Harry Potter y La Sagrada Vid.
Por Katie Lupin.
Disclaimer: Nada de esto, excepto la trama y el personaje de Richard Laine, me pertenece, esto es sólo ficción, cualquier alcance con la realidad es sólo coincidencia... bueno casi, porque lo que es de la realidad y se expresa aquí se hace sólo con fines argumentales.
En el capítulo anterior...
Era tan fácil de entender que llegaba a ser exasperante, todo el tiempo había estado clamándole y él no había querido escuchar... lo único que quería escuchar era una, cualquiera que fuera, razón para seguir y ella había estado siempre con él... No se rendiría, simplemente porque él necesitaba forjar su propio destino y no dejar que se lo manejaran, Voldemort no ganaría la guerra, simplemente porque no tenía nada por qué luchar, al contrario de él, él viviría para ver el día después del final, para ver el amanecer después de una oscura noche que ya había durado demasiado... y que pronto estaría por terminar...
En un lugar donde nada es blanco o negro, donde no reina ni la oscuridad ni la luz, donde no vive ni el silencio ni el ruido, sonde todo vuelve a su mismo punto inicial, un cambio hubo, algo se rompió dentro de ese inconstante equilibrio, una explosión lo hizo, y en esa explosión, un alma pasó del cielo, al último bastión antes del retorno...
Capítulo V: Caminando un paso, retrocediendo dos... ¿Alianzas... con quién? La peor manera de entablar relaciones...
- ¡OH! Veo, de hecho, huelo que ya estás aquí Mundugus...- expresó Tonks y se dio vuelta encarando a Mundugus Fletcher.
- ¿Cómo lo supiste?-.
- No lo sé, intuición femenina- dijo la joven con sarcasmo.
- De acuerdo... lo que sea... recuerda que hoy hay reunión... a la hora de la cena, no faltes...-.
El miembro de la Orden del Fénix no obtuvo más respuesta que un movimiento de la mano de la auror,
Tonks se dirigió hacia la casa de Arabella Figg, la Squib que testificara a favor de Harry en el juicio disciplinario al que tuviera que someterse El- niño-que-vivió por un ataque que sufrieran él y su primo en el verano pasado, para buscar sus cosas.
La verdad era que nisiquiera la tía Petunia, quien espiaba desde la ventana de la cocina, la reconocería en ese momento, iba vestida como toda una ejecutiva y su pelo, en vez de llevar esos típicos colores subidos de tono, iba de un castaño que no le llamaría la atención a nadie; la tía de Harry, al ver a semejante espécimen a la casa de la "vieja de los gatos", apelativo que ella y su familia le tenían, obviamente cuando no estaba presente, simplemente arrugó la nariz, pronunció algo cómo la cantidad de vendedores ambulantes que habían últimamente y siguió mirando la revista "rosa" que leía.
Tonks entró a la casa, la tetera estaba hirviendo, la misma quietud se esparcía por el ambiente, la misma que viese cuando era niña, no se había parado a contar cuantos veranos había pasado allí, de todas maneras, su tutora la llevaba allí durante los veranos, quien podría haber imaginado que la señora Figg fuese su tía abuela... El mundo es un pañuelo...
- Pasa Nynfh...- escuchó desde la cocina, -Encima de la mesa hay galletas de chocolate- Tonks, no esperó la segunda advertencia y atacó las galletas.
- Me encantan estas galletas... a mi abuela jamás le quedaron así...-.
- Ah, es que no les echaba esencia de vainilla... por eso las de mi hermana no tenían el mismo sabor...- contestó la señora.
- Vine por mis cosas, terminó mi turno... debo volver a mi casa antes de ir a la reunión...-.
- Pero no creo que rechaces tomar un té conmigo ¿No?...-.
- OH claro que no, jamás perdería la oportunidad de arrebatarme comiendo galletas...- Tonks tomó otra galleta.
- Bien, come las que quieras... Remus me envió una carta hace un par de días, pero no he tenido tiempo de contestarla, los chicos de la cuadra son unos bándalos y han arruinado mis rosas, esto es el colmo... y sus padres fingen no saber nada al respecto... dónde irá a parar este mundo si los jovencitos se compartan de esta manera...-.
- Sí, me lo supuse cuando vi el pasto de toda la cuadra absolutamente destrozado, excepto el de sus propias casas, aunque hace un par de días le tocó a la casa de los tíos de Harry, y el pobre estuvo todo el día jardineando (N/A: Esta palabra la usan mi abuelo, cuando anda metido en las plantas ) para arreglar ese desastre...-.
- Pobre chico, este verano debe de ser el peor de su vida, nisiquiera el del año pasado pudo haber sido peor... en realidad me alegra que haberlo podido ayudar el año pasado como "pago" por lo que no pude hacer antes...- Arabella Figg hizo su aparición ante la auror, con todo para tomar té.
- No se puede negar, pero, no sé, el día de hoy fue algo diferente... no sé, qué exactamente, pero, fue algo bueno, de eso estoy segura...- Tonks tomó su té, sintiendo, por primera vez, en todo el verano, que sentía que las cosas podían mejorar.
Afueras de París, Francia.
En la residencia Plantard, o mejor conocida, como Residencia Saint-Claire, se encontraba Scott Sinclair, Gran Maestre d la Priurè, arreglando algunos papeles.
- Pronto, pronto... todo debería volver al principio...-.
Miró el calendario y volvió a ordenar papeles, pasando por alto uno, una fotografía. Dándose cuenta de la foto, volvió los papeles encontrándola entre ellos salía un niño de ojos azules, cabello castaño que en su ojo traía un parche, vestía como si viniera de un naufragio, en su mano traía una espada de pirata, y sonreía feliz a la cámara.
- Una vez dejé que los hechos nos sobrepasaran, eso no volverá a suceder, aunque me muera, tenga que pelear yo mismo, o tenga que renunciar a lo más preciado...- apretó la foto entre sus manos –Esta vez no...-. Miró por segunda vez la fotografía, para tomar un sobre con su membrete en la parte superior y la guardó dentro.
- ...En un par de días más todos lo sabrán, de eso no me cabe duda...-.
Desde un departamento, muy lejos de allí, un hombre escuchaba atentamente lo que el Maestre mascullaba y al ver lo que el viejo hiciera anunció: -Una vez te salvaste ya Sinclair, le próxima no te será tan fácil... te lo aseguro-.
Harry se encontraba sobre su cama recostado pensando en lo que había encontrado en el álbum, al fin y al cabo no se había dado cuenta antes de eso, era algo tan minúsculo que lo había pasado por ato varias veces, en una de las fotos de sus padres aparecía su tía, jamás lo había notado pero ahí estaba, no podía entender lo que significaba, pero era bastante interesante tratar de explicar aquel fenómeno.
- A lo mejor la foto está trucada... o puede ser que alguien que quisiera mucho a mi mamá la pusiese bajo alguna maldición imperio y la dejara ahí como regalo, sólo eso explicaría su presencia allí y que estuviese sonriendo...- Harry sacudió la cabeza y puso cara de asco –Imágenes mentales... imágenes mentales... a quién demonios se le ocurren esas cosas...-.
Debido a que sus imaginaciones lo persiguieron otro par de minutos optó por distraerse y procedió a levantarse, tomar un poco de pergamino, pluma y dibujar a Hedwig, sin embargo, dentro de su concentración se perdió y fue a dar a los oscuros rincones de su conciencia sólo para que en su exterior su mano cobrara vida propia y dibujara algo que el pequeño Potter no conocía ni por asomo, un escudo de armas.
En la habitación de Ron se llevaba a cabo un torneo amateur de Snap explosivo, del cual Ginny y Ron eran los finalistas, ambos hermanos, después de un reñido juego decidieron que la menor de la familia sería declarada como campeona; una vez realizada la premiación, se quedaron sumergidos en un incómodo silencio, más bien uno bastante tenso.
- ¿Cómo que se nos acabaron las buenas ideas no?...- dijo la ganadora del juego para tratar de salvar la situación.
- No... ¿De verdad...?- le contestó sarcásticamente su hermano.
- Creo que lo mejor será que encontremos algo más que hacer... y rápido...- masculló Hermione por entre los dientes.
