Capítulo 22 La discusión
Tras cerrar la puerta de la habitación de Kikyo, que duerme custodiada por Sakuragi en su cama, Kaede Rukawa se dirige a su propia habitación y se sienta en la cama, hundiendo la cabeza entre sus brazos. Mitsui entra detrás de él y cierra la puerta. Se acerca a él y le pone una mano en el hombro, intentando tranquilizarle.
Queriendo consolarle Vamos Kaede, no te preocupes. Seguro que tu hermana…
Le corta con brusquedad, apartando la mano de su hombro No me preocupa Kikyo. No es la primera vez que le sale un hueso de sitio por un ataque de rabia. No sabe controlar sus emociones… un momento de silencio tenso … como tú.
No puede creer lo que ha oído ¿Qué?
Le mira a los ojos, con rabia No sé si te das cuenta, pero tu incapacidad para controlarte me está haciendo sufrir.
Baja la cabeza avergonzado Lo sé. Y lo siento.
Está muy enfadado, o más bien dolido con él ¿Lo sientes? ¿Qué sientes? ¿Por qué habrías de sentirlo? ¡Si debes estar en el cielo: vienes a mi casa y te desahogas conmigo, ¡y luego vas y pasas la noche con él! ¡La ostia! ¡No podría haberte salido mejor!
Le duele lo que le dice, y más por que hay algo de verdad en ello No me grites, por favor. Además, Sakuragi puede oírte y…
Baja el tono Me da igual. No creo que pueda hacerme más daño del que tú me estás haciendo.
Aprieta el puño Tú también me haces daño.
Se levanta y va hacia la ventana No, ¡si encima la culpa va a ser mía!
Se acerca, con la cabeza bajada Yo no he dicho eso. Asumo mi culpa y sé que es solo mía. Pero también te pido que me entiendas.
Enfadado Que te entienda. ¿Y qué quieres que entienda? ¿¡Que te gusta jugar a la puta y a la ramoneta con dos tíos que están locos por ti?
Le mira a los ojos, a punto de llorar ¡No! ¡Esto no es así! A mí no me gusta jugar con vosotros. No estoy jugando y odio no saber a quién quiero.
Se calma un poco ¿Qué quieres decir?
Le coge la mano, suavemente Mira Kaede, todo esto es nuevo para mí. Yo… antes nunca había… le mira de nuevo a los ojos y las lágrimas empiezan a resbalar por sus mejillas No quiero haceros daño. Es lo último que querría. Me gustáis los dos… me gustáis mucho… pero no sé a cuál de los dos quiero, de quién estoy enamorado.
Las palabras de Mitsui golpean con fuerza el interior de Rukawa, borrando todo rastro de enfado o enojo. No puede reprocharle el estar hecho un lío; él mismo lo estuvo hace tiempo, cuando descubrió su verdadera sexualidad. Kaede aprieta con fuerza la mano de Mitsui y se le acerca muy lentamente para lamerle las lágrimas como un día le había hecho él y darle suaves besos en los labios, justo antes de abrazarle intensamente.
Serio pero muy suave Está bien… Sé que no lo haces adrede, aunque sigue doliéndome.
Se separa de su abrazo y le mira No sabes cuánto lo siento… yo…
Le corta, hablando muy bajito Ya sé que te dije que te esperaría… pero esta situación me hace sufrir mucho y a veces creo que no voy a poder…
El llanto de Mitsui ahoga sus palabras. Hihashi estalla en sollozos y lágrimas mientras se deja caer al suelo de rodillas y se abraza a las piernas de Kaede.
Hablando entrecortadamente ¡No! ¡No! ¡No me dejes!... Por favor… ¡no me dejes! Yo… yo sin ti… ¡por favor! Kaede ¡no me dejes!
Le acaricia el pelo Mitsui yo… se le niegan los ojos. No puede seguir
Sigue llorando ¡Por favor! … ¡Kaede no me dejes! Yo… dame… dame un par de semanas… Te prometo que… pero, por favor… ¡no me dejes!
Se agacha y le besa Está bien, está bien… No voy a dejarte. Me gustas mucho Mitsui. No quiero perderte… pero me gustaría saber que solo estás conmigo…
Mitsui le responde con un beso muy suave y cálido. Empiezan a besarse en el suelo, primero muy suavemente y luego cada vez con más y más pasión. Mitsui es incapaz de quitar sus manos de la cara de Kaede, al que besa con fuerza mientas las lágrimas siguen resbalando por sus mejillas. El otro muchacho le seca las lágrimas con suaves caricias y empieza a deslizar sus manos por el cuello de Hisashi, hasta llegar a la chaqueta del uniforme. Se la empieza a quitar muy lentamente, disfrutando de cada caricia, de cada contacto con el calor de su cuerpo. Mitsui no deja de besarle, introduciendo su lengua en la boca de Kaede, jugando con sus labios, acariciándole el cuello con las manos. El chico de ojos azules mete sus finas manos por dentro la camiseta de su amante, tocando con suavidad su firme torso, cada rincón de su fibrado cuerpo, subiéndolas por su espalda, tan suave, tan caliente. Mitsui enreda sus dedos en el pelo de Kaede, haciéndole echar la cabeza hacia atrás para poder besarle el cuello y la nuez a placer y empezar a deslizarse con la boca por su cuerpo. Le quita la camiseta con rapidez, para volver a bajar por su torso a besos, lamiendo y mordiendo cariñosamente todo cuanto encuentra a su paso. Kaede empieza a emitir pequeños gemidos de placer sin poder evitarlo. Mitsui continúa besando su pecho. Le echa hacia atrás para que se tumbe en el suelo y le mete un dedo en la boca a fin de ahogar sus gemidos mientras sigue besándole y mordiéndole sensualmente el abdomen. Kaede le lame y le mordisquea el dedo con pasión y le estira la camiseta hacia arriba para quitársela. La excitación de ambos es máxima, como reflejan sus propios cuerpos en el desgraciado momento en que alguien golpea la puerta del cuarto de Kaede.
