Disclaimer: Harry Potter es propiedad de Jhoanne y la Warner y eso a mi no me importa porque yo solo quiero jugar con los personajes como Ron juega con las piezas del ajedrez.

Les sigo recordando que el narrador está feliz y escribe mas pronto cuando tu le das al botoncito de allá abajo que dice submit review y dejas un mensajito con por lo menos un Hi.

IV. LOS REGALOS DE HERMIONE

No puedo calmarme, Ron. Ella está allá afuera y no sé si quiera si viva o muerta.

Harry...

No, Ron, tu entiende. ¡Entiende! –exclamó Harry en un arranque de desesperación.

Harry, también es mi amiga, yo también estaba fuera cuando pasó, Harry estoy de tu lado. –dijo Ron ofendido de pensar de que Harry se estuviera imaginando que a él no le importaba Hermione.

Discúlpame, Ron, soy un idiota. Solo eso, un maldito idiota. –dijo Harry.

Harry se dejó caer sobre una silla y se colocó las manos en la cabeza mientras apoyaba los codos de las rodillas.

Ya, no te culpes más. Hermione no querría que te pusieras así. –dijo Ron poniéndole una mano en el hombro.

¿Sabes que le dije antes de irme?

Ron sonrió un poco.

Enhorabuena. ¿Le has confesado tus sentimientos¿Le propusiste matrimonio? Mi madre se pondrá feliz cuando lo sepa. –respondió algo feliz Ron.

Harry continuaba en la misma posición que al principio.

No Ron, no lo hice, todo lo contrario me porte como un niño malcriado. –respondió Harry con amargura.

Si, así había sido. Harry se sentía tan culpable. Como podía haber llegado a Siberia si minutos antes de salir de la ciudad el maestro Lupin lo había llamado para decirle que Ginny tenia información de que habían atrapado a Hermione y la habían enviado al cuadrante sur.

Harry estuvo algunas horas enteras, culpándose, bebiendo, llorando, arrepintiéndose, tirando cosas… solo, allí en su cuarto, en ese maldito dormitorio lleno de ella. El dormitorio de Hermione. Cuantas veces por las noche él había llegado contándole sus pesadillas y ella siempre le pedía que si sentía mejor se quedara a dormir con ella. Un dormitorio lleno de recuerdos que lo estaban acuchillando por dentro.

Mi querida Hermione, perdóname, perdóname por no cuidarte y quererte como tu lo mereces, mi dulce Hermione –decía Harry tirado en la alfombra con una botella de vino francés medio vacía en la mano -. Perdóname por ser Harry Potter, Hermione, por no poderte salir a buscar.

En entonces, Harry aun en el suelo se acercó al pie de la cama de Hermione y con dificultad se puso sobre ella. Tenia mucho interés en un objeto que sobre la cama estaba, un peluche enorme y rosa.

Flash Back

Gracias, Harry, es lo más hermoso que me han regalado –decía Hermione tratando de llevarse el gran oso rosa en manos -. Harry, ayúdame.

Harry aunque no contaba ni con mucha fuerza ni con mucho tamaño se las arregló perfectamente para llevarse el peluche en brazos hasta la habitación de Hermione. Lo colocó en la cama muy bien ordenada de Hermione. Sabia que Hermione era una fanática del orden, nunca nada salía de su lugar, todo siempre debía estar en perfecto estado. A veces habia escuchaba a el maestro Lupin sonriendo al decir que era una de las actitudes que la maestra Narcissa inculca en sus pupilas, pero la verdad es que a Hermione le salía muy al natural.

¿Lo has traído de allá arriba¿Alguna feria¿Algún lugar bonito? –preguntó Hermione emocionadísima buscando respuesta en su amigo -. Cuéntame, Harry.

Una feria en el cuadrante sur, pero no fue nada del otro mundo. Lo bueno es que la gente ni se inquieta con mi presencia, están muy distraídos. –le contó Harry.

¿Como era¿Habían niños¿payasos¿artistas? –volvió a preguntar Hermione igual de emocionada que antes.

Si, los habían. –respondió Harry haciendo un esfuerzo por recordar -. ¿Por qué te interesa tanto el mundo que hay fuera de aquí?

Hermione solo se limitó a sonreír y se levantó de la cama sin decir nada.

Bien, estoy esperando mi regalo. Te digo que está difícil que superes el de Ron, pero puedes intentar y sorprenderme. –dijo Harry sonriendo picadamente.

No creo superarlo, Ron siempre te da el mejor regalo del día de la amistad y también el de navidad y el de cumpleaños. –respondió Hermione mientras buscaba algo en una gaveta, luego sacó una hoja amarillenta de pergamino escrito con su esmerada caligrafía en tinta de color verde -. Pues bien, júzgame.