- ¿Les gustan las historias?- preguntó Richard.
- ¿Qué edad crees que tenemos?...- preguntó Ron.
- No lo sé, aunque no creo que pasen de los 17, de otro modo no asistirían a Hogwarts...- explicó a lo "Xellos"Sore wa himitsu desu (N/A: ¿No vieron "Slayers"?).
- Brillante respuesta...- fue el turno de Ginny para ironizar.
- ¿Tienen una mejor idea?-.
- No... ¿Y ustedes...?- suspiró Hermione.
- Eso creía...- resopló el Ecuyer. -¿Conocen a Segismundo IV?- obtuvo por respuesta un no de los Weasley, pero no así de la otra chica.
- Fue un rey Godo...-.
- Oh, alguien que conoce de historia universal... que interesante... ¿Sabes cuál fue su importancia?-.
- Que lo mataron... y le quitaron su reino... creo...- la muchacha se llevó la mano al mentón en ademán pensativo.
- Algo así... la importancia que tuvo, según la historia general, fue que murió, pero, "extraoficialmente", fue que escapó, se asentó en otro lugar y siguió su vida...-.
- Disculpen...- interrumpió Ginny – no pretendo ser molesta ni nada por el estilo, pero, comprenderán que no tengo idea de historia, desgraciadamente, el gen de la retención de información se lo llevó alguien a quién no deseo nombrar, así que si me ayudan a comprender... sería más fácil ¿No creen?-.
- ¡OH! Claro... como iba a decir... Dagoberto II era el heredero de Sigisberto III, rey de Austrasia (-¡Oh sí! Qué interesante... ¿qué tiene que ver con Segismundo?- siseó Ron.), Rey a quien la iglesia católica quería quitar su reino, y que por eso lo asesinaron, su muerte fue muy sentida, pero el que tuviera heredero perturbaba a su mayordomo de palacio, en cualquier momento alguien podía reclamar el trono a favor del heredero, por esa razón pusieron, él y sus secuaces, en marcha un plan para terminar con la amenaza...
El pequeño a la sazón de cinco años fue raptado por Grimoald, y hecho pasar por muerto y, a la vez, Grimoald inventó un ardid tan grande que hasta su madre, dentro de su dolor, creyó que su marido muerto había dejado como segundo heredero a el hijo del mayordomo y, por ende, no hizo nada por impedir que se usurpase el trono.
Grimoald, a pesar de todo no lo pudo matar, por esa razón fue entregado por el mayordomo al obispo de Poitiers, éste tampoco pudo concretar el crimen así que lo enviaron a Irlanda permanentemente... donde fue educado en un monasterio en el monasterio de Slane, se hizo hombre y contrajo nupcias con Matilde, princesa Celta del lugar...
Al poco tiempo, él y su familia fueron de Irlanda a Inglaterra y establecieron residencia en Cork, en el reino de Northumberland. Donde entablaría amistad con San Wilfrid, obispo de York, su futuro mentor... en ese tiempo había una importante pugna entre la iglesia celta y la romana, ninguna reconocía a la otra como legítima, y como buen Católico, quería imponer la autoridad de su iglesia y valiéndose de ese motivo compelió a Dagoberto a recuperar su reino, a fin de poder aprovecharse de que cuando el rey reclamase su trono, para consolidar a la iglesia católica como la imperante en el territorio francés, mediante algún brazo armado, que perfectamente, podía ser el rey de Austrasia. Para esto, él y su familia debieron volver al continente, asentándose en alguna parte desconocida.
Desgraciadamente su esposa, al dar a luz a su tercera hija, y sin escrúpulo alguno, San Wilfrid decidió que Dagoberto debía volver a casarse, contrajo segundas nupcias con Giselle de Razès, hija del conde de Raséis y sobrina del rey de los visigodos. La ceremonia se llevó a cabo en la residencia oficial de la novia en Rhèade, en la iglesia de Sainte Madeleine.
De este matrimonio nacieron dos hijas más, pero, el último vástago fue varón, su nombre, Segisberto IV nacido en 676. En ese momento su padre recuperaba su trono... Dagoberto había contactado a su madre y con varios aliados esperaron tres años en las sombras para asentar el golpe final, reclamó su reino lo recuperó. Ayudó a eso el obispo de York.... Lástima que mucho no le durara su vida, fue asesinado en 679 y su hijo en 685...- Richard se detuvo para ver las caras de sus interlocutores.
- Excelente historia...- exclamó Ginny –lástima que hayan muerto los dos reyes...-.
- Muertos...- respondió Ron – muertos... ¡Eso es! La historia no ha acabado... tú dijiste que su importancia era que había sobrevivido...– su novia esbozó una sonrisa orgullosa –el que contaste fue el final "oficial" del cuento. ¿NO?...-.
- Muy observador, felicitaciones... pero todavía voy en la parte oficial...- Richard cayó un momento. –Dagoberto no fue el rey holgazán que Wilfrid creía que sería, adquirió bastante de la soberbia ante la eclesia romana que tenían sus parientes visigodos, intentó arrebatarle el poder a la iglesia en sus territorios, compuso su país, mantuvo un sistema centralizado tan eficiente como el romano en sus mejores tiempos, obtuvo, por su matrimonio, mucho territorio visigodo, cosa que molestaba a otros potentados y, poco a poco, fue creándose varios enemigos religiosos y seglares, que contaban con fuerzas dentro de Austrasia. Uno de ellos era el propio mayordomo de palacio Pipino de Heristal quien arrimado a sus enemigos políticos planearon su asesinato. En la mañana del 23 de diciembre de 679 Dagoberto fue a cazar a un bosque cerca del palacio de Stenay, una de las dos capitales de Austrasia para concretar alguna clase de ritual... no sé bien cuál... allí, cerca del mediodía, en un claro del bosque tomó una siesta, y mientras lo hacía, su ahijado lo asesinó enterrándole una daga en un ojo, y luego en el corazón...
(N/A: Esto lo inventé yo, no tengo recursos bibliográficos que contengan información sobre los funerales arrianos... Sorry -)
Fue enterrado, según el ritual pagano al que pertenecía su familia paterna, el arrianismo, con el esperado escándalo público expresado por la autoridad eclesiástica de la zona., bueno... la verdad es que el escándalo fue sólo de los parientes lejanos de su madre que habían quedado vivos después de la carnicería a la que fueron sometidos por los usurpadores del trono, los antes descritos y el cura, pero el resto pensó que era lo adecuado... para el funeral fue el cuerpo fue lavado, perfumado, dos monedas fueron puestas en sus ojos, tapado con un sudario, su espada y efectos personales fueron puestos a su lado en la iglesia de Saint Rémy... pero su destino trágico no terminó allí... En 872 su cadáver fue exhumado y llevado a otra iglesia, a ésa nueva iglesia se le puso, iglesia de San Dagoberto... había sido canonizado por un cónclave metropolitano. Aunque nunca quedó plenamente establecido por qué lo hicieron... de hecho nadie lo sabe, la iglesia nunca ha podido decirlo... el 23 de Diciembre es su festividad... la iglesia en Stenay de San Dagoberto fue considerada como muy importante por gente muy ilustre a lo largo de los siguientes siglos... Sin embargo, durante la revolución francesa, la iglesia fue destruida y los restos de Dagoberto fueron desperdigados por muchos lugares... No obstante... en el siglo XIX apareció un manuscrito llamado: "De Sancta Dagoberto Martyre Prose", lo que daba a entender que él sufrió alguna clase de martirio durante algún tiempo... ¿Extraño no?...-.
- ¿Y qué pasó después Sherlock? ¿Estabas hablando de alguien que sobrevivió...? ¿No?- inquirió Hermione.