Se quita el dedo de Mitsui de la boca, ante la decepción de éste ¿Quién va?
Sin atreverse a entrar Esto… Rukawa, tu hermana se mueve mucho… me preocupa… creo que no está bien…
Se levantan y se ponen sus camisetas, arreglándose un poco ¡Voy!
Rukawa hace ademán de abrir la puerta pero Mitsui le detiene, señalándole el bulto que ambos exhiben entre las piernas. Kaede se sonroja. Va hacia el armario y coge un jersey que se ata alrededor de la cintura. Mitsui hace lo propio con la chaqueta del uniforme, cosa que, como mínimo, consigue disimular sus reacciones. Los dos chicos salen de la habitación y siguen a Sakuragi hasta la habitación de Kikyo. La muchacha está sudando y retorciéndose en la cama. Kaede se arrodilla a su lado y le coge la mano mientras los otros dos chicos se quedan delante de la cama, visiblemente preocupados.
Besa a su hermana en la frente Vamos, vamos Kikyo… es sólo una pesadilla…
Kikyo empieza a agitarse mucho más, a la vez que suelta plañideros gemidos. Kaede intenta calmarla; le acaricia el pelo y la sujeta para que pare de agitarse, pero Kikyo no se despierta. Su hermano se agacha y le da un suave beso en los labios. Los dos otros chicos quedan algo chocados por tal muestra de cariño entre hermanos, pero lo cierto es que llevan haciéndolo toda su vida del modo más inocente. Por fin, Kikyo para de moverse y abre los ojos.
Mirando a su hermano Kaede… me duele el hombro.
Le sonríe No pasa nada. Ahora voy a llamar al médico de mamá para que se pase ¿vale?
Asiente con la cabeza y vuelve a cerrar los ojos…
Se levanta y va para los otros dos chicos Bueno… ya es un poco tarde así que, si queréis podéis iros a vuestra casa…
Sakuragi, muy seguro Yo me quedo.
Kaede le mira sorprendido ¿Cómo?
Con un nudo en la garganta Esto ha sido culpa mía. Quiero estar a su lado hasta que esté bien.
Mitsui, muy serio Yo también me quedo.
Kaede se sonroja ¿Qué?
Se sonroja un poco también Estoy preocupado por tu hermana…
Algo nervioso Oye, no podéis quedaros así… sin avisar a vuestros padres ni nada…
Ambos sacan los móviles y sonríen…
Con pesar por Sakuragi Valeee… total, mis padres están de viaje… así no estaremos solos… Voy a llamar al médico.
Mitsui le sigue Yo haré algo de cenar.
Sakuragi vuelve a sentarse al lado de la cama Yo me quedo contigo. Le coge la mano a Kikyo, que se ha vuelto a dormir Lo siento tanto… soy un imbécil. Yo… no sabía que te gustara. Le besa la mano ¿Sabes? Eres la primera persona des de que conocí a Haruko que me hace dudar de mis sentimientos… ¡Estoy hecho un lío! Pero hoy no pienso dejarte sola…
Sakuragi sonríe tristemente mientras observa a la chiquilla tendida en la cama, con la cara sofocada por el calor, que de tanto en cuanto deja escapar plañideros gemidos de dolor y le aprieta inconscientemente la mano, puede que pensando que es su hermano, puede que deseando que sea él. Mientras tanto, en el piso inferior, Rukawa llama por teléfono al médico de la familia para que se pase cuando pueda, antes de cenar. Cuelga el teléfono y se dirige hacia la cocina, dónde Mitsui intenta preparar algo de comer, o por lo menos encontrar los utensilios para empezar a hacerlo… aunque sin mucho éxito.
Se le acerca por detrás y le coge por la cintura ¿Qué haces?
Se sobresalta momentáneamente Esto… intento encontrar el wok para hacer un poco de yakisoba NdA Yakisoba fideos fritos… pero en esta cocina hay de todo y ¡no puedo encontrar nada!
Se echa a reír Hahahaha espera… Abre un armario y saca el wok y los utensilios para cocinar Toma.