"Y en el oriente, en el norte y el este, e inclusive en el occidente.

Los niños cantan una canción,

Una canción que se llama libertad.

Fuera del odio, viva la paz,

Porque todos unido podemos luchar.

Y un niño mira al cielo,

Y sonríe con amor,

Viva Harry Potter el que nos salvó" –cantó Hermione con la voz más hermosa que Harry había escuchado alguna vez. ¿Seria que eso también se lo había enseñado la maestra Narcissa? Por allí la gente decía que cantaba con la hermosura de las musas, pero... Esa canción era diferente, era maravillosa. Tuvo que hacer grandes esfuerzos por no llorar en esos momentos¿Por qué siempre los regalos de Hermione tenia que ser así?

Fin del Flash Back

Flash Back

¿Qué tienes? –preguntó Hermione preocupada -. Ron, dime.

Pues nada, que Cho lo mandó a freír espárragos. –respondió Ron en tono tranquilo -. Dijo que el era muy héroe y todo, pero que ni un sapo se atrevería a besarlo si quiera.

Pero yo pensé que ella... –comenzó Hermione.

Mi opinión es que Cho si le gusta Harry, pero Roger Davis le ha puesto a Cho vigilantes día y noche para ver si la pilla montándole los cuernos y por eso le dijo eso a Harry –respondió Ron haciendo conjeturas recordando todos los sucesos -. Esto de vivir en un cuartel subterráneo nos está enfermando.

Vamos Ron, no busques excusas quizás lo que dijo Cho es verdad. –respondió un melancólico Harry de quince años.

Hermione miró a Harry que tenia la mirada clavada en el suelo. Se acercó un poco a él y le pasó el brazo por los hombros.

Harry, yo seria un sapo por ti. –dijo Hermione dirigiéndole una sonrisa hermosa solita para él.

¿Qué...? –trató de decir Harry.

Yo si te besaría. –respondió Hermione.

Lo dices porque eres mi amiga. –respondió Harry aunque aun estaba estupefacto -. En realidad no lo harías.

Harry, se que te gusta Cho desde antes que yo viniera y todo eso, pero esa chica es una tonta sin cerebro al decirte eso. –dijo Hermione ahora más seria -. No eres solo un héroe, también eres un gran amigo, un chico tierno y valiente, además eres muy inteligente y más.

Harry levantó la vista del suelo para ver a la castaña que con toda confianza le pasaba un brazo por los hombros. Pero Harry quedó realmente estupefacto cuando la muchacha se le acercó y le dio un dulce beso en los labios. Solo un roce de sus labios carnosos y bellos contra los de él.

Hermione. –musitó.

Ves que si te besaría. –dijo Hermione -. Tómalo como mi regalo de cumpleaños por adelantado.

Yo también quiero uno. –dijo Ron sentándose a su lado.

Para nadie era un secreto que ese año, ese año en que tenían quince, Ron había estado enamorado de su amiga Hermione. Cosa que como todo capricho de adolescente se le pasó pronto.

No Ron, a ti nadie te han roto el corazón. –respondió Hermione.

Que cruel, tiene que pasar eso para que me des un besito. –se quejó Ron.

Esta bien. –dijo Hermione y luego le dio un beso en la mejilla a Ron.

Fin del Flash Back

Hermione, perdóname por no haberte podido protegerte, perdóname por no ser el héroe que tu esperas que sea. Yo solo soy un idiota, solo un idiota, tengo dieciocho años solo siendo un idiota y todos me sigue diciendo el niño que vivió y me ven como si fuera Hércules o Sansón. –lloriqueaba Harry en la cama de Hermione todavía cuando de improvisto la puerta se abrió.

¿Harry? –preguntó Ginny desde la puerta -. Harry ¿Qué has estado haciendo?

Harry miró hacia la pelirroja, aunque ya tenia la vista tan nublada que ni la veia.

Nada, solo ensuciando la cama de Hermione con mi asqueroso ser. –respondió más amargado que antes.

Ginny se acercó, se sentó en la cama de Hermione al lado en que estaba Harry acostado y le quitó la botella de vino.

¿Cuanto has bebido? –preguntó Ginny con el corazón roto. Todo eso era por ella, por Hermione, siempre había sido así.

Veras Ginny, he tomado muchas cosas, creo que mínimo ocho litros de agua diaria, las malditas pociones de Snape, el zumo de calabaza de tu madre...