- Bueno... déjenme recordar... ¿En qué iba?...- mirada de odio de los chicos - ...lo siento, tengo mala memoria de corto plazo... haber... funeral... ¡Ah sí! Su hijo, Segisberto IV... Él fue escondido por su hermana, del primer matrimonio de su padre... fue hecho pasar por muerto y mientras se realizaba su funeral fue trasladado hacia una lugar alejado de su reino, al Languedoc, allí vivió hasta que se hizo un hombre fuerte e inteligente, adoptando los títulos de su tío, Conde de Rhèade y Duque de Razès, desgraciadamente, y a pesar de sus esfuerzos nunca pudo recuperar el trono para sus familiares y siempre fue un rey exiliado de su patria... su familia intentó por años recuperar lo que, por derecho les pertenece pero ha sido bastante difícil... cambió su apellido por otro relacionado con plantas y así perpetuó la estirpe de sus antepasados... no recuerdo más de la historia, lo que más sé es sobre Dagoberto, hice un par de trabajos en la escuela sobre él, siempre me pareció un tema de estudio interesantísimo, pero qué fue de su hijo nunca me puedo acordar...-.
- Pero, por la forma en la que cuentas la historia, se podría decir que aún lo intentan... digo... recuperar su trono...- expresó Ginny.
- Ya no, al menos, no exactamente... pero eso es otra historia y ésta llega hasta aquí... el resto de la historia no la recuerdo, ésta me la solía contar mi madre antes de dormir y para terminarla tendría que preguntarle, y eso, va a costar un poco-.
- ¿Por qué...?- preguntó Hermione.
- Porque tendría que ir a hablar por teléfono... y no sé si te has dado cuenta, pero si vuelvo a salir, capaz, y Remus me fusila a la entrada, no le caigo nada, nada de bien... por eso... quizás otro día la termine...-.
Dentro de un lugar donde todo había salido del equilibrio quedó todo en calma, una brecha, donde antes todo era un muro de nada custodiada por el mismo caos y el orden en su infinita batalla por el control de la nada y el todo, quedó abierta y un alma fue llevada desde el fin hacia otra parte, un lugar intemporal sólo regido por los designios de dioses tan antiguos que hace mucho que se perdió sus nombres del conocimiento de cualquier ser.
- ¿Dónde estoy?- se dijo a sí mismo el hombre, quién había caído boca abajo, medio inconsciente, en un tupido manto de césped.
- ¿Qué?... ¿Acaso no lo sabes?- respondió una niña.
- ¿Cómo va a ser que no sepas?... Este es el reino más importante de Gran Bretaña...- lo hizo a su vez un chico.
Sirius, lentamente, se dio vuelta hacia las voces, pestañeó y trató de enfocar a su alrededor...y por un momento quedó pasmado ante lo que sus ojos habían captado, verdes praderas cubrían todo lo el horizonte, no importaba hacia donde mirara todo eran llanuras decoradas con el color de la esperanza, sólo interrumpidas por un pequeño rebaño de ovejas que pastaba cerca de allí y los dos muchachos que lo habían despertado.
- ...- terminó el muchacho, pero debido a que su interlocutor estaba distraído no alcanzó a escuchar.
- ¿Podrías Repetirlo?... no alcancé a escucharlo...- repitió Sirius una vez estuvo medianamente conciente de lo que sucedía.
- Estamos en Camelot... el reino del rey Arturo... eso fue lo que dije... señor...-.
- ¿Qué?... Camelot... no puede ser... no... No puede ser...- Sirius intentaba levantarse pero volvió a perder el equilibrio.
- ¿Qué no puede ser?-.
- Que yo esté aquí, yo caí en el velo de Hades... y escuché a Harry, ¡Harry! ¿Cómo estará mi pequeño?... se debe sentir terrible, Harry tiene esa terrible costumbre de culparse por todo, y en este momento se debe estar lamentando por todo...- mascullaba para sí mismo el joven Black.
- Disculpe señor... ¿Quién es Harry y qué está haciendo Ud Aquí?-.
- ¿Es caballero? ¿Vino para integrarse a la Orden?-.
El par de niños acribilló al hombre con preguntas.
- Despacio, despacio, una pregunta a la vez... vamos por orden... ¿Orden? ¿Qué Orden?... Lo siento, no soy caballero, Harry es mi ahijado, mi orgullo, y ¿Qué hago aquí, francamente, no tengo idea, tan sólo llegué aquí...-.
- ¡Oh! Si quiere lo podemos llevar a la ciudad, nosotros vivimos allí pero trabajamos pastoreando ovejas... volveremos pronto, tan pronto como anochezca, así que si le acomoda podría quedarse con nosotros hasta entonces...-.
- Claro, les estaría agradecido... así podrían decirme cómo es todo aquí ¿De acuerdo?- Sirius sonrió, miró hacia el cielo y murmuró una callada plegaria para su ahijado siguiendo a sus nuevos compañeros.
- ¡¿Qué demonios es esto?!- exclamó Harry ante lo que delante suyo había.
El joven Potter jamás había sido muy aplicado en lo que al dibujo se refería, pero lo que tenía enfrente estaba perfectamente claro. Un escudo de armas:
(N/A: voy a caracterizarlo lo más exacto a la heráldica posible según mis libros, pero lo pongo en cristiano más abajo)
Era un blasón de tipo francés, compuesto por un esmalte Gules con un círculo centro, en el interior de él una especie de antigua flor de Lis, ambos, en esmalte Oro y sobre el "Centro del Jefe" se encontraba un caballero con armadura con el mismo esmalte que porta el símbolo de la "Alianza" de Moisés y Javhé la estrella de David (N/A: No me acuerdo cómo se escribía Javhé, así que no me maten y si lo saben, en un review me corrigen ¿Bueno?) como amuleto y bajo el escudo a modo de leyenda llevaba escrito "Et In Arcadia Ego" (Y en la Arcadia yo... dicho en español).
- Ya... ok... esto es asustante...- mencionó Harry una vez conciente de lo que acababa de suceder. - ¿Cómo demonios acabo de dibujar eso? Yo jamás había visto algo nisiquiera parecido, entonces... ¿Cómo?... cómo si mi vida no fuera lo suficientemente complicada...-. Harry tensó los puños en señal de impotencia, relajóse un poco y cambió su expresión – No puede ser tan malo... menos mal que lo dibujé así podré saber qué demonios significa...-.
Más rápido de lo que a Richard le hubiese gustado llegó la hora de la cena. Aproximadamente quince personas que de él nada sabían, y que, seguramente, desconfiarían al igual que Remus, de él, no era, exactamente su idea de cena agradable.
- ¿Oigan... no creen que ya nos deben haber llamado?...- preguntó Ginny.
- Sí... tienes tazón...- el estómago de Ron apoyó el comentario ya que rugió-...Sí, es definitivo, es hora de la cena-.
Risotada general.
- Supongo que todo esta demostración demuestra que ya es hora de bajar... ¿Vamos?... no quiero que Ron se desmaye por falta de alimento...- indicó Hermione tomando la mano de su novio.
- ¿Es necesario?..- preguntó Richard.
- ¿Qué sucede Ecuyer?... ¿Asustado de la Orden del Fénix?....-burlóse la pequeña Weasley.
- ¿Te miento o te digo la verdad?-.
- Ni lo uno ni lo otro... Ahora muévete...- Ginny empujó a Richard hacia el pasillo.
Los cuatro, apenas redujeron la distancia hacia la cocina lo suficiente, pudieron oler el delicioso aroma que desprendía la comida de la señora Weasley.
- Huele delicioso... ¿No lo creen?...- enfatizó Ron.
- Si... Ron... desde hace rato...- le respondió su hermana.
- Bueno... no tengo la culpa de que mi mamá cocine tan rico, y que a mi me guste tanto su comida...- respondió enojado el muchacho.
- Lo que sea, ahora... ¿Podemos seguir caminando?-.
- No molestes enana...- le respondió Ron a Ginny.
- Bueno, mátame para la próxima...-.
- No me provoques...-.
Hermione tan sólo movió la cabeza dando a entender su postura al respecto y siguió caminando, Richard, a su vez, la siguió.
Una vez entraron a la cocina encontraron allí a la señora Weasley y a los gemelos, ésta advertía, mientras seguía cocinando, a los ya mencionados, sobre el trato que debían mantener para con el Ecuyer, es decir, ella hablaba y ellos fingían escucharla, dándose cuenta de los recién llegados, la señora Weasley calló abruptamente y se volteó hacia ellos.
- Buenas tardes señor Laine...-.
- Buenas tardes Sra. Weasley...-.
- Chicos, por favor arreglen la mesa, pronto comenzarán a llegar los invitados... Sr. Laine, siéntese...- le indicó una silla y se dio vuelta para volver a cocinar.