Los chicos empiezan a cocinar el yakisoba tan bien como saben y como pueden. Lo sirven en una bandeja grande y la tapan para que no se enfríe. Prácticamente seguro de que Sakuragi no dejará sola a su hermana, Kaede se acerca por detrás a su amigo, que está limpiando el wok, y le mete las manos por debajo de la camiseta. Mitsui se sobresalta, pero se calma rápidamente cuando el chico más alto empieza a besarle y morderle suavemente el cuello, ascendiendo hasta el lóbulo de la oreja. Empieza a lamérsela a la vez que desliza sus manos por su espalda y vuelve a subirlas por su torso para pellizcarle cuidadosamente los pezones. Mitsui se apoya en el mármol de la cocina con una mano, mientras desliza la otra hacia atrás para acariciar lentamente el sexo de su amante por encima de los pantalones. Su excitación crece a medida que nota endurecerse el objeto de sus caricias y las manos de su amante acariciarle el cuerpo y descender hasta la costura de sus pantalones. Mitsui levanta la mano y la introduce por dentro los jeans y los boxers de Kaede, empezando a masturbarle con mucha suavidad. El otro muchacho ahoga un gemido de placer mordiéndose el labio inferior mientras mete su mano dentro los pantalones y la ropa interior de Mitsui y le devuelve las caricias con ternura. Mitsui se desabrocha los pantalones para permitir mayor libertad a las caricias de Kaede y hace lo mismo con los jeans del otro muchacho para poder tocarle mejor. Kaede para un momento y vuelve a Mitsui, besándole con pasión. Le arrastra a besos hacia el baño para culminar ahí sus caricias. Una vez dentro, le apoya contra la puerta y le baja los pantalones y los boxers, dejando su intimidad al descubierto. Agachado como está, Kaede empieza a dar suaves besos en el sexo de Mitsui, que respira agitadamente todavía sin poder creer lo que su amigo está a punto de hacerle. El chico de ojos azules empieza a acariciarle el pene con la lengua hasta que se lo mete por completo en la boca, empezando a succionarlo. Es la primera vez que hace algo así, pero sus vídeos secretos han sido una buena ayuda y no va del todo desencaminado en sus caricias. Mitsui echa la cabeza hacia atrás, reprimiendo sus gemidos y desliza una mano hacia abajo, para posarla en la cabeza de Kaede. Le acaricia el pelo mientras sigue con la mano los movimientos rítmicos de éste. Pronto la estimulación se hace irresistible y Mitsui le pide que se aparte antes de que se venga. Pero Kaede le ignora permitiendo que el chico derrame el blanco y caliente líquido dentro de su boca. El muchacho de ojos azules lo traga con gusto ante la mirada de estupefacción de su amante. Mitsui se agacha dispuesto a hacer lo propio, pero el otro chico le detiene con un beso apasionado. Acompaña su mano hasta su pene para que continúe lo empezado en la cocina mientras sigue jugando con la lengua dentro de la boca de Mitsui. Éste prosigue con sus caricias y Kaede no tarda en venirse. Siguen besándose un rato, tras lo cual se adecentan antes de que llegue el médico a ver como está Kikyo. Antes de salir del baño, Mitsui detiene a su amante por el brazo.
Sonrojándose ¿Por qué no has querido…?
Le sonríe Quiero que lo hagas cuando estés preparado, cuando te salga de dentro… no por devolverme nada.
Mitsui le besa con cariño. Cuando está con Kaede siente que no cabe dentro de sus ser de felicidad. Si no fuera por Sakuragi y por el estado de Kikyo, estallaría en gritos y risas por lo tremendamente bien que se siente en ese momento. El médico no tarda en llegar y se pone a visitar a Kikyo, tras haber echado a los tres chicos del cuarto. Sakuragi se pasea arriba y abajo del pasillo poniendo de los nervios al chico de ojos azules.
Le agarra, irritado ¡Quieres parar de una vez!
Nervioso No puedo… es que me sabe tan mal…
Sin nada de tacto Es lo mínimo pero es mi hermana así que déjame estar preocupado a mí ¿no?
Sin dejar de agitarse…
En este momento suena un móvil en el mueble del pasillo. Sakuragi va para cogerlo, pensando que es su madre preocupada porque todavía no la ha llamado, pero al acercarse ve que no es el suyo.
Coge el móvil de Mitsui y se lo acerca, leyendo el nombre de quién llama sin querer ¿Sendou móvil? ¿Para qué te llama ese capullo?
Rukawa le mira sin decir nada, pero con muy mala cara…
Agarra el móvil violentamente ¿Y a ti que te importa? contesta a la llamada, mientras se va al piso de abajo para hablar con tranquilidad Hola… ¿cómo estás?... Claro… hasta que su voz se pierde
Sakuragi está algo contrariado por la extraña escena, pero no se da cuenta de nada Oye… si eso… yo voy a llamar a mi madre ¿vale? No tardo nada…
Triste Haz lo que quieras…
El chico pelirrojo se aparta un poco para hablar con su madre. Kaede se deja caer en el suelo, apoyando su espalda contra la pared, hundiéndose en una profunda tristeza acompañada del amargo sabor de los celos al tener que compartir con otro a la persona que más ama en el mundo a parte de su hermana.
Capítulo 23 Los otros