No me refería a eso. –contestó Ginny perdiendo la paciencia. Se giró para ver a ojiverde echo un verdadero desastre. Con el cabello más desordenado que nunca, los ojos rojos y lagrimosos, toda la cara sucia de lagrimas y polvo y ese olor que inconfundiblemente decía que había tomado mucho alcohol.

Solo una botella de vino francés.

¿Solo eso?

Claro, después de que se acabó el Whisky de fuego tuve que apelar por el vino francés. –respondió Harry más irónico ahora.

Todo esto es por ella ¿verdad? –preguntó dolorosamente Ginny, sentía como el corazón se le agrietaba del puro dolor.

Pues si, porque Hermione es el único ser que vale la pena en este mundo. ¡Ya estoy harto de todo, de todo! Todos presionándome, siempre presionándome incluso Sirius me presionaba, pero Hermione no, ella me quería así. Porque Hermione es el ser más hermoso en la tierra, el mas hermoso, lo más hermoso que hay ante toda esta maldita guerra. –respondió Harry volviendo a perder los estribos. Se había levantado de la cama y ahora estaba frente a Ginny gritándole todo lo que sentía.

Ginny permanecía con mirando la botella de vino en sus manos, sintiendo como latigazos cada una de las palabras de Harry.

Hermione es el ser que llena mi vida. Y yo vivo es por ella y lucho y sobrevivo, es por ella. Porque sé que ella siempre estará aquí conmigo, tratándome con cariño, como nadie más lo hace, acariciándome como solo ella lo hace. –continuó Harry sin medir ni un poquito sus palabras.

Entonces ¿Por qué no esta aquí¿Por qué escapó? –preguntó Ginny mordaz levantándose de la cama y poniendo frente a frente con él.

Por... por... no sé por qué, pero ella debió tener sus razones. –balbuceó Harry.

Si, huir de ti.

¡No, ella no lo haría!

Pero ella siempre hablaba de cuando saliera de este cuartel y nunca la escuche decir que quería hacerlo acompañada y menos por ti. –respondió Ginny.

Eso no es así, Ginny. –dijo Harry ahora zarandeándola con sus manos en los hombros de ella.

Harry, si te sientes mejor haciéndome daño. Hazlo, porque yo si me sacrificaría por ti hasta el final. –dijo Ginny con tranquilidad.

Harry se paró en seco, la soltó y frunció el seño. ¿Qué estaba haciendo? Había estado apunto de hacerle daño a la hermanita menor de su mejor amigo, a una chica y todo por su prepotencia. Se quedó allí, tieso, tratando de esforzarse por pensar, pero su mente parecía tan adormilado como su cuerpo. Se sentó entonces a la cama, con las manos en la cabeza.

Ginny se arrodilló ante él justo a su frente, le tomó el rostro por las mejillas y aunque él no la miraba le sonrió.

No solo le importas a Hermione, también me importas a mi. –dijo y luego se acercó a su boca y lo besó.

Harry sentía que esa sensación era muy agradable y no pudo detenerla porque no quería. Además, en esos momentos no estaba pensando solo estaba sintiendo.

Ginny tampoco se detuvo y es porque tampoco quería y fue justamente en esos momentos que sintió como Harry ahora se hacia cargo del beso. Él comenzó a besarla intensamente y de pronto notó como Harry la había ya arrastrado a la cama. Harry pronto dejó sus labios y el cuello de Ginny pareció más apetecible. Su piel clara, sus pecas, su olor fueron invadidas con la textura y la esencia de la boca de Harry. Los besos se extendía por toda su piel y Harry no parecía querer detenerse.

... Y sonríe con amor,

Viva Harry Potter el que nos salvó" –terminó de cantar Hermione mientras cubría al niño dormido con las sabanas color blanco sucio de la camita, en una habitación.

Draco sintió como despertaba de pronto y la primera imagen ante sus ojos era Hermione.

¿Qué demonios? –se preguntó. ¿Que había pasado? No entendía y de pronto algo cruzó su mente preocupada -. Andrew.

Shhh. Está dormido. –dijo para que Draco hiciera silencio. Y con una señal lo invitó afuera.

Los dos salieron de la "habitación" de Andrew. Y se encontraron en la salita poco iluminada por una lámpara de aceite y la luz de la luna llena. Draco parecía recuperar su color natural, pero ahora algo le preocupaba. ¿Que habría sido todo aquello¿Una visión?

Discúlpeme señor. –dijo Hermione dando uso de los excelentes modales que tenia.

Draco no la miró, no podía, no se atrevía. Frunció el seño, tenia la impresión de que eso lo había vivido y si eso era visión era mejor no terminar como antes.

Señorita duerma en mi habitación. –dijo con voz de mando.