- Gracias... pero... yo quisiera ayudar...-.
- No se preocupe... Ud. Está de visita y las visitas no tienen que ayudar...- la cara de psicópata que puso la señora Weasley, y el hecho que tomara el cuchillo más grande de toda la cocina, provocó que los chicos y también los gemelos retrocedieran un paso, mientras que Richard tomó la silla más cercana y tomara asiento.
- Gracias- Su cara se volvió dulce –así está mejor... apúrense chicos, pronto llegarán los invitados. Los chicos no respondieron.
- ¡Ahora!- la cara se volvió aún más terrible.
- ¡Sí mamá!- Gritaron los Weasley-.
- ¡Sí!- gritó Hermione y todos juntos siguieron ordenando la mesa.
- Espero que aún no lleguen los invitados... las cosas aún no están listas- la señora iba a seguir hablando pero fue interrumpida por una sonora explosión, señal de que alguien ya había llegado.
Tres minutos más tarde, Kingsley Shakelbon aparecía en la cocina.
- Molly... muchachos...- hizo una venia indicando saludo.
- Buenas tardes Kingsley...- le respondió la Sra. sin embargo él no la escucho ya que inmediatamente formuló una pregunta no dirigida a ella.
- ¿Y usted es? algún tipo de refuerzo para la Orden, presumo...- la mirada del auror era inquisidora, dándole el ambiente el punto de corte con tijeras, con la tensión que formó.
- Richard Laine, y tanto así... no lo creo, pero se hará lo que se pueda...- Richard que quiso ablandar la tensión, tan sólo la aumentó.
- No se espera nada menos... señor Laine...-.
Los chicos, que ponían la mesa miraban el espectáculo como si se tratara de un partido de tenis.
- Supongo ¿Señor...?- Richard extendió su mano como saludo.
- Kingsley Shakelbon- las manos se estrecharon y ni aún así se calmó un poco el ambiente.
- Gusto en conocerlo-.
- Kingsley, él- indicó a Richard -es un invitado del profesor Dumbledore-.
- ¿Vendrá...?- preguntó el recién llegado a Molly Weasley.
- No lo sé, supongo...- le respondió ésta.
Mientras los chicos terminaban de poner la mesa se escuchó el segundo estallido, pero en este hubo algo diferente, algo se rompió y la señora Black comenzó a gritar.
- ¡Tonks!- el grito fue general.
- Demonios ¿Cómo lo hace?- Shakelbon salió disparado a callar al cuadro.
- ¡Cuando será el día que sea cuidadosa!...- resopló la señora Weasley.
Los chicos, tan sólo negaron con la cabeza y siguieron arreglando. Los gemelos, se rieron, pero tampoco dijeron palabra alguna. Richard miró su alrededor buscando a la causante de tal escándalo.
La auror obtuvo una "cálida" recepción una vez entró a la cocina:
- ¡Cuántas veces! Cuantas veces te hemos dicho que tengas cuidado...- le dijo la señora Weasley.
- Muy buena Tonks... Fred, me debes una galeón- George estiró la mano y su hermano se llevó la mano al bolsillo para extraer la moneda en cuestión, la iba a pasar a su gemelo cuando su mamá la interceptó.
- Eso fue muy irrespetuoso... ¡Discúlpense con Tonks!- rugió Molly Weasley.
- Discúlpanos Tonks...-.
- No se preocupen...- la chica les dio una sonrisa.
- Ves mamá, Tonks nos quiere...- Fred estiró la mano para que su mamá le devolviera el galeón, pero ella no lo hizo, tomó la moneda, se acercó hacia Tonks y se la dio.
- Toma Tonks, si tú fuiste la causa de la apuesta, lo más correcto es que tú recibas la paga ¿No?-.
- Pero, yo... no podría...- Tonks intentaba explicarse.
- Tómala...- cara de psicópata de parte de la señora Weasley.
- De acuerdo- respondió asustada la chica.
- Qué bien, mira Tonks, él es el señor Laine-.
- Mucho gusto...- "retrato listo, Tonks, te estás volviendo paranoica" Le dio la mano a Richard.
Cinco segundos después...
- Disculpa... ¿Me devuelves mi mano?...- le preguntó bastante aproblemado el Ecuyer.
- Oh, claro... soy tan torpe, nunca sé bien que hago... disculpa...-.
- No te preocupes no pasa nada-.
Tonks, Kingsley y Richard tomaron asiento en la mesa, los chicos los siguieron.
- Bueno señor Laine, me alegro de ver gente nueva por aquí, ya me estaba aburriendo de ver siempre a los mismos...- dijo Tonks.
- Tonks ¿Ya no nos quieres?- le reclamaron los gemelos en tono de burla.
- Nop, lo siento, los acabo de cambiar- les siguió el juego la chica.
Resultado: Richard rojo, vergüenza ajena de parte de Kingsley, enojo de parte de Molly Weasley y risotada general de parte del resto.
- Tonks...-.
- ya...-.
- no...-.
- nos...-.
- quiere...- fueron diciendo los gemelos.
- ¡Lloremos!- terminaron al unísono y procedieron a abrazarse.
Otra risotada.
- ¿Por qué estamos llorando?- preguntó el señor Weasley.
- Porque Tonks ya no nos quiere papá... ¡Hola!-.
- Hola a todos- mencionó el señor Weasley y se acercó a su esposa.
- Hola cariño... ¿Cómo va todo?...-.
- Bien, pero tenemos un invitado...- se volteó hacia la mesa –Señor Laine, mi marido-.
- Buenas tardes señor Weasley- Richard se paró para saludarlo.
- Buenas tardes señor Laine- mirada extraña del señor hacia el Ecuyer.
- ¿Sucede algo?...- preguntó Richard cuando su celular sonó.
- Nada, no se preocupe... ¿Qué suena?-.
- Mi teléfono, pensé que no tomaría señal en un lugar cómo este, debo contestar... ¿Me disculpan? Permiso...- Richard hizo el ademán de salir, Ron se paró en señal de acompañarlo pero justo el celular terminó de sonar. La cara de Arthur Weasley cambió totalmente al escuchar el aparato muggle.
- ¿Un teléfono? ¿De verdad? Yo tengo uno en casa pero jamás he sabido de alguno tan pequeño, y no tiene cables... ¿Cómo funciona?...- el señor Weasley fue acercándose hacia Richard para seguir acribillándolo con preguntas, y lo habría logrado de no ser porque...
- Haciendo nuevos amigos... ¿Eh... Richard?- Remus Lupin se encontraba en la cocina con cara de pocos amigos.
Era la vigésima séptima vuelta que Harry se daba a través de la habitación, cada vez que terminaba una vuelta llegaba al mismo punto, el dibujo del escudo de armas, lo veía y al no poder descubrir nada que le ayudara a dilucidar lo que podía significar, se desesperaba y volvía a emprender la marcha en otra vuelta más. Al final de la que estaba haciendo algo lo descolocó, corrió hacia el álbum de fotos, había algo familiar entre el dibujo y una extraña fotografía que recién ese día había visto.
Fin capítulo 5. Caminando un paso, retrocediendo dos... ¿Alianzas... con quién? La peor manera de entablar relaciones...
Lunes 26 de julio.
Condolencias:
No soy católica, pero eso no importa en este momento, ayer (Domingo 25 de Julio), un sacerdote fue asesinado mientras daba una misa en la catedral de Santiago de Chile, las razones por las que lo mataron no interesan (No creo en la hipótesis), sin embargo, por respeto a las personas que tuvieron que presenciar tan terrible evento... mis condolencias....
Miércoles 28 de Julio: Ayer (martes 27 de julio), en la embajada chilena en Costa Rica hubo un confuso accidente (son las 11:36 AM y todavía no queda completamente claro qué pasó) que les costó la vida a tres compatriotas. Si bien no conocía a ninguno de ellos, igualmente les presento mis condolencias a sus familiares y a todo el cuerpo diplomático chileno, del cuál conozco a varios miembros.
Reviews:
Pabli: gracias por tu review... lo de que no sea yaoi me halaga, todavía estoy traumada por el sábado, necesito un psicólogo... espero que este chapter te guste...
