Potter y juro que no puedo decir nada más aunque quisiera...- se excusó el Ecuyer.

- De acuerdo señor Laine, así me gusta, no cree que todo es más fácil llegar a un acuerdo simplemente hablando...- la cara de la señora se ablandó un poco -pero... ¿Qué quiere una sociedad muggle con Harry?-.

- Eso no puedo decírselo, pero es para protegerlo... bueno... ha sido un placer, pero es hora de ir a buscar a Ron, prometí enseñarle, algo... disculpe... permiso- Richard salió lo más dignamente posible de la cocina y apenas estuvo fuera, según él, del alcance de la señora Weasley, comenzó a correr hacia las habitaciones para encontrar a cualquiera para conversar, pero, por ir tan apurado y, más encima, ir pensando en lo que sucedería cuando su Nautonnier se enterara que medio Londres sabía de su misión, que no se fijó que alguien iba saliendo de una habitación y...

Fin del capítulo III, para saber qué pasó van a tener que esperar al próximo capítulo... y... ¡Dejar Review! No cuesta nada....

Realmente creyeron que después de estar más de un mes de ociosa y les iba a subir un chapter tan corto.

¡PAF!

Richard chocó con Remus

-¡Auch!-

-¡Duele!-

- ¡Qué demonios!...- se quejó Remus mientras se sobaba la cabeza en el lugar donde se pegó. – ¡Tú!- gritó una vez se dio cuenta que Richard lo había chocado -¡De todo el mundo que pudo haber venido aquí y chocarme me tenías que chocar tú! ¡Maldita sea!- Remus se levantó refunfuñando y sin esperar una respuesta de su interlocutor abrió la puerta y son un estrépito golpeó la puerta.

Richard quedó solo, aún en el piso y, totalmente colgado, con respecto a lo que acababa de pasar.

- Disculpa...- masculló y, aún en estado de shock por lo acontecido, se levantó para ir a buscar a cualquiera de los chicos.

Richard caminó un poco cuando encontró ruido en una habitación, golpeó pero no sintió respuesta, intrigado giró la perilla y entró. La habitación era pequeña y no tuvo que hacer demasiado esfuerzo mental para darse cuenta de que era un poco más grande que un armario pero que le daban uso de bodega al ver muchos accesorios de limpieza dentro, sin embargo aún no podía descifrar el motivo del ruido, dentro de ese lugar nada se movía, hasta que uno de las escobas se movió hasta caerse dejando al descubierto una masa negra informe, todo fue muy rápido, Richard dio un salto y se afirmó de la puerta, desgraciadamente no había así que se cayó al suelo, de el tumulto salió, contrariamente a cualquier pronóstico del Ecuyer, un gato grande de color café que le bufó y salió pronto y mu dignamente, del armario dejando al Ecuyer totalmente anonadado ante su propia paranoia y estupidez.

- ¿Y qué esperabas Richard a Voldemort en el armario?...- se reprendió a si mismo, al levantarse y tratar de continuar su camino.

Hermione y Ginny se encontraban aburridas en su habitación, sin embargo ambas lo escondían, una fingiendo leer y la otra fingiendo hacer la tarea, finalmente, una se aburrió, harta de su situación Ginny se salió de la cama y seguidamente de la habitación, para encontrare con Richard en el piso y el gato de Hermione saliendo del armario, viendo la escena con bastante curiosidad escuchó cuando el joven se reprochaba a sí mismo su estupidez, al verlo sólo pudo reírse de él.

El joven Ecuyer iba demasiado ensimismado y no vio a la chica hasta que oyó su risa, despertó de su letargo y se sonrojó al saberse observado, para su buena suerte, no se notó mucho debido a que su parte conciente se encargó de formular una rápida manera de salir al paso.

- Supongo que lo viste todo ¿No?...- inquirió.

- Todo, como todo no... Sólo desde la parte en que estabas en el suelo y que Crookshanks (N/A: De esto si que no me acuerdo sorry)... fue gracioso- le contestó la chica al mismo tiempo en que se ponía a reír.

- ¿Y eso se supone que debe animarme?-.

- No lo sé, eso depende de ti y cómo veas las cosas en tu vida...-.

- Genial, otra psicóloga ha llegado a mi vida, no bastó con que mi última novia ya lo haya sido y que se haya pasado todo el tiempo que estuvimos juntos psicoanalizando cualquier cosa que hiciera... ¿Qué karma estoy pagando para que me pase esto?...- se lamento el joven.

Ginny entre confundida y arrepentida de hacer quizá-que-cosa para que su interlocutor se pusiera así, sólo pudo atinar a inclinar las manos y exclamar –Lo siento, lo que sea que hay hacho, lo siento...-.

- Qué... que... tú qué... ah, no te preocupes, estoy diciendo puras ridiculeces, no tiene nada que ver contigo, es sólo que a veces desvarío... es un graaaan defecto mío, discúlpame tú a mí, por favor...-.

- Sí, claro... creo...- masculló Ginny aún más enredada. "Loco", pensó.

- Y cambiando el tema... se supone que me voy a quedar aquí, sin embargo, las cosas, o el cómo funcionan las cosas aquí me tiene más que liado... ¿Crees que sea posibles que ustedes me puedan ayudar un poco?...-.

- ¡Claro! No creo que ni a Herminio ni al imbecil de mi hermano les moleste ayudarte, espérame voy a buscarla, Ginny retrocedió unos pasos y se adentró en la habitación que compartía con la antes mencionada, dejando al joven Laine solo, una vez más, en el pasillo.

Ahora sí que lo terminé... lo lamento si aún así les parece corto, pero es que lo que sigue prefiero ponerlo en el próximo... creo que en el próximo chapter aparecerá, al fin, Harry.... bueno, cualquier cosa, manden r/r

********************************************************************** Disculpas...

Me disculpo por no haber puesto antes el chapter antes, pero no había tenido inpiración para seguir el fic, aparte de que me he mantenido ocupada leyendo muchos libros... pido disculpas a cualquiera que siga este fic (en el caso de que lo haya) y que se haya enojado porque no actualizara... sorry.... si hubiera más reviews, quizás actualizaría más rápido...

Contestación a los Reviews

Elizabeth Potter: Te agradezco mucho tus r/r creo que ya arreglé esos pequeños desperfectos, no me molesta que me hayas adherido a tu MSN... Con respecto a lo de Harry, yo también creo que cuando Harry se entere se va a sorprender... bueno, eso era... gracias de nuevo y si puedes dejar otro r/r.

Laura: Que bueno que te guste, según recuerdo, lo que tiene que ver se develará pronto, aunque no tengo demasiado claro cuanto me voy a demorar en escribirlo, la inspiración anda bien, bien lejos de aquí, y tengo que esperar que vuelva... Lamento que la pareja de Ron y Hermione no te guste, la puse así porque me gusta eso de enamorarse del o de la mejor amiga, y, ni loca lo pongo con Harry, no me gusta esa pareja, lo prefiero con Ginny.... me fui del tema, y con lo del "Código Da Vinci" lo leí en el verano, y según varios de mis libros esté equivocado e un par de detalles sobre la Orden, pero es libro es entretenido, con la excepción del final... bueno, espero que vuelvas a dejar algún r/r...

Bueno, cualquier consulta, o si me equivoqué en algo avísenme con un review o con un mail a: palomix_sep@hotmail.com

Abril, 20 de 2004.