Yo le estoy muy agradecida de haberme salvado, pero estoy muy confundida con su acto de bondad hacia mi. No se como agradecerle, pero me gustaría sino le molesta que me diera alguna explicación. Discúlpeme. – dijo Hermione con la cabeza un poco gacha para no mirarle a los ojos a Draco. Estaba justo frente a él.

Solo duerma, solo haga eso. –dijo Draco algo perturbado, todo era igual que en su visión.

Hermione estaba petrificada y con todos los bellos erizados, tenia miedo, nunca nadie la había tratado así. Pero antes de que ella hiciera cualquier cosa, Draco salió rápido de la casa.

Malditos, sé que están por aquí y si los encuentro los mato con mis propias manos. –musitó Draco caminando por los alrededores.

Y no hizo falta que esperara mucho, para que encontrara a uno. Le saltó encima cogiendolo del cuello y era un chico apenas de rostro pecoso, con una mata de cabello rubio y parecía asustado, no tendría dieciséis años.

¿Quien eres?

Bar-Barty Crouch. –dijo con voz temblorosa, Draco mantenía su mano en la garganta de él.

¿Sabes que tengo mil y un maneras de que me digas quien te ha enviado? –dijo Draco en tono duro y frió.

Barty Junior puso los ojos como platos a eso era lo que temía. A que le sacaran la verdad, a él no le importaba morir, pero si hablaba entorpecería el trabajo de su maestro Lord Voldemort.

Hagamos un trato. Dime quien te ha enviado y no lo utilizare, eso si si me dices la verdad. –dijo Draco sin inmutarse ni un poco.

El rey Zabinni. –respondió como primero que le cruzó por la cabeza. Así todo tendría sentido.

Flash Back

Yo que pensaba ir a buscarla y ella me cae del cielo. –dice Zabinni a Nott.

Vaya, vaya, Blaise y ¿que harás con Granger? –dijo Nott observando como unas cuantas muchachas le hacían manicure y pedicure a Zabinni ¿Una trampa para Potter o...?

¿Trampa para Potter? No había pensado en eso, luego será. –declaró Zabinni -. Es obvio que tu no la has visto. La torturare y me divertiré mucho haciéndolo. La muchachita es todo un bombón, primero saboreo el bombón y luego veré como me sirve en contra de Potter.

Suena peligroso¿Qué harás con el traidor? Necesitamos descubrir quien es. –respondió Nott ahora mirando como una de las muchachas le aplicaba algo en el rubio cabello a Zabinni.

No hablemos de eso, Nott. Dime¿Cuando te casas con mi hermanita? –dijo Zabinni.

¿Preocupado?

No, es solo que no quiero que se "diviertan" mucho antes de tiempo. Ya sabes, es mi hermanita menor. –respondió Zabinni con una sonrisa burlona.

No la he desflorado aun, si es lo que te preocupa. –respondió Nott sádicamente.

En algún lugar escondido, Crouch escuchaba atento todo. Y luego se retiró diciendo algo entre dientes que sonaba: El maestro debe saberlo.

Fin del Flash Back

Pero antes de esoél tenia que hacer un trabajo que su maestro lo había enviado a hacer en el sur. "Encuentra al niño y tráemelo" había dicho Voldemort a Crouch hacia algunos días atrás.

Bien –dijo Draco sonriendo maliciosamente -. Ahora dime como has encontrado el lugar. Quiero la verdad y no intentes mentir, huelo las mentiras a kilómetros de distancia.

Una anciana, dijo que le parecía muy raro. Un niño y un muchacho de capucha que vivían cerca al río. –respondió Crouch diciendo la verdad -. Solo ella sabia.

¿Sabia?

Está muerta. –respondió Crouch.

Bien, creo que te dejaré ir. Solo eres un idiota. –respondió Draco -. De todas formas, creo que no recuerdas que hacías aquí. Es más, creo que no puedes recordar el camino acÂ?verdad?

Y ¡plan! Draco golpeó al mortifago en la nuca, ahora desmayado en el suelo estaba. Draco antes de dejarlo inconsciente le había practicado un hechizo para que olvidara lo que lo que él le había dicho. El mecanismo de este hechizo era fácil para Draco, era su especialidad, lo mejor que le había enseñado su maestro Lucius. Cuando uno se entrena en las artes mágicas debes de tener una especialidad, ya que ellos no cuentan con varitas u otras herramientas, al menos que se cuenten las pociones. Ese hechizo solo podía funcionar si la persona te mentía y como Draco sabe, los mortifagos siempre mienten, siempre. Por eso él también lo hacia.

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