Por Katie Lupin.
Disclaimer: Nada de esto, excepto la trama y el personaje de Richard Laine, me pertenece, esto es sólo ficción, cualquier alcance con la realidad es sólo coincidencia... bueno casi, porque lo que es de la realidad y se expresa aquí se hace sólo con fines argumentales.
En el capítulo anterior...
Era tan fácil de entender que llegaba a ser exasperante, todo el tiempo había estado clamándole y él no había querido escuchar... lo único que quería escuchar era una, cualquiera que fuera, razón para seguir y ella había estado siempre con él... No se rendiría, simplemente porque él necesitaba forjar su propio destino y no dejar que se lo manejaran, Voldemort no ganaría la guerra, simplemente porque no tenía nada por qué luchar, al contrario de él, él viviría para ver el día después del final, para ver el amanecer después de una oscura noche que ya había durado demasiado... y que pronto estaría por terminar...
En un lugar donde nada es blanco o negro, donde no reina ni la oscuridad ni la luz, donde no vive ni el silencio ni el ruido, sonde todo vuelve a su mismo punto inicial, un cambio hubo, algo se rompió dentro de ese inconstante equilibrio, una explosión lo hizo, y en esa explosión, un alma pasó del cielo, al último bastión antes del retorno...
Capítulo V: Caminando un paso, retrocediendo dos... ¿Alianzas... con quién? La peor manera de entablar relaciones...
- ¡OH! Veo, de hecho, huelo que ya estás aquí Mundugus...- expresó Tonks y se dio vuelta encarando a Mundugus Fletcher.
- ¿Cómo lo supiste?-.
- No lo sé, intuición femenina- dijo la joven con sarcasmo.
- De acuerdo... lo que sea... recuerda que hoy hay reunión... a la hora de la cena, no faltes...-.
El miembro de la Orden del Fénix no obtuvo más respuesta que un movimiento de la mano de la auror,
Tonks se dirigió hacia la casa de Arabella Figg, la Squib que testificara a favor de Harry en el juicio disciplinario al que tuviera que someterse El- niño-que-vivió por un ataque que sufrieran él y su primo en el verano pasado, para buscar sus cosas.
La verdad era que nisiquiera la tía Petunia, quien espiaba desde la ventana de la cocina, la reconocería en ese momento, iba vestida como toda una ejecutiva y su pelo, en vez de llevar esos típicos colores subidos de tono, iba de un castaño que no le llamaría la atención a nadie; la tía de Harry, al ver a semejante espécimen a la casa de la "vieja de los gatos", apelativo que ella y su familia le tenían, obviamente cuando no estaba presente, simplemente arrugó la nariz, pronunció algo cómo la cantidad de vendedores ambulantes que habían últimamente y siguió mirando la revista "rosa" que leía.
Tonks entró a la casa, la tetera estaba hirviendo, la misma quietud se esparcía por el ambiente, la misma que viese cuando era niña, no se había parado a contar cuantos veranos había pasado allí, de todas maneras, su tutora la llevaba allí durante los veranos, quien podría haber imaginado que la señora Figg fuese su tía abuela... El mundo es un pañuelo...
- Pasa Nynfh...- escuchó desde la cocina, -Encima de la mesa hay galletas de chocolate- Tonks, no esperó la segunda advertencia y atacó las galletas.
- Me encantan estas galletas... a mi abuela jamás le quedaron así...-.
- Ah, es que no les echaba esencia de vainilla... por eso las de mi hermana no tenían el mismo sabor...- contestó la señora.
- Vine por mis cosas, terminó mi turno... debo volver a mi casa antes de ir a la reunión...-.
- Pero no creo que rechaces tomar un té conmigo ¿No?...-.
- OH claro que no, jamás perdería la oportunidad de arrebatarme comiendo galletas...- Tonks tomó otra galleta.
- Bien, come las que quieras... Remus me envió una carta hace un par de días, pero no he tenido tiempo de contestarla, los chicos de la cuadra son unos bándalos y han arruinado mis rosas, esto es el colmo... y sus padres fingen no saber nada al respecto... dónde irá a parar este mundo si los jovencitos se compartan de esta manera...-.
- Sí, me lo supuse cuando vi el pasto de toda la cuadra absolutamente destrozado, excepto el de sus propias casas, aunque hace un par de días le tocó a la casa de los tíos de Harry, y el pobre estuvo todo el día jardineando (N/A: Esta palabra la usan mi abuelo, cuando anda metido en las plantas ) para arreglar ese desastre...-.
- Pobre chico, este verano debe de ser el peor de su vida, nisiquiera el del año pasado pudo haber sido peor... en realidad me alegra que haberlo podido ayudar el año pasado como "pago" por lo que no pude hacer antes...- Arabella Figg hizo su aparición ante la auror, con todo para tomar té.
- No se puede negar, pero, no sé, el día de hoy fue algo diferente... no sé, qué exactamente, pero, fue algo bueno, de eso estoy segura...- Tonks tomó su té, sintiendo, por primera vez, en todo el verano, que sentía que las cosas podían mejorar.
Afueras de París, Francia.
En la residencia Plantard, o mejor conocida, como Residencia Saint-Claire, se encontraba Scott Sinclair, Gran Maestre d la Priurè, arreglando algunos papeles.
- Pronto, pronto... todo debería volver al principio...-.
Miró el calendario y volvió a ordenar papeles, pasando por alto uno, una fotografía. Dándose cuenta de la foto, volvió los papeles encontrándola entre ellos salía un niño de ojos azules, cabello castaño que en su ojo traía un parche, vestía como si viniera de un naufragio, en su mano traía una espada de pirata, y sonreía feliz a la cámara.
- Una vez dejé que los hechos nos sobrepasaran, eso no volverá a suceder, aunque me muera, tenga que pelear yo mismo, o tenga que renunciar a lo más preciado...- apretó la foto entre sus manos –Esta vez no...-. Miró por segunda vez la fotografía, para tomar un sobre con su membrete en la parte superior y la guardó dentro.
- ...En un par de días más todos lo sabrán, de eso no me cabe duda...-.
Desde un departamento, muy lejos de allí, un hombre escuchaba atentamente lo que el Maestre mascullaba y al ver lo que el viejo hiciera anunció: -Una vez te salvaste ya Sinclair, le próxima no te será tan fácil... te lo aseguro-.
Harry se encontraba sobre su cama recostado pensando en lo que había encontrado en el álbum, al fin y al cabo no se había dado cuenta antes de eso, era algo tan minúsculo que lo había pasado por ato varias veces, en una de las fotos de sus padres aparecía su tía, jamás lo había notado pero ahí estaba, no podía entender lo que significaba, pero era bastante interesante tratar de explicar aquel fenómeno.
- A lo mejor la foto está trucada... o puede ser que alguien que quisiera mucho a mi mamá la pusiese bajo alguna maldición imperio y la dejara ahí como regalo, sólo eso explicaría su presencia allí y que estuviese sonriendo...- Harry sacudió la cabeza y puso cara de asco –Imágenes mentales... imágenes mentales... a quién demonios se le ocurren esas cosas...-.
Debido a que sus imaginaciones lo persiguieron otro par de minutos optó por distraerse y procedió a levantarse, tomar un poco de pergamino, pluma y dibujar a Hedwig, sin embargo, dentro de su concentración se perdió y fue a dar a los oscuros rincones de su conciencia sólo para que en su exterior su mano cobrara vida propia y dibujara algo que el pequeño Potter no conocía ni por asomo, un escudo de armas.
En la habitación de Ron se llevaba a cabo un torneo amateur de Snap explosivo, del cual Ginny y Ron eran los finalistas, ambos hermanos, después de un reñido juego decidieron que la menor de la familia sería declarada como campeona; una vez realizada la premiación, se quedaron sumergidos en un incómodo silencio, más bien uno bastante tenso.
- ¿Cómo que se nos acabaron las buenas ideas no?...- dijo la ganadora del juego para tratar de salvar la situación.
- No... ¿De verdad...?- le contestó sarcásticamente su hermano.
- Creo que lo mejor será que encontremos algo más que hacer... y rápido...- masculló Hermione por entre los dientes.
- ¿Les gustan las historias?- preguntó Richard.
- ¿Qué edad crees que tenemos?...- preguntó Ron.
- No lo sé, aunque no creo que pasen de los 17, de otro modo no asistirían a Hogwarts...- explicó a lo "Xellos"Sore wa himitsu desu (N/A: ¿No vieron "Slayers"?).
- Brillante respuesta...- fue el turno de Ginny para ironizar.
- ¿Tienen una mejor idea?-.
- No... ¿Y ustedes...?- suspiró Hermione.
- Eso creía...- resopló el Ecuyer. -¿Conocen a Segismundo IV?- obtuvo por respuesta un no de los Weasley, pero no así de la otra chica.
- Fue un rey Godo...-.
- Oh, alguien que conoce de historia universal... que interesante... ¿Sabes cuál fue su importancia?-.
- Que lo mataron... y le quitaron su reino... creo...- la muchacha se llevó la mano al mentón en ademán pensativo.
- Algo así... la importancia que tuvo, según la historia general, fue que murió, pero, "extraoficialmente", fue que escapó, se asentó en otro lugar y siguió su vida...-.
- Disculpen...- interrumpió Ginny – no pretendo ser molesta ni nada por el estilo, pero, comprenderán que no tengo idea de historia, desgraciadamente, el gen de la retención de información se lo llevó alguien a quién no deseo nombrar, así que si me ayudan a comprender... sería más fácil ¿No creen?-.
- ¡OH! Claro... como iba a decir... Dagoberto II era el heredero de Sigisberto III, rey de Austrasia (-¡Oh sí! Qué interesante... ¿qué tiene que ver con Segismundo?- siseó Ron.), Rey a quien la iglesia católica quería quitar su reino, y que por eso lo asesinaron, su muerte fue muy sentida, pero el que tuviera heredero perturbaba a su mayordomo de palacio, en cualquier momento alguien podía reclamar el trono a favor del heredero, por esa razón pusieron, él y sus secuaces, en marcha un plan para terminar con la amenaza...
El pequeño a la sazón de cinco años fue raptado por Grimoald, y hecho pasar por muerto y, a la vez, Grimoald inventó un ardid tan grande que hasta su madre, dentro de su dolor, creyó que su marido muerto había dejado como segundo heredero a el hijo del mayordomo y, por ende, no hizo nada por impedir que se usurpase el trono.
Grimoald, a pesar de todo no lo pudo matar, por esa razón fue entregado por el mayordomo al obispo de Poitiers, éste tampoco pudo concretar el crimen así que lo enviaron a Irlanda permanentemente... donde fue educado en un monasterio en el monasterio de Slane, se hizo hombre y contrajo nupcias con Matilde, princesa Celta del lugar...
Al poco tiempo, él y su familia fueron de Irlanda a Inglaterra y establecieron residencia en Cork, en el reino de Northumberland. Donde entablaría amistad con San Wilfrid, obispo de York, su futuro mentor... en ese tiempo había una importante pugna entre la iglesia celta y la romana, ninguna reconocía a la otra como legítima, y como buen Católico, quería imponer la autoridad de su iglesia y valiéndose de ese motivo compelió a Dagoberto a recuperar su reino, a fin de poder aprovecharse de que cuando el rey reclamase su trono, para consolidar a la iglesia católica como la imperante en el territorio francés, mediante algún brazo armado, que perfectamente, podía ser el rey de Austrasia. Para esto, él y su familia debieron volver al continente, asentándose en alguna parte desconocida.
Desgraciadamente su esposa, al dar a luz a su tercera hija, y sin escrúpulo alguno, San Wilfrid decidió que Dagoberto debía volver a casarse, contrajo segundas nupcias con Giselle de Razès, hija del conde de Raséis y sobrina del rey de los visigodos. La ceremonia se llevó a cabo en la residencia oficial de la novia en Rhèade, en la iglesia de Sainte Madeleine.
De este matrimonio nacieron dos hijas más, pero, el último vástago fue varón, su nombre, Segisberto IV nacido en 676. En ese momento su padre recuperaba su trono... Dagoberto había contactado a su madre y con varios aliados esperaron tres años en las sombras para asentar el golpe final, reclamó su reino lo recuperó. Ayudó a eso el obispo de York.... Lástima que mucho no le durara su vida, fue asesinado en 679 y su hijo en 685...- Richard se detuvo para ver las caras de sus interlocutores.
- Excelente historia...- exclamó Ginny –lástima que hayan muerto los dos reyes...-.
- Muertos...- respondió Ron – muertos... ¡Eso es! La historia no ha acabado... tú dijiste que su importancia era que había sobrevivido...– su novia esbozó una sonrisa orgullosa –el que contaste fue el final "oficial" del cuento. ¿NO?...-.
- Muy observador, felicitaciones... pero todavía voy en la parte oficial...- Richard cayó un momento. –Dagoberto no fue el rey holgazán que Wilfrid creía que sería, adquirió bastante de la soberbia ante la eclesia romana que tenían sus parientes visigodos, intentó arrebatarle el poder a la iglesia en sus territorios, compuso su país, mantuvo un sistema centralizado tan eficiente como el romano en sus mejores tiempos, obtuvo, por su matrimonio, mucho territorio visigodo, cosa que molestaba a otros potentados y, poco a poco, fue creándose varios enemigos religiosos y seglares, que contaban con fuerzas dentro de Austrasia. Uno de ellos era el propio mayordomo de palacio Pipino de Heristal quien arrimado a sus enemigos políticos planearon su asesinato. En la mañana del 23 de diciembre de 679 Dagoberto fue a cazar a un bosque cerca del palacio de Stenay, una de las dos capitales de Austrasia para concretar alguna clase de ritual... no sé bien cuál... allí, cerca del mediodía, en un claro del bosque tomó una siesta, y mientras lo hacía, su ahijado lo asesinó enterrándole una daga en un ojo, y luego en el corazón...
(N/A: Esto lo inventé yo, no tengo recursos bibliográficos que contengan información sobre los funerales arrianos... Sorry -)
Fue enterrado, según el ritual pagano al que pertenecía su familia paterna, el arrianismo, con el esperado escándalo público expresado por la autoridad eclesiástica de la zona., bueno... la verdad es que el escándalo fue sólo de los parientes lejanos de su madre que habían quedado vivos después de la carnicería a la que fueron sometidos por los usurpadores del trono, los antes descritos y el cura, pero el resto pensó que era lo adecuado... para el funeral fue el cuerpo fue lavado, perfumado, dos monedas fueron puestas en sus ojos, tapado con un sudario, su espada y efectos personales fueron puestos a su lado en la iglesia de Saint Rémy... pero su destino trágico no terminó allí... En 872 su cadáver fue exhumado y llevado a otra iglesia, a ésa nueva iglesia se le puso, iglesia de San Dagoberto... había sido canonizado por un cónclave metropolitano. Aunque nunca quedó plenamente establecido por qué lo hicieron... de hecho nadie lo sabe, la iglesia nunca ha podido decirlo... el 23 de Diciembre es su festividad... la iglesia en Stenay de San Dagoberto fue considerada como muy importante por gente muy ilustre a lo largo de los siguientes siglos... Sin embargo, durante la revolución francesa, la iglesia fue destruida y los restos de Dagoberto fueron desperdigados por muchos lugares... No obstante... en el siglo XIX apareció un manuscrito llamado: "De Sancta Dagoberto Martyre Prose", lo que daba a entender que él sufrió alguna clase de martirio durante algún tiempo... ¿Extraño no?...-.
- ¿Y qué pasó después Sherlock? ¿Estabas hablando de alguien que sobrevivió...? ¿No?- inquirió Hermione.
- Bueno... déjenme recordar... ¿En qué iba?...- mirada de odio de los chicos - ...lo siento, tengo mala memoria de corto plazo... haber... funeral... ¡Ah sí! Su hijo, Segisberto IV... Él fue escondido por su hermana, del primer matrimonio de su padre... fue hecho pasar por muerto y mientras se realizaba su funeral fue trasladado hacia una lugar alejado de su reino, al Languedoc, allí vivió hasta que se hizo un hombre fuerte e inteligente, adoptando los títulos de su tío, Conde de Rhèade y Duque de Razès, desgraciadamente, y a pesar de sus esfuerzos nunca pudo recuperar el trono para sus familiares y siempre fue un rey exiliado de su patria... su familia intentó por años recuperar lo que, por derecho les pertenece pero ha sido bastante difícil... cambió su apellido por otro relacionado con plantas y así perpetuó la estirpe de sus antepasados... no recuerdo más de la historia, lo que más sé es sobre Dagoberto, hice un par de trabajos en la escuela sobre él, siempre me pareció un tema de estudio interesantísimo, pero qué fue de su hijo nunca me puedo acordar...-.
- Pero, por la forma en la que cuentas la historia, se podría decir que aún lo intentan... digo... recuperar su trono...- expresó Ginny.
- Ya no, al menos, no exactamente... pero eso es otra historia y ésta llega hasta aquí... el resto de la historia no la recuerdo, ésta me la solía contar mi madre antes de dormir y para terminarla tendría que preguntarle, y eso, va a costar un poco-.
- ¿Por qué...?- preguntó Hermione.
- Porque tendría que ir a hablar por teléfono... y no sé si te has dado cuenta, pero si vuelvo a salir, capaz, y Remus me fusila a la entrada, no le caigo nada, nada de bien... por eso... quizás otro día la termine...-.
Dentro de un lugar donde todo había salido del equilibrio quedó todo en calma, una brecha, donde antes todo era un muro de nada custodiada por el mismo caos y el orden en su infinita batalla por el control de la nada y el todo, quedó abierta y un alma fue llevada desde el fin hacia otra parte, un lugar intemporal sólo regido por los designios de dioses tan antiguos que hace mucho que se perdió sus nombres del conocimiento de cualquier ser.
- ¿Dónde estoy?- se dijo a sí mismo el hombre, quién había caído boca abajo, medio inconsciente, en un tupido manto de césped.
- ¿Qué?... ¿Acaso no lo sabes?- respondió una niña.
- ¿Cómo va a ser que no sepas?... Este es el reino más importante de Gran Bretaña...- lo hizo a su vez un chico.
Sirius, lentamente, se dio vuelta hacia las voces, pestañeó y trató de enfocar a su alrededor...y por un momento quedó pasmado ante lo que sus ojos habían captado, verdes praderas cubrían todo lo el horizonte, no importaba hacia donde mirara todo eran llanuras decoradas con el color de la esperanza, sólo interrumpidas por un pequeño rebaño de ovejas que pastaba cerca de allí y los dos muchachos que lo habían despertado.
- ...- terminó el muchacho, pero debido a que su interlocutor estaba distraído no alcanzó a escuchar.
- ¿Podrías Repetirlo?... no alcancé a escucharlo...- repitió Sirius una vez estuvo medianamente conciente de lo que sucedía.
- Estamos en Camelot... el reino del rey Arturo... eso fue lo que dije... señor...-.
- ¿Qué?... Camelot... no puede ser... no... No puede ser...- Sirius intentaba levantarse pero volvió a perder el equilibrio.
- ¿Qué no puede ser?-.
- Que yo esté aquí, yo caí en el velo de Hades... y escuché a Harry, ¡Harry! ¿Cómo estará mi pequeño?... se debe sentir terrible, Harry tiene esa terrible costumbre de culparse por todo, y en este momento se debe estar lamentando por todo...- mascullaba para sí mismo el joven Black.
- Disculpe señor... ¿Quién es Harry y qué está haciendo Ud Aquí?-.
- ¿Es caballero? ¿Vino para integrarse a la Orden?-.
El par de niños acribilló al hombre con preguntas.
- Despacio, despacio, una pregunta a la vez... vamos por orden... ¿Orden? ¿Qué Orden?... Lo siento, no soy caballero, Harry es mi ahijado, mi orgullo, y ¿Qué hago aquí, francamente, no tengo idea, tan sólo llegué aquí...-.
- ¡Oh! Si quiere lo podemos llevar a la ciudad, nosotros vivimos allí pero trabajamos pastoreando ovejas... volveremos pronto, tan pronto como anochezca, así que si le acomoda podría quedarse con nosotros hasta entonces...-.
- Claro, les estaría agradecido... así podrían decirme cómo es todo aquí ¿De acuerdo?- Sirius sonrió, miró hacia el cielo y murmuró una callada plegaria para su ahijado siguiendo a sus nuevos compañeros.
- ¡¿Qué demonios es esto?!- exclamó Harry ante lo que delante suyo había.
El joven Potter jamás había sido muy aplicado en lo que al dibujo se refería, pero lo que tenía enfrente estaba perfectamente claro. Un escudo de armas:
(N/A: voy a caracterizarlo lo más exacto a la heráldica posible según mis libros, pero lo pongo en cristiano más abajo)
Era un blasón de tipo francés, compuesto por un esmalte Gules con un círculo centro, en el interior de él una especie de antigua flor de Lis, ambos, en esmalte Oro y sobre el "Centro del Jefe" se encontraba un caballero con armadura con el mismo esmalte que porta el símbolo de la "Alianza" de Moisés y Javhé la estrella de David (N/A: No me acuerdo cómo se escribía Javhé, así que no me maten y si lo saben, en un review me corrigen ¿Bueno?) como amuleto y bajo el escudo a modo de leyenda llevaba escrito "Et In Arcadia Ego" (Y en la Arcadia yo... dicho en español).
- Ya... ok... esto es asustante...- mencionó Harry una vez conciente de lo que acababa de suceder. - ¿Cómo demonios acabo de dibujar eso? Yo jamás había visto algo nisiquiera parecido, entonces... ¿Cómo?... cómo si mi vida no fuera lo suficientemente complicada...-. Harry tensó los puños en señal de impotencia, relajóse un poco y cambió su expresión – No puede ser tan malo... menos mal que lo dibujé así podré saber qué demonios significa...-.
Más rápido de lo que a Richard le hubiese gustado llegó la hora de la cena. Aproximadamente quince personas que de él nada sabían, y que, seguramente, desconfiarían al igual que Remus, de él, no era, exactamente su idea de cena agradable.
- ¿Oigan... no creen que ya nos deben haber llamado?...- preguntó Ginny.
- Sí... tienes tazón...- el estómago de Ron apoyó el comentario ya que rugió-...Sí, es definitivo, es hora de la cena-.
Risotada general.
- Supongo que todo esta demostración demuestra que ya es hora de bajar... ¿Vamos?... no quiero que Ron se desmaye por falta de alimento...- indicó Hermione tomando la mano de su novio.
- ¿Es necesario?..- preguntó Richard.
- ¿Qué sucede Ecuyer?... ¿Asustado de la Orden del Fénix?....-burlóse la pequeña Weasley.
- ¿Te miento o te digo la verdad?-.
- Ni lo uno ni lo otro... Ahora muévete...- Ginny empujó a Richard hacia el pasillo.
Los cuatro, apenas redujeron la distancia hacia la cocina lo suficiente, pudieron oler el delicioso aroma que desprendía la comida de la señora Weasley.
- Huele delicioso... ¿No lo creen?...- enfatizó Ron.
- Si... Ron... desde hace rato...- le respondió su hermana.
- Bueno... no tengo la culpa de que mi mamá cocine tan rico, y que a mi me guste tanto su comida...- respondió enojado el muchacho.
- Lo que sea, ahora... ¿Podemos seguir caminando?-.
- No molestes enana...- le respondió Ron a Ginny.
- Bueno, mátame para la próxima...-.
- No me provoques...-.
Hermione tan sólo movió la cabeza dando a entender su postura al respecto y siguió caminando, Richard, a su vez, la siguió.
Una vez entraron a la cocina encontraron allí a la señora Weasley y a los gemelos, ésta advertía, mientras seguía cocinando, a los ya mencionados, sobre el trato que debían mantener para con el Ecuyer, es decir, ella hablaba y ellos fingían escucharla, dándose cuenta de los recién llegados, la señora Weasley calló abruptamente y se volteó hacia ellos.
- Buenas tardes señor Laine...-.
- Buenas tardes Sra. Weasley...-.
- Chicos, por favor arreglen la mesa, pronto comenzarán a llegar los invitados... Sr. Laine, siéntese...- le indicó una silla y se dio vuelta para volver a cocinar.
- Gracias... pero... yo quisiera ayudar...-.
- No se preocupe... Ud. Está de visita y las visitas no tienen que ayudar...- la cara de psicópata que puso la señora Weasley, y el hecho que tomara el cuchillo más grande de toda la cocina, provocó que los chicos y también los gemelos retrocedieran un paso, mientras que Richard tomó la silla más cercana y tomara asiento.
- Gracias- Su cara se volvió dulce –así está mejor... apúrense chicos, pronto llegarán los invitados. Los chicos no respondieron.
- ¡Ahora!- la cara se volvió aún más terrible.
- ¡Sí mamá!- Gritaron los Weasley-.
- ¡Sí!- gritó Hermione y todos juntos siguieron ordenando la mesa.
- Espero que aún no lleguen los invitados... las cosas aún no están listas- la señora iba a seguir hablando pero fue interrumpida por una sonora explosión, señal de que alguien ya había llegado.
Tres minutos más tarde, Kingsley Shakelbon aparecía en la cocina.
- Molly... muchachos...- hizo una venia indicando saludo.
- Buenas tardes Kingsley...- le respondió la Sra. sin embargo él no la escucho ya que inmediatamente formuló una pregunta no dirigida a ella.
- ¿Y usted es? algún tipo de refuerzo para la Orden, presumo...- la mirada del auror era inquisidora, dándole el ambiente el punto de corte con tijeras, con la tensión que formó.
- Richard Laine, y tanto así... no lo creo, pero se hará lo que se pueda...- Richard que quiso ablandar la tensión, tan sólo la aumentó.
- No se espera nada menos... señor Laine...-.
Los chicos, que ponían la mesa miraban el espectáculo como si se tratara de un partido de tenis.
- Supongo ¿Señor...?- Richard extendió su mano como saludo.
- Kingsley Shakelbon- las manos se estrecharon y ni aún así se calmó un poco el ambiente.
- Gusto en conocerlo-.
- Kingsley, él- indicó a Richard -es un invitado del profesor Dumbledore-.
- ¿Vendrá...?- preguntó el recién llegado a Molly Weasley.
- No lo sé, supongo...- le respondió ésta.
Mientras los chicos terminaban de poner la mesa se escuchó el segundo estallido, pero en este hubo algo diferente, algo se rompió y la señora Black comenzó a gritar.
- ¡Tonks!- el grito fue general.
- Demonios ¿Cómo lo hace?- Shakelbon salió disparado a callar al cuadro.
- ¡Cuando será el día que sea cuidadosa!...- resopló la señora Weasley.
Los chicos, tan sólo negaron con la cabeza y siguieron arreglando. Los gemelos, se rieron, pero tampoco dijeron palabra alguna. Richard miró su alrededor buscando a la causante de tal escándalo.
La auror obtuvo una "cálida" recepción una vez entró a la cocina:
- ¡Cuántas veces! Cuantas veces te hemos dicho que tengas cuidado...- le dijo la señora Weasley.
- Muy buena Tonks... Fred, me debes una galeón- George estiró la mano y su hermano se llevó la mano al bolsillo para extraer la moneda en cuestión, la iba a pasar a su gemelo cuando su mamá la interceptó.
- Eso fue muy irrespetuoso... ¡Discúlpense con Tonks!- rugió Molly Weasley.
- Discúlpanos Tonks...-.
- No se preocupen...- la chica les dio una sonrisa.
- Ves mamá, Tonks nos quiere...- Fred estiró la mano para que su mamá le devolviera el galeón, pero ella no lo hizo, tomó la moneda, se acercó hacia Tonks y se la dio.
- Toma Tonks, si tú fuiste la causa de la apuesta, lo más correcto es que tú recibas la paga ¿No?-.
- Pero, yo... no podría...- Tonks intentaba explicarse.
- Tómala...- cara de psicópata de parte de la señora Weasley.
- De acuerdo- respondió asustada la chica.
- Qué bien, mira Tonks, él es el señor Laine-.
- Mucho gusto...- "retrato listo, Tonks, te estás volviendo paranoica" Le dio la mano a Richard.
Cinco segundos después...
- Disculpa... ¿Me devuelves mi mano?...- le preguntó bastante aproblemado el Ecuyer.
- Oh, claro... soy tan torpe, nunca sé bien que hago... disculpa...-.
- No te preocupes no pasa nada-.
Tonks, Kingsley y Richard tomaron asiento en la mesa, los chicos los siguieron.
- Bueno señor Laine, me alegro de ver gente nueva por aquí, ya me estaba aburriendo de ver siempre a los mismos...- dijo Tonks.
- Tonks ¿Ya no nos quieres?- le reclamaron los gemelos en tono de burla.
- Nop, lo siento, los acabo de cambiar- les siguió el juego la chica.
Resultado: Richard rojo, vergüenza ajena de parte de Kingsley, enojo de parte de Molly Weasley y risotada general de parte del resto.
- Tonks...-.
- ya...-.
- no...-.
- nos...-.
- quiere...- fueron diciendo los gemelos.
- ¡Lloremos!- terminaron al unísono y procedieron a abrazarse.
Otra risotada.
- ¿Por qué estamos llorando?- preguntó el señor Weasley.
- Porque Tonks ya no nos quiere papá... ¡Hola!-.
- Hola a todos- mencionó el señor Weasley y se acercó a su esposa.
- Hola cariño... ¿Cómo va todo?...-.
- Bien, pero tenemos un invitado...- se volteó hacia la mesa –Señor Laine, mi marido-.
- Buenas tardes señor Weasley- Richard se paró para saludarlo.
- Buenas tardes señor Laine- mirada extraña del señor hacia el Ecuyer.
- ¿Sucede algo?...- preguntó Richard cuando su celular sonó.
- Nada, no se preocupe... ¿Qué suena?-.
- Mi teléfono, pensé que no tomaría señal en un lugar cómo este, debo contestar... ¿Me disculpan? Permiso...- Richard hizo el ademán de salir, Ron se paró en señal de acompañarlo pero justo el celular terminó de sonar. La cara de Arthur Weasley cambió totalmente al escuchar el aparato muggle.
- ¿Un teléfono? ¿De verdad? Yo tengo uno en casa pero jamás he sabido de alguno tan pequeño, y no tiene cables... ¿Cómo funciona?...- el señor Weasley fue acercándose hacia Richard para seguir acribillándolo con preguntas, y lo habría logrado de no ser porque...
- Haciendo nuevos amigos... ¿Eh... Richard?- Remus Lupin se encontraba en la cocina con cara de pocos amigos.
Era la vigésima séptima vuelta que Harry se daba a través de la habitación, cada vez que terminaba una vuelta llegaba al mismo punto, el dibujo del escudo de armas, lo veía y al no poder descubrir nada que le ayudara a dilucidar lo que podía significar, se desesperaba y volvía a emprender la marcha en otra vuelta más. Al final de la que estaba haciendo algo lo descolocó, corrió hacia el álbum de fotos, había algo familiar entre el dibujo y una extraña fotografía que recién ese día había visto.
Fin capítulo 5. Caminando un paso, retrocediendo dos... ¿Alianzas... con quién? La peor manera de entablar relaciones...
Lunes 26 de julio.
Condolencias:
No soy católica, pero eso no importa en este momento, ayer (Domingo 25 de Julio), un sacerdote fue asesinado mientras daba una misa en la catedral de Santiago de Chile, las razones por las que lo mataron no interesan (No creo en la hipótesis), sin embargo, por respeto a las personas que tuvieron que presenciar tan terrible evento... mis condolencias....
Miércoles 28 de Julio: Ayer (martes 27 de julio), en la embajada chilena en Costa Rica hubo un confuso accidente (son las 11:36 AM y todavía no queda completamente claro qué pasó) que les costó la vida a tres compatriotas. Si bien no conocía a ninguno de ellos, igualmente les presento mis condolencias a sus familiares y a todo el cuerpo diplomático chileno, del cuál conozco a varios miembros.
Reviews:
Pabli: gracias por tu review... lo de que no sea yaoi me halaga, todavía estoy traumada por el sábado, necesito un psicólogo... espero que este chapter te guste